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I. LA HISTORIA DE ROMA SEGÚN LOS ROMANOS.
I. 1. LO QUE SUCEDIÓ ANTES DE LA FUNDACIÓN DE ROMA: LA GUERRA DE TROYA.
Cuentan las leyendas de la Antigüedad que en cierta ocasión la diosa Gea (la Tierra) acudió a
Zeus con la queja de que ya no podía soportar el excesivo número de hombres que vivían en su
superficie. Con objeto de aliviarla de dicho peso, Zeus concibió la idea de provocar una guerra tan
terrible que fueran infinitos los hombres que en ella murieran. Su plan dio comienzo con las Bodas
de Tetis y Peleo.
Las Bodas de Tetis y Peleo
Tetis era una hermosa diosa marina y Peleo uno de los grandes héroes que entonces poblaban la
tierra. La ceremonia tuvo lugar en la cueva del centauro Quirón, amigo del novio, y a ella fueron
invitados todos los dioses, con excepción de Eris (la Discordia), ya que su presencia llevaba
aparejada inevitablemente la aparición de discusiones y peleas.
La Manzana de la Discordia
Pero su exclusión habría de tener, como veremos, consecuencias más desastrosas. En mitad del
banquete nupcial se presentó Eris y arrojó una manzana de oro que contenía la siguiente
inscripción: «PARA LA MÁS HERMOSA». Tres diosas optaron a este título y se disputaron la
posesión de la manzana: Hera, Afrodita y Atenea. Zeus, que no quería indisponerse con ninguna de
ellas, ordenó a Hermes que las condujera a presencia de Paris y que fuera éste el juez del certamen
de belleza.
El Juicio de Paris
Paris era un joven dotado de extraordinaria hermosura, que vivía cuidando un rebaño de toros en
el Ida, monte de Troya. No era, sin embargo, hijo de pastores, sino que había nacido en el palacio
real. La víspera de su nacimiento, su madre, Hécuba, había soñado que daba a luz una antorcha que
prendía fuego a la ciudad. Los adivinos interpretaron este sueño como que el niño que iba a nacer
sería el culpable de la destrucción de Troya. Por eso el rey Príamo, su padre, había encargado a uno
de sus servidores que lo matara. Éste, compadecido del niño, había preferido abandonarlo en el
monte, dejando a las fieras que cumplieran con el ingrato papel que le habían asignado.
El niño logró sobrevivir, amamantado por una osa, hasta que lo recogieron unos pastores, que
fueron los que, en lo sucesivo, se encargaron de criarlo.
Ignorante, pues, de su linaje, se encontraba el joven Paris cuidando sus rebaños, cuando vio
aparecer al dios Hermes acompañado de tres hermosas diosas. El dios le entrega la manzana y le
transmite las órdenes de Zeus. A continuación las diosas desfilan ante el juez y cada una de ellas
intenta sobornarle: Hera le ofrece el imperio sobre toda Asia; Atenea, hacerle invencible en el
combate; Afrodita, la mujer más hermosa del mundo, Helena. Seducido por esta última promesa,
Paris entrega la manzana a Afrodita. No sabe que con esta acción acaba de atraerse el odio
implacable de Hera y Atenea para sí y para sus compatriotas.
El Rapto de Helena
La hermosura de Helena era tal, que a su mano habían aspirado cuarenta y cinco pretendientes,
todos ellos de sangre real y grandes héroes. Para evitar enemistades con los que fueran rechazados,
su padre les había exigido previamente que todos se comprometieran a ayudar al que saliera elegido
si éste recibía alguna ofensa en relación con su matrimonio. Una vez prestado el juramento, la
elección recayó en Menelao, rey de Esparta.
Afrodita hace que Paris regrese a Troya y que, reconocido, sea bien recibido por sus padres, los
reyes, que olvidan las lúgubres profecías que les habían llevado a desear su muerte. Al cabo de un
tiempo, Príamo le encarga una misión que le lleva a Esparta. Así se conocen Helena y Paris, que se
enamoran el uno del otro instantáneamente. Aprovechando la ausencia de Menelao. Paris se lleva
consigo, de regreso a Troya, a Helena, que accede a irse con él de buen grado.
