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L A INICIACION DEL TRATAMIENTO – 1913 Freud propone señalar algunas reglas para la práctica analítica en la iniciación del tratamiento. Comienza apuntando algo trabajado en los prácticos, al decir de Elida Fernández “forzar los dichos o gestos del paciente a la teórica”, la uniformidad de intervenir con todos los pacientes con los mismos parámetros con el mismo encuadre. Freud dice: “La extraordinaria diversidad de las constelaciones psíquicas dadas, la plasticidad de todos los procesos psíquicos y la riqueza de los factores que hemos de determinar se oponen también a una mecanización de la técnica.” Consigna indicaciones para seleccionar a los enfermos con posibilidad de trabajo analítico, podríamos pensar que se toma su tiempo 8 (algunas semanas) en realizar un diagnostico diferencial. Propone: dejar hablar al paciente. Propone un diagnostico diferencial entre: Neurosis con síntomas histéricos, obsesivos y parafrenia. “Las conferencias prolongadas con el enfermo, la sumisión anterior del paciente a otro método terapéutico y la amistad entre medico y enfermos” o entre las familias, determinan consecuencias desfavorables para el tratamiento. Desconfiar de los pacientes que nos piden plazo antes de comenzar la cura. Debe estar dispuesto a perder la amistad en el caso de tomar en análisis a una paciente en con estas características, debe sacrificarse si no se encuentra un sustituto La confianza o desconfianza del paciente en el análisis no supone nada especial comparada con las resistencias internas que mantienen las neurosis. La confianza sostiene se estrellara con las primeras dificultades del tratamiento. Otorgarle a cada paciente una hora determinada. Concertar al iniciar un análisis las condiciones de tiempo y dinero. “Esta hora le pertenece por completo, es de su exclusiva propiedad responde económicamente de ella, aunque no la utilice”. No hay posibilidad de obrar de otro modo. Describe un trabajo diario con el paciente 6 veces por semana y en los tratamientos avanzados 3 veces por semana. Resulta imposible fijar de antemano la duración del tratamiento. Producto de la ignorancia de la etiología de la neurosis, se piensa que como no se sabe de dónde han venido que un día desaparecerán como vinieron. Sostiene que el psicoanálisis necesita periodos prolongados, más de lo que espera el enfermo. 1 Sostiene que es digno y conveniente hacer saber al paciente de los tiempos de trabajo. Propone rehusarse a comprometer a los pacientes a seguir un tratamiento durante un periodo determinado y les permitimos abandonarlo cuando quieran… El analista puede alcanzar resultados positivos muy importantes, pero lo que no puede es determinar precisamente cuales. Inicia un proceso: la resolución de las represiones existentes, puede vigilarlo, propulsarlo, desembarazar de obstáculos su trayectoria, o perturbarlo. El proceso sigo una vez avanzado su propio camino. Cuestiones que deben resolverse al iniciar el tratamiento es la referente al dinero. Ya que en su valoración participan factores sexuales. Sostiene que el hombre observa en las cuestiones de dinero la misma conducta que en las cuestiones sexuales, procede con el mismo doblez el mismo falso pudor y la misma hipocresía. El analista trata las cuestiones de dinero con la misma sinceridad natural que quiere inculcarle en cuanto a los hechos de la vida sexual. Renunciando al falso pudor, comunicándole en cuanto estima su tiempo y su trabajo. La baratura de un tratamiento no contribuye en modo alguno a hacerlo más estimable a los enfermos. Podrá negarse a todo tratamiento gratuito. La ausencia de la compensación que supone el pago al médico se hace sentir penosamente al enfermo. Lo más costoso en esta vida es la enfermedad y la tontería. Lacan en breve discurso lo retoma. “Hacer echar el paciente al diván” dice Freud.” En tanto que escucho al sujeto me abandono al curso de mis ideas inconscientes no quiero que me gesto procure al paciente materia de interpretaciones o influya sobre sus manifestaciones”. Se mantiene inflexible en proponer el diván, el paciente rechaza esta propuesta, especialmente cuando el instinto visual representa un papel importante en la neurosis. Con esto se propone aislar la trasferencia y hacerla surgir a su tiempo, como resistencia claramente delimitada. Señala como ha de empezar el tratamiento. No importa en general como será la materia el tratamiento. Lo único que debemos hacer es dejar hablar al enfermo sobre sí mismo, sin determinar su elección del punto de partida. Diga todo lo que acude a su pensamiento. 