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DISCURSO DEL EMBAJADOR GEOFFREY BARRETT JEFE DE DELEGACION DE LA COMISION EUROPEA EN URUGUAY Y PARAGUAY LA UNION EUROPEA Y EL CAMBIO CLIMATICO CAMARA MERCANTIL DE PRODUCTOS DEL PAIS 21 DE OCTUBRE DE 2009 En primer lugar quiero agradecer la amable invitación de la Cámara Mercantil de Productos del País para participar en esta conferencia. Mi presentación consta de tres partes: 1. Una breve introducción al tema 2. Las medidas concretas que la Unión Europea ha adoptado para combatir el cambio climático 3. La posición y expectativas de la Unión Europea respecto a los compromisos relativos al cambio climático a ser adoptados a nivel internacional 1 1. Introducción Cada vez son más las voces a nivel internacional que coinciden en afirmar que -a menos que se tomen medidas rápidamente- el planeta se dirige hacia un cambio climático irreversible. El cambio climático es ahora uno de nuestros mayores desafíos y es uno de los temas más importantes de nuestra agenda. La gente ya no necesita más pruebas de que realmente el clima está cambiando. Quiere escuchar soluciones. El cambio climático y la seguridad se vinculan y las economías se afectan al tener que afrontar climas diferentes. El tema ha dejado de ser solo una cuestión tratada por algunos poco científicos para convertirse en un tema con muchas dimensiones: el tema es energético, económico, de desarrollo, de salud, de migración, de transporte, de pesca y es también un tema netamente agrícola. El calentamiento global es consecuencia de las enormes cantidades de energía que producimos y utilizamos. A medida que crecen las necesidades energéticas, también aumenta nuestra dependencia por los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón). Estos combustibles, que producen elevadas emisiones de dióxido de 2 carbono, representan el 80% del consumo actual de energía en la Unión Europea. Para combatir el cambio climático necesitamos un cambio radical en la producción y el consumo de energía. Para lograr este objetivo, tenemos que utilizar recursos energéticos sostenibles y tomar en serio temas como: el cambio hacia un uso más frecuente de formas de energía renovable, la captura y el almacenamiento de dióxido de carbono, y la ruptura de la tendencia a la deforestación. 2. Las medidas concretas que la Unión Europea ha adoptado para combatir el cambio climático La Unión Europea lidera este camino de lucha contra el cambio climático. Nos hemos comprometido a reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero y estamos trabajando para establecer objetivos ambiciosos en las negociaciones internacionales. En concreto, nuestra determinación nos ha llevado ir adoptando medidas desde hace varios años y, en particular, en diciembre del año pasado, a adoptar una política específica e integrada de cambio climático y energía, que incluye objetivos ambiciosos para 2020. Queremos que el mundo recorra el camino hacia del futuro 3 sostenible, con economías que generen pocas emisiones de carbono y consuman menos energía. Para lograrlo, la Unión Europea se ha propuesto lo que conocemos como los tres "20s": reducir unilateralmente un 20% con respecto a 1990 las emisiones de gases de efecto invernadero (independientemente de lo que hagan otros países), y llegar a un 30% si los países desarrollados se comprometen a efectuar reducciones similares a través de un acuerdo internacional; ahorrar el 20 % de consumo de energía previsto para 2020, a través de la mejora de la eficiencia energética; aumentar hasta el 20 % la cuota de energía renovable (eólica, solar, de la biomasa, etc.) en el consumo global de energía, es decir, prácticamente triplicar el nivel actual de aquí a 2020; Estas acciones contribuirán a evitar que las temperaturas mundiales aumenten más de 2 grados Celsius (que es el nivel que los científicos consideran -cada vez con mayor convencimiento- el punto sin retorno). Todas estas medidas concretas, que se pondrán en marcha en 2011 a más tardar, implican un cambio en nuestro estilo de vida, pero no 4 tienen por qué poner en peligro el nivel de vida de la población actual, ni el de generaciones futuras. La estrategia de cambio climático y energía de la UE coincide con su objetivo de impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo. Estar en la vanguardia de la nueva revolución energética creará, por otro lado, nuevas empresas y oportunidades de investigación. El desarrollo de las energías renovables también disminuye la dependencia de los países a las importaciones de petróleo y gas. Así, éstos se verán menos afectados por las fluctuaciones de los precios energéticos y por la inestabilidad de las cadenas de abastecimiento. ¿Se ven ya los frutos de las medidas en la Unión Europea? La Unión Europea ha conseguido romper el vínculo entre crecimiento económico y emisiones de gases de efecto invernadero. Entre 1990 y 2005, mientras la economía de la UE crecía, las emisiones globales de sus veintisiete Estados miembros disminuían en un 7,9 %. En el caso de los quince Estados miembros más antiguos (EU-15), el descenso de las emisiones fue del 1,5 %. Los gases de efecto invernadero por persona en los países de la Unión Europea se ha reducido. Son muchos los países que han hecho 5 un esfuerzo remarcable, haciendo que la media de la UE de 27 países baje de 11.9% a 10.5% entre 1990 y 2005. Si bien estas cifras son alentadoras, todavía son necesarios muchos esfuerzos para que la UE de los quince alcance su objetivo de reducción del 8 % antes de 2012. Sin embargo las previsiones sobre emisiones futuras muestran que es de esperar que este objetivo se alcance en la fecha prevista. 