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ENSEÑANZA Y ENSAÑAMIENTO DEL NEOLIBERALISMO EN LA FCE-UBA: Análisis del plan de estudios de la carrera de economía. Historia y propuesta. ANDRÉS ASIAIN, RODRIGO LÓPEZ Y NICOLÁS ZEOLLA CATEDRA NACIONAL DE ECONOMÍA ARTURO JAURETCHE 1 ENSEÑANZA Y ENSAÑAMIENTO DEL NEOLIBERALISMO EN LA FCE-UBA: Análisis del plan de estudios de la carrera de economía Luego de décadas de hegemonía neoliberal a nivel mundial, la crisis económica, política, social y cultural en que terminaron las prácticas de libre mercado han instalado el debate sobre la enseñanza de la economía en todo el mundo. En nuestro país, el pensamiento neoliberal está en crisis desde que el experimento de convertibilidad terminara en una de las perores crisis de la historia, dejando a más de la mitad de los argentinos bajo la línea de pobreza. Sin embargo, y pese a los cambios positivos que se viene experimentando en el país desde entonces, - logrando revertir gran parte de los destrozos generados por las prácticas neoliberales de los gobiernos anteriores-, la enseñanza de la economía en la mayor parte de las universidades del país no ha sufrido mayores modificaciones. El pensamiento neoclásico, tecnocrático, de un colonialismo travestido de universalismo científico, que niega el debate político, que oculta los poderes económicos y desconoce las particularidades nacionales, sigue generando profesionales disfuncionales para el desarrollo nacional y social. Por eso, el presente trabajo busca ser un paso más en el necesario debate sobre la formación de los economistas que se viene dando en el ámbito local. Para ello abordamos el estudio de la enseñanza de la economía de la FCE-UBA, entendiendo que su análisis puede contribuir a desarrollar el debate en las demás carreras y universidades del país y del exterior. Sabemos que una reforma de los planes de estudios que permita la formación de profesionales para el desarrollo nacional y social, será el resultado de una tarea colectiva - que excede al ámbito exclusivamente universitario-, por lo que este trabajo pretende ser un aporte de esa tarea y está abierto a todo tipo de críticas y contribuciones. Todo escrito es incompleto por definición, pero este que presentamos lo es en forma intencional, porque nace con la voluntad de ser debatido y ampliado por todas y todos. 2 El trabajo consta de 4 partes centrales. La primera analiza la historia de los planes de estudio de economía en la UBA desde su prehistoria colonial hasta la última reforma, poniendo especial énfasis en las relaciones entre los planes y la historia nacional. La segunda estudia el plan 1997, impuesto bajo el menemismo y que aún sigue vigente, debatiendo el colonialismo pedagógico funcional al proyecto neoliberal que impregna al mismo. Luego se realiza una propuesta de reforma señalándose los principales ejes para construir una carrera de economía comprometida con la mejora de la sociedad argentina. Por último se presenta un análisis cuantitativo de la importancia de la FCE-UBA al interior del sistema universitario nacional. Parte de esa información se presenta en forma más desagregada en el apéndice. 3 Historia de los planes de estudio de Economía en la UBA El origen de la UBA y la educación superior en economía como proyecto del liberalismo unitario A fines del siglo XVIII, el Iluminismo había penetrado en buena parte de España, ganando terreno en algunas universidades. Por ese entonces, se discutían reformas de los viejos planes de estudio escolásticos. Entre las nuevas ciencias, fue incorporada la economía política, ligada a la carrera de leyes. En la década del 80, Manuel Belgrano viajó a Europa, para completar sus estudios en la Universidad de Salamanca, siendo testigo privilegiado del inicio de la educación universitaria de economía en el mundo hispánico.1 En su autobiografía, reconocerá que ninguna disciplina lo había cautivado tanto como el estudio de la economía política.2 Ocupando el cargo de secretario del Consulado, en 1796 el prócer propuso crear una Escuela de Comercio en Buenos Aires. Luego, hizo lo propio con la escuela de dibujo, abriéndose en 1799, y finalmente, el 12 de septiembre de 1810, se abrió la Escuela de Matemáticas, no para cultivar el espíritu, sino para proveer de mejores herramientas a la ciencia de la economía política, con miras a potenciar el desarrollo de la industria local. Al juzgar por sus escritos, Belgrano tenía bien claro el rol que podía jugar la educación en la economía criolla, tanto en la difusión de técnicas productivas, el ejercicio profesional del comercio, como en el conocimiento profundo de la economía política. La iniciativa de educación superior fue retomada por el grupo rivadaviano. A instancias del primer Triunvirato, el 7 de agosto de 1812 se anunció la creación de un “establecimiento literario”, en el cual se adelantaba una lista de asignaturas, entre ellas economía política. Según revista Fernández López3, el anuncio era medio vago, no establecía programas, régimen de organización, bibliografía, ni el lugar. Tampoco se daba el nombre de los profesores, pero el plan consistía en traerlos de Europa. En 1815, Rivadavia y Belgrano viajaron a Inglaterra, justo cuando Ricardo comenzaba a dominar la escena pública a través de los debates periodísticos (controversias del oro en 1809-10, los granos en 1815). Las ideas de Belgrano eran bien distintas, años atrás había criticado ambas posturas ricardianas, pero no hizo escuela. En cambio, Rivadavia encontró allí el ambiente ideal para dar sustento al proyecto liberal en el Río de la Plata. Se entrevistó con Jeremy Bentham con 1 Rodolfo Pastore y Nancy Calvo. “Cultura colonial, ideas económicas y formación superior “ilustrada” en el Río de la Plata. El caso de Manuel Belgrano. Rosario”, en: Protohistoria, 4, 2000. 2 Manuel Belgrano. Escritos Económicos. Buenos Aires, Círculo Militar, 1963. 3 Buena parte de esta sección sigue los trabajos de Manuel Fernández López. 4 quien debió consultar sus proyectos universitarios, pues Bentham era una figura central en la academia inglesa.4 Ya en Buenos Aires, en 1821, durante el gobierno unitario de Martín Rodríguez, Rivadavia funda la UBA. El 28 de noviembre de 1823, por Decreto del Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires, se abrió la primer cátedra de economía política en el país5. Se desataca el llamado a crear teorías que se correspondan con la situación de “países tan nuevos”, las cuales no pueden ser las mismas que las teorías pensadas para los países del centro. Mas crece la urgencia con que la situación de estos pueblos reclama la adquisición de tan importantes nociones y aún lo que importa más –el crearse la aplicación de la teoría de esta ciencia a la práctica correspondiente a países tan nuevos y que, por lo tanto, difieren en gran parte de los principios que rigen y que son adaptables a naciones en que la población ha subido al grado de embarazarse, en que la acumulación de capitales disminuye la cantidad de sus productos, en donde las necesidades, la moral y habitudes formadas por tantos siglos y tantos sucesos tienden al aumento del trabajo, y en donde la industria y las luces proporcionan una concurrencia que viene a ser más fecunda que ellas mismas.6 El curso duraba dos años. En el primero, se daba la teoría, para la cual se utilizaba el texto de James Mill, “Elementos de Economía Política”, que acababa de ser publicado -en castellano-, en Buenos Aires. En el segundo año, se veía una aplicación a la economía doméstica y comercial, estadística y administración de la hacienda pública. Como la bibliografía para la parte aplicada era inexistente, el decreto establecía que el docente debía escribir un texto para ir llenando ese vacío7. 4 Tal era la importancia de Bentham en el ambiente universitario que su cuerpo fue embalsamado y aun hoy permanece expuesto en una vitrina, sentado, en la sala del Consejo Directivo de la University College de Londres, cumpliendo la voluntad del difunto de seguir escuchando las reuniones. Imagen disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Jeremy_Bentham_Auto-Icon.jpg Nosotros, en la sede principal de la FCE-UBA, también tenemos momias en exposición. Detrás de las paredes de la famosa “rotonda” se encuentra el macabro museo de la Morgue Judicial, siendo la cabeza del “pibe cabeza” (célebre delincuente de los años treinta), la pieza más distinguida. 5 Según Manuel Fernández López, debe notarse que el decreto habla de “organizar” y no de “crear”, ya que la cátedra se suponía ya “establecida en el plan general de instrucción pública”. 6 Decreto que ordena la cátedra de economía política en la UBA. Tomado de Bagú, Sergio. El plan económico del grupo rivadaviano. Rosario, 1966. 7 Lo que hoy llamamos producción de material de cátedra. 5 Durante este período que va de 1823 a 1826, el plan de estudios fue sufriendo leves modificaciones en función del docente que tomaba el cargo, siempre dentro del Departamento de Estudios Preparatorios El 25 de abril de 1826, el rector Valentín Gómez lanzó una reforma del plan de estudios, bajo influencia del nuevo docente, Dalmacio Vélez Sarsfield. La propuesta incluía trasladar el estudio de Economía Política al Departamento de Jurisprudencia. Esto se fundaba, no sólo por una cuestión de correlatividades, sino también, para imprimirle un sentido social a la disciplina, pues los impulsores de la reforma encontraban a “las materias que se versan en el estudio de la economía más análogas a las de la jurisprudencia que a las de ninguna otra facultad”8. Otro elemento pedagógico que se modificó fue la modalidad de cursada, pasando a darse instancias teórico y practicas a lo largo de todo el curso. Finalmente, es importante destacar la extensión de la cursada, que pasaba de dos a tres años. Por su parte, Vélez Sarsfield sugirió se reemplace el texto de Mill por el Say. El gobierno tomó algunos elementos; otros los modificó y otros directamente los rechazó. Aceptó el requisito para Jurisprudencia, pero también permitió su cursada para los estudiantes del Departamento de estudios preparatorios9. En cambio, no aceptó el año adicional, ni incorporó la división entre clases teóricas y practicas, ni se especificó la bibliografía a seguir. A pesar del consabido liberalismo de los unitarios, se estaba lejos de la autonomía universitaria y cualquier reforma progresista. La vida universitaria dependía muy estrechamente del gobierno de la Provincia. Ante las nuevas autoridades provinciales, el rector Gómez insistió con un nuevo proyecto. El 24 de noviembre de 1828, elevó un plan por el cual confería un año adicional, tanto a los estudios preparatorios como a la carrera de Jurisprudencia. A su vez, la primera recibiría un énfasis en matemática y física, mientras que economía política se vería en ese último año agregado, junto con Historia Moderna. En Jurisprudencia, economía política se vería en el segundo año. Al existir una única cátedra, la ideología del docente era muy influyente sobre los estudiantes. El grupo rivadaviano adhería al liberalismo económico, y propagó desde las aulas la idea ricardiana de las ventajas comparativas. Mientras Vélez Sarsfield estuvo al frente del curso, las tesis tuvieron un marcado sesgo librecambista, llevando títulos como: “El comercio libre”, 8 9 Citado por Fernández López, op., cit. Excepto para el Departamento de Estudios Preparatorios. 6 “Utilidad del comercio libre”. En el año 1825 se firmó el Tratado de libre comercio con Gran Bretaña. Estudiar economía en los tiempos de Rosas Una vez frustrado el proyecto político de los unitarios, en 1830, una comisión especial designada por el Gobierno de Rosas, entre los que se encontraban ilustres e ilustrados federales como Vicente López y Pedro De Angelis, presentó un proyecto de organización de la Instrucción Pública. A partir de allí se acordó un reglamento, que en materia de educación superior establecía, entre otras cosas, “La instrucción científica es libre y gratuita para todos los jóvenes”10. La comisión realizó un análisis de la organización de la UBA y encontró falta coherencia y plan, debido a que los profesores, “aislados en sus aulas, cada uno arreglaba su respectivo curso sin relacionarlo con los de las demás”11. Se organizaron Consejos por facultades o departamentos, nombrados por los catedráticos. Dicho órgano tenía entre sus facultades proponer métodos de enseñanza y examinar los programas de los cursos de los profesores, e indicar las obras más acreditadas para utilizar como bibliografía. El 25 de febrero de 1831, el rector electo Santiago Figueredo comunicó al ministro de Gobierno las reformas proyectadas, y anunció suprimir aquellas ciencias que eran de “puro lujo”. Por el art. 34 sentenció: “Se suprime por ahora la Cátedra de Economía Política”.12 Cabe notar que los años anteriores, la universidad y el departamento de Jurisprudencia venía funcionando de manera errática. El mítico curso de Economía Política tenía apenas un puñado de estudiantes, a veces solo dos, y está probada la poca dedicación de los profesores asignados, a juzgar por la cantidad de faltas, debido, seguramente, a sus otras responsabilidades civiles, que llevaban a suspender los cursos.13 Ningún docente cumplió con la obligación de escribir el libro de economía aplicada para la segunda parte del curso. La cantidad de tesis presentadas para 1827, 1828, 1829 y 1830 habían sido 6, 3, 2 y 3 respectivamente. Para el año 1831, tras la reforma, ascienden a 11. 14 10 Título I, Capítulo I, art 3°,documento firmado por Tomás Guido, en: Salvadores, Antonio, op. cit. p. 180182. 11 Proyecto de organización de la Instrucción Pública presentado por la Comisión Especial designada por el Gobierno (1830) en: Antonio Salvadores, op. ctit, p. 176. 12 Fernández López, Op. cit. 13 Vicente López no se hace cargo del curso por sus compromisos, Agrelo, el primer catedrático designado abandona el curso a los pocos meses. Su reemplazo, Vélez Sarsfield se caracteriza por su ausentismo. 14 Antonio Salvadores. La universidad de Buenos Aires desde su fundación hasta la caída de Rosas. La Plata, Coni, 1937. P. 98. 7 En 1834 se realizó una nueva reforma, a través del “Manual o Colección de los decretos orgánicos de la Universidad. En ella participó una comisión formada por Valentín Gómez, E. Zabaleta y Vicente López. En él, vemos restablecido el curso de “elementos de economía política”, esta vez en el tercer año de jurisprudencia.15 Ante los problemas económicos, desde 1835 algunas carreras cerraron cursos. En jurisprudencia, quedaron reducidos a tres cátedras: derecho civil, derecho de gentes y derecho canónico. Fueron suprimidas Derecho público eclesiástico y elementos de economía política. A pesar haberse cerrado el curso, la reflexión sobre economía política continuó en reuniones por fuera de la universidad, siendo una práctica porteña que venía de los tiempos de la colonia.16 Los intelectuales de la generación del ´37 escucharon el Segundo discurso del Salón Literario a cargo de Esteban Echeverría. Además de presentar el proyecto económico de industrialización de las materias primas, el autor de “Apología del matambre” insistió en la importancia de observar la realidad, para construir una ciencia económica verdaderamente argentina, criticando los intentos de querer reproducir en el país, las teorías pensadas para otras sociedades. El juicio de Echeverría sobre este asunto merece la extensa reproducción: Estos datos y otros muchos podrían engendrar con el tiempo una ciencia económica verdaderamente argentina, y estudiada nuestra industria, la ilustraría con sus consejos y le enseñaría la ley de la reproducción. Por más que digan los economistas europeos, lo que ellos dan por principio universal y leyes universales en el desarrollo de la riqueza y la industria, no son más que sistemas o teorías fundadas sobre hechos, es verdad, pero tomados de la vida industrial de las naciones europeas. Ninguno de ellos ha estudiado una sociedad cuasi primitiva como la nuestra, sino sociedades viejas que han sufrido mil transformaciones y revoluciones, donde el hombre ha ejercido la actividad de su fuerza, donde la industria ha hecho prodigios, donde sobreabundan los capitales y los hombres, y donde existen en pleno desarrollo todos los elementos de la civilización. Verdad es que ellos han descubierto 15 Antonio Salvadores, op. cit. p. 100. Las universidades quedaban lejos de Buenos Aires, en Córdoba, Chuquisaca y Chile. A lo largo de la historia de la carrera de economía de la UBA, cada vez que los estudiantes no encontraron satisfechas su demandas de formación buscaron organizar reuniones o seminarios paralelos a las cátedras, de carácter informal. 