La Guerra de Troya
Este hecho va a desencadenar la mayor catástrofe que conocieron los tiempos antiguos: la Guerra
de Troya.
Menelao, en virtud del juramento prestado, convoca a los antiguos pretendientes para que le
ayuden a vengar la afrenta que le ha inferido el troyano Paris. Grecia declara la guerra a Troya.
La guerra habría de durar diez largos años. Entre los héroes griegos destacan Agamenón,
hermano de Menelao y jefe del ejército griego; el joven Aquiles, que acude a la guerra de forma
voluntaria (pues no había sido pretendiente de Helena), y ello a sabiendas de que su destino era
morir en esta empresa; Ulises, cuya astucia será de gran utilidad para la causa griega, discurriendo
una estratagema que les permitirá vencer la inexpugnabilidad de Troya; Áyax, hijo de Telamón,
primo de Aquiles, y, como él, uno de los mejores guerreros de esta contienda; Diomedes, Néstor,
Áyax Oileo, Idomeneo y muchos otros.
También el lado troyano contaba con magníficos guerreros, todos los cuales quedaban
ensombrecidos ante Héctor, hijo mayor de Príamo, que, después de causar gran cantidad de bajas al
ejército griego, habría de encontrar la muerte en combate personal con Aquiles, dejando en una
situación desesperada a sus compatriotas.
Poco después de la muerte de Héctor, la ciudad de Troya cae víctima del ardid ideado por Ulises:
los griegos fingen retirarse y dejan abandonado un gigantesco caballo de madera. Alegres por lo
que consideran el final de la guerra, los troyanos introducen este caballo en su ciudad, sin percatarse
de que en su interior se ocultan los principales héroes griegos. Éstos, al amparo de la noche, salen
del caballo, abren las puertas de la ciudad a sus compañeros y dan comienzo a la destrucción de la
ciudad enemiga.
Eneas
Pocos troyanos consiguen sobrevivir a la terrible noche. Uno de los afortunados es Eneas, hijo de
Afrodita, que junto con Héctor había desempeñado un papel relevante en el bando troyano.
Destruida su ciudad, emprende la tarea de buscar una nueva patria para sí y los suyos. Durante siete
largos años recorrerá los mares y las tierras, en busca del nuevo hogar que le reserva el destino.
Así, llega a la tierra del cíclope Polifemo, ciego ya por obra de Ulises; o desciende al tenebroso
Hades (los Infiernos); asimismo, recibe la hospitalidad de Dido, reina de Cartago; finalmente,
desembarca en Italia, donde se establece de manera definitiva. Allí funda una dinastía en la que,
con el transcurso de las generaciones, nacerán Rómulo y Remo, los fundadores de Roma.
I. 2. LA FUNDACIÓN DE ROMA.
La Historia de Roma comienza con una leyenda: el trono de Alba Longa, la ciudad que había
fundado Ascanio, el hijo de Eneas, habia ido a recaer, al cabo de los siglos, en la persona de
Númitor. Sin embargo, éste fue destronado por su hermano Amulio, el cual, con el propósito de
privar a Númitor de descendencia que pudiera reclamar sus legítimos derechos, consagró a su
sobrina Rea Silvia como sacerdotisa vestal, lo que la obligaba a guardar voto de virginidad. A pesar
de ello, la joven dio a luz a dos gemelos, cuya paternidad atribuyó al dios Marte. Sin dar crédito a
lo que consideraba una patraña, el usurpador dio orden de deshacerse de los niños. Abandonados a
la corriente del río Tíber, consiguieron, no obstante, sobrevivir, pues la cuna en la que iban fue a
parar al pie de una higuera. Allí fueron alimentados por una loba, que los amamantó como si fueran
sus cachorros, hasta que los encontró el pastor Fáustulo, que recogió a los pequeños y se los entregó
a su esposa Aca Larencia para que los criara. Recibieron el nombre de Rómulo y Remo y cuando,
ya jóvenes, averiguaron su verdadero origen, dieron muerte a Amulio y restablecieron en el trono de
Alba Longa a su abuelo Númitor.
