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Universidad nacional del nordeste
Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas
TRABAJO
PRACTICO
Nº 01
MATERIA:
“SOCIOLOGIA”
PRFESOR:
Dr. Salvador
TEMA:
“RevOLuCIón de LAS
Colonias inglesas de américa del
nORte”
Grupo:
Nº17
Universidad nacional del nordeste
Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas
Guerra de Independencia de los Estados Unidos
Fecha
Lugar
Resultado
1775 – 1783
Norteamérica, océano Atlántico, mar Mediterráneo, mar Caribe.
Tratado de París; independencia de EE. UU., recuperación de la Florida para la Corona
española, anexión de Tobago a Francia
Historia
Thomas Jefferson, el autor secundario de la Declaración.
La transformación económica, social y política que se produjeron en Inglaterra durante el siglo XVI,
favorecieron su expansión colonial en el siglo XVII. Además había grupo de hombres dispuestos a migrar
para colonizar nuevos territorios y comenzar una nueva vida. La reforma religiosa realizada por Enrique
VIII había producido fuertes encuentros entre la corona y algunos sectores de la sociedad que se oponía a
la religión anglicana y que preferían abandonar Inglaterra como una una solución para muchos
perseguidos por cuestiones religiosas en los primeros años del siglo XVII. a fin de poder practicar
libremente su fe.
Desde entonces, los estadounidenses han considerado a su país como un gran experimento, un modelo
valioso para otras naciones. Nueva Inglaterra también estableció otra tradición: un rasgo de moralismo
frecuentemente intolerante. Los puritanos creían que los gobiernos debían hacer cumplir la moralidad de
Dios. Castigaban severamente a los bebedores, los adúlteros, los violadores del Séptimo Día, y los
herejes. En las colonias puritanas el derecho de voto se limitaba a los miembros de la iglesia, y los
salarios de los ministros se pagaban de los impuestos. Roger Williams, un puritano que no estaba de
acuerdo con las decisiones de la comunidad, sostuvo que el estado no debía intervenir en cuestiones
religiosas. Obligado a salir de Massachusetts en 1635, fundó la vecina colonia de Rhode Island, la cual
garantizaba libertad religiosa y la separación del estado y la iglesia. Las colonias de Maryland, establecida
en 1634 como refugio para católicos, y Pennsylvania, fundada en 1681 por el dirigente cuáquero William
Penn, también se caracterizaron por su tolerancia religiosa. Esta tolerancia, a su vez, atrajo a otros grupos
de colonizadores al Nuevo Mundo.
Llegó toda clase de gente: aventureros, maleantes, fervorosos creyentes, constructores, soñadores.
América les prometía Un nuevo comienzo para la raza humana Por otro lado hombres de negocio
organizaron compañías colonizadoras para la explotación de diversos minerales y metales preciosos que
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creían que había. Por ejemplo las compañías de Londres y la de Plymounth con objeto de extraer oro en
estas tierras.
Inglaterra instaló 13 colonias, siendo la primera la de Virginia, en honor a Isabel I, la "reina virgen".Esta
eran pobres, no contaban con yacimientos de metales preciosos, ni con una población indígena densa y
estable para mano de obra. Su población crecía lentamente y faltaban capitales para fomentar el
crecimiento.
Después de la guerra de Inglaterra contra Francia, la corona quiso que las colonias le ayudasen a pagar la
enorme deuda militar de alrededor de 150 millones de libras esterlinas. Con este objetivo el parlamento
inglés estableció una serie de impuestos sobre el cuero, el azúcar, el papel y el té, que se importaba desde
América.
Con estas medidas los colonos temieron que todas las libertades que habían disfrutado hasta el momento
empezaban a venirse abajo de repente. También podía significar un revés importante para el comercio que
los colonos desarrollaban. Viendo el cariz que estaban tomando los acontecimientos el parlamento
británico decidió derogar la primera de las leyes, la de las Estampillas, pero al mismo tiempo intensificó
la segunda, la de Alojamiento, enviando oficiales de aduanas a la ciudad de Boston para que recolectaran
las cuotas. Los colonos no lo aceptaron y se negaron a obedecer a los ocupantes, por lo que éstos
reaccionaron mandando soldados a Boston.
MOTIVOS DEL CONFLICTO
al finalizar la Guerra de los 7 años (1756 a 1763), El 10 de febrero, el Tratado de París ponía fin al
imperio colonial francés en América del Norte y consolidaba a Inglaterra como la potencia hegemónica.
En oposición sólo tenía a España, que controlaba Nueva Orleans, la ciudad más importante, con unos
10.000 habitantes. Respecto a Francia, la pérdida territorial no fue sentida como algo catastrófico. Se
conservaban los derechos pesqueros en Terranova y la población católica francófona recibiría un trato de
respeto. Por otro lado en el Caribe las pérdidas pueden ser compensadas pues la colonia principal francesa
del Caribe, Puerto Príncipe (la Española), produce la mitad del azúcar consumido en todo el mundo, y su
comercio con África y las Antillas está en pleno apogeo.
La victoria de Inglaterra condujo directamente a un conflicto con sus colonias norteamericanas. Para
evitar que pelearan con los nativos de la región, llamados indios por los europeos, una proclama real negó
a los colonos el derecho de establecerse al oeste de los Montes Apalaches. El gobierno británico empezó a
castigar a los contrabandistas e impuso nuevos gravámenes al azúcar, el café, los textiles y otros bienes
importados. La Ley de Alojamiento obligó a las colonias a alojar y alimentar a los soldados británicos; y
con la aprobación de la Ley de Estampillas, debían adherirse estampillas fiscales especiales a todos los
periódicos, folletos, documentos legales y licencias.
Estas medidas parecieron muy justas a los políticos británicos, que habían gastado fuertes sumas de
dinero para defender a sus colonias norteamericanas durante y después de la Guerra Francesa e Indígena.
Seguramente su razonamiento era que los colonos debían sufragar parte de esos gastos. Pero los colonos
temían que los nuevos impuestos dificultaran el comercio, y que las tropas británicas estacionadas en las
colonias pudieran ser usadas para aplastar las libertades civiles que los colonos habían disfrutado hasta
entonces.
En general, estos temores eran infundados, pero fueron los precursores de lo que han llegado a ser
tradiciones profundamente arraigadas en la política estadounidense. Los ciudadanos desconfían del
"gobierno poderoso"; después de todo, millones de inmigrantes llegaron a los Estados Unidos para
escapar de la represión política.
En 1765, representantes de nueve colonias se reunieron como "Congreso sobre la Ley de Estampillas" y
protestaron contra el nuevo impuesto. Los comerciantes se negaron a vender productos británicos, los
distribuidores de estampillas se vieron amenazados por la muchedumbre enardecida y la mayoría de los
colonos sencillamente se negó a comprar las mencionadas estampillas. El parlamento británico se vio
forzado a revocar la Ley de Estampillas, pero hizo cumplir la Ley de Alojamiento, decretó impuestos al té
y a otros productos y envió funcionarios aduaneros a Boston a cobrar esos aranceles. De nuevo los
colonos optaron por desobedecer, así que se enviaron soldados británicos a Boston.
Las tensiones se aliviaron cuando Lord North, el nuevo Primer ministro británico, eliminó todos los
nuevos impuestos salvo el del té. En 1773, un grupo de colonos respondió a dicho impuesto escenificando
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la Fiesta del Té de Boston: disfrazados de indígenas, abordaron buques mercantes británicos y arrojaron
al agua, en el puerto de Boston, 342 huacales de té. El parlamento promulgó entonces las «Leyes
Intolerables» (Intolerable Acts): la independencia del gobierno colonial de Massachusetts fue
drásticamente restringida y se enviaron más soldados británicos al puerto de Boston, que ya estaba
cerrado a los buques mercantes
Se amplia el descontento porque Inglaterra intensificó su política colonial
Prohibición de instalación de colonos al oeste de los Apalaches
Las tierras del oeste ganadas a Francia eran codiciadas para instalarse y por hombres de negocios querían
comprarlas y revenderlas a aquellos colonos interesados
Se ven defraudados por la prohibición de ocuparlas hasta resolver el problema del reparto de tierras
Sobretodo el relacionado con el destino de los indígenas de la zona
Todas las colonias compartían la tradición del gobierno representativo. El monarca inglés nombraba a
muchos de los gobernadores coloniales, pero todos ellos debían gobernar conjuntamente con una
asamblea elegida. El voto estaba restringido a los terratenientes varones blancos, pero la mayoría de los
hombres blancos tenían propiedades suficientes para votar. Inglaterra no podía ejercer un control directo
sobre sus colonias norteamericanas. Londres estaba demasiado lejos, y los colonos tenían un espíritu muy
independiente.
UBICACIÓN DE LAS 13 COLONIAL
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LA GUERRA
Guerra de la Independencia de los Estados Unidos
Collage de batallas de la Guerra de Independencia de EEUU
El descontento se extendió por las Trece Colonias y provocó una manifestación en Boston en contra de
los impuestos que debían pagar por artículos indispensables como el papel, el vidrio o la pintura. En esta
manifestación no hubo ningún altercado y el gobierno inglés hizo oídos sordos a las peticiones de los
colonos. Pero éstos no iban a consentir que la situación continuara así, con lo que se reunieron junto a
varios miembros de otras poblaciones para urdir una acción más propagandística que la manifestación. En
1773 los colonos se reunieron en Boston. De Gran Bretaña llegaban tres naves cargadas de cajas que
contenían té. Varios miembros de la sociedad secreta se disfrazaron de indios y fueron nadando hasta
alcanzar los tres barcos. Una vez allí capturaron a sus tripulantes y tiraron la mercancía por la borda. Fue
la primera acción contra la represión de impuestos, lo que intranquilizó a los británicos.
En 1774 se reunió por primera vez el Congreso de colonos en contra de la servidumbre a los británicos y
a favor de una patria independiente. Ya se discuten unas hipotéticas leyes. Pese al clima de enemistad
contra los ingleses en las colonias, todavía había algunos colonos que apoyaban al rey inglés Jorge III,
siendo llamados kings-friends.
Los primeros combates
Tropas alemanas que sirvieron con los británicos,
llamadas «Hesianos» o «Hessians» en inglés (C.
Ziegler, tras Conrad Gessner, 1799).
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George Washington,
El 19 de abril de 1775, soldados ingleses salieron de Boston para
impedir la rebelión de los colonos mediante la toma de un depósito de
armas de estos últimos en la vecina ciudad de Concord. En el poblado
de Lexington se enfrentaron a 70 milicianos. Alguien, nadie sabe
