Download Política exterior de los Austrias.
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
POLÍTICA EXTERIOR DE LOS REYES CATÓLICOS. La dirección de la política exterior correspondió a Fernando, si bien Castilla la financió y fue su gran beneficiaria. 1.- LOS OBJETIVOS. 1.1.- La recuperación de los territorios perdidos por los Trastamara aragoneses. Fernando los reivindicaba por considerarlos parte del patrimonio familiar. - Navarra, en la que había reinado su padre Juan II, y ahora eran reyes los condes de Foix, de origen francés. - El Rosellón y la Cerdaña, que Luis XI de Francia había arrebatado a Juan II durante la guerra civil catalana.. - Nápoles, reino conquistado por Alfonso V de Aragóan, tío de Fernando, y ahora en manos de parientes, pero continuamente reivindicados por Francia. Por tanto, la anexión de estos territorios implicaba el enfrentamiento con Francia, tradicional rival de la Corona de Aragón en el Mediterráneo; de ahí el interés por parte de Fernando de establecer alianzas con los enemigos de Francia. 1.2.- La consolidación de la expansión mediterránea de la Corona de Aragón. Este objetivo conllevaba conflictos con los reinos musulmanes del norte de África y, por supuesto, con Francia. 1.3.- El avance de la expansión atlántica del reino de Castilla, tanto en las del sur como en las del norte: - Rutas del sur: en esta zona existían muchas limitaciones debido a los acuerdos con Portugal. Pero pudo completarse la conquista de las Islas Canarias. - Rutas atlánticas del norte: abriéndose nuevas vías de expansión y entablando nuevas alianzas con Inglaterra, El Imperio alemán y los Países Bajos. EUROPA A FINALES DEL SIGLO XV 2.- LOS INSTRUMENTOS. 2.1.- Una diplomacia ágil. Desde 1480 se establecieron embajadores en Roma, Venecia, Londres, Bruselas y la Corte austriaca. Se fue creando un cuerpo diplomático cada más profesionalizado, convirtiéndose en una pieza valiosísima para el planteamiento y la ejecución de las empresas político-militares del rey Fernando. 2.2.- Un ejército permanente: controlado directamente por el poder real, realizándose asimismo avances sustanciales en cuanto al número de hombres movilizados , el armamento y las técnicas militares. La monarquía española aumentó espectacularmente sus capacidades de movilización de recursos humanos en tiempos de guerra: AÑO 1470 1550 Monarquía española 20.000 150.000 Francia 40.000 50.000 Ingalterra 25.000 20.000 Los gastos destinados al Ejército se incrementaron notablemente, y se establecieron disposiciones sobre los sistemas de reclutamiento, clasificación del poder militar, contabilidad y organización de la intendencia. 2 Gonzalo Fernández de Córdoba creó los llamados Tercios: unidades ligeras, que tenían más capacidad de maniobra, añadiéndolos arcabuceros. Estaban formados por unos 6.000 soldados agrupados en soldados armados de picas, espadas cortas y rodelas, que se combinaban con la fuerza de fuego de los arcabuceros y mosqueteteros. Su disposición era una formación cerrada, al estilo de las legiones romanas, y estaban apoyadas por destacamentos de caballería ligera. Durante 150 años, hasta la batalla de Rocroi (1643), el Ejército español tuvo fama de invencible. 2.3.- Una política matrimonial para lograr las alianzas necesarias: este instrumento ya había sido utilizado por los Trastamara en el ámbito peninsular; ahora se aplicó en la política europea con Portugal, Inglaterra y el Imperio alemán. Tres eran sus objetivos: - El engrandecimiento patrimonial de la monarquía. Carlos I heredará territorios castellanos, aragoneses, borgoñones y austriacos. - La aproximación a Inglaterra, Flandes y Borgoña aseguraba los intereses económicos de los mercaderes españoles en el norte de Europa. - La constitución de una alianza entre los Habsburgo alemanes, los Tudor ingleses y los Trastamara españoles, con el fin de aislar a Francia en Europa y conservar la preponderancia hispana en el Mediterráneo . Isabel y Fernando se casan el 19 de octubre de 1469 en Valladolid. Isabel tenía 18 años, y Fernando tenía 17. ISABEL (1 de octubre de 1470).Fue jurada princesa de Asturias en las Cortes de Madrigal en 1476. En 1490 se casa con Alfonso, hijo primogénito de Juan II de Portugal y heredero de la Corona portuguesa. Alfonso muere en una caída de caballo a los ocho meses de estar casado. Isabel vuelve a Castilla en 1491. Vuelve a casarse, en 1495, con Manuel I, el Afortunado, rey de Portugal desde ese mismo año. Así, pues, es reina de Portugal, cediendo los derechos de la Corona de Castilla a su hermano Juan. Pero en 1497 fallece Juan, heredero de las Coronas de Castilla y de Aragón. Manuel e Isabel juran como príncipes de Asturias y herederos de Castilla en 1498. En 1498, Isabel muere al dar a luz a su hijo Miguel, que fue reconocido como heredero de Castilla y Aragón (ya lo era de Portugal). Pero Miguel, que podía haber unido Aragón, Castilla y Portugal en un único reino, murió antes de cumplir los dos años. 3 JUAN (30 Junio de 1478). En 1480 es nombrado sucesor de los Estados de Aragón. En 1497 se casa en Burgos con Margarita de Austria, hija del emperador Maximiliano de Austria y de María de Borgoña y Flandes. Pero Juan fallece el mismo año de su boda, con lo que queda truncado este intento de unión con Austria y Borgoña. JUANA ( 6 de Noviembre de 1479) Primero los Reyes Católicos quisieron casarla con el príncipe de Navarra, Francisco Febo, para fortalecer la alianza con este reino. Pero el príncipe muere en 1483. En 1496 se casa con Felipe de Borgoña, llamado el Hermoso, futuro Felipe I de Castilla, hijo de Maximiliano de Austria y María de Borgoña y Flandes. Felipe muere en 1506. Tuvieron seis hijos: Leonor (1498): fue reina de Portugal, pues se casó en 1518 con Manuel I, el Afortunado. Viuda, se casó con Francisco I de Francia. Viuda por segunda vez, volvió a España. Carlos (1500), futuro Carlos I. Isabel (1501), se casó con el rey Christian II de Dinamarca. Fernando (1503), rey de Hungría y Bohemia y emperador de Alemania. María (1505), se casó con Luis, rey de Bohemia y Hungría. Catalina (1507), hija póstuma de Felipe el Hermoso, y reina de Portugal por su matrimonio con Juan III. MARÍA ( 1482) En 1500 se casa con Manuel I, el Afortunado (viudo de Isabel). Son padres, entre otros de Isabel de Portugal, que se casó con Carlos I y fue madre del futuro Felipe II de España, quien, llegado el momento, haría valer sus derechos al trono portugués. CATALINA (15 de Diciembre de 1485) En 1501 se casó con Arturo, príncipe de Gales y heredero de la Corona de Inglaterra. Viuda de Arturo, se casó en 1503 con el ya rey de Inglaterra, Enrique VIII. Tuvieron una hija, María Tudor, futura reina de Inglaterra, que se casaría en 1554 con Felipe II, lo que le convertiría en rey consorte de Inglaterra. 3.- LA EXPANSIÓN PENINSULAR. GRANADA Y NAVARRA. 3.1.- La guerra de Granada (1481-1492). Supuso la incorporación del último reducto musulmán de la Península. Las operaciones castellanas se vieron favorecidas por las luchas internas entre los pretendientes al reino nazarí; el conflicto fue alentado por los Reyes Católicos comprando el apoyo de un de ellos, Boabdil, que se enfrentó a su padre (Muhammad el Zagal) y a su tío (Muley Hacén). Estas luchas internas dividieron el reino nazarí en tres sectores en torno a Málaga, Granada y Almería, lo que facilitó la tarea de conquista de los cristianos. El 2 de enero de 1492 los Reyes Católicos tomaron posesión de la Alhambra, y el antiguo reino nazarí de Granada quedó anexionado a Castilla. 4 3.2.