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ARQUITECTURA DEL RENACIMIENTO:
Con el desarrollo del capitalismo llega a su fin la edad media en Europa, dando paso a la edad moderna, en donde
desaparece la filosofía escolástica, la cual buscaba la unidad entre la razón y la fe religiosa. En su lugar se fomentó un
pensamiento secular que daba origen a una nueva actitud humanística. Ahora se dejan de lado las abstracciones y
simbolismos medievales, para dar protagonismo a una concepción antropocéntrica del mundo: el hombre como calidad
individual, como centro y finalidad de todas las cosas. Al humanismo se le sumó el redescubrimiento gradual por parte de
los italianos de su pasado imperial, que provocó en dicho país, un retorno a las formas arquitectónicas de la antigua Roma.
La combinación de estos dos eventos en el siglo XV dio origen al renacimiento.
Italia se encontraba en un momento de
El renacimiento se da con mas fuerza en Italia; mas precisamente en Florencia;
ebullición intelectual, donde las mentes mas
progresistas de la época se empeñaban en la
lugar en el cual el gótico no había prendido con tanta fuerza y donde, debido al
constante búsqueda de un orden universal:
auge del comercio, surge una nueva clase aristócrata mercantil –príncipes
mientras que el pintor empieza a investigar la
mercaderes– de gran riqueza y poder, los que absorbieron a la antigua nobleza
geometría de la perspectiva y el escultor
feudal, de quienes adoptaron su educación y su refinamiento. Las grandes
comienza a preocuparse por la estructura de
la anatomía humana, el arquitecto por su
ciudades de la época, como Florencia, se habían vuelto oligárquicas, regidas
parte empieza a interesarse en la armonía que
por un reducido grupo de familias que concentraban todo el poder sin recibir
otorga al edificio la elección de unas
oposición alguna por parte de la pequeña burguesía. Como consecuencia del
dimensiones matemáticamente relacionadas.
patrocinio ejercido por estas grandes familias en favor de artistas como
En razón de que la Italia medieval había
permanecido al margen de su legado
Donatello, Botticelli y Leonardo, florecieron la pintura, la escultura y la
arquitectónico antiguo, muchas de las
arquitectura, lo que trajo un aumento significativo de inversiones en la
edificaciones romanas estaban en ruinas, o
construcción, produciendo una eclosión arquitectónica.
sino le servían de morada a personas
Tras siglos en los que el hombre se vio inmerso en una profunda actitud
indigentes, como ocurría con el Coliseo.
religiosa, cansado de esperar el cielo prometido, éste se revela produciéndose
una generalizada valorización del ser humano y de sus actividades: el hombre adquiere conciencia de su existencia. Esto
lleva a concebir una arquitectura humanizada, reflotando las hasta ese momento olvidadas cualidades clásicas: así vuelven
los miembros antropomorfos clásicos (los órdenes clásicos), los templos, los arcos de medio punto, las cúpulas y las
bóvedas de cañón. Se produce además la reintroducción de relaciones geométricas elementales, una enérgica acentuación
de la centralización espacial y el uso de la proporción como factor de belleza arquitectónica. El motivo de inspiración
renacentista, no solo venía de las propias ruinas sino también de los escritos de Vitruvio.
El renacimiento significó una ruptura fundamental con la arquitectura medieval. Aquí las formas diferenciadas y
jerárquicas, son reemplazadas por una simple adición de elementos espaciales y plásticos relativamente independientes,
unificadas por la simetría, conformando una totalidad autónoma, en la cual cada parte (nítidamente definida) hace al
conjunto y no puede ser trastocada, ya que como diría Alberti “nada puede agregarse, quitarse o modificarse sin dañar” la
armonía de dicho conjunto. Se produce además el resurgimiento del carácter plástico de los miembros: las viejas
estructuras en esqueleto de los edificios medievales, dan paso a una arquitectura de cuerpos plásticos, en la que el muro
portante nuevamente gana protagonismo.
Nace el proyecto arquitectónico (representado mediante el sistema monje) el cual es elaborado en un ámbito intelectual
(sobre el tablero de dibujo) que despeja al arquitecto de la necesidad de estar en la obra en el momento de su concreción. Se
dice que Alberti nunca estaba presente en la ejecución de sus obras, sino que mandaba los planos por correspondencia, a
medida que iba avanzando la misma. La aplicación del proyecto hizo que todo elemento integrante de la obra sea previsto
con antelación, sin que se pudiera modificar con posterioridad (proyecto cerrado), es decir que una vez terminado el
proyecto, no se admitía su rediseño ni la incorporación de elementos que no hayan sido proyectados.
También aparece la perspectiva, que posibilitó el dibujo en tres dimensiones sobre una superficie plana, permitiendo
reproducir sobre el papel el aspecto de la realidad, lo que le sirvió a los arquitectos para ver de antemano la sensación
espacial que produciría cierto ambiente.
