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DIÁLOGO SOBRE GLOBALIZACIÓN Y CULTURA EN UN MUNDO CADA VEZ MÁS URBANO La economía simbólica mundial, el capital cultural y la regeneración urbanaEn años recientes, las cultura ha venido desempeñando un papel cada vez más importante en el diseño y planificación de las ciudades. Hoy en día, la cultura representa las ideas y prácticas, lugares y símbolos de lo que se conoce como economía simbólica. La frase se refiere al proceso de creación de mediante actividades culturales, incluyendo las bellas artes y las artes escénicas, el diseño creativo y el deporte. Este nuevo concepto de cultura cada vez da mayor forma a las estrategias urbanas ante la competencia global y las tensiones locales. El foco de atención de este diálogo es investigar las maneras en las cuales la cultura ha influenciada la planificación y gestión de las ciudades, o en que ha sido utilizada de manera deliberada para darles forma. El dilema global Hoy en día, las innovaciones culturales viajan a una velocidad mucho mayor que nunca a través de aeronaves, satélites y la internet. Cuando la importación y exportación de cultura es más fácil, esto ayuda a los grupos étnicos que viven fuera de sus lugares de origen a mantener su identidad cultural, y al mismo tiempo hacer que las personas que viven en sus países de residencia queden expuestos a nuevos estímulos culturales. En este contexto, cada ciudad debe encontrar un papel viable que desempeñar en la actual división internacional de trabajo. Sin embargo, esto plantea un dilema. Una ciudad debe abrirse al libre intercambio con otras ciudades y culturas. Al mismo tiempo, debe proteger a sus residentes de los aspectos negativos de tales flujos libres que se producen en todo el mundo. Temores y beneficios La globalización diversifica y enriquece las culturas urbanas. Por otro lado, las culturas ‘foráneas” o ‘extranjeras” de los inmigrantes internacionales pueden causar temor, tensión racial y polarización. La globalización también da lugar a la uniformidad. Cada vez más personas de todo el mundo tienen acceso a los mismos productos culturales, tales como música y películas, a través de la Internet, la televisión satelital y la radio. Pero al mismo tiempo, la globalización facilita el desarrollo de la economía simbólica, pues las ciudades buscan obtener réditos con el valor económico de la cultura. Diversidad y resistencia El acceso a más imágenes e información enriquece la cultura cosmopolita de las ciudades. Incentiva a los residentes urbanos a ser consumidores culturales más versátiles, logrando que sean potencialmente más tolerantes ante los extraños que habitan en su propia comunidad, o que estén conectados de manera más cercana a una patria distante. Sin embargo, la imposibilidad de escapar de las múltiples imágenes y fuentes de información con que contamos hoy en día puede ser algo desconcertante y en algunos casos podría provocar una resistencia local contra la “globalización cultural.” Aun no sabemos cuál es la actitud que prevalecerá, ni dónde ni cuándo. Pero la incertidumbre que rodea los efectos de un mayor acceso a la diversidad cultural es un reflejo de un problema más grande de globalización: independientemente de qué tan “forastera” o “extranjera” pueda parecer al principio, la cuestión crucial es si la cultura global remplazará o debería reemplazar a la cultura local con la que uno está más familiarizado. Los inmigrantes y la subcontratación La globalización trae a los inmigrantes a las ciudades de todo el mundo. Una de las grandes fortalezas de las ciudades es su apertura a las funciones económicas que los foráneos cumplen. Por otro lado, su gran debilidad es un lentitud para absorber a aquellos foráneos en la micro-política de la vida diaria, tanto en los espacios públicos como en las instituciones privadas. En la actualidad, el permanente flujo de inmigrantes, productos e imágenes están reduciendo las diferencias absolutas de espacio y tiempo. Las ciudades se relacionan con los mismos proyectos y cronogramas pues el capital se mueve rápidamente por todo el mundo, la manufactura pesada se transfiere a los países en vías de desarrollo, y los países ricos optan por subcontratar muchos empleos calificados, incluso en los campos de los servicios y la informática. Esta evolución amplía el menú de opciones económicas y culturales que están disponibles incluso para los consumidores relativamente pobres. Vitalidad étnica Pese a toda su aparente tolerancia y su diversidad social real, las ciudades siempre han sido un punto álgido de hostilidad étnica. La falta de dinero y de familiaridad con el idioma local atrae y fuerza a los nuevo inmigrantes hacia ghettos con grupos que se parece mucho a sí mismos. Al hacer esto, recrean algo de su cultura original y, con frecuencia, esto a su vez les provee empleo. Los grupos étnicos inmigrantes ayudan a crear una cultura global más amplia y diversa, especialmente con respecto a la comida. A menudo, estos nuevos residentes de la ciudad son sus verdaderos cosmopolitas. Aun así, con demasiada frecuencia las ciudades tienden a marginarlos y colocarlos en jerarquías étnicas y raciales que menoscaban el multiculturalismo. 