quién, abrió fuego, y comenzó de este modo la guerra de
independencia. Los ingleses tomaron Lexington y Concord, pero en su
regreso hacia Boston fueron hostigados por cientos de voluntarios de
Massachusetts. Se producen las primeras bajas de la contienda, ocho
soldados colonos. Para junio, 10.000 soldados coloniales estaban
sitiando Boston. Los británicos principalmente atacaron con Casacas
rojas.
En mayo de 1775, un Segundo Congreso Continental se reunió en
Filadelfia y empezó a asumir las funciones de gobierno nacional.
Nombró catorce generales, autorizó la invasión del Canadá y organizó
un ejército de campaña bajo el mando de George Washington, un
hacendado virginiano y veterano de la Guerra Francesa e Indígena.
Consciente de que las colonias sureñas desconfiaban del fanatismo de
Massachusetts, John Adams presionó para que se eligiera a este
coronel de la milicia virginiana, que tenía cuarenta y tres años, como
comandante en jefe. Fue una elección inspirada. Washington, que
asistía al Congreso de uniforme, tenía el aspecto adecuado; era alto y
sereno, con un digno aire militar que inspiraba confianza. Como dijo
un congresista: «No era un tipo que actuara alocadamente, que
despotricara y jurara, sino alguien sobrio, firme y calmado».
Se empezaron a reclutar soldados de entre todas las partes de las
colonias. Muchos de ellos eran hombres que vivian del campo o
cazadores que eran bravucones y poco avezados en el combate. En las
primeras luchas contra los británicos, George Washington llegó a decir:
«hemos reclutado un ejército de generales, no obedecen a nadie».
Al principio, la guerra fue desfavorable para los colonos. En junio de 1775 se produjo una batalla en la
colina Búnker (Bunker Hill), frente a Boston. Los colonos sublevados se encontraban perfectamente
atrincherados. Los británicos asaltan la colina con 2.000 efectivos, pero los colonos no retroceden y
resisten y cuando los últimos asaltantes consiguen llegar a la cima las bajas británicas son de 800. Es una
victoria pírrica para los ingleses. Los insurgentes, además, hicieron circular su versión de los hechos, que
no era otra sino que se habían retirado simplemente por la falta de munición y no por el empuje de los
casacas rojas.
Travesía del río Delaware
El 2 de julio de 1776, el Congreso finalmente resolvió que: «estas Colonias Unidas son, y por derecho
deben ser, estados libres y soberanos». El 4 de julio de 1776 se reunieron 56 congresistas
estadounidenses para aprobar la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, que Thomas
Jefferson redactó con la ayuda de otros ciudadanos de Virginia. Se imprimió papel moneda y se iniciaron
relaciones diplomáticas con potencias extranjeras. En el congreso se encontraban cuatro de las principales
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figuras de la independencia: George Washington, Thomas Jefferson, Benjamin Franklin y John Adams.
De los 56 congresistas, 14 murieron durante la guerra. Benjamin Franklin se convierte en el primer
embajador y jefe de los servicios secretos.
La unidad se extendió entonces por las Trece Colonias para luchar contra los británicos. La declaración
presentó una defensa pública de la Guerra de Independencia, incluida una larga lista de quejas contra el
soberano inglés Jorge III. Pero sobre todo, explicó la filosofía que sustentaba la independencia,
proclamando que todos los hombres nacen iguales, y poseen ciertos derechos inalienables, entre ellos la
vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que los gobiernos pueden gobernar sólo con el
consentimiento de los gobernados; que cualquier gobierno puede ser disuelto cuando deja de proteger los
derechos del pueblo. Esta teoría política tuvo su origen en el filósofo inglés John Locke, y ocupa un lugar
prominente en la tradición política anglosajona.
Estos hechos convencieron al gobierno británico de que no se enfrentaba simplemente a una turba de
Nueva Inglaterra y barrió casi cualquier objeción que los miembros del gabinete tuvieran contra la
conquista de las colonias. La confirmaron de que Inglaterra estaba envuelta en una guerra, y no en una
simple rebelión, dictó una política militar dieciochesca convencional, consistente en maniobras y batallas
entre ejércitos organizados.
Este cambio de estrategia forzó a los británicos a evacuar la ciudad de Boston en marzo de 1776, y
transferir sus principales fuerzas a Nueva York, cuya población se presumía era más favorable a la causa
de la Corona y que contaba con un puerto superior y una posición central. En consecuencia, en el verano
de 1776, sir William Howe, que sustituyó a Gage como comandante en jefe del ejército británico en
Norteamérica, arribó al puerto de Nueva York con una fuerza de más de treinta mil hombres. Howe tenía
intención de aislar Nueva Inglaterra de los otros rebeldes y derrotar al ejército de Washington en una
batalla decisiva. Iba a pasar los dos años siguientes tratando de llevar a cabo este plan.
Según todas las apariencias, un enfrentamiento militar prometía todas las ventajas para Gran Bretaña, una
de las potencias más poderosas de la tierra, con una población de unos once millones, comparada con los
dos millones y medio de colonos, un quinto de los cuales eran esclavos negros. La armada británica era la
mayor del mundo y casi la mitad de sus buques participaron inicialmente en el conflicto con los nacientes
Estados Unidos. El ejército era una fuerza profesional bien entrenada; en 1778, llegó a tener cerca de
cincuenta mil soldados estacionados solo en Norteamérica, a los cuales se añadieron más de treinta mil
mercenarios alemanes durante la contienda.
Para enfrentarse a ese poder militar, los rebeldes tenían que empezar de la nada. El Ejército Continental
que crearon tenía menos de cinco mil efectivos permanentes, complementados por unidades de las
milicias estatales de diferentes tamaños. En la mayoría de los casos, unos oficiales inexpertos, no
profesionales, servían como jefes militares. Washington, el comandante en jefe, por ejemplo, solo había
sido coronel de regimiento en la frontera virginiana y tenía poca experiencia en el combate. No sabía nada
de mover grandes masas de soldados y nunca había dirigido un asedio a una posición fortificada. Muchos
de sus oficiales habían salido de las capas medias de la sociedad: había posaderos convertidos en
capitanes y zapateros en coroneles, como exclamó, asombrado, un oficial francés. Es más, «sucede con
frecuencia que los colonos preguntan a los oficiales franceses qué oficio tienen en Francia». No es de
extrañar, pues, que la mayoría de los oficiales británicos pensara que el ejército insurgente no era «más
que una banda despreciable de vagabundos, desertores y ladrones» incapaces de rivalizar con los casacas
rojas de Su Majestad. Un general británico llegó a alardear que con mil granaderos podía «ir de un
extremo a otro de Norteamérica y castrar a todos los hombres, en parte por la fuerza y en parte con un
poco de persuasión».
Sin embargo, estos contrastes eran engañosos, porque las desventajas británicas eran inmensas desde el
principio del conflicto. Gran Bretaña tenía que conducir la guerra desde el otro lado del Atlántico, a cinco
mil kilómetros de distancia, con los consiguientes problemas de comunicaciones y logística; incluso
alimentar adecuadamente era un problema casi insalvable. Al mismo tiempo, tenía que hacer una guerra
absolutamente diferente a la que cualquier país hubiera librado en el siglo XVIII. La propia Norteamérica
era inconquistable. La enorme extensión del territorio hacía que las maniobras y operaciones
convencionales fueran difíciles y engorrosas. El carácter local y fragmentario de la autoridad en
Norteamérica inhibía cualquier acción decisiva por parte de los británicos. No había ningún centro
neurálgico con cuya captura se pudiera lograr aplastar la rebelión. Los generales británicos acabaron por
decidir que su principal objetivo debía ser enfrentarse al ejército de Washington en una batalla, pero,
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como dijo el comandante en jefe británico no sabían como hacerlo, «ya que el enemigo se mueve con
mucha más celeridad de la que nosotros somos capaces».
Una de las causas de los resultados negativos de los colonos eran sus mosquetes, ya anticuados y que solo
podían disparar a pocos metros para obtener precisión. Esto llevó a que se creara un nuevo tipo de arma
más eficaz, que fue el fusil modelo Pennsylvania, de gran precisión desde más de 80 metros. Los colonos
en estos primeros combates lucharon en forma de guerrillas.
George Washigton, por su parte, comprendió desde el principio que, por el lado estadounidense, la guerra
tenía que ser defensiva. «En todas las ocasiones debemos evitar una acción general -dijo ante el
Congreso en septiembre de 1776- o arriesgar nada, a menos que nos veamos obligados por una
necesidad a la cual no deberíamos vernos arrastrados.» Aunque nunca actuó como cabecilla guerrillero y
se concentró todo el tiempo en crear un ejército profesional con el cual pretendía batir a los británicos en
una batalla abierta, en realidad, sus tropas pasaban buena parte del tiempo librando escaramuzas con el
enemigo, acosándolo y privándole de comida y avituallamiento siempre que era posible (guerra de
guerrillas). En esas circunstancias, la dependencia de los estadounidenses de unas fuerzas de la milicia no
profesionales y la debilidad de su ejército organizado los convertían, como dijo un oficial suizo, en más
peligrosos que «si tuvieran un ejército regular». Los británicos no comprendieron nunca a qué se
enfrentaban; esto es, a una verdadera revolución que contaba con un apoyo generalizado de la población.
Por ello, continuamente subestimaron el aguante de los rebeldes y sobreestimaron la fuerza de los colonos
leales a la Corona. Al final, la independencia acabó significando más para los estadounidenses que la
reconquista o conservación de las 13 Colonias para los ingleses.
Cuando las relaciones entre Gran Bretaña y sus colonias en Norteamérica se volvíeron más tensas, los
colonos crearon un gabinete en la sombra en cada colonia, con un Congreso Continental y Comités de
Correspondencia vinculaban. Cuando había combates en abril 1775, estos gabinetes en la sombra se
encargaron de cada colonia y expulsaron a todos los funcionarios reales. El deseo de independencia
aumentó rápidamente en respuesta a las acciones de Gran Bretaña y un panfleto denominado Common
Sense (Sentido Común) publicado por Thomas Paine tuvo una gran resonancia, invitando a los colonos a
conquistar la independencia total.
Los habitantes de 96 ciudades protestaron, ya que el Parlamento no los representaba frente a la corona, y
por lo tanto no podía decidir por ellos y formaron la liga de no importación, ideada por Frankiln.
Cuando en 1773 se aprobó la "Ley del Té", que beneficiaba a la Compañía Británica de las Indias