Con el humanismo el arquitecto asume un nuevo rol en la sociedad: mientras que antes era reconocido y admirado pero no
pasaba de ser un ciervo, ahora gracias a que la arquitectura constituía una actividad altamente intelectual y en función del
culto a la inteligencia profesado en esta época, el arquitecto asciende en la escala social. Ahora el arquitecto es tan
importante como la obra en sí. La alta categoría social le daba al artista mayor libertad para desarrollar su trabajo.
Otra de las consecuencias del humanismo fue la autonomía que ganaron las distintas actividades artísticas: se produce una
separación de la escultura, la pintura y la arquitectura entre otras, para constituir cada una por su lado (pero siempre
guardando cierta vinculación natural) oficios independientes.
Los problemas urbanísticos se convierten en objetos de estudio científico, lo que lleva a la elaboración de proyectos de
ciudades ideales llegándose a la conclusión de que las plantas mas adecuadas para ellas son las circulares, con tendencia a
la centralización: el centro de estas ciudades ideales era remarcado mediante una plaza y sus respectivas instituciones.
También se caracterizaban por la geometrización de sus formas, las que eran puras y por lo tanto perfectas.
Las nuevas intenciones sirven para definir todos los niveles ambientales y todos los temas edilicios, sean estos eclesiásticos
o seculares, así surgen los palacios urbanos los cuales se solucionan casi con el mismo grado de complejidad que las
iglesias.
El nuevo rol del arquitecto:
Al arquitecto no pudo caerle una bendición mejor que la llegada del humanismo, que propició el capitalismo poniendo fin
al feudalismo, el cual tenía aprisionado al arquitecto en un rango social muy inferior al de sus expectativas. El arquitecto
medieval, a pesar de ser admirado socialmente por su talento, aun cargaba con el estigma social del trabajador manual, en
función de que la arquitectura no constituía un profesión en sí, sino que era ejercida a través de los oficios con ella asociada
(joyería, pintura, escultura, carpintería, albañilería, etc…), lo que provocaba que el arquitecto no superara la categoría de
siervo. Pero acabado el feudalismo, la categoría social dejó de ser algo que se heredase automáticamente por simple
descendencia, para pasar a ser algo que se ganase por mérito propio merced a sus habilidades, inteligencia y talento
personal, lo que propició en gran medida la independencia del arquitecto. El diseño era una actividad intelectual que
requería educación acompañada de cierta habilidad mental, que elevó al arquitecto a un escalón por encima de los demás
integrantes de la construcción: ahora el arquitecto no se desempeñaba a la par de los constructores (albañiles, artesanos,
carpinteros, etc…) sino que lo hacia desde un ámbito intelectual, lejos del proceso constructivo y con una posición de mas
jerarquía respecto de sus compañeros, convirtiéndose en el líder del proyecto y relegando a los demás, a tomar cada vez
menos decisiones.
La concreción arquitectónica gana una importancia tal, que el arquitecto llega a obtener el rango de artista, y como
consecuencia del mecenazgo ejercido por las familias aristocráticas en favor de los diversos artistas renacentistas, el
arquitecto asciende en la escala social, ganándose el reconocimiento general y con ello, convirtiéndose en parte de la propia
nobleza aristocrática. A su vez, la alta categoría social le daba al arquitecto una mayor libertad para desarrollar sus
proyectos, con lo que tenía libre albedrío para desempeñarse en dicho campo, pero con la obvia condición de regirse
siempre dentro de las “humanísticas” tendencias arquitectónicas del momento.
El edificio renacentista:
Como se dijera antes, las resurgidas cualidades clásicas eran
Durante el siglo XV, surge el círculo como símbolo formal de
aplicadas tanto a nivel religioso como público y también
perfección divina. Alberti en su “De Re Aedificatoria” distingue
urbano. Así en la escala de valores edilicia tenemos ubicado en
nueve formas de planta ideales para una iglesia: el círculo y ocho
la cima de la construcción a las iglesias, a las cuales le siguen
polígonos de él derivados, justificándose en la predilección que
existe por parte de la naturaleza, hacia estas formas esféricas (el
en importancia los palacios urbanos. A pesar de que el tema
mundo, las estrellas, etc…) mas el precedente arquitectónico del
edilicio mas importante seguía siendo la iglesia, su forma tuvo
Panteón de Roma. Pero la adopción de estas formas suscitaba
que adaptarse a las pautas arquitectónicas de turno, lo que las
problemas tanto litúrgicos como arquitectónicos: la planta circular
sometió a una geometrización general, una humanización o
con su correspondiente cúpula, implicaba una situación
centralizada del altar y del sacramento que; aunque ideal en
antropomorfización y una acentuación de la centralidad. Con
términos simbólicos; producía conflictos funcionales entre la
el agregado de la gran cúpula a la catedral de Florencia en
ubicación del sacerdote y la que ocuparía el pueblo. Por otro lado,
1420, el interés de los arquitectos se concentró sobre todo en el
la situación del altar en un nicho lateral dejando que los fieles se
desarrollo de la planta central. Pero el nuevo enfoque científico
ubiquen en el centro debajo de la cúpula, parecía relegar al
elemento mas importante espiritualmente a una posición
del problema del espacio promulgó la experimentación
subordinada. No obstante, durante cierto tiempo la forma circular
arquitectónica que condujo a un gran margen de variación
fue la que reinó en el diseño de iglesias renacentistas.
