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Escala geológica del tiempo
( Publicado en Revista Creces, Junio 1999 )
Los geólogos, partiendo de todo lo que pueden encontrar en las rocas, han
construido una secuencia de los mayores acontecimientos que han tenido lugar
en el planeta. Con ello se ha reconstituido el proceso de la evolución de la tierra,
que ha tomado 4.6 mil millones de años.
Los geólogos han podido ir reconstituyendo la historia de la Tierra partiendo desde hace
4.6 mil millones de años, cuando se inició su formación a partir de un anillo de gas y polvo
que giraba alrededor del sol. Ellos dividen el proceso en intervalos de tiempo geológico.
Los primeros geólogos pusieron nombres a estos intervalos, basándose sólo en la
observación de las rocas formadas durante ellos, pero desconociendo la duración de cada
uno. En la medida que se ha acumulado mayor conocimiento, sucesivas generaciones de
geólogos, en un esfuerzo por medir la historia de la Tierra, han ido calibrando los tiempos
de cada uno de los intervalos, y en la medida que se conoce más han ido cambiando los
nombres de algunos, llegando en los tiempos actuales a constituir una verdadera escala
geológica. Ello significa medir la historia de la Tierra.
Hoy en día los geólogos miden la historia de la Tierra usando dos escalas: "la cronológica"
y "la estratigráfica". En la primera, la historia puede medirse en años. Así por ejemplo, si
uno quiere referirse al tiempo que la Reina Victoria gobernó Inglaterra, se especifican los
años entre 1837 y 1901. Pero la edad estratigráfica en cambio, se refiere al orden de los
acontecimientos, de modo que con el mismo ejemplo, la edad Victoriana sucedió a la era
Georgiana, pero precedió a los tiempos Eduardianos. Siguiendo este esquema se ha
llegado a originar una serie de intervalos geológicos, como se muestran en la figura 1,
correspondiendo éstos a las diversas edades estratificadas. Esta última es la medición más
usada del tiempo geológico.
Se puede pensar también en forma más simple, refiriéndose directamente a la fecha de los
acontecimientos, como por ejemplo diciendo que los dinosaurios como el Tyrannosaurus
rex vivió hace 70 a 65 millones de años, en lugar de decir que vivió al final del período
Cretáceo. Pero los geólogos encuentran más práctico y preciso referirse a períodos
dándole nombre a los diferentes intervalos. Ello porque las fechas cronológicas requieren
de equipos especiales y funcionan sólo con algunos tipos de rocas. Por ejemplo, si se
encuentran rocas que contienen fósiles de trilobitos (criaturas marinas que se parecen a
las pulgas de la madera), se concluye que estas rocas se formaron en el tiempo que los
trilobitos estaban vivos y saludables. Todas las rocas alrededor del mundo que contienen
fósiles de trilobitos tienen que haberse formado durante los muchos millones de años en
que existieron estas criaturas, no antes que evolucionaran ni tampoco después que se
extinguieron. Sin embargo, al mirar a los fósiles más en detalle, se puede observar que
hay muchas especies de trilobitos y que unos evolucionaron antes que otros, y algunos
también desaparecieron antes que otros. Cualquiera roca que contenga una combinación
particular de fósiles tiene que haberse formado en ese intervalo particular de tiempo,
cuando vivieron estas criaturas. De modo que un geólogo que puede identificar bien estos
fósiles críticos, puede llegar a tener una idea de cuan antigua es la roca.
Pero sobre la base de estos datos los geólogos no pueden dar una edad cronológica. Lo
que ellos hacen es encuadrar los intervalos de tiempo, de acuerdo a una secuencia de
ellos. A su vez ellos establecen estas secuencias en base a la dinámica de las rocas,
decidiendo qué rocas son más viejas y cuáles son más jóvenes, para lo cual deben analizar
en detalle los fósiles incrustados en ellas. Esta secuencia es la que se llama la escala
estratigráfica, en que se basa la escala del tiempo geológico.
