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A) FUEGO
Historia de la luz y la tiniebla.
He aquí la historia de un largo combate entre la luz y las tinieblas
Tiniebla: Yo soy la sombra
Luz: Yo soy la luz
Tiniebla: De la noche nací y en ella vivo. Me alimento de dobles intenciones y camino solapadamente
para hacer mis conquistas.
Luz: Soy clara como el sol y transparente como el agua limpia. Desconozco las miradas turbias y creo en
la sabiduría de la inocencia.
Tiniebla: Por eso eres digna de compasión y hasta de burla .Yo sé dotar el corazón humano de fuerza
para combatir y habilidad política para trepar en la escala social.
Luz: Yo no quiero más armas que la paz, ni más conquista que la de la mansedumbre. Mi fuerza es la
verdad y mi política el servicio.
Tiniebla: Presumes de claridad pero en el fondo eres triste, Luz, porque sacrificas tu energía para
iluminar caminos eternos.
Luz : No existe mayor gozo que el de la entrega a los demás.
Tiniebla: Desengáñate. Conozco el corazón humano y el lugar que ocupo dentro de él. Desde su origen el
mundo ha sido mío, y gano terreno cada día .
Luz: Un ciego no puede guiar a otro ciego. Si los hombres hubieran preferido caminar entre sombras,
hace tiempo que hubieran destruido su raza.
Tiniebla: Todo llegará, ignorante Luz. A poco que los hombres cierren los ojos y miren hacia dentro
advertirán que viven entre caos, incertidumbre y sombra. Es inútil que busquen amor ni solidaridad. Todo
será aniquilado.
Luz: Al contrario, ellos son la luz del mundo. Yo puedo brotarles en cualquier instante desde dentro, para
que vean sus buenas obras y den gracias al Padre (Mt.5,16).
Tiniebla: Eres desmemoriada. ¿Es que ya te olvidas de que una vez viniste al mundo y los hombres me
prefrieron a mí? (Jn. 3,10)
Luz: Reconozco que una vez vine a mi casa y hubo muchos que me rechazaron. Sin embargo, otros me
recibieron, y creyeron en mí ( Jn 1 ,11-12). Desde entonces me instalé preferentemente en el alma de los
sencillos que me abrieron sus puertas.
Tiniebla: (En tono burlón) ¿Tiene vuestro salvador algún remedio para este mundo de desigualdades
sociales, abocado a la superpoblación, a la degradación del me-dio ambiente, al terrorismo internacional y
a las guerras por intereses comerciales? ¿Es que no estamos ya condenados?
Luz: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará hacia la muerte, sino que tendrá la luz que
es vida” (Jn .8, 12). “Al que escucha mi palabra, pero no la obedece, no seré yo quién le condene, porque
yo no he venido a condenar al mundo, sino a salvarlo”(Jn.12, 46).
Tiniebla: Un defensor del amor que acabó ajusticiado debería ser suficiente motivo como para renunciar
a todo intento de iluminar caminos de justicia. ¿Alguien que se titula Luz del mundo pude acabar en las
tinieblas de una tumba? ¡Lo siento! Es demasiada paradoja para mi nublada mente. ¡Adiós, Luz! ¡Hasta
nunca!
Luz: ¡Hasta pronto, Tiniebla! Recuerda que nuestras despedidas no son definitivas. Las dos convivimos
en el corazón de cada ser humano, y estamos destinadas a entendernos.
B) AGUA
“Al vencedor, le daré de comer el maná escondido, y también le daré
una piedra blanca, en la que está escrito un nombre nuevo que nadie
conoce fuera de aquel que lo recibe”.
(Ap 2, 17)
1. Es posible que esta piedrecita blanca pueda representar una piedra blanca
que usaban en el sistema de juicio para declarar a alguien como inocente (la
piedra negra era para el culpable). Era señal de una absolución, pero también
de la liberación de un esclavo.