formal, en función de las distintas combinaciones surgidas: se
toma a la basílica longitudinal como punto de partida (San Lorenzo-Florencia 1421-Brunelleschi) a la que se geometriza y
centraliza levemente con el agregado de una pequeña cúpula. En esta fase aun prevalece un aspecto longitudinal, dado que
la pequeña cúpula es relativamente débil, sin la fuerza suficiente para remarcar la centralidad. Estos edificios experimentan
una evolución cuando se les incorpora una rotonda del tipo del panteón a la nave central (San Francisco-Rimini 1447Alberti). Pero recién en el alto renacimiento, fue cuando se logró una integración geométricamente satisfactoria entre nave
longitudinal y cúpula dominante (Catedral de Pavia 1448-Bramante) en donde la cúpula abarca tanto a la nave central como
a las naves laterales. En esta fase los descubrimientos y la experimentación ya se concretaron, dejando como legado una
serie de conceptos teóricos que pautaban a la arquitectura de la época. La longitudinalidad se ve prácticamente
desaparecida, los edificios aquí se caracterizan por tener plantas circulares, poligonales y en cruz griega con el agregado de
capillas secundarias.
La gradual secularización social que regía al renacimiento, hizo que los patrones arquitectónicos de turno trasciendan las
fronteras de la religión, para ser aplicados con igual rigor en las construcciones civiles, en especial en las moradas de los
aristócratas. Es así que se origina a un novedoso tema arquitectónico: el palacio urbano, el cual sucedió como símbolo de
poder al castillo medieval. Así poder y cultura dan origen a una “versión urbana” del castillo medieval. El macizo castillo
medieval fue geometrizado y “humanizado” mediante la introducción de los órdenes clásicos.
El proceso se inicia con los palacios proyectados por Brunelleschi en Florencia y culminan con edificios como el Palacio de
la Cancillería (Roma 1489-Bramante). El palacio urbano era una “sede familiar” que mediante sus dimensiones y su
articulación (los órdenes clásicos) indicaba la posición social de la familia. Se comunicaba con el entorno mediante la
geometría de sus formas. Era un
edificio centrado de tres plantas y
volumen cuadrangular cerrado, con
patio interno definiendo un centro en
torno al cual se desarrollaba la
planta. La articulación de la fachada
se resolvía mediante los órdenes
clásicos. Cada planta representaba
un orden arquitectónico distinto: así
en planta baja tenemos el orden
dórico, en el primer piso el jónico y
mas arriba el corintio, definiendo
una clara imitación al Coliseo
Romano.
Los órdenes clásicos son
aplicados según el principio
vitruviano
de
la
superposición, según el cual
los
mas
“livianos”
reposaban sobre los mas
“pesados” y todo el sistema
descansaba sobre una base
rústica.
Las ventanas en planta baja
eran cuadradas y pequeñas,
mientras que en las otras
dos eran de mayor tamaño y
estaban conformadas por
arcos.
Aspectos espaciales:
Para la composición espacial se utiliza el principio de adición, según el cual cada
El espacio: El espacio renacentista se
compone por la adición de módulos
elemento conserva un alto grado de independencia dentro del conjunto. El espacio así
con formas simples, geométricas,
se compone por la sumatoria de módulos o partes geométricas simples (generalmente
matemáticamente perfectas y con
el cuadrado y el círculo) las cuales se ven unificadas por la simetría, conformando
relativa independencia, las cuales son
una totalidad proporcionada, ritmada y controlada. Con esto vemos que el espacio se
unificadas por medio de la simetría,
dando como resultado un ambiente
ve regido por la modulación tanto en planta como en alzada, siendo los módulos mas
perfectamente
proporcionado
y
usados; en función de su perfecta geometría formal; el cuadrado y el círculo, y
homogéneo.
siempre con dimensiones matemáticamente perfectas. La geometría del local era
remarcada a través de la membratura, es decir usando un lenguaje estructural aparente (falsas pilastras y arcos) que cubría
el muro estructural: todas las superficies de muros y techos son de yeso blanco, sobre las que se destacan el gris oscuro de
las pilastras, arcos y medallones adosados, remarcando con gran claridad la geometría del local. Esto nos lleva a afirmar
que el espacio renacentista muestra un carácter ideal. El manejo de una luz neutra uniformemente distribuida de sus
interiores, mas el revestimiento del muro macizo así lo demuestran.
 Espacio conformado por la adición de elemento nítidos o módulos, geométricamente perfectos y matemáticamente
distribuidos, unificados por la simetría.