Edades y edades tipos de datos
Los primeros geólogos observaron que las rocas sedimentarias se formaban en capas,
donde el viento y el agua iban depositando nuevo material sobre el material antiguo. Estas
capas sedimentarias o camas, se llaman estratos. William Smith, un supervisor de canales
y depósitos de carbón en el siglo XlX, observó que estas capas o estratos, se formaban en
las rocas, con un patrón regular. Tanto Smith como los primeros estratígrafos, se dieron
cuenta también que mientras más profundas estaban las rocas en el suelo, más antiguas
eran. En el fondo es como apilar los diarios que uno va leyendo cada día, colocando el
recién leído sobre el más nuevo, con lo que progresivamente los que van quedando más
abajo, van siendo los más viejos (fig. 1).
Pero los estratos geológicos son más complicados que la pila de diarios, no sólo porque no
tienen fechas impresas, sino porque además las rocas sedimentarias incluyen quiebres o
discontinuidades donde no se forman rocas o éstas han sido erosionadas. Es lo mismo que
si faltaran algunos diarios de la pila. Por otra parte, no todos los tipos de roca forman
capas. Las rocas ígneas se forman cuando rocas fundidas solidifican, y en estas
condiciones si bien pueden formar capas, estas son mucho menos regulares. Las rocas
llamadas "metamorfósicas", se forman cuando el calor y la presión del interior de la Tierra
llegan a modificar las rocas existentes, de tal manera que de ellas se forman nuevos
minerales. También movimientos de las placas de la Tierra pueden inducir a doblar viejas
capas sedimentarias bajo capas más nuevas. Pero aún cuando los estratígrafos son
capaces de decir la secuencia de los acontecimientos de acuerdo a la misma
estratificación, no pueden señalar en cuántos años la roca se formó. Imaginemos de nuevo
el alto de diarios, pero sin la fecha inscrita en cada uno de ellos. Si a usted le cae en sus
manos otro diario, no va a poder saber en qué parte de la pila debe colocarlo, pero podría
al menos tener una aproximación si trata de ordenarlos por los titulares de los mismos
diarios.
Del mismo modo los geólogos, para ubicar a las rocas cronológicamente, necesitan
pesquisar eventos particulares entre los estratos y tratar de calcular en cuántos años ellos
sucedieron. Si pueden hacer esto con varios eventos distintos que sirven de referencia,
pueden entonces calibrar la escala del tiempo estratigráfico y estimar así la edad de las
rocas que se formaron entre estos dos tiempos separados par estos eventos.
Por otra parte, la mejor herramienta que ellos poseen para conocer la edad de las rocas,
son los datos radiométricos (recuadro), una técnica basada en el decaimiento de isótopos
radiactivos en la roca. Como los investigadores saben muy bien cuanto tiempo demora un
determinado isótopo en decaer, ellos pueden calcular la cantidad que queda en la roca en
el tiempo presente, pudiendo de esta manera calcular cuándo ésta se formó. Con estos
resultados, se puede calcular la historia del Sistema Solar. Los más antiguos meteoritos se
formaron, al mismo tiempo que la Tierra y otros planetas del sistema solar, hace 4.55 mil
millones de años. En la Tierra, las rocas más antiguas, en el territorio del noreste de
Canadá, tienen casi 4 mil millones de años, y el cristal más antiguo, el mineral zirconeo,
tiene casi 4.2 mil millones de años.
Los datos radiométricos constituyen una poderosa tecnología, pero tienen también
importantes limitaciones, ya que no pueden dar una información directa en el depósito de
rocas sedimentarias. El depósito radioactivo que se determina para encontrar este data
debe estar atrapado dentro de la roca, por cristalización de minerales, lo que sucede
cuando una roca ígnea se enfría y solidifica. Pero generalmente las rocas sedimentarias no
tienen la adecuada calidad de isótopos.
Pero la edad radiométrica en las rocas sedimentarias puede calcularse usando la escala del
tiempo estratigráfico. La lava que fluye de un volcán va a ser más joven que las rocas que
eructan y más antigua que las rocas sedimentarias que están sobre ella. La lava es una
roca ígnea, apropiada para hacer en ella una medición radiométrica, de modo que esta
capa pueda señalar una edad cronológica. Y si las capas sedimentarias pueden
correlacionarse con otras de la misma edad, en otras partes del mundo, la edad de esa
lava puede aplicarse para muchas secuencias de rocas.