Orientales, los americanos arrojaron al mar todas las cajas de té que llevaban tres barcos anclados en
Boston. Éste fue el llamado "motín del té en Boston", y señala el primer acto de abierta rebeldía contra el
Gobierno inglés.
Los colonos no cejaron en su empeño y en 1774 en Filadelfia organizaron un Congreso para evaluar el
estado de la situación. Decidieron desobedecer las nuevas leyes británicas e intentar boicotear en lo
posible el comercio, por lo que empezaron a buscar armas para defenderse de las posibles represalias. La
respuesta, por supuesto, no se hizo esperar y el comienzo del conflicto se dio cuando en la localidad de
Lexington fuerzas británicas se enfrentaron a unos setenta colonos. Alguno de los dos bandos hizo fuego
por
lo
que
la
guerra
ya
estaba
servida.
Inglaterra se obstinó que los colonos debían obedecer y estalló la guerra. Los colonos confiaron el mando
a George Washington, y para pedir a Francia que interviniera mandaron a Franklin como embajador.
Unos años después de este hecho se organizó el segundo Congreso Continental, también en Filadelfia,
con la intención de que hubiese un ejército y una marina controlados por una persona representativa de
los colonos, nada más y nada menos que George Washington. Los siguientes pasos fueron el papel
moneda y un principio de relaciones con otras potencias extranjeras, hasta que Thomas Jefferson redactó
la llamada Declaración de independencia, en Virginia, que se aprobó en la fecha más importante hoy para
los
estadounidenses,
el
4
de
julio
del
año
1776.
El ejército de Washington carecía de todo, estaba desorganizado, sin armas, sin pólvora, sin ropas y sin
provisiones. Solamente pudo adquirir una cosa con rapidez y voluntad: la disciplina. Pero carecía de los
conocimientos tácticos de los bien organizados regimientos ingleses. Éstos, en cambio, no luchaban por
su tierra y su moral era bastante baja. En 1777 los americanos vencieron a los ingleses en la batalla de
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Saratoga. Entretanto había llegado un ejército francés, y España había mandado provisiones y armas
procedentes de México y las Antillas. En el año 1781 unos 8.000 soldados británicos fueron rodeados en
Yorktown (Virginia) por la alianza franco norteamericana bajo las órdenes de Washington. Los británicos
pidieron la paz y en el tratado de París de 1783 se reconoció por fin la independencia de los Estados
Unidos. Estaban cansados de lucha y de una guerra que no era popular, pues ambos pueblos eran
demasiado afines y no existía odio real que justificara la matanza.
Líderes tan importantes como George Washington, Benjamin Franklin y James Madison pretendieron
modificar algunos de los artículos de la Confederación, sin embargo fueron unos delegados los que
tuvieron la idea de redactar una nueva legislación que dio como resultado la gran Constitución de los
Estados Unidos de América que finalmente fue aceptada en 1788 tras muchas reuniones. Con esta
declaración se separaron los tres poderes, el ejecutivo, legislativo y judicial, totalmente independientes
entre sí, lo estados podían tomar decisiones propias, además se añadieron posteriormente un total de diez
enmiendas con la intención de no fortalecer en demasía el poder central. Se quería sobre todo dejar clara
la libertad individual del hombre en cualquiera de los casos, y también otras como la libertad de prensa,
de religión, de expresión etc. Otras de las enmiendas ya desarrollaban temas que en otros países europeos
tardarían en llegar como el derecho de la mujer a votar, así como abolir completamente la esclavitud. Este
texto constitucional ha quedado inamovible para la historia y se ha situado como el gran símbolo
norteamericano, envidia del resto de las naciones.Para resistir las presiones de Inglaterra, los colonos
hicieron alianzas con Francia y España, y en 1783 Inglaterra tuvo que desistir y reconocer la
Independencia
de
Estados
Unidos
de
América.
Terminada la guerra Washington fue elegido dos veces presidente de la república federal. Los Estados
Unidos fueron el primer país independiente de América. Su ejemplo repercutió en el resto de las colonias
española y portuguesa, pero también en Europa, ya que estimuló los sucesos que debían desembocar en la
Revolución Francesa que estalló a fines del siglo XVIII.
La batalla de Saratoga
Las cosas empezaron a cambiar en octubre de 1777 cuando un ejército británico bajo el mando del
General John Burgoyne se rindió en Saratoga, en el norte del estado de Nueva York. Este fue el golpe de
gracia y propagandístico que necesitaban los colonos para su independencia. Desde Canadá llegaron
indios (dirigidos por Joseph Brant), estos últimos estaban a favor de los británicos porque los colonos les
estaban expropiando sus tierras cada vez más. La expedición estaba comandada por el general John
Burgoyne y pretendía llegar a Albany. Sin embargo fueron interceptados y tuvieron que presentar batalla
en Freeman, cerca del río Hudson. Aquí estaban los colonos comandados por Benedict Arnold (que
después fue traidor), Horatio Gates y Daniel Morgan. Este último comandaba a fusileros vestidos con
pieles y que eran antiguos cazadores.
El general Burgoyne contaba con 600 mercenarios alemanes (los británicos llegaron a utilizar hasta
16.000 en toda la guerra) para tomar la granja. El 9 de septiembre Morgan tiene a sus hombres bien
escondidos en un bosque contiguo a la granja y en los trigales de la misma. Una vez se acercan los
mercenarios alemanes, los fusileros salen de sus escondites y disparan a los enemigos, produciendo gran
sorpresa entre estos y provocando que caigan a decenas. Burgoyne entonces manda otros 600 más, que
también caen. Los británicos retroceden, pero Burgoyne resiste, aunque sin suministros ni víveres, y
consigue poco tiempo después tomar la granja.
Horatio Gates, aunque hombre pesimista, es convencido por Morgan y Arnold para lanzar un ataque a los
británicos. Con los cañones incautados a los británicos bombardean la granja y consiguen la rendición de
Burgoyne. Entre el cañoneo de los colonos un general británico, Simon Fraser, ordenó una carga de
caballería totalmente desesperada, por lo difícil de la situación. Esta carga fue rápidamente neutralizada
por los hombres de Morgan, que consiguieron acabar con el general. Éste, antes de morir, pidió ser
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enterrado en el campo de batalla, y para ello varios soldados británicos se reunieron, lo que llegó a
confundir a los colonos. Creyendo que los enemigos se estaban reorganizando para otro ataque,
empezaron a cañonear la zona en que estaban enterrando a Simon Fraser, y aunque no dieron en el blanco
sí produjeron que los que se esforzaban en la faena fueran salpicados por la arena y el polvo. Al final se le
pudo enterrar entre una lluvia de balas de cañón. Este hecho produjo esta frase de un general alemán
llamado Riedesel: «¡qué gran entierro para un gran guerrero!»
La ayuda extranjera y el final de la guerra
Alentados por la victoria de Saratoga, Francia y España veían la oportunidad como una ocasión de oro
para lograr la revancha del desastroso Tratado de París de 1763, con el que concluyó la Guerra de los
Siete Años. Así Francia tras unos meses de cierta vacilación, entró abiertamente en la guerra firmando
una alianza en febrero de 1778 con los colonos. Pese a sus escasas provisiones y limitado adiestramiento,
las tropas coloniales pelearon bien en general, pero podrían haber perdido la guerra si no hubieran
recibido ayuda del erario francés, de la poderosa marina francesa y de las tropas enviadas por Francia.
Por su parte, España, aunque enseguida ayudó a los rebeldes con dinero, armas y municiones, se mostró
reacia a la intervención directa, debido al temor de Floridablanca a las consecuencias de un conflicto
armado; incluso aspiró a algo que, de momento, resultaba una verdadera utopía: la mediación entre los
contendientes. Los objetivos españoles en América eran expulsar a los británicos tanto del golfo de
México como de las orillas del Misisipi y conseguir la desaparición de sus asentamientos en América
Central.
Después de 1778, la lucha se trasladó en gran medida al sur y el conflicto ya había adquirido un cariz
internacional con la entrada de Francia. Un año más tarde la realidad se impuso y España declaró la
guerra a Inglaterra, pensando incluso en la posibilidad de invadir Gran Bretaña mediante el concurso de
una armada francoespañola, plan que resultó inviable. Para su entrada abierta en el conflicto el gobierno
español había firmado el llamado tratado de Aranjuez, acuerdo secreto con Francia sellado en Aranjuez
recién el 12 de abril de 1779, por el cual España conseguía una serie de concesiones a cambio de unirse a
Francia en la guerra. Ésta prometió su ayuda en la recuperación de Menorca, Mobile, Pensacola, la bahía
de Honduras y la costa de Campeche y aseguró que no concluiría paz alguna que no supusiera la
devolución de Gibraltar a España. Esto provocó que los británicos tuvieran que desviar a Gibraltar tropas
destinadas en un principio a las colonias.
Los puertos de Toulon y Brest, en Francia, que estaban bloqueados por los británicos, fueron
desbloqueados por la falta de efectivos de los británicos. Con los puertos atlánticos abiertos, los franceses
pudieron llevar tropas a América al mando de La Fayette y de Rochambeau, siendo esta ayuda de gran
importancia para los colonos, como se señaló más arriba.
Más tarde Holanda también se unirá a la coalición formada por España y Francia, con ambiciones de
ganar posiciones por el dominio de los mares.
En 1781, 8.000 soldados británicos al mando del general Charles Cornwallis fueron rodeados en Virginia,
el último reducto, por una flota francesa y un ejército combinado franco-estadounidense al mando de
George Washington de 16.000 hombres. Tiene lugar así la batalla de Yorktown. Cornwallis se rindió, y
poco después el gobierno británico propuso la paz. Murieron 156 británicos, 52 franceses y 20
independentistas, siendo los últimos en caer en la Guerra de la Independencia.
En los restantes frentes entre 1779 y 1781, España sitió Gibraltar, una vez más infructuosamente, y se
iniciaron una serie de campañas en América contra distintos puntos estratégicos del golfo de México en
manos británicas, en la mayor parte de los casos coronadas por el éxito (Pensacola). Por otro lado, una
exitosa expedición a Menorca permitió la recuperación de la isla en febrero de 1782. El Tratado de París o
Tratado de Versalles se firmó el 3 de septiembre de 1783 entre Gran Bretaña y Estados Unidos y puso
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término a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. El cansancio de los participantes y la
evidencia de que la distribución de fuerzas, con el predominio inglés en el mar, hacía imposible un
desenlace militar, condujo al cese de las hostilidades.
El tratado de París de 1783 (la Paz de Versalles)