 Predilección por el cuadrado o el círculo para la forma de cada módulo. Estos se repetían tanto en planta como en
alzada.
 Carácter ideal: dado por el manejo de la luz y de la membratura (pilastras, arcos y medallones adosados a la pared).
 El espacio homogéneo permitió la integración formal de los diferentes niveles ambientales.
Aspectos constructivos:
La arquitectura renacentista no inventó sistema constructivo alguno, dado que durante las etapas anteriores (la antigüedad
clásica y el medioevo) ya se habían gestado sistemas estructurales adecuados, lo que sumado al carácter “resucitador” del
espíritu renacentista, llevó a que sus arquitectos solo se encarguen de recopilar y combinar los elementos antiguamente
conocidos, en especial los de la época clásica e imperial. De esta manera, se aplicaron los siguientes recursos constructivos:
 Se volvió el muro como estructura soporte, al cual se le aplicaba la membratura basándose en los órdenes clásicos y el
sistema trilítico aparente (dos elementos verticales y uno horizontal).
 Las columnas y pilastras sustituyen al pilar, y el arco de medio punto al arco apuntado. También se abandona la
bóveda nervada para volver a utilizarse la de cañón corrido.
 Surge la bóveda vaída o cupuliforme, que es algo así como un cubo al cual le seccionaron sus aristas superiores, de
modo tal que toma una forma semiesférica en las esquinas.
 La cúpula aumenta su tamaño, llegando a tomar enormes dimensiones. Sobre ellas se inserta una linterna, que acentúa
aún mas la centralidad. Para su contención se recurre al sistema de pechinas, las que descargan el peso directamente
hacia el tambor o muro. Así la secuencia de trabajo es cúpula-pechina-tambor o muro.
Aspectos decorativos o articulación:
La articulación renacentista tenía dos propósitos básicos:
 Resaltar la geometría del local: aplicando la membratura a las ya ortogonales formas del mismo.
 Antropomorfizar el edificio: mediante reintroducción de los órdenes clásicos.
La fachada en los edificios renacentistas se manifestó como una composición
Alberti distingue dos cualidades
estéticas en un edificio: la belleza y el
regular, matemáticamente disciplinada y articulada mediante los órdenes clásicos: la
ornamento. La belleza consiste en la
fachada de los palacios se compone por la superposición de los tres órdenes clásicos
armonía de las partes y es el resultado
(dórico, jónico y corintio) uno en cada planta, de manera similar al coliseo, pero de
de proporciones y relaciones, o sea de
un rigor geométrico mucho mas acentuado: la sucesión de anchos arcos
la geometrización. El ornamento es solo
semicirculares es perfectamente regular, e incluso el almohadillado proveniente del
un agregado que mejora la belleza. El
almohadillado, los detalles clásicos y
medioevo ha sido disciplinado por la geometría. Con esto el palacio genera la
todo elemento articulador del muro, es
apariencia sólida y poderosa acorde a las exigencias de la cultura reinante. También
parte de la ornamentación. Con esto
el patio interno se encontraba antropomorfizado mediante la implementación de
vemos que para el arquitecto
pilastras clásicas en la articulación. Con esto se logró un espacio geométrico
renacentista, la belleza se haya implícita
en la estructura formal del edificio y no
homogéneo (espacios nítidos, fáciles de reconocer e iguales en todos los ámbitos ya
en el decorado de las paredes.
sean externos o internos).
A pesar de la diferencia temática, la iglesia presenta análogas características de articulación: los interiores de las iglesias se
ven articulados mediante la repetición regular de miembros clásicos (membratura) que hacen visible la geometría espacial.
El tratamiento exterior es similar pero de una importancia relativamente menor. A mediados del siglo XV aparece el arco
de triunfo plasmado en las fachadas religiosas (San Francisco-Rimini 1446-Alberti) y las volutas como elemento de
transición lateral entre un piso y otro.
Vale recordar que la articulación renacentista no corresponde por lo común, a la estructura técnica del edificio. Por lo
general la estructura era un muro macizo, el cual estaba revestido con un esqueleto ficticio (membratura).
 Reaparecen el entablamento y el capitel: los arcos no descansan directamente sobre las columnas, sino que lo hacen a
través de un entablamento (cornisa, friso y arquitrabe) el que a su vez se apoya en un capitel.
 Se disfraza al muro mediante membratura, basada en los órdenes clásicos.
 La fachada exterior de los palacios imitan al Coliseo.
 La fachada exterior de las iglesias imitan al arco de triunfo, mientras que el interior se articula mediante la inserción de
pilastras, arcos y medallones adosados, los que a su vez remarcan la geometría del local.
 Cada elemento que conforma a la fachada (ya sean ventanas o la membratura en general) es impuesto con estricta
regularidad definiendo módulos matemáticos inalterables.
 Reaparecen también los frontones como remate superior triangular de la fachada. Ellos se encargaban de la
organización visual del conjunto.
 La transición de la fachada entre el nivel de planta superior y el inferior se soluciona mediante volutas.