16 8 porción de verdades económicas que son de todos los tiempos y climas; pero si se exceptúan estas verdades, de poco pueden servirnos sus teorías para establecer algo adecuado a nuestro estado y condición social. Además, cada economista tiene su sistema, y entre sistemas contradictorios fácil es escoger en abstracto, pero no cuando se trata de aplicarles a un país nuevo en donde nada hay estable, todo es imprevisto y dependiente de las circunstancias, de las localidades y de los sucesos; en donde es necesario obrar contra la corriente de las cosas por ajustarse a un principio cuya verdad no es absoluta. Hemos visto, sin embargo, en nuestras asambleas, como en política, disputar en economía, cuando se trataba de fundar un impuesto, de arbitrar medios para el erario, de establecer bancos, etc., a nombre de tal o cual economista; echar mano de la economía europea para deducir la economía argentina sin tener en consideración nuestra localidad, nuestra industria, nuestros medios de producción, ninguno de los elementos, en fin, que constituyen nuestra vida social. Así las providencias de nuestros legisladores a este respecto unas veces han sido ineficaces o ilusorias como en la contribución directa, otras han producido más mal que bien, como el banco y el papel moneda, y ninguno ha tenido en mira poner a cubierto al estado de insolvencia, y de que no pueda hacerse nada por falta de recursos pecuniarios en caso de bloqueo o guerra con alguna potencia extranjera, estableciendo un impuesto sobre bases sólidas, permanentes, y no sobre el recurso precario de las importaciones y exportaciones extranjeras. Y en su fragmento de Economía Política continua con la idea: No ignoráis que la Economía Política es la ciencia que enseña cómo se produce, consume y distribuye la riqueza entre las naciones. La producción de la riqueza está, sin duda, sujeta a leyes generales y de todos los tiempos como lo está en su desarrollo cada una de las facultades humanas. Pero también es cierto que la riqueza o la industria que la produce debe seguir leyes especiales en cada sociedad y estar subordinada en su desarrollo a las influencias locales, a las costumbres, a la organización social de cada pueblo. Adoptando y reconociendo esas leyes generales, inmutables en la producción de la riqueza que han descubierto los economistas filosóficos, debemos, pues, nosotros procurar descubrir, por medio de la observación de los hechos, las leyes locales que observa en su desenvolvimiento nuestra industria o nuestra riqueza nacional para fundar en ellas una ciencia económica verdaderamente argentina. 9 Los proteccionistas dan cátedra Luego de Caseros, se escindió el Estado de Buenos Aires, contando para sí con los recursos de la Aduana. El 8 de mayo de 1854, la cátedra de Economía Política fue reincorporada al plan de estudios de Jurisprudencia. Se libró el primer cargo concursado, ganado por el italiano Pinoli, quien fuera el primer docente en redactar el texto exigido para la economía aplicada, llevando el curioso título: “Lecciones de Economía Política Ecléctica, dictadas en la Universidad de Buenos Aires”. El curso siguió el desarrollo que había tenido desde los orígenes: ubicado en el último año de la carrera de derecho, con un nivel básico, siguiendo algún manual europeo. Para entones, ya se había cambiado el texto de Mill por “Elementos de Economía” de Joseph Garnier. En 1874, Vicente Fidel López, asumió como rector de la UBA y docente de la cátedra de Economía Política17. La crisis internacional de 1873 golpeó fuerte a la economía argentina a través de su balance de pagos. López, advirtió la crudeza de la crisis, encontró sus causas en la inserción dependiente de Argentina, a raíz de su explotación de recursos naturales sin valor agregado. A partir de allí, se convirtió en el líder de un movimiento proteccionista que operó en el congreso, la prensa y la academia. Desde sus orígenes, la cátedra de Economía Política había adherido al librecambio, sustentado por la teoría anglosajona. López impulsó una reforma en el plan de estudios, tanto en lo que hace a correlatividades (avanza un año), como en contenidos. Al respecto, López publicó “Prontuario del curso de Economía Política o explicación sucinta del programa”. El mismo se asemeja al típico programa de Economía Política clásica, abordando las categorías fundamentales de la ciencia: 1) Carácter de la Ciencia. 2) Hecho fundamental de la ciencia. 3) Del valor. 4) Medida del Valor. 5) De la moneda y del Precio. 6) Fuentes del Valor. 7) Fuerza motriz de las fuentes de Producción. 8) La Tierra. 9) Teoría de la Propiedad de la Tierra. 10) Del trabajo. 11) De la Libertad del Trabajo. 17 Ya había tenido una experiencia dictando Economía Política en Montevideo, entre abril de 1864 y marzo de 1865. 10 12) División del trabajo. 13) De la población. 14) Sofismas de Malthus y Ricardo sobre la Población y la producción de la tierra. 15) Del capital. Teoría de la Producción de los valores. 16) Teoría de la reproducción de los valores. 17) Del Capital. 18) Del Capital y de la Asociación. 19) Del Crédito. 20) División del Crédito. 21) Del crédito particular o mercantil. 22) Teoría y práctica de los bancos. 23) Resumen sobre el Crédito como vínculo de cambio entre todos los Mercados y todas las monedas. 24) Fenómenos del dinero o medio circulante. 25) Finanzas Este índice no implica una posición librecambista. Conociendo el pensamiento de Vicente F. López, se da por descontado la impronta de sus clases, con bases en el historicismo más que en las teorías abstractas. Basta con repasar algunos de los títulos de las tesis doctorales que se aprobaron bajo su gestión: “Estudio sobre impuestos nacionales”, “El impuesto de Aduana”, “El progreso de los principios económicos en la Argentina”, “Protección a la industria”, “Algunos apuntes sobre las ventajas del sistema protector para la República Argentina”, “El sistema proteccionista en Economía Política” 18 Durante este período abierto por las crisis de 1873 a 1890, la economía política fue madurando como disciplina específica, con estrecha relación a las políticas de Estado. La mayoría de los profesores del curso de economía ocuparon cargos importantes en el Estado, siendo algunos, como en los casos de Vicente F. López y José Terry, ministros de Hacienda19. La influencia externa, en esos años, se da principalmente por el liberalismo francés. Incluso los autores ingleses, como McLeod, se leían a través de trabajos franceses, siendo ésta la lengua extranjera más común entre las elites argentinas de cara al centenario. Como señala Mariano Plotkin, el liberalismo francés tuvo mejor acogida entre los intelectuales locales porque su pensamiento económico incluía al Estado y a la sociedad, algo muy valorado en tiempos en que se llevaba a cabo la construcción del Estado argentino.20 18 “Marcial R. Candioti, Bibliografía doctoral de la Universidad de Buenos Aires y Catálogo Cronológico de las Tesis en su primer centenario, 1821-1920, Bs As, 1920. 19 Tradición continuada en el siglo XX con los casos de Ramón Cereijo y Aldo Ferrer, y en el siglo XXI con Felisa Miceli 20 Mariano Ben Plotkin. La recepción y circulación de ideas económicas en la Argentina y las crisis de la segunda mitad del Siglo XX. Primer simposio internacional interdisciplinario Aduanas del Conocimiento. 11 El origen de la FCE Hasta 1892, el curso de Economía Política permaneció como una materia del departamento de jurisprudencia. Ese año, recién se agregó otra materia, un curso de Finanzas Públicas. El profesor de finanzas, José A. Terry, a pesar de desempeñarse como Ministro de Hacienda de la oligarquía, seguiría con la tradición historicista de Vicente F. López, como prueban los siguientes pasajes de uno de sus libros sobre economía bancaria: Así, poca o ninguna importancia damos a las razones suministradas por la teoría, basadas en el derecho común o natural de los hombres, en la libertad de comercio, en el dejar hacer o dejar pasar de los economistas y en las aspiraciones especulativas de la ciencia.21 ...la cuestión bancaria no es ni jamás ha sido cuestión puramente teórica, desde que el Banco por su objeto tiende a llenar necesidades reales y positivas, vinculadas a la tierra, a las exigencias sociales y políticas, no solo del presente sino también del porvenir. La cuestión bancaria propiamente no es cuestión especulativa, ni de reglas científicas, muy buenas para una disertación académica, pero deficientes tratándose de los intereses positivos de un pueblo que no ha venido al mundo como la Minerva Mitológica, por que tiene su pasado a más de su fisonomía propia y de sus exigencias especiales. 22 ...Estos señores economistas generalizan demasiado una causa entre las muchas que pueden actuar, y hacen caso omiso de las necesidades y las condiciones especiales de cada país y de cada civilización. Por otro lado, el 19 de febrero de 1890, Carlos Pellegrini, del grupo de López, creó por decreto la Escuela de Comercio de la Capital de la República. A partir de 1892, dicha institución comenzó a otorgar diplomas de contador público, y en 1894, el título de Licenciado en Ciencias Comerciales. Finalmente, a partir de 1905 se ofreció un curso de Contador Público, de tres años de duración. En 1910, a partir de un grupo de profesores de ese curso, se creó el Instituto de Altos 21 22 José A. Terry. La Crisis. P. 241. José A. Terry, op. cit. p. 252. 12 Estudios Comerciales. El 30 de septiembre de 1913, por ley N°9.254, este instituto es elevado a la categoría de Facultad de Ciencias Económicas dentro de la Universidad de Buenos Aires.23 En 1814, se inició el Plan A, con 19 materias para la única carrera, la de Contador Público, con una asignatura de Técnica Industrial y otras 9 para el Doctorado. En 1818, tuvo lugar la Reforma Universitaria, que determinó avances progresistas en el ámbito académico, como el gobierno tripartito con el claustro de estudiantes y la libertad de cátedra. Uno de los ilustres egresados bajo el Plan A fue Raúl Prebisch. En sus épocas de estudiante, bajo el clima de la reforma, Prebisch organizó una huelga a un profesor de historia económica no yendo a sus clases. Más allá del incidente, superado rápidamente por la mediación del decano Eliodoro Lobos, había un descontento en el estudiantado con la formación ofrecida por la facultad. Según cuenta Prebisch, el profesor había pasado toda una clase escribiendo en el pizarrón el peso y las características de las monedas en las distintas épocas del imperio romano, cuando ellos hubiesen preferido conocer cuestiones de mayor relevancia.24 Eran épocas de convulsión en el mundo. La primer guerra mundial y la revolución rusa fueron hechos que suscitaron la atención de los estudiantes. En materia monetaria, el tema excluyente era el régimen del patrón oro, no el peso de las monedas del imperio romano. Prebisch estudiante se encargaría de analizar de manera crítica el patrón oro señalando las consecuencias negativas que provocaba en el balance de pagos de argentina, publicando un artículo en la revista del centro de estudiantes. Esta práctica de repliegue grupal hacia instancias de autoformación no oficiales, por lo general lideradas por agrupaciones estudiantiles, será una constante del movimiento estudiantil ante la disconformidad con el programa oficial. Prebisch aprovechó la asistencia libre a la clase otorgada por la flamante reforma universitaria, para estudiar por su cuenta. Los abuelos matemáticos y el mito del bocho: la carrera pide pista Durante los años del plan A, se hacen evidente dos corrientes de pensamiento o escuelas económicas. Una la llamada “escuela nueva” o “positiva”, basada en el institucionalismo y el historicismo, era seguida en la materia Economía, dada por los discípulos de José Terry. Por otro lado estaban los partidarios de la llamada “economía pura”, basada en abstracciones matemáticas. El plan de estudios estaba estructurado en torno a la primera, pero iban avanzando las materias 23 24 Manuel Fernández López, 2001. Mateo, Magariños. Diálogos con Raúl Prebisch. México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 1991. 13 que se complementaban mejor con dicha teoría pura, como la rama de las matemáticas.25 El imaginario de la Argentina nacida de los barcos, la del país de inmigrantes italianos y españoles, se reproduce a pequeña escala en la FCE-UBA. Hugo Broggi proveniente de Milán y José Barral Souto de la Coruña, fueron introduciendo, entre derivadas e integrales, las ideas de Vilfredo Pareto y el neoclasicismo matemático en la FCE-UBA. En 1927, se reformó el plan de estudios, pasando al plan B, similar al anterior, con 21 materias para Contador. Se incluyó la materia Práctica Profesional y se incorporó la carrera de Actuario. En 1936 se vuelve a cambiar el plan. Este Plan C redujo las materias de derecho, y agregó las materias de Contabilidad General, Contabilidad Pública e impuesto a la renta. Al rememorar la historia de la carrera de economía, esta época suele ser destacada como una etapa fundante, con grandes proezas individuales, construyendo el mito de los economistas matemáticos abriéndose camino en forma individual, que eventualmente logran llamar la atención de algún teórico de los países centrales aunque sin constituir ningún vínculo orgánico, y no pasar de lo anecdótico. El ejemplo más sintomático -que permite a su vez entender la precariedad del mito- , es el caso de José Barral Souto. Tiene todos los ingredientes. Barral Souto fue ayudante de Gondra, brindando al mito el componente esencial del medio académico: la relación maestrodiscípulo, bajo la forma profesor-ayudante. 26 Este mito se aviva a sí mismo si el discípulo supera al maestro. Ni hablar si supera al maestro del maestro. En el campo de la economía neoclásica, la historia de la disciplina se suele contar como un cúmulo de superaciones que marca una acumulación lineal de éxitos científicos que hacen a la evolución de la ciencia. Como siguiendo el modelo de la física, el joven científico brillante que resuelve aquel problema hasta entonces irresoluble. Hollywood se ha ocupado de este mito en “Una mente Brillante”, la historia del economista premio Nobel John Nash. Efectivamente, Barral Souto descubrió la programación matemática antes que Wassily Leontief.27 Y aquí es donde el mito alcanza su punto máximo (para decirlo en jerga neoclásica): el verdadero descubridor es víctima de una injusticia, no es reconocido por sus pares. Recordemos que el reconocimiento de los pares es fundamental en el 25 Fernández López nos recuerda una de las primeras resistencias a dar teoría marginalista: “Como crítica, se recuerda el rechazo a enseñar economía según la orientación neoclásica, por un conspicuo institucionalista, el profesor Enrique Ruiz Guiñazú (1882-1967): “declaro que no la dictaría, siguiendo el consejo de los economistas más eminentes del mundo” (1919).” 