En los últimos años, la elección cuidadosa de rocas ígneas y metamórficas útiles para
tomar datos radiométricos en épocas significativas de la escala estratigráfica, han dado
nuevos e importantes resultados. Un ejemplo es la duración del período Cambriano, un
tiempo crucial de hace 500 mil años, cuando al producirse un rápido despertar de la
evolución resultó la aparición de las primeras criaturas con conchas. Por muchos años los
geólogos pensaron que el período Cambriano duró por lo menos 65 millones de años,
aproximadamente desde hace 570 a 505 millones de años, acortándose así su duración
estimada a la mitad. De modo que el despertar inicial de la evolución que produjo
animales de conchas complejas, debe haber sido aún más rápido y, por lo tanto, más
interesante que lo que se pensaba originalmente.
Capa sobre capa principios estratígráfos
Los estratígrafos construyeron la escala del tiempo geológico estudiando y correlacionando
estratos de amplias áreas. La tarea ha sido difícil porque la naturaleza no deposita las
rocas con el cuidado que se podrían depositar los diarios. Los sedimentos que
eventualmente llegan a ser rocas se colectan en las áreas bajas, como es por ejemplo el
fondo del mar, mientras que por otra parte, la erosión va gastando montañas, lo cual
dificulta la determinación.
Aún dentro del mar las diferentes rocas se forman en diferentes áreas, dependiendo de
factores coma la profundidad del agua y la fuerza de las corrientes. Más complicaciones se
producen aún por los cambios de los niveles del mar. Esto es evidente en la distribución en
que se formaron los pantanos tropicales, que yacen a lo largo de las costas. El nivel del
mar se ha elevado durante los períodos de calentamiento de la Tierra, porque en estas
circunstancias se derriten los hielos polares, y por el contrario este baja cuando los hielos
aumentan. Como resultado de estos procesos, la línea de la costa avanza o retrocede y los
pantanos y depósitos de carbón se mueven con ella.
Para formarse una idea de estos depósitos, los geólogos han comparado rocas de
diferentes áreas, tratando de entender qué ha sucedido cuando ellas se formaron, como
por ejemplo cuando se elevaron las aguas del mar. Esta modificación de la estratigrafía
clásica, se llama "secuencia estratigráfica". Ella se usa mucho en la búsqueda de petróleo
y gas.
Todos estos factores hacen también que rocas de la misma edad se aprecien bastante
diferentes en distintas partes del mundo, dependiendo que el lugar donde se formaron sea
tierra, mar, un lago tranquilo o ríos torrentosos. Pero los estratígrafos son capaces de
entenderse muy bien con estas variaciones. Equipos de geólogos comparan secuencias de
rocas de la misma edad en diferentes partes del mundo y seleccionan aquellas que están
más completas y que tengan más detalles en las capas y también posean los fósiles más
útiles que ayuden a la detección. Éstas pasan a ser la sección tipo, que define esta
frontera particular. Otras fronteras, a tiempos diferentes, tienen su propio tipo de sección,
escogidos donde las rocas tienen los mayores tipos de detalles útiles para la información.
Todas las otras rocas de alrededor de la misma edad, se comparan con este padrón para
determinar su edad estratigráfica. Pero la exactitud de este método depende de la
exactitud de correlacionar rocas que se formaron exactamente al mismo tiempo.
Para establecer correlaciones en todo el mundo, los estratígrafos necesitan también
encontrar marcadores que ellos sepan que se formaron en el mismo tiempo y que pueden
reconocerse en extensas áreas. El ideal es poder reconocer material que se haya esparcido
por todo el globo terráqueo en un determinado instante geológico. El único ejemplo de
esto es la capa de polvo de iridium, que se depositó después de un choque de un asteroide
al final del período Cretáceo, hace 65 millones de años, dejando en esta forma una firma
química. Otro ejemplo es la que sucedió hace 454 millones de años, cuando una erupción
volcánica, producida a lo largo de lo que hoy se conoce como la "Costa Carolina", arrojó
miles de kilómetros cúbicos de ceniza a la atmósfera. Hoy pueden comprobarse estos
depósitos en lugares tan alejados coma Minnessota (a 2000 kilómetros de distancia)
donde forman una capa de 10 centímetros de grosor.
Afortunadamente para nosotros estos desastres son raros. Pero también los estratígrafos
usan otros marcadores que se encuentran ampliamente distribuidos: "los fósiles". El
"índice fósil" ideal es uno que sea común y que haya evolucionado rápidamente. Tal es el
caso de trilobitos del período Cambriano. Para períodos más tardíos, los estratígrafos usan
muchos otros diferentes fósiles, que también han evolucionado rápidamente, como los
amonitos, que durante el período Jurásico desarrollaron muchas sub variaciones en las
estructuras de sus conchas.
