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IP/02/985
Bruselas, 2 de julio de 2002
La responsabilidad social de las empresas: nueva
estrategia de la Comisión para promover la
contribución empresarial a un desarrollo sostenible
La Comisión Europea ha adoptado hoy una nueva estrategia sobre la
responsabilidad social de las empresas (RSE) que pretende potenciar la
contribución del entorno empresarial al desarrollo sostenible. Este
documento político insta a las empresas a desempeñar un nuevo papel
social y medioambiental en una economía global, y establece un Foro
multilateral europeo en el que las partes interesadas —interlocutores
sociales, redes de empresas, sociedad civil, consumidores e inversores—
podrán intercambiar prácticas correctas, establecer principios para códigos
de conducta y perseguir el consenso sobre la objetividad de métodos de
evaluación y herramientas de validación, como las «etiquetas sociales». La
estrategia pretende complementar las iniciativas existentes de las propias
empresas y de organizaciones como la OCDE y las Naciones Unidas. La
responsabilidad social de las empresas se define como un conjunto de
prácticas voluntarias de índole social y medioambiental, vinculadas a las
actividades principales de las empresas y que rebasan sus meras
obligaciones legales. La estrategia se propone apoyar también la RSE en las
pequeñas y medianas empresas (PYME), en particular, definiendo los
argumentos comerciales y sensibilizando a estas empresas. La Comisión
tiene un importante papel en el ámbito de la RSE, uniendo a empresas de
todas partes de Europa a fin de compartir prácticas correctas y establecer
principios comunes para la evaluación. Por último, procurará que se integren
principios de RSE en todas las demás políticas comunitarias, por ejemplo,
promoviendo una mejor percepción de la RSE en los países en vías de
desarrollo. La Comisión publicará en 2004 un informe sobre el trabajo del
Foro multilateral europeo.
Anna Diamantopoulou, Comisaria de Empleo y Asuntos Sociales, ha declarado que
«la responsabilidad social de las empresas puede desempeñar un importante papel
para hacer avanzar el desarrollo sostenible. Muchas empresas ya han reconocido
que la RSE puede ser rentable, y los regímenes de responsabilidad social de las
empresas han proliferado. Sin embargo, la UE puede aportar un valor añadido en al
menos dos vertientes: ayudando a los interlocutores a hacer la RSE más
transparente y creíble y mostrando que no se trata sólo de algo que deban tener en
cuenta las multinacionales, pues puede beneficiar también a empresas más
pequeñas. La responsabilidad social de las empresas y la gobernanza empresarial
son dos caras de la misma moneda: «pintar de verde» los resultados sociales y
medioambientales de una empresa es tan malo como «blanquear» sus beneficios.
La RSE ya no es solamente un asunto de los departamentos de mercadotecnia.»
Erkki Liikanen, Comisario de Empresa y Sociedad de la Información, señaló que «la
responsabilidad social de las empresas tiene una valiosa tradición en Europa.
Empresas de todos los tamaños logran hoy día compatibilizar los intereses
económicos con las expectativas sociales y las exigencias medioambientales. Si se
gestiona debidamente, la RSE puede apoyar la competitividad a largo plazo de las
empresas, mejorar el clima empresarial en la sociedad y acercarnos al objetivo
estratégico que se ha fijado la Unión para 2010. La estrategia de la Comisión en
favor de la responsabilidad social de las empresas se basa en el carácter voluntario
de esta actuación. El Foro ayudará a aumentar el consenso entre las empresas y las
demás partes interesadas, lo que contribuirá a que las empresas cosechen
plenamente los frutos de sus esfuerzos.»
Estrategia de la Comisión
La nueva estrategia de la Comisión en favor de la RSE tiene la finalidad de:
- poner de relieve los argumentos comerciales de la RSE para hacerla más
atractiva a un número cada vez mayor de empresas y, en particular, de PYME;
- promover la evaluación comparativa externa de la actuación de las empresas
en los ámbitos social y medioambiental, para que la responsabilidad social sea
más creíble;
- gestionar un Foro multilateral europeo que concentre los debates en torno a la
RSE;
- garantizar que las políticas comunitarias sean compatibles con la RSE.
La estrategia de la Comisión añadirá valor a lo que empresas, autoridades públicas
y agencias ya están aportando a la responsabilidad social de las empresas. Cada
vez son más las empresas que adoptan códigos de conducta y publican informes
ambientales, contratan a directivos específicamente destinados a ese capítulo y se
integran en redes empresariales para el intercambio de prácticas correctas en
materia de RSE. Los inversores muestran un interés cada vez mayor por la RSE,
como puede observarse por la proliferación de fondos éticos, índices sociales y la
selección y calificación de las empresas según criterios sociales que realizan
agencias especializadas. En varios Estados miembros de la UE, los fondos de
pensiones están comenzando a revelar sus políticas éticas y medioambientales.