26 Mejor aun si esta madura de una relación previa docente-estudiante. En palabras de Fernández López:” Un colaborador de la cátedra de Gondra, entrevió una de las mayores contribuciones instrumentales del siglo: la programación lineal”. 27 14 campo de la ciencia, es lo que determina las posiciones en el campo. Claro que en este caso los “pares” no acusan reciprocidad. Leontief fue finalmente informado de la hazaña de Barral Souto, pero no tuvo mayor impacto, ni siquiera con la publicación póstuma en una revista extranjera.28 La historia de Barral Souto es en realidad un testimonio de los reducidos márgenes que brindaba la Argentina del “granero del mundo” para el desarrollo de la comunidad económica local. Un sistema productivo primario en que las principales líneas de política económica eran trazadas desde Londres no necesitaba de una comunidad de economistas, siendo de mayor funcionalidad para la gestión de la colonia el grupo de abogados y financistas que alternaba su vida laboral entre la gerencia de los ferrocarriles ingleses y los despachos de la administración nacional. En ese marco, los desarrollos académicos son producto de iniciativas individuales que no hacen escuela más allá del pequeño grupo que rodea al “maestro”. Incluso, la mayor parte de esos desarrollos tienden a estar desvinculados de las necesidades nacionales y ser meros intentos de participar en los debates de la comunidad académica internacional. Así, Barral Souto utilizó la programación lineal para demostrar formalmente la validez de la teoría ricardiana de las ventajas comparativas que nos condenaba a ser la granja de los ingleses en plena década infame, cuando esa división internacional del trabajo se mostraba totalmente agotada29. La nula importancia con que recibió la comunidad de economistas del centro los aportes del “gallego” Barral, son uno de los numerosos ejemplos de que la universalidad de la ciencia no lo es tanto30. 28 Peor que no ser conocido, es ser conocido pero no reconocido. En cambio, Leontief desarrolló la programación lineal para administrar eficientemente los bombardeos durante la segunda guerra mundial. Luego, la aplicaría para un uso no menos útil, como la construcción de la matriz insumo-producto para la economía norteamericana en pleno auge de la planificación económica. 30 Otro ejemplo del no reconocimiento de un aporte desarrollado por un economista argentino es el análisis del impacto de la inflación sobre la recaudación que realizó Olivera en el año 1967, y que a nivel internacional es conocido como el efecto Tanzi, pese a que el economista italiano lo desarrollara 10 años después. En el plano internacional, el caso más conocido es el del economista polaco Michal Kalecki que desarrolló la teoría de la demanda efectiva en una serie de artículos publicados en revistas académicas de su país antes que lo haga el economista inglés John Maynard Keynes, y que daría lugar a las famosas coplas del economista perseguido: 29 Las verdades del Kalecki cayeron en roto saco porque las dijo en polaco y no en el idioma inglés, en el que hablan el poder, la academia y su aparato. Después cuento conocido viene y las dice un lord 15 En cambio, otro docente de la época tuvo mayor proyección. Broggi asumió la por entonces recién creada cátedra de Estadística, y Alejandro Bunge lo acompañó como suplente. El titular se dedicó a la estadística probabilística. Mientras que el segundo a la estadística descriptiva, trabajando como jefe de la División Estadística del Departamento Nacional del Trabajo, y en 1915 fue designado Director Nacional de Estadística de la Nación. Para Bunge, la formación de los economistas debía ser sólida en el estudio de la realidad argentina: La falta del hábito de investigación, la ausencia de disciplina universitaria en el examen directo de los hechos son, a mi juicio, las causas que más han contribuido a que conozcamos la verdad con diez, veinte y más años de atraso y en forma incompleta o desfigurada, orientando por ella nuestras conclusiones, cuando no preferimos fundarlas en la experiencia europea. Bunge aprovechó los datos del censo de 1914, puso su reflexión económica para resolver los más variados problemas nacionales, y en su búsqueda, dejo concepciones que luego serían llamadas “keynesianas”, como ser el aumento del gasto y el consumo como la mejor vía para salir de las recesiones. Su análisis del costo de vida en el país, lo llevó a proponer un coeficiente de corrección monetaria similar al que de manera independiente propusiera Irving Fischer, -conocido como índice Fisher-, alcanzando el reconocimiento en un congreso internacional. 31 se hace verdad del montón lo efectiva e´ la demanda que llamamos keynesiana por aquel anglosajón. Como estas, tantas otras me llevaron a pensar que pa´ser universal la cencia en su contenido ha de crecer y haber nacido bajo el calor imperial. 31 Bunge recibió los créditos por su propuesta, en el marco del II Congreso Financiero celebrado en Washington en 1920: “La II Conferencia Financiera Panamericana recomienda el estudio de la practicabilidad, en todas las Repúblicas Americanas, del Plan de estabilización de la unidad monetaria en la forma propuesta por el profesor Irving Fisher, de Estados Unidos, y del proyecto de establecer el índice de corrección de la moneda en la forma propuesta por el profesor Alejandro Bunge, de la Argentina”. Citado en Bunge, Alejandro. Una nueva Argentina. op. cit. 16 En el caso de Bunge, la trascendencia no llegó por tal vía académica (Keynes ni Cambridge sabrán nunca de él), sino por haber formado en el país una generación de economistas que harían realidad las enseñanzas del maestro, y forjarían en la década del cuarenta una nueva Argentina. Como añadidura, Bunge también tendrá un mítico ayudante, Raúl Prebisch quien desplegará por todo el mundo la tesis de su maestro de los países astros y satélites, a través del desarrollo de la teoría del centro y la periferia. Prebisch profesor, el padre de la criatura Hemos visto el descontento de Prebisch estudiante, graduado en el Plan A. Prebisch había completado su larga etapa en la función pública durante los gobiernos conservadores, ocupando distintos cargos, en la secretaría de Hacienda, el Banco Nación y el Banco Central. Para 1945 seguía en vigencia el Plan C. El 24 de abril de ese año, en su clase inaugural de Dinámica Económica, manifestó la necesidad de economistas bien formados para la función pública, pudiendo generarlos con jóvenes estudiantes y graduados: “es urgente cambiar la forma presente de las cosas”. Propuso reformar una vez más los planes de estudio separando las carreras de contador, economista y actuario. La carrera de economía tendría materias enfocadas al estudio del medio histórico e institucional en que se desarrollan los fenómenos económicos, y algo de derecho. Se complementaría con optativas, las cuales deberían combinarse en grupos y permitir al menos tres especializaciones: moneda, bancos y ciclos económicos; industria y comercio internacional; finanzas y administración.32 La Ley 5103 de ese año 1945, reglamentó el ejercicio de las distintas profesiones vinculadas a las Ciencias Económicas: Contadores Públicos, Licenciados en Economía, Actuarios y Doctores en Ciencias Económicas; y definió el sentido del “ejercicio profesional”. Siendo funcionario, Prebisch había viajado por el mundo, ya sea a Australia en sus investigaciones para instrumentar el impuesto a la renta, a la decepcionante Liga de las Naciones en Ginebra, y al polémico acuerdo Roca-Runciman en Inglaterra. Como ex funcionario del BCRA, también recorrió varios países de América Latina, dando conferencias (México 1944) o asesorando en la apertura de Bancos Centrales. Como fuera, había tenido contacto con funcionarios y académicos a nivel mundial, y empezó a vislumbrar la conexión de los economistas argentinos con la tecnocracia internacional. Prebisch propuso ofrecer a los mejores graduados continuar sus estudios en las más importantes universidades de los países centrales: “dos años de trabajo 32 Manuel Fernández López, op. cit. 17 metódico y excluyente de otras preocupaciones”. En su etapa en el BCRA, comenzó mandando becarios a Harvard, los cuales volvían: “con muy buenos conocimientos y sobre todo con la aptitud para pensar por sí mismos, que tan poco se cultiva entre nosotros”33. Dicha práctica será desechada por el propio Prebisch años después cuando desde la CEPAL señale como una limitación para el desarrollo “el número exiguo de economistas capaces de penetrar con criterio original en los fenómenos económicos latinoamericanos” y sostenga que ello no se soluciona enviando economistas a que reciban una educación metódica en las universidades de Europa y Estados Unidos, pues “una de las fallas más conspicuas de que adolece la teoría económica general, contemplada desde la periferia, es su falso sentido de universalidad”34. La reforma no llegó a realizarse. En 1949, Prebisch renunció a la FCE-UBA y se dirigió a Chile donde comenzó sus tareas en la CEPAL. Su primer manifiesto desde ese organismo daría sustento teórico a las políticas económicas que llevaba adelante el peronismo, y ello generó intentos por parte del gobierno Argentino de contar con sus servicios como asesor, pero Prebisch rechazó la propuesta. Mucho se ha especulado con la relación del padre del estructuralismo y el peronismo. Las incomodidades políticas, si las hubo, parecen haber estado del lado del propio Prebisch. Según cuenta él mismo en sus entrevistas, no estaba de acuerdo con que el recibo de sueldo le descontaran compulsivamente el aporte para la construcción del Monumento al descamisado. Lo cierto es que Prebisch volvería al país tras el golpe militar de 1955 aceptando esta vez el papel de asesor de la dictadura, para la cual prepararía un informe que sentaría las bases del programa económico liberal de la misma35; 36. El llamado “Plan Prebisch” sería presentado a la sociedad desde la mismísima FCE-UBA37. Décadas después, el economista de la CEPAL se arrepentiría de su colaboración con la “Revolución Libertadora” sosteniendo: "Cuando en 1955 propuse mi programa al gobierno de Aramburu, me ocurrió a mí, entonces, lo que le sucede a muchos economistas ahora y es que pretenden ver la realidad a través de prismas exclusivamente economicistas, sin poder entender ni lo que sucede con la distribución del ingreso, con la inflación, 33 Manuel Fernández López, op. cit. Prebisch (1998), p.73. 35 Informe preliminar acerca de la situación económica (1955), Moneda sana o inflación incontenible y Plan de restablecimiento económico (1956). 36 Julio HG Olivera, quien daría su impronta a la FCE-UBA durante su etapa dorada se desempeñaría como Ministro de Asuntos Económicos en la intervención de San Luis y publicando una seguidilla de 10 artículos periodísticos en sintonía con el informe Prebisch. 37 Arturo Jauretche responderá a ese informe con su “Plan Prebisch retorno al coloniaje”. En el mismo rechazaría las líneas centrales del informe argumentando con las teorías heterodoxos escritas, en 1949, por el propio Prebisch en su “Manifiesto latinoamericano” de la CEPAL. 34 18 ni con los grandes problemas económicos. Esa experiencia de 1955 me enseñó que hay que entrar a fondo en la estructura social de los pueblos, para encontrar las respuestas adecuadas a los problemas económicos que padece la sociedad. Una solución económica no puede estar al margen de una salida democrática. Un retorno a la normalidad institucional, que no vaya acompañada de ciertas transformaciones fundamentales, de tipo e c o n ó m i c o y social, va a exponer al país a nuevos ciclos inflacionarios y nuevos ciclos políticos”. (DIA, 23/12/1981) La FCE-UBA descamisada El peronismo en la FCE-UBA, al igual que en tantos ámbitos de la cultura, ha sido relatado como una etapa oscura, comparándola nuevamente con el rosismo, donde lo habitual sería el rechazo a la ciencia y las arbitrariedades sobre los profesores. Lo cierto es que durante el gobierno peronista se sancionó la gratuidad de la enseñanza universitaria (22-10-1949). 38 Para el peronismo, la Universidad debía estar comprometida con los problemas nacionales y como tal debía orientar su enseñanza e investigación a la independencia económica del país. 39 La ley universitaria de 1947 estipuló como funciones de la universidad: “…el estudio y desarrollo de la ciencia aplicada y las creaciones técnicas, adaptándolas a las necesidades regionales y crear y sostener institutos de investigación, cursos de perfeccionamiento o de especialización para profundizar el estudio o aprovechamiento de las riquezas naturales de la zona del país donde tuviera su centro de acción cada universidad”. En palabras de Aritz Reclade: “ya no se trataba de importar teorías de la “civilización europea”, para ajustar la realidad del país a ellas, sino que había que producir conocimiento desde el sur del continente con la finalidad de resolver los problemas regionales y alcanzar la independencia nacional”. 40 La práctica económica nacionalista desafiaba el universalismo que pregonaba el mundo de las teorías económicas que todavía predominaban en el ámbito académico local. Desde la óptica de los viejos “maestros de la juventud” 41 , el intervencionismo estatal predominante era una manifestación más del autoritarismo y la ignorancia del régimen que intentaba imponer su autoridad incluso a las leyes del mercado 38 Irónicamente, esta sí es una semejanza con el rosismo. Tanto Rosas como Perón sancionaron la gratuidad de la enseñanza universitaria. 39 En el Segundo Plan Quinquenal se estableció que “Las universidades nacionales asesorarán al superior gobierno de la Nación con respecto a los asuntos técnicos y las investigaciones que el Poder Ejecutivo les requiera”. 40 Aritz Recalde. Actualidad y futuro del peronismo universitario, octubre 2011. 41 Mote que le pondría Jauretche a Alfredo Palacios como arquetipo del profesor de la facultad (de Económicas) que plantea una relación de ídolo revelador de la verdad para con algunos estudiantes. 19 consagradas por la ciencia económica42. Los nuevos profesores peronistas, que contaban en su haber con más experiencia de gestión que logros académicos, eran llamados despectivamente por sus pares como “flor de ceibos” 43 . Sin embargo, muchos de estos profesores que serían expulsados tras el golpe de 1955, dieron los primeros pasos en el desarrollo de un conocimiento orientado a los problemas nacionales. Como botón de muestra, el texto de las clases de un curso de Economía Bancaria del año 1953 muestra un basto manejo de conceptos y teorías monetarias y bancarias de raigambre heterodoxa, coronados con un estudio del régimen bancario vigente en la argentina, no sólo como curiosidad teórica, sino como necesidad práctica por comprender el funcionamiento del modelo argentino a raíz de las grandes transformaciones que implicaba la política económica y social del gobierno que marcaba un Estado presente y protagonista en los asuntos económicos. Un testimonio de la época es el título de la Tesis doctoral de Aldo Ferrer “El Estado y el desarrollo económico”, donde en el capítulo III incorpora la inestabilidad exterior con el capítulo IV “Argumentos a favor de la participación del Estado en el desarrollo económico. En dicha obra, en parte publicada en Trimestre Económico de 1954, Ferrer reconoce el avance que significó la creación de la CEPAL, pero notó que aun no se había sistematizado el modelo de desarrollo dirigido por el Estado: “Sin embargo, no se ha desarrollado aún un cuerpo sistemático de doctrina para interpretar y trazar normas a la acción gubernamental en la economía...” 