Seguidamente decidieron fundar una ciudad propia en el lugar en el que había sucedido el
episodio de la loba y donde había transcurrido su vida hasta el momento: las inmediaciones del
monte Palatino. Este deseo iba a ser el origen de la rivalidad entre los dos hermanos. Para
establecer quién de los dos sería el rey, recurrieron a la consulta de los auspicios: Rómulo resultó
designado. Mientras procedía a delimitar mediante un surco el emplazamiento de las murallas de la
futura ciudad, Remo, por burla, saltó por encima del surco, provocando así la ira de Rómulo, que
sin vacilar mató a su hermano, al tiempo que imprecaba la misma suerte para todo aquel que en el
futuro pretendiera asaltar su ciudad.
Después procedió a celebrar los ritos de fundación, que tuvieron lugar el 21 de abril del 753a.C.
La ciudad recibió el nombre de Roma, derivado del nombre de su fundador.
I. 3. PERÍODOS DE LA HISTORIA DE ROMA .
La Historia de Roma abarca desde el año 753 a.C. hasta el 476 d.C. Son 1.228 años de Historia,
que tradicionalmente se dividen en tres períodos:
1) Monarquía (753 - 507 a.C.) 2) República (507 - 27 a.C.).
d.C.)
3) Imperio (27 a.C. - 476
I. 3. 1. LA MONARQUÍA.
Durante el período monárquico Roma estuvo gobernada por siete reyes. La lista de éstos y los
hechos más destacados de sus respectivos reinados son los que figuran a continuación.
Rómulo (753-715). Nieto del rey de Alba:
Fundación de Roma. Alianza latino-sabina (Rapto de las Sabinas y traición de Tarpeya). Institución
del Senado. Distribución del Pueblo en tres tribus y treinta curias. Instauración de los Comicios
(asambleas del pueblo).
Numa Pompilio (715-672). Sabino de origen; rey pacífico y religioso inspirado por la ninfa Egeria:
Organización religiosa: reforma del calendario, creación del colegio sacerdotal de los Pontífices,
institución de fiestas y ceremonias, construcción de templos.
Tulo Hostilio (672-640). Rey romano, guerrero:
Destrucción de Alba Longa (combate legendario de los Horacios y los Curiacios).Numerosas
guerras con los pueblos vecinos y conquista del Lacio (la región de Roma).
Anco Marcio (640-616). Rey sabino, nieto de Numa. Pacífico y religioso:
Fundación de Ostia (puerto en la desembocadura del Tíber). Continuación de la política religiosa de
su abuelo Numa.
Tarquinio Prisco o el Viejo (616-578). Rey etrusco, tutor de los hijos de Anco Marcio. Gran
constructor:
Reformas urbanísticas: comienzo del templo del Capitolio, drenaje del valle del Foro ( construcción
de la Cloaca Máxima), construcción del gran Circo (Circo Máximo).
Servio Tulio (578-534). Rey etrusco (¿?). Gran administrador:
Organización social, política y militar a partir de la distribución del Pueblo en en cuatro tribus
territoriales y cinco clases según las riquezas de cada ciudadano (censo). Organización del ejército,
dividido en centurias. Construcción de la muralla que lleva su nombre.
.
Tarquinio el Soberbio (534-509). Rey etrusco, hijo de Tarquinio el Viejo:
Acaba la obra de su padre (Capitolio, Cloaca Máxima). Instauración de un régimen tiránico, a causa
del cual es expulsado por el pueblo.
I. 3. 2. LA REPÚBLICA.
La historia de la República, que duró casi cinco siglos, está dominada por las luchas políticosociales y las guerras de extensión y conquista, tan estrechamente ligadas que sería muy artificioso
separar las unas de las otras. Durante este periodo Roma se extendió, primero por toda Italia y
después por el Mediterráneo. Al mismo tiempo consolidó sus estructuras sociales y económicas más
significativas: el paso de una sociedad rural a una sociedad fundamentalmente urbana, la creación
de normas de derecho aplicables a todos los ciudadanos y el desarrollo de una cultura que se
extendería por todo el Occidente.
