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JUTBA Nº 3: EL ZAKAT.
BisniLLah Arrahman Arrahim
Queridos hermanos; El zakat es uno de los cinco pilares del Islam y su importancia es
tal que aparece citado en el Corán en 32 ocasiones y muchas veces unido a la ibada. Es
decir; los actos de adoración. Dice Al-Lah subhana wa taala en el Noble Corán:
“A los que cumplen el salat y dan el zakat. A los que creen en Al-Lah y en el último día,
Nos les daremos una retribución inmensa”.
Al igual que los restantes pilares, el zakat marca la frontera entre el Din y el kufr
y su pago es una señal contundente de haber abandonado el ámbito del mal y la
negación. Este impuesto, en sus dos variantes (zakat al fitr y zakat al mal) hace que
todos los creyentes, por pequeños que sean nuestros ingresos, nos responsabilicemos del
bienestar y del progreso social de nuestras comunidades, dada la amplitud de
situaciones que puede cubrir. Estos son sus destinatarios:
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Los pobres (al fuqara): Son aquellas personas cuyos ingresos no les permiten
abonar el zakat, por lo que se hace necesario retribuirles.
Los necesitados (al masakin): Según muchos ulama (sabios) son aquellos
que están impedidos, por cualquier circunstancia, para trabajar.
Los recaudadores del zakat, también se benefician de él. Así se evita la
corrupción de los funcionarios.
Los esclavos para ser liberados. El Islam nunca consideró la esclavitud, al
contrario que otras sociedades contemporáneas a él, como un estado
necesario para la marcha de la economía y tendió a liberar a aquellos que la
padecían.
Los emigrantes, aunque sean ricos en sus países de origen.
Los que trabajan por el Islam, los muyahidin, los da´is y los escolares.
La propia comunidad islámica en su conjunto, si esto supone el desarrollo
del Islam. Especialmente cuándo éste se halla en minoría, como es nuestro
caso.
AlhamduliLah Rabbi al alamin.
Generosos hermanos; Los beneficios individuales y sociales del zakat son
inmensos, sólo os recordaré algunos:
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Nos libra del excesivo amor a la riqueza y de descuidar por ello los actos de
Ibadat (la adoración). El Profeta (SAWS) nos recuerda que las Ibadat de
quien no paga el zakat no serán tenidas en cuenta por Al-Lah. Ni tampoco el
zakat de quien descuida la debida adoración.
Nos anima a ser activos en la buena marcha de la sociedad. Dice el Profeta
(SAWS): “No es de los nuestros el que disfruta de los bienes de este mundo
sabiendo que su vecino pasa hambre”. Todos somos responsables del
bienestar de los demás.
El zakat refuerza la responsabilidad de los gobernantes para con la sociedad.
No son buenos musulmanes los jefes de gobierno que no hacen nada para
combatir la miseria de sus pueblos. Aunque realicen muchas Ibadat están
faltando gravemente al compromiso que han contraído. Se cuenta en el Hadiz
verdadero que trajeron un día ante el califa Omar Ibn Jattab (r.a.) a un joven
sorprendido robando para que le fuera aplicada la pena prescrita por Al-Lah
para los ladrones. El califa le preguntó:
_¿Por qué has robado?
El muchacho contestó:
_ Porque tengo hambre
Omar Ibn Jattab lo absolvió declarando que era a él mismo a quien habría que
cortar la mano por no facilitar el sustento de todos los musulmanes. He aquí un
ejemplo de gran dirigente musulmán, un ejemplo que debe avergonzar a todos
los gobernantes que permiten que en sus naciones la gente tenga que recurrir a
las cosas haram llevadas por la desesperación.
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Libera a la sociedad de la “lucha de clases” como veremos en la conclusión.
Queridos hermanos, vivimos en un mundo en el que la mayoría de la humanidad padece
miseria y es tratada como mano de obra esclava. Si el mundo fuera un pueblo de 6.300
habitantes. 1.300 de ellos vivirían disfrutando del 80% de los recursos mientras que
5.000 malvivirían solamente con el 20%. A lo largo de la historia la humanidad más
concienciada con la situación de los pobres ha buscado erráticamente sistemas políticos
y económicos para gobernarse sin que se haya logrado la paz social aún bajo regímenes
revolucionarios cuya razón de ser estaba en una distribución justa de la riqueza.. El
comunismo privaba a las personas de las libertades fundamentales convirtiéndolas en
una suerte de siervos de la gleba de la revolución. Por su parte el capitalismo tiene
como paradigma el libre flujo de capitales, aunque estos se acumulen en unas pocas
manos. Cómo sabéis se nos dice que estamos en tiempos de crisis. Pero a nuestros
gobiernos no se les ocurre otra cosa que inyectar grandes capitales a los bancos, que son
precisamente los que han provocado la debacle, dejando desamparadas a las familias
endeudadas con ellos. Estamos asistiendo todos los días a la tragedia de familias enteras
que se ven arrojadas a la calle por no poder pagar sus viviendas. Algunas personas han
muerto congeladas en la calle por tener que dormir al raso en este duro invierno.
El Islam, en su infinita sabiduría, no quiere revoluciones sangrientas. No quiere
que un grupo social oprimido pase a ser el opresor para así hacer girar esta rueda
criminal que llamamos historia. Lo que Al-Lah desea es la justicia social. El reparto
equitativo de los bienes, del trabajo. Una persona nace en el Islam en plenitud de sus
derechos. La vida se gana al nacer y es responsabilidad de toda la Umma el protegerla.
De ahí que la felicidad de un musulmán sea incompleta y hasta culpable en tanto que
sus hermanos pasen necesidad. Por eso Al-Lah (SWT) ha instituido el zakat al que todos
nos debemos.
ALHAMDULILAH RABBI AL ALAMIN