44. En buena medida, él se encargaría de esa tarea tras más de 50 años de docencia en la FCE-UBA, formando economistas con base en la historia y realidad nacional. Durante esos años se dieron cambios en los contenidos. El 13 de marzo de 1947 se creó el Consejo Nacional Universitario, como ámbito de coordinación entre la Universidad, el Estado y las organizaciones libres del pueblo, donde se organizaba las carreras a promover y las investigaciones a implementar. 45 En la FCE-UBA, la reforma del plan de estudios de 1953, dio origen al Plan D, 42 Este desfasaje entre el mundo de las ideas económicas y el de las prácticas económicas, es un fenómeno habitual en los países que emprenden su desarrollo económico desafiando el rol de nación periférica que la “división internacional del trabajo” le había asignado. Es interesante la experiencia alemana de comienzos del siglo XIX, donde esta disociación entre teoría y práctica económica se había cristalizado en la enseñanza de dos ciencias, la Economía Política donde se difundían las ideas de liberales de Adam Smith, y otra en que se defendía la intervención estatal llamada Ciencias de la Policía (Polizeiwissenschaft) [List 1955, pXLI]. 43 “Flor de Ceibo” era una línea de productos populares que sacó el gobierno para mitigar los efectos de la crisis de 1952 sobre las clases más bajas. Los mismos eran considerados como productos de baja calidad por parte de las clases pudientes. 44 Aldo Ferrer. El Estado y el desarrollo económico. Buenos Aires, Raigal, 1956. 45 Aritz Recalde, op. cit. 20 por el cual se crearon las carreras de Actuario y Licenciado en Economía, pero esta última se limitó a un posgrado dirigido a incrementar las incumbencias del contador público. 46 Una “isla democrática” en un mar de plomo El origen de la carrera con el título de Lic. en Economía Política tuvo lugar en la llamada “edad de oro de los economistas”, en el decenio 1955-1965. Fueron los años del desarrollismo, la confianza en la modernización a través de funcionarios que podrían actuar en el ámbito Estatal con conocimiento experto, y trazar vínculos con la tecnocracia de las flamantes instituciones de la posguerra a las cuales el gobierno argentino pasaría a ingresar en esos años. El profesor Olivera daría el influjo que tomaría la carrera en esos años47; 48. Recuperó la economía matemática, creó el Instituto de Investigaciones Económicas, formó reuniones extra oficiales con grupos de estudiantes y se vinculó con profesores de la academia anglosajona. El 16 de octubre de 1958, la Comisión de Plan de Estudios de la FCE presentó su informe sobre la creación de la Escuela de Economía Política en la Facultad, con grado habilitante de Licenciado en Economía Política. En noviembre de ese año, el Consejo Superior de la UBA, presidido por Risieri Frondizi, aprobó el nuevo ordenamiento de carreras. Este Plan E, otorgaba el Título de Lic. en Economía Política49. Arturo O´Connell, como representante de la Comisión, cuenta que él mando cartas al Profesor de Harvard Edward Chamberlain para que le mandase modelos de planes de Estudio. Así, al igual que con nuestra Carta Magna, inspirada en la constitución norteamericana, la 46 Guillermo Rozenwurcel; Gabriel Bezchinsky; Marisol Rodríguez Chatruc. La enseñanza de economía en Argentina.Buenos Aires, UNSAM, 2009. 47 La temprana consagración del profesor Olivera como uno de los mayores economistas argentinos cumplió con el requisito criollo de un primer reconocimiento en el exterior –que se le exige no sólo a los académicos, sino también a los artistas y deportistas-. A finales de la década del 50, envió al economista mundial del momento, John Hicks, un texto en castellano sobre los ciclos en las economías colectivistas. Para su sorpresa recibió una respuesta personal del economista británico que le señalaba que era el primer trabajo que leía en castellano y le solicitaba su traducción al inglés para su publicación en una prestigiosa revista. 48 El doctor Olivera constituye un verdadero mito en el ámbito de la FCE-UBA. Entre las múltiples anécdotas con que se lo evoca, la que mejor representa la rapidez de su intelecto es la lectura de Modelo de equilibrio general de Arrow-Debreu mientras volaba en el supersónico Concorde. 49 El PLAN E nace por iniciativa del interventor de la facultad a raíz del golpe de 1955. Según contó Arturo O´Connell, en el acto del 50 aniversario de la creación de la Carrera de Economía en la FCE-UBA, una comisión empezó a funcionar “por una iniciativa muy feliz del decano interventor de fines del 55 Isidoro Martínez, que era el padre de uno de los dirigentes del Centro de Estudiantes”. Al igual que le gobierno militar, que había dispuesto juntas consultivas, O´Connell recuerda que se hizo una junta consultiva de representantes, con cuatro del claustro de estudiantes. Parece inexplicable que se consagrara el espíritu de la reforma del 18 con su cogobierno tripartito como garantía de democracia, mientras en el país se vivían tiempos de proscripción del partido mayoritario y se producían los fusilamientos en José León Suarez. 21 carrera de economía fue creada siguiendo el modelo de una universidad yankee. A pesar de ello, los economistas de esta generación darían un sentido original a la carrera en base a sus cursos heterodoxos y trabajo de investigación. En 1961, se crearon el Instituto de Investigaciones Económicas y el Programa de Desarrollo de la Escuela de Economía, completando la impronta dada a la carrera, basada en la investigación y el perfeccionamiento en el exterior para nutrir la tecnocracia de la etapa desarrollista. El Programa de desarrollo de la Escuela de Economía, consistía en el dictado en la UBA de cursos trimestrales por profesores de Oxford y Cambridge. El programa buscaba mejorar la enseñanza de economía, recurriendo a profesores extranjeros50, con contenidos “críticos o pluralistas”, en contraposición a la escuela de Chicago. El subsidio para financiar este programa vino de la Fundación Ford. Comenzó a funcionar en 1962 y en 1963 ya se entregaron las primeras becas para ir a estudiar al exterior. En esos años, se forjó en la FCE-UBA una identidad propia, en base a una corriente que no era ni la neoclásica ni la keynesiana, y constituyó el aporte más original que diera la FCE-UBA al pensamiento económico: el estructuralismo. Bajo el influjo de las ideas que emanaba Raúl Prebisch desde la CEPAL, y las demandas de políticas que imponía las vicisitudes del proceso de industrialización argentino, la facultad se convirtió en un espacio donde los intelectuales debatían y teorizaban poniendo como epicentro de sus cavilaciones a la economía nacional. La compleja relación entre la industria sustitutiva y el sector agropecuario exportador, la inflación estructural, la dependencia externa, la disociación entre pautas de consumo primer mundistas y un aparato productivo periférico, fueron algunos desarrollo de relevancia internacional que surgieron de dar respuesta a los asuntos criollos. No obstante, el modelo de la UBA como una “isla democrática”, ajena a lo que pasaba en el país, con una carrera orientada a educar y seleccionar a una elite para que sus miembros rubricasen sus estudios en una Universidad Inglesa o Norteamericana51, tenía sus limitaciones. Un sector del movimiento estudiantil comenzó a denunciar la disociación de este modelo de Así vinieron a la facultad Walter Reddaway (Desarrollo económico), Leonard Joy (Economía agraria), Walter T. Newlyn (Teoría monetaria), Edward J. Mishan (Economía del bienestar), Eprime Eshag (Economía internacional), Charles Prou (Cuentas nacionales), Paul Streeten (Integración económica), Charles Clayton (Política monetaria). La dirección se confió a Norberto González, G.D.N.Worswick y Phyllis Deane. Fuente: Manuel Fernández López op. cit.. 51 Un caso paradigmático de los límites de este proyecto político de facultad es el de Miguel Sidrauski, un “bocho” formado durante la edad dorada de la universidad pública que terminó siendo incorporado a las filas de Milton Friedman en la universidad de Chicago para incluir el dinero en el modelo de crecimiento neoclásico. 50 22 universidad con la realidad nacional. En un volante de la agrupación A.L.V.E.R (2-10-63) los estudiantes se quejaban: ...el limitacionismo de las autoridades universitarias, que desde dentro cierra cada vez más el acceso popular a la cultura, coadyuvado a la limitación exterior a la Universidad, determinada por el régimen económico social que produce el principal “filtro” que deja al pueblo fuera de las facultades. El volante incluía a los típico temas gremiales (“superposición de horarios”, “bochazos masivos”, etc.) pero también una crítica al régimen económico vigente al denunciar los monopolios que controlaban el régimen económico, proponiendo poner “en manos del Estado los resortes básicos de la economía” a través de una planificación integral de la misma, “realizable únicamente por un gobierno popular”. Y cerraba con una crítica a los planes de estudios, dando como ejemplo el de la carrera de economía: “Planes de Estudio: Inadecuados para la solución de los problemas vigentes, caso concreto: la carrera de licenciado en economía que justifica la crisis que vive el país y no sirve en absoluto para ayudar a su superación”. 52 La carrera de los bastones largos La irrupción de la dictadura de Onganía en la UBA significó un quiebre importante, aun más que cualquier reforma del plan de estudios, por la cantidad de docentes que abandonaron la Universidad. El 29 de julio de 1966 la policía irrumpió violentamente en las dependencias de la UBA, hecho conocido como “La noche de los bastones largos” 53 . Ese día, la FCE-UBA estaba cerrada con cadenas. El CECE no ocupó la sede. A raíz de la represión, en la UBA renunciaron 1.300 docentes, en su mayoría de Ciencias Exactas. En la carrera de Economía fueron muy pocos los docentes que tomaron tal determinación, tal vez los más plurales, los de las materias periféricas, como Aldo Ferrer, Silvio Frondizi, Sergio Bagú, Rosa Cusminsky, Miguel Teubal, entre otros54. 52 A.L.V.E.R. Congreso Nacional de Estudiantes, Boletín N° 3, 2 de octubre de 1963. La frase recuerda a la nocturnidad de la Alemania nazi, con la purga de las SS sobre las SA de “la noche de los cuchillos largos” en 1934 y la persecución y rotura de los comercios de ciudadanos judíos de “la noche de los cristales rotos” en 1938. 54 El profesor Olivera se quedó, pero incluyó El Capital en su curso. 53 23 El 26 de agosto de 1969 fue designado como decano el contador Federico Frischknecht, profesor de Administración, con posgrado en la universidad yankee de Columbia y pariente de Onganía. La facultad se convirtió en un cuartel. Se dispuso por primera vez la introducción de un cuerpo de policía privada para controlar el orden interno de la facultad. A partir del 29 de agosto, se dictó la Resolución N° 1 en la cual establecía: ”Alumnos: Sólo podrán ingresar alumnos de esta Facultad mediante presentación de Libreta Universitaria la que les será retenida para ser devuelta a la salida. El acceso de alumnos será exclusivamente por la puerta principal”. 55 Muchos estudiantes debían entrar y salir escondidos por la morgue, que comparte la manzana con la facultad. En el 69- 70 se inicia un proceso de transformación que dio lugar al Plan F, el cual se concretaría años después, donde el título dejó de ser Lic. en Economía Política para pasar a ser Lic en Economía, no solo para seguir a las universidad norteamericanas, sino también para borrar la palabra política de la universidad. El decano por entonces era Julio Rodolfo Gamba, de la línea de Frischknecht, quien conservaba su cátedra y presidió la Comisión Académica que comenzó a elaborar la reforma curricular. Entre otros miembros de la comisión estaban Vicente Vázquez Presedo, José Antonio Gomariz y William Leslie Chapman, el ex decano que había estado al frente de la FC-UBA al momento de crear la carrera de Economía. El movimiento estudiantil no claudicó ante las ofensivas y siguió de cerca el tema. La agrupación AURCE editó desde 1969 un boletín trimestral llamado “Polémica Económica” que incluía artículos críticos sobre los contenidos de la currícula que buscaban una pretendida asepsia cientificista en la economía. 56 A comienzos de 1970, el CECE abrió asambleas para debatir la reforma. Las autoridades no las prohibieron, sino que mandaron a miembros de la Comisión Académica para ganar adhesiones. Los estudiantes denunciaron los objetivos de carreras cortas y formación profesional orientada hacia “el dominio de determinadas técnicas, útiles a las necesidades de las empresas”. 57 Ante la posición de los estudiantes, la facultad desistió sobre su proyecto de carreras cortas y títulos intermedios, pero continuó con el resto de la reforma, referida al cambio de los contenidos. Allí, la carrera de economía Política sufrió la mutilación de su nombre, y una mayor presencia de la visión neoclásica de la economía, despojándola de los contenidos históricos y políticos. 55 Rotonda de la Memoria. La rotonda de la memoria, op. cit. p. 41. 57 La rotonda de la memoria, op. cit. 56 24 Algunos cambios, la materia Lógica pasa a ser Algebra Lineal, la materia Contabilidad Nacional pasa a ser Cuentas Nacionales. En esos años comenzaron a entrar los profesores con orientación monetarista, resistida incluso por los fundadores de la carrera, de perfil estructuralista. Para el año 1972, la resistencia popular presionaba a la dictadura, la cual no se entregaba fácilmente, como muestran los fusilamientos de Trelew del 22 de agosto, donde fue asesinado un estudiante de la FCE-UBA, Eduardo Cappello. En ese año, el movimiento estudiantil logró que se promovieran profesores progresistas a través de concursos, entre ellos el Prof. Alejandro Rofman en Cuentas Nacionales, quien mantendría una presencia estimulante en el estudiantado hasta el presente, por su vocación, concepción social de la economía y su compromiso con los sectores populares. También conseguiría una cátedra el profesor Horacio Ciaffardini, de formación marxista. La carrera de “Bombita Rodríguez” La experiencia de 1973 a 1975 fue muy variada. La gestión del rector interventor Oscar Sbarra Mitre, economista de rosarino, es recordada como una de las más pluralistas, volviendo atrás con las reformas. La masacre de Ezeiza se cobraría la vida de otro estudiante de económicas Horacio Ángel Simona, para el cual las autoridades aceptarían que un aula lleve su nombre, hecho que recién pudo concretarse en 2005, en el aula 12. Los tiempos habían cambiado, se reincorporó a profesores que habían sido cesanteados por el golpe de 1955, como el caso del ex ministro de Hacienda Ramón Cereijo. Con Perón en la presidencia, se lanzó el Plan Trienal del gobierno peronista presentado en 1973, estableció que: “El sistema universitario reorientará la actividad de docencia, investigación y servicio a la sociedad en función de los interesas nacionales y populares, convirtiendo a la Universidad en un ámbito donde el desarrollo de los conocimientos científico-técnicos deje de encararse en función de las necesidades de los sectores de mayores recursos. Será prioridad fundamental de la acción de las universidades el estudio de los problemas que contribuyan auténticamente a la Justicia Social”. 58 Al principio se buscó la masividad, se eliminaron los exámenes de ingreso reemplazado por un curso formativo de un mes, en pos de “un criterio formativo y no limitativo”. La medida implicó 58 PEN, Plan Trienal para la reconstrucción y liberación nacional, diciembre 1973. 25 que los estudiantes activos pasaran de 29.264 en 1972 a 42.041 en 1974. 