- La conquista e incorporación a Castilla del reino de Navarra. La posición geopolítica de Navarra entre las dos grandes monarquías europeas del momento y el hecho de que hubiera sido gobernada por dinastías de origen francés (desde 1234), otorgaban al reino de Navarra una situación política muy peculiar en el ámbito hispánico. En 1479 muere Juan II de Argón, padre de Fernando. En Navarra hereda el trono su hija Leonor, que había concebido con Blanca de Navarra; de este modo se separó la herencia aragonesa del rey católico. Catherine (de la dinastía francesa de los Foix-Albert), hija de Leonor, era la titular del trono de Navarra cuando los Reyes Católicos intentaron casarla con su hijo primogénito Juan, pero la presión de Luis XI de Francia para que no ocurriera, hizo que fracasar este intento. Los Reyes Católicos veían la presencia de una dinastía francesa al sur de los Pirineos como una amenaza a la seguridad política y militar de sus reinos. La fórmula para garantizar un equilibrio político fue la constitución de un “protectorado castellano” sobre Navarra, establecido por una serie de acuerdos con Castilla. Pero los reyes franceses no cejaron en sus propósitos de reincorporar a su vasallaje a todos los dominios de la Navarra con el sur de Francia. En 1512 los sucesos se precipitaron. En julio de ese año, Luis XII ofreció a los monarcas navarros una alianza a cambio de la ruptura con Castilla. Visto el cariz de los acontecimientos el ejército castellano conquistó Navarra, siendo anexionada a Castilla en 1515. 4.- LAS GUERRAS CON FRANCIA. Francia reactivó las guerras en Italia, que estaba formada por una multitud de Estados muy pequeños, ricos y cultos, pero militarmente muy débiles. Los conflictos se iniciaron cuando el rey Carlos VIII de Francia recordó sus aspiraciones sobre Nápoles. 4.1.- El Rosellón y la Cerdaña. Los proyectos de Carlos VIII de Francia de dominar Italia le llevaron a buscar un pacto con el rey Fernando para neutralizar la presencia española en Italia, con el Tratado de Barcelona (1493): a cambio de la no intervención de Fernando en Italia, la corona de Aragón recuperaba el Rosellón y la Cerdaña. 4.2.- La ofensiva de Carlos VIII y la Liga Santa. Carlos VIII proyectó la conquista del reino de Nápoles basando sus pretensiones en la Casa de Anjou. En 1494, Carlos VIII penetró en Italia y entró triunfante en Nápoles el 22 de febrero de 1494. En marzo de 1495, a iniciativa de Venecia, se logró constituir una gran coalición que aglutinaba al Papa, al Emperador alemán, a los Reyes Católicos y al duque de Milán, Ludovico Sforza. Ante esta situación, Carlos VIII decidió regresar a Francia a buscar refuerzos, por lo que Fernando el Católico decidió intervenir militarmente en Italia. En 1497 se firmó una tregua entre Francia y España: todo quedaba en tablas. 4.3.- La conquista de Nápoles y la preponderancia de España en Italia. Carlos VIII murió en abril de 1498 sin descendencia. Le sucedió en el trono de Francia su primo Luis de Orleáns, Luis XII, quien, tras la firma de sendos acuerdos con Venecia, Inglaterra y Felipe el Hermoso, ocupa Milán en 1499. Francia y España firman el Tratado de Granada (1500) por el que se reparten Nápoles: Luis XII con el título de Rey de Nápoles, ocupa los Abruzzos, la llamada Tierra de Labor, y se queda con la mitad de las rentas de aduana. Fernando con el título de Conde, ocupa Apulia, Calabria, y se queda con la mitad restante de las rentas de aduana. 5 Pero la paz fue frágil; a partir de 1502 la guerra se hizo abierta en Nápoles. Las tropas españolas, al mando de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, derrotan a las tropas francesas en las batallas de Ceriñola (abril de 1503) y Garellano (diciembre de 1503). En 1504, a petición de Luis XII, se firma una tregua general entre España y Francia. El coste de la guerra, la necesidad de sanear las bases para una buena administración de las zonas en litigio, y la incertidumbre que vivía en Castilla por la enfermedad de la reina, estuvieron presentes en el rey Fernando a la hora de decidirse a firmar esa tregua. Por otro lado, los enfrentamientos de Fernando con su yerno Felipe el Hermoso, hacen que se aproxime a Francia. Por el Tratado de Blois (1505): el monarca aragonés se comprometía a reconocer los derechos de Luis XII sobre Nápoles en el caso de su matrimonio concertado con Germana de Foix no tuviese descendencia. Este equilibrio establecido en Italia se rompió por las pretensiones del Papa Julio II de recuperar los territorios ocupados por Venecia en la región de la Romaña. Se sumaron a Julio II, Luis XII, el rey Ferenando y el emperador austriaco Maximiliano, constituyéndose la llamada Liga de Cambrai. Pero, Julio II la rompió y organizó una nueva liga, llamada Liga Santa, contra Luis XII, a la que se unieron Venecia, el rey Fernando y Enrique VIII de Inglaterra. Nápoles quedó definitivamente asegurado para la monarquía hispánica, sentando la preponderancia española en toda Italia, pues también se añadieron a sus dominios: Cerdeña, Sicilia, Milán y algunos territorios de la Toscana. 6 POLÍTICA EXTERIOR DE CARLOS I GUERRAS CON FRANCIA Con el reinado de Carlos V comienza una rivalidad entre Francia y la Casa de Austria que mantuvo hasta 1659 con la firma del Tratado de los Pirineos. A principios del siglo XVI el conflicto tenía dos vertientes: - Las pretensiones de Carlos al ducado de Borgoña. - Italia. 1.- Borgoña En 1477, Luis XI de Francia se había apoderado de Borgoña, ducado que había engrandecido el duque Carlos el Temerario, bisabuelo de Carlos I. En 1506, Carlos adoptó el título de duque de Borgoña, y hasta 1530 no dejó de reivindicar la patria de sus antepasados. 2.- Italia En la península italiana se distinguían tres conjuntos de territorios: - Un grupo de territorios sometidos directamente a Carlos I (Nápoles, Sicilia, Cerdeña), pertenecientes a la corona de Aragón. - Un grupo que se disputaban el emperador y el rey de Francia : Saboya, Milán, Génova. - Dos potencias autónomas: Venecia y los Estados Pontificios. 7 El segundo grupo era vital para las comunicaciones entre los territorios dominados por el rey Carlos I: Flandes, Franco-Condado, posesiones alemanas, Nápoles y Península Ibérica. Milán controlaba las comunicaciones entre Alemania e Italia, y Génova las comunicaciones entre España y Nápoles. La política exterior de Carlos, y la de sus sucesores, estuvo dirigida a conservar el dominio de estas comunicaciones y mejorarlas, si era posible, con la ocupación de Borgoña y la Provenza francesas. Por su parte, Francisco I y Enrique II de Francia hicieron lo posible por contrariar estos planes y aflojar la tenaza que representaba la Casa de Austria, aislando las distintas partes del Imperio y aliándose con Venecia, los príncipes protestantes alemanes y los turcos. Por todo ello, entre Francia y España se sucedieron seis guerras entre 1517 y 1559, esta última reinando Felipe II. Las hostilidades comenzaron cuando Francia, aprovechando las dificultades internas de España debido a las sublevaciones de las Comunidades y las Germanías, invadió Navarra el 10 de mayo de 1521 intentando reponer en el trono navarro a la dinastía de los Albret. La ofensiva castellana fue fulminante. El 11 de junio el ejército francés tuvo que replegarse y el 30 fue absolutamente derrotado, y Navarra reconquistada. El norte de Italia será ahora el nuevo campo de batalla. El ducado de Milán, que había sido ocupado por Francisco I en 1515, es tomado por las tropas imperiales. Los intentos del rey francés por recuperar el Milanesado terminan tras la derrota en la batalla de Pavía (25 de febrero de 1525), cayendo, además, prisionero de las tropas españolas el rey Francisco I. Por el Tratado de Madrid (13 de enero de 1526), Francisco I debe renunciar a Italia y Navarra, y debía 8 entregar Borgoña a España. En cuanto Francisco I quedó libre renegó de la firma del Tratado, alegando, con razón, que se había llevado a cabo por la fuerza. En mayo de 1526 se forma la Liga de Cognac, por la que Venecia el Papa se unen a Francia para luchar contra el emperador. El 27 de mayo Roma es tomada y saqueada por las tropas de Carlos V (Saco de Roma), formadas en su mayor parte por mercenarios alemanes de religión luterana. En 1529 se firma la Paza de Cambrai: el rey de Francia reconocía la soberanía de Carlos sobre el Artois y Flandes, y renunciaba a sus pretensiones sobre Milán, donde Francisco Sforza ha sido nombrado conde por Carlos V. A cambio, el emperador renunciaba a sus reivindicaciones sobre el ducado de Borgoña, la Provenza y el