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Transcript
Diversificación agroalimentaria en territorios pampeanos
Silvia Gorenstein, Ricardo Gutiérrez y Andrea Barbero1
Universidad Nacional del Sur
Argentina
1. Introducción
Durante los últimos años, en el campo de la Economía Agroalimentaria se ha
desarrollado un creciente interés analítico por la funcionalidad territorial del sector
agrario. Como se puede apreciar en la literatura internacional, esta perspectiva teórica ha
sido acompañada por una apreciable apertura disciplinaria que rescata instrumentos de
análisis propios de la economía industrial, la economía regional y la geografía
económica, para identificar los procesos de reestructuración que se producen en los
sistemas productivos locales y, entre otros aspectos, como forma de elaborar nuevos
tipos de propuestas para el desarrollo de las economías locales de base rural. ( Fanfani e
Montresor, 1991; Sanz Cañada, 1993; Caldentey Albert, 1998; De Bendictis, 1993,
entre otros).
Numerosos estudios empíricos, implementando las nociones de distrito
agroindustrial, distritos agrario o distritos agro-comerciales, hacen hincapié en la
relación producto agrario-territorio para explicar los procesos vinculados a la
industrialización del medio rural europeo durante las dos últimas décadas. Bajo la
influencia de los casos italianos más famosos, se describen una serie de fenómenos
interrelacionados que funcionan como elementos dinamizadores de estas áreas y que
sustentarían el desarrollo endógeno local y regional. (Fanfani y Montresor, op.cit; 1992;
Brigo y Gatti, 1993 )
1
Ricardo Gutiérrez es Profesor Titular de Política Económica del Departamento de Economía de la
Universidad Nacional del Sur. Silvia Gorenstein es Profesora Asociada de Economía Regional del
Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur e Investigadora del Conicet. Andrea
Barbero es Profesora Adjunta de Introducción a la Economía del Departamento de Economía de la
Universidad Nacional del Sur. 12 de octubre y San Juan, 7mo. Piso, (8000). Bahía Blanca, Pcia. De
Buenos Aires. Argentina. E-mail: [email protected], [email protected], [email protected] .
1
Por su parte, los nuevos lineamientos de la política agraria en la Unión Europea
incorporan los enfoques basados en la calidad y el territorio para hacer frente a las
condiciones de competitividad que imperan en los mercados agroalimentarios. Esta
aliación conceptual, cada vez más presente en los estudios sobre las cadenas
agroalimentarias ( Wilkinson, 1998)
refuerza la idea de que economía y las
instituciones locales/regionales juegan un rol importante en el proceso de inducción de
las nuevas estrategias de calidad y diferenciación.
Desde la óptica de los países en desarrollo, las recientes referencias de Hilhorst
(1997) sobre la importancia del sector agrario para el desarrollo industrial local y
regional resultan elocuentes. En sus argumentos retoma la idea de la Industrialización
Liderada por el Desarrollo Agrícola, propuesta por Adelman y Vogel (1994), propuesta
que se basa en el incremento de la productividad agrícola como mecanismo inductor de
distintos eslabonamientos (hacia adelante y hacia atrás) y de una serie de efectos
interrelacionandos (empleo, ingreso, etc) que impactan a escala regional.
Sin embargo, en el caso concreto del ámbito pampeano difícilmente sean
aplicables los elementos y conceptos analíticos desarrollados en la literatura
mencionada. Como señalan Nogar y Posadas : “ Ni uno ni otros son extrapolables para
la elaboración de estudios o propuestas aplicables a la realidad social y económica del
medio agrario pampeano” ( Nogar y Posadas, 1996; 28). En el primer caso, los estudios
se basan en espacios económicos (los distritos) caracterizados por una alta densidad del
entramado productivo agroindustrial. En el segundo caso, se trata de propuestas de
desarrollo rural para ámbitos periféricos con bajos niveles de desarrollo de la agricultura
y un contexto social donde predominan el campesinado y los pequeños agricultores.
Pero la cuestión también puede plantearse en otros términos. Si se considera que
la existencia de una incipiente diferenciación de la base agrícola pampeana es, en buena
medida, un reflejo de la naturaleza del proceso que le dio origen, el estudio de los
sistemas productivos locales/regionales en tanto ámbitos de incubación y como espacios
a través del cual actúan estas transformaciones, es un paso importante para evaluar la
calidad de las nuevas producciones primarias que se están generando. En este sentido,
algunas de las herramientas de análisis implementadas por estas nuevas corrientes
2
permiten un mejor encuadre de los fenómenos que potencian o inhiben el desarrollo de
ciertas actividades no tradicionales en el medio rural pampeano.
