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Consagrado a María “Santuario Corazón” Testimonio de la Hna. Emilie La Mater, que se establece en el Santuario Original bajo la Alianza de los primeros congregantes, transforma el Santuario en un lugar especial de gracias. No solo nos entrega gracias por ser un lugar de Dios si no también gracias especiales que nacen de esta Alianza basada en el Amor y libre colaboración humana, “Nada sin ti, nada sin nosotros”. Estas gracias especiales, de cobijamiento, transformación y envío apostólico surgen también en nosotros como Santuarios vivos para ser derramada a los hombres. Al sellar nuestra Alianza de Amor, abrimos nuestro corazón a esas tres gracias para que nos transformen en personas santas que sean evangelizadoras en nuestro tiempo. Para compenetrarnos en el tema del Santuario Corazón, exponemos el siguiente testimonio de la Hna. Emilie. Te sugerimos en concreto: o Leer el texto completo con detención. o Destacar aquello que más les llame la atención personalmente y comentar por que eso les llama la atención. o Reflexionar en torno a las siguientes preguntas (las que les parezcan más importantes) y comentar : En relación a la gracia del cobijamiento; - ¿Qué es para mí sentirme acogida? ¿de qué modo me he experimentado acogidas en la vida? - ¿Quiénes son aquellos que nos han acogido física y espiritualmente en nuestra historia? - La Hna. M. Emilie se sabía siempre bajo la mirada amorosa de Dios e hizo transparente su amor a los demás. Ese era el misterio de su vida, así lo confirmó nuestro Padre. ¿He visto a la Mater como mi madre? En quien puedo confiar y descansar de todas mis preocupaciones? - ¿Cuáles son aquellas cosas que me impiden dejarme en sus manos, aquellas ataduras del día a día o preocupaciones que me gustaría tener día a día perfectamente controladas? (estudio, amigos, éxito, etc..) - ¿De que manera e sido yo, cobijo o amparo para los demás? En una sociedad como hoy donde el individualismo es protagonista y la mujer a dejado de acoger al otro, siendo Santuarios Vivos bajo la Alianza de Amor, ¿En qué situaciones concretas puedo ser otra María que acoge y es fuente de vida para otros? - - En relación a la gracia de la transformación. Los caminos de la vida pasan todos por el corazón. Lo que decido en los caminos de la vida cotidiana, se ha definido primero en el corazón. Es allí donde se decide mi comportamiento concreto en cada una de las situaciones. La Hna Emilie tenía un corazón profundamente anclado en Dios Padre y la Mater y sabía que sin ellos, todas sus decisiones no tendrían sentido, no solo tomaba cada decisión de su mano si no también pedía que sus dificultades y actitudes fueran educadas bajo la luz del Santuario y la alianza de Amor. ¿Qué actitudes o realidades me gustaría que, bajo el amparo de María y con la fuerza y gracias que me entrega mi Alianza, cambiaran o fueran más llevaderas? 1 - - ¿De que manera puedo encauzar hacia algo positivo, esas actitudes y realidades? ¿Le he pedido, de manera humilde, a la Mater que me eduque y transforme para ser su instrumento? ¿De que manera también, soy fuente de inspiración para que otros se transformen? En relación a la gracia del envío apostólico Es la gracia de la Buena Noticia, ese ir y llevar al mundo la alegría de ser hijos de la Mater que nos lleva hacia Dios. ¿Cómo hago concreto esta alegría de ser católico? ¿Qué actitudes son expresión de ello? ¿Qué cosas concretas o apostolados me he propuesto? Si no lo he hecho, ¿Porqué ha sido? ¿He podido contagiar a otros, estas ganas de misión apostólica y gracias de envió como un Santuario vivo? La oración para la Hna Emilie era un pilar fundamental en su vida, era imposible dedicarse al trabajo y apostolado sin antes llenarse de energía volviendo a Dios. ¿Cómo esta mi vida de oración? ¿ Es fuente de energía para llevar a Cristo al mundo o suele ser una tarea más que cumplir por deber cristiano? ¿ De que manera puedo hacer de la oración una herramienta que permita llegar a los demás? Preguntas finales - ¿Cómo puedo vivir este “Nada sin mi” que es esencial en la Alianza de Amor con María y ser realmente instrumento suyo? - ¿Cómo puedo entregar Schönstatt a mi alrededor? ¿Cómo es la irradiación de mi Santuario del Corazón y de las gracias que en el llevo? - ¿Por qué razones fundamentales creo que es importante “cuidar” el Santuario del Corazón? 