2 No se debe esperar un relato sistemático, ni tampoco hacer nada para conseguirlo, cada detalle será relatado nuevamente y solo en las repeticiones surgirán los elementos que permiten al paciente establecer relaciones importantes, cuya existencia ignora. La comunicación de la regla fundamental es indispensable al inicio del tratamiento. Le aconseja al inicio de la cura, no confiar a nadie la marcha y detalles del tratamiento. Nunca debemos ceder a la demanda de que le marquemos lo que debe hablar, señalemos. Freud sostiene que de lo que se trata es de resistencia, hay que aceptar el desafío y atacarla. Propone afirmar de que al principio de la cura no puede existir falta de ocurrencia, tratándose de resistencia. Todo lo que se enlaza a la situación del tratamiento corresponde a una transferencia sobre la persona del médico, transferencia muy adecuada para constituir una resistencia. Nos compete comenzar a trabajar con el descubrimiento de la transferencia y partiendo de ella encontraremos pronto el camino de acceso al material patógeno del enfermo. No acceder a que el paciente cambie de posición durante el tratamiento. Algunos pacientes después de levantarse del diván, dirigen algunas palabras dividiendo el tratamiento en parte “oficial” y otra “amistosa” en la que aparecen más desenvueltos y comunican cosas que no corresponden al tratamiento. Se pregunta cuando hemos de iniciar nuestras explicaciones al analizante: Nunca antes de haberse establecido la transferencia. Sostiene que el primer fin del tratamiento es siempre ligar al paciente a la cura y a la persona del médico. Para ello hay que dejar transcurrir el tiempo. Si nos mostramos rígidamente moralizantes o aparecemos ante los ojos del paciente como representantes o mandatarios de otras personas de su cónyuge o padres destruimos posibilidad de resultado positivo. Condena todo procedimiento que tienda a comunicar al paciente la traducción de sus síntomas en el acto de conseguir su interpretación o considere un triunfo enfrentarlo con tales soluciones. Estos diagnósticos instantáneos y tratamientos rápidos solo lograran desacreditarse y desacreditar la causa, provocan en los pacientes resistencias intensas independientemente de que sus deducciones sean acertadas o no. Y solo se conseguirá alejar al enfermo de todo tratamiento analítico. 3 En estadios más avanzados del tratamiento hemos de procurar no comunicar al paciente la solución de un síntoma o la traducción de un deseo hasta que este muy próximo a encontrarla por sí mismo. Los enfermos conocen el proceso reprimidos en su pensamiento pero este carece de un enlace con el lugar en el cual se halla contenido de algún modo el recuerdo reprimido. Para que pueda iniciarse alguna modificación es necesario que el proceso mental consciente haya penetrado hasta aquel lugar y haya vencido la resistencia de la represión. La revelación consciente de lo reprimido al enfermo no permanece totalmente sin efecto. En un principio provocara resistencias, pero vencidas estimulara un proceso mental en cuyo curso surgirá por fin la acción esperada sobre el recuerdo inconsciente. El tratamiento analítico procura las magnitudes de energía necesarias para el vencimiento de las resistencias movilizando las energías preparadas para la transferencia informándole le señala los caminos por los que debe dirigir tales energías. Las nuevas fuentes de energía que el analista procura al enfermo nacen de la transferencia y de la instrucción de sus procesos psíquicos. Alienta a “esperar la aparición de la transferencia, esta es la razón por la que debemos retener nuestra primera comunicación hasta establecer una fuerte trasferencia. Debemos esperar hasta remover los trastornos de la transferencia debidos a las sucesivas emergencias de resistencia por transferencia. 4