En este trabajo se presenta una visión sintética y de conjunto de los resultados
alcanzados en la actividad apícola y la horticultura bajo cubierta en el ámbito
bonaerense. El campo de observación comprende a un grupo importante de municipios,
agrupados institucionalmente en el Consorcio/ Corredor Productivo del Sudoeste
Bonaerense (CPSB ).
El estudio contempla tres temas principales. En la primera sección se presentan
los factores de carácter local/regional que explicarían, al menos en parte, el nivel de
desenvolvimiento que han alcanzado estas nuevas producciones agrarias. En la segunda,
se considera el rol de los impulsos públicos locales/regionales en la génesis de estos
desarrollos productivos. En la tercera sección, se identifican y analizan los principales
rasgos productivos y organizacionales de los nuevos emprendimientos. Se concluye
rescatando algunos elementos con potencial dinamizador que surgirían, especialmente
de la apicultura, para el desarrollo de las áreas rural-urbanas que conforman este
espacio productivo de la Pcia. de Buenos Aires.
2.- Rasgos de cambio en los sistemas productivos locales del sudoeste
bonaerense.
Una de las características comunes de la gran mayoría de los distritos del
sudoeste bonaerense, derivadas del escenario más amplio de las transformaciones
experimentadas por estos espacios económicos desde mediados de los’70, es la
presencia de estructuras urbano-laborales fuertemente impactadas por la desocupación y
el fenómeno de las actividades “refugio”. Obviamente, existe heterogeneidad de
situaciones y la intensidad de los impactos debe relacionarse, además, con el tamaño
poblacional y el grado de diversificación que poseen las bases económicas de los
diferentes partidos.
En la explicación de estos fenómenos son aplicables las interpretaciones
efectuadas en distintos
Diagnósticos del Potencial Asociativo en Municipios
3
Bonaerenses2 / referidas a la disminución de los mecanismos inductores de la base
agropecuaria regional como consecuencia de la difusión de cambios tecno-productivos y
la naturaleza extraregional de los nuevos agentes que intervienen en el eslabón
primario3/. Una de las hipótesis centrales de estos trabajos, es que estas
transformaciones agrarias han comenzado a socavar los tradicionales mecanismos
impulsores sobre la economía de los centros para-agrarios4, repercutiendo en la
naturaleza del vínculo urbano-rural. La aparición de nuevos agentes más
“deslocalizados” (pull de siembra, consorcios de siembra, fondos de inversión), cuya
operatoria en muchos casos recompone una red de abastecimiento (reparaciones,
almacenaje, otros servicios) que ya no se limitaría necesariamente a la oferta de
servicios disponibles en el entorno urbano de las explotaciones agropecuarias, significa
el progresivo deterioro de las funciones ligadas al medio rural que históricamente
fundamentaron el crecimiento de estos centros. Por su parte, el continuo proceso de
urbanización de la población rural, efecto lateral del desarrollo agrícola, significa una
presión adicional sobre la débil estructura de los mercados de trabajo de estos centros.
Obviamente, esta situación tiene impactos más profundos en la malla de agro-ciudades
de pequeño tamaño históricamente asentadas en el desarrollo de la agricultura zonal.
La información disponible para el agrupamiento de partidos que conforman el
CPSB5/ revela: i) pérdidas de población en más de la mitad de los distritos durante los
dos últimos períodos intercensales; ii) una caída generalizada del empleo urbano, con
2
/ Proyecto del Instituto Provincial de Acción Cooperativa implementado por distintas universidades
nacionales de la Pcia. de Buenos Aires desde el año 1996. Los estudios realizados por el Departamento de
Economía de la UNS abarcan, hasta el momento, casi una decena de municipios individuales y más de
una veintena de distritos, asociados en el CPSB y el Consorcio Intermunicipal de Desarrollo Regional
(Tres Arroyos, San Cayetano, G. Chaves y Benito Juarez).
3
/ Las evidencias para el agro pampeano, sistematizadas en el reciente trabajo del IICA (1997), revelan
un eje común; el efecto del cambio tecnológico en la producción de granos y, en general, el ajuste a las
nuevas condiciones de producción por la difusión de nuevas formas de organización empresarial. Así, la
difusión de los pools de siembra, los fondos de inversión directa y los consorcios de siembra, se da en
forma paralela a los procesos de adecuación productiva tanto en términos de una mayor escala como en
organización empresarial.