A) HASTA LAS GUERRAS PÚNICAS (509-264).
Esta estapa está marcada por dos hechos principales: la lucha entre patricios y plebeyos, y la
conquista de Italia.
509-507. Últimas sacudidas de la revolución: intervención del rey etrusco Porsena en favor de
Tarquinio (episodios de Horacio Cocles, de Mucio Escévola, y de Clelio).
Dos cónsules reemplazan al rey.
501. Institución de la dictadura.
494. Secesión de la plebe en el Monte Sagrado: consigue la creación de las magistraturas
plebeyas: tribunos y ediles.
491 (comienzos del siglo V). Guerras contra los equos, los volscos, los sabinos (episodio de
Coriolano, 489; Cincinato, 457). A partir de 440, éxitos constantes de Roma.
451-449. Establecimiento de los decemviros, que redactan la ley de las XII Tablas, y luego son
expulsados por el pueblo a causa de sus abusos.
445. Ley Canuleya, que autoriza el matrimonio entre patricios y plebeyos.
443. Institución de los tribunos militares y los censores.
405-396. Guerra contra los etruscos; toma de Veyes por Camilo.
390. Invasión de los galos; derrota de los romanos en el río Alia (afluente del Tíber, al norte de
Roma); toma de Roma por los galos (salvo el Capitolio, “salvado por las ocas”).
367. Supresión del tribunado militar y retablecimiento del consulado, con acceso de los plebeyos a
esa magistratura.
364-337. Acceso de la plebe a la edilidad, a la dictadura, a la censura y a la pretura.
343-290. Primera guerra contra los samnitas; segunda guerra samnita (derrota de las Horcas
Caudinas, 321); tercera guerra samnita (triunfo final de los romanos mandados por Curio).
282-272. Guerra contra Pirro, rey del ëpiro, que interviene en favor de Tarento; “victorias pírricas”
(Heraclea, 280; Ásculo, 279), luego derrota de Pirro en Benevento, toma de Tarento, y
anexión de Italia meridional.
B) DURANTE LAS GUERRAS PÚNICAS (264-146).
Se llama guerras púnicas a las tres guerras que tuvieron lugar entre los romanos y los cartagineses
(Poeni, de donde el adjetivo punicus). Cada una de esas guerras terminó en una victoria de Roma.
 La primera guerra, que duró 23 años, permitió a los romanos anexionarse Sicilia.
 La segunda, que duró 18 años, y que vió a los cartagineses a las puertas de Roma, terminó con la
victoria final de Escipión sobre Aníbal e hizo a Cartago tributaria de Roma.
 La tercera, que fue relativamente corta (3 años), terminó con la destrucción de Cartago y la
reducción de “Africa” a provincia romana.
264-241. Primera guerra púnica.
Causa: rivalidad entre Roma y Cartago por la conquista de la cuenca occidental del Mediterráneo.
Mediterráneo.
Pretexto: Roma toma Mesina, atacada por Hierón, rey de Siracusa y aliado de Cartago.
1er. período. Victorias de los romanos: victoria naval del cónsul Duilio en Miles, 260
(columna rostral erigida en Roma); victoria naval del cónsul Régulo en Ecnomo, 256, y desembarco
del mismo en África.
2º período. Derrotas de Régulo en África: él es hecho prisionero; derrotas de la flota romana en
Drépana (actual Trápani, al O. de Sicilia), 249, y del ejército romano en Sicilia.
3er. período. Victoria naval de los romanos en las islas Égades (islotes al O. de Sicilia).
Paz: los romanos obtienen Sicilia y, mientras que Cartago tiene que luchar contra sus
mercenarios (Guerra inexpiable), los romanos se apoderan de Cerdeña y Córcega (241-238).
En los años que siguen Roma conquista la Galia cisalpina e Iliria; Cartago conquista Hispania
hasta el Júcar o el Ebro.
219-201. Segunda guerra púnica.
Pretexto: Aníbal conquista Sagunto, ciudad aliada de los romanos.
