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Revista Electrónica Granma Ciencia. Vol. 5, No. 1, Enero - Abril del 2001.
ISSN 1027-975X
TITULO: CRITERIOS GENERALES ACERCA DEL CULTIVO DEL GIRASOL:
PREPARACION DEL SUELO, USO DE
HERBICIDAS Y
FERTILIZACIÓN.
AUTORES: RAUL PACHECO GAMBOA
HUGO VAZQUEZ MILANES.
INSTITUCION: FACULTAD DE INGENIERIA. UNIVERSIDAD DE GRANMA
RESUMEN
Este trabajo constituye la primera parte de una investigación donde se brinda una serie de
informaciones acerca del cultivo del girasol y su aplicación práctica en algunos paises, se
recogen, además, los aspectos más importantes sobre el cultivo de esta planta, así como
determinados criterios que influyen en su densidad poblacional por hectárea, como la
preparación del suelo, el uso de herbicidas y la fertilización.
ABSTRACT
The main aspects regarding sunflower cultivation such as plant density, soil labours,
fertilization are considered in this paper.
DESARROLLO
El girasol es una planta que puede competir; en lo que respecta a las ganancias, con otros
cultivos tradicionales. Ha quedado demostrado que ésta produce considerables cantidades
de semillas de muy buena calidad y de hecho, con una tecnología de extracción adecuada,
se pueden lograr altos índices de rendimientos de aceite comestible.
I. Exigencias ecológicas y fitotécnicas del cultivo del Girasol
El girasol es una planta de clima continental muy resistente, es rústica, de crecimiento
rápido y extraordinaria resistencia a la sequía, merced a su profundo sistema radicular;
posee raíces de 2 a 5m. Tiene una gran adaptabilidad a diferentes clases de suelos, aunque
no prospera bien en los suelos ácidos. Es muy resistente al frío, pues éstas soportan
temperaturas de hasta –6 C.
Puede desarrollarse con pluviosidad de solo 250 mm anuales, si las lluvias están bien
repartidas a lo largo del año y los suelos son profundos y bien preparados.
El girasol 5 debe sembrarse en suelos llanos, profundos, con buen drenaje superficial e
interno, su PH es de 6,5. En Cuba se ha sembrado en suelos pesados, ligeros y alomados
con resultados aceptables, existe la posibilidad de sembrarla en suelos salinos, áreas
montañosas y marginales. La temperatura óptima debe estar entre los 25 a 30 C.
II. Preparación del suelo
Para todas las plantas de raíces profundas se hace indispensable, como condición para el
éxito del cultivo y defensa ante la sequía, levantar cuanto antes el rastrojo del cultivo
anterior y luego dar una labor profunda, para el girasol puede emplearse un subsolador, ya
que produce beneficios considerables en este cultivo.
Se deben continuar las labores superficiales para mantener el terreno limpio de malas
hierbas. Al aproximarse la siembra, es necesario preparar con gradeos ligeros y si es
preciso, finalmente, con un rodillo acanalado hacer un “lecho” o capa superficial para la
semilla, de 5 a 6 cm de profundidad de manera que la tierra quede fina, pero no hueca;
asentada, pero no aplanada, es decir; que esté presente una granulometría favorable para la
germinación de la semilla. La rotación de cultivo debe comenzar con la siembra del girasol
alternado con plantas de raíces menos profundas y aprovechar mejor el abonado. No es
recomendable la siembra del girasol en un plazo de 4 años, pues esto traería efectos
perjudiciales; es por ello, que se debe alternar el suelo con otros cultivos como arroz, maíz,
etc.
La profundidad de la capa arable tiene gran influencia sobre el crecimiento y rendimiento.
Los mejores resultados corresponden a una profundidad de 80 cm, obteniéndose una altura
de la planta de 167 cm y un rendimiento de 1968 kg/ha de semillas, así como un 45 % de
contenido de aceite (Tabla N0 1).
TABLA-1
Profundidad de Altura
la
capa (cm)
arable(cm)
80
167
Rendimiento
(kg/ha)
contenido
oleoso(%)
1986
45
50
124
916
42
20
104
434
38
III. Uso de herbicidas
Los resultados obtenidos con el uso de distintos herbicidas son muy contradictorios, pues
su eficiencia depende mucho de las condiciones climatológicas (especialmente la lluvia) y
la clase de malas hierbas que deben combatirse.
En todo caso en el girasol solo pueden emplearse los herbicidas en preemergencia, no
obstante, se pueden hacer ensayos durante la preemergencia en diferentes zonas con
productos como el “Avedek” que es utilizado contra gramíneas espontáneas. (Alarcón ...[et
al.], 1968).
