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Un estudio de la Universidad de Navarra relaciona los daños neuronales que
provoca el éxtasis con la temperatura ambiente a la que se consume
- La investigación, realizada por la pamplonesa Beatriz Goñi, asocia por
primera vez el calor corporal con un mayor metabolismo de esta droga
Beatriz Goñi. Foto: M. Castells
Existe una relación directa entre el consumo de MDMA, o éxtasis, a alta
temperatura ambiente y el incremento de los daños neuronales que provoca
esta droga. Así se desprende de la investigación que ha llevado a cabo Beatriz
Goñi en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra.
Estos resultados forman parte de su tesis doctoral, titulada “Estudio de los
mecanismo de neurotoxicidad de la 3,4-metilendioximetanfetamina (MDMA
“Éxtasis”) tras su administración en rata: nuevas respuestas a antiguos
interrogantes”. A través de este trabajo, la especialista ha relacionado por
primera vez el calor corporal con un mayor metabolismo de esta sustancia.
“Dos factores que cuando se dan unidos -destaca la doctora- pueden
desencadenar un cuadro de hipertermia maligna, alteración que en ocasiones
es mortal”.
Para llegar a esta conclusión, la farmacéutica pamplonesa administró la droga
a 15, 21 y 30 grados centígrados de temperatura ambiente. Tras los análisis
pertinentes, comprobó que el metabolismo del éxtasis se acelera cuanto más
calor hace en el momento de administrarse. Además, en esa misma proporción
aumenta el déficit neuroquímico que afecta al cerebro de los consumidores.
Más riesgo en establecimientos cerrados
Según Beatriz Goñi, autora del estudio desarrollado en la Universidad de
Navarra, los hallazgos de esta investigación “adquieren más relevancia
precisamente porque el éxtasis se toma de forma habitual en locales cerrados,
con mucha gente y mala ventilación, por lo que la temperatura allí suele ser
bastante alta”.
En este sentido, advierte de que los daños neuronales que provoca esta
sustancia, y que al principio sólo se observaron en ratas, “ya se han
comprobado en personas, a quienes parece causar graves lesiones en las
neuronas serotoninérgicas, implicadas en la regulación de procesos tan
básicos como el sueño, el apetito o los estados de ánimo”.
Por último, la farmacéutica recordó que en la aparición de lesiones por
consumo de MDMA también interviene el hecho de que la droga se metabolice
antes de su ingestión, “ya que si se administrara directamente al cerebro, no se
produciría daño neuronal”.
Facultad de Farmacia