Languedoc. En 1535 muere Francisco Sforza y el ducado de Milán vuelve a Carlos I. El rey francés, Francisco I se opuso rotundamente a esta medida y, en 1536 invade Piamonte y Saboya. La respuesta del emperador fue atacar la Provenza. En 1538 se concertó una tregua entre los dos gobernantes. Tregua que fue rota por Francisco I en 1541, apoyando a los príncipes luteranos que se enfrentaban a Carlos V. Pero el agotamiento de ambos países hizo que llegaran a un acuerdo, firmando la Paz de Crépy en 1544, por la cual: - Francia renunciaba a Milán y a su posible expansión por los Países Bajos y el FrancoCondado. - Carlos V, de nuevo, renuncia a sus pretensiones sobre Borgoña. - Se estipula la boda de Carlos de Orleans, sobrino de Francisco I, con Ana, hija de Fernando (hermano de Carlos V), a la que se entregaría Milán, o bien con María, hija de Carlos, a la que se entregaría Flandes. La muerte de Carlos de Orleans, y posteriormente la de Francisco I, desbarataría todos estos planes. El nuevo rey de Francia, Enrique II, reanudó los combates en 1551 ocupando los obispados de Metz, Toul y Verdún. En 1556, Carlos abdica en su hijo Felipe II, quien, nada más comenzar su reinado, lanzó un poderoso ejército directamente contra París; los españoles obtuvieron una gran victoria en la batalla de San Quintín (1557). Francia y España estaban agotadas después de tantos años de guerra y firmaron el Tratado de Cateau-Cambresis en 1559, con las siguientes estipulaciones: - Francia renunciaba a toda soberanía sobre Italia. - También debía restituir la Saboya y el Piamonte a su duque hereditario. - Cedía la isla de Córcega a la República de Génova. La hegemonía de los Austrias en Italia era indiscutible. 9 POLÍTICA EXTERIOR DE FELIPE II LA REBELIÓN DE LOS PAÍSES BAJOS 1.- INTRODUCCIÓN. Los Países Bajos, o Flandes, eran un conjunto de territorios, más o menos autónomos (Holanda, obispado de Utrecht, Artois, Zelanda, Frisia, etc.), que Felipe el Bueno había incorporado al Ducado de Borgoña en 1428. Con sus tres millones de habitantes, la región debía su prosperidad a su situación de encrucijada en dos rutas comerciales: - la que iba del Atlántico al Báltico. - la que unía Venecia e Italia con Inglaterra y el Mar del Norte. Para la Corona de Castilla, los territorios de los Países Bajos, una vez que pasaron a formar parte de la herencia del rey Carlos I, tenían una importancia económica trascendental por dos motivos: - eran la llave del tráfico mercantil atlántico y una vía esencial del comercio internacional de Castilla. - eran una parte importante de recaudación de impuestos de la Corona, que servían para sufragar, en parte, los gastos de las guerras en Europa. 10 En la primera mitad del siglo XVI, Flandes era un modelo de desarrollo económico por los siguientes motivos: - se abrieron talleres para ocupar a desempleados. - tenía una vida cultural muy activa, centrada en la Universidad de Lovaina, con escritores tan importantes como Erasmo de Rótterdam. - también hubo una eclosión de las artes, fundamentalmente la pintura, con maestros tan conocidos como Jan Van Eyck y toda la escuela de pintores flamencos. - este territorio era el principal exportador de paños de para toda Europa. Carlos I confió el gobierno de Flandes a dos regentes sucesivos: - primero a Margarita de Austria (tía suya). - segundo a María de Hungría ( su hermana). Tanto una como la otra, mantuvieron, por indicaciones del propio rey, una autonomía en el gobierno de estos territorios. En 1531 Carlos creó unas instituciones comunes para todos los Países Bajos: - un Consejo de Estado, formado por miembros de la alta nobleza flamenca que, de este modo, quedó vinculada a la administración del país. - un Consejo Privado. - un Consejo de Hacienda. - unos Estados Generales con representantes de las 17 provincias que formaban los Países Bajos. Con Felipe II la situación va a cambiar, porque el monarca impondrá una política centralista y religiosa en contra de los intereses de la nobleza y de los comerciantes flamencos. Todo ello llevará a una guerra por la independencia de estos territorios respecto de la monarquía hispánica. 2.- LAS CAUSAS DEL CONFLICTO. Felipe II nombró gobernadora de los Países Bajos a su hermana Margarita de Austria (hija natural de Carlos I). Estaba asistida por un Consejo de Estado dominado por Antoine Perrenot de Granvela, obispo de Arras, que era firme partidario de una política centralista y enemigo de los sentimientos nacionales flamencos. En este Consejo, al contrario que en época de Carlos I, no figuraba ningún noble importante de Flandes, lo cual suponía un agravio comparativo para los habitantes del país. Las causas del conflicto podemos agruparlas de la manera siguiente: 1.- De tipo religioso: el protestantismo, en su parte calvinista, había arraigado en los Países Bajos, fundamentalmente en los territorios del norte. Felipe II va a desarrollar una política represiva contra los protestantes. Además, se llevará a cabo una reforma eclesiástica con la creación de 14 nuevos obispados nombrados por el poder real y no por la Iglesia flamenca, quedando así fuera del control de la nobleza del país. Por último, los flamencos temían la implantación de una Inquisición a la española. 2.- De tipo político: los nobles flamencos que habían sido desplazados del gobierno, liderados por el conde de Egmont y por Guillermo de Orange, reclamaron una mayor participación en el Consejo de Estado y el cese del Obispo Granvela. 11 También pedían una mayor autonomía en los asuntos de gobierno, y una libertad de culto para los habitantes del país. 3.- La coyuntura económica: años fríos que arruinaron las cosechas, encareciendo el precio del trigo y haciendo pasar hambre a gran parte de la población. Dificultades de las industrias textiles: la guerra comercial con Inglaterra y los conflictos bélicos en el Báltico cerraron por un tiempo una zona comercial fundamental para el comercio flamenco. Todo ello supuso la sucesión de motines de subsistencias en varias ciudades de los Países Bajos como Breda, Malinas, Gante y otras. 3.- LA SUCESIÓN DE LOS ACONTECIMIENTOS. 3.1.- LA REBELIÓN. En 1561 los jefes de la nobleza flamenca, conde de Egmont (que había capitaneado los ejércitos de Felipe II en la batalla de San Quintín) y Guillermo de Orange, solicitaron a Margarita de Austria la sustitución de Granvela y la convocatoria de Estados Generales, y una mayor libertad de culto. Margarita y Felipe acceden a la primera reclamación, pero no a la concerniente a la libertad de culto. Así, pues, Granvela fue cesado en 1564, pero los calvinistas continuaron siendo perseguidos. Esta situación provocó que en 1566 comenzara una auténtica rebelión en los Países Bajos: - Los nobles flamencos, capitaneados por Egmont y Guillermo de Orange, se rebelaron contra Felipe II. En el llamado Compromiso de Breda pidieron a Margarita de Parma la revocación de los edictos contra los calvinistas, la libertad de conciencia y la convocatoria urgente de los Estados generales. - Por otro lado, los calvinistas organizaron motines y manifestaciones, protagonizando asaltaos a iglesias católicas en Amberes, Ámsterdam, Tournai, Groningen, etc. Así, pues, frente a Felipe II se formó una coalición en la que sus integrantes defendían distintos intereses: - Los señores feudales flamencos, muchos de ellos católicos, querían conservar sus privilegios y por eso estaban en contra de la política centralista del monarca. - Los comerciantes querían una mayor autonomía para impulsar y potenciar el comercio con los países vecinos, sin importarles si eran católicos o protestantes. - Los calvinistas, que defendían la libertad de culto, se rebelan para practicar su religión sin ser perseguidos. - La población en general, que quiere conservar sus costumbres y leyes locales y creían, acertadamente, que estaban siendo cambiadas. Guillermo de Orange fue el aglutinante de todos esos descontentos y anhelos, y se dio cuenta de que podía contar como aliados a los adversarios del rey Felipe II, así que comenzó una serie de contactos con los monarcas enemigos del rey difundió distintas acusaciones contra la monarquía hispánica, en lo que fue el inicio de la llamada “Leyenda Negra”: - Felipe II era un tirano perverso que tenía sometidos a todos sus súbditos bajo el terror. - Era un fanático religioso, perseguidor de todo aquél que no fuera católico. - España era culpable de la muerte de millones de personas en América...... 