4
/ De la tipología urbana, elaborada para el conjunto de distritos que conforman el sudoeste bonaerense,
surge que la mayor parte de las ciudades cabeceras de partido se ubican entre los centros para agrarios.
Los criterios utilizados combinan el tamaño de la población (urbana y del Partido) con variables de la
estructura manufacturera local ( cantidad de locales y valor bruto de la producción industrial por local).
5
/ Se trata de los partidos de: Adolfo Alsina, Cnel. Dorrego, Puan, Cnel. Pringles, Cnel. Rosales,
Daireaux, Gral. Lamadrid, Guaminí, Laprida, Patagones, Tornquist, Villarino, Pellegrini, Tres Lomas,
Cnel. Suaaarez, Saavedra y Salliqueló.
4
valores que superan, y en muchos casos ampliamente, el 20% entre 1974 y 1993. La
destrucción de puestos de trabajo aparece fuertemente asociada al comportamiento de
las actividades comercial e industrial, mientras que se verifica cierto trasvasamiento del
empleo hacia las actividades de servicios personales; (ii) la administración pública,
seguridad social, enseñanza, servicios sociales y de salud, junto a otros servicios
comunitarios, pese a que en muchos casos experimentaron una disminución del personal
ocupado, continúan detentando un peso predominante en las estructuras ocupacionales
locales; iii) la “amortiguación” del desempleo por la vía del empleo público no es un
fenómeno generalizado. Se verifica especialmente en los centros de menor tamaño
relativo y en parte es explicado por la “rigidez” de la infraestructura pública
(especialmente salud y educación) frente al proceso continuo de pérdida de población
que experimentan la mayoría de estos partidos durante la última década.
La falta de nuevas oportunidades de empleo en los ámbitos urbanos, combinada
con una serie de cambios que afectan el nivel de ocupación (familiar y salarial) generado
por el agro zonal, plantea problemas significativos en estas comunidades rural-urbanas.
Por un lado, los servicios y/o las actividades artesanales orientadas a la provisión de la
demanda local/zonal, aparecen como una “vía de salida” para los trabajadores y/o los
pequeños productores desplazados del sector agrícola. Esto produce una superpoblación
de establecimientos y ocupaciones (venta al por menor, panaderías, fábricas de dulces,
trabajos de limpieza, jardinería, etc.) limitados en su proyección por la debilidad
económica y reducida dimensión poblacional de estos centros.
Por otro lado, la lógica del “autoempleo”, en parte promovida por algunos
programas asistenciales del gobierno provincial (PAÍS, préstamos promocionales a
microempresas, entre los más importantes), estimula la aparición de pequeños
emprendimientos artesanales (individuales o asociativos) que por su naturaleza (bajas
barreras de entrada) están ampliamente difundidos tanto en el ámbito local como a nivel
zonal 6/.
6
/ En Gorenstein y Burachik (1998) se realiza una discusión pormenorizada de las principales
debilidades que presentan este tipo de políticas promocionales en ámbitos rural-urbanos del interior
bonaerense.
5
En este contexto, la apicultura, la horticultura en invernáculos y, en menor
medida, la cunicultura, surgen como alternativa para ciertos núcleos de trabajadores
desplazados de las actividades económicas urbanas y/o de individuos con necesidad de
complementar ingresos familiares (jubilados, jóvenes). Como se analiza más adelante,
estos rasgos originarios moldean, en alguna medida, el perfil tecnológico, productivo y
empresarial de estos nuevos emprendimientos de base agrícola
3.- La orientación de los impulsos públicos de base local/regional
Más allá del contenido específico de los distintos programas públicos de
asistencia técnica y promoción a las producciones agrícolas no tradicionales7/, resulta
interesante realizar una reflexión desde la óptica de las acciones locales que
acompañaron su implementación en el ámbito del sudoeste bonaerense.
Un primer punto importante se relaciona con las señales que se generan desde el
nuevo espacio institucional creado por los municipios asociados8/. En este sentido,
tanto en el ámbito del CPSB, como en los distintos Consorcios que hoy funcionan en la
provincia de Buenos Aires, se enfatiza en dos objetivos convergentes; la diversificación
de las bases agrícolas regionales y el impulso al desarrollo agroindustrial de las distintas
áreas rural-urbanas integradas.