2. La otra posibilidad es que la piedrecita blanca representa una invitación. En
esos tiempos era común dar una piedra con una inscripción invitando a alguien
a un banquete. El que poseía esa piedra tenía el privilegio de entrar a ese
banquete y gozar de la amistad de la persona quien lo invitó.
C) PALABRA
 Primera lectura: Génesis 1,1-2,2
Creación
Vio entonces Dios todo lo que había hecho,
y todo era muy bueno.
 Segunda lectura: Génesis 22, 1-2. 9a. 10-13. 15-18
I Sacrificio Isaac O
 Tercera lectura: Éxodo 14, 15-15, 1
I
Paso del Mar Rojo
O
 Cuarta lectura: Isaías 54, 5-14
Aunque los montes cambien de lugar,
y se desmoronen las colinas,
no cambiará mi amor por ti,
ni se desmoronará mi alianza de paz,
dice el Señor, que está enamorado de ti.
 Quinta lectura: Isaías 55, 1-11
Venid por agua todos los sedientos;
venid aunque no tengáis dinero;
comprad trigo y comed de balde,
vino y leche sin tener que pagar.
¿Porqué gastáis el dinero en lo que no sacia,
el salario en lo que no quita el hambre?.
Escuchadme atentamente y comeréis bien,
os deleitaré con manjares.
Prestad atención, venid a mí;
escuchadme y viviréis.
Infidelidad
del pueblo
 Séptima lectura: Ezequiel 36, 16-28
Os tomaré de entre las naciones donde estáis;
os recogeré de todos los países
y os llevaré a vuestra tierra.
Os rociaré con agua pura y os purificaré
de todas vuestras impurezas e idolatrías.
Os daré un corazón nuevo
y os infundiré un espíritu nuevo.
Os arrancaré el corazón de piedra
y os daré un corazón de carne”
ALIANZA:
Corazón de carne
Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el
bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de
entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.
Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en
una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida
nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que
muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos
que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene
dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir
es un vivir para Dios.
Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.
Romanos 6, 3-11
Dayenú
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Si nos hubiera sacado de Egipto, sin juzgar a sus habitantes, nos habría bastado.
Si los hubiera juzgado sin vengarse de sus dioses, nos habría bastado.
Si hubiera juzgado a sus dioses sin matar a sus primogénitos, nos habría bastado.
Si hubiese matado a sus primogénitos sin darnos sus bienes, eso nos habría bastado.
Si nos hubiera dado sus bienes sin partir el mar para nosotros, eso nos habría
bastado.
Si hubiese partido el mar para nosotros sin hacernos pasar a pie seco por él, eso nos
habría bastado.
Si nos hubiese hecho pasar a pie seco por él sin ahogar en él a nuestros enemigos,
eso nos habría bastado.
Si hubiese ahogado a nuestros enemigos sin proveernos en el desierto durante 40
años, eso nos habría bastado.
Si nos hubiese abastecido durante 40 años sin darnos el maná, eso nos habría
bastado.
Si nos hubiera alimentado con el maná sin darnos el sábado, eso nos habría bastado.
Si nos hubiese dado el sábado sin llevarnos al Monte Sinaí, eso nos habría bastado.
Si nos hubiese llevado al Monte Sinaí sin darnos la Torá, eso nos habría bastado.
Si nos hubiese dado la Torá sin conducirnos a la tierra de Israel, eso nos habría
bastado.
Si nos hubiese conducido a la tierra de Israel sin edificar el Templo para nosotros,
eso nos habría bastado.
No es, pues, un favor lo que debemos a Dios, sino muchos, muchísimos: nos sacó de Egipto, juzgó a sus
habitantes, enjuició a sus dioses, hizo morir a sus primogénitos, nos dio sus bienes, partió el mar para
nosotros, nos hizo pasar a pie seco por él, ahogó a nuestros enemigos, nos abasteció en el desierto durante
40 años, nos alimentó con el maná, nos dio el sábado, nos llevó al Monte Sinaí, nos dio la Torá, nos
condujo a tierra de Israel y edificó el Templo para absolvernos de todos nuestros pecados.