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PESCANDO EN INTERNET 10 Dr. Ricardo Topolanski En el British Medical Journal 2001; 323: 93, encontré un articulo de revisión sobre Endometriosis que me pareció interesante. Está escrito por el doctor Andrew Prentice, un experto en el tema y lo que me atrajo fueron las primeras palabras del artículo: “Muchos médicos, tanto médicos generales como especialistas, encuentran difícil de manejar a la endometriosis.” Pregunto: ¿quién de nosotros no se las ha visto a veces con grandes dificultades para manejar algunos casos? También me sigo preguntando, como lo hace el Dr. Prentice, ¿porqué algunos casos con escasos y pequeños nódulos peritoneales tienen problemas serios, como por ejemplo esterilidad, mientras que otros, con lesiones extensas, pasan casi desapercibidos? El artículo, que recomiendo especialmente para los residentes, es muy didáctico y establece en cuadros destacados los aspectos más importantes. El artículo completo puede verse en la biblioteca de la sociedad. ASPECTOS PUNTUALES. La endometriosis es una causa común de dolor pélvico. Es difícil diagnosticarla porque las pacientes presentan una gran variedad de síntomas. El tratamiento primario deberá incluir drogas antiinflamatorias no esteroideas, y contraceptivos orales combinados. Debe pasarse la paciente a un especialista cuando el tratamiento de primera línea falla o cuando hay problemas de infertilidad. Existe controversia acerca del rol preciso de la cirugía siendo necesaria una mayor evidencia Síntomas de la endometriosis: Dismenorrrea Dolor pélvico Dolor abdominal bajo o dolor lumbosacro o perigenital. Dispareunia Disquesia (dolor con la defecación) Micción dolorosa Dolor con el ejercicio Tratamiento médico de laendometriosis Droga AINE (diclofenac, ibuprofeno, naproxeno, ácido mefenámico) Progestágenos (dihidrogesterona, MPA, noretisterona) Andrógenos sintéticos (danazol, gestrinona) Estrógenos y progestágenos combinados Análogos GRH (buserelin, goserelin, leuprolrelin acetato, nafarelin, triptorelin) El artículo se Análogos GRH y combinaciones de TRH enfermedad: en primer (continua o secuencial) o tibolona. Efectos secundarios Irritación gástrica Distensión, retención hídrica, tensión mamaria, náusea Seborrea, acné, aumento de peso, calambres, síntomas menopáusicos (excluyendo osteoporosis) Similares a los asociados con los ACO Síntomas menopáusicos incluyendo osteoporosis extiende sobre dos aspectos importantes de la La adición de TRH de mejora efectos secundarios lugar, el manejo la los endometriosis sintomática, en donde se plantean las dificultades de diagnóstico y las estrategias de manejo y El 12/01/02, en el número 324 del BMJ, se insertan dos cartas de lectores: una de ellas, de Jones y Sutton, se refiere a hecho de que el énfasis puesto en el artículo de Prentice sobre el tratamiento médico, es engañoso. Anota que existe numerosa evidencia de grado II y de grado III en la literatura, que apoya a la cirugía laparoscópica como el tratamiento primario para todas las modalidades de la endometriosis, reservando el tratamiento médico sólo para el control de la sintomatología dolorosa hasta que se haga el tratamiento quirúrgico. En la segunda carta, de NN Amso, se pone énfasis en la posible asociación de endometriosis con patología maligna, y en el valor de la ecografía para el diagnóstico, sobre todo de los quistes de ovario, en los que la malignidad puede llegar hasta un 8.8%, sea contigua o no a la lesión endometriósica. El tema de las mamografías sigue dando que hablar, tanto en la prensa diaria como en las revistas especializadas. Tiene razón F. Leborgne cuando dice que dejemos esto en manos de los gurúes de los meta análisis. En un artículo publicado en el New York Times del 09/02/2002 I.Craig Henderson, miembro del comité del Institute of the National Academy of Medicine de los EEUU, que estudió este problema, informa que se llegó a una conclusión opuesta a la de los autores daneses, pero que esto no es una sorpresa terrible. Todos los ensayos clínicos que se estudiaron eran antiguos y se encontraron errores en ellos. Según I. Craig Henderson dice que “es tiempo de sacar el debate de estos viejos siete estudios y encontrar caminos sobre los cuales podamos edificar estos resultados” Nuevas tecnologías, tales como la mamografía digital, la resonancia magnética y las tomografías podrían mejorar potencialmente nuestra habilidad para detectar signos precoces de cáncer de mama. Son métodos muy prometedores, pero que aún no han sido evaluados adecuadamente. Existen también nuevos métodos totalmente distintos, tales como la investigación de los microconjuntos genéticos (genetic microarrays) (no se refiere a las secuencias proteómicas de las que hablaremos en la próxima pesca sino a un sistema parecido de investigación, que utiliza conjuntos de genes cuya actividad se investiga por acoplamiento con ARN marcado), que detectan genes precancerosos en el tejido mamario; la identificación de marcadores tumorales, tales como ciertas proteínas que aparecen en la superficie de algunas células y exámenes de sangre que detectan secreciones de las células cancerosas, métodos