Se reconocía la independencia de Estados Unidos de América y otorgó a la nueva nación todo el
territorio al norte de Florida, al sur del Canadá y al este del río Misisipi. El paralelo 32º se fijaba
como frontera norte. Gran Bretaña renunció, asimismo al valle del Ohio y dio a Estados Unidos
plenos poderes sobre la explotación pesquera de Terranova.

España mantenía los territorios recuperados de Menorca y Florida oriental y occidental. Por otro
lado recuperaba las costas de Nicaragua, Honduras (Costa de los Mosquitos) y Campeche. Se
reconocía la soberanía española sobre la colonia de Providencia y la inglesa sobre Bahamas. Sin
embargo, Gran Bretaña conservaba la estratégica posición de Gibraltar (Londres se mostró
inflexible, ya que el control del Mediterráneo era impracticable sin la fortaleza de la Roca).

Francia recuperaba algunos enclaves en las Antillas, además de las plazas del río Senegal en
África.

Holanda recibía Sumatra, estando obligada a entregar Negapatam (en la India) a Gran Bretaña y
a reconocer a los ingleses el derecho de navegar libremente por el Índico.

Gran Bretaña mantenía a Canadá bajo su Imperio, a pesar de que los estadounidenses trataron de
exportar a tierras canadienses su revolución.

Finalmente, se acordó el intercambio de prisioneros.
En general los logros alcanzados pueden juzgarse como favorables para España y en menor medida para
Francia a pesar del elevado coste bélico y las pérdidas ocasionadas por la casi paralización del comercio
con América, un pesado lastre que gravitaría sobre la posterior situación económica francesa. Por otra
parte, el triunfo de los rebeldes estadounidenses sobre Inglaterra no iba a dejar de influir en un futuro
próximo sobre las colonias españolas. Esta influencia vino por distintos caminos: la emulación de lo
realizado por comunidades en similares circunstancias, la solidaridad de los antiguos colonos con los que
aún lo eran, la ayuda de otras potencias interesadas en la desaparición del imperio colonial español, etc.
Estos aspectos se manifestaron de un modo claro durante las Guerras Napoleónicas.
De forma resumida, mediante este tratado:





Se reconocía la independencia de las Trece Colonias como los Estados Unidos de América y
otorgó a la nueva nación todo el territorio al norte de Florida, al sur del Canadá y al este del río
Misisipi. El paralelo 32º se fijaba como frontera norte. Gran Bretaña renunció, asimismo al valle
del río Ohio y dio a Estados Unidos plenos poderes sobre la explotación pesquera de Terranova
(Artículos 2 y 3).
El reconocimiento de las deudas contratadas legítimas debían pagarse a los acreedores de ambas
partes (Artículo 4).
Los Estados Unidos prevendrían futuras confiscaciones de las propiedades de los "Leales" —
colonos británicos que permanecieron leales a la corona británica durante la revolución
americana— (Artículo 6).
Los prisioneros de guerra de ambos bandos debían ser liberados (Artículo 7).
Gran Bretaña y los Estados Unidos tendrían libre acceso al río Misisipi (Artículo 8).
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Los británicos firmaron también el mismo día acuerdos por separado con España, Francia y los Países
Bajos, que ya habían sido negociados con anterioridad:

España mantenía los territorios recuperados de Menorca y Florida oriental y occidental. Por otro
lado recuperaba las costas de Nicaragua, Honduras (Costa de los Mosquitos) y Campeche. Se
reconocía la soberanía española sobre la colonia de Providencia y la inglesa sobre Bahamas. Sin
embargo, Gran Bretaña conservaba la estratégica posición de Gibraltar —Londres se mostró
inflexible, ya que el control del Mediterráneo era impracticable sin la fortaleza de la Roca.