Si bien estos lineamientos de política regional estan incipientemente esbozados y
exhiben la falta de herramientas específicas coordinadas a este nivel, lo concreto es que
un monto determinado de dinero se destinó a impulsar pequeños emprendimientos
agrícolas de impacto directo sobre el medio rural-urbano. A su vez, el hecho de que se
hayan acercado municipios, que exista cierta voluntad política de trabajo en común y
7
/ En el caso de la apicultura y la horticultura bajo cubierta, la oferta de financiamiento y asistencia
técnica es variada y forma parte de distintos programas estatales, nacionales y provinciales. Entre los más
importantes: PRO-HUERTA, PROMEX, Miel 2000, PROAPI, Miel Bonaerense, y el Plan Sanitario
Apícola del Centro del País. .
8
/ La regionalización de la Pcia de Buenos Aires en Corredores Productivos, efectuada durante el primer
período de gobierno del Dr. Duhalde, identifica distintas áreas de homogeneidad y complementariedad
productiva definidas como zonas de crecimiento común. Los esfuerzos desplegados por los gobiernos
locales para operativizar esta regionalización se materializan en una red de municipios asociados, los
Cosorcios Productivos, creando un nuevo espacio público en el que convergen las relaciones interlocales
y se canalizan una serie de vínculos de carácter local/provincial. Para un análisis de conjunto de estas
nuevas instituciones, veáse; IPAC/1998
6
que las opciones productivas enfaticen en la base agropecuaria, abre canales más
acordes y ajustados a los escenarios locales nucleados en los Consorcios. Sin desconocer
las limitaciones que se plantean ( Gorenstein et. al , 1997; Posada, 1997) lo interesante
de esta experiencia reside en que la unidad primaria motora combina el plano local (el
municipio) y regional ( el Consorcio) y que, simultáneamente, parten de la actividad
básica del interior bonaerense, para dinamizar el desarrollo de la región que constituyen
(o intentan constituir).
En este punto, vemos que el tradicional énfasis en la obra pública comunal y el
divorcio entre la agenda del municipio/economía agropecuaria de la zona comienza a
encontrar algún punto de acercamiento. Por su parte, la estructura institucional regional
refuerza esta orientación al enfocar acciones que contemplan al sistema rural en su
conjunto.
Ciertamente, estas observaciones no significan desconocer el carácter incipiente
de estos procesos y la perspectiva de más largo plazo que se requiere en este tipo de
análisis. Sin embargo, existe un abundante material teórico que permite rescatar la
importancia de los factores “extra-mercado” para generar mecanismos de coordinación
económica a nivel territorial. Desde los aportes de los neo-institucionalistas hasta la
vertiente más estructural de la teoría de las convenciones, se enfatiza en el rol de las
instituciones, entendidas en un sentido amplio (organizaciones colectivas, reglas,
valores, códigos de conducta, etc), tanto en las relaciones económicas particulares como
en el reforzamiento de un tejido económico local (calidad, normas de origen, etc). 9/
Pero, además, si se tienen en cuenta los factores económicos reseñados en el
apartado anterior, la implementación de programas orientados al fortalecimiento de las
unidades de pequeña escala, combinando el objetivo del empleo con el de
diversificación de la base agrícola regional, aparecen como una elección de política
territorial más o menos obvia. Más aún, en un contexto donde las estrategias de
descentralización de las acciones públicas aparecen tibiamente esbozadas, estos
9
/ Un tratamiento pormenorizado de los aportes neo-institucionalistas en la Economía Agraria se realiza
en De Bendictis (op.cit); la teoría de las convenciones, desarrollada principalmente por economistas
franceses de la regulación ( Aglietta, Boyer, Coriat, etc), y su aplicación al sistema agroalimentario se
discute ampliamente en Wilkinson (op.cit.)
7
programas forman parte de las pocas herramientas de intervención que hoy poseen los
gobiernos locales.
En este sentido, no pueden desconocerse la naturaleza de los programas que
inauguran la estrategia asociativa de los municipios nucleados en el CPSB y, en general,
por la mayor parte de los Consorcios. Se trataba de canalizar fondos blandos de
financiamiento provistos por la Secretaría de Acción Social de la Nación. Las áreas
definidas como prioritarias por este financiamiento fueron, principalmente, horticultura
bajo cubierta, apicultura, porcinocultura y, en menor medida, cunicultura. En la mayoría
de los casos se financiaba, además, las instalación de infraestructura pos-cosecha
(plantas de empaque hortícola) o instalaciones de primera transformación (salas de
extracción y fraccionamiento de miel).