3.2.- EL GOBIERENO DEL DUQUE DE ALBA. El Duque de Alba fue enviado a Flandes para atajar la rebelión. Llegó con plenos poderes y con un ejército de 9.000 soldados de infantería y 1.200 de caballería. El 5 de septiembre de 1566 12 creó el Tribunal de Tumultos (llamado por los flamencos Tribunal de Sangre), encargado de juzgar a los protestantes y a los alzados en armas contra Felipe II. Hubo miles de procesamientos y cientos de detenciones; las ejecuciones sobrepasaron las 1.200. El mismo Conde de Egmont (Guillermo de Orange pudo huir a Alemania y organizar un ejército) fue hecho prisionero, juzgado y decapitado. Pero, a pesar de que su régimen de terror podría dar la sensación de alcanzar un cierto éxito, el Duque de Alba tenía graves problemas que resolver: - Mantener un ejército de 10.000 soldados en pie de guerra, y la construcción de fortines para la defensa de distintos territorios. - Conseguir sacar adelante un sistema fiscal que asegurase el mantenimiento de ese ejército sin recurrir a Castilla, para ello recaudó nuevos impuestos en Flandes con el consiguiente empobrecimiento y descontento de la población flamenca. - Las incursiones del Conde de Orange desde Alemania. - El odio que la población flamenca iba acumulando hacia el propio Duque y hacia los españoles. En 1572 la rebelión se relanzó, contando con un cierto apoyo desde el extranjero. Mientras Alba lucha en el sur y en la costa, las provincias del norte, Frisia, Drenthe, Holanda y Zelanda, fueron conquistadas por las tropas de Guillermo de Orange, que recibía el apoyo de Inglaterra. En esta situación, el Duque de Alba será sustituido por Luis de Requesens. 3.3.- EL GOBIERNO DE LUIS DE REQUESENS. A finales de 1573, Luis de Requesens sustituyó al Duque de Alba. Su idea era la ruina del territorio: romper los diques y anegar el país, con consecuencias desastrosas a corto y largo plazo; pero Felipe II lo ordenó aplicar una política conciliadora: - Se suprimió el Tribunal de Tumultos. - Se concedió una amnistía. - Se renunció a recaudar algunos impuestos. Pero la resistencia no cesó. Además, las tropas no cobraban y estaban cada vez más indisciplinadas. El 4 de noviembre de 1576 las tropas españolas saquearon Amberes, amotinadas por no haber cobrado la paga. El odio hacia España aumentó. 3.4.- DON JUAN DE AUSTRIA. Ese mismo año de 1576 llegó como nuevo gobernador el propio hermano de Felipe II, Don Juan de Austria. Los católicos del sur habían firmado con Guillermo de Orange una acuerdo, denominado Edicto Perpetuo, con los siguientes apartados: - Consagraba la unión de todas las provincias de los Países Bajos para la reconquista de las libertades tradicionales. - La salida de las tropas españolas acantonadas en Flandes. - La aplicación de la tolerancia religiosa; el catolicismo sería la religión oficial, pero no habría persecuciones religiosas. - El príncipe Guillermo de Orange sería gobernador de todos los Países Bajos. Este Edicto fue ratificado por Juan de Austria a su llegada a Flandes, pero ninguna de las partes lo cumplió. 13 3.5.- EL GOBIERNO DE ALEJANDRO FARNESIO. En 1578 muere Don Juan de Austria, y es el sobrino del rey Felipe II, Alejandro Farnesio (hijo de Margarita de Parma), quien le sucede en el gobierno de Flandes. La situación de división de hecho de los territorios, por efecto de los conflictos internos, se precipitó - En 1579 las provincias del sur llegan a una reconciliación con Felipe II, en la llamada Unión de Arras. Allí se pedía: - La salida de las tropas extranjeras. - La obligación de que todos los agentes del Estado fueran católicos. - El mantenimiento de los privilegios antiguos. - La vuelta a las formas de gobierno de la época de Carlos I. - En respuesta, las provincias calvinistas del norte firmaron la Unión de Utrecht, que equivalía a proclamar la independencia de estas provincias, las futuras Provincias Unidas. En 1584 muere asesinado Guillermo de Orange; le sucede su hijo Mauricio de Nassau. Por su parte, Alejandro Farnesio continuó la conquista metódica del país: Amberes se rinde en 1585. El temor de que los éxitos militares de Alejandro Farnesio continuaran y pudieran significar la reconquista de las provincial septentrionales llevó la alarma a Francia y, especialmente, a Inglaterra, que se decidió a prestar ayuda militar y financiera a los neerlandeses, continuando una guerra que parecía no tener fin. Al final del reinado de Felipe II las siete provincias del norte, llamadas a partir de ahora Provincias Unidas, se declararon independientes. Felipe II lo reconocerá de manera implícita al 14 superar los Países Bajos de la Corona y atribuírselos a su hija Isabel Clara Eugenia, casada con el Archiduque Alberto de Austria. Pero el conflicto se prolongó hasta mucho después de la muerte de Felipe II: La Tregua de los Doce Años (1609), en época de Felipe III, y los Tratados de 1648 (Felipe IV), sancionarán la situación de hecho de 1598. 4.- LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA - Las regiones de Flandes y Brabante perdieron entre dos tercios y la mitad de la población. - La extracción de impuestos para la guerra retrajo capital de inversiones productivas. - Estancamiento económico de las provincias del sur de los Países Bajos. - Entre 1516 t 1474 alrededor de 46.000 soldados partieron de España para combatir en Flandes. - La guerra provocó una deuda estatal enorme. - La guerra desintegró las estructuras mercantiles que ligaban los puertos del Cantábrico, la meseta del Duero y el complejo sevillano con en mundo septentrional desde los días de los Reyes Católicos. - Los tráficos marítimos del Mar del Norte y del Báltico, imprescindibles para la Corona española, se perdieron a favor de los adversarios del norte, con el consiguiente encarecimiento en la adquisición de los productos procedentes de esos lugares. - El monopolio oceánico de portugueses y castellanos dejó de ser respetado. - Finalmente, como ya hemos visto, Felipe II desmembró los Países Bajos del resto de la monarquía, otorgando a su hija Isabel Clara Eugenia y a su esposo Alberto, el gobierno de las mismas junto con el Franco-Condado. 15 POLÍTICA EXTERIOR DE FELIPE III 1.- PRESENCIA ESPAÑOLA EN LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS. - En 1617, España prometía apoyar la candidatura de Fernando a la sucesión imperial a cambio de territorios que los Habsburgo tenían en Alsacia, vitales para la comunicación entre el norte de Italia y los Países Bajos, y de feudos italianos en territorio del Imperio. Caundo se produjo la rebelión protestante de Bohemia, la respuesta española se concretó en tres líneas de actuación: - Entre 1618-1619, se enviaron subsidios al emperador Fernando. 