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México, D.F., 7 mayo de 2015.
Versión
estenográfica
de
la
conferencia
Experiencias
Internacionales de Políticas Públicas Exitosas para Incentivar el
Ahorro, en el marco de la 25 Convención de Aseguradores de
México, en el Centro Banamex de esta ciudad.
Presentador: Amigos y amigas que nos acompañan en esta 25°
Convención de Aseguradores de México.
Para finalizar las sesiones de esta tarde se encuentran con nosotros
Luis de la Calle, Director General y Socio Fundador de De la Calle,
Madrazo, Mancera y Carlos Ayón Cárdenas, Socio de Gnóstica
Consultores, quienes nos hablarán sobre las experiencias
internacionales de políticas públicas exitosas para incentivar el ahorro.
Solicitamos la presencia en unos minutos más de Luis de la Calle y
Carlos Ayón, en el escenario.
Recibamos por favor a Luis de la Calle, Director General y Socio
Fundador de De la Calle, Madrazo, Mancera y de Carlos Ayón
Cárdenas, socio de Gnóstica Consultores.
Luis de la Calle: Buenas tardes a todos ustedes.
Nos da mucho gusto a Carlos y a mí compartir unas reflexiones.
Agradecemos mucho a AMIS la invitación.
Felicitamos a AMIS por su 75° Aniversario, su 25° Convención.
AMIS nos pidió hace unos meses hacer un estudio sobre la relación
entre los seguros, el ahorro y el crecimiento.
Y les vamos a presentar una pequeña reflexión precisamente sobre
este tema tan importante para la industria de los seguros, pero
también para el país.
El estudio lo hicimos conjuntamente el Despacho de Carlos Ayón, que
se llama Gnóstica y el despacho donde participo yo, que es De la
Calle, Madrazo, Mancera y vamos a hacer, Carlos primero, una
pequeña presentación y luego yo concluiré también con unas
reflexiones sobre este muy importante tema.
Carlos Ayón: Muy buenas tardes. Muchas gracias.
Como les decía Luis, el AMIS nos contrató para hacer un estudio
sobre el sector asegurador en México.
Y lo que encontramos en ese estudio, es que desgraciadamente en
este país lo que tenemos es un sector asegurador que en el mejor de
los casos podemos considerar como desaprovechado.
En términos de la experiencia que vimos en otros países de políticas
públicas, también podemos encontrar de que existen razones tanto de
necesidad, como de conveniencia propia para el sector público para
instrumentar ciertas políticas que promuevan al sector asegurador.
El promover que el sector público promueva al sector asegurador, en
realidad no es una cuestión de que se debe de ver como que va a ser
solamente un beneficio para las compañías aseguradoras, sino en
realidad tiene un triple beneficio para el país.
Tiene un triple beneficio, porque primero, a nivel personal, a nivel
empresarial, se favorece la planeación y se evita la inestabilidad de
flujos de efectivo que puede poner en riesgo ya sea a la empresa
misma o a la estabilidad económica y familiar, una generación de los
seguros a nivel personal, pues nos permite a todos tener una mejor
confianza en el futuro y nos permite tomar mejores decisiones de
ahorro.
A nivel gobierno también es importante ver que el gobierno de alguna
manera aprovecha poco lo que es el sector asegurador en cuanto a
los beneficios que puede traer para él un incremento del sector.
Por ejemplo, una generalización del Seguro de Gastos Médicos
Menores, pues le va a liberar de alguna manera la presión que tiene
sobre el sector salud, una generalización de los seguros de casa
habitación ante desastres naturales, pues también le va a liberar al
sector público una presión sobre gastos de emergencia.
Esta parte de la falta de aprovechamiento del sector público quizá sea
una de las mayores razones por las cuales la política pública debe
estar orientada. Digo, debe de haber políticas públicas orientadas a
promover al sector asegurador.
Y tercero. Es que como se ha discutido en este foro y en muchos
estudios, el sector asegurador como tal es un alto generador de
ahorro.
