Download descenso del barranco de guayonge

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Transcript
DESCENSO DEL BARRANCO DE GUAYONGE
(TACORONTE)
GRUPO.JPG
El grupo equipado y listo para partir con el Teide de fondo
Domingo 12 de marzo de 2006. Quedé hoy temprano con el grupo para
reunirnos en Santa Cruz de Tenerife y desde allí tomar la autovía TF-5 que
nos llevará, después de pasar por la ciudad de La Laguna y el aeropuerto de
Los Rodeos, hasta el enlace de entrada al municipio de Tacoronte, ciudad
de 21.000 habitantes y con una superficie de 30 km2, antigua capital de uno
de los nueve menceyatos (reinos) en que estaba dividida la isla, siendo
morada del Mencey Acaymo y de los bandos de guerra, llamados así a los
Guanches que libraron feroces batallas para liberar al pueblo de la invasión,
siendo derrotados por el conquistador Alonso Fernández de Lugo en La
Victoria de Acentejo. En el siglo XVI se construyó una pequeña ermita bajo
la advocación de Santa Catalina y a partir de ahí el municipio se desarrollo
por una de sus principales calles, la del Calvario. Es de interés la visita a la
Plaza del Cristo y la Iglesia del mismo nombre ya que alberga en su interior
uno de los Cristos con mas fervor en la isla; el Cristo de Tacoronte.
Alrededor del lugar se dispersa el centro social y jurisdiccional de la ciudad
siendo importante su visita, así como al Convento Agustino, del siglo XVII y
La Alhóndiga, antiguo almacén de grano rehabilitado para usos culturales.
Una vez allí, y después de cruzar el casco urbano, tomaremos la
carretera TF-165, para desviarnos por un cruce a la izquierda que nos
llevará por una carretera muy sinuosa, donde se encuentra la Escuela de
Capacitación Agrícola, hasta la zona turística de Mesas del Mar donde hay
una agradable playa de arena negra, bien llamada Playa de la Arena, la cual
alberga instalaciones de primer orden en cuanto a esparcimiento como todo
tipo de servicios al ciudadano, limpieza, zonas de paseo, etc; es por ello que
ha sido galardonada varias veces con la bandera azul de la UE. En el
aparcamiento dejaremos los coches para el retorno y con otro vehículo
regresaremos por la misma vía hasta la cabecera del barranco que vamos a
descender, éste está en una pista de tierra que entra a la derecha, en la
zona agrícola de medianías de Guayonge, lugar pintoresco de casas
dispersas con terrenos de cultivo de la vid para elaborar los famosos caldos
de la Denominación de origen Tacoronte-Acentejo, una de las primeras que
existieron en Canarias, con mas de veinte años de existencia, cuyo prestigio
se lo ha ganado a base de la garantía de calidad de sus vinos.
En la carretera, con el Teide nevado de fondo y la imagen en primer
plano de un paisaje rural plagado de un precioso palmeral canario (Phoenix
canariensis) dentro de una gran extensión de cultivos, nos hacemos una foto
de grupo antes de empezar esta nueva gran aventura.
