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PRESENTACIÓN
Amigos de Jesús, Testigos del Reino de Dios
Las vidas de hombres y mujeres de nuestro tiempo son un testimonio fiel de la
presencia de Dios que sigue acompañándonos en el mundo, continúa su obra de
redención y nos empuja como causa final al destino definitivo de su reinado. En hacer
redacción humana y humanizable la fidelidad al Reino.
Recuperamos la experiencia de auténticos amigos de Jesús, testigos de su gran
proyecto de salvación en la historia. Al recuperar la memoria histórica intentamos seguir
alimentando nuestra vocación humana y cristiana respondiendo a la llamada de Dios en
nuestros pueblos en el umbral del siglo XXI.
Las vidas de Pedro Arrupe, César Jerez, Fernando Bandeira, Néstor Jaén, Manolo
Maquieira, Ion Cortina, han sido verdaderos regalos de Dios para nuestro mundo de
hoy. Ellos al igual que muchas otras personas, han sido amigos de Jesús y han
caminado con él hasta llegar a convertirse en reconocidos confesores de Jesucristo
crucificado y resucitado.
Sus vidas han sido fecundas, han nutrido y siguen alimentando a muchos que les
conocimos y les admiramos, pero sobre todo nos han llenado el corazón de amor a
Jesús, a nuestros pueblos y también a sus personas porque nos han hecho mucho bien.
Sus vidas son vientos frescos del Espíritu de Dios para nuestro mundo de hoy, y un
modo fuerte y delicado de dejarse llevar por él.
El Espíritu de Jesucristo resucitado que también es el crucificado, sigue trabajando
en las vidas de tantas personas que se han dejado seducir, han estrechado una gran
amistad con Dios y sus vidas se han convertido en verdadera luz en un mundo donde
hay tantas sombras y grandes desesperanzas. Nuestros amigos que nos han regalado
sus vidas siendo testigos del reino, nos recuerdan que para dar fe del resucitado hay
que hacer el recorrido de una entrañable amistad con Jesús, la cual nos conduce a la
cruz, nos lleva a descubrir el sepulcro vacío y luego nos hace arder el corazón con un
fuego inextinguible que nos quema para dibujar con nuestras vidas el proyecto de
salvación de Dios.
Que el testimonio de nuestros amigos nos siga animando y dando fortaleza en la
gran aventura de ser amigos de Jesús para convertirnos en testigos del reino de Dios.
Vale la pena gastarse y desgastarse en el Señor.