Francia: Se le cedió Luisiana, San Pedro y Miquelón, Santa Lucía y Tobago. Se le otorgó el
derecho de pesca en Terranova. También recupera algunos enclaves en las Antillas, además de
las plazas del río Senegal en África.

Los Países Bajos recibían Sumatra, estando obligados a entregar Negapatam (en la India) a Gran
Bretaña y a reconocer a los ingleses el derecho de navegar libremente por el Océano Índico.

Gran Bretaña mantenía a Canadá bajo su Imperio, a pesar de que los estadounidenses trataron de
exportar a tierras canadienses su revolución.
Consecuencias
En general los logros alcanzados pueden juzgarse como favorables para España y en menor medida para
Francia a pesar del elevado coste bélico y las pérdidas ocasionadas por la casi paralización del comercio
con América un pesado lastre que gravitaría sobre la posterior situación económica francesa.
Por otra parte, el triunfo de los rebeldes norteamericanos sobre Inglaterra no iba a dejar de influir en un
futuro próximo sobre las colonias españolas. Esta influencia vino por distintos caminos: la emulación de
lo realizado por comunidades en similares circunstancias, la solidaridad de los antiguos colonos con los
que aún lo eran, la ayuda de otras potencias interesadas en la desaparición del imperio colonial hispano,
etc. Pero estos aspectos se manifestaron de un modo claro durante las Guerras napoleónicas.
La nueva constitución
Una vez conquistada la independencia resultó muy complicado poner de acuerdo a todas las antiguas
colonias. En 1787, 55 representantes de las antiguas colonias se reunieron en Filadelfia con el fin de
redactar una constitución. Se creaba así un único gobierno federal, con un presidente de la república y dos
cámaras legislativas (Cámara de Representantes y Senado). Esta constitución estaba inspirada en los
principios de igualdad y libertad que defendían los ilustrados franceses y se configuró como la primera
carta magna que recogía los principios del liberalismo político estableciendo un régimen republicano y
democrático. La independencia y democracia estadounidense causó un notable impacto en la opinión y la
política de Europa.
Elaboración y aprobación de la Declaración
El 11 de junio de 1776, el Congreso nombró un "Comité de los Cinco", formado por John Adams de
Massachusetts, Benjamin Franklin de Pennsylvania, Thomas Jefferson de Virginia, Robert R. Livingston
de Nueva York y Roger Sherman de Connecticut, para redactar una declaración. La comisión, después de
debatir las líneas generales que el documento debería seguir, decidió que Jefferson escribiría el primer
borrador.6 Teniendo en cuenta la apretada agenda del Congreso, Jefferson contó con tan solo 17 días para
su redacción.7 Una vez elaborado el borrador por Jefferson y consultados los demás miembros, se
hicieron algunos cambios y se presentó otra copia incorporando estas alteraciones. El comité presentó esta
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copia al Congreso el 28 de junio de 1776. El título del documento era "A Declaration by the
Representatives of the United States of America, in General Congress assembled. ("Una declaración de
los representantes de los Estados Unidos de América reunido en Congreso General").8
El cuadro de John Trumbull La Declaración de
Independencia recoge el momento de la presentación
del trabajo del Comité de los cinco al Congreso.
Mientras se producía el trabajo del comité del proyecto el Congreso reanudaba el debate sobre la
resolución de Lee sobre la independencia. John Dickinson hizo un último esfuerzo para retrasar la
decisión, pero tras un discurso de John Adams, el Congreso aprobó la misma el 2 de julio. Doce de las
trece delegaciones votaron a favor; la delegación de Nueva York se abstuvo, ya que no habían sido
autorizados a votar por la independencia, aunque serían autorizados por el Congreso Provincial de Nueva
York una semana después.9 Con la aprobación de la resolución de la independencia, las colonias habían
roto oficialmente los vínculos políticos con Gran Bretaña.10
Después de votar a favor de la resolución de independencia, el Congreso centró su atención en la
comisión del proyecto de la declaración. Durante varios días de debate, el Congreso hizo algunas
modificaciones en la redacción y suprimió casi una cuarta parte del texto remitido, en concreto se eliminó
todo un pasaje crítico al comercio de esclavos. El 4 de julio de 1776 se aprobó la redacción de la
Declaración de Independencia y se envió a la imprenta para su publicación.
En la firma, Benjamín Franklin es citado como habiendo respondido a un comentario de John Hancock
que deben permanecer (hang together) todos unidos: "Sí, tenemos que, de hecho, todos permanecer
juntos, o casi con total certeza, todos vamos a colgar por separado," un juego de palabras que indica el
hecho que de no permanecer unidos y tener éxito, serían juzgados y ejecutados, en forma individual, por
traición.
Fundamento filosófico
El Preámbulo de la Declaración está influido por el espíritu de republicanismo, que fue usado como el
marco de libertad.11 Además refleja la filosofía de Ilustración, incluyendo el concepto de la ley natural, y
el derecho de libre determinación. Las ideas y frases están extraídas de las obras de John Locke.
Texto de la Declaración
Las cinco partes de la Declaración de Independencia son: Introducción, el Preámbulo, la Acusación de
Jorge III, la Denuncia de los británicos, y la Conclusión.4 Esta versión es de Semanario Político,
Económico y Literario el 12 de diciembre de 1821.
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Declaración de Independencia de los Estados Unidos
Declaración de Independencia
Creado
4 de julio de 1776
Sitio
Archivos Nacionales de EEUU
Autores
Thomas Jefferson, John Adams y Benjamin Franklin
Signatarios
Congreso Continental
Función
Declarar la independencia de Gran Bretaña
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DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS
Introducción
Afirma que la gente
tiene la habilidad de
asumir la
independencia
política según la
Ley Natural.
Admite que el
motivo de
independencia tiene
que ser razonable, y
por eso, tiene que
ser explicado.
Preámbulo
Resume la filosofía
general de gobierno
que justifica una
revolución cuando
el gobierno hace
daño a los derechos
naturales.4 En el
preámbulo se
reconocen el
derecho a la Vida, a
la Libertad y a la
Felicidad: es el
primer documento
histórico en el que
se reconocen los
derechos humanos
más fundamentales.
Acusación
En CONGRESO, 4 de julio de 1776.
La Declaración unánime de los trece Estados unidos de América,
Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace
necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han
ligado a otro, y tomar entre las naciones de la tierra el puesto
separado e igual al que las leyes de la naturaleza y del Dios de esa
naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la
Humanidad exige que declare las causas que lo impulsan a la
separación.
Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que
todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su
Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la
Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad. Que para
garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres, los
gobiernos derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los
gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga
destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a
reformarla, o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que se funde
en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a
su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su
seguridad y felicidad. La prudencia, claro está, aconsejará que no
se cambie por motivos leves y transitorios gobiernos de antiguo
establecidos; y, en efecto, toda la experiencia ha demostrado que la
humanidad está más dispuesta a padecer, mientras los males sean
tolerables, que a hacerse justicia aboliendo las formas a que está
acostumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y
usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo,
evidencia el designio de someter al pueblo a un despotismo
absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y
proveer de nuevas salvaguardas para su futura seguridad y su
felicidad.
Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; y tal es ahora
la necesidad que las compele a alterar su antiguo sistema. La
historia del presente Rey de la Gran-Bretaña, es una historia de
repetidas injurias y usurpaciones, cuyo objeto principal es y ha sido
el establecimiento de una absoluta tiranía sobre estos estados. Para
probar esto, sometemos los hechos al juicio de un mundo imparcial.
Una lista de las
"repetidas injurias y Ha rehusado asentir a las leyes más convenientes y necesarias al
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usurpaciones."
bien público de estas colonias, prohibiendo a sus gobernadores
sancionar aun aquellas que eran de inmediata y urgente necesidad
a menos que se suspendiese su ejecución hasta obtener su
consentimiento, y estando así suspensas las ha desatendido
enteramente.
Ha reprobado las providencias dictadas para la repartición de
distritos de los pueblos, exigiendo violentamente que estos
renunciasen el derecho de representación en sus legislaturas,
derecho inestimable para ellos, y formidable sólo para los tiranos.
Ha convocado cuerpos legislativos fuera de los lugares
acostumbrados, y en sitos distantes del depósito de sus registros
públicos con el único fin de molestarlos hasta obligarlos a convenir
con sus medidas, y cuando estas violencias no han tenido el efecto
que se esperaba, se han disuelto las salas de representantes por
oponerse firme y valerosamente a las invocaciones proyectadas
contra los derechos del pueblo, rehusando por largo tiempo
después de desolación semejante a que se eligiesen otros, por lo
que los poderes legislativos, incapaces de aniquilación, han
recaído sobre el pueblo para su ejercicio, quedando el estado, entre
tanto, expuesto a todo el peligro de una invasión exterior y de
convulsiones internas.
Acusación
Se ha esforzado en estorbar los progresos de la población en estos
estados, obstruyendo a este fin las leyes para la naturalización de
Una lista de las
los extranjeros, rehusando sancionar otras para promover su
"repetidas injurias y establecimiento en ellos, y prohibiéndoles adquirir nuevas
usurpaciones."
propiedades en estos países.
En el orden judicial, ha obstruido la administración de justicia,
oponiéndose a las leyes necesarias para consolidar la autoridad de
los tribunales, creando jueces que dependen solamente de su
voluntad, por recibir de él el nombramiento de sus empleos y
pagamento de sus sueldos, y mandando un enjambre de oficiales
para oprimir a nuestro pueblo y empobrecerlo con sus estafas y
rapiñas.
Ha atentado a la libertad civil de los ciudadanos, manteniendo en
tiempo de paz entre nosotros tropas armadas, sin el consentimiento
de nuestra legislatura: procurando hacer al militar independiente y
superior al poder civil: combinando con nuestros vecinos, con plan
despótico para sujetarnos a una jurisdicción extraña a nuestras
leyes y no reconocida por nuestra constitución: destruyendo
nuestro tráfico en todas las partes del mundo y poniendo
contribuciones sin nuestro consentimiento: privándonos en muchos
casos de las defensas que proporciona el juicio por jurados:
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transportándonos mas allá de los mares para ser juzgados por
delitos supuestos: aboliendo el libre sistema de la ley inglesa en
una provincia confinante: alterando fundamentalmente las formas
de nuestros gobiernos y nuestras propias legislaturas y
declarándose el mismo investido con el poder de dictar leyes para
nosotros en todos los casos, cualesquiera que fuesen.
Acusación
Ha abdicado el derecho que tenía para gobernarnos,
declarándonos la guerra y poniéndonos fuera de su protección:
haciendo el pillaje en nuestros mares; asolando nuestras costas;
quitando la vida a nuestros conciudadanos y poniéndonos a merced
de numerosos ejércitos extranjeros para completar la obra de
muerte, desolación y tiranía comenzada y continuada con
circunstancias de crueldad y perfidia totalmente indignas del jefe
de una nación civilizada.
Ha compelido a nuestros conciudadanos hechos prisioneros en alta
Una lista de las
"repetidas injurias y mar a llevar armas contra su patria, constituyéndose en verdugos
de sus hermanos y amigos: excitando insurrecciones domésticas y
usurpaciones."4
procurando igualmente irritar contra nosotros a los habitantes de
las fronteras, los indios bárbaros y feroces cuyo método conocido
de hacer la guerra es la destrucción de todas las edades, sexos y
condiciones.
A cada grado de estas opresiones hemos suplicado por la reforma
en los términos más humildes; nuestras súplicas han sido
contestadas con repetidas injurias. Un príncipe cuyo carácter está
marcado por todos los actos que definen a un tirano, no es apto
para ser el gobernador de un pueblo libre.
Tampoco hemos faltado a la consideración debida hacia nuestros
hermanos los habitantes de la Gran Bretaña; les hemos advertido
de tiempo en tiempo del atentado cometido por su legislatura en
El fin del caso de
independencia. Las extender una ilegítima jurisdicción sobre las nuestras. Les hemos
recordado las circunstancias de nuestra emigración y
condiciones de
establecimiento en estos países; hemos apelado a su natural justicia
revolución son
4
y magnanimidad, conjurándolos por los vínculos de nuestro origen
justificadas.
común a renunciar a esas usurpaciones que inevitablemente
acabarían por interrumpir nuestra correspondencia y conexiones.
También se han mostrado sordos a la voz de la justicia y
consanguinidad. Debemos, por tanto, someternos a la necesidad
que anuncia nuestra separación, y tratarlos como al resto del
género humano: enemigos en la guerra y amigos en la paz .
Denuncia
Conclusión
Por tanto, Nosotros, los Representantes de los Estados Unidos,
reunidos en Congreso General, apelando al Juez supremo del
Universo, por la rectitud de nuestras intenciones, y en el nombre y
Los signatarios
afirman que existen con la autoridad del pueblo de estas colonias, publicamos y
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condiciones bajo las
cuales el pueblo
debe cambiar su
gobierno, y es
necesario que las
colonias anuncien
su separación y
disuelvan sus lazos
con la corona
británica.
declaramos lo presente: que estas colonias son, y por derecho
deben ser, estados libres e independientes; que están absueltas de
toda obligación de fidelidad a la corona británica: que toda
conexión política entre ellas y el estado de la Gran Bretaña, es y
debe ser totalmente disuelta, y que como estados libres e
independientes, tienen pleno poder para hacer la guerra, concluir
la paz, contraer alianzas, establecer comercio y hacer todos los
otros actos que los estados independientes pueden por derecho
efectuar. Así que, para sostener esta declaración con una firme
confianza en la protección divina, nosotros empeñamos
mutuamente nuestras vidas, nuestras fortunas y nuestro sagrado
honor.
Firmantes