17.000 soldados españoles, procedentes de los Países Bajos y de Italia, engrosaron las tropas católicas que derrotaron a los protestantes bohemios en la batalla de la Montaña Blanca. También se llevó a cabo una actuación diplomática, en Inglaterra y en Sajonia, paralizando toda acción favorable a los protestantes. - En junio de 1620 las tropas españolas ocuparon la Valtelina, un paso esencial que unía a los Habsburgo alemanes con los españoles. - En septiembre de 1620 el ejército español de los Países Bajos, al mando de Ambrosio de Espínola, ocupó el Bajo Palatinado. Cuando Felipe III murió en 1621, la victoria de los Habsburgo en Alemania quedó cómodamente asegurada, y el sistema español de alianzas controlaba la política europea. Así, pues, la política exterior en época de Felipe III se caracterizó por los siguientes rasgos: Se interrumpió la tendencia belicista del siglo anterior y se vivió un período de paz: 16 o Arreglos matrimoniales con Francia: la infanta Ana se casa con Luis XIII, y el infante Felipe se casa con Isabel de Borbón. o La muerte de Isabel I de Inglaterra posibilitó la firma de un tratado de paz con Londres en 1604. o La ruina financiera de la Corona obligó a firmar un con Holanda la Tregua de los Doce Años (1609-1621). Pero todo cambió con el nuevo reinado. POLÍTICA EXTERIOR DE FELIPE IV ESPAÑA EN GUERRA. Las cuatro largas décadas del reinado de Felipe IV son decisivas para la suerte del imperio español en Europa. La actuación bélica es impresionante: se combate en Alemania, Italia, Flandes, en los océanos y, finalmente, en la propia España El balance final de esta etapa es el fin de la preponderancia española y la ascensión de la Francia de Mazzarino y Luis XIV en la supremacía europea. Con el resurgir de Francia, las rutas terrestres de España a Flandes quedaban expuestas a los ataques de un nueva potencia: el Franco-Condado y Alsacia podían ser invadidos; Lorena y Saboya sometidas o reducidaas a la obediencia francesa; y aquello que era simplemente una dificultad local podía convertirse en un problema internacional. En este contexto es relevante la siguiente frase del Conde-Duque de Olivares: Entre España y Flandes está Francia, con lo cual a Flandes ni a Italia puede venir socorro de Alemania, ni a Italia de Flandes, ni de Italia a Flandes, ni a España de Flandes, ni de España a Flandes sino por el Canal, con puertos de Francia por un lado, y de Inglaterra a otro, y el Canal está lleno de Holandeses. La política exterior española estaba basada en dos pilares: - La solidaridad con los Habsburgo de Austria. - La defensa del catolicismo. Pero este segundo aspecto era una justificación del primero. Para los dirigentes de España, los protestantes hacían peligrar las posiciones de los Habsburgo, tanto en Flandes como en Europa central. En cualquier caso, debemos tener en cuenta que, desde la subida al trono de Carlos V, la política exterior de España se ajustó a los intereses de la dinastía reinante, intereses que, en la mayoría de los casos, no coincidían con los de España como nación. Esta política implicaba : - La intervención en los Países Bajos para salvar, al menos en parte, la herencia del emperador Carlos V. - El apoyo a la rama vienesa de los Hasburgo. - El control de las comunicaciones terrestres entre las partes del Imperio. A comienzos de la década de los años 20 del siglo XVII el espíritu de una política de guerra parecía haber triunfado: existía una opinión generalizada de que sólo una política audaz de alianzas y la guerra preventiva podían mantener la integridad del Imperio español y la permanencia de su hegemonía, sin temor a sus muchos enemigos. De esta manera, la ofensiva española en Europa tenía en estos momentos tres frentes abiertos: - El conflicto terrestre y marítimo con Flandes. - El mantenimiento de las estratégicas posesiones en el norte de Italia. - La Guerra de los Treinta Años 17 1.- LA GUERRA DE FLANDES Felipe II había cedido los Países Bajos a su hija Isabel Clara Eugenia, esposa del archiduque Alberto de Austria. Si la pareja no tenía descendencia los territorios se incorporarían de nuevo a la monarquía española. Flandes ya no estaba sometido oficialmente a la Corona española. Pero, debido a la política de solidaridad, la corona se comprometía a ayudar a Flandes para solucionar sus asuntos internos. De esta manera, España, desde 1604, ya durante el reinado de Felipe III se empleó a fondo para combatir a los rebeldes calvinistas. El nuevo capitán general, el genovés Ambrosio de Spínola, tomó Ostende ese mismo año y parecía capaz de alzarse con la victoria, pero faltaba dinero para mantener un ejército de 70.000 hombres. En el invierno de 1606 hubo amotinamientos de tropas por no recibir la soldada, y en 1607 España hizo bancarrota. Los rebeldes, por su parte, perdieron terreno. Ambas partes estaban interesadas en que terminara la contienda. En 1609 el duque de Lerma dio su aprobación a una tregua, llamada la Tregua de los Doce años. Las provincias del norte aprovecharon para reforzar sus posiciones en unas condiciones muy favorables para ellas, ya que el puerto de Amberes permaneció bloqueado, mientras el de Ámsterdam prosperaba. Esta tregua proporcionó una independencia de hecho a las provincias protestantes de los Países Bajos y les dio la oportunidad de convertirse en una potencia económica rival de España. Esa tregua terminaba en 1621. La cuestión que se planteaba era la siguiente: ¿seguimos con la paz, o rompemos la tregua?. De lo que se trataba ahora era del predominio marítimo y comercial en disputa entre los dos países. En España muchos consideraban que esa tregua no favorecía los intereses de la corona, de modo que se pusieron duras condiciones para mantener la paz: - Se exigió a los holandeses que garantizaran la libertad de culto a la minoría católica. - También se incluía la exigencia para la reapertura del tráfico de las bocas del río Escalda y que quedara libre de impuestos por parte de los holandeses, para que Amberes volviera a ser una plaza comercial. - Los holandeses, que ya tenían la mejor flota de Europa y estaban siendo muy activos en el comercio colonial, debían retirarse de las indias orientales y occidentales. Es decir, que cesara el comeercio holandés con América y que se restringiera su comercio con Asia. Holanda no podía aceptar las condiciones que pretendían imponerle desde España, y las rechazó. De forma, que se reanudaron los combates. El plan del Conde-Duque de Olivares consistía en destruir el comercio holandés, a través del bloqueo en su paso hacia el Mediterráneo, y del bloqueo en el Mar del Norte. Pero lo que consiguió esta política fue que sus efectos se sintieran también en la península, ya que no pudo recibir mercancías del norte de Europa ni venderlas en esta zona. Los holandeses reaccionaron reforzando su flota y atacando posiciones españolas en Brasil, conquista de Bahía por parte de los holandeses en 1623, y reconquistada por los españoles en 1624. En el campo diplomático los holandeses firmaron sendos pactos: - El Tratado de Compeigne con Francia (1624) - Alianzas con Inglaterra y Bandemburgo. Respecto a los combates terrestres, que fueron terriblemente duros, apenas tuvieron importancia en el desarrollo de la guerra. El asedio y la toma de Breda (1625), pintados por Velázquez en su cuadro de Las Lanzas, fue uno de los hechos de armas más conocidos. 18 En 1634, el cardenal-infante Fernando de Austria, hermano del rey, tomó el mando de un ejército de 26.000 hombres, que a su paso por Alemania derrotó a los suecos y a los protestantes en Nördlingen, y luego invadió el territorio holandés en 1635. Pero, por mar, los españoles sufrieron una severa derrota (Batalla de Las Dunas). Se produjo así el aniquilamiento del poderío naval español, que tardaría más de de un siglo en recuperarse de este golpe mortal. Además, ahora España se enfrentaba con un nuevo enemigo, y esta vez la lucha era por la hegemonía en Europa. España estaba otra vez en guerra con Francia. 2.- LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS . 1618-1648 2.1 - ORÍGENES - Inicialmente es un conflicto político-religioso, circunscrito únicamente a Alemania. - Acabó convirtiéndose en una guerra por la hegemonía de Europa. 2. 2.- PARTES IMPLICADAS. - El emperador Fernando II, que intenta imponer la religión católica y la eliminación de los protestantes dentro de las fronteras del imperio. También quiere la transformación del Imperio en un gran Estado centralizado y bajo su absoluto dominio. - Los príncipes alemanes, tanto protestantes como católicos, que se oponen al excesivo poder del emperador Fernando II. - Las Provincias Unidas (Holanda), que luchan contra la Monarquía Hispánica. - Dinamarca y Suecia, países protestantes, que entran en la guerra para apoyar a los príncipes alemanes de su misma confesión religiosa. - España: durante toda la guerra, los Habsburgo de Madrid y de Viena, que forman la llamada Casa de Austria, se alían en un bloque frente a los Estados protestantes de dentro y fuera del Imperio. Además, España quiere seguir manteniendo su supremacía en Europa. - Francia: ve un enorme peligro para sus intereses la unión entre los Austrias de Madrid y de Viena. Con su entrada en el conflicto, las motivaciones religiosas de la guerra quedan relegadas a un segundo término. Francia, un país católico, va a luchar al lado de los protestantes contra los Austrias, defensores del catolicismo. 