59 Los cursos pasaron a tener doscientos estudiantes, y contenidos muy marcados por los debates nacionales de esos años. Una experiencia que sirve de muestra de la masividad fueron las Cátedras Nacionales. En una publicación del cuadernillo de uno de esos cursos dictados en la facultad, se menciona el problema del espacio físico, ya que tenían 4.000 inscriptos y la universidad no contaba con edificios construidos para tal efecto, sino que, a su entender, se había concebido para una elite reducida. En términos formales, en 1973, una nueva Ley regulatoria profesional (20.488) incluyó las incumbencias de los Licenciados en Economía y Administración. Se incluyó la materia de Administración Pública, centrada en las empresas públicas y todo le relativo a la organización y actividad del Estado, siendo obligatoria para las carreras de Contador y Administración. Pasada la primavera camporista en la FCE- UBA, el interventor Ottalagano torció hacia la derecha, cesanteando a 3.000 docentes, más del doble que los expulsados por Onganía. La carrera perdió economistas críticos: Braun murió en el exilio, Ciafardini pasó todo el proceso en la cárcel, Levin dio clases en la clandestinidad y finalmente se exilió. Cabe reparar en esta práctica de la “universidad de catacumbas”, con Ciafardini convocando a sus estudiantes a un jardín de infantes, y Levín en una aulita del Colegio de graduados de Ciencias Económicas. En esta ocasión se trataba no ya de una práctica vanguadista ante una carrera con contenidos deficientes, sino una práctica defensiva. En 1974, la Triple AAA asesinó profesores y estudiantes de la UBA, siendo el caso más trascendido el de Silvio Frondizi, 60 profesor de la FCE-UBA, pero también asesinaron a otro docente, Jorge Antonio Saravia Acuña y a dos estudiantes, Alberto Lago y Salvador García Robles. Para el 18 de octubre se intervino el CECE y se prohibió toda reunió o asamblea, ya fuera de estudiantes o docentes. En una oportunidad se intentó hacer una reunión contra los bochazos masivos y fue disuelta a los tiros por los servicios. El Ministro de Educación Ivanissevich plantó como objetivo quitar el curso de capacitación y nivelación de la gestión Taiana-Puiggros, y reemplazarlo por un examen de ingreso. Durante la intervención de la UBA a cargo de Eduardo Mangiante a fines de 1975, se dispuso un cupo de 10.000 ingresantes, de los cuales a la FCE-UBA le corresponderían 1.000. El método de selección 59 La rotonda de la memoria p. 51. Levin cuenta que siempre se encontraba con Silvio Frondizi en la sala de profesores y que días previos a su asesinato llegó a contarle que su vida estaba en riesgo. Frondizi en vez de guardarse en la clandestinidad no aguantó la responsabilidad y concurrió a dar clases, en una facultad que tenía una única puerta habilitada para el ingreso, controlada por los servicios. A pocos días fue encontrado su cuerpo acribillado por la espalda en Ezeiza, crimen que se atribuyó la Triple A. 60 26 era un examen de ingreso de una única materia, Contabilidad, para cualquier carrera de la facultad. Además de esta evaluación, los ingresantes debían presentar un certificado de “buena conducta” expendido por la policía. La carrera del Proceso Durante los años de la dictadura de 1976-82 se llevó a cabo una intervención de la facultad, la cual quedó a cargo de la Marina. El ministro de educación, Ricardo Bruera, declaró que el sistema educativo debía estar inserto en la doctrina de la seguridad nacional, siendo su objetivo principal erradicar la subversión. El capitán Cao quedó al mando de la FCE-UBA. En Asuntos Estudiantiles fue nombrado el actuario Alberto Héctor Landro. En la FCE-UBA fueron desaparecidos decenas de estudiantes, docentes, y graduados, la mayoría de ellos vinculados a agrupaciones políticas, que habían vivido la efervescencia política de 1973 estando en los secundarios. Ello explica que muchos tuvieran apenas 21 o 22 años al momento de su desaparición61. Dicha generación habían gozado de la apertura de la universidad de masas del período anterior, proviniendo no ya de forma casi exclusiva de los típicos colegios universitarios de Buenos Aires, como el Nacional y el Pellegrini. En este período, la facultad fue permeable a las concepciones financistas de la economía, ligadas a la escuela de Chicago y la impronta de la política desplegada por el ministro José Martínez de Hoz. Un pequeño grupo de estudiantes, entre los que se encontraba el ex presidente del BCRA Martín Redrado, editaba una revista académica que difundía las nuevas ideas con el visto bueno de la intervención. Mientras tanto, la gran mayoría cursaba silenciosamente ya sea por indiferencia o por miedo a ser víctima de algún tipo de persecución. Los contenidos del Plan F volvieron al del año 70, esta vez se trató de un liberalismo financiero que caracterizó la política de Martínez de Hoz y se eliminó la especialización en Administración Pública. Una de las maneras con las que las autoridades buscaron seducir al estudiantado para que aceptara la reforma en los contenidos fue el regalo de materias, para acortarles las carreras. En base al individualismo que fue inculcando el proceso militar como una nueva construcción de una subjetividad distinta a la forjada en las décadas previas, la reforma fue permeando en buena parte de los estudiantes. El Plan F constituyó un paso importante en la consolidación del profesional como un técnico con formación matemática, que marcaba una distancia con el no profesional, y por tanto 61 Rotonda de la Memoria, op. cit. 27 lo hacía portador de un capital técnico y simbólico que le permitía gozar de un poder especial por sobre el resto de la sociedad, incluso sobre la anterior generación de liberales, abogados que no manejaban el instrumental matemático o ingenieros que no manejaban los modernos conceptos de la Escuela de Chicago. Los economista tecnócratas podían influir en el gobierno en defensa y representación de los monopolios locales y del poder económico extranjero. 62 Entre las últimas medidas del gobierno de Videla, el 16 de febrero de 1981, se dispuso por decreto el arancelamiento en las universidades nacionales. Si en 1975 se habían graduado 3.458 estudiantes, para 1982, el número de se redujo abruptamente a 1.360.63 La carrera perdida de la democracia Con la vuelta de la democracia, la FCE-UBA fue manejada principalmente por el radicalismo quienes predominaran hasta nuestros días. Una forma poco democrática de hacerse con el gobierno de la facultad fue manejar con estreches la incorporación de los docentes que habían sido cesanteados. El caso testigo es el del economista marxista, Horacio Ciaffardini, quien tras haber estado en prisión la mayor parte de los años del Proceso, la universidad de la democracia le negó con trabas burocráticas el regreso a los claustros Durantes esta larga etapa de predominio neoliberal, la FCE-UBA tuvo un bajo perfil llegando en muchos casos a una silenciosa complicidad. Sin embargo hubo excepciones como la de Jorge Schvarzer, un ingeniero discípulo del marxista argentino Milcíades Peña que se acercaría más tarde al alfonsinismo. Sus posiciones industrialistas lo llevarían a denunciar las políticas liberales que devastaron el aparato productivo local bajo el proceso militar, la defección del alfonsinismo frente a los acreedores externos y la aplicación de las recetas del consenso de Washington durante el gobierno de Menem y La Alianza. En el 2001 formará parte de los profesores que lanzaron el plan Fenix y luego manifestará su adhesión al kirchnerismo. La muerte lo encontró defendiendo la posición del gobierno a favor de la aplicación de retenciones móviles al poco de finalizar el mal llamado “conflicto del campo”. Respecto a los planes de estudio de la carrera, en 1987 se lanzó el Plan G, ordenando las materias en ciclos. Por un lado, debido a la implementación del CBC para toda la UBA, y por el otro, para incluir las orientaciones en las últimas materias de la carrera, de modo de ir perfilando Jorge Schvarzer señala la autonomía relativa que gozó Martínez de Hoz por sobre la junta militar, al diseñar un entramado de política económicas que lo hacían aparentemente imprescindible. Algo parecido intentó ostentar Domingo Cavallo durante los gobiernos de Carlos Menem. 63 La rotonda de la memoria p. 87. 62 28 la salida profesional del graduado, sin necesidad de cursos de maestría o doctorados para adquirir conocimientos específicos. En 1997, tras dos años de resistencia del movimiento estudiantil, se pone en práctica el Plan 97 vigente hasta la actualidad. Se elimina el CBC para la FCE-UBA, se divide la carrera en ciclos, uno general, y otro profesional, se le incluye el Seminario de Integración y Aplicación como tesina final, y parte de los contenidos de grado pasan al posgrado arancelado. Los pormenores y problemas de este último plan se presentan en el apartado siguiente. A lo largo de casi 28 años de democracia, la carrera no ha sabido reconstruir su identidad. Ha tratado de tapar baches incluyendo materias optativas y profesores heterodoxos, pero el tronco sufrió la poda de cantidad de horas y de calidad de contenidos, acordes a la función del modelo de economista que se impulsó desde el poder, siendo protagonistas de las claudicaciones de los ochentas y de las reformas estructurales de los noventas64. La facultad que supo formar economistas preocupados por el desarrollo pasó a formar agentes de la dependencia y propagadores del discurso de la imposibilidad, la sumisión intelectual y la resignación a un pensamiento económico neoliberal con pretensión de universal. Recién con la debacle del país en 2001 pudo emerger con el Plan Fénix lo mejor de la tradición académica de la facultad. La elección del nombre por parte de Julio Olivera fue una convocatoria a refundar la sociedad argentina de sus cenizas. Pero también, a raíz del repaso de la historia de la carrera de economía, podemos decir que finalmente, después de varias décadas de neoliberalismo en la FCE-UBA, que aportó sus muertos en Trelew, Ezeiza, Tripe A y Desaparecidos, podemos reconocer un pasado rico en pensamiento y formación de economistas nacionales que la generación del presente reclama como su tradición e identidad necesaria para seguir construyendo un país con independencia económica y justicia social. 64 Beltrán G. J. (2005:) Formación profesional y producción intelectual en tiempos de cambio: las carreras de Sociología y economía de la Universidad de Buenos Aires durante en los noventa. Buenos Aires, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. 29 Análisis del plan de estudios 1997 de la licenciatura en economía de la FCEUBA Entre 1976 y el 2003, con algún breve paréntesis en los primeros años de la vuelta a la democracia, las principales líneas de la política económica nacional se enmarcaron bajo la matriz ideológica neoliberal. La apertura comercial, la desregulación de los movimientos financieros internacionales, las privatizaciones de las empresas del Estado, junto a una multitud de otras medidas tendientes a reducir el papel del Estado en la regulación de los mercados, fueron legitimadas por un discurso cuyas bases de sustentación teórica se encuentran fuertemente ligadas al ámbito de la ciencia económica (Fraschina y Kestelboim 2011). De ello se deriva la importancia de la formación de los economistas, especialmente los provenientes de la universidad pública. La FCE-UBA no fue inmune al avance neoliberal, y así lo evidencian las diferentes reformas del plan de estudios de la carrera. La última, realizada en 1997, dio origen al plan 1997 que refleja el espíritu menemista de la época, y constituye un paso más en la transformación de la universidad pública en un semillero de profesionales para la formación de una tecnocracia neoliberal. La mejor definición de sus contenidos la brinda un profesor que participó en su diseño que señalaba que la carrera de economía de la UBA debía brindar los elementos para que el egresado de la misma pueda realizar un posgrado en el MIT u otra universidad del exterior. De esa manera, la universidad pública se transformaba en un pre-grado para la formación de una burocracia internacional al servicio de las naciones rectoras del mundo. Esta concepción de la universidad debía parecer contradictoria con la formación científica del profesional, ya que este no obtiene los conocimientos necesarios para comprender y resolver las cuestiones económicas nacionales debido a que ha sido formado para ingresar a un estudio superior en los Estados Unidos y, por tanto, ha sido preparado, en todo caso, para comprender y resolver los problemas económicos de aquel país. Pero esta contradicción es salvada por la concepción “universalista” de la teoría económica. La ciencia económica pasa a ser el estudio de una teoría universal y las distintas naciones casos particulares de aplicación de la misma, de la misma manera en que el FMI diseña un mismo recetario de políticas económicas neoliberales que luego aplican los más diversos países del mundo. 30 El plan 1997 El plan 1997 de la carrera de economía de la FCE-UBA comprende 2 ciclos, un ciclo general y un ciclo profesional. El ciclo general es compartido, en gran parte, con las demás carreras que se dictan en la facultad y tiene una duración estipulada de dos años. El mismo se presenta como una instancia niveladora que brinda también una formación general brindando al estudiante una instancia donde terminar de definir su elección profesional. Sin embargo, existen ciertas críticas al mismo que se centran en el hecho de que el casi nulo acompañamiento a los estudiantes en esta primera etapa produce una degeneración del ciclo común. Éste, en lugar de cumplir su función niveladora, termina por ser un “filtro” que retiene a los estudiantes con una formación previa deficiente (en general, provenientes de los sectores populares). Como se señala en la sección “La relevancia de la FCE-UBA en números”, sólo un tercio de los ingresantes al ciclo general ingresan al tramo profesional. Cómo puede observarse en el cuadro 1, las materias que conforman el ciclo general están conformadas por 6 materias que brindan herramientas técnicas en matemáticas (3), metodología de las ciencias sociales (1), estadísticas (1) y contabilidad (1) y otras 6 pertenecientes a diversas ciencias sociales. Éstas últimas combinan aspectos de teoría económica (ECONOMIA y MACROECONOMIA), historia económica (General y Argentina), sociológicos y político-jurídicos (TEORIA POLÍTICA Y DERECHO PUBLICO). Cuadro 1: Ciclo General del Plan 1997 Fuente: www.econ.uba.ar 31 Ciclo Profesional de la carrera de economía Según expone la facultad en su sitio web “el Ciclo Profesional contribuye a la formación dentro de un campo profesional e incluye los conocimientos, habilidades y competencias propias del estudiante para el ejercicio profesional en el área elegida. Es decir que a medida que se va avanzando en el plan de estudios, éste se va volviendo cada vez más específico de la carrera que se ha elegido”. Es por ello que concentraremos el estudio sobre que tipo de formación de los economistas en este tramo. En el cuadro 2 se presentan las materias que lo componen. Cuadro 2: Ciclo Profesional del Plan 1997 32 (*) se cursan 2 materias optativas a elección del estudiante. Fuente: www.econ.uba.ar Para abordar el estudio sobre el tipo de formación que reciben los estudiantes de economía en la FCE-UBA, comenzaremos agrupando en círculos concéntricos las materias del tramo profesional según su carga horaria. Las mismas se presentan en el diagrama 1, donde se excluyen las materias que brindan herramientas técnicas. 