En el CPSB se seleccionó la horticultura en invernáculos. Los motivos que
decidieron al Consorcio a actuar sobre esta actividad no siempre aparecen de modo
claro. Sin embargo, se puede inferir que fueron al menos dos los que apuntalaron esta
decisión. Por un lado, la visión de las potencialidades de la horticultura para elevar la
competitividad de las pequeñas explotaciones rurales familiares, en la medida que puede
combinarse con otros cultivos o producciones tradicionales. Se trata de un rubro que
comparado con los tradicionales producciones extensivas pampeanas (cereales,
oleaginosos, carne) no requieren grandes inversiones ni extensiones sustanciales de
tierra, y más o menos rápidamente permiten la generación de ingresos alternativos para
los pequeños productores. Por otro lado, es una actividad comparativamente intensiva
en mano de obra que permiten absorber mano de obra familiar y, en algún caso,
trabajadores temporales. Dadas las condiciones existentes en los mercados laborales
locales, el desarrollo de la horticultura serviría para amortiguar el problema del
desempleo o, al menos, para frenar su incremento. En suma, estos aspectos son
coherentes con la orientación asistencial de buena parte de los programas
instrumentados tanto por los municipios como por el Consorcio en su conjunto.
Vale la pena resaltar, que en el caso de la apicultura numerosas comunas han
canalizado buena parte del financiamiento originado en el programa de promoción a
microempresas instrumentado desde el ámbito provincial. Otros programas crediticios
8
(Convenio CFI-Banco Provincia) también han estado disponibles para financiar el
desarrollo de apicultores, lo que implica una escala mayor, dado que se trata de prestamos
de hasta $25.000. Diversas municipalidades, por otra parte, han estimulado la asociación
de productores a través de las líneas de crédito con tasa subsidiada del IPAC.
4.- Características distintivas de los nuevos rubros agro-alimentarios de la
región
A continuación se presentan en forma estilizada los rasgos de comportamiento que
se manifiestan en la actividad hortícola bajo cubierta y en la apicultura. Las evidencias
cuali y cuantitativas sobre la dimensión económica que han alcanzado estas producciones
agrarias se alimenta de una serie de trabajos de campo desarrollados en el marco de la
evaluación del desarrollo del CPSB 10/.
a.- Horticultura bajo cubierta
La aparición de la horticultura bajo cubierta en los partidos del sur de la
provincia de Buenos Aires no se trató de un proceso de inversión inducido por la
demanda, ya sea por requerimientos directos de la industria procesadora, impulso
exportador o consumo local, sino que fue el resultado de la canalización de fondos
promocionales de carácter nacional, promovidos por programas asistenciales. La región
tampoco presentaba una estructura hortícola desarrollada con excepción del área de
CORFO-Río Colorado11 resultado de un largo proceso de adaptación tecnológica que
direccionó la conformación de dicha base hortícola regional. Lo que puede encontrarse
en la zona son algunas explotaciones de escaso tamaño en las áreas cercanas a los
distintos centros urbanos.
/ “ Diagnóstico y propuestas asociativas para los Corredores Productivos de la Pcia. de Buenos Aires”,
IPAC/Ministerio de la Producción de la Pcia. de Buenos Aires/Departamento de Economía de la UNS,
a1997. El ámbito espacial de observación de estos estudios cubre unos 24 Partidos, o Departamentos,
ubicados en el sudoeste del ambito bonaerense.
11 El área de CORFO-Río Colorado se encuentra ubicada en la parte sur del partido de Villarino y norte
de Patagones. Es una zona de producción hortícola bajo riego donde el principal cultivo es la cebolla.
10
9
Los principales productos que se obtienen en el área son: tomate, lechuga, acelga
y pimientos. Se detectaron otras producciones hortícolas (espárragos, zapallitos,
alcuaciles, etc) pero en muy pequeña escala, así como algunos casos donde se
complementa la horticultura con la producción de flores.
El dimensionamiento de la infraestructura instalada para la actividad, como
asimismo algunas características de la misma pueden visualizarse en el Cuadro Nro. 1.
Existe una baja proporción de productores asociados, ya sea para la compra de insumos
o comercialización de los productos.
Cuadro Nro.1: Producción Hortícola Bajo Cubierta
Aspectos generales de la producción hortícola bajo cubierta
Número de invernáculos en producción
111
Número de productores
43
Metros cuadrados cubiertos
41379m2
Porcentaje de partidos con productores asociados
21%
Porcentajes de productores de tamaño mediano o
grande (más de 3 invernáculos)
15%
Superficie promedio por invernadero
373 m2
Aspectos productivos de la producción hortícola bajo cubierta
Volumen
(en kg.)