2.3.- FASES DE LA GUERRA. 2.3.1.- La revuelta de Bohemia y su derrota, 1618-1620 La Guerra comienza con el intento de independencia de Bohemia. Los checos, protestantes, se niegan a ser gobernados por nobles católicos enviados por el emperador alemán, y, tras una revuelta producida en la ciudad de Praga, son arrojados por la ventana, declarándose los checos 19 como Estado independiente y nombrando rey a Federico V. Este acontecimiento se conoce como la Defenestración de Praga ( 23 de mayo de 1618). Las tropas checas son derrotadas en la batalla de la Montaña Blanca (1620), y Bohemia y Moravia son ocupadas por las tropas imperiales, iniciándose una terrible represión. 2.3.2.- La Guerra en Alemania y los comienzos de la intervención diplomática francesa, 1621-1631. - Tras la derrota checa, el equilibrio territorial del Imperio se ve modificado a favor de los católicos. - Además, España ha comenzado de nuevo una guerra contra las Provincias Unidas, y está ayudando a los Austrias de Viena en Alemania. - Los príncipes alemanes se sienten amenazados, así que intentan unirse y buscar apoyos exteriores. Francia es la más interesada en la derrota del emperador Fernando II, pero el cardenal Richelieu, valido del rey Luis XIII desde abril de 1624, no puede actuar directamente en Alemania porque tiene graves problemas internos en su propio país. Lo que se va a hacer es mover la diplomacia y buscar 20 apoyos para los príncipes alemanes. El objetivo fundamental de Richelieu era debilitar a España y apoyar a los holandeses. Francia en enero de 1625 ocupó el paso de La Valtelina y concluyó una alianza con Suecia y Saboya en contra de Gánova, aliada tradicional de España. Diplomáticamente actuó para que Dinamarca interviniera en la guerra: el rey Cristian IV tiene intereses económicos en la zona, ya que quiere controlar el comercio de Alemania del Norte. Además es un príncipe luterano y quiere ayudar a los protestantes alemanes. Los daneses son derrotados por las tropas imperiales y Cristian IV se ve obligado a firmar la paz el 22 de mayo de 1629 en la ciudad de Lübeck. Es la hora de Fernando II: El emperador se sabe vencedor, y el 6 de marzo de 1629 promulga el Edicto de Restitución, por el cual los protestantes deben restituir, es decir devolver, todos los bienes secularizados desde 1552. También quiere transformar la dignidad imperial en poder monárquico absoluto y hereditario, y en julio de 1630 convoca una Dieta de príncipes alemanes en la ciudad de Ratisbona para elegir heredero a su hijo Fernando. Los príncipes alemanes se niegan a dar ese paso, y en estos momentos el emperador no puede obligarles porque tiene otros problemas más importantes que resolver porque la diplomacia francesa ha seguido trabajando: - En primer lugar para poner en aprietos a España en la llamada Guerra de Mantua (16271630): al morir el duque de Mantua sin sucesor, el gobierno de Mantua es reclamado por su pariente más cercano, el francés Carlos de Rethert. Obviemante la presencia de un francés al frente de este territorio hacía peligrar la posición española en el norte de Italia. - Desde España se ordena a Gonzalo fernández de Córdoba, gobernador militar de Milán, ocupar Mantua, pero los franceses contraatacan iniciándose una nueva contienda entre los dos países, hasta llegar a los Acuerdos de Ratisbona: por los cuales Carlos de Rethel conservó Mantua, pero los franceses se vieron obligados a retirar todas sus tropas de Italia. - En segundo lugar, consiguiendo que un nuevo y formidable enemigo de la Casa de Austria entre en el conflicto; se trata del rey Gustavo Adolfo de Suecia. 2.3.3.- Período sueco, 1631-1635. - El rey sueco, igual que Cristian IV, quiere defender el luteranismo y, más importante, extender el poderío sueco por Europa del Norte. - La entrada de Suecia en el conflicto se salda con victorias y con la ocupación de Renania y la invasión de Baviera. - Una batalla va a cobrar especial relevancia, se trata de la celebrada en Lützen el 6 de noviembre de 1632, en la que los suecos salen vencedores pero en la que su rey Gustavo Adolfo muere. 21 - El 6 de septiembre de 1634 se enfrentan suecos y tropas imperiales, apoyadas por tropas españolas, en una batalla decisiva cerca de la ciudad de Nördlingen. Los suecos son derrotados. Esta derrota sueca tuvo importantes consecuencias: - Puso fin al período de hegemonía de Suecia en Alemania y llevó a la rendición o recuperación de todas las ciudades importantes que Gustavo Adolfo había tomado. Indujo a algunos príncipes alemanes protestantes au un entendimiento con el emperador, y a excluir toda intervención extranjera en Alemania. - Devolvió el sur de Alemania a los Habsburgo y despejó la ruta hacia el Rhin para los españoles. - El ejército protestante quedó prácticamente destruido, viéndose obligados los príncipes alemanes a la firma de la paz. En 1635 se firma la Paz de Praga, y parece que la reconciliación llega a Alemania, pues los Estados alemanes están agotados de tanta guerra. Pero no ocurre lo mismo con Francia y España, ya que se están jugando la hegemonía en Europa: - Francia porque se siente amenazada por las intrigas de la política española, y por la firma de las paces entre los príncipes y el emperador. - España porque quiere seguir aumentando su presencia en territorio alemán. Por esto, Richelieu cree llegada la hora entrar directamente en la guerra: el rey francés Luis XIII declara la guerra al rey de España, Felipe IV, el 19 de mayo de 1635. 2.3.4.- La Guerra de 1635 a 1648 - En 1637 muere el emperador Fernando II y es elegido nuevo emperador su hijo Fernando III. - En Francia, entre 1637 y 1638 van a sucederse una serie de levantamientos populares: desde el campesinado rebelde hasta el proletariado urbano de decenas de ciudades. En 1639 se produjeron otra serie de rebeliones en Normandía. Todas ellas auspiciadas por el aumento de impuestos, sobre todo el principal impuesto directo, la “taille”. No obstante, entre 1638 y 1642, Francia y sus aliados obtienen distintos éxitos; de todos ellos el más célebre es la toma de Arrás. - El año 1640 va a ser clave para la Guerra y para España; durante este año van a sucederse dos acontecimientos fundamentales: La secesión de Portugal de la corona de España, y la rebelión de Cataluña. Estos hechos van a ser hábilmente explotados por Richelieu, que no verá la victoria definitiva de Francia pues muere el 11 de diciembre de 1642. 22 - En la primavera de 1643 se inicia una ofensiva española hacia el mismo París. Los españoles asedian la ciudadela de Rocroi con un ejército de 25.000 hombres. El 19 de mayo se enfrentan a las tropas francesas comandadas por el hijo mayor de Luis XIII, el príncipe de Condé; la derrota española fue de tal gravedad, murieron 8.000 soldados y 7.000 quedaron prisioneros, que su ejército no podrá recuperarse de tan enormes pérdidas. - En 1648 se iniciaron los tratados de paz de Westfalia. 3.- LOS TRATADOS DE WESTAFALIA. 1648 Se consideran como el punto de partida de un nuevo orden europeo. Significan: - El fracaso final de las tendencias hegemónicas de los Habsburgo. - La consagración de Francia como principal potencia europea. - La sanción del pluralismo religioso. Ponen fin a la Guerra de los Treinta Años, pero no a las hostilidades entre Francia y España que continuarán once años más hasta la firma del Tratado de Los Pirineos en 1659. Estos tratados de paz, que tuvieron lugar en las ciudades de Münster y Osnabruck, confirman el fracaso de las ambiciones de los Habsburgo de Viena y Madrid, y la victoria política francesa. 23 3.1.- DISPOSICIONES RELIGIOSAS. Imponen al emperador Fernando III el mantenimiento de la división religiosa del Imperio. 