La firma primera y
famosa en la
versión oficial es de
John Hancock, el
presidente del
Congreso
Continental. Dos
presidentes futuros,
Thomas Jefferson y
John Adams, son
signatarios. Edward
Rutledge (26 años
de edad), es el
firmante más joven,
y Benjamin
Franklin (70 años
de edad) es el
firmante más viejo.
Los cincuenta y seis
firmantes de la
Declaración
representaban los
nuevos estados
según su situación
(del norte al sur):5












Nueva Hampshire: Josiah Bartlett, William Whipple,
Matthew Thornton
Massachusetts: Samuel Adams, John Adams, John
Hancock, Robert Treat Paine, Elbridge Gerry
Rhode Island: Stephen Hopkins, William Ellery
Connecticut: Roger Sherman, Samuel Huntington, William
Williams, Oliver Wolcott
Nueva York: William Floyd, Philip Livingston, Francis
Lewis, Lewis Morris
Nueva Jersey: Richard Stockton, John Witherspoon,
Francis Hopkinson, John Hart, Abraham Clark
Pensilvania: Robert Morris, Benjamin Rush, Benjamin
Franklin, John Morton, George Clymer, James Smith,
George Taylor, James Wilson, George Ross
Delaware: George Read, Caesar Rodney, Thomas McKean
Maryland: Samuel Chase, William Paca, Thomas Stone,
Charles Carroll of Carrollton
Virginia: George Wythe, Richard Henry Lee, Thomas
Jefferson, Benjamin Harrison, Thomas Nelson, Jr., Francis
Lightfoot Lee, Carter Braxton
Carolina del Norte: William Hooper, Joseph Hewes, John
Penn
Carolina del Sur: Edward Rutledge, Thomas Heyward, Jr.,
Thomas Lynch, Jr., Arthur Middleton
Georgia: Button Gwinnett, Lyman Hall, George Walton
Carta de Derechos de los Estados Unidos
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Imagen de la Carta de Derechos de los
Estados Unidos, en la Administración de
Archivos Nacionales de EE. UU.
La Carta de Derechos (en inglés, Bill of Rights) es el término por el que se conocen las diez primeras
enmiendas de la Constitución de los Estados Unidos de América. Estas enmiendas limitan el poder del
gobierno federal, y garantizan los derechos y libertades de las personas. Entre los derechos y libertades
que la Carta de Derechos garantiza se encuentran los siguientes: la libertad de expresión, la libertad de
asamblea, la libertad religiosa, la libertad de petición, y el derecho a tener y portar armas; el derecho a no
ser sometido a registros e incautaciones irrazonables, o a castigos crueles e inusuales; el derecho a no
testificar contra uno mismo, al debido proceso, y a un juicio rápido con un jurado imparcial y local.
Además, la Carta de Derechos establece que “la enumeración en la Constitución, de ciertos derechos, no
debe ser interpretada para negar o menospreciar otros retenidos por el pueblo.” La Carta de Derechos
también reserva a los estados o al pueblo todos los poderes no delegados al gobierno federal. Estas
enmiendas entraron en vigor el 15 de diciembre de 1791, cuando fueron ratificadas por tres cuartas partes
de los estados.
El primer borrador fue obra de James Madison en 1789. La Carta de Derechos fue redactada en una época
de conflicto ideológico entre federalistas y antifederalistas, que se originó en la Convención de Filadelfia
de 1787 y que ponía en peligro la ratificación de la Constitución. La Carta de Derechos tuvo influencias
de la Declaración de Derechos de Virginia (1776) redactada por George Mason, la Carta de Derechos
Inglesa de 1689, los trabajos de la época de la Ilustración referentes a los derechos naturales, y
documentos políticos ingleses tales como la Carta Magna (1215). La Carta de Derechos fue una respuesta
a los influyentes oponentes de la Constitución, incluyendo prominentes miembros de la Convención de
Filadelfia, quienes argumentaron que fracasaba en defender los principios básicos de la libertad humana.
La Carta de Derechos juega un papel central en el derecho estadounidense y en su gobierno, y continúa
siendo un símbolo fundamental de la libertad y la cultura de la nación. Una de las catorce copias
originales de la Carta de Derechos se encuentra expuesta públicamente, en los Archivos Nacionales en
Washington D. C.
Aunque el documento original contenía en realidad doce enmiendas, las dos primeras no fueron
ratificadas inicialmente. Es importante destacar que la segunda fue ratificada dos centurias más tarde
como la Vigesimoséptima Enmienda. Como las dos primeras enmiendas trataban sobre el propio
Congreso más que sobre los derechos de las personas, el término "Carta de Derechos" tradicionalmente se
refería a las enmiendas entre la tercera y la duodécima del documento, ambas incluidas, que fueron
ratificadas como las primeras diez enmiendas. Este uso tradicional ha continuado incluso con la
ratificación de la Vigesimoséptima Enmienda.
Trasfondo
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La Convención de Filadelfia se convocó para corregir los defectos inherentes a los Artículos de la
Confederación que habían aparecido incluso antes de que la Guerra de la Independencia concluyera: se
consideraba ampliamente que el gobierno central necesitaba mayor poder para introducir cambios
necesarios, ya que el Congreso carecía de autoridad fiscal; el Liberum Veto y el requisito de mayoría para
lograr reformas legislativas permitía a uno o dos estados derrotar propuestas legislativas; no habían
previsto mecanismos para que el poder ejecutivo ejecutara las leyes o para que una corte nacional pudiera
interpretarlas; y un estado podía negarse a quedar vinculado por tratados o acuerdos internacionales.
La necesidad de una legislación fuerte y unificada y de una autoridad central con poder suficiente para
poder conducir los asuntos importantes, llevaron a un gobierno federal fuerte adoptado por compromiso
en la Convención.
El nuevo gobierno federal, un producto del Compromiso de Connecticut entre el Plan de Nueva Jersey y
el Plan de Virginia, incluía a un fuerte Poder ejecutivo, un fuerte Poder legislativo y un Poder judicial
independiente. Sin embargo, un arduo debate entre las facciones políticas conocidas como federalistas y
antifederalistas influyó sobre el equilibrio entre el fortalecimiento del gobierno nacional y el
debilitamiento de los derechos de las personas, que sólo diez años antes se habían rebelado expresamente
contra la tiranía de Jorge III de Inglaterra.
Argumentos en contra
La idea de añadir una carta de derechos a la Constitución causó
controversia desde su planteamiento, y sufrió una fuerte
oposición por parte de varios notables hombres
estadounidenses, incluido Alexander Hamilton. En el artículo
Federalist No. 84 publicado durante la Convención de
Filadelfia el 28 de mayo de 1788, Hamilton argumentó que "la
Constitución es en sí misma...una Carta de Derechos".
Hamilton argumentó en contra de la Carta de Derechos,
afirmando que la ratificación de la Constitución no implicaba
la restricción de los derechos del pueblo, y por ello su
protección era innecesaria: "Aquí, en estricto rigor, el pueblo
no renunció a nada, y como retiene todo, no necesita reservas
particulares". Como los críticos de la Constitución se referían a
documentos políticos anteriores que protegían derechos
específicos, Hamilton argumentaba que la Constitución era
inherentemente diferente
Un retrato de Alexander Hamilton
por John Trumbull, 1792
Los Antifederalistas
Durante el debate de ratificación de la Constitución, figuras revolucionarias famosas tales como Patrick
Henry se declararon públicamente en contra de la Constitución. Argumentaban que el fuerte gobierno
nacional propuesto por los federalistas era una amenaza para los derechos individuales y que el Presidente
se convertiría en un rey, y objetaron al sistema judicial federal propuesto por la Constitución. Thomas
Jefferson, entonces embajador en Francia, expresó su preocupación, motivada por la falta de una Carta de
Derechos, entre otras críticas. En respuesta al argumento de que una lista de derechos podría ser
interpretada como exhaustiva, Jefferson escribió a Madison: "la mitad de un pan es mejor que no tener
uno. Si no podemos asegurar todos nuestros derechos, aseguremos, al menos, los que podamos".
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Los mejores y más influyentes artículos y discursos que criticaban la Constitución fueron recopilados por
los historiadores en una colección llamada los Papeles Antifederalistas, en alusión a los Papeles
Federalistas que habían defendido la creación de un gobierno federal más fuerte. Uno de estos, un ensayo
titulado “Sobre la falta de una Carta de Derechos” ("On the lack of a Bill of Rights"), posteriormente