1er. período. Aníbal, atravesando los Pirineos y los Alpes, invade Italia, vence los romanos en
Tesino (218), en Trebia (218), en el lago Trasimeno (217) y en Canas (216).
2º período. Aníbal, al no recibir refuerzos de Cartago, se demora en Capua, debiendo renunciar
a tomar Roma; los romanos recuperan Sicilia, conquistan Hispania, vencen a Asdrúbal, hermano de
Aníbal, y a su ejército de socorro en las orillas del río Metauro (207). Aníbal queda aislado en el
Bruttium (en Calabria, al sur de Italia).
3er. período. Escipión pasa a África, reemplaza al rey de Numidia, Sífax. aliado de Cartago,
por Masinisa, aliado de los romanos, y triunfa en Zama (202) sobre Aníbal, que llegaba de Italia.
Paz: imposición a Cartago de un pesado tributo anual.
En los años siguientes Roma conquista Macedonia en tres guerras, las dos primeras contra Filipo
V, vencido en Cinoscéfalos por Flaminino (197) y la tercera contra Perseo, hijo de Filipo V,
vencido en Pidna por Paulo Emilio (168).
149-146. Tercera guerra púnica.
Causa: celos de Roma, que intima a Cartago a entregar sus armas y sus barcos: negativa de
Cartago.
Tras un sitio de tres años, Escipión Emiliano toma y destruye Cartago (146).
El mismo año Mumio destruye Corinto.
África, Macedonia y Grecia se convierten en provincias romanas.
C) DEL FIN DE LAS GUERRAS PÚNICAS A LA MUERTE DE SILA (146-78).
133. Mientras Escipión Emiliano, tras un sitio de diez años, pone fin a la insurrección de Viriato en
Hispania con la toma de Numancia, renacen en Roma las luchas sociales.
133-121. Los Gracos.
Tiberio Graco, tribuno de la plebe, hace votar una ley agraria (distribución del ager publicus a los
pobres): éste es asesinado en el Foro (133).
Cayo Graco, su hermano, aplica esa ley agraria, hace votar una ley frumentaria (distribución de
trigo), una ley judicial (senadores reemplazados por los caballeros en los tribunales): es asesinado
en el Foro (121).
121-86. Mario y Sila.
El cónsul plebeyo Mario triunfa sobre el rey de Numidia, Yugurta (106), aniquila a los teutones y
cimbrios, pueblos germanos que habían penetrado en la Galia Narbonense y en Italia
respectivamente, 102-101.
Sila vence en la guerra social (91-88), es decir, la guerra de los aliados de Roma (socii) contra
Roma, que les rehusaba el derecho de ciudadanía, y triunfa sobre los lugartenientes de Mitrídates,
rey del Ponto, en Grecia.
Sila y Mario se disputan el mando de las tropas contra Mitrídates. Tras alternativas diversas,
Mario, proscrito primero, proscribe a su vez a Sila, ocupado en el asedio de Atenas, pero muere
(86).
86-78. Sila.
Sila toma Atenas, acaba triunfalmente la guerra contra Mitrídates, y regresa a Roma, donde es
nombrado dictador (82).
Dictadura de Sila (82-79): proscripciones sangrientas; los tribunales son quitados a los caballeroas
y devueltos a los senadores; se reducen los poderes de los tribunos.
Sila abdica (79) y muere al año siguiente.
D) DE LA MUERTE DE SILA AL IMPERIO (78-27).
1. Pompeyo y César (78-48).
Tras la muerte de Sila, Pompeyo vence a Lépido, que quería eliminar la constitución de Sila
(77); lucha contra Sertorio, antiguo lugarteniente de Mario que se había rebelado en Hispania, y,
tras la muerte de Sertorio, hace prisionero a su sucesor Perpena (72); vence con Craso la
revuelta de esclavos dirigidos por Espartaco (71); triunfa sobre los piratas (67); obtiene el
mando de la guerra contra Mitrídates, entra en Jerusalén, y fuerza a Mitrídates al suicidio (63).
El mismo año (63) Cicerón, en calidad de cónsul, reprime la conjuración de Catilina.