La venta de seguros, las primas, todo eso se traduce en reservas y
esas reservas se traducen en ahorro y ese ahorro se traduce en
inversión.
Todas esas condiciones lo que van acabar haciendo, es que nos van a
dar mejores condiciones de crecimiento económico y nos van a acabar
dando condiciones de mayor estabilidad en el crecimiento económico.
Desde este punto de vista, es importante entender que cualquier
política pública que favorezca al sector asegurador pues en realidad
generará un beneficio para México.
En el estudio identificamos básicamente dos tipos de política.
Uno. Que de alguna manera hemos instrumentado en el país, que son
los seguros obligatorios.
Sin embargo, sí identificamos que estos seguros obligatorios pues
carecen de mecanismos que garanticen su cumplimiento y de alguna
manera se pueden promover esos mecanismos para garantizar su
cumplimiento.
Y el otro es que existan apoyos gubernamentales para la
generalización de los seguros voluntarios, ya sea de ahorro, ya sea
contra daños, ya sea de ahorro mismo.
Y de alguna manera, lo que concluye el estudio, es que al sector
asegurador pues no hay que verlo como un sector de gastos, como
básicamente ahorita se ve a nivel fiscal, a nivel política pública, sino
hay que verlo como un sector de ahorro e inversión.
Entonces en la medida que el gobierno decida tener políticas públicas
favorecedoras a este sector, pues vamos a tener mejores condiciones
económicas para el país, un poco similar a lo que ha pasado con los
fondos de pensiones, en donde los fondos de pensiones hoy por hoy
son uno de los principales ahorradores e inversores en el país.
Luis de la Calle: Yo creo que en este lugar estamos todos
convencidos de la importancia que tienen los seguros. Y como decía
Carlos, del enorme imperativo de incrementar la penetración de los
seguros en la economía mexicana.
México tiene en los próximos 20, 30 años, una oportunidad irrepetible
de desarrollar al país.
Si ustedes se fijan en el perfil demográfico, de las principales
economías del mundo, de todos los países grandes, México tiene
probablemente el mejor perfil demográfico de todos los países grandes
del mundo; por país grande quiero decir de 30 millones de personas o
más, o sea, ni siquiera tan grandes.
Hay tres regiones del mundo que tienen un buen perfil demográfico en
el 2030, 2040. La India, con las dificultades interregionales que tiene la
India, América Latina y América del Norte.
México es el único país del mundo que está en dos de las tres
regiones con un buen perfil demográfico para los próximos 30 años.
Dicho de otra manera, si no nos desarrollamos en los próximos 30
años, es porque no queremos.
Muchas veces en las escuelas de economía, se da la impresión que el
desarrollo es consecuencia solamente de tomar algunas decisiones
correctas y que nos vamos a desarrollar automáticamente.
Eso es falso. El desarrollo cuesta. Solamente nos vamos a desarrollar
si estamos dispuestos a tomar la decisión de inversión de transformar
al país, inversión e infraestructura física e inversión e infraestructura
humana.
Entonces, si México piensa que podemos transformar al país en los
próximos 20 o 30 años, tenemos que dedicar una muy importante
cantidad de recursos a la inversión; sin inversión no hay crecimiento,
sin inversión no hay mejora sustantiva de los niveles de vida y
condiciones de los ciudadanos mexicanos.
Sin ahorro, no hay inversión. O sea, podríamos tener un proceso de
inversión con deuda un tiempo y después tropezarnos.
En realidad lo que sabemos nosotros es que para tener un crecimiento
sostenido, tenemos que invertir y que para poder invertir de una mano
sostenida, necesitamos ahorrar.
Ayer lo decía con mucha claridad el profesor Stiglitz, la crisis de
Estados Unidos 2008, 2009 fue en parte consecuencia de un ahorro
insuficiente, o por decirlo de otra manera, de un gasto exagerado, y en
México tenemos también un déficit de ahorro.
El ahorro en México, como proporción del PIB, es 21 por ciento.