Filipo Brunelleschi: (1377-1446)
Fue el primer gran intérprete del nuevo estilo. Comienza como orfebre y escultor, llegando
incluso a trabajar como ingeniero militar hasta el año 1418 cuando gana el concurso para la
terminación de la catedral Santa María de las Flores, en la cual se debía elaborar una cúpula
sobre el crucero. La gran cúpula se comienza en 1420 para ser casi terminada en 1436. Gracias a
la inteligente concepción de su estructura nervada en forma de caja, sus cubiertas con
revestimientos exteriores e interiores, junto con la incomparable serenidad de su perfil, se ganó
la admiración universal.
Se le atribuye a Brunelleschi haber sido el precursor de la perspectiva, lo que permitió a los
pintores representar con exactitud las tres dimensiones sobre un lienzo plano, y a los arquitectos,
poder investigar y verificar los efectos espaciales antes de construirlos.
En
un
principio
Brunelleschi
era
un
ecléctico, que extraía su
vocabulario arquitectónico
indistintamente de fuentes
romanas,
románicas
o
incluso góticas, según le
parecía mas adecuado. Pero
con el transcurso del
tiempo; influenciado por
Alberti; pondría un mayor
énfasis sobre la antigua
Roma.
Durante la construcción de
la gran cúpula, Brunelleschi
pudo dedicarse a la
edificación de otras obras,
lo que habla del nuevo rol
del arquitecto en esta
sociedad. Entre las mas destacadas están la sacristía
vieja de la basílica de San Lorenzo (1421), la capilla
de Pazzi en Santa Croce (1430) y la iglesia del
Espíritu Santo (1436).
Iglesia de San Lorenzo:
Después de la cúpula, la primer obra importante realizada por Brunelleschi fue la sacristía vieja de San Lorenzo, en
Florencia. El edificio tiene planta de forma basilical en “T”, con alta nave central y naves laterales con bóvedas vaída y el
presbiterio flanqueado por dos sacristías: la del lado norte era la sacristía vieja (1428) la cual consistía en una habitación en
forma de cubo, sobre la cual colocó una cúpula semiesférica. En un lado para colocar el altar se sitúa un pequeño absidiolo
(otro cubo con su propia cúpula pero de un tamaño menor). Todas las superficies de muros y techos son de yeso blanco,
sobre las que se destacan el gris oscuro de las pilastras, arcos y medallones adosados, remarcando con gran claridad la
Naves laterales cubiertas por
geometría del local.
bóveda vaída soportada en un lado
Capillas
El espacio se compone de una sumatoria de unidades
por columnas y en el otro por el
geométricas
elementales.
Aún
prevalece
la
muro, con las capillas haciendo de
longitudinalidad, dado que el efecto centralizador de la
contrafuerte. El muro perimetral es
de simple cerramiento
pequeña cúpula es relativamente débil.
Aparecen aquí tres características de fundamentales de
la arquitectura renacentista:
 Una reintroducción de los miembros antropomorfos
clásicos, como las pilastras corintias, las columnas
Cúpula
jónicas y un arquitrabe plenamente desarrollado.
sobre
Altar
Nave central
 El uso de relaciones geométricas elementales.
crucero
 Búsqueda de la centralización espacial.
Ábside cuadrado en armonía con el resto de la
modulación, la cual está dibujada en el piso. El
espacio de la San Lorenzo es el resultado de una
sumatoria de unidades geométricas elementales.
La vinculación
entre columna y
La nave central esta cubierta por un techo
arco se da
plano con casetones, que trabaja a la flexión
mediante
y se ve sustentado por un sistema trilítico de
porciones de
columnas y arcadas, sobre las cuales
entablamento y
descansa un gran entablamento corrido.
capitel.
Sacristía
vieja
Absidiolo
del altar
Las ventanas son
circulares y se ubican
sobre el
entablamento de las
naves laterales,
alineadas con los
arcos.
Pilastras y columnas
corintias.
La modulación se da
tanto en planta como
en alzada
Las pechinas están
adornadas por
medallones.
Capilla de Pazzi:
La capilla de Pazzi en
Santa Croce construida en
1430
significo
una
continuación de su trabajo
en San Lorenzo. Se trata
de un pequeño edificio con
cúpula nervada sobre
planta rectangular, donde
demuestra el mismo uso de
sencillas
formas
geométricas, expresadas
nuevamente por medio de
nervios de piedra gris que
contrastan
con
fondo
blanco. En su fachada
posee un pórtico que se
proyecta hacia delante, el
que se conforma de un
entablamento
al
cual
perfora con un arco de
medio
punto
o
semicircular.
Iglesia del Espíritu Santo:
Fue proyectada en 1436, iniciándose su construcción hacia el año 1444. Se trata de un gran edificio de 97 m de largo
interior. Su planta es de cruz latina con cúpula en el cruce y naves laterales continuas rodeando la totalidad del espacio
central. Nave central y laterales se ven separadas mediante columnas y arcos.
