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DOVELAS – 46 (Marzo, 2016) TEXTO: EL ASUNTO DE LAS CARICATURAS ¿Por qué algunos creyentes no tienen sentido del humor? Es realmente una pregunta que me hago a mí mismo, no una condena enmascarada como pregunta. La historia es bien conocida: el diario danés Jyllands-Posten publicó anteriormente doce malas caricaturas representando el islamismo, y en una se representaba al profeta Mahoma ataviado con un turbante en forma de bomba, una “turbanbomba”. Unos meses más tarde, a causa del revuelo que estas imágenes producen en África y en el Oriente Medio entre aquellos que se sienten ofendidos, algunos periódicos europeos toman el relevo y las imprimen. En Francia, uno de ellos, el diario satírico Charlie Hebdo,1 ha sido acusado ante los tribunales de “racismo” por algunas asociaciones de musulmanes franceses. Con razón, nuestros más altos responsables políticos se han presentado en el proceso proclamando que lucharán por continuar viviendo en un mundo libre donde florezcan la sátira y la caricatura. También yo lucharé a su favor. Pero también lucho por otra causa: para hacer que todos los creyentes tengan el sentido del humor. La humillación salvaje y ciega no constituye el mejor método preparatorio. El humor es útil cuando se ataca a lo que nos produce miedo: la muerte, la enfermedad, los dictadores; o cuando reduce a aquellos que nos sobrepasan: los ricos, los depredadores, los influyentes. ¿Es que uno puede mofarse de todo? Es posible mofarse de los poderosos porque son poderosos. Se puede uno mofar de los fuertes, porque son fuertes. Pero cuando se ataca a la fe, se ataca a los débiles, a los sencillos, a aquellos para quienes la religiosidad lo es todo y reemplaza a otras riquezas ausentes. Puesto que algunos solo tienen su fe para afirmar su identidad, todo atentado contra esa fe se convierte en herida violenta y profunda. No hay duda de que esos dibujos querían ser una crítica del islamismo, no del islam, pero se prestan a confusión. Pues, en el fondo, no es la caricatura lo que nos molesta en el caso del Profeta ataviado con una bomba; es la contraverdad que representa: asimila Islam con islamismo, confunde la fe musulmana y su fanatismo integrista; amalgama una espiritualidad pacífica con su mueca guerrera. Pues, el islamismo es la verdadera caricatura del Islam. 1 Charlie Hebdo, semanario satírico francés. Éste artículo fue escrito antes del 7/01/2015, cuando este semanario sufrió el atentado en el que dos hombres enmascarados y armados con rifles de asalto y otras armas entraron en las oficinas de dicho semanario. Ellos dispararon hasta 50 tiros, matando a 11 personas e hiriendo a otros 11 y gritando «Al·lahu-àkbar» (‘Dios es [el] más grande’) durante el ataque. También mataron a un oficial de la Policía Nacional de Francia poco después. Los asaltantes se identificaron como pertenecientes a la rama de Al Qaeda en Yemen, que asumió la responsabilidad por el ataque. Si como cristiano reacciono bien ante las caricaturas que ridiculizan mi fe, es porque estoy integrado en un mundo cristiano desde hace siglos. Por el contrario, el musulmán de Francia se sabe aislado y distinto en esta tierra. Atacar a sus creencias es desgarrar su identidad. En cuanto a los musulmanes del Oriente Medio o de África, si bien no se sienten minoritarios en sus propios países, sí que se sienten pobres en el universo, a veces saqueados, abandonados y despreciados por Occidente. Tras haber afirmado que se mantendrá la libertad de expresión, ¿se puede uno preguntar cuál es la utilización correcta de esta libertad? Libertad no significa derecho a ofender, ni obligación de insultar, ni la práctica sistemática del menosprecio. La libertad debe ir acompañada por la responsabilidad. Una provocación debe ser justa, útil y provechosa; si no, no dará en la diana. A menudo más nos valdría comprender que mofarnos, reflexionar y no simplificar, escuchar y no estigmatizar. Por lo tanto, la autocrítica debe tocar a aquellos que critican. Erigirnos en campeones de la libertad no nos transforma en campeones de la inteligencia. Así pues, resumo mis dos combates: 1. Lucharé para que Charlie Hebdo publique todas las caricaturas que quiera. 2. Lucharé para que Charlie Hebdo reflexione sobre la utilidad política y pública de sus dibujos a fin de permitir que todos los creyentes, cualesquiera que sean, dondequiera que estén, desarrollen armoniosamente su sentido del humor. Eric-Emmanuel Schmitt CUESTIONES: ¿Aceptas las dos luchas que se plantea el autor del artículo a favor de la libertad de expresión y de su utilidad pública? ¿Cómo integras la actitud de burla o ninguneo que suelen sufrir los creyentes en la sociedad (comentarios, tertulias, política informativa, propaganda,…)? ¿Cuál debería ser la actitud cristiana de “buen humor”? BUENA NOTICIA: Mateo 15,1-9 Se acercaron a Jesús algunos fariseos y maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén, y le preguntaron: – ¿Por qué tus discípulos desobedecen la tradición de nuestros antepasados? ¿Por qué no cumplen con el rito de lavarse las manos antes de comer? Jesús les preguntó: – ¿Y por qué también vosotros desobedecéis el mandato de Dios por seguir vuestras propias tradiciones? Porque Dios dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’ y ‘El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte.’ En cambio, vosotros afirmáis que uno puede decir a su padre o a su madre: ‘No puedo socorrerte, porque todo lo que tengo se lo he ofrecido a Dios’, y que el que dice esto ya no está obligado a socorrer a su padre o a su madre. Así invalidáis el mandato de Dios por seguir vuestras propias tradiciones. ¡Hipócritas! Bien habló el profeta Isaías acerca de vosotros, cuando dijo: ‘Este pueblo me honra de labios afuera, pero su corazón está lejos de mí. De nada sirve que me rinda culto, pues sus enseñanzas son mandatos de hombres.’ ORACIÓN: ORACIÓN DEL BUEN HUMOR Dame, Señor, una buena digestión y, naturalmente, dame algo que digerir. Dame la salud del cuerpo y el buen humor necesario para mantenerla. Dame, Señor, un alma santa que guarde el recuerdo de todo lo que es bueno, bello y puro, para que, al ver el pecado, no me asuste, sino que encuentre el medio de arreglar las cosas. Dame un alma que no conozca el aburrimiento ni la murmuración, quejas o lamentos, y no sepa gemir ni suspirar, y haz que no me inquiete, ni de importancia a eso tan embarazoso que llamo "yo". Dame, Señor, el sentido del humor; dame la gracia de saber aceptar las bromas, para que pueda sacarle a la vida un poco de alegría y la haga participar también a los demás. (Saint Thomas Moore: 1477-1535)