No está mal el promedio, pero para aprovechar el bono demográfico,
necesitamos incrementarlo quizá de 21 a 24 por ciento.
Pero no solamente necesitamos incrementar el nivel de ahorro sino
mejorar su eficiencia en materia de cómo se invierte el producto del
ahorro.
México tiene una alta proporción, les voy a enseñar un número que
quizá les sorprenda, México tiene una alta proporción de la
participación de los hogares en la formación bruta de capital fijo, es
decir, en México los hogares son los principales motores del ahorro,
pero son también un importante participante en la formación bruta de
capital fijo.
¿Qué quiere decir eso? Que los hogares ahorran e invierten en
construir su segundo piso, en abrir un pequeño negocio, en arar su
propia tierra, en zanjar su propio canal de irrigación, sin intermediación
financiera; 30 por ciento de participación en la formación de capital
bruto por parte de los hogares, es sumamente alto.
Esto quiere decir que en México tenemos un segmento muy
importante de la población, que invierte sus propios ahorros y por lo
tanto no puede tener acceso a proyectos de largo plazo y no apelar a
la intermediación financiera eficiente.
Y además, la inversión que se realiza, se realiza en lugares donde
hay pocos bienes públicos, donde no hay derechos de propiedad
claramente establecidos, donde no hay economías de escala y donde
el rendimiento que se invierte al capital, es inferior al que se podría
obtener si tuviéramos una intermediación financiera eficiente.
Bueno, los seguros ofrecen la posibilidad, uno, de inversión de largo
plazo; dos, de la diversificación de riesgos que enfrenta cualquier
proyecto de inversión; tres el contexto de lograr a través de la
inversión institucional, invertir en lugares que tengan las condiciones
suficientes que garanticen un retorno mayor: bienes públicos,
infraestructura, estado de derecho.
Y entonces los seguros son no solamente un mecanismo para
incrementar el ahorro, sino que son un mecanismo muy importante
para eficientar los procesos de inversión, de tal suerte que el
rendimiento de la inversión que se obtiene, sea más alto.
Este gobierno ha puesto como énfasis de su programa de política
económica, la democratización de la productividad.
En realidad, yo creo que esa frase requiere una pequeña corrección,
se requiere democratizar la alta productividad. El problema que hemos
tenido en México es que hemos democratizado la productividad baja
demasiado.
No vamos a poder democratizar la alta productividad, sin una mayor
penetración de los seguros.
No hay en México un asunto más urgente que convertirnos en un país
moderno, y un país moderno es un país -nos lo había dicho Benito
Juárez hace muchos años pero no le entendimos- donde el respeto al
derecho ajeno es la competitividad. Bueno, no lo dijo exactamente así
pero eso es lo que quería decir.
Tenemos que convertirnos en un país donde haya un Estado de
Derecho y hay una coincidencia muy importante entre la penetración
de los Seguros en una economía y los índices de Estado de Derecho.
Ustedes pueden ver en esta gráfica, en el eje de las equis, la
penetración de los Seguros en la economía, prima sobre prima; en el
eje vertical viene la calificación del Estado de Derecho según una
institución que se llama el World Justice Program, que clasifica en
ciento y tantas variables el Estado de Derecho para el conjunto de
países.
México está muy mal calificado en Estado de Derecho -cosa que no
nos sorprende- y estamos “mal calificados”, entre comillas, en
penetración de los Seguros porque sabemos que en México tenemos
todavía mucho espacio para crecer en materia de penetración de
Seguros.
La causalidad aquí es doble: Para que tengamos mayor penetración
de los Seguros se requiere un mayor Estado de Derecho; pero al
mismo tiempo, para tener un mayor Estado de Derecho se requiere
una mayor penetración de los Seguros.
Entonces fíjense la importancia para convencer a las autoridades de
por qué debemos tener la penetración de los Seguros como una
prioridad.