3. Los compromisos internacionales relativos al cambio climático y la posición de la Unión Europea El calentamiento de nuestro planeta exige una actuación a escala mundial. La UE ha desempeñado un importante papel en la elaboración de los dos tratados más importantes firmados hasta la fecha: la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1992 y su Protocolo de Kyoto, adoptado en 1997. Pero hay que ir más allá. La Unión Europea quiere que el debate internacional sobre el cambio climático siga avanzando y por eso está trabajando para que se adopte una ambiciosa reducción colectiva –como he dicho- del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2020. 6 Mientras trabajamos para alcanzar los objetivos de 2020, también estamos encarando el reto de reducir a la mitad -con respecto a los niveles de 1990- las emisiones de aquí a 2050. A pesar de las trabas en las negociaciones, nuestro objetivo para la Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas de Copenhague de diciembre próximo es conseguir un nuevo acuerdo global sobre el cambio climático. Estamos convencidos que necesitamos dar pasos hacia a una economía mundial respetuosa con el clima, basada en una combinación de tecnologías y fuentes energéticas con bajos niveles de emisión de carbono. La necesaria reducción de las emisiones mundiales sólo será posible si todos los países ponen de su parte, obviamente según las responsabilidades y capacidades de cada uno. Todos tenemos un rol que cumplir en este campo –tanto a nivel de los hogares particulares como de grandes acciones de parte de los gobiernos. Todos tenemos que prestar atención internamente en cómo hacer que se invierta en proyectos de baja emisión de gases de efecto invernadero. En este marco la UE ha presentado una propuesta concreta en enero de este año, la cual incluye los elementos esenciales para 7 un acuerdo justo y efectivo a partir de 2012. Queremos un acuerdo ambicioso y equilibrado. La Unión Europea ha propuesto que todos los países desarrollados (incluidos los de la UE) adopten los siguientes compromisos: liderar la iniciativa en la lucha por el cambio climático. Que desarrollen la implantación de nuevas tecnologías, las cuales, por su parte, también crearán empleo y reducirán la actual dependencia energética. reducir colectivamente las emisiones de gases de efecto en alrededor del 30%, en media, hacia 2020. Indiscutiblemente la mayor contribución deberá hacerse por los países más ricos y menos eficaces desde el punto de vista energético. Se deberá prestar atención, entre otros factores, a las medidas ya adoptadas y las tendencias demográficas de los países. Y contribuir a financiar los esfuerzos de los países en desarrollo para garantizar que los más ricos y más contaminantes contribuyan más. Por otro lado, la Unión Europea ha propuesto que los países en desarrollo adopten los siguientes compromisos: elaborar estrategias ambiciosas para contener el crecimiento de sus emisiones, para garantizar así a sus poblaciones una 8 atmósfera y una energía más limpia. Indudablemente, los países más avanzados dentro de los países en desarrollo, deberían contribuir más al control de sus emisiones. sin fijar una meta específica por país, la UE propone que los países en desarrollo, como grupo, contengan sus emisiones colectivas entre el 15% e el 30% del nivel medio hacia 2020, respetando el principio de responsabilidades y capacidades comunes pero diferenciales. Esto permitiría a los países en desarrollo mantener el crecimiento de sus economías a la vez que tener margen para reducir los niveles de pobreza. de ser necesario un aporte financiero o técnico para llevar adelante alguna de estas medidas en los países en desarrollo, los otros países deberían contribuir de distintas formas. La propuesta europea se enmarca en un proceso negociador que incluye una cargada agenda a nivel de Naciones Unidas, la cual es apoyada a través del G8 y del G20. ¿Cuáles son los temas claves en este proceso negociador que tendrá como punto clave la cumbre de Copenhague? La respuesta a esta cuestión depende naturalmente de la perspectiva en la que uno se sitúe. Lo que acabo de describir son las posiciones 9 de la Unión Europea. Es obvio que no todos están de acuerdo con los niveles de ambición que nosotros hemos elaborado. Países en desarrollo y países desarrollados tienen