33 Diagrama 1. CENTRO Y PERIFERIA DEL CICLO PROFESIONAL VH: carga horaria semanal. MATERIAS OPTATIVAS (4 VH) -se cursan 2 materias a elección del estudianteMATERIAS TÉCNICAS (6 VH): Estadística II, Matemática para economistas, Econometría, Cuentas Nacionales. Del análisis del diagrama 1, se desprende que el ciclo profesional está organizado de acuerdo a un centro de contenidos de teoría económica “pura” conformado por teoría macroeconómica, microeconómica y del dinero. Le sigue una serie de materias donde la teoría económica empieza a salpicarse de aspectos más terrenales como los problemas del crecimiento y el desarrollo, de las relaciones entre unidades económicas nacionales, de la industria, las finanzas del Estado o la 34 historia de las ideas económicas. Por último, en la periferia de la carga horaria del programa se encuentran las materias que dan cuenta de la realidad económica nacional (ESTRUCTURA SOCIAL Y ECONÓMICA ARGENINA, GEOGRAFÍA ECONÓMICA) y de la epistemología de la economía cuya supervivencia marginal en el programa responde a motivos bastante particulares65. La estructuración del plan de estudios guarda cierta similitud con la concepción de programa científico donde la unidad básica de la ciencia son “los programas de investigación con un `centro firme´ convencionalmente aceptado (y por una decisión provisional `irrefutable´) y con una `heurística positiva´ que defina problemas, esboce la construcción de un cinturón de hipótesis auxiliares, prevea anomalías y las transforme en ejemplos victoriosos; todo ello según un plan preconcebido” (Lakatos 1974, p. 25-6). Bajo esta interpretación, a medida que nos alejamos del centro del plan de estudios hacia su periferia, estamos pasando de la teoría general hacia su aplicación a casos cada vez más particulares. Sin embargo y como analizaremos enseguida, esa diagramación al ser acompañada por una visión falsamente universalista de los contenidos del núcleo teórico genera la inviabilidad del intento de su aplicación a los diferentes casos particulares y, más específicamente, a la realidad económica argentina. De ésta manera, el programa de formación científica se escindirá en una teoría sin empiria (el centro) y una empiria sin teoría (la periferia), problema habitual de la formación intelectual en los países de la periferia mundial (Jauretche 1967). El colonialismo del Centro (del ciclo profesional) Al estudiar los contenidos de las materias que conforman el centro del ciclo profesional de la carrera de economía se observa que el mismo está compuesto, en su mayor parte, por abstracciones teóricas construidas en los países centrales e importadas acríticamente como “verdades universales”. Esta deficiente concepción de la calidad académica es el resultado de dos errores bastantes frecuentes en el ámbito de las ciencias: el falso sentido de universalidad de las 65 La materia EPISTEMOLOGÍA de la ECONOMIA no formaba parte del Plan 1997 y fue incluida en el mismo a partir del pedido del movimiento estudiantil durante las protestas que generó su aplicación (información brindada a los autores por docentes y estudiantes que participaron de la misma). 35 teorías científicas y la errónea idea de que la mayor calidad académica se encuentra en las universidades, revistas académicas y manuales de los países centrales. La discusión sobre el “universalismo” de los conocimientos teóricos nos llevaría al campo de la filosofía de las ciencias, más específicamente de las ciencias sociales y de la economía. Desde que la filosofía dio cuenta de la imposibilidad del intento aristotélico de alcanzar la verdad66 - y de los atajos inductivistas67 y falsacionistas68 para acercarse a ella-, se arribo al consenso de que el conocimiento científico es justamente un consenso alcanzado por la comunidad científica69 que no es una isla de la sociedad en que se desenvuelve70. De ahí que las diversas teorías económicas deben entenderse como consensos interpretativos de la realidad, históricamente determinados y que, por lo tanto, no son ajenos de los intereses y factores de poder de la sociedad humana71. Muy vinculado a ello se encuentra la idea de que la excelencia académica se encuentra en las instituciones académicas del norte. La mayor influencia de las ideas científicas generadas en los países centrales no puede desligarse de la posición que los mismos ocupan en el escenario geopolítico mundial72. La actividad científica requiere infraestructura, mantener un cuerpo de investigadores, docentes, aparatos de difusión, intercambio, etc. que implican un importante desembolso de recursos. No es de extrañar entonces que las economías más ricas y dominantes a nivel mundial sean las que produzcan los principales desarrollos científicos. Pero, por eso mismo, tampoco debe sorprendernos que dichos desarrollos sean funcionales a los intereses que los financian. De ahí que la práctica, bastante común, de armar una carrera o materia copiando el programa o utilizando el manual de una universidad prestigiosa del exterior, puede implicar la formación de profesionales disfuncionales para el desarrollo nacional73, ya que un límite a la investigación 66 Implícito en el “Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es falso, mientras que decir de lo que es que es, o de lo que no es que no es, es verdadero” de Aristóteles (Metafísica, libro E) o en su versión local de reminiscencias peronistas: “la única verdad es la realidad”. 67 Carnap (1962). 68 Popper (1967). 69 Khun (2004). 70 Feyerabend (1974). 71 Ver una crítica a la supuesta neutralidad valorativa de la teoría económica (neo) liberal en Gómez (1995). 72 Excepto que se adhiera a filosofías racistas sobre la superioridad intelectual “blanca”. Esta y otro gran número de zonceras que refuerzan culturalmente el colonialismo económico son analizadas por Jauretche (1968). 73 Este y otros aspectos sobre la enseñanza de la economía en la Argentina son debatidos desde múltiples miradas en Wainer (2011). 36 sistemática de los problemas económicos de Latinoamérica es “el número exiguo de economistas capaces de penetrar con criterio original en los fenómenos económicos latinoamericanos” debido a que “una de las fallas más conspicuas de que adolece la teoría económica general, contemplada desde la periferia, es su falso sentido de universalidad” (Prebisch 1998, p.73). La formación en programas importados acríticamente es funcional a que el egresado abandone el país para desempeñarse en el exterior. En este sentido, la educación falsamente universal facilita la fuga de cerebros. La universidad pública se transforma en un curso de pre-ingreso de las universidades extranjeras y el egresado en un futuro miembro de una burocracia internacional que crece al amparo de las grandes corporaciones y los organismos de dominio mundial. Se genera de esa manera una dinámica perversa por medio de la cual, los argentinos terminan subsidiando la formación de profesionales que administrarán la red de dependencia que nos ata a las naciones más desarrolladas. Pasaremos a mostrar un caso extremo de las malformaciones a que es sometido el estudiante de economía: Microeconomía: En esta materia se debería explicar como se conforman los precios relativos en una economía (Walras 1874). El desarrollo troncal de la misma se estructura a partir de la teoría marginalista, más conocida como neoclásica. Trabajando desde el individualismo metodológico (es decir, asumiendo que los comportamientos sociales pueden explicarse extrapolando el de un individuo) se presenta el comportamiento del consumidor y el productor y su interacción por medio del mercado. Con un sofisticado sistema de ecuaciones se presenta un mundo ficcional donde los individuos expresan sus gustos a través de las decisiones de compra en el mercado dando señales a los empresarios para que acomoden su producción a los mismos. En el caso de que el mercado falle (problemas de información, incertidumbre, monopolios, oligopolios), puede intervenir el Estado para remediar la situación. Desde ésta óptica, en las economías de mercado el individuo consumidor es el soberano que gobierna a las empresas a través de sus compras y, en el caso de que ello no funcione, lo hace a través del Estado que responde a sus intereses gracias a la democracia electiva. Esta descripción choca con el más mínimo análisis de la realidad económica de cualquier país del mundo, lo que demuestra una vez más que las ideas económicas se sostienen en forma 37 independiente de su relevancia empírica. El mundo de las grandes corporaciones que planifican sus precios y cantidades de compra y venta a largo plazo, que forman los gustos de los consumidores a través de la publicidad e influyen en las políticas del Estado gracias a su poder de lobby es pasado por alto (Galbraith 1967). No es difícil de entrever que intereses hay detrás de la persistencia de la teoría neoclásica de los precios en los planes de estudio de la economía a nivel mundial. Pero el asunto es más grave cuando se considera la enseñanza de la microeconomía en la Argentina. La diferente formación de los precios en el sector agropecuario exportador respecto a los industriales o de las empresas de servicios son pasados por alto. De esta manera, se pasa por alto la influencia de la política cambiaria, las retenciones, la política de tarifas o los precios internacionales de las materias primas, sobre los precios relativos sectoriales y la distribución de los ingresos. Puede decirse, sin exagerar, que de esta manera el estudiante de economía tras cursar la asignatura en donde se explica como se forman los precios relativos, desconoce la principal fuente de variación de los precios relativos de la economía argentina (ver al respecto el cuadro 3). Cuadro 3: Movimiento de precios relativos típico de la economía Argentina que no se aborda en las materias de la FCE-UBA que estudian la formación de precios relativos. 200% 180% 2003/2001 160% 140% 120% 100% 80% 60% 40% 20% 0% DOLAR AGROPECUARIO MANUFACTURAS SALARIOS SERVICIOS Fuente: elaboración propia en base a INDEC. 38 Más allá de que el caso de la microeconomía es extremo, las demás materias no dejan de presentar enormes baches teóricos para la comprensión de la economía en general y la argentina en particular. Las retenciones a la exportación que forman parte del debate cotidiano de la economía en el país no son estudiadas en la mayor parte de los cursos de Finanzas Públicas (materia que aborda las políticas de tributación), y cuando son abordadas no se considera las particularidad de aplicarlas al sector agroexportador (el hecho de que graven rentas). Ello no es de extrañar, ya que la economía agropecuaria –pese a la importancia del sector para nuestro país- la estudian tan sólo quienes la escojan como materia optativas74. Volviendo a las materias centrales, los efectos contractivos de las devaluaciones son pasados por alto en la mayor parte de los cursos de macroeconomía75 y, salvo honrosas excepciones, no se estudia su impacto inflacionario. De ésta manera se pierde la capacidad de entender las crisis de la economía argentina, así como la principal fuente de presión inflacionaria de la historia económica nacional76. Tampoco se suele estudiar el papel hegemónico del dólar en la arquitectura financiera mundial y su rol determinante en el sistema monetario local, lo que implica desconocer los elementos centrales de la política monetaria del país (Olivera 1983)77. La descontextualización entre la realidad económica nacional y la formación que reciben los economistas se evidencia también en hechos insólitos como que la mayor parte de los egresados no hayan estudiado la explotación de recursos naturales vitales para el país como el petróleo y la 74 Un ejemplo evidente de colonialismo en el ámbito del pensamiento económico es el abandono de la tierra (recursos naturales) como factor de la producción. El pensamiento clásico (Smith, Ricardo, etc.) sostenía que existían tres factores, la tierra, el capital y el trabajo. A medida que los países centrales desarrollaron su industria y su sector primario perdió relevancia económica, los factores de la producción se redujeron al capital y el trabajo. Así, la mayor parte de los análisis económicos de las diversas escuelas del centro (ortodoxas y heterodoxas) asumen que para producir se requiere capital y trabajo, sin mencionarse el rol de los recursos naturales. La importación acrítica de dichos modelos lleva a que los mismos se reproduzcan en las aulas de las universidades de nuestro país, pese a la relevancia que mantiene en el mismo la producción primaria. 75 Ello genera que se enseñen modelos que arriban a conclusiones ridículas como que un alza de la tasa de interés internacional produce un incremento de la producción interna (por intermedio de una devaluación expansiva). Experiencia sufrida por quienes escriben al estudiar el modelo básico macroeconómico para economías abiertas denominado en la jerga profesional como IS-LM-BP. 76 Se enseña que existe una disyuntiva entre inflación y empleo (“curva de Phillips”) y luego se discute su validez a partir de la aplicación de las expectativas racionales. Lo que pocas veces se señala es que en la Argentina el desempleo y la inflación presentan una correlación positiva basada en los efectos contractivos e inflacionarios de la devaluación (Braun y Joy 1968). 77 Tampoco se enseña y los estudiantes egresan sin siquiera haber escuchado su existencia, la original arquitectura financiera vigente en la Argentina bajo las presidencias de Juan Perón, donde se implementó un sistema financiero autónomo y centralizado a partir de reformas como la de nacionalización de depósitos (Asiain 2011). 39 minería. También se encuentra ausente el estudio de las economías regionales así cómo el de las economías latinoamericanas. El desencuentro con el país llegaba al punto de que el pensamiento económico argentino no formaba parte de la currícula de la carrera. Ello fue modificado positivamente gracias a su incorporación como una de las 3 opciones de Historia del Pensamiento Económico II, en el año 2009. El resultado de todo lo antedicho es que el egresado de la carrera carece de elementos para comprender el funcionamiento de la economía argentina, ámbito central donde debería desarrollar su profesión un egresado de una universidad pública nacional. Ésta frustración lleva a dos situaciones extremas igualmente negativas para el desarrollo nacional: el rechazo de la realidad nacional o el rechazo de la teoría económica para el ejercicio de la profesión. Frente a esta penosa situación, muchos estudiantes optaron por tomar en sus manos el estudio de la economía en cursos, seminarios, cátedras libres, etc. De esta manera, la obtención de herramientas para la comprensión de la realidad económica nacional pasó a ser una tarea extra oficial, lo que evidencia tanto la disconformidad de los estudiantes con la formación que reciben como su enorme voluntad de sobreponerse a ella. Es triste señalar que la mayor parte de las veces, por razones de banderías políticas, estas prácticas no contaron con el apoyo de las autoridades de la carrera, y no pocas fueron desalentadas debiendo abordarse el estudio de la economía argentina al interior de la UBA en una cuasi clandestinidad78. Sobre el abuso de las matemáticas y el verticalismo pedagógico: Un tema muy discutido al interior de la profesión es el excesivo uso de la matemática en las ciencias económicas. El 16% de la carga horaria de la carrera está compuesta por la enseñanza de matemáticas y el porcentaje llega casi al 30% si se agregan las estadísticas y econometría. Si se compara ese porcentaje con el destinado a la ciencia política (un 3% compartido con derecho) o la sociología (3%), se comprende el fuerte sesgo a la formalización matemática de la carrera. Téngase en cuenta que muchas veces, éstos profesionales de la matemática que no oyeron hablar siquiera de geopolítica a lo largo de su formación, son los representantes de nuestros país para 78 Así lo señalan en numerosas manifestaciones la