Eons, épocas y edades
Las épocas jerárquicas
Los intervalos de las escalas de tiempo estratigráficos no se han alterado
significativamente desde que los geólogos les dieron los primitivos nombres, porque
muchas de las líneas divisorias marcan tiempos de grandes cambios a través de la
superficie de la Tierra. Los geólogos de aquellos tiempos escogieron los fósiles que
indicaban las primeras evidencias de vida en la Tierra, para sobre la base de ellos
denominar el comienzo del período Cambriano. A su vez, ellos denominaron al período
anterior "Precambriano". Más tarde los geólogos encontraron signos de vida aún más
primitivos, consistentes en fósiles con pequeñas conchas y algunos con cuerpos blandos.
Los límites del Precarnbriano-Cambriano se dejó en el mismo lugar en la escala del
tiempo, pero ahora se define con la aparición de animales de concha dura.
La frontera entre el Precambriano-Cambriano es la más amplia división de la jerarquía
geológica, como se muestra en la figura 2. La jerarquía divide el tiempo geológico en
anchos intervalos, que a su vez pueden subdividirse en pequeños y más pequeños. Las
mayores divisiones se llaman "eones": los primeros dos mil millones de años de la historia
de la Tierra generalmente se llaman Archean eon. Su término se coloca en los 2.5 mil
millones de años atrás, cuando la superficie de la Tierra tomó las características modernas
de las placas tectónicas. La primera parte del Archean eon (y de la historia de nuestro
planeta), fueron los tiempos Hadean, cuando la Tierra estaba aún demasiado caliente
como para que existiera una placa sólida estable. El período Proteozoico se extiende desde
hace 2.5 mil millones de años, hasta que aparecieron los animales de concha dura. El
tiempo Precambriano incluye ambos, el Archean y el Proteozoico Eon. Los siguientes 500
mil años es el Fanerozoico eon, que se divide en una mayor cantidad de detalles, ya que
los geólogos ahora saben más acerca de ellos que lo que conocían respecto a los
primitivos eons.
El Fanerozoico eon está constituido por tres áreas: la era Paleozoica o "vida primitiva", la
era Mesozoica o "vida media" y la era Cenozoica o "vida reciente". Los primeros geólogos
hicieron esta división basándose en los cambios que vieron en los fósiles. Ahora, sin
embargo, nosotros sabemos que las líneas divisorias marcan dos ocasiones en que un gran
número de especies desapareciera en un instante geológico. La peor extinción masiva de
la que se guarden antecedentes geológicos vino al final de la era Paleozoica. Las víctimas
fueron algunos reptiles y una cantidad de animales marinos que dejaron una abundante
cantidad de fósiles. Pero la extinción masiva, que terminó con los dinosaurios que habían
evolucionado hasta dominar el planeta, ocurrió en la era Mesozoica, a menudo llamada la
edad de los reptiles. Un asteroide impactó la Tierra, produciendo la extinción masiva que
puso fin a la era Mesozoica, hace más o menos 65 millones de años. Los mamíferos que
sobrevivieron no eran más grandes que un gato, pero, desde comienzo de la era
Cenozoica (la era de los mamíferos), rápidamente evolucionaron hasta la gran variedad
que ahora conocemos.
A su vez, las eras se dividen en períodos, que la mayor parte de las veces se nomina de
acuerdo a rocas características o por las áreas geográficas que se descubrieron. Así por
ejemplo, en 1835 el geólogo inglés Adam Sedgwich y Roderick Murchiso, describieron
separadamente rocas Cambrianas y Silurianas, con fósiles de Wales diferentes y
característicos. De allí los nombres de estos dos períodos (Cambria es el nombre romano
de Wales, y los Silures eran una antigua tribu de Walsh). En la medida que continuaron
explorando, Segdwich y Murchson, expandieron sus períodos incluyendo en ello las
mismas rocas, lo que produjo una agria discusión que sólo fue resuelta con la solución
salomónica de agregar entre ellas un tercer período, incluyendo allí las rocas disputadas.
Este se llamó el período Ordoviciano, después de Ordovices, la última tribu de Welsh que
se sometió a los romanos.