60. 1er. triunvirato (entre Pompeyo, el riquísimo Craso y César, que ha gastado en favor del
pueblo sumas considerables).
58-51. Conquista de la Galia por César.
54-53. Expedición de Craso contra los partos; Craso muere en campaña.
49-48. Guerra civil entre César y Pompeyo.
César cruza el Rubicón; Pompeyo huye; César resulta vencedor en Farsalia (Grecia); Pompeyo
es asesinado en Egipto.
2. Dictadura de César (48-48).
47. Guerra de Alejandría.
César, dueño de Egipto, vence a Farnaces, rey del Bósforo (Veni, vidi, vici).
46. Guerra de África.
César vence a los pompeyanos en Tapsos; su jefe, Catón, se suicida en Útica.
45. Guerra de Hispania.
César vence a los hijos de Pompeyo en Munda: fin de la guerra civil.
Nombrado dictador en vida, imperator y praefectus morum, César, en el momento en que iba a
hacerse nombrar rey, es asesinado por Bruto y sus cómplices (idus de marzo del 44).
3. Octavio y Antonio (44-30).
44-43. Antonio, lugarteniente de César, y Octavio, su hijo adoptivo, reclaman su herencia:
Ocatvio es apoyado por el senado y Cicerón, que pronuncia y publica contra Antonio las
Filípicas.
43. Pero Ocatvio firma con Antonio y Lépido el segundo triunvirato, y abandona a Cicerón en
manos de Antonio, que lo hace asesinar.
42. Octavio y Antonio vencen en Filipos a Bruto (uno de los conjurados que habían matado a
César).
40. Los triunviros se reparten el Imperio: Occidente para Octavio, Oriente para Antonio y África
para Lépido.
36. Lépido es depuesto.
32. Antonio, casado con Octavia, hermana de Octavio, la repudia para unirse a Cleopatra; Octavio
y el senado declaran la guerra a Cleopatra.
31-30. Victoria de Octavio en Accio: suicidio de Antonio y de Cleopatra.
I. 3. 3. EL IMPERIO (27 a. C. – 476 d. C.)
El Imperio duró más de cinco siglos. Durante siglo y medio, el dominio de Roma se acrecentó,
hasta la muerte de Trajano (117 d. C.); a partir de Adriano, su sucesor inmediato, empieza a
declinar. El Imperio es dividido en dos (Oriente y Occidente) bajo los Severos, en cuatro bajo
Diocleciano, y luego definitivamente en dos (395); el imperio de Occidente (cuya capital es Roma)
termina en 476, mientras que el de Oriente (cuya capital es Constantinopla) duró todavía más de un
milenio, marcando su fin el de la Edad Media (1453).
El Alto Imperio (27 a. de C. - 192 d. de C.)
En el año 27 a. de C. Octavio se convirtió en el primer emperador de Roma, con el nombre de
Augusto. Augusto se hizo nombrar príncipe, reuniendo en su persona todos los poderes:
-el imperium consular o jefatura suprema del ejército;
-el poder tribunicio, o derecho a presidir el Senado y ejercer el veto;
-el pontificado o dirección de la religión oficial romana.
La tarea más importante de Augusto fue lograr la paz en todo el Imperio, para lo cual reorganizó
algunas provincias (como Galia o Hispania), reforzó las fronteras de otras, para evitar el acoso de
los pueblos bárbaros (fronteras del Danubio) e hizo la paz con los partos. La misma tarea
pacificadora se aplicó a Italia, con medidas como la represión del bandolerismo y la aplicación de
una ley igualitaria de tributos. De este modo, Augusto consiguió una paz que se prolongaría casi
ininterrumpidamente durante dos siglos (la pax romana) y un desarrollo cultural extraordinario.
Augusto murió el año 14 d. de C. Su sucesor Tiberio (14-37) inauguró la dinastía Julio-Claudia,
cuyos emperadores murieron todos de forma violenta: a Tiberio, asesinado, le sudede Calígula (3741), que protagonizó extravagancias diversas. Con Claudio (41-54) se inició la conquista de
Britania y se ocupó Mauritania. Durante el reinado de Claudio tuvo lugar un hecho de trascendental
importancia en la historia futura del mundo occidental: la difusión del cristianismo. La nueva
religión se difundió principalmente entre las clases urbanas más humildes y se propagó con gran
rapidez no sólo por Roma, sino por todo el Imperio.