'Ciudades culturales' Desde Singapur hasta Glasgow, muchas ciudades en la actualidad recurren a actividades relacionadas con la cultura para un desarrollo renovado o revitalización. La estrategia puede promocionar la identidad cívica de las ciudades. Puede promocionar a las ciudades (y ‘crearles una marca’) a escala mundial y, en particular, expandir fortunas económicas de quienes estaban experimentando un declive en las industrias convencionales de manufactura. Sin embargo, estas estrategias de desarrollo renovado tienen sus propios problemas. Las ‘ciudades culturales’ alegan ser singulares pero reproducen las mismas instalaciones y ‘distritos globales.’ En muchos casos, las numerosas competencias para ser anfitriones de eventos especiales ponen en riesgo los recursos de la ciudad. Las ciudades ganadores toman la mayor porción de los fondos regionales y nacionales. Tan grandes inversiones de capital fijo en instalaciones culturales concentran recursos en el centro urbano y no en las periferias que no merecen tanto desde el punto de vista cultural. El patrimonio cultural y la producción Los modelos de desarrollo renovado impulsados por la cultura también reflejan las nuevas percepciones de los edificios antiguos como capital cultural. Desde Zanzíbar hasta la India, estos desarrollos renovados simbolizan la memoria colectiva de la ciudad y una oposición principista al modernismo burocrático. Los edificios antiguos con alquileres de bajo costo pueden convertirse en incubadoras para pequeños artesanos y pequeñas empresas, actuando como trampolines hacia la revitalización económica. Desde Burdeos hasta Nueva York, la cultura como motor del crecimiento económico urbano coincide con la transición de muchas ciudades que pasan de una producción manufacturera a una basada en el diseño y el conocimiento. Las ciudades prosperan en medio de una abundancia de habilidades creativas de una inspiración tan diversa como estén dispuestas a experimentar. Muchos gobiernos asignan subsidios a los distritos culturales pues esperan persuadir a las principales compañías a que cambien parte de su producción que hacen allí, o al menos para atraer turistas. Fusión y la ciudad creativa La globalización ha traído nuevas culturas hacia las ciudades y provocado su fusión con las ciudades antiguas, incluso en el diseño y la arquitectura. Los países en vías de desarrollo presenciarán más ciudades creativas como éstas. En parte debido a la influencia de un crecimiento del hábito de comprar alrededor del mundo, estas ciudades ofrecen nuevos ‘espacios de consumo.’ Sin embargo, una característica que define tales espacios es su ‘cerradura’, lo que tiende a reforzar la exclusión social dentro de las ciudades. Al mismo tiempo, estos nuevos ‘espacios de consumo’ señalan cada vez más la transición del status de una ciudad, de local a ‘global.’ Una ciudad creativa es una ciudad que ha aprendido a utilizar su capital cultural para atraer empresas innovadoras, servicios y miembros de la versátil ‘clase creativa’. Sin embargo, para nutrir la creatividad, una ciudad necesita una cultura generosa e inclusiva, una especie de ‘actitud.’ Una ciudad creativa debe valorar su diversidad racial y anhelar lo novedoso, incluso con la misma intensidad con que valora lo antiguo. Este es un Artículo Principal o Artículo de Fondo de UN-HABITAT; usted tiene total libertad de publicar o citar este artículo siempre y cuando le dé el crédito correspondiente a Artículos UN-HABITAT. Contamos con fotografías apropiadas en nuestra página web. Para mayor información, por favor comuníquese con: Sr. Sharad Shankardass, Vocero, Ms. Zahra Hassan, Enlace de Prensa y Medios de Comunicación, Unidad de Relaciones de Prensa y Medios de Comunicación; Tel: 254 20 623153/623151/623136, Fax: 254 20 624060, E-mail: [email protected], página web: www.unhabitat.org __________________________________ WUFII/04/D/Globalization&Culture