Sin esfuerzo no hay crecimiento, sin inversión -e inversión eficiente- no
podemos crecer, sin ahorro no hay inversión sostenible y sin Estado
de Derecho no hay inversión a largo plazo, no hay ahorro de largo
plazo, no hay proyectos que apuesten a favor de la innovación y no
hay posibilidades que cada una de las familias decida invertir en su
propio futuro y dejar de hacer lo que está haciendo.
Lo que queremos en México, lo que debiéramos querer en México es
tener un esquema de Respeto al Derecho de los demás, detal suerte
que la gente pueda invertir en su propio futuro.
Hoy en día una persona relativamente pobre no está dispuesta a dejar
la actividad que hace para cambiarse a otra porque no está segura de
sus derechos.
Si abandona su milpa en la sierra, donde la productividad es muy baja,
se la va a robar su vecino, el comisario ejidal, el presidente municipal o
-peor aún- su suegro.
Si no tenemos Estado de Derecho no vamos a poder invertir en la
transformación del país y de lo que yo quiero convencerlos es que los
Seguros son un instrumento muy importante para avanzar no
solamente en el ahorro sino en el Estado de Derecho.
Cuando uno viaja a países que tiene un mayor nivel de desarrollo se
da cuenta que muchas veces las normas, los reglamentos se cumplen
no porque esté la Policía o la Autoridad persiguiendo a la gente para
que lo haga sino porque la Compañía de Seguros no se los permite.
En Estados Unidos un Bar que no puede aceptar menores de 18 años
aplica la Ley no solamente porque le da miedo que la Policía lo
encuentre sino porque si hay un siniestro, la Compañía de Seguros no
les paga si hay un menor adentro.
Las puertas de emergencia, los aparatos contra incendio, las alarmas,
todas esas pequeñas cosas son producto de la regulación exante que
les exigen las Aseguradoras y la relación ex post que les aseguran las
Aseguradoras y que promueven el cumplimiento de la Ley.
Les voy a dar otro ejemplo:
Aquí en México venimos discutiendo, desde hace 20 años o más, el
peso máximo que deben tener los camiones en las carreteras y lo
hemos hecho de mil maneras: “Vamos a cambiar la norma, vamos a
hacer un consenso con CONATRAMI, con CANACAR y ANTP; se dan
conferencias de prensa”, hay un accidente y seguimos igual pues
nadie sabe si se respetan los pesos, nadie sabe si los camiones traen
frenos, etcétera.
En el Consejo de Administración de una empresa en Estados Unidos
consideran inaceptable que sus camiones o los camiones de sus
proveedores no estuvieran adecuadamente asegurados o que los
camiones condujeran sin frenos, sin luces, sin choferes preparados y
con sobrepeso.
Todas esas cosas se cumplen porque así lo pide la Compañía de
Seguros y lo mismo pasa en los Hospitales.
En México necesitamos hacer un esfuerzo para convencernos de que
el Aseguramiento debe empezar a convertirse en un símbolo de
calidad y en un símbolo del cumplimiento con las normas y que ese
cumplimiento con las normas nos va a llevar a ser más productivos.
No es solamente “lo queremos hacer porque me van a forzar a hacerlo
sino porque a mí me conviene ya que eso va a incrementar mi
productividad y por lo tanto, vamos a poder crecer más”.
Entonces, lo que hicimos en el estudio -además de lo que nos decía
Carlos, del efecto que tiene el invertir más a través de los ahorros y
generar recurso de largo plazo para la inversión y la transformación de
la infraestructura del país y la inversión en capital humano, en salud y
en educación- es contar una historia e identificar los distintos puntos
en los que el Aseguramiento promueve el Estado de derecho y en los
que la penetración de los Seguros en la economía se ve favorecida
precisamente por la existencia de un Estado de derecho.
Necesitamos también convencernos de que el crecimiento en México
de la economía y de los negocios va a depender de que veamos la
incorporación de la informalidad en la formalidad, no como una
obligación. Podemos nosotros pasar edictos, decretos, leyes para
decirles mañana te formalizas y si no te formalizas. Lo hemos hechos
muchas veces y sabemos que no sucede.