Al morir el último representante de la dinastía Julio-Claudia, Nerón (54-68), se plantearon graves
problemas sucesorios. Tras un periodo de anarquía y guerra civil fue elegido emperador Vespasiano
(69-79) que inauguró la dinastía Flavia e implantó un sistema de sucesión para dotar de estabilidad
al Imperio: cada emperador adoptaba a su sucesor.
En el año 70, Vespasiano tomó Jerusalén y Tito arrasó el templo. Domiciano (81-96), último
emperador de la dinastía Flavia, rechazó a los bárbaros más allá de las fronteras del Rin y del
Danubio y fortificó las fronteras.
Bajo Trajano (98-117), de la dinastía Antonina, el Imperio alcanzó sus límites máximos,
incorporando las nuevas provincias de Dacia, Arabia, Siria, Armenia y Mesopotamia.
El mandato de Marco Aurelio (161-180) significó el final de la paz. En el 167 varias tribus
bárbaras cruzaron las fronteras del Rin y del Danubio, empujadas por una oleada de pueblos godos
de la Europa central, atravesaron los Alpes e invadieron la península italiana. Marco Aurelio rompió
el principio de adopción, entregando el Imperio a su hijo Cómodo (180-192), quien además ejerció
el poder de forma despótica, provocando la rebelión del 192 y la toma del poder por el ejército, que
a partir de ese momento se encargó de nombrar y derrocar a los emperadores.
El Bajo Imperio (192-395 d. de C.)
Con el asesinato de Cómodo en el año 192 comienza una nueva etapa en la historia del Imperio
romano, que culminará en el año 396 con la división del Imperio en dos: el Imperio romano de
Occidente y el Imperio romano de Oriente.
Septimio Severo (193-211) inauguró la dinastía de los Severos, durante la cual era realmente el
ejército quien proclamaba a los emperadores. Desde la muerte de Septimio en el 211 hasta el 284,
en que fue proclamado emperador Diocleciano, hubo 45 emperadores en Roma. Mientras tanto los
bárbaros seguían presionando en las fronteras y los romanos tuvieron que aceptar su
establecimiento dentro del Imperio o pagarles para que se fueran.
Esta situación repercutió profundamente en el orden social y en el desarrollo económico: los
campos y las ciudades próximas al limes (la frontera) fueron asolados, la interrupción de las rutas de
comunicación dificultaba el abastecimiento de las ciudades; el hambre y las pestes diezmaron la
población.
Diocleciano (284-305), decidió poner remedio a la situación reorganizando el ejército y el
Imperio, que dividió en 101 provincias, agrupadas en 12 distritos administrativos o diócesis,
gobernadas por una fuerte burocracia. El Imperio a su vez se dividió en Imperio de Oriente e
Imperio de Occidente, gobernado cada uno de ellos por un augusto y un césar; los augustos
abdicaban al cabo de veinte años y dejaban el poder a los césares.
Las reformas de Diocleciano no bastaron para hacer resurgir el Imperio. Constantino, su sucesor,
trasladó la capital a Bizancio, que recibió el nombre de Constantinopla, después de haber vencido a
su rival Majencio en el Puente Milvio (312). Esta victoria, que las legiones romanas de Constantino
ganaron llevando como enseña la cruz de los cristianos, hizo que el emperador declarara el
cristianismo religión permitida (edicto de Milán, 313).
La vida del Imperio sufrió una decadencia cada vez mayor hasta que a la muerte de Teodosio
(379-395) se dividió definitivamente entre sus dos hijos: Arcadio gobernó el Imperio romano de
Oriente o Imperio bizantino, que sobrevivió durante diez siglos, desempeñando un importante papel
en la historia; Honorio gobernó el Imperio romano de Occidente, que terminó en el 476, cuando el
último emperador, Rómulo Augústulo, fue destronado por el bárbaro Odoacro.