llamado “Antifederalista número 84” ("Antifederalist Number 84"), fue escrito con el seudónimo de
“Brutus”, probablemente por Robert Yates. En respuesta al argumento de los federalistas que creían que
era innecesario proteger a las personas de poderes que no se le concederían al gobierno, "Brutus" escribió:
"Encontramos, en la novena sección del primer artículo declarado, que el procedimiento de
habeas corpus no podrá ser suspendido, excepto en casos de rebelión - que ninguna pena de
ejecución legislativa, o ley retroactiva, será aprobada - que ningún título de nobleza se otorgará
en los Estados Unidos, etc. Si todo lo que no se otorga queda reservado, ¿cuál es el propósito de
estas excepciones? ¿Otorga esta Constitución en alguna parte el poder de suspender el
procedimiento de habeas corpus, de crear leyes retroactivas, o de otorgar títulos nobiliarios?
Ciertamente no lo hace de forma expresa. La única respuesta que puede darse es que éstos se
encuentran implícitos en los poderes generales otorgados. Con igual certeza se puede decir, que
todos los poderes contra cuyo abuso la carta de derechos protege se encuentran contenidos o
implícitos en los poderes generales otorgados por la Constitución".
Ratificación y el Compromiso de Massachussets
El individualismo era el elemento fuerte de la oposición; la necesidad, o al menos el deseo, de una carta
de derechos era sentido casi universalmente, y los antifederalistas pudieron jugar con estos sentimientos
en la convención de ratificación de Massachusetts. En esta etapa, cinco de los estados ya habían ratificado
la Constitución con relativa calma; sin embargo, la convención de Massachusetts fue amarga y
contenciosa:
"En Massachusetts, la Constitución sufrió una seria y organizada oposición. La convención votó
por la ratificación el 6 de febrero de 1788 (187-168) solo después de que dos líderes
antifederalistas, John Adams y John Hancock, negociaran un acuerdo. Los antifederalistas
habían demandado que la Constitución fuera enmendada antes de que ellos la consideraran o que
las enmiendas fueran una condición para la ratificación. Los federalistas contestaron que debía
ser aceptada o rechazada tal como era. Bajo el compromiso de Massachusetts, los delegados
recomendaron enmiendas para que fueran consideradas por el nuevo Congreso, antes de que la
Constitución entrara en vigor. El Compromiso de Massachusetts determinó el destino de la
Constitución, al permitir que delegados que tenían dudas acerca de votar por ella tuvieran la
esperanza de que sería enmendada."1
Cuatro de los siguientes estados en ratificar, incluyendo Nuevo Hampshire, Virginia y Nueva York,
incluyeron un lenguaje similar en sus instrumentos de ratificación. Con ello, aunque los antifederalistas
no tuvieron éxito en su misión de impedir la adopción de la Constitución, sus esfuerzos no fueron
totalmente en vano.
Borrador
Una vez que la Constitución de Estados Unidos fue ratificada en 1789, el primer Congreso de los Estados
Unidos se reunió en el Edificio Federal de la ciudad de Nueva York. La mayoría de los delegados
acordaron que una "carta de derechos" era necesaria, y qué derechos deberían estar enumerados en ella.
James Madison, a la cabeza de la delegación de Virginia en el Primer Congreso, había propuesto una
Carta de Derechos con la esperanza de prevenir un potencial desastre político. La segunda Convención
Constitucional podría deshacer los difíciles compromisos alcanzados en 1787, poner la Constitución
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entera a reconsideración y subvertir el trabajo que él y muchos otros habían realizado para establecer la
estructura de gobierno de los Estados Unidos. Madison basó su trabajo en la Declaración de Derechos de
Virginia (1776), obra de George Mason. Además de esta influencia directa, la Carta de Derechos de
Madison reflejaba siglos de derecho y filosofía ingleses, modificados por los principios de la revolución
estadounidense.
La tradición jurídica inglesa incluía documentos
revolucionarios tales como la Carta Magna (1215), que
protegió los derechos de los nobles contra el rey de Inglaterra,
y la Carta de Derechos inglesa (1689), que protegió los
derechos de los legisladores en el Parlamento contra de los
poderes del rey. También influyó el pensamiento político de
John Locke, quien había argumentado que todos los hombres
tenían derechos naturales inalienables por su condición de
seres humanos y que el propósito del gobierno era proteger los
derechos de propiedad, ideas que se convirtieron en parte de la
concepción estadounidense de gobierno. Madison, en la Carta
de Derechos de Estados Unidos, continuó la tradición radical
de la revolución estadounidense extendiendo y codificando
estos derechos.
James Madison, "Padre de la
Constitución" y primer autor de la Carta
de Derechos.
Antecedentes
Hasta cierto punto, la Carta de Derechos y la revolución estadounidense incorporaban las ideas del
filósofo inglés John Locke, quien argumentó en su trabajo de 1689, Dos Tratados sobre el gobierno civil,
que la sociedad civil fue creada para la protección de la propiedad (Latín proprius, o de lo que es propio
de cada ser humano, refiriéndose a la "vida, libertad y estado". Locke también avanzó la noción de que
cada individuo es libre e igual en el estado de naturaleza. Locke desarrolló la idea de derechos naturales
inherentes a todos los individuos de la raza humana, un concepto que Madison mencionó en su discurso al
presentar la Carta de Derechos al Primer Congreso.
Proceso de Ratificación
El 20 de noviembre de 1789, Nueva Jersey se convirtió en el primer estado en ratificar las enmiendas. El
15 de diciembre de 1791, diez de estas propuestas se convirtieron en las primeras diez enmiendas —y ley
oficial de los Estados Unidos- cuando fueron ratificadas por la asamblea legislativa de Virginia.
Los Artículos III–XII fueron ratificados por 11/14 estados (> 75%). El Artículo I, rechazado por
Delaware, fue ratificado solo por 10/14 estados (< 75%), y a pesar de la tardía ratificación de Kentucky
(11/15 estados < 75%), el artículo nunca ha recibido la aprobación suficiente para formar parte de la
Constitución. El Artículo II fue ratificado por 6/14 estados, después por 7/15 estados, pero no recibió la
mayoría de tres cuartos de los estados necesaria para su ratificación sino hasta 1992 cuando se convirtió
en la Vigesimoséptima Enmienda de la Constitución.
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Fechas de las ratificaciones
 Nueva Jersey, 20 de noviembre de 1789;
rechazó el artículo II
 Maryland, 19 de diciembre de 1789; aprobó
todo
 Carolina del Norte, 22 de diciembre de 1789;
aprobó todo
 Carolina del Sur, 19 de enero de 1790; aprobó
todo
 Nuevo Hampshire, 25 de enero de 1790;
rechazó el artículo II
 Delaware, 28 de enero de 1790; rechazó el
artículo II
 New York, 27 de febrero de 1790; rechazó el
artículo II
 Pensilvania, 10 de marzo de 1790; rechazó el
artículo II
 Rhode Island, 7 de junio de 1790; rechazó el
artículo II
 Vermont, 3 de noviembre de 1791; aprobó todo
 Virginia, 15 de diciembre de 1791; aprobó todo
Texto de la Carta de Derechos
Preámbulo
Preámbulo de la Carta de Derechos:
EL Congreso de los Estados Unidos iniciado y concluido en la Ciudad de Nueva York, el miércoles
cuatro de marzo, del año mil setecientos ochenta y nueve.
LAS Convenciones de un número de Estados, habiendo en el momento de adoptar la Constitución,
expresado el deseo, con el fin de prevenir el abuso o malinterpretación de sus poderes, de que cláusulas
adicionales declaratorias y restrictivas deberían ser añadidas: Y al extender el ámbito de confianza
pública hacia el Gobierno, es la mejor forma de asegurar el fin benéfico de su institución.
RESUELTO por el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, reunidos como
Congreso, concurriendo con dos tercios de ambas cámaras, que los siguientes artículos sean propuestos
a las asambleas legislativas de los distintos estados, como enmiendas a la Constitución de los Estados
Unidos, con todos, o algunos de estos artículos, cuando sean ratificados por tres cuartos de dichas
asambleas legislativas, sean válidos para todos los fines y propósitos, como parte de la Constitución; viz.
LOS ARTICULOS añadidos, y enmiendas a la Constitución de los Estados Unidos de América,
propuestos por el Congreso, y ratificados por las asambleas legislativas de varios estados, de acuerdo
con lo dispuesto en el quinto artículo de la Constitución original.