Ante la creciente sensibilidad y presión de los consumidores, se multiplican las
etiquetas sociales que declaran los resultados sociales o medioambientales de
determinada empresa. La estrategia de la Comisión pretende ordenar y concentrar
los debates en torno a la RSE para aumentar la transparencia de los instrumentos
con los que se manifiesta (códigos de conducta, etiquetas sociales, etc.) y darle más
credibilidad ante las partes interesadas, como los consumidores e inversores.
Foro multilateral europeo sobre la RSE
Como medida práctica, la Comisión propone que se establezca un Foro multilateral
europeo sobre la RSE que reúna a las principales organizaciones europeas
representativas de los empresarios, los trabajadores, los consumidores y la
sociedad civil, así como a las redes de empresas, con el objetivo de promover la
transparencia y la convergencia de las prácticas y los instrumentos de RSE a través
del intercambio de experiencia y prácticas correctas y de poner en común un
enfoque y unos principios directores en toda la Unión Europea. Antes del verano de
2004, el Foro debe presentar un informe a la Comisión sobre su trabajo, y ésta
evaluará sus resultados, decidirá sobre su futuro y estudiará la pertinencia de otras
iniciativas, que cuenten en particular con la participación de empresas y otros
interesados, para seguir apoyando la RSE.
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Informes sobre RSE
La nueva estrategia de la Comisión ofrecerá un marco estable a la responsabilidad
social de las empresas. Es particularmente difícil realizar evaluaciones comparativas
de la actuación de las empresas, debido a la falta de referencias consensuadas para
medir la RSE. También es necesario simplificar y racionalizar los instrumentos, lo
que redundará en beneficio de las empresas y de los demás interesados. En este
contexto, hay que estudiar cuidadosamente cuáles son los mejores medios para
promover la difusión y la transparencia de los informes sociales a escala europea.
La definición de una referencia global para los informes sociales y
medioambientales por la Global Reporting Initiative (GRI) es la medida más
avanzada en este ámbito, y ha sido bien acogida por numerosos actores
interesados en sus respuestas al Libro Verde (incluido el Parlamento Europeo). El
Foro multilateral europeo hará intercambios de prácticas correctas y producirá un
consenso en torno a los principios directores de instrumentos de RSE específicos,
entre los que se incluyen los relacionados con la elaboración de informes.
Argumentos comerciales en favor de una buena RSE
La estrategia de la Comisión ayudará a investigar y poner de relieve los argumentos
comerciales de la responsabilidad social de las empresas. Muchos aspectos de
estos argumentos comerciales son intuitivos, y se asocian con un aumento de la
permanencia y motivación de los trabajadores o mejores relaciones con las
comunidades locales y los principales actores, como clientes, socios comerciales y
consumidores. Un modelo de empresa que incorpore la RSE puede también hacer
aflorar la innovación a través de la calidad, nuevas oportunidades comerciales,
ventajas en la competitividad y una mejor imagen de marca. Pero uno de los
argumentos más importantes en favor de la RSE es la gestión y prevención del
riesgo. Aspectos que los inversores y directivos consideraban «fáciles» (como
derechos humanos, relaciones comunitarias, medio ambiente o higiene y seguridad)
son ahora «difíciles». Difíciles de gestionar, difíciles de soslayar y muy difíciles si se
tratan de manera equivocada. Y pueden costar muy caro, no sólo en términos
financieros, sino también porque pueden influir en la autorización de las empresas
para operar y su aceptación por la sociedad en general. La Comisión contribuirá a
reforzar los argumentos comerciales en favor de la RSE y se asegurará de que las
PYME se mantienen informadas.
Las PYME
La Comisión orientará su aportación en materia de RSE especialmente hacia las
pequeñas y medianas empresas (PYME). Estas representan a una amplia mayoría
de las empresas europeas, y emplean al 53 % de la mano de obra. Constituyen una
importante fuerza motriz del crecimiento y la prosperidad de Europa y son, a escala
local, uno de los principales actores económicos y sociales. Un número significativo
de PYME reconoce las ventajas comerciales de la RSE, como la mejora de las
relaciones con los clientes y con la comunidad local. De hecho, muchas PYME ya
tratan aspectos de responsabilidad social de las empresas sin estar familiarizadas
con el propio concepto, como ha puesto de manifiesto una reciente encuesta
realizada por la Comisión (véase IP/02/778).
Las PYME tienen necesidades diferentes de las de las grandes empresas, y por eso
el marco comunitario de la RSE debe ser flexible y adaptado a su situación
específica. Dado que las PYME no rentabilizan su compromiso del mismo modo que
las grandes empresas, es importante ayudarlas adoptando un enfoque más
estratégico.
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La falta de sensibilización parece ser el mayor obstáculo para el compromiso social
de las PYME, seguida de la limitación de sus recursos. Para mejorar la percepción y
aumentar la participación de las PYME es fundamental ofrecerles orientación y
formación, desarrollar las herramientas adecuadas y reunir pruebas en apoyo de los
argumentos comerciales para distintos tipos de PYME.