Espíritu Santo constituye un obra maestra de planeamiento geométrico, donde se ha derivado la totalidad de la planta, a
partir de un simple cuadrado, módulo el cual también se repite en alzada.
Las naves laterales están constituidas por una sucesión regular de módulos cuadrados, mientras que el transepto, el crucero
y el presbiterio, se conforman de un cuadrado mayor, cuyo tamaño es equivalente a la suma de cuatro de los cuadrados
menores que conforman las naves laterales. La nave central por su parte, se compone de cuatro de los cuadrados mayores.
Las naves laterales están acompañadas en toda su extensión por absidiolas semicirculares. La planta es perfectamente
simétrica alrededor del cruce, salvo en el caso de la nave central, que obviamente es mas larga. Por esto bien se lo podría
definir como un “edificio central alargado”.
Si bien la planta del Espíritu
Santo guarda semejanza con la
de las iglesias medievales de
peregrinaje (véase Santiago de
Compostela) el significado es
diferente. aquí los ejes no
representan “recorridos de
redención” que parten de los
cuatro ángulos de la tierra, sino
que forman parte de un sistema
simbólico
centralizado
autónomo. El largo de la nave
central responde solo a razones
funcionales y tradicionales
arrastradas desde la antigüedad
inmediata.
La geometría interior del local es remarcada mediante una membratura oscura, hecha en piedra serena, que resalta por sobre
el blanco revoque de las paredes. La centralidad se ve remarcada aquí por el protagonismo que gana la pequeña cúpula,
ante la ausencia de fachadas propiamente dichas, sustituidas por la sucesión continua y envolvente de las absidiolas.
A pesar de la composición aditiva, Espíritu Santo se presenta como una totalidad armoniosa y unificada.
Leon Battista Alberti: (1404-72)
Alberti, típico “hombre universal” renacentista, es quien mejor refleja el nuevo papel social del
artista: no solo fue un arquitecto creador, sino también el primer teórico del arte y de la arquitectura
del renacimiento. Versátil hombre de letras, editó en 1458 el libro “De Re Aedificatoria”, el cual fue
impreso con el por entonces recién inventado sistema de Gutenberg, y constituyó el primer libro
teórico sobre arquitectura desde la época de Vitruvio, del cual extrae muchos de sus conceptos. Su
teoría además, se basaba en su gran experiencia práctica y en su profundo conocimiento de la
arquitectura de la antigüedad. Por ello sus proyectos arquitectónicos poseían una conciencia histórica
mas profunda que los de Brunelleschi, y a su vez, estaba menos dominado por problemas de
geometría aditiva.
Alberti al ser mas erudito y teórico que los demás, ni siquiera estaba presente durante la ejecución de sus obras, y como ya
se mencionó, enviaba por correo los dibujos de los detalles a medida que avanzaba la misma. Como consecuencia de sus
múltiples actividades, su producción arquitectónica fue pequeña.
Entre los edificios creados por Alberti se destacan el Santa Maria Novella en Florencia (1456) y una serie de palacios entre
los cuales sobresale el palacio Rucelai (1451). En el primero Alberti introduce volutas entre la nave central y las laterales,
que se convertirían en una característica típica en el diseño de las iglesias renacentistas. Para las fachadas de los palacios,
Alberti recurre a los órdenes clásicos, disponiéndolos uno en cada uno de los tres niveles de dichos palacios, al mejor estilo
del coliseo. La mejor obra de Alberti fue la iglesia de San Andrés de Mantua comenzada en 1472, justo antes de su muerte
y terminada 40 años después. En esta obra Alberti plasma el arco del triunfo romano en la fachada.
Santa María Novella:
Éste era un edificio medieval al que había que agregarle una fachada, pero había partes de la fachada vieja, que no se
podían destruir, por lo que había que conciliar ciertos elementos góticos (puertas laterales con arcos ojivales, el gran
rosetón central, etc…) con las nuevas pautas renacentistas. Pese a los inconvenientes Alberti logra imponerle el sello del
nuevo estilo, pero sin que el edificio pierda su carácter original, y de hecho, a simple vista la iglesia parece conservar cierto
carácter medieval, lo que se manifiesta en las arcadas planas del piso principal, elementos los cuales fueron creados Alberti,
y no, heredados desde el gótico. En otras palabras, la intención de Alberti era imprimir en la fachada, una fiel continuación
ideal y formal, de las partes ya existentes del edificio.
La fachada fue coronada por un frontón clásico, y la diferencia de ancho entre el piso superior y el inferior ha sido salvada
mediante la introducción de las famosas volutas, como elemento de transición entre ambas plantas.
Para subdividir la planta baja, usa columnas colosales (para él las columnas eran el ornamento mas importante) que marcan
el ritmo del edificio, al tiempo que; las dos exteriores; definen sus límites laterales.