CABECERA DEL
BARRANCO.JPG
Punto de partida en la cabecera del barranco
FRANCIS-JLUIS.JPG
La diversión está asegurada
Por la pista de entrada y en suave descenso llegamos a la cabecera del
barranco donde se emplaza una galería de extracción de agua, la vía bordea
el cauce de éste hasta llegar a un lugar rehabilitado en forma de mirador
hacia la costa y donde hay unas escaleras que suben hacia unas casas en lo
alto del acantilado. Por las cercanías de la galería hay grandes Eucaliptos
(Eucaliptus globulus) que nacen en las laderas colindantes, y por el mirador
hay Vinagreras (Rumex lunaria), Tabaibas (Euphorbia broussonetti),
Incienso (Artemisa canariensis), y como nota de color la Palomera (Senecio
cruentus) y el Cardo (Carduus clavulatus). Por debajo del mirador hay una
palmera y tenemos que llegar a ella para realizar el primer salto, lo hacemos
por una resbaladera y sujetándonos a las ramas de la vegetación, hasta
llegar a un pequeño destrepe de tres metros de altura, una vez allí nos
dirigimos hacia el primer salto por el estrecho y húmedo cauce cubierto de
todo tipo de vegetación; hay Cañas, Vinagreras, Zarzas (Rubus bollei), que
unido al continuo fluir de un pequeño chorrillo de agua, dificulta mucho el
camino. Por fin llegamos al primer rápel, tiene diez metros de altura y
apenas causa dificultad, al igual que el segundo salto que tiene quince
metros; éstos son el aperitivo del siguiente rápel de noventa metros de
altura con fraccionamiento a los sesenta.
A duras penas y abriéndonos paso por una auténtica selva amazónica,
llegamos al salto principal del barranco; se nota que hace mucho tiempo
nadie lo desciende ya que los anclajes existentes están oxidados por el
continuo fluir del agua, por lo tanto nos disponemos a sustituirlos por unos
nuevos compuestos de “spits” y placas de anclaje. Para ello hacemos uso del
taladro y buscamos un lugar no muy alejado del anterior que sea un poco mas
cómodo, ya que hay un pequeño tobogán de unos diez metros de largo por
donde discurre permanentemente agua, el cual puede ser peligroso el
acercarse sin estar asegurado. Los primeros diez metros de recorrido por la
rampa son incómodos por la inestabilidad al resbalar y luego la repisa que
compone el final da un poco de vértigo porque no se ve el precipicio
vertiginoso que cae noventa metros mas abajo; en este rápel hay que estar
psíquicamente preparado y procurar no mirar permanentemente abajo, sino
a la pared que vamos recorriendo frente a nosotros. En el borde final del
tobogán es conveniente proteger la cuerda o en su defecto no pendulear al
rapelar, ya que la arista puede degradar la cuerda y dejarla con daños
irreparables. Por todos los motivos señalados es conveniente tomarse con
tranquilidad este tramo y no evitar el mojarnos con el agua que fluye
respetando la verticalidad natural de la cuerda al caer para que sea un
descenso lo mas tranquilo posible.
GRAN CASCADA.JPG
CASCADA.JPG
Fraccionamiento en la gran cascada
El agua hace el descenso mas divertido
A los sesenta metros está el fraccionamiento y por lo tanto el cambio
de cuerda es necesario, también hemos puesto chapas y “spits” nuevos para
que la reunión sea mas segura. El descenso de la cascada es sobre piedra
muy resbaladiza y ennegrecida por el continuo fluir del agua; al ser ésta de
forma tubular e ir ampliándose a medida que las dos vertientes del barranco
se desarrollan hacia abajo, no da sensación de mucha verticalidad y hace que
la bajada no sea muy vertiginosa. Las Cañas, Vinagreras y demás vegetación
característica de zonas de medianías cuelgan por las paredes como si tal
cosa. A treinta metros del suelo está José Luis esperándonos en la reunión
para ayudarnos al temido cambio de cuerda, éste se desarrolla sin ninguna
dificultad y poco a poco vamos bajando uno a uno con toda la tranquilidad
del mundo, hasta llegar a una poza de poca profundidad plagada de Cañas
secas y Zarzas, también de las paredes mas próximas al suelo cuelga la
Yedra Canaria (Hedera canariensis).
Un pequeño trayecto pero muy complicado, ya que el cauce del
barranco esta impracticable por la vegetación, nos lleva hasta el siguiente
salto de veinte metros compuesto por una cascada de agua de dos escalones.