Producción de tomates
393.000
Producción de lechuga
172.700
Producción de acelga
52.500
Otras producciones
10.500
Total
628.700
Fuente: “ Diagnóstico y propuestas asociativas para los Corredores Productivos de la Pcia. de Buenos
Aires”, IPAC/Ministerio de la Producción de la Pcia. de Buenos Aires/Depto de Economía de la UNS
Un análisis de los resultados de los emprendimientos bajo cubierta permite
concluir que en la mayoría de los casos la rentabilidad obtenida por la explotación de un
módulo de dos invernáculos no alcanza para el sustento de una familia. Si bien existen
casos puntuales diferenciados, los valores promedios obtenidos por productor no
superan los $300, y los mismos no tendrían posibilidades de acceso, ni capacidad de
gerenciamiento, en forma individual, para alcanzar una mayor escala. La información
recogida muestra que sólo el 15% de los productores tiene un módulo superior a dos
viveros.
Los principales problemas detectados en la actividad son:
10

la inexistencia de una cultura hortícola previa y en consecuencia la falta de
entrenamiento de los productores para el desarrollo de este tipo de producciones. En
muchos casos, a estas dificultades se suman la escasa educación formal de las
personas beneficiadas por el programa de promoción, así como la falta de mano de
obra especializada para el desarrollo de las distintas tareas que demandan estos
cultivos intensivos;

un asesoramiento tecnológico insuficiente, agravado por las condiciones climáticas
adversas que se manifiestan en gran parte de las áreas de localización12/.

la comercialización de los productos. El riesgo comercial (fluctuaciones en la
demanda, precios) aparece como un elemento decisivo en la evolución de estos
productores pese a que mayoritariamente se orientan a los mercados locales.
Además, exhiben fuertes restricciones que impiden el acceso a opciones alternativas
o complementarias (costos, distancia, información, nuevas exigencias de calidad,
variedad y formas de entrega). A su vez, la elevada dispersión geográfica de los
productores dificulta la posibilidad de una organización comercial que vehiculice la
superación de las barreras de entrada a estos mercados (super e hipermercados,
intermediarios especializados, Mercado Central, etc)
b.- El “boom apícola”
La actividad apícola dentro del CPSB reconoce dimensiones, antigüedad y
orígenes diferentes entre los distintos partidos. En algunos distritos puede verificarse la
existencia de casi 180.000 colmenas (Coronel Suárez), en tanto otros llegarían
escasamente a 4.000 (Coronel Rosales). En comunas como Pellegrini la actividad es
relativamente reciente con menos de diez años de iniciada, mientras que en Villarino,
por ejemplo, se produce miel desde las primeras décadas de este siglo.13/.El cuadro que
se presenta a continuación resume información del sector apícola en el Corredor del
Sudoeste.
Cuadro Nro. 2: Indicadores de la Producción Apícola por Partido
Partidos
12
Nro. de
Promedio
Producción
Asociaciones
Forma
/ Especialmente la rigurosidad climática del período invernal (fuertes vientos y frío intenso).
/ Algunas referencias señalan que existe apicultura en el partido desde hace más de cien años,
destacándose que en apiarios ubicados en los grandes alfalfares en la zona de Pedro Luro se obtenían
rendimientos de más de 100 kg./colmena.
11
13
colmenas
p/ colmena
total
de productores
asociativa
(en toneladas)
Coronel Suárez
177.200
45 kg.
7.974
Sí
Cooperativa
Saavedra
115.000
30 kg.
3.400
Sí
Cooperativa
Puán
60.000
40 kg.
2400
Sí
SRL
Villarino
30.000
45 kg.
1.350
No
Pellegrini
25.000
40 kg.
1.000
Sí
Cooperativa
Patagones
25.000
40 kg.
1.000
Sí
Cooperativa
Daireaux
16.000
40 kg.
700
Sí
Cooperativa
Tornquist
15.000
40 kg.
600
No
Coronel Dorrego
15.000
47 kg.
700
Sí
Cooperativa
Laprida
10.000
40 kg.
400
Sí
Cooperativa
Tres Lomas
8.000
45 kg.
360
No
Guaminí
5.500
40 kg.
220
No
General Lamadrid
5.000
40 kg.
200
No
Coronel Rosales
4.000
50 kg.
200
Sí
Cooperativa
Adolfo Alsina
22.000
45 kg.
990
Sí
Cooperativa
Pringles
20.000
45 kg.
900
No
Salliqueló
3.500
45 kg.