De no ser por Alberti, los nuevos elementos introducidos en la fachada (columnas, Frontón, Ático y Volutas) se habrían
presentado como elementos independientes, sin la armonía suficiente que los unifique a una sola totalidad, tal como lo
sostenía en sus teorías: la esencia de la belleza es la relación de las partes entre sí, y de éstas con el todo. Es así que Alberti
busca la relación entre las partes circunscribiendo a la fachada dentro de un gran cuadrado: la planta baja queda inserta
dentro de un rectángulo igual a la mitad del cuadrado mayor. Así se basa en cuadrados derivados del cuadrado mayor, para
definir el tamaño y la posición de los distintos elementos que hacen a la fachada, siendo esta rígida aplicación de la
concepción de la armonía, la que señala el carácter no medieval de esta fachada.
Volutas
Santa María Novella
Piso superior
igual a un
cuadrado
Dos cuadrados de igual
tamaño circunscriben el
frontón.
Cuadrado perfecto igual
a la mitad del ancho de
la planta alta.
La altura del
acceso es
igual a una
ves y media
su ancho
Piso principal conformado
por un rectángulo igual a la
mitad del cuadrado total y al
doble del cuadrado que
circunscribe al piso superior.
San Andrés de Mantua:
Proyectado en 1470, su construcción empieza en 1472 inmediatamente después de la muerte de su creador. Se trata de un
edificio enorme de cruz latina sin naves laterales con una cúpula sobre pechinas en el crucero, de un grandioso carácter
romano, carácter el cual es acentuado aún mas por la fachada en forma de arco de triunfo.
La nave central esta acompañada por una serie de capillas, algunas de las cuales están abiertas y otras cerradas de manera
alternada, formando una sucesión rítmica de elementos de distintas proporciones. El ritmo se repite en los cruceros y el
presbiterio, el cual termina en un ábside. Todos los espacios principales están cubiertos por bóvedas de cañón corrido con
casetones sobre la nave central, mientras que las pequeñas capillas se cubren con cúpulas vaídas o hemisféricas.
Sin lugar a dudas el proyecto original debía de prever entradas sobre los lados del transepto; en efecto, sobre el costado
norte, se encuentra un nártex inconcluso, por lo que se deduce que se trataba de un edificio de planta central alargado, con
tres fachadas idénticas.
Es oportuno mencionar que el arco triunfal romano es aplicado a la fachada del nártex que es la que comúnmente se
describe como fachada, pero en realidad la fachada propiamente dicha se encuentra detrás de éste, y seguramente debía de
poseer volutas y estar coronada por un frontón triangular.
San Andrés representa la versión renacentista de antiguos temas simbólicos como ser la combinación de centro y recorrido
y de diversos motivos romanos, que hacen de éste edificio, una de las principales expresiones del renacimiento de la cultura
clásica. Solo el uso de la proporción como ente organizativo es legítimamente renacentista.
Esta organización proporcional hace que los diversos elementos sean percibidos como partes de un espacio homogéneo.
Fachada
según el
proyecto
original
Donato Bramante: (1444-1514)
Aunque de extracción humilde, su talento le permitió estudiar pintura en Urbino; su lugar de
nacimiento; llegando a convertirse en arquitecto, ocupando en Roma la posición que Brunelleschi
ocupaba en Florencia. Actuó en el norte de Italia hasta el año 1500 en que se trasladó a Roma. En
Roma, debido a la ambición por revivir los días del poder imperial y la presencia de edificios
antiguos que podían servir como modelos, la arquitectura se apartaría del eclecticismo de
Brunelleschi, para tender cada vez mas a la concreción de edificios que expusieran con mayor
fidelidad el estilo arquitectónico puramente romano que caracterizó a Bramante. Ciertamente (bajo
la influencia de Alberti) la obra madura del renacimiento toma esta dirección, que lleva al periodo
llamado “alto renacimiento”, período en el cual ya ha pasado la época de los descubrimientos y de
los experimentos. Los arquitectos ahora se manejan mediante conocimientos ya convencionales y
fórmulas preestablecidas. Entre sus obras mas relevantes se pueden citar al palacio de la Cancillería (Roma 1486), el
Templete de San pedro (1502) y la iglesia del mismo nombre en el Vaticano (1505). El primero representa una versión
romana y madura de los palacios Florentinos; el otro fue construido para señalar el lugar en que San Pedro fue martirizado.
También citaremos la iglesia de San Pedro en el Vaticano (1505) que significó la culminación de la evolución de las
iglesias renacentistas de planta central.
Palacio de la Cancillería:
Fue el primer gran edificio renacentista de Roma: era un palacio de tres plantas con patio interno en torno al cual se
desarrollaba el edificio, incorporando en una de sus alas el conjunto de la antigua iglesia basilical de San Lorenzo en
Damasco.
Templete de San Pedro:
El Templete de San Pedro fue erigido en el lugar donde se supone fue martirizado San Pedro. Tiene forma de pequeño
templo romano circular, de solo 4,5 m de diámetro, rodeado por un peristilo dórico y coronado por un tambor y una cúpula.