En Cuba se recomienda y coincidiendo con el autor antes mencionado, el uso de herbicidas
en presiembra o preemergencia; en este caso el “Treflán” a razón de 2 L/ha, incorporándolo
con dos pases de grada ligera.
IV. Fertilización
El girasol, salvo en terrenos muy pobres, no responde tan bien al abonado como otras
plantas, por ejemplo el maíz, que reacciona de un modo espectacular al empleo de elevadas
dosis de nutrientes.
El nitrógeno se recomienda solo lo necesario para la formación de cabezuelas y es
indispensable, al principio, para que se efectúe una vegetación normal. Pero, empleándolo
en demasía, provoca un desarrollo excesivo de hojas y tallos que favorecen el encamado y
esto trae como consecuencia que se retrase la madurez y que disminuya la proporción de
grasa en el grano.
El fósforo, por el contrario, apresura la madurez y favorece los granos a que tengan menor
humedad; por tanto, es necesario al principio para que las plantas tengan el necesario
vigor.
Sobre el potasio se puede decir que muchos países como Rusia, Canadá y España, no
recomiendan el uso de éste, aunque Francia, sí lo usa en grandes dosis.
Los franceses también recomiendan abonar el girasol con 30 000 kg de estiércol bien
descompuesto, que sirve además para modificar favorablemente la estructura del suelo.
Los rusos no emplean, ni aún en las zonas de máxima producción del grano, dosis
superiores a 45 unidades por hectárea de nitrógeno.
Los canadienses no pasan de 60 unidades de fósforo al igual que los rusos. Consideran que
el abonado del girasol, solamente con que ayude a la madurez y al secado del grano, tiene
una eficacia indudable; pero también estiman que en las tierras más pobres, es muy útil
aplicar en “ localización”, junto a la semilla, 10 a 20 unidades de nitrógeno, 25 a 50 de P205
en forma de superfosfato. De esta manera se consigue un arraigo rápido del girasol, que
provoca que los sembrados se desarrollen con vigor en su primera etapa, siendo ésta la más
difícil.
Los franceses también recomiendan esta práctica, además de los abonados que se indican
con anterioridad para terrenos más pobres. Es recomendable que siempre, tanto en los
suelos secanos, como en los de regadíos, es práctico y conveniente aportar en
"localización" en la siembra, cantidades moderadas de abono nitrogenado y fosfatado, en la
forma ya expresada. En zonas con regadíos, cuando no pueda hacerse esto, se debe
emplear la dosis mínima citada por los franceses, exclusivamente para el nitrógeno y el
fósforo, no así para el potasio.
En cuanto a los suelos secanos, si el girasol se desarrolla bien, se deben aprovechar los
restos nutritivos dejados por las plantas anteriores en las capas superficiales y en las
profundas, por tanto, se deben abonar las plantas siguientes teniendo en cuenta la cuantía de
la cosecha obtenida de girasol. En el libro Manejo del cultivo, control de plagas y
enfermedades del girasol, (1988), también se coincide con el criterio de que esta planta no
responde muy bien al empleo de fertilizantes, la comparación de los resultados entre su
eficiencia y otros cultivos en lo que se refiere al uso de fertilizantes (nitrógeno), muestra
que para dosis de 50 kg / ha de nitrógeno, por ejemplo, el maíz produce 21 kg. de granos
adicionales por cada kg. de nitrógeno agregado, el sorgo gramifero 12 kg., el trigo de 10 a
11 kg., el lino 6 kg., y el girasol solamente 3 kg.
En Cuba se recomienda
la utilización de la fórmula completa (NPK), (Cuba, 1994) a
razón de 0.5 T/ha a 1T/ha, lo que estará en dependencia del aporte del suelo; por lo que se
plantea que el girasol necesita 60 kg./ha de nitrógeno, 80 kg./ha de P2O5 y 80 kg./ha de
K2O.
Esta formula se aplicara a voleo con IRMG-4 soviética, antes de la siembra, incorporándolo
con dos pases de gradas ligeras en posición de transporte.
También puede aplicarse en la fase de 2 a 6 hojas verdaderas en el espacio entre surcos con
la abonadora soviética KPN.
Se plantea (por autores venezolanos) que se debe realizar el abonado con nitrógeno en dos
partes, donde un 60 % se aplicará en la siembra y un 40 % como reabono desde los 22 a 26
días de la siembra.
CONCLUSIONES
Los criterios que se exponen con el desarrollo de este trabajo sobre el cultivo del girasol,
pueden ser utilizados por los productores como posible referencia para mejorar el
porcentaje de población y el contenido oleoso de las semillas.
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