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Geografía política supranacional, nacional y local para un modelo social
latinoamericano desde los aportes del Universalismo Básico.
Jaime Preciado Coronado
RESUMEN / ABSTRACT
Las propuestas del Universalismo Básico, emergidas desde el Instituto Interamericano
de Desarrollo Social (INDES), promueven la cobertura universal de prestaciones
esenciales con estándares de calidad desde el fortalecimiento de principios de
ciudadanía. Su alcance varía de acuerdo con las posibilidades y decisiones de cada
país, enmarcadas en la capacidad de establecer pactos sociopolíticos entre gobiernos,
agrupaciones sociales y técnicos-intelectuales, en la actual coyuntura latinoamericana
que parece propicia para reforzar diversas reformas sociales democráticas, equitativas
y sostenibles. Según su diagnóstico, las políticas sociales de los países de la región
están dispersas, con faltas de coherencia interna, que llevan a la parcialidad y
fragmentación de los programas y políticas públicas relacionadas, lo que contrasta
con la relativa unidad y coherencia de las políticas económicas. Sin embargo, las
experiencias exitosas de gerencia social surgidas en ese marco fragmentado y disperso
cuestionan al modelo de desarrollo vigente y anuncian o incluso prefiguran demandas
de ciudadanía, cuya viabilidad está acotada por esa capacidad de pacto
(LEGITIMIDAD) y delimitación de umbrales (sociales, fiscales, “estructurales”) del
universalismo (EFICACIA); umbrales que también son geopolíticos.
El Estado nacional es la instancia privilegiada para las negociaciones implicadas en el
Universalismo Básico, aunque hay nuevos desafíos para lograrlo los cuales tienen
relación, por lo alto, con los procesos de integración supranacional y por lo bajo, con
la relativa proliferación de experiencias locales de gerencia social exitosas. Cada una
de estas instancias tiene particularidades que son dignas de tomar en cuenta. La
integración regional ha suscitado demandas, más o menos estructuradas, de una
agenda o de un modelo social que tome en cuenta las limitaciones y las
potencialidades abiertas por la globalización, respecto al abanico de prestaciones
sociales que han modificado los principios de ciudadanía tanto en su dimensión
nacional como supranacional. Simultáneamente, desde localidades y eventualmente
desde regiones subnacionales, se perfilan y se acentúan otras demandas que a veces
son complementarias o a veces se contraponen con la dimensión de la ciudadanía
nacional y supranacional que se va construyendo. Conviene por lo tanto comprender
los límites de la descentralización de atribuciones y decisiones relativas a políticas
sociales públicas entre las tres escalas concernidas.
Desde la geografía política del Universalismo Básico se critica la focalización de los
recursos públicos destinados a combatir la pobreza, tanto como el énfasis en los
programas de transferencias monetarias condicionadas, pero no las desecha sino que
las condiciona al rol con el que pueden contribuir a esa estrategia general del UB. El
modelo social de aquí desprendido tiene entonces implicaciones socioespaciales,
relacionadas con la definición de pactos sociopolíticos (LEGITIMIDAD) que
concilien lo sectorial con lo económico y lo territorial (EFICACIA).