filosofías distintas. Pero también dentro de cada uno de estos grupos, un tanto artificiales en su definición, las posiciones no son homogéneas. Hay también discrepancias en cuanto al período temporal que deba ser tomado como referencia. Nosotros queremos que sea el año 1990 y otros quieren que sea la situación actual. Lo mismo se puede decir de la fecha para cumplir los objetivos, que varía desde el 2020 al 2050. Sobre las medidas de mitigación, es decir sobre el grado de reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero, también hay importante discrepancias. Se espera de los "países desarrollados", que propongan reducciones en sus emisiones, mientras que a los "países en desarrollo", no se les solicitan reducciones. Hay que resaltar, de todas formas, que los países en desarrollo están mostrando, cada vez más, su voluntad de limitar sus emisiones, especialmente si reciben apoyo tecnológico y financiero. Sobre la adaptación, hay un acuerdo creciente en la necesidad de generar un marco internacional que apoye la implementación de acciones en este campo, en particular en los países más pobres y vulnerables. Ya se dieron pasos importantes en este aspecto al crearse un fondo específico, el Fondo de Adaptación. 10 La deforestación es otro tema sensible. Aquí uno de los países de la región que se ve afectado es Brasil. La Unión Europea propone reducir a la mitad la deforestación tropical anual hacia 2020 y detenerla en 2030. Somos concientes de los desafíos, especialmente financieros, que esto podría implicar, por eso estamos dispuestos a encontrar instrumentos específicos como, por ejemplo, un Mecanismo Forestal Global de Carbono. Los aspectos de financiación y apoyo tecnológico son también controvertidos. La posición de la UE es la de olvidar y aprovechar todos los mecanismos ya existentes. Se necesitarán mecanismos innovadores para poder movilizar fondos privados y públicos con este objetivo. ¿Cuál es la escala del financiamiento requerido? Según estimaciones recientes, las necesidades financieras globales para las medidas de mitigación públicas y privadas serían del entorno de los 175 miles de millones de euros por año hacia 2020. Los fondos necesarios para la adaptación en países en desarrollo se ha estimado en el orden de los 23 a 54 miles de millones por año hacia 2030. En las últimas semanas las negociaciones en el marco de las Naciones Unidas con vista a la Cumbre de Copenhage en diciembre 11 de este año, han tenido un avance muy lento. En la reciente reunión de Bangkok (del 28 de septiembre al 9 de octubre) las negociaciones centraron el debate sobre si la Cumbre Copenhage debe llegar a un compromiso único o a varios compromisos paralelos. Esta discusión ha enlentecido aún más el proceso. La posición de la UE es que un único compromiso es el mejor camino para asegurar que un acuerdo efectivo y comprehensivo entre en vigor en todos los países, incluido los Estados Unidos, a la vez que seguir contruyendo acuerdos sobre los elementos básicos del Protocolo de Kyoto. El cambio climático y la energía son temas claves de la agenda bi-regional que tenemos con América Latina. Ha sido uno de los ejes relevantes de la última Cumbre de Jefes de Estado de la Unión Europea y América Latina y Caribe que tuvo lugar el año pasado en Lima. También fueron tratados en la reciente reunión de Ministros de la Unión Europea y los países del Grupo de Río que ha tuvo lugar en mayo en Praga. La crisis internacional más que ser un desincentivo para tomar acciones en el campo medioambiental y energético es una razón más para la acción. 12 Precisamente en tiempos de recesión es cuando más se necesita una economía eficiente. Sin duda, el cambio climático y el medio ambiente formarán parte de los temas a tratar en la Cumbre UELAC de España del año que viene. El tema de cambio climático está ahora muy presente en América Latina y, en particular, en Uruguay. El Presidente Tabaré Vázquez presentó en marzo de este año un documento de análisis de los efectos del cambio climático en el país, señalando las consecuencias en los desastres naturales y analizando las perspectivas de la producción agropecuaria y del turismo. El documento servirá de base para la definición de una estrategia nacional de recursos hídricos. El Presidente Vázquez destacó aquí también el apoyo y la cooperación internacional de la Unión Europea en Uruguay también en este campo. 4. Conclusión Para finalizar, quisiera enfatizar que todos ganaremos si evitamos los efectos climáticos peligrosos, mejoramos la seguridad energética y avanzamos hacia una producción "verde", a la vez que permitimos el desarrollo de los países más pobres y vulnerables. Por ello, esperemos que las negociaciones internacionales permitan retomar la senda del entendimiento y se llegue a un acuerdo global 13 en Copenhague a fin de año. La Unión Europea va a seguir buscando que todos los actores involucrados contribuyan a salvar el planeta. El mundo no se puede permitir una catástrofe. Muchas gracias. 14