Los períodos duran por decenas de millones de años, de modo que los geólogos los dividen
en períodos más pequeños, llamados Épocas, y a éstas las dividen en edades. La mayor
parte de estas subdivisiones son importantes sólo para los especialistas, excepto en el
área Cenozoica, donde los nombres de las épocas son más ampliamente usados por la
mejor resolución de los datos que se obtienen de las rocas más jóvenes. En los tiempos
presentes, las épocas son más cortas, lo que refleja el mayor conocimiento de los
acontecimientos más recientes. Así la "época Holocene" se extiende sólo por 10.000 años,
que es el tiempo que duró el gran derretimiento de los hielos en Europa y Norteamérica.
Antes de esto, la época pleistocena comprende una serie de períodos de intervalos
interglaciales, que duraron dos millones de años, hasta los tiempos Holocénicos.
Redefiniendo por métodos modernos
La estratigrafía clásica, usando modernas correlaciones y métodos de determinación, ha
llegado a ser una herramienta útil para la exploración de petróleo y gas. Una técnica
especialmente poderosa es la magnetoestratigrafía, basada en la percepción de los
cambios del débil campo magnético ejercido por algunas rocas. El magnetismo remanente
de una roca muestra la dirección del campo magnético de la Tierra en el momento en que
se formó la roca. A intervalos regulares y a un promedio de cada 500 mil años durante la
era Cenozoica, los polos norte y sur de la Tierra cambiaron de posición. Los períodos de
magnetismo normal y revertido han variado en su duración y por esto forman un patern
distinto para correlacionarlo con la secuencia de rocas alrededor del mundo, tanto del mar
como de la Tierra. Ésta es la que se llama "escala magnetoestratificada". Es como calcular
la edad de la madera en base al ancho de las anillas que se forman en ella cada año. Un
puro anillo de un árbol no es útil, pero si la secuencia de ellos, que da el patern
característico. Y porque muchas de las rocas magnetizadas son ígneas, esta escala puede
calibrarse directamente con los datos radiométricos.
Las rocas a menudo contienen información que puede revelar cuándo se formaron, pero
muy pocas dan información de cuán rápidamente ellas se formaron. Con toda hay algunas
importantes excepciones. Es así como el depósito de material en el fondo de lagos quietos,
puede variar estacionalmente, dejando capas visibles que muestran ciclos anuales de
depósito con interrupciones de inviernos congelados de la superficie a por estaciones
secas. Depósitos en lagos glaciales muestran secuencias de depósitos gruesos y finos
ocurridos durante el invierno y verano respectivamente. Algunas rocas contienen miles de
estas capas anuales, por lo que constituyen verdaderos tesoros para los científicos
interesados en los cambios climáticos del pasado.
En el otro extremo cronológico, hay capas gruesas depositadas muy rápidamente por
algún evento catastrófico, como por ejemplo una erupción volcánica, un tsunami a
deslizamientos submarinos o de superficie. Muchos de estos sucesos inusuales son
también de importancia geológica. Cuando alguna hendidura submarina se colapsa,
pueden preservar comunidades no usuales, como de animales Cambrianos de cuerpos
blandos, como los que se han preservado en el Burgess Shale de Canadá.
En la medida que los instrumentos útiles para fijar fechas van mejorando, los geólogos
continúan redefiniendo las escalas geológicas en el tiempo. Mientras la mayor parte de los
ajustes que se van produciendo son menores, con todo algunos de ellos tienen
implicancias importantes. Así por ejemplo, el encogimiento del Cambriano, plantea nuevas
preguntas acerca de como los animales se las arreglaron para evolucionar en tanta
diversidad en tan poco tiempo.
