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www.fbbva.es
NOTA DE PRENSA
DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN
Ante una primavera especialmente agresiva
en pólenes, el “Libro de las enfermedades
alérgicas de la Fundación BBVA” ofrece
respuesta a las dudas de los pacientes

El 90% de los alérgicos está sensibilizados a varios tipos de pólenes y esta
primavera se prevé una concentración en el aire que duplica la de 2012
por efecto de las lluvias y la humedad atmosférica

Los autores del libro insisten en la eficacia de las vacunas antialérgicas y
en la importancia de seguir bien el tratamiento. En España la mitad de
los alérgicos no lo hacen o directamente lo abandonan

Todos los contenidos del Libro de las Enfermedades Alérgicas de la
Fundación BBVA están accesibles en un microsite alojado en la web de
la institución –www.fbbva.es-
Madrid, 8 de marzo de 2013.- La Sociedad Española de Alergología e
Inmunología Clínica (Seaic) ha advertido de que la próxima primavera se
presenta de elevado riesgo para los pacientes alérgicos. La elevada
pluviosidad y humedad atmosférica de los que se ha registrado en los últimos
seis meses hacen prever un total de 5.100 granos/m3 de aire para esta
primavera, el doble que la anterior.
Dado que el 90% de los alérgicos está sensibilizado a varios tipos de pólenes, el
tradicional protagonismo de los meses de mayo y junio se ha visto sustituido por
un patrón mucho más amplio, de manera que para muchos afectados las
molestias pueden empezar en febrero y prolongarse durante todo el periodo
estival.
Se estima que una de cada cuatro personas en España padece algún
trastorno alérgico y la información es clave para un adecuado manejo de la
enfermedad y sus brotes. Dotar al ciudadano del mejor conocimiento
científico en un lenguaje comprensible es el objetivo del ‘Libro de las
enfermedades alérgicas de la Fundación BBVA’, en el que 64 alergólogos de
toda España han recogido, en 52 capítulos, lo esencial del conocimiento
científico más actual sobre estas patologías. La obra ha contado con la
colaboración de la Fundación de la Seaic.
“El acceso a la información médica redunda positivamente en la calidad de
vida del paciente alérgico y reduce el impacto que provoca la enfermedad.
Nuestro objetivo con esta obra es dar a conocer a la población el origen de
las enfermedades alérgicas, sus manifestaciones, los métodos actuales de
diagnóstico, la prevención y el tratamiento, para mejorar la calidad de vida
de los pacientes alérgicos”, explica José Manuel Zubeldia, uno de los
coordinadores del trabajo y jefe del Servicio de Alergología del Hospital
Gregorio Marañón, de Madrid.
Los autores señalan que el incremento de contaminantes como el ozono,
partículas diésel y humo de tabaco hace más virulenta la alergia. La
contaminación de las ciudades, por ejemplo, fragmenta los pólenes en
partículas aún más pequeñas, lo que posibilita que invadan más
profundamente el sistema respiratorio, agravando así la reacción inmunitaria
descontrolada que caracteriza a este trastorno. Por otra parte, los avances en
biología molecular han permitido identificar no ya sustancias, sino proteínas
específicas desencadenantes y a veces ubicuas, lo que explica síndromes
como el polen-frutas: alergia a frutas, frutos secos y otros vegetales asociada a
polinosis por abedul, malezas compuestas u otros pólenes.
Vacunas, tratamiento sintomático y prevención
Una de las consecuencias de la desinformación suele ser el abandono
terapéutico y Zubeldia pone un ejemplo: “A pesar de la eficacia demostrada
de la inmunoterapia (vacunas antialérgicas), en España, la mitad de los
alérgicos no siguen el tratamiento correctamente o lo abandona
prematuramente”.
En contra de la impresión de que las alergias no tienen cura, en alergia
respiratoria a pólenes, ácaros, hongos y epitelios, las vacunas han demostrado
que pueden modificar el curso natural de la enfermedad, pudiendo en
muchos casos llegar a la curación. “Las vacunas pueden combatir ciertas
enfermedades alérgicas: mejoran los síntomas, detienen la progresión y
previenen el desarrollo de nuevas sensibilizaciones”, señala Zubeldia.
El cumplimiento terapéutico y la implicación en el manejo correcto de la
enfermedad son claves: “Hay estudios que demuestran que los pacientes que
reciben la adecuada información mejoran su calidad de vida, disminuyen sus
visitas imprevistas a Urgencias y reducen sus ingresos hospitalarios”.
Los pólenes que provocan las alergias más frecuentes proceden de las
gramíneas, las malezas (por ejemplo artemisia, ambrosía, parietaria) y algunos
árboles (abedul, plátano de sombra, ciprés u olivo).
Entre las manifestaciones típicas de esta época figura la rinitis alérgica. Los
síntomas nasales -se explica en el ‘Libro de las enfermedades alérgicas de la
