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LA HISTORIOGRAFÍA LATINA JULIO CÉSAR Cayo Julio César (100-44 a.C.) es uno de los grandes historiadores romanos, no sólo por su gran personalidad, sino también por el carácter único en su género de su obra literaria. Además de historiador, y antes de ello, fue la personalidad política más importante de su época, el protagonista de la evolución fundamental por la que Roma pasó de un régimen republicano oligárquico a otro basado en el poder personal. Nacido en Roma de familia aristocrática, derivó, sin embargo, desde joven sus inclinaciones hacia el partido popular, del que fue líder indiscutible hasta su muerte. Su carrera política y militar fue deslumbrante. Recorrió todas las magistraturas y otros cargos públicos, como el de Pontífice Máximo, formó con Pompeyo y Craso el primer triunvirato, conquistó las Galias y derrotó finalmente a Pompeyo en la guerra civil, asumiendo todos los poderes hasta que fue asesinado el día de los idus de marzo del año -44. Fue el más grande de los generales de Roma. Sus obras son: "La Guerra de las Galias" (De bello Gallico). En esta obra nos cuenta los ocho años (del 58 al 51 a. C.) de la conquista de la Galia, hasta que los galos se rindieron, y toda la Galia quedó convertida en provincia romana. Comprende siete libros y seguidos de un octavo que escribió su lugarteniente Aulo Hircio. Sus fuentes de información provienen de los diarios de las operaciones militares de sus tropas. “Comentarios sobre la Guerra Civil” (De bello civili). Nos narra en tres libros la guerra civil contra Pompeyo. Comenzó la guerra cuando el Senado nombró a Pompeyo cónsul único (52 a. C.) y mandó a César que licenciara las tropas, a lo que Cesar se negó. César escribe con gran claridad expresiva, con una gran precisión, tanto en lo geográfico y local como en lo temporal. Su lenguaje es sobrio, claro, sencillo, y, a la vez, clásico. Evita las palabras arcaicas, vulgares o poéticas. Su obra responde a un sentido y finalidad propagandísticos. Pretende defenderse de las críticas y acusaciones de sus enemigos y realizar una intensa propaganda en su provecho, todo ello mediante el razonamiento y motivación de su comportamiento. A esta intención corresponde la exposición, que es notablemente "fáctica" ("de hechos"), lo cual no significa que fuera objetiva. No es una "historia", sino una "memoria oficial". No obstante, César no se limita a exponer las operaciones militares. Es indudable que "elabora" los hechos de una manera refinada, y hasta se ha dicho, no del todo equivocadamente, que los disfraza. Con todo es muy raro comprobar la falta real de verdad, la desfiguración o deformación de los hechos o sus circunstancias. César intentó y consiguió escribir "una obra maestra de propaganda política". SALUSTIO Cayo Salustio Crispo (86/87 - 35 a.C.) es el creador en la Literatura Latina de la Historia como género literario. Su gran modelo es Tucídides, el gran historiador ateniense del siglo V a.C., cuya técnica sigue en la exposición de las causas y las consecuencias de los hechos, en la relación entre los mismos, la selección de los elementos dramáticos de más interés y la eliminación de lo accesorio. Nació en Amiterno, en la Sabina, marchó a Roma muy joven y se zambulló en la animada y turbulenta vida política de la urbe, lleno de ambiciones. Se afilió al partido democrático o popular, cuya máxima figura era César, y en él militó hasta el asesinato de éste, manifestando una marcada antipatía contra la nobleza y su partido, el aristocrático o senatorial (los "optimates"),y sus principales representantes, Pompeyo y Cicerón. Ejerció, a pesar de su demostrada ineptitud, diferentes cargos públicos (a la sombra y bajo el favor de César, en cuyas filas combate durante la guerra civil),y, sobre todo, fue nombrado procónsul o gobernador de la provincia romana de África, cargo que le valió, junto al conocimiento y estudio de la vida y costumbres de los númidas, el enriquecimiento desmesurado a costa de sus subordinados y que, a la muerte del dictador, le permitirá retirarse de la vida pública y dedicarse a escribir sus obras históricas. La obra de Salustio no es muy copiosa. En los casi siete años que pudo dedicar a ella compuso dos monografías y una extensa obra de historia de la época: “La conjuración de Catilina” (De coniuratione Catilinae). En ella trata la Conjuración de Catilina que tuvo lugar el 63 a.C., durante