que tal vez podrán algún día disminuir la mortalidad por cáncer de mama. Por el momento, ninguna agencia gubernamental de los EEUU, incluyendo los NIH, ni ninguna organización privada han cambiado sus recomendaciones para la detección precoz del cáncer de mama como resultado de la comunicación de los médicos daneses (que sólo se refirió a 7 trabajos). “La mamografía no es una herramienta perfecta de tamizaje, pero actualmente es la herramienta más efectiva que tenemos para hallar el cáncer de mama en sus estadios más precoces”, algo con lo que concuerdo totalmente. Nuevamente la prensa se hace eco de artículos publicados en revistas médicas, fácilmente accesibles “on line” y no siempre quienes los comentan tienen una base lo suficientemente sólida como para interpretarlos debidamente. En La Nación de Buenos Aires apareció un artículo titulado “Nuevas evidencias contra los estrógenos” y El País de Montevideo, se hace eco de la misma noticia en su sección “Se Dice”. El artículo que dio origen a esta noticia se publicó en JAMA 2002;287;734-741, titulado Hormone replacement therapy in Relation to Breast Cancer bajo la responsabilidad de Emily White PhD del Fred Hutchinson Cancer Research Center. Sus conclusiones finales dicen: Nuestros datos se agregan al creciente cuerpo de evidencias de que el uso por largo tiempo de la TRH se asocia con un aumento del riesgo de padecer cáncer de mama y de que este uso puede relacionarse particularmente con los tumores lobulares. El problema es que así leído, este párrafo no deja de ser alarmante, por lo que hay que saber interpretarlo debidamente. No es que queramos hacer una apología sin restricciones de la TRH y sin tener en cuenta los riesgos que ésta pueda tener, sino que sólo queremos recordar la última comunicación de la Dra. Trudy Bush hecha pocos días antes de su muerte y que entre otras cosas motivó una comentario del Dr Ricardo Pou que enviáramos aparte de nuestra pesca habitual. En ella, Pou señalaba del trabajo de Bush, que “los datos muestran una falta de consistencia y sólo escaso aumento o disminución del riesgo de cáncer de mama en la usuarias de estrógenos.” “Los autores se preguntan: ¿Por qué los hallazgos presentados difieren de la opinión corriente de que la estrógenoterapia aumenta levemente el riesgo de cáncer de mama y la hormonoterapia lo incrementa más que la estrógenoterapia? Establecen que la razón es porque los datos son inconsistentes y la inconsistencia implica que las hipótesis alternativas pueden justificarse fácilmente con los mismos datos” Prosigue el Dr Pou en su comentario: dos hallazgos son consistentes: el primero, que las usuarias tienen menor probabilidad de morir de cáncer de mama que las no usuarias y el segundo, es que la falta de concordancia entre los estudios persiste a lo largo del periodo de 25 años, hecho tomado en consideración por la Dra T. Bush, por lo que parece poco probable que estudios adicionales observacionales se aparten de este patrón. Nuevos avances en el estudio y en el tratamiento del cáncer de mama se publican constantemente. En el BMJ 2002; 324: 410, se publica un artículo bajo el acápite Recent developments, Breast Cancer, de Monica Morrow y William Gradishar. El artículo se refiere a tres tópicos principales: el manejo del riesgo en portadoras de la mutaciones de los genes BRCA 1 y 2. y el tratamiento, la linfadenectomía del ganglio centinela y el tratamiento de cáncer metastático en la mujer postmenopáusica. Sobre el primero, pone énfasis en la mastectomía profiláctica para pacientes de alto riesgo y para portadoras de la mutación, con una reducción del riesgo del orden del 90%. Cita el trabajo de Hartmann y col. publicado en N Eng J Med 1999; 340: 77, Efficacy of bilateral prophilactic mastectomy in women with a family history of breast cancer, inaceptable para algunas mujeres y sus médicos y con variaciones en el grado de aceptación para otros. Pone énfasis también en la reducción de la exposición a los estrógenos por medio de la ooforectomía o el tamoxifeno (ahora habría que agregar el raloxifeno), que también parecen reducir el riesgo en esta población. En relación con la cirugía del ganglio centinela, comentan que puede identificarse en el 90% de las pacientes con cáncer de mama, con una tasa de falsos negativos menor del 5%. Para el cáncer con metástasis, se han desarrollado y comienzan a aplicarse el anatrazol y el letrozol (inhibidores de las aromatasas) como primera línea de tratamiento en los casos de receptores positivos, para mujeres postmenopáusicas y cita al Fulverestant un nuevo agente endocrino con un diferente mecanismo de acción que tiene una actividad antitumoral similar al anastrazol. Se están evaluando inhibidores de la aromatasa, tanto esteroideos como no esteroideos , para el tratamiento de mujeres con cánceres de mama inicial. Fe de erratas: el doctor JE Pons ha tenido la amabilidad de señalarme un error que se deslizó involuntariamente: Al referirme a los nuevos progestágenos escribí DROSPERIDONA, cuando debí escribir DROSPIRENONA. Queda salvado el error y se agradece al distinguido colega su observación. R.T. Dr. Ricardo Topolanski: [email protected]