Fundación BBVA’- son el motivo de consulta del 57,4% de los pacientes
atendidos en los servicios de Alergología; se ha detectado un 22% de
prevalencia en nuestro país.
Esta patología afecta a la calidad de vida y al rendimiento laboral y escolar,
pues los pacientes pueden manifestar un grado importante de fatiga y
cambios de humor, cierto deterioro de la función cognitiva, depresión y
ansiedad, que en ocasiones se combinan con la pérdida o alteración del
sueño a causa de síntomas mal controlados de la rinitis.
El tratamiento debe ser siempre indicado por un médico según las condiciones
concretas de cada paciente. Los antihistamínicos de segunda generación que hoy constituyen la primera línea de tratamiento- reducen notablemente la
somnolencia, el efecto secundario más gravoso que tradicionalmente
acarreaban estos fármacos.
Los descongestionantes nasales -advierten los autores- sólo deben usarse por
breves períodos de tiempo (3-5 días máximo), ya que su uso continuado puede
provocar un efecto de rebote inducido por la disminución de la eficacia tras el
uso prolongado. Mantener el tratamiento por más tiempo puede acabar
provocando una rinitis medicamentosa.
Durante el embarazo, la rinitis empeora a veces, principalmente la obstrucción
nasal. Los antihistamínicos llegan al feto, por lo que en las embarazadas
deberían ser administrados exclusivamente en caso de máxima necesidad;
loratadina y cetirizina están considerados de bajo riesgo. Además, estos
antihistamínicos son excretados por la leche materna en un porcentaje muy
bajo, por lo que es segura su administración durante la lactancia.
La administración de corticoides tópicos no se ha relacionado con
malformaciones fetales, por lo que su uso en dosis habituales no estaría
contraindicado en el embarazo. Con respecto a la administración de vacunas
alergénicas, no existe contraindicación para continuar su uso durante el
embarazo, pero se debe evitar el inicio durante ese período.
Los autores recomiendan una serie de medidas higiénicas que evitan y
reducen los síntomas de la polinosis:
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No abrir las ventanas del domicilio a primera hora de la mañana ni
cuando cae el sol, ya que es en estas horas cuando los niveles de
pólenes están más elevados.
Ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa. Procurar no tender la
ropa en el exterior, sobre todo los días de recuentos de polen altos, ya
que los granos de polen pueden quedarse atrapados en las prendas.
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Cuando se salga a la calle, llevar gafas de sol, gafas antipolen y
mascarilla, para que el polen no pueda entrar en contacto con los ojos
y la mucosa nasal.
Poner filtros antipolen en los aparatos de aire acondicionado, tanto en
el domicilio como en el coche (no hay que olvidar cambiarlos con
frecuencia).
Cuando se viaje en coche, hacerlo con las ventanillas cerradas.
Evitar actividades que puedan remover partículas de polen, tales como
cortar el césped, barrer la terraza, etc. En caso de alergia al polen de
gramíneas, no es recomendable tumbarse sobre el césped.
Disminuir las actividades al aire libre entre las 5-10 de la mañana
(emisión de pólenes) y las 7-10 de la tarde (período de descenso del
polen desde lo alto de la atmósfera, al enfriarse el aire).
Permanecer el mayor tiempo posible dentro de casa durante los días de
mayores concentraciones de pólenes, sobre todos los días de viento.
No dormir cerca de fuentes de pólenes alergénicos (árboles o plantas).
Si se tiene jardín, evitar tener plantas que polinicen por el aire.
Paciente informado, paciente implicado
El objetivo del ‘Libro de las enfermedades alérgicas de la Fundación BBVA’ es
precisamente ofrecer una información científicamente rigurosa, accesible y
comprensible. Los contenidos se formulan con preguntas/respuestas que los
autores han seleccionado basándose, según su experiencia clínica, en las
dudas de pacientes y familiares. Además se han reflejado las últimas
novedades en cuanto a investigación y tratamientos.
La obra se estructura en diez apartados:
Aspectos generales
¿Cómo se producen las enfermedades alérgicas?
Los responsables de la rinoconjuntivitis y el asma alérgicas
Alergia respiratoria
Alergia cutánea
Alergia a los alimentos
Alergia a los medicamentos
Otras enfermedades alérgicas
¿Cómo se estudian las enfermedades alérgicas?
El tratamiento de las enfermedades alérgicas
El volumen forma parte de una serie que comenzó con ‘El libro de la salud’, en
colaboración con el Hospital Clinic de Barcelona y se completa con el ‘Libro
de la salud cardiovascular’, desarrollado con el Hospital Clínico San Carlos, de
Madrid.
Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de
Comunicación de la Fundación BBVA (91 374 52 10 y 91 537 37 69 o
[email protected]) o consultar en la web www.fbbva.es