ENMIENDA I Libertad de expresión, de prensa, religiosa, asamblea pacífica y de petición al
gobierno.
El Congreso no aprobará ley alguna por la que adopte una religión oficial del estado o prohíba el libre
ejercicio de la misma, o que restrinja la libertad de expresión o de prensa, o el derecho del pueblo a
reunirse pacíficamente y a pedir al gobierno la reparación de agravios.

ENMIENDA II Derecho de las personas a tener y portar armas, así como a mantener una
milicia.
Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un estado libre, no se violará el
derecho del pueblo a poseer y portar armas.
Universidad nacional del nordeste
Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas

ENMIENDA III Protección contra el alojamiento de militares.
En tiempo de paz no se alojará a ningún soldado en casa alguna sin el consentimiento del propietario; ni
en tiempo de guerra, excepto en la forma prescrita por ley.

ENMIENDA IV Protección contra registros e incautaciones irrazonables.
El derecho del pueblo a que sus personas, domicilios, papeles y efectos se encuentren protegidos contra
registros e incautaciones irrazonables, será inviolable, y no se expedirán al efecto órdenes que no se
apoyen en un motivo verosímil, estén corroborados mediante juramento o afirmación y describan con
particularidad el lugar que deba ser registrado y las personas o cosas que han de ser incautadas.

ENMIENDA V Debido proceso, Non Bis In Ídem, auto-incriminación, propiedad privada.
Nadie estará obligado a responder de un delito castigado con la pena capital o de otro delito infame a
menos que un gran jurado lo acuse, a excepción de los casos que se presenten en las fuerzas navales o
terrestres, o en la milicia nacional cuando se encuentre en servicio actual en tiempo de guerra o peligro
público; tampoco se juzgará a persona alguna dos veces con motivo del mismo delito, el cual conlleve la
pérdida de la vida o algún miembro ; ni se le compelerá a declarar contra sí misma en ningún juicio
criminal; ni se le privará de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal; ni se tomará
propiedad privada para uso público sin una justa indemnización.

ENMIENDA VI Juicio por jurado y otros derechos del acusado.
En toda causa criminal, el acusado gozará del derecho de ser juzgado rápidamente y en público por un
jurado imparcial del distrito y estado en que el delito se haya cometido, Distrito que deberá haber sido
determinado previamente por ley; así como de que se le haga saber la naturaleza y causa de la
acusación, de que se caree con los testigos en su contra, de que se obligue a comparecer a los testigos
que le favorezcan y de contar con la ayuda de un abogado que le defienda.

ENMIENDA VII Juicio civil por jurado.
El derecho a que se celebren ante un jurado los juicios de derecho consuetudinario en que el valor en
disputa exceda de veinte dólares, será garantizado, y ningún hecho juzgado por un jurado será
reexaminado en tribunal alguno de los Estados Unidos, salvo con arreglo a las normas del derecho
consuetudinario.

ENMIENDA VIII Prohibición de una fianza excesiva, al igual que de castigos crueles e
inusuales.
No se exigirán fianzas excesivas, ni se impondrán multas excesivas, ni se infligirán penas crueles e
inusuales.

ENMIENDA IX Protección de derechos no específicamente enumerados en la Carta de
Derechos.
No se interpretará la enumeración en la Constitución de ciertos derechos para negar o menospreciar
otros derechos retenidos por el pueblo.

ENMIENDA X Poderes de los estados y de las personas.
Universidad nacional del nordeste
Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas
Los poderes que la Constitución no delega a los Estados Unidos ni prohíbe a los Estados, quedan
reservados a los estados respectivamente o al pueblo.
Páginas Web visitadas
Guerra de la Independencia es.wikipedia.org/.../Guerra_de_Independencia_de_los_Estados_U
de EEU
nidos
Declaración de la
es.wikipedia.org/.../Declaración_de_Independencia_de_los_Estad
Independencia de EEUU
os_Unidos
Independencia de EEUU
www.portalplanetasedna.com.ar/independencia_eeuu.htm
Carta de los Derechos de
es.wikipedia.org/.../Carta_de_Derechos_de_los_Estados_Unidos
los EEUU
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