el consulado de Cicerón. Realiza un relato extenso de las causas lejanas de la conjuración, así como de la ambiciones de Catilina, noble degenerado y sin escrúpulos. “La guerra de Yugurta” (Bellum Ingurthinum). En ésta trata la guerra de Jugurta rey de los númidas, entre los años 111 y 105 a.C., con el pueblo romano, contra cuya voluntad se había proclamado rey y el "gigantesco escándalo colonial" que desveló a raíz de ésta. “Historias” (Historiae). Era su obra más ambiciosa y madura, que abarcaba en cinco libros los doce años transcurridos desde la muerte de Sila en el 78 hasta el 67 a.C. De esta obra sólo nos quedan algunos fragmentos, cuatro discursos y dos cartas. Salustio es el primer escritor que se plantea la historia como obra exclusivamente literaria. Aunque no disimula su simpatía por el partido popular y su aversión a la aristocracia, su objetivo no es político ni de autodefensa, sino artístico. También un moralista: Concibe la historia como medio para lograr la "virtus" y de aquí la gloria. Por último, es también un imitador consciente de Tucídides, tanto en la lengua, impregnada de una rudeza arcaica, sobria, como de su estilo en general, vibrante y conciso. TITO LIVIO Tito Livio (56 a.C. - 16 d.C.) es un historiador contemporáneo de Augusto, de quien gozó amistad y estima. Por su alejamiento de la vida política son escasas las noticias sobre su vida. Nació en Padua, donde se educó, y más tarde marchó a Roma para completar sus estudios. Allí pasó la mayor parte de su vida dedicado, en una especie de tranquilo retiro, a su tarea. "Ab Vrbe condita" es la obra de Tito Livio. Es un monumento escrito a la mayor gloria de Roma; consta de 142 libros, en los que cuenta toda la historia de la ciudad, desde sus orígenes, incluso anteriores a su fundación, y llega hasta el año 9 d. C. La mayor parte de estos libros se ha perdido. Se fueron publicando separadamente en grupos de 10, por lo que también se les llamó “décadas". Frente a las monografías que habían caracterizado a sus dos grandes predecesores (César y Salustio), Tito Livio escribe una gran historia nacional, cuyo único tema es Roma. La finalidad que persigue es claramente moralizadora: vuelta al pasado, a las tradiciones, al "mos maiorum", al alma romana. Para él, como para Cicerón, la Historia es "magistra uitae". Y al mismo tiempo es un apoyo a la política de restauración y orden iniciada por Augusto. Este sentido nacionalista, así como su predisposición a acoger tradiciones míticas y su sentimiento religioso, tienen paralelismo con la obra del otro gran historiador griego, también del siglo V a.C., Heródoto. Tanto para uno como para el otro los dioses están presentes en la evolución histórica. Al lado de esta finalidad didáctica de la historia, Tito Livio presenta una finalidad literaria, artística. Es un historiador poco científico, nada crítico con sus fuentes y preocupado no tanto por la verdad como por la belleza. No tiene un concepto filosófico ni político de la historia, sino patriótico y sentimental: la historia es un monumento destinado a cantar las glorias de la Patria, describe prolijamente las victorias romanas y pasa de ligero sobre las derrotas, evidenciando una falta de objetividad indudable e idealizando el pasado, frente a la degeneración de los tiempos presentes, como hemos visto también en Salustio. TÁCITO Cornelio Tácito (55 - 120 d.C.) es el gran historiador no sólo de época imperial, sino también de toda la historiografía latina. De origen noble, desempeñó distintas dignidades y cargos bajo la dinastía Flavia (Vespasiano, Domiciano) y los siguientes emperadores (Nerva, Trajano y tal vez Adriano). Después de sus primeras obras, que no eran de carácter historiográfico, escribe sus “Historias” (Historiae), que abarcaban el período desde la muerte de Nerón hasta la de Domiciano; y "Anales” (Annales), desde la muerte de Augusto hasta la de Nerón. Para Tácito la Historia debe ser una obra didáctica, moralizante y aleccionadora (destaca las virtudes sobre los vicios); una obra artística (utiliza magistralmente todos los recursos del género histórico); y una obra científica:no sólo da a conocer los hechos, sino que trata de explicarlos mostrando sus causas desde la más estricta imparcialidad. Para ello recurre a cualquier fuente de información, pero a todas las somete a una crítica esmerada antes de aceptarlas. Su descripción es veraz, siguiendo el modelo de Tucídides y de Salustio.