La bajada es muy resbaladiza ya que la piedra está completamente anegada
y erosionada por el agua, a pesar de esto los anclajes están en lugar seco y
accesible y no tenemos que sustituirlos. Del mismo modo que antes, vamos a
parar a una pequeña poza para luego recorrer unos cien metros por el cauce
pedregoso hasta el lugar donde nos espera un corto pero merecido descanso
para recuperar energías y prepararnos para el tramo final del recorrido.
Entre Tabaibas, Enredaderas como la Bryonia verrucosa, de bonitas
flores amarillo pálido, Taginastes (Echium strictum), Cardos de llamativo
color malva (Carduus clavulatus) y un extenso Cañaveral en los sitios de mas
humedad, nos disponemos a tomar un descanso y distinguimos desde aquí un
sendero que se pierde entre la maleza y un canal en desuso, así como varias
tuberías rotas esparcidas por el lugar, esto quiere decir que próxima a este
lugar puede existir una bocamina de alguna galería de extracción de agua.
CASCADA 1.JPG
Llegando al final
MESAS DEL
MAR.JPG
Atalaya sobre la costa de Tacoronte
El siguiente rápel tiene una altura de cuarenta metros y está
compuesto por un dique que corta perpendicularmente el cauce del barranco
y que está formado por roca basáltica en forma de grandes columnas de
prismas alargados llamados “disyunción columnar”. En su base existe una
pequeña poza cubierta de agua y la vertiente del barranco se convierte en
un pequeño riachuelo por entre las grandes piedras del suelo. Desde aquí, si
echamos una vista hacia atrás, podemos observar la impresionante geografía
de este magnífico barranco de grandes paredes verticales y fabuloso
ecosistema vegetativo y si miramos hacia el mar vemos como la
impresionante vertiente de la izquierda se convierte en un gran acantilado
de mas de trescientos metros de altura besando el mar, y la derecha se va
transformando poco a poco en un suave declive por donde baja un sendero
hasta la orilla del mar en la playa de los Acantilados de Tacoronte en la
Punta del Moreno. Todo este acantilado está pendiente de ser declarado
Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Zona Arqueológica ya que se
han encontrado importantísimos restos arqueológicos, tanto en cuevas de
habitación como funerarias en sitios de accesibilidad casi imposible. Por ello
es conveniente preservar este espacio natural que es patrimonio de todos
los canarios.
El cauce da un brusco giro de noventa grados hacia la derecha para
desembocar en una última cascada de sesenta metros, a la izquierda de ésta
hay un balcón natural hacia la costa desde donde se puede distinguir la
Playa de la Arena y varios hoteles de la zona turística.
ACANTILADOS.JPG
CASCADA 2.JPG
Zona arqueológica (BIC) de Acantilados
de Tacoronte
Última cascada
Desde aquí parte un estrecho sendero entre Tabaibas e Incienso
(Artemisia canariensis), predominando también en las rocas mas inaccesibles
los Cardones (Euphorbia canariensis) y entre las rocas secas, casi a la orilla
del mar, la Siempreviva (Limonium pectinatum), la Magarza (Argyranthemum
frutescens) y la Lechugilla de mar (Astydamia latifolia). Este camino pasa
por la vertiente izquierda de la cascada final donde hay una gran Palmera
Canaria y desciende por una loma donde hay unas ruinas de lo que fue una
pequeña casa o refugio, para llegar finalmente a la orilla del mar, en una
gran playa de callaos (cantos rodados). Ahora tenemos que caminar por la
orilla hasta el paseo que nos llevará hasta la Playa de la Arena, en un risco
del acantilado está un pequeño castillo entre varias palmeras que fue
refugio del pintor contemporáneo lagunero Oscar Domínguez; una vez allí y
después de recorrer por un agradable paseo, sólo nos queda cruzar un túnel
bajo el gran acantilado y llegar a donde hemos dejado esta mañana los
coches para el regreso.
CROQUIS BCO
GUAYONGE.JPG
Croquis sin escala del descenso
©Texto, fotografías y croquis de Francisco Fariña
[email protected]