Perfecto de proporciones y forma, fue un digno tributo del siglo XV a su pasado romano. Este edificio marca una
acentuación mas enérgica del carácter plástico de una obra, reemplazando a la estructura en esqueleto, por el muro, lo que
le daba “cuerpo” al edificio.
Iglesia San Pedro en el Vaticano:
Para San Pedro, Bramante elaboró dos proyectos muy similares. En ambos casos optó por una planta central con torres en
las cuatro esquinas, a modo de “pentygirion”. Como núcleo de este complejo organismo espacial, elige una ancha cruz
griega, la cual sobresale levemente por sobre los bordes de un gran cuadrado que la contiene, conformando ábsides. El
cruce entre ambas naves se ve considerablemente ensanchado a fin de conceder un mayor protagonismo a la cúpula, de
modo tal que remarque aún mas la centralidad. En cada uno de los ángulos del cuadrado, se agregaron unidades menores en
forma de cruz griega que se conectan con los brazos de la cruz griega mayor, conformando un deambulatorio cuadrangular
en torno a la cúpula principal. A su vez, entre los brazos de las unidades menores (bien sobre las esquinas del cuadrado
mayor) se agregaron sacristías octogonales coronadas por altas torres,
Después de la muerte de Bramante, la iglesia de
conformando así el anteriormente mencionado pentygirion.
San Pedro fue sometida a modificaciones que
La principal diferencia entre el primer y el segundo proyecto radica en el
cambiaron radicalmente el carácter de la planta. El
encargado de tales modificaciones fue Miguel
fortalecimiento general de los pilares portantes y la adición de nártex
Angel, nombrado arquitecto de la obra en 1546.
semicirculares alrededor de los cuatro ábsides del espacio principal. En
Miguel Angel eliminó los brazos exteriores de las
ambos casos su composición puede definirse como una adición jerárquica
pequeñas unidades de cruz griega y las sacristías
de unidades espaciales completas.
diseñadas por Bramante, lo que transformó los
límites exteriores en un muro continuo. La adición
En el interior se previó una articulación de pilastras gigantescas y una gran
de volúmenes relativamente independiente prevista
cúpula semiesférica sostenida por un tambor con columnas. Como en el
por Bramante fue sustituida por un “cuerpo
caso de Espíritu Santo, el exterior carecía de una verdadera fachada, y en
muscular”. En consecuencia el carácter
consecuencia era de importancia secundaria. Con esto, la centralidad de la
renacentista estático y armonioso buscado por
Bramante, se transforma en una totalidad dinámica
gran cúpula era aun mas resaltada, constituyendo un centro significativo no
cargada de tensiones simbólicas manieristas.
solo para la propia iglesia, sino también para la ciudad de Roma, y para
todo el mundo cristiano.
A la izquierda
primer y segundo
proyecto de
Bramante para la
iglesia San Pedro.
A la derecha
proyecto de
Miguel Angel.
Generalidades:
Al igual que sus predecesores medievales, el hombre renacentista buscaba la concreción de un orden cósmico: creía en un
universo ordenado y en la perfección divina, pero con una interpretación distinta. Buscaba cumplir ambos objetivos
mediante el orden geométrico, lo que implicaba el uso de formas perfectas. Para ellos la perfección era sinónimo de
divinidad y, según Alberti, la forma más perfecta era el círculo, y dado que todo círculo tiene un centro, encontramos que
consecuentemente la centralización está implícita en el orden geométrico. Por otro lado la geometrización también era
usada para dar belleza, la cual se obtenía mediante formas proporcionales y relacionadas de manera armónica: la belleza
consistía en la armonía de todas las partes, es decir que se la percibía en la totalidad. Entonces vemos que mediante la
geometrización obtenemos orden y belleza, dos cualidades típicas del espacio renacentista. El espacio así se convirtió en
una “sustancia” estructurada por la geometría.
Para Alberti la belleza consiste en una integración racional y proporcional de todas las partes de un edificio, en donde cada
parte debe tener una ubicación, tamaño y forma fijos, de modo tal que nada pueda agregarse, quitarse o modificarse, sin
alterar la armonía general. También tenía en cuenta la relación entre el tamaño de la capilla con el espacio central del
edificio y con la superficie mural.
Además sostenía que la iglesia debe estar aislada de la vulgaridad cotidiana, mediante un pedestal que la eleve del suelo
pagano.
El color, al igual que la vida, debe tener pureza y simplicidad, que es lo que agrada a Dios.
Las ventanas deben estar lo suficientemente alta como para no mantener ningún tipo de contacto con el fluir cotidiano de la
vida exterior. A través de ellas solo se podrá ver el cielo.
Respecto a la posición que debía adoptar el altar, algunos sostenían que el altar debía estar lo mas alejado posible de la
puerta principal, para demostrar la distancia que nos separa de Dios. Mientras que otros aducían que el centro era “único y
absoluto” y por tanto, semejante a Dios.-