3.2.- DISPOSICIONES POLÍTICAS: - Plena soberanía de los Estados imperiales. Es decir, se suprime el Edicto de Restitución por el cual los protestantes debían restituir todos los bienes secularizados desde 1552. - Los actos imperiales quedan sujetos a la aprobación de la Dieta, es decir a la aprobación conjunta de los príncipes alemanes. - Se confirma el debilitamiento de la autoridad imperial. 3.3.- CAMBIOS TERRITORIALES. - Francia: obtiene la Alsacia y los obispados de Metz, Toul y Verdún. - Suecia: recibe la Pomerania occidental, el ducado de Bremen y el dominio de los estuarios de los ríos Weser, Elba y Oder. - El Imperio: se fracciona en una serie de Estados independientes : Sajonia, Baviera, Brandemburgo. Este último se anexiona la Pomerania oriental y se une dinásticamente con un Estado alemán que se encuentra fuera del Imperio y que va a tener una importancia cada vez mayor en el concierto europeo; este Estado es Prusia. - Suiza: obtiene la independencia. 3.4.- TRATADO DE MÜNSTER. Firmado entre España y las Provincias Unidas (Holanda). La Corona española reconoce la independencia de Holanda. Tres importantes razones influyeron en el acercamiento holandés: - La oligarquía holandesa se resistía a costear indefinidamente la guerra. - El crecimiento del poder de Francia. Después del triunfo en Rocroi los franceses asustan a los Países Bajos. Resultaba más conveniente tener en la frontera a la debilitada monarquía hispánica que no a la ascendente potencia francesa. -Un acuerdo con España permitiría beneficiarse a la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, porque Felipe IV quedaría libre de utilizar sus recursos en la reconquista de Portugal, cosa que, a su vez, impediría a los portugueses el envío de refuerzos a Brasil. 4.- CONSECUENCIAS DE LA GUERRA. Europa hacia 1660. 4.1.- DESPOBLAMIENTO Y DESTRUCCIÓN.- Alemania es la gran víctima: sus ciudades pierden un tercio de la población, y los campos casi el cuarenta por ciento. - Las causas de este despoblamiento son: la guerra, el hambre, las epidemias, que hacen que aumente la mortalidad. Pero también, el descenso de los matrimonios, la baja natalidad y la emigración. - La destrucción acompaña a la despoblación. Las provincias alemanas más despobladas son también las más arrasadas. Pueblos enteros quedan abandonados y muchas tierras se quedan sin cultivar. 4.2.- CONSECUENCIAS POLÍTICAS. - Desparece la hegemonía de los Habsburgo en Europa. - Austria ( Habsburgos de Viena ), queda desligada de Alemania, y se orienta hacia la constitución de un gran Estado dinástico con eje en el Danubio y expansión hacia el este a costa del Imperio turco. 24 - España, debilitada militar y económicamente con la pérdida de los Países Bajos, el Artois y el Rosellón, deja de contar entre las potencias de primer orden. Además, tiene una enorme crisis interna, tanto económica como social y política. - Inglaterra sale de su aislamiento para ir convirtiéndose en uno de los ejes principales de la política europea. - Suecia domina el Báltico y el comercio del norte de Europa. - Prusia inicia el camino para convertirse en el principal Estado alemán; será el artífice de la unificación de Alemania. - Francia se convierte en la potencia más importante y dominante de Europa durante el reinado de Luis XIV, hasta bien entrado el siglo XVIII. 5.- GUERRA ENTRE FRANCIA Y ESPAÑA. EL TRATADO DE LOS PIRINEOS. Pero la guerra entre Francia y España continuó. Ante una Francia fortalecida en el exterior, la situación de la monarquía española era desastrosa. Todavía en 1646 hubo insurrecciones en Nápoles y Sicilia, además de declararse en bancarrota la Hacienda Real. En 1647 hubo tumultos en Andalucía, y a partir de este año se redujo en un 60% la llegada de plata americana a Castilla. España tuvo una recuperación entre los años 1648 y 1652, más coincidiendo con los problemas franceses de la Fronda y las revueltas populares en el país enemigo. En 1652 dos grandes triunfos españoles se sucedieron en muy pocos meses: - la reconquista de la base naval de Dunkerke. - la entrada de Juan José de Austria en Barcelona, volviendo Cataluña a la obediencia española. Pero los triunfos españoles no habían sido decisivos, y no bastaron para imponer un acuerdo favorable: No lograron recomponer la ruptura de las comunicaciones militares del Imperio. -Ambos contendientes estaban agotados. En este punto, la intervención de una tercera potencia en la guerra podía hacer inclinar la balanza. Españoles y franceses miraron a la Inglaterra de Cronwell, y en la 25 lucha diplomática por conseguir la alianza con Inglaterra, ganaron los franceses, pues firmaron en 1655 un acuerdo con Inglaterra. - Tras esta lucha diplomática, Felipe IV se vio obligado a entrar en una guerra contra Inglaterra que no había buscado. En 1655 los franceses se apoderaron de Jamaica. Las flotas de Indias fueron atacadas por el pirata Blake. Durante dos años no llegó a España ninguna flota con plata de América, mientras que el comercio exterior del país quedaba paralizado por el bloqueo enemigo de la Península y el control inglés del Canal de la Mancha. Ante esta grave situación, a España no le queda más remedio que firmar la paz con Francia; una paz, por otro lado, totalmente desfavorable a los intereses de los españoles. El tratado de los Pirineos, entre España y Francia se firmó en 1659, y se llevó a cabo en la Isla de los Faisanes en el río Bidasoa: - España cede a Francia el Rosellón, el Artois, y una serie de plazas fuertes desde Flandes a Luxemburgo. - Se firmó el contrato de matrimonio entre María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, y el rey Luis XIV de Francia. Las paces de Westfalia y de los Pirineos abrieron paso a una Europa basada en unos Estados autónomos en incesante pugna por equilibrios y hegemonías; ya no había afinidades históricas o principios religiosos q aunaran o enfrentaran radicalmente a las potencias, sino un mosaico de voluntades que sólo coyunturalmente se aproximaban o alejaban en función de unos intereses estrictamente nacionales. El nuevo orden internacional definido en las paces de Westfalia y de los Pirineos consagró la hegemonía francesa en detrimento de la española, y las fechas de 1648 y 1659 señalaron también el fin de una historia coherente del Sacro Imperio Germánico en beneficio de una pluralidad de historias particulares de grandes y pequeños Estados. Desde 1660 la Monarquía española dejó de tener un papel decisivo en la determinación de las líneas políticas y en la planificación estratégica de los asuntos europeos. El pensamiento político español evolucionó sensiblemente respecto a las rígidas posiciones que lo supeditaban todo a una defensa de los intereses dinásticos y religiosos, y que veían a la potencia francesa como una antagonista irreconciliable. 26 POLÍTICA EXTERIOR DE CARLOS II 1.- NUEVAS COORDENADAS EN LA POLÍTICA EXTERIOR. 1.1.- Tras las paces de Westfalia (1648) y de los Pirineos (1659), España había perdido su hegemonía en Europa, pero en el reinado de Carlos II se convirtió en la víctima favorita de las potencias europeas, en especial de Francia, con la que estuvo envuelta en numerosas guerras. La monarquía española, débil en sus fuerzas y arruinada en su Hacienda, irá a remolque de los acontecimientos. Lejos de llevar la iniciativa militar o diplomática, será objeto de particiones en cancillerías o de expectativas de sucesión entre las grandes potencias, y pagará las paces de las guerras europeas a costa de las posesiones propias. 1.-2.- Al llegar los años 60 del siglo XVII se había llegado en nuestro país a la convicción de que la guerra era el principal problema y causante de los transtornos administrativos, sociales y económicos del país. Así, una hábil acción diplomática evitará un desastre exterior absoluto y limitará las guerras a quince de los treinta años del reinado de Carlos II, proporción de años de paz sin parangón en los reinados anteriores. 1.3.