158
Sí
Cooperativa
Fuente: “ Diagnóstico y propuestas asociativas para los Corredores Productivos de la Pcia. de Buenos
Aires”, IPAC/Ministerio de la Producción de la Pcia. de Buenos Aires/Depto de Economía de la UNS,
Los resultados de la investigación realizada permiten apreciar los elementos
centrales de la estructura apícola de la región que, en esencia, no difieren de los que se
presentan a nivel nacional y provincial:
 La producción se encuentra muy atomizada, con mayoría de pequeños y medianos
productores, muchos de los cuales consideran a la apicultura como un complemento a
sus ingresos. Teniendo en cuenta las cuatro categorías en las que habitualmente se
agrupa a los productores14/, gran parte de los apicultores del Corredor son
productores de dedicación personal parcial, en tanto en el agregado nacional la mitad
pertenece a la primera categoría. Cabe hacer notar, que exiten algunas excepciones a
esta conformación
 Casi sin excepciones, la producción de miel se vende a granel. Un patrón similar al
que se verifica para todo el país, donde sólo el 10-15% se coloca en el mercado
14
/ En base a la cantidad de colmenas y la organización de la producción, se definen cuatro tipos de
empresas: i) Apicultura casera (menos de 50 colmenas); ii) Apicultura de dedicación personal parcial (50
a 199 colmenas); iii) Apicultura de dedicación personal plena (200 a 499 colmenas); Apicultura industrial
(más de 500 colmenas).
12
interno y la exportación absorbe el 95% de la producción de miel a granel. A su vez,
el Corredor no escapa a otro hecho que se verifica a nivel nacional que tiene que ver
con el escaso desarrollo productivo y de mercado de los diferentes subproductos de la
apicultura. Tampoco hay diferencias entre los distritos y el resto del país con respecto
a las modalidades de comercialización, al repetirse una estructura de mercado
caracterizada por atomización en la producción y concentración en la compra de esa
producción. Los agentes acopiadores realizan el proceso de intermediación con el
canal exportador, mientras sólo los apicultores de determinada escala acceden a
vender directamente al canal exportador15/. Se observa una importante participación
en la comercialización apícola de las cooperativas agrarias integradas en la
Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA). En el abastecimiento del mercado
interno intervienen, fundamentalmente, los acopiadores o fraccionadores zonales que
venden directamente a los puntos de venta y a la industria que la utiliza como
insumo.

Frente a estas similitudes con la estructura apícola nacional o provincial se plantea,
sin embargo, una importante diferencia: los niveles de productividad son bastante
más bajos que los alcanzados en estos agregados El rendimiento promedio en la
provincia alcanza los 60 kg/colmena, en cambio la media del CPSB se ubica en un
rango de 40 a 45 Kg/colmena con extremos de 50 y 30 kg./colmena para Adolfo
Alsina y Saavedra, respectivamente. Esta situación, sumada a alguna evidencia
empírica, sugiere que existe un segmento importante de productores que no dispone
de los recursos y capacidades técnicas necesarias para incrementar sus niveles de
producción y productividad. En general, desarrollan la actividad en forma intuitiva,
apoyada en la observación y ayuda de otros apicultores vecinos o parientes, y se
observan pérdidas importantes del capital inicial por el seguimiento ineficiente de
los colmenares. La proyección del negocio apícola estaría limitada por el carácter
complementario de la actividad. En consecuencia, manifiestan una escasa
disposición a emprender inversiones específicas, por encima de las requeridas para
el sostenimiento de un ingreso anual adicional.
En este contexto, donde la oferta está muy atomizada y mayoritariamente
constituída por pequeños productores, surgen las habituales referencias respecto a la
15
/ A este respecto, debe señalarse que en el sector exportador argentino un reducido número de empresas
comercializa el 70% del volumen total, el resto está repartido entre numerosas firmas, cada una de las
13
necesaria organización de los mismos para aprovechar economías de escala, disminuir
los costos de transacción y aumentar el poder de negociación. Sin embargo, a menudo
resulta difícil articular mecanismos de asociación entre ellos, sea con fines de
producción, sea para la comercialización del producto.
El sector apícola en general, y el del CPSB en particular, no escapan a esta regla.
Si bien esta circunstancia puede parecer consecuencia del gran número de apicultores de
tiempo parcial, cuyas otras actividades pueden impedir su dedicación temporal a este
tipo de asociaciones, con frecuencia aparecen también en aquellos productores
medianos, y aún grandes, con completa dedicación a este rubro productivo.
Reflexiones Finales
La situación evidenciada en el sector hortícola bajo cubierta difiere de la apícola.