La Comisión se propone fomentar el intercambio y la difusión de prácticas correctas
(por ejemplo, mediante publicaciones o bancos de datos en línea), facilitar la
creación y el uso de instrumentos asequibles y adaptados a las necesidades
particulares (como material informativo o herramientas de autoevaluación), apoyar
las asociaciones y redes de PYME en sus esfuerzos por mejorar la sensibilidad y
orientación de estas empresas y, por último, facilitar la cooperación entre grandes y
pequeñas empresas (por ejemplo, a través de sistemas de tutoría), ya que es
probable que el impulso más significativo para que las PYME adopten prácticas de
RSE proceda de sus grandes empresas clientes.
Libro Verde sobre la responsabilidad social de las empresas
En julio de 2001, la Comisión adoptó un Libro Verde sobre la responsabilidad social
de las empresas. Más de 250 respuestas han sido recibidas y se presentan en la
página web del servidor Europa:
http://europa.eu.int/comm/employment_social/soc-dial/csr/csr_index.htm .
Las respuestas muestran que existe consenso general sobre los siguientes puntos:
- la RSE está vinculada al concepto de desarrollo sostenible;
- la RSE significa reconocer que las empresas deben tener en cuenta el impacto
social, económico y medioambiental de sus operaciones (el «triple balance»);
- la RSE incluye actividades integradas en estrategias empresariales globales
(no es un mero «accesorio» de las actividades principales de las empresas);
- la RSE no es una manera de desviar responsabilidades públicas al sector
privado;
- la RSE complementa a la legislación y al diálogo social, no los sustituye;
- la RSE es un aspecto global, y su dimensión exterior (fuera de la UE) es la más
complicada;
- la RSE exige un diálogo entre las empresas y los demás protagonistas;
- la educación y formación en materia de RSE de directivos, trabajadores y otros
actores es vital;
- la RSE requiere imperativamente transparencia e instrumentos de validación
creíbles.
Las empresas tienden a expresar que:
- la RSE tiene importancia estratégica para la sostenibilidad a largo plazo de las
empresas, pero la rentabilidad es una condición previa;
- no hay soluciones únicas, en particular para las PYME: una armonización
impuesta sería contraproducente;
- la RSE debe ser regirse por las leyes del mercado.
En las respuestas de sindicatos y ONG se tiende a decir que:
- para ser creíbles, las prácticas de RSE no pueden ser establecidas, aplicadas y
evaluadas unilateralmente por las empresas: los demás protagonistas tienen
que participar;
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- los informes sobre resultados sociales y medioambientales deberían ser
obligatorios y comprobables;
- la RSE está relacionada con la gobernanza empresarial, ya que las empresas
deben rendir cuentas de sus operaciones.
Se registra un consenso general en torno a la opinión de que la UE puede aportar
valor añadido y debería:
- desarrollar un enfoque coherente, equilibrado y flexible de la RSE que integre
todos los aspectos pertinentes;
- apoyarse en las iniciativas existentes;
- actuar como catalizador de información (sensibilización, intercambio de
prácticas correctas, investigación, etc.);
- promover la transparencia (a través de políticas de apertura) y la credibilidad de
las prácticas en materia de RSE;
- estimular el diálogo entre empresas y otros protagonistas;
- incorporar la RSE a todas las políticas de la UE y utilizar éstas para fomentar la
responsabilidad social de las empresas;
- promover los derechos humanos y sociales fundamentales en los terceros
países, principalmente a través de organizaciones internacionales (OIT, OCDE
y OMC).
Antecedentes
En la Unión Europea, el debate sobre la responsabilidad social de las empresas se
remonta a 1995, cuando un grupo de empresas europeas y Jacques Delors,
entonces Presidente de la Comisión Europea, publicaron un manifiesto de las
empresas contra la exclusión social, que condujo a la creación de una red europea
para promover el diálogo entre empresas y el intercambio de prácticas correctas
sobre aspectos relacionados con la RSE (CSR Europe).
Sin embargo, fue en el Consejo Europeo de Lisboa de marzo de 2000 cuando la
RSE pasó a ocupar un lugar prioritario en la agenda política de la UE. Por primera
vez, los Jefes de Estado y de Gobierno lanzaron un llamamiento al sentido de la
responsabilidad de las empresas para ayudar a cumplir el nuevo objetivo estratégico
de la UE de convertirse, para 2010, en la economía más competitiva e integradora
del mundo.
La Comunicación de la Comisión que presenta su nueva estrategia sobre la RSE
puede consultarse en el portal web sobre la responsabilidad social de las empresas:
http://europa.eu.int/comm/employment_social/soc-dial/csr/csr_index.htm .
Véase también MEMO/02/153 .
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