2 Santuario del Corazón - Testimonio sobre Hna. M. Emilie Todos nosotros anhelamos hacer crecer la fuente de gracias que significa nuestro Santuario del Corazón. Para eso queremos hoy mirar a Hna. M. Emilie, de quien N.P. mismo ha dicho, que ella nos muestra con su vida como los principios de Schönstatt son capaces de formar Santos. Hna. M. Emilie vivía conscientemente de este gran misterio: Dios en nosotros. Quien la conocía más de cerca, sabía que el secreto de su irradiación radicaba en una íntima unión con Dios. Por la Alianza de Amor su templo interior se transformó en un Santuario Corazón. Por su Santuario del Corazón pasaba todo lo que iba recibiendo de María en el Santuario y en la conducción de N.P. Ella se esforzaba por elaborar y hacer fecundo en su interior todo nuestro mundo de Schönstatt. Sabía que el Santuario se alimenta de los aportes al Capital de Gracias y que siempre está en construcción: “Nada sin ti – nada sin nosotros”. Observemos como Dios hizo madurar con abundancia las típicas gracias de un Santuario de Schönstatt, en el Santuario del Corazón de Hna. M. Emilie, para su propia vida y también entregándolas para los demás con generosidad: 1.) La gracia del Cobijamiento vemos claramente en su oración predilecta: “Yo sé que Tú eres mi Padre, en cuyos brazos estoy cobijada. No quiero preguntar cómo conduces. Quiero seguirte sin preocuparme.” Humanamente hablando, tenía grandes motivos para preocuparse. Como Superiora y Educadora tenía tareas difíciles que realizar en una nueva y siempre creciente Comunidad. Muchos años de su vida estuvo muy enferma. Sin embargo estaba convencida: mi vida descansa en las manos del mejor de los padres, de la más bondadosa de las madres. Por eso, de su ser irradiaba sol y bendición. Conocemos un pequeño acontecimiento de su vida. Una joven, en medio de su gran inseguridad, acudió a N.P., quien la confió a la preocupación maternal de la Hna. M. Emilie. Sencillamente ella tomó la mano de la niña y la guió así como se hace con un niño para subir la escalera. Más tarde esta chica escribió: ´Eso me impresionó muchísimo y enseguida me sentí cobijada en ella. Fue tan sinceramente humana, tan libre, tan desenvuelta, y sin embargo se sentía algo como del otro mundo, la cercanía de Dios, que no sé como expresarlo. (Pero.No) Desde ese día la Hna. M. Emilie fue un certero señalizador en mi vida.” 2.) La gracia de la Transformación interior Marcó el camino de su alma. En su juventud temía a Dios como el Juez severo. No poseía libertad interior, era muy temerosa, la preocupación constante de ofender a Dios, pesaba sobre ella. Bajo la dirección de N.P., y la acción educadora de la Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schönstatt, logró poco a poco “la libertad de los hijos 3 de Dios”. En la Alianza de amor con la MTA, y en la vinculación al Santuario y a N.P. aprendió más y más a abandonarse sencillamente en la Divina Providencia. Antes de su muerte, habló con gusto del “tren expreso de la filialidad” y convidó a muchos para que siguieran, despreocupadamente, el mismo camino de ella. Acompañó y ayudó a sobrellevar el sufrimiento. Nos enseñó: “Quien llega a ser niño ante Dios, irá por el camino más rápido a El.” Entregaba lo que ella misma había recibido: la experiencia de que el amor lo vence todo. 3.) La gracia del Envío Apostólico Desde que la Hna. M. Emilie, como joven profesora, conoció y amó al Movimiento Apostólico de Schönstatt, siempre trajo a otras personas a las jornadas. Sentía el imperativo de extender a otros lo que recibía. Su vida estaba impregnada de convicción apostólica, tomando en serio la palabra de San Pablo: “El amor de Cristo me urge.” (2 Cor 5,14) También en su enfermedad manifestó su fe, su esperanza y caridad. A las Hermanas de su comunidad les escribía: “Quisiera que arda profundamente en todos los corazones el fuego santo del verdadero amor a Cristo, y que se irradie en los ojos para que seamos portadores y dadores de Cristo a todos los que podemos servir, como corresponde a nuestra misión con el hombre del presente. .... Mientras más claramente captamos el tiempo, más se refuerza en nosotros el anhelo, el celo por cooperar en todo lo posible a una primavera sagrada de Dios.” SANTUARIO DEL CORAZÓN: Para Hna. M. Emilie no había ninguna distancia entre el mundo de acá y el mundo del más allá. La oración era para ella la respiración del alma. Era el regreso del niño al hogar, una unión con Dios cada vez más profunda. Dios vivía en ella. Así pudo llegar a decir: “Realmente llevamos el cielo en nosotros.” Adoraba a Dios en su corazón, pero también en el corazón de los hermanos. Ella escribió: “Adorar y ver a Dios en las personas en gracia es la forma original de adorar al Dios del cristianismo. ¡Qué cerca está Dios de cada uno de nosotros!” 4