En el primer caso surge principalmente impulsada desde el ámbito público como una
alternativa frente al problema de la desocupación al ser una actividad que permite
incorporar mano de obra familiar, no requiere una gran inversión y permite la obtención
de ingresos en forma relativamente rápida. Por otro lado, la apicultura aparece como una
actividad complementaria en una coyuntura de precios internacionales favorables y ante
la necesidad de los productores de incrementar el ingreso de sus explotaciones.
Con respecto a la producción hortícola, la información relevada y cierto
fundamento teórico permiten sostener que subyacen marcadas diferencias entre la lógica
económica, y los criterios de manejo que guían las decisiones de los productores. Existe
un segmento hortícola que tiene potencialidades para incrementar significativamente sus
niveles de producción y productividad, por encima del requerido para el mero
abastecimiento del mercado local. En estos casos, el acceso a los mercados es una de las
áreas en las que se exhiben las mayores dificultades.
Desde el ámbito público podrían tomarse acciones para superar estas
restricciones identificando en una primera etapa empresas y/o compradores de la
producción hortícola de la región, generando las condiciones para la creación (o
fortalecimiento) institucional de los productores.
Con todo, no puede desconocerse que las posibilidades de establecer distintos
convenios de abastecimiento con compradores extra-zona, están sujetas a la capacidad
cuales exporta menos de 100 toneladas.
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de adecuación a los patrones urbanos de demanda y a las nuevas exigencias que
imponen los grandes operadores del canal minorista. En este sentido merecen destacarse
algunos avances realizados desde la estructura gerencial del Corredor, tratando de
establecer un vínculo coordinado entre la Cooperativa Obrera y distintos productores
hortícolas, a fin de asegurar volúmenes de compra y regularidad en las entregas.
Del conjunto de aspectos contemplados en este apartado se desprende que la
eficacia de una política de estímulo al desarrollo apícola dentro del Corredor dependerá
decisivamente de una correcta definición de los grados de centralización y
descentralización de la gestión y los recursos públicos.
En cuanto a la producción de miel ha recibido, casi invariablemente, un fuerte
apoyo de los gobiernos municipales respectivos. En numerosas comunas se ha
canalizado hacia los apicultores buena parte del financiamiento originado en los
programas de microemprendimientos
También desde el nivel provincial se ha apoyado este desarrollo. Varias comunas
han destacado la asistencia del corredor productivo en la gestión de créditos, y apoyo
técnico para la apicultura. Sin embargo, más allá de estas acciones que tienen carácter
individual (a nivel comunal, no personal), no aparece claramente la existencia de una
estrategia de desarrollo para el sector que contemple al territorio del CPSB como un
todo.
La sustentación de una política apícola regional coordinada es necesaria
principalmente por las siguientes razones:
i) a nivel regional es posible percibir mejor las restricciones y potencialidades
que tiene este rubro productivo. La articulación de acciones para todos los partidos con
producción de miel, no significa desconocer las diferencias locales en tamaño,
capacidad productiva, nivel tecnológico, etc ,y , por lo tanto, la necesidad de políticas
específicas;
ii) las posibilidades de estimular el desarrollo de infraestructura de acopio y
fraccionamiento para concentrar producción dispersa y/o canalizar financiamiento
blando para este tipo de instalaciones. No parece razonable que partidos vecinos con
baja producción dupliquen instalaciones (salas de extracción, plantas fraccionadoras),
las cuales resultan de pobre nivel técnico cuando si se coordinan los esfuerzos dispersos,
podría accederse a una infraestructura adecuada a las normativas técnicas que rigen en
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los mercados internacionales, aprovechando de esta manera los altos precios pagados en
estos mercados;
iii) la superación de las restricciones que se originan en la cadena de
comercialización. Atomizados y con bajos volúmenes de producción, los apicultores no
tienen capacidad de negociación con los sectores exportador y acopiador. Si la demanda
internacional parece constituir el destino prioritario de la producción apícola nacional, el
control de calidad, la tipificación del producto, y la certificación de origen, entre otros
factores, aparecen como elementos claves para mejorar la posibilidad de acceso a los
mercados externos. Sin embargo, resultan cuestiones de difícil obtención para
productores pequeños, y aún medianos y grandes. Además, la falta de contactos en el
exterior aparece como una barrera infranqueable para la gran mayoría de los
productores. La integración a nivel local y regional de las funciones (normalmente
dispersas y fragmentadas) que desarrollan algunos organismos especializados a nivel
provincial y nacional, ofrecería mayores posibilidades de acceso por parte de quienes se
suponen son los destinatarios de estas acciones públicas, en la medida que resultan más
viables a esta escala territorial.
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