Asociación Gremial Docente y un variopinto grupo de estudiantes que conforman la JEC: http://jornadaseconomiacritica.blogspot.com 40 realizar acuerdos comerciales o financieros con otros Estados nacionales, los que tendrán implicancias en las condiciones de vida de generaciones de argentinos. La utilización excesiva de las matemáticas es el resultado de un proceso que buscó separar a la economía de la política y los conflictos sociales para presentarla como un conjunto de conocimientos científicos presuntamente avalorativos79. Ello es reforzado por el abuso “del formato de clase magistral. El abuso de este tipo de clases supone un modelo pedagógico de corte unidireccional (con casos donde se trata de un perfil llanamente autoritario), un tradición monológica que asume a l@s estudiantes como sujetos de no-saber y no cuestiona la validez de los conocimientos del/la docente. Este tipo de enseñanza/aprendizaje tiende a dar a la disciplina económica un cariz meramente técnico, quitándole el contenido propiamente científico, o incluso su condición de conocimiento en elaboración” (JEC 2010). De esta manera, se infunde en el estudiante una formación tecnocrática que elude discutir las implicancias políticas y sociales de las diferentes teorías económicas. Esta prestidigitación fue funcional al avance acrítico de las escuela neoclásica, cuyas recomendaciones de políticas de libre mercado favorables para una determinada minoría de la sociedad global y en desmedro de las mayorías mundiales, fueron implementadas bajo el disfraz de que se trataba de medidas técnicas que eran el resultado de rigurosos análisis científicos (Gómez 1995). Ortodoxia y heterodoxia En los últimos años, la carrera de economía de la FCE-UBA ha incorporado un gran número de docentes heterodoxos. De esa manera, se ha ganado en términos de pluralismo ideológico. Marxistas, postkeynesianos, shumpeterianos y estructuralistas han roto el discurso monocorde neoclásico que primaba hasta hace poco tiempo atrás. Sin embargo, estás transformaciones aún no han sido reflejadas en cambios en el programa de estudio, ni en las materias que lo componen, 79 La utilización de la matemática en la economía tiene como uno de sus precursores a León Walras. Las razones detrás de ello quedan a la luz en una carta que Auguste Walras le escribe a su hijo León, el 6 de febrero de 1859, en donde dice: “Algo que encuentro perfectamente satisfactorio en el plan de tu trabajo es tu intención –que apruebo desde cualquier punto de vista- de mantenerse en los límites más inofensivos respecto a los señores propietarios. Hay que dedicarse a la economía política como uno se dedicaría a la acústica o la mecánica” (citado en Screpanti y Zamagni 1997, p.165) 41 ni en sus contenidos oficiales. De esta manera se ha generado un divorcio entre los cambios positivos que se han producido y la estructura formal que organiza la carrera. Adicionalmente, y como demostración de que el pluralismo en sí mismo es una bandera insuficiente80, la incorporación de docentes heterodoxos ha introducido en la carrera debates con la ortodoxia que son simple imitación de los que se producen en los países centrales, sin tener en cuenta su relevancia para la economía nacional. Se debate largamente sobre la determinación de los precios a partir del valor trabajo, las utilidades marginales o el grado de monopolio, pero no se discute como influyen en los precios relativos los precios internacionales, la política cambiaria o de retenciones. Se extienden las polémicas sobre la inflación salarial o de demanda, pero no se aborda la inflación cambiaria. Se discute arduamente sobre la distribución del ingreso entre el capital y el trabajo, pero no se aborda la apropiación de rentas por los propietarios de recursos naturales como la tierra. De ahí que el pluralismo de escuelas económicas, necesario para una formación amplia y democrática, debe estar orientado por el objetivo central de la carrera que debería ser la comprensión de la economía nacional, que obliga a comprender el sistema económico mundial y, especialmente, el de las naciones rectoras, pero en función de lograr interpretar como condicionan el desempeño local. “Lo nacional es lo universal visto desde acá”, sostenía un gran pensador argentino, y ello también es válido para el pensamiento económico. Universidad, ¿una isla en la sociedad? La descontextualización entre la formación que reciben los estudiantes de economía y la realidad nacional, se vuelve mucho más grave a medida que nos acercamos al ámbito local de la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. Problemas típicos de la vida urbana como las cuestiones de 80 El pluralismo por sí mismo es de imposible aplicación. De aplicarse en su verdadera dimensión debería ampliarse el espacio de visiones de la economía a todas las corrientes, desde las reconocidas en el ámbito académico occidental como los clásicos, neoclásicos, marxistas, keynesianos, hasta las más diversas como la economía del Corán, la visión eco-económicas de los diversos pueblos originarios de nuestra Indoamérica, de las distintas tribus de la india y de cada habitante del mundo que tenga algo que decir al respecto. Es por eso que la aplicación real del “pluralismo” se reduce a enseñar las visiones más difundidas de la economía a nivel internacional, lo que deriva en una importación acrítica de que debe ser estudiado, sobredimensionándose la importancia de algunas escuelas que han hecho escasos aportes al pensamiento económico y subestimándose algunas locales, como el estructuralismo latinoamericano, pese a su relevancia para el estudio de la economía nacional. 42 transporte, vivienda o de provisión de servicios básicos, no forman parte de la carrera por lo que difícilmente la universidad pueda colaborar con el ámbito local en que se desenvuelve. De esta manera, las actividades de extensión se reducen muchas veces a brindar talleres de apoyo escolar u otra asistencia que no explota las posibilidades de contribución a la sociedad que debería brindar el trabajo de un estudiante universitario. 43 Principales lineamientos para una reforma del plan de estudios Los cambios producidos en el país en los últimos años, vuelven urgente una reforma de los planes de estudios de la economía de las universidades argentinas, especialmente las públicas. En épocas de hegemonía neoliberal, cuando la política económica argentina se reducía a dejar hacer al mercado obedeciendo a los mandatos del FMI, los economistas argentinos no tenían un papel relevante que cumplir. Sin embargo, desde que la política de desendeudamiento nos brindó mayores niveles de independencia económica y permitió encarar una política de expansión económica que plantea la intervención reguladora del Estado, los economistas tienen un rol que cumplir. La profundización de la industrialización, la política de retenciones a la exportación, de subsidios a los servicios, una posible reforma impositiva o una nueva arquitectura financiera local y regional, son algunos puntos de acuciante debate en los ámbitos de la gestión económica que requieren el concurso del análisis académico. La FCE-UBA, por su trayectoria, tamaño y prestigio, no puede quedar hacer oídos sordos a esta necesidad histórica de nuestra sociedad. Pero para poder participar de los grandes debates de económicos nacionales, regionales y mundiales, se requiere una profunda transformación del programa de la carrera de economía. Indicaremos algunas líneas para ese necesario cambio, sólo como un aporte al debate, teniendo conciencia que su real transformación debe ser una tarea colectiva tanto de quienes se desempeñan en la FCE-UBA (autoridades, docentes y estudiantes), como de toda la sociedad y sus organizaciones (el gobierno nacional, los sindicatos, organizaciones sociales, etc.). Algunos puntos centrales para la reforma del plan de estudios son: 1) Incorporación de materias de apoyo y acompañamiento para quienes ingresan al ciclo general: para abordar el fenómeno de que sólo un tercio de quienes ingresan al ciclo general y lleguen al profesional, si bien las medidas para atacar este fenómeno exceden el de la reforma del plan de estudios, un aporte puede ser la creación de cursos de apoyo, métodos de estudio y nivelación, de carácter opcional en el ciclo general. 2) Incorporación de contenidos de la economía nacional a las materias troncales de teoría económica: se trata de romper con escisión entre las teorías que describen un sistema económico irreal que impide comprender el funcionamiento de la economía real (escuela neoclásica), y el mundo terrenal donde se desenvuelven las relaciones de producción, 44 distribución y consumo de la sociedad humana, especialmente de la economía argentina. Para ello deben incorporarse el estudio de escuelas económicas cuyo centro de gravitación para la especulación teórica son el desenvolvimiento del capitalismo corporativo moderno, y especialmente la situación en el mismo de los países periféricos. El estructuralismo latinoamericano debe volver a ser el espíritu que merodee por las aulas de la FCE-UBA, especialmente en sus materias troncales: macroeconomía; microeconomía; dinero, créditos y bancos. Debe quedar en claro que no se trata de renunciar a la teoría económica para pasar a realizar debates de mesa de café sobre problemas de la coyuntura. ¡No!, se trata del desarrollo de teoría económica con un sentido nacional, que implica tomar conciencia de que la ciencia es una actividad históricamente determinada y, que por lo tanto, sus leyes no son universales. Un primer paso para esta transformación es incorporar una serie de contenidos mínimos indispensables para que el egresado de la facultad pueda comprender el funcionamiento de la economía argentina. Los efectos distributivos de la devaluación, su impacto en términos de precios relativos y absolutos, sus consecuencias sobre la producción, sobre la política monetaria y las tenencias financieras, son algunos ejemplos de contenidos indispensables para la formación de un economista argentino. 3) Reducción de los contenidos neoclásicos y apertura a escuelas que estudien el capitalismo contemporáneo: la escuela neoclásica predominante a nivel internacional no basa su hegemonía en dar una interpretación aceptable del capitalismo moderno o tener alguna capacidad de predicción, sino en ser funcional al poder económico corporativo por negar en su cuerpo teórico su mera existencia. Trabajando desde el individualismo metodológico (es decir, asumiendo que los comportamientos sociales pueden explicarse extrapolando el de un individuo) se presenta el comportamiento del consumidor y el productor y su interacción por medio del mercado. Con un sofisticado sistema de ecuaciones se recrea un mundo ficcional donde los individuos expresan sus gustos a través de las decisiones de compra en el mercado dando señales a los empresarios para que acomoden su producción a los mismos. En el caso de que el mercado falle (problemas de información, incertidumbre, monopolios, oligopolios), puede intervenir el Estado para remediar la situación. Desde ésta óptica, en las economías de mercado el individuo 45 consumidor es el soberano que gobierna a las empresas a través de sus compras y, en el caso de que ello no funcione, lo hace a través del Estado que responde a sus intereses gracias a la democracia electiva. La universidad pública de la Argentina, que no es financiada por el poder corporativo trasnacional sino por el Estado Nacional, no puede ser un ámbito de reproducción de dicha escuela y debe dar espacio al estudio de diversas teorías que interpretan el capitalismo moderno con todas sus complejidades: grandes corporaciones multinacionales que planifican y tienen poder de mercado, Estados Nacionales permeables a diversos intereses, clases sociales, sectores productivos heterogéneos, recursos naturales estratégicos, etc. 4) Una mayor carga horaria de las materias que dan cuenta de la estructura económica y social argentina, y la incorporación de otras como Pensamiento Económico Nacional: que en la actualidad todas las materias que llevan el gentilicio “argentina” tienen la carga horaria mínima de 2 horas semanales lo que es un claro indicador del lugar que ocupa la economía nacional en el orden de prioridades de la formación de los economistas plasmado en el plan de estudios. Una mayor carga horaria es indispensable para una formar economistas al servicio del desarrollo nacional, lo mismo que la incorporación como materia obligatoria en el tronco de la carrera de Pensamiento Económico Nacional, materia que recorre los grandes debates económicos de nuestro país desde la colonia hasta el presente y que en la actualidad está relegada como una de las 3 opciones de la optativa Historia del Pensamiento Económico II. 5) Incorporación del estudio de las economías regionales, de la economía latinoamericana y de la urbana: Argentina es un país de grandes desigualdades regionales producto de su particular inserción en la economía mundial y de un determinado desarrollo histórico de sus fuerzas productivas. Ello conduce a una profunda heterogeneidad entre las diferentes regiones del país, que deben ser estudiadas para formar profesionales que rompan con el “porteñismo” de las políticas económicas y comprendan su desigual impacto en los diferentes rincones del país. De la misma manera, la economía argentina es parte de un bloque económico regional históricamente determinado: América Latina. Los diversos proyectos de integración en 46 curso (MERCOSUR, UNASUR, etc.) y algunas instituciones de creciente creación como el Banco del Sur, exigen que los economistas argentinos tengan un conocimiento mínimo de las diversas economías de la región, así como de los diferentes proyectos de integración. También a nivel local, los problemas económicos de la vida urbana como el sistema de transporte, la vivienda, la contaminación, etc., son una materia necesaria para que la FCEUBA pueda interactuar con el medio social en que está inserta: la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. 6) Estudio de los recursos naturales estratégicos del país: el estudiante debe conocer los recursos estratégicos que cuenta el país. La tierra, el agua dulce, los hidrocarburos, los minerales, entre otras, así como la historia de su explotación, su valor estratégico, las particularidades que generan en términos distributivos, productivos y ambientales. Una opción es incorporar una materia de economía de los recursos naturales. Otra es abordarlos por separado en economía agropecuaria, de la energía, etc. 7) Mayor formación política, geopolítica y en el análisis social: la economía es una ciencia social donde se debate las condiciones de reproducción de la sociedad (lo que implica una determinada configuración distributiva). Es obvio que esos debates implican diversos intereses locales y externos, que un profesional no puede desconocer. Una buena formación en la política nacional e internacional (geopolítica) es indispensable, lo mismo que algunas herramientas para el análisis social (economía social). 8) El economista matemático como una especialización opcional, y no como el perfil obligatorio del graduado: si se considera que la incorporación de los puntos antes mencionados alargaría el tiempo de cursada hasta niveles inaceptables, una alternativa es reducir el lugar que hoy día ocupan otros contenidos, como por ejemplo, las matemáticas y estadísticas que hoy dan cuenta de casi un tercio de la carga horaria del plan. La economía matemática puede pasar a ser una opción de especialización a partir del traspaso de gran parte de sus materias a la condición de optativas. La sobrevalorización de las matemáticas es una consecuencia del predominio de la escuela neoclásica, que la utiliza como un arma comunicacional para presentar sus conclusiones de política económica favorables a una determinada minoría social, como una verdad científica. Fuera de esta mala utilización, el rol que las matemáticas juegan en el análisis 47 económico es mucho menos relevantes, y pueden ser brindados en una o dos materias, dejando el resto como una posible especialización. 