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TEXTO. ORTEGA Y GASSET. Historia como sistema, 1. La vida humana es una realidad extraña, de la cual lo primero que conviene decir es que es la realidad radical, en el sentido de que a ella tenemos que referir todas las demás, ya que las demás realidades, efectivas o presuntas, tienen de uno u otro modo que aparecer en ella. La nota más trivial, pero a la vez la más importante de la vida humana, es que el hombre no tiene otro remedio que estar haciendo algo para sostenerse en la existencia. La vida nos es dada, puesto que no nos la damos a nosotros mismos, sino que nos encontramos en ella de pronto y sin saber cómo. Pero la vida que nos es dada no nos es dada hecha, sino que necesitamos hacérnosla nosotros, cada cual la suya. La vida es quehacer. Y lo más grave de estos quehaceres en que la vida consiste no es que sea preciso hacerlos, sino, en cierto modo, lo contrario; quiero decir, que nos encontramos siempre forzados a hacer algo pero no nos encontramos nunca estrictamente forzados a hacer algo determinado, que no nos es impuesto este o el otro quehacer, como le es impuesta al astro su trayectoria o a la piedra su gravitación. Antes que hacer algo, tiene cada hombre que decidir, por su cuenta y riesgo, lo que va a hacer. AUTOR. Filósofo español del siglo XX, partidario de asimilar algunos rasgos de la cultura europea para superar crisis que reinaba en nuestro país. Se vio influido por ciertas corrientes de la filosofía alemana, como el neokantismo. Su filosofía es vitalista, pues parte de la vida como realidad radical. TEMA. La vida humana es la única realidad radical. IDEAS PRINCIPALES. 1) La vida humana es la realidad radical porque a ella se refieren todas las demás realidades. 2) El rasgo más importante de la vida humana es que siempre debemos estar haciendo algo. 3) La vida nos es dada, pero nos es dada sin determinar; nosotros tenemos que hacerla. 4) Antes de actuar debemos decidir qué vamos a hacer, puesto que somos libres y no se nos impone ningún quehacer. RELACIÓN ENTRE LAS IDEAS. El texto comienza definiendo la vida humana: la realidad radical que da sentido a todo. Después, se centra en un rasgo fundamental de la vida: para existir debemos estar haciendo algo (de ahí que también la defina como «quehacer»). En la última parte se precisan las características de este quehacer: no está determinado, es decir, somos libres y, en consecuencia, antes de actuar hemos de decidir cómo hacerlo. EXPLICACIÓN DE LAS IDEAS. El texto nos habla del concepto fundamental de la filosofía de Ortega: la vida como realidad radical. Según él, la realidad más inmediata e indudable es la vida y no el sujeto pensante de Descartes (pienso, luego existo). La primera definición de la vida humana es que es la realidad radical. Cualquier otra realidad ha de referirse a ella para tener sentido; desde nuestra vida dotamos de sentido a todo cuanto existe. Según Ortega, la vida incluye no solo al sujeto, sino también el mundo (Yo soy yo y mi circunstancia). Ahora bien, la circunstancia (el mundo), no es una realidad fija y determinada, depende de la perspectiva de cada persona. El hombre siempre ha de estar haciendo algo para existir. El yo no es pasivo, es su actividad la que lo define; la muerte se identifica con la ausencia de actividad. Nuestras acciones persiguen una finalidad que cada uno hemos elegido; la naturaleza no fija de manera determinante nuestro proyecto vital. No estamos determinados a ser de una u otra forma; la circunstancia presenta siempre varias opciones. Mientras los seres inanimados siguen las leyes de la física o los animales obedecen a sus instintos, los seres humanos no están determinados por leyes ajenas a su propia voluntad. Somos libres para escoger, si bien las posibilidades de elección no son ilimitadas. En conclusión, el yo, el sujeto, construye su vida, realiza su proyecto dentro de la circunstancia en la que se encuentra.