- Se aprecia un incremento del interés hacia los asuntos del Mediterráneo y la Península Ibérica. Significa una compensación al abandono de Centroeuropa tras los últimos retrocesos en los Países Bajos – geopolíticamente inútiles una vez deslabazados los sistemas de comunicaciones de la monarquía-, y la pérdida del Franco-Condado en 1678. 1.4.- Finalmente se procura la mediación o alianza con las potencias marítimas septentrionales: - Con Holanda, para frenar el agresivo imperialismo francés. - Con Inglaterra, para asegurarse las comunicaciones con los dominios americanos. Después de la muerte de Felipe IV, en la minoría de Carlos II (1665-1675), la monarquía dio ciertos pasos para adecuarse a una base política más racional, buscando un papel más reducido –y, por tanto, más seguro- en el nuevo contexto europeo de ascendencia francesa. 27 2.- LAS GUERRAS CON FRANCIA Tras las paces de Westfalia (1648) y de los Pirineos (1659), España había perdido su hegemonía en Europa, pero en el reinado de Carlos II se convirtió en la víctima favorita de las potencias europeas, en especial de Francia, con la que estuvo envuelta en numerosas guerras. 2.1.- GUERRA DE DEVOLULICIÓN. María Teresa – esposa de Luis XIV e hija de Felipe IV-, era hija de un primer matrimonio del rey y, según el derecho consuetudinario de los Países Bajos debían serle devueltos los bienes de ese primer matrimonio, en perjuicio de los hijos de posteriores matrimonios. A esta justificación se ciñó Luis XIV para pretender los Países Bajos españoles. Tras un ataque francés a los Países Bajos, en la Paz de Aquisgrán (1668), España cedió a Francia la ciudad de Lille y otras plazas fronterizas. 2.2. – GUERRA DE HOLANDA. Carlos II de Inglaterra firmó un tratado de alianza con Francia en 1670. Aprovechado este tratado, Luis XIV comienza las hostilidades, abriendo tres frentes principales: - En el norte: holandeses y españoles intentaron contener las ofensivas francesas. - En el Mediterráneo, el sistema español se mantuvo firme. - En Cataluña: después de unos primeros reveses por la insurrección del Rosellón, los franceses contraatacaron quedando el frente catalán en una delicada situación. Esta nueva invasión francesa a los Países Bajos finalizó con la Paz de Nimega (1678), por la que España entregaba a Francia el Franco Condado y otras plaza flamencas, y la mitad de la isla de Santo Domingo. 2.3.- NUEVA GUERRA CON FRANCIA. En 1683 volvíamos a estar en guerra; por el Tratado de Ratisbona (1684), España cedía a Francia el Luxemburgo y nuevas plazas en Flandes. 28 2.4.-GUERA DE LOS NUEVE AÑOS (1688-1697). Tras la revolución inglesa llega al trono Guillermo III, que será el iniciador de una coalición europea para frenar el imperialismo de Luis XIV. La respuesta francesa es la invasión de Flandes, Italia y Cataluña. En Flandes los resultados militares para la coalición fueron catastróficos para sus ejércitos. Francia tomó la ciudad de Namur en 1692. La situación en Cataluña es calamitosa: los campesinos se alzan (alzamiento de los “gorrotes” o “barretinas”) contra la monarquía española; mientras tanto, Francia ocupa Gerona (1693) y Barcelona (1697). Pero Luis XIV tenía que luchar en otros frentes contra otros Estados que formaban la coalición antifrancesa. Además, la economía francesa comenzaba a pasar verdaderas dificultades. Así. Pues, Luis XIV se vio obligado a firmar la Paz de Ryswick (1697), por la cual se restableció el “statu quo” territorial de Nimega. Para la monarquía hispánica significó la restitución de Barcelona, Luxemburgo y otras plazas ocupadas en Flandes. 3.- EL PROBLEMA SUCESORIO. 3.1.- LOS CANDIDATOS. Carlos II se casó dos veces. En 1679 con María Luisa de Orleáns, que murió en 1689 sin darle ningún hijo. El partido austriaco intrigó para que se volviera a casar, esta vez con Mariana de Neoburgo, hermana de la emperatriz de Alemania. A pesar de las sesiones de exorcismo a las que se sometió el propio rey, tampoco pudo tener descendencia. Al finalizar el siglo nadie dudaba de la necesidad de elegir un sucesor para el trono español, y se fueron perfilando distintos candidatos: El príncipe José Fernando de Baviera, hijo del elector de Baviera y descendiente por línea directa de Felipe IV (era bisnieto suyo), no estaba mal visto por los ingleses y holandeses . El archiduque Carlos de Austria, segundo hijo del emperador Leopoldo de Austria, y nieto de Felipe IV por línea directa. Era el preferido de la reina madre, y, por supuesto, de Austria. Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, contaba con el apoyo de Francia, pero sus títulos eran discutibles, porque la infanta María Teresa (hija de Felipe IV), para poder casarse con el rey de Francia, había renunciado a sus derechos a la corona de España. 3.2.- LA CUESTIÓN SUCESORIA. LOS TRATADOS DE PARTICIÓN 3.2.1.- Primer Tratado de Partición (19 de enero de 1698). Firmado entre Luis XIV y el emperador Leopoldo I: - Para el emperador: España, las Indias y las posesiones italianas. - Para Francia: el resto de los territorios. En estas maniobras diplomáticas, las potencias marítimas (Holanda e Inglaterra) se convirtieron en árbitro de la lucha de intereses entre Francia y Austria. El objetivo común de los diplomáticos ingleses y holandeses era impedir la resurrección del Imperio de Carlos V, un imperio hispanoalemán, así como impedir el nacimiento de un imperio franco-español, dirigido por Luis XIV. 29 3.2.2.- Segundo Tratado de Partición (Octubre de 1698). Ahora entre otro protagonista, José Fernando de Baviera, que se quedaría con España y las Indias, mientras que al Archiduque Carlos de Austria le correspondería Milán, y Francia los presidios italianos, el reino de las Dos Sicilias y los Países Bajos. Quedó sin efecto al morir repentinamente el príncipe de Baviera. Carlos II, herido en su orgullo, nombró heredero de todas sus posesiones a José Fernando de Baviera; pero la muerte de éste último en 1689 volvió a plantear el problema 3.2.3.- Tercer Tratado de Partición (Marzo de 1700). Francia añadía la Lorena a los territorios de los anteriores repartos. El resto de los territorios españoles iría a parar al Archiduque Carlos. Carlos II, poco antes de morir, nombró heredero a Felipe de Anjou, con el fin de asegurar a la monarquía española el apoyo de Francia y evitar así su desmembración territorial. Luis XIV se encontraba frente a una elección de excepcional gravedad: - Rechazar el testamento de Carlos II y atenerse a lo pactado en 1700. - Aceptar el testamento y violar ese tratado. En los dos casos es segura la guerra con Austria: - En el primero, Francia podría contar con el apoyo de Inglaterra y de Holanda; en cambio, los austriacos, instalados en España y en los Países Bajos, amenazarían directamente a Francia. - En el segundo caso, las potencias marítimas dudarían si aliarse o no con Austria; y España ya no sería adversaria, sino aliada. También Luis XIV se jugaba parte del futuro de Francia: - Francia se aseguraba la anexión de Lorena y Saboya gracias al tratado de 1700. - Renunciando a esas posesiones ganaba la posibilidad de ver reinar en Madrid a un Borbón y no a un Habsburgo. Finalmente, el testamento fue aceptado por Luis XIV en nombre de Felipe de Anjou. De esta manera, Francia daría un rey a un país del que había sido enemiga durante siglos. ¿Estarían los Habsburgo, que reinaban en España desde Carlos V, dispuestos a admitir a un rey Borbón?. ¿Aceptarían las demás naciones una solución que convertía a Francia en una potencia hegemónica en Europa?. En un primer momento no se desencadenó un conflicto armado, pero durante 1701 los errores y las precipitaciones francesas –como la ocupación de Flandes y el Milanesado por Luis XIV en nombre de su nieto, o el mantenimiento de los derechos de Felipe V a la corona francesa-, se añadieron a la cristalización de una gran alianza antiborbónica alrededor de Holanda, Inglaterra y el Imperio, todo lo cual precipitó el inicio de la Guerra de Sucesión Española en el mes de mayo de 1702, el primer gran conflicto europeo del siglo XVIII. Pero esto ya lo estudiaremos en el próximo tema. 30