48 La relevancia de la FCE-UBA en números La universidad de Buenos Aires es la institución de enseñanza superior más grande el país. Esta casa de estudios agrupa a casi de una quinta parte del total de la población estudiantil universitaria, para el 2009 los estudiantes de la UBA representaban un 18,47% del total de los estudiantes universitarios en establecimientos públicos y privados. Se puede ver la relevancia de la UBA si se la compara con las otras universidades públicas y privadas, donde casi triplica en participación a las universidades más próximas. Cuadro 1: Cantidad de estudiantes Según sector Publico y privado 2009 % % Total Universidades 1.596.162 - - Universidades nacionales publicas 1.267.517 - - UBA 294.837 23,26% 18,47% Córdoba 103.616 8,17% 6,49% La plata 99.197 7,83% 6,21% Universidades privadas 328.645 UADE 24.113 7,34% 1,51% Universidad Católica de Salta 26.050 7,93% 1,63% Fuente: Ministerio de educación - SPU En la UBA la rama que tiene mayor cantidad de estudiantes es la de ciencias sociales con el 41%, seguido por las ciencias aplicadas con el 24%. 49 Grafico 1 Fuente: elaboración propia – Ministerio de educación, SPU. Véase datos Cuadro 2. Dentro de la rama ciencias sociales, en el año 2009, la facultad mayoritaria es la FCE con el 43% de los estudiantes, seguida por la de Derecho y Otras Ciencias Sociales con el 29%. Grafico 2 50 Fuente: elaboración propia – Ministerio de educación, SPU. Véase datos Cuadro2. Por otra parte, para el año 2009 en la Facultad de Ciencias económicas (FCE) estudia el 18% del total de los estudiantes de la UBA, como muestra el grafico 3. A su vez los estudiantes de la FCE representaban en el 2009 el 16,83% del total de estudiantes de facultades de economía, pública y privadas, en todo el país. Grafico 3: 51 UBA - Economía, derecho y otras ramas - Año 2009 Otras Carreras 69,93% Ciencias Económicas 17,95% Derecho y otras ciencias sociales 12,11% Fuente: elaboración propia – Ministerio de educación, SPU. Véase datos Cuadro2. A su vez la facultad de ciencias económicas de la UBA en el año 2009 contaba con un total de 52.936 estudiantes, lo que representaba el 23,09% del total de los estudiantes de toda la UBA. (Véase cuadro 2, parte b). Todos estos datos hacen de la FCE en un punto de referencia ineludible al momento de hablar de las ciencias económicas en general, sobre todo en el ámbito de competencia de las carreras mayoritarias. El Ciclo General Dentro de la FCE-UBA un dato que se repite también en otras carreras es la dificultad que muchos estudiantes tienen al enfrentarse con el Ciclo Básico Común (CBC). En la carreras de la FCE este ciclo común se llama ciclo general y consta de dos tramos. Cada tramo tiene 6 materias cada uno y está preparado para hacerse en dos años. De los 10.252 alumnos inscriptos para en el año 2004 52 solamente 3.724 ingresaron a la carrera en el año siguiente, lo que representa casi dos tercios menos del alumnado originariamente inscripto81, un 36,32%. En cuanto a la carrera de Economía el porcentaje es similar, de los 1.231 inscriptos en 2003, solo 424 ingresaron al ciclo profesional dos años después, lo que representa un 34,44%. INGRESANTES AL C.B.C. POR UNIDAD ACADÉMICA SEGÚN AÑO Y CARRERA FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS AÑO CARRERA 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 Contador Público Nacional 7673 6485 5985 5283 4975 4369 4227 4145 3948 Administración 5708 4849 4718 4834 4812 4129 3632 3483 3364 Economía 1294 1136 1187 1120 1216 1231 984 903 787 Actuario 164 186 199 202 203 169 175 157 138 Sistemas de Información 507 386 352 354 293 252 171 160 145 93 65 94 121 104 102 92 87 77 15439 13107 12535 11914 11603 10252 9281 Actuario en Economía TOTAL 8935 8459 INGRESANTES A LA UNIDAD ACADEMICA POR UNIDAD ACADÉMICA SEGÚN AÑO Y CARRERA FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS CARRERA AÑO 2002 2003 2004 2005 81 Al no existir estadísticas publicadas sobre los alumnos que abandonan la facultad durante el ingreso, utilizamos esta estadística como un indicador. Los alumnos inscriptos originariamente pudieron haber ingresado a la carrera en más tiempo de los dos años estipulados. 53 Contador Público Nacional 3104 3900 2375 1846 Administración 1817 1373 1804 1213 Economía 663 490 687 424 Actuario 108 84 126 100 92 73 121 56 159 161 120 85 5943 6081 5233 3724 Actuario en Economía Sistemas de Información TOTAL Fuente: UBA – series estadísticas nro. 5 Inserción Laboral En cuanto a la inserción laboral de los economistas el sector público y el sector privado comercial y de servicios, con el 20%, un sector disímil en su interior. La principal actividad identificable es la Intermediación financiera o el sector bancario, con un 18%. Cabe destacar que la Administración pública y la enseñanza representan sectores de significativa importancia, con un 15,7% y 12% respectivamente. Ocupación de los economistas por rama de actividad Agricultura, ganadería, caza y silvicultura 2,90% Pesca y servicios conexos 0,10% 54 Explotación de minas y canteras 0,50% Industria manufacturera 7,20% Electricidad, gas y agua 1,20% Construcción 0,80% Comercio al por mayor y al por menor 8,30% Servicio de transporte y de comunicaciones 3,40% Intermediación financiera y otros servicios financieros 18,00% Servicios inmobiliarios, empresariales y de alquiler 20,00% Administración pública, defensa y seguridad social 15,70% Enseñanza 12,00% Servicios sociales y de salud 1,20% Servicios comunitarios, sociales y personales 2,70% Otros servicios 1,70% Actividades no bien especificadas 4,30% Fuente: INDEC, citado por Rozenwurcel y otros, 2007. Poblacion total pais ocupada de 20 años y mas que completó el nivel universitario por rama de actividad economica. Año 2001. Los profesionales de la FCE en los últimos años Durante los últimos años la cantidad de egresados de la FCE han aumentado constantemente (véase cuadro 3). Desde el año 2001, donde se visualiza una caída del expendio de títulos, hasta el año 2005 los egresados de todas las carreras se duplicaron. La mayor cantidad de nuevos profesionales siguen siendo de la tradicional carrera de contador público nacional, seguido por administración y bastante más lejos por la licenciatura en economía. Los profesionales de la licenciatura en administración fueron los que más aumentaron con un crecimiento desde el 2001 al 2005 del 307,35%, seguidos por la carrera de economía, con un 55 286%. Este sorprendente desempeño puede explicarse principalmente por la veloz expansión de la economía del país experimentada desde el año 2003. Grafico 4 Fuente: Gráfico elaboración propia en base a UBA – series estadísticas nro. 5. En cuanto a la carrera de economía, los datos para los últimos años presentan un muy leve aumento de la matricula, de 2007 a 2009 del 2,54%. Cuadro: Evolución de la Licenciatura en Economía años 2007 - 2009 Categoría 2007 Total de Alumnos Cantidad 4181 56 Total de Nuevos Inscriptos 697 Total de Egresados 248 Total de Alumnos 2008 Total de Nuevos Inscriptos 600 Total de Egresados 319 Total de Alumnos 2009 4180 4287 Total de Nuevos Inscriptos 739 Total de Egresados 303 Fuente: Departamento de Información Universitaria-Anuario 2009 Docentes “La carrera de economía de la UBA cuenta con 299 cargos docentes. Es preciso señalar, sin embargo, que el número de docentes no coincide con el de cargos pues, por un lado, hay docentes que ocupan más de un cargo y, por el otro, es muy significativo, en particular en las categorías de ayudante, el número de quienes se desempeñen sin nombramiento efectivo. Más problemático aún es el hecho de que sólo el 10% de los profesores con nombramiento tienen designación como docentes regulares, en tanto el resto se desempeña como interinos” (Rozenwurcel y otros, 2007, p. 38). En cuanto a los nombramientos, también se destaca una supremacía masculina, especialmente en los de más elevada jerarquía, lo que puede ser un indicador de discriminación sexista que debería analizarse cuidadosamente82. Cuadro: Cargos docentes con nombramiento por género y designación de la FCE-UBA 82 Desde hace unos años, el grupo de estudios Mujeres en la Economía enfrenta este tipo de prácticas en el seno de la FCE-UBA. 57 Fuente: Rozenwurcel y otros, 2007. “Otra de las características distintivas de la carrera en la UBA es la bajísima proporción del plantel docente que tiene dedicación exclusiva o semiexclusiva: sólo el 3,7% se encuentra en esa situación, mientras que la gran mayoría tiene dedicación simple. Esto, si bien es una característica común a toda la UBA, aparece mucho más acentuadamente en la FCE” (Rozenwurcel y otros, 2007, p. 38) Cuadro: Docentes de la FCE-UBA, según dedicación . Fuente: Rozenwurcel y otros, 2007. “Adicionalmente, si bien los salarios se recuperaron significativamente después de la devaluación, siguen siendo sumamente bajos en términos internacionales, inclusive si se los compara con los de países de la región” (Rozenwurcel y otros, 2007, p.). A lo que debe agregarse que aproximadamente el 80% de la planta docente se desempeña como ad-honorem, es decir, sin recibir remuneración monetaria por su trabajo (JEC 2010, p.2) 58 Breve reflexión final La FCE-UBA no fue inmune al avance neoliberal, y así lo evidencian las diferentes reformas del plan de estudios de la carrera. La última, realizada en 1997 constituye un paso más en la transformación de la universidad pública en un semillero de profesionales para la formación de una tecnocracia trasnacional. Bajo una visión colonialista, falsamente pretendida universalista, se impuso una enseñanza que niega los rasgos más característicos de la economía argentina, así como los desarrollos teóricos generados a partir de los mismos. De ahí resulta que en la actualidad, un economista egresado de la FCE-UBA no adquiera la capacidad de comprender la economía nacional, y termine opinando según el sentido común construido desde los monopolios mediáticos. Ello genera un grave problema para el desarrollo nacional y social del país, difícil tarea que exige el esfuerzo de toda nuestra sociedad y que no puede ni debe ser privada del aporte de los universitarios, mucho más de los provenientes de la universidad pública. ¿Contaremos con el aporte de los economistas egresados de la FCE-UBA? Para que la respuesta sea positiva, necesitamos un cambio en el plan de estudios de la carrera. Este trabajo es un aporte en esa tarea que esperamos seguir construyendo entre todas y todos los que queremos una universidad al servicio de las mayorías. 59 BIBLIOGRAFÍA A.L.V.E.R. (1963): Congreso Nacional de Estudiantes, Boletín N° 3, 2 de octubre. Aritz Recalde (2011): Actualidad y futuro del peronismo universitario, octubre. Asiain, A. (2011): “Sobre la reforma del sistema financiero argentino”, Argentina Heterodoxa, vol. 1, nº 1, septiembre. Bagú, Sergio (1966):. El plan económico del grupo rivadaviano (1811-1827). Rosario. Baicco, Pedro J.; Juillerat, Luis; Cañellas, Marcelo G. (1953): Economía y organización bancaria. Apuntes parciales en base a las clases dictadas por los profesores de la materia, en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, M. Jorman. Belgrano, Manuel (1963): Escritos económicos. Circulo militar. Buenos Aires. Beltrán G. J. 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(1874): Elementos de economía pura. 63 ANEXO I: CUADROS ESTADÍSTICOS 64 Cuadro 1 Cantidad de estudiantes evolución histórica 1999 2000 2001 2002 1.231.768 1.318.175 1.383.730 1.431.558 Total Universidades Universidades nacionales publicas 1.052.074 1.121.139 1.184.529 1.231.709 UBA 278.960 293.917 315.219 325.505 Córdoba 108.306 112.063 113.614 113.296 La plata 86.628 89.049 89.357 90.564 Universidades privadas 179.694 197.036 199.201 199.849 UADE 14.292 12.647 12.432 12.427 Universidad Católica de Salta 9.406 11.373 13.431 14.460 (continuación) Total Universidades Universidades nacionales publicas UBA Córdoba La plata Universidades privadas UADE Universidad Católica de Salta 2007 2008 2009 1.519.014 1.548.854 1.596.162 1.225.971 1.239.996 1.267.517 306.871 301.599 294.837 105.162 102.684 103.616 90.323 91.899 99.197 293.043 308.858 328.645 19.254 21.681 24.113 24.912 26.069 26.050 2003 1.457.249 1.246.992 324.068 116.627 94.283 210.257 12.357 16.028 Según sector % para '09 23,26% 8,17% 7,83% % para '09 18,47% 6,49% 6,21% 7,34% 7,93% 1,51% 1,63% 2004 1.504.191 1.273.642 336.947 114.012 91.135 230.549 15.581 19.563 2005 1.509.777 1.260.179 346.513 110.961 88.913 249.598 17.395 19.466 2006 1.540.077 1.264.560 356.292 106.735 89.551 275.517 19.254 22.928 Publico y privado Fuente: Elaboración propia – datos Ministerio de educación, SPU. 65 Cuadro 2: (a) Estudiantes UBA – Según rama año 2009 Estudiantes 294.837 NI 53.315 Total R 241.522 Egresados 16.420 Estudiantes 69.394 NI 14.564 Ciencias R 54.830 Aplicadas Ciencias Básicas Ciencias de la Salud Ciencias Humanas Ciencias Sociales Sin Rama Egresados Estudiantes NI R Egresados Estudiantes NI R Egresados Estudiantes NI R Egresados Estudiantes NI R Egresados Estudiantes NI R Egresados (b) Estudiantes UBA - Rama Ciencias Sociales año 2009 11183 Ciencias de la Estudiantes 1.682 Información y NI de la R 9.501 Comunicación Egresados 254 Ciencias Estudiantes 4230 Políticas, NI 669 Relaciones R 3.561 Internacionale sy Diplomacia 2.448 7.655 1.449 6.206 315 56.953 11.908 45.045 2.708 38.593 7.156 31.437 2.172 122.242 18.238 104.004 8.777 - Egresados Estudiantes Demografía y NI Geografía R Egresados Estudiantes Derecho y NI otras ciencias R sociales Egresados Estudiantes Economía y NI AdministraR ción Egresados Estudiantes Otras ciencias NI sociales R Egresados Estudiantes Relaciones NI institucionales R y humanas Egresados Estudiantes Sciología, Antropología NI y Servicio R Social Egresados 315 457 79 378 14 35714 5.225 30.489 3.711 52.936 7.719 45.217 3.360 174 67 107 11 6479 1.390 5.089 347 11069 1.407 9.662 765 66 (Cuadro 2 Continuación) (c) Estudiantes UBA - Economía, Derecho y Otras Carreras Año 2009 Estudiantes 35.714 Derecho y otras NI 5.225 ciencias R 30.489 sociales Egresados 3.711 Estudiantes 52936 NI 7.719 Economia y Administracion R 45.217 Egresados 3.360 Estudiantes 206187 NI 40.371 Otras Carreras R 165.816 Egresados 9.349 Fuente: Elaboración propia – datos Ministerio de educación, SPU. 67 Fuente: Elaboración propia – datos Ministerio de educación, SPU. Cuadro 3: DIPLOMAS EXPEDIDOS EN EL GRADO POR CARRERA 1985 - 2005 FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS CARRERA Contador Público Nacional 85 86 87 88 89 90 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 1830 1489 1387 1293 1600 1529 1351 1242 1414 1075 1307 1447 1234 1665 1482 2200 1412 1440 1689 1969 2423 171 188 173 179 213 20 5 2 5 1 130 135 143 125 Actuario 8 9 11 8 Técnico Univ.Adm.(ex-Luján) 5 4 Lic. Administración 91 209 213 208 270 217 308 331 306 397 441 681 490 635 742 1020 1506 120 134 97 96 125 88 100 148 104 143 138 177 150 203 247 272 429 11 4 8 13 9 5 9 16 16 10 15 24 22 35 48 33 39 2 11 13 15 20 22 19 18 20 47 41 38 57 64 106 Lic. Adm. orientación: - Administración Empresas Lic. Ecomomía Lic. Sistemas de Información 1 Lic. Ecomomía Política TOTAL 2164 1830 1716 1610 1945 1876 1671 1570 1831 1400 1744 1964 1679 2234 2096 3129 2115 2351 2783 3358 4503 (**) En el año 1985 la carrera Calígrafo Público pasó a depender de la Facultad de Derecho. Fuente: UBA – series estadísticas nro. 5 68 . 69