Por otra parte, otras investigaciones plantean otras nuevas preguntas que, para su
respuesta, requieren mejorar los datos de la medición del tiempo, especialmente de
mejores correlaciones de depósitos provenientes de diferentes áreas. Uno de los
problemas más candentes es el tiempo en que ocurrieron las extinciones masivas al final
del Permiano. Las investigaciones parecen indicar que ha habido dos picos de extinciones,
separados por unos pocos millones de años. Muchas preguntas aún quedan para tipificar
los misterios detrás de las grandes extinciones de todos los tiempos (New Scientist. Mayo
20. 1995).*
FECHA RADlOMÉTRlCA
El reloj natural, que ha permitido a los geólogos medir la edad de ciertas rocas, se basa
en el decaimiento de núcleos atómicos inestables. Los científicos no saben cuando un
simple núcleo va a decaer, y sólo conocen la probabilidad del tiempo en que éste
decaiga, lo que normalmente se expresa como "vida media". Una vida media es el
tiempo que demora la mitad de los núcleos en decaer (lo que significa que en ese
tiempo cada núcleo tiene un 50% de probabilidad de decaer). Si usted comienza con un
millón de átomos de un isótopo con una vida media de 100 años, la mitad de ellos va a
permanecer después de 100 años y la mitad de esta mitad (un cuarto) permanecen
después de los nuevos 100 años. De este modo, mientras pasa el tiempo, la roca va a
contener menos núcleos radioactivos y más de los isótopos producidos.
Para medir la edad geológica, se requieren isótopos radioactivos que sean
razonablemente comunes y que tengan una larga vida media, comparables a la edad de
las rocas mismas. Una alternativa es la familia de los isótopos del uranio y torium, que
decaen a plomo a través de una serie intermedia. El más común es el uranio-238, que
con una vida media de 4.5 mil millones de años, decae a plomo-206. Otro es el Uranio235, con una vida media de 710 millones de años, que decae a plomo-207 y el Torio-
232, con una vida media de 13.9 millones de años, que decae a plomo-208.
Aunque las fechas del uranio-plomo se complican por la necesidad de tener en cuenta el
plomo contenido originalmente en la roca, la medición de los tres isótopos proveen de
una información cruzada válida. La fecha del uranio-plomo da la edad del Sistema Solar
y de las rocas más antiguas de la Tierra.
Una alternativa que tiene mejores resultados es el utilizar el decaimiento del núcleo del
potasio-40 a argon-40, con una vida media de 1.3 mil millones de años. El potasio es
común en las rocas, y el argón es un gas, por lo que normalmente escapa de las rocas
fundidas. Esto significa que la mayor parte del argón en las antiguas rocas volcánicas
proviene del decaimiento del potasio-40 contenido desde el momento en que la roca se
solidificó. De este modo, las comparaciones del potasio-40 y argón-40 pueden indicar la
edad de la roca. Sin embargo se pueden producir errores con este método; por ejemplo,
se necesitan muestras separadas para medir el argón y el potasio, y su composición
puede diferir ligeramente, aun si provienen de la misma roca. Mejores resultados se
pueden obtener por un proceso más elaborado que se realiza con una sola muestra a
través de un reactor nuclear, donde el núcleo del potasio común 39 absorbe un neutrón
y emite un protón para convertirse en argón 39, un isótopo de corta vida.
Calentando la muestra, se desprende el argón-39 y el argón-40, y con una calibración
apropiada, la relación entre los dos isótopos da la edad de la roca.
El zirconio es un mineral ampliamente usado para determinar la edad: él mantiene los
átomos aún a altas temperaturas y contiene uranio y potasio. Sin embargo, antiguos
cristales de zircón pueden depositarse en rocas mas jóvenes, lo que en tal caso no van
a servir para proporcionar la edad de la roca sedimentaria. Los geólogos pueden
también buscar signos de alteración química, que pueden dar datos espurios, quizás
permitiendo que el isótopo original o a su producto de decaimiento, escapen de la roca.
Las buenas determinaciones radiométricas dan la información de edad con una
oscilación de un margen que varía un cuarto y 1%, lo que significa 250 años para una
fecha pasada de 100 millones de años. Estos datos sí proporcionan a los geólogos una
sólida calibración geológica para puntos de la escala geológica donde están disponibles
las rocas apropiadas. Por otra parte, los datos radiométricos pueden corregir serios
errores estratigráficos, como es el caso de las rocas Alaska que resultaron ser 6
millones de años mas antiguas que lo presumido anteriormente en 16 millones de años
atrás. Con todo, hay que señalar que los datos radiométricos no son fáciles de obtener y
tampoco son indicadores sensibles para determinar la secuencia de eventos cercanos,
como por ejemplo los que ocurrieron antes e inmediatamente después del impacto que
terminó el periodo Cretáceo, hace 65 millones de años.
Jeff Hecht- Inglaterra
Artículo extraído de CRECES EDUCACIÓN - www.creces.cl