Lo que necesitamos es hacer dos cosas. Uno, convencernos de que
convertirse en el puente entre la informalidad la formalidad es una
oportunidad de negocios y que los seguros pueden ser parte de ese
puente.
Las pequeñas empresas, hay que empezar a pensar en mecanismos
de aseguramiento que premien la formalidad. Por ejemplo, qué tal si a
los hombres-camión, que son los que causan los accidentes más
graves, les dijéramos: si tú te aseguras con cierta prima, cierta
cobertura mínima, y la compañía de seguros me asegura que cumple
con las normas te doy un descuento del cinco por ciento en el peaje de
las carreteras.
O sea, en lugar de tratar de poner pesas en todo el país para ver si
están cumpliendo con las normas, incentivar entrar a la formalidad. Y
los seguros, como el catalizador para que eso suceda.
Entonces lo primero es ver cómo convertir una actividad empresarial
como los seguros en un puente entre la informalidad y la formalidad, y
la segunda es cómo pensar con el gobierno en cómo incentivar la
adquisición del seguro para la formalización.
Y con esta idea voy a terminar. Lo que hicimos en el estudio es hacer
una reflexión sobre la importancia del ahorro, desde el punto de vista
macroeconómico para el crecimiento, la importancia que pueden jugar
los seguros en términos de mejorar la intermediación financiera para
que la intermediación financiera sea más eficaz, más efectiva y rinda
tasas de retorno más altas y después cómo interactúa el Estado de
derecho con la penetración de los seguros, es decir, cómo a mayor
Estado de derecho mayor aseguramiento, pero también el inverso, a
mayor penetración de los seguros mayor Estado de derecho.
Pero lo que es clarísimo es que no hay un país del mundo moderno
que no tenga aseguramiento importante.
Entonces si México aspira a modernizarse tenemos que pensar en un
esquema que nos permita incrementar la penetración de los seguros
en la economía, no solamente porque es un buen negocio, como decía
Carlos, sino porque los resultados nos pueden redituar un crecimiento
sostenido muy importante.
El estudio lo tienen ustedes a su disposición. Al final terminamos con
algunas propuestas que les resumo rápidamente. La primera de ellas
es mayores incentivos para el ahorro para el retiro, es muy importante.
En México ahorramos tarde. Necesitamos ahorrar mejor, con mayor
flexibilidad para el retiro y antes.
Necesitamos también crear seguros para la formación de capital
humano y dar un incentivo para que nos eduquemos, nos capacitemos
para la productividad.
Se requiere también repensar los seguros y la penetración de los
seguros en materia de desastres naturales. Lo que han hecho ustedes
en Los Cabos, en Cancún para la recuperación de los huracanes es
una cosa extraordinaria.
Bueno, eso mismo, los beneficios del Estado de derecho, de la
penetración de los seguros hay que extenderlo a muchas otras zonas
del país.
Hay que también pedir a la Secretaría de Hacienda y al Congreso la
deducibilidad parcial de varios tipos de seguros, no nos van a dar la
total. Estamos topados a 90 mil pesos las personas físicas. Pero en la
medida que los seguros promueven ciertas prácticas. Nos decía ayer
el profesor Stiglitz, lo que necesitamos es promover las mejores
conductas. Los seguros son el principal mecanismo para que comas
mejor, para que hagas más ejercicio, para que manejes más despacio,
para que te entrenes antes de volar un avión, para que manejes una
grúa o un carro del Metro con todo el equipamiento y la capacitación
necesaria.
Hay que pensar también un esquema que permita la
complementariedad de los seguros para la salud públicos y privados.
Término finalmente dándoles las gracias y recordándoles que los
seguros pueden jugar un papel muy importante en la construcción de
un país moderno.
¿Cuándo sabremos si hemos llegado a convertirnos en un país
moderno? Pues es muy sencillo, cuando vean ustedes tres cosas.
Uno, parquímetros en todos lados. Dos, cero topes, y tres más
seguros.
Muchas gracias. Buenas tardes.
--oo0oo--