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INTERVENCIÓN DE LA ALCALDESA DE MADRID, ANA BOTELLA EN LA ENTREGA DE LOS PREMIOS TIEPOLO Madrid 11 de diciembre de 2013 Como Alcaldesa de la capital es un honor tomar parte en esta ceremonia organizada por la Cámara de Comercio de Madrid y la Cámara de Comercio de Italia en España para reconocer a dos personalidades que, de forma muy significada, han contribuido desde sus responsabilidades empresariales a fortalecer los lazos económicos entre ambas naciones y con ello a engrandecer nuestros dos países. Sabemos que el tiempo es siempre un juez implacable y poco dado a la benevolencia. Mas aún en esta época que nos toca vivir, en la que todo parece ser cada vez más efímero. Por eso significa tanto que una iniciativa de estas características cumpla su décimo octava edición. Sin duda, la prueba de un valor sobresaliente. Pero el tiempo ha sido también quien ha apuntalado a Italia y a España como las dos grandes potencias que son por su excelso e inigualable patrimonio histórico-cultural. Señoras y señores, Como bien saben, las relaciones entre España e Italia han sido históricamente muy fecundas en talento artístico. Pero, como demuestran estos galardones, lo son también en talento empresarial. Madrid siempre ha sido un imán para esos visionarios de ambas nacionalidades que buscan y encuentran grandes oportunidades en su vecino mediterráneo. Por eso me parece muy acertado que estos premios lleven el nombre de un pintor que fue veneciano de nacimiento, pero que se convirtió en madrileño de adopción, atraído precisamente por la oportunidad profesional de su vida. Tanto en el caso de los artistas del pasado como en el de los directivos y emprendedores del presente, el legado para la ciudad es muy valioso: el arte italiano forma parte de las señas de identidad del Madrid histórico y las empresas que han surgido o prosperado al calor de las estrechas relaciones económicas entre ambos países forman parte del Madrid moderno. Queridos amigos, Una prueba de lo ligados que están los destinos de nuestros países en lo económico la hemos tenido claramente durante estos últimos años, pues juntos entramos en la crisis y juntos estamos, por fin, saliendo de ella. En este tiempo, además de la contracción de la economía real que ha golpeado a todo nuestro entorno, los dos países hemos sufrido intensamente los vaivenes de unos mercados financieros desbocados y desconectados del tejido productivo. Pero, afortunadamente, hoy la prima de riesgo ya no es noticia y se empiezan a percibir cada vez con más fuerza señales de recuperación, como el hecho 1 de que la balanza por cuenta corriente de nuestros países camine hacia el superávit. Esto es algo que no deja de ser un reflejo de los importantes sacrificios que los gobiernos y, sobre todo, los ciudadanos de las dos naciones hemos hecho por equilibrar las cuentas públicas, salvaguardando además los servicios públicos. En cualquier caso, hoy no estamos aquí para tratar del diferencial del bono español o italiano con el bono alemán, sino para hablar de esa economía que se ve y se toca; ésa que genera empleo, riqueza y contribuye al bienestar, ésa que levantan empresas dirigidas por personas de carne y hueso, y con enorme talento como los dos acreedores del Premio Tiepolo de este año: Juan Miguel Villar Mir y Pietro Salini. Como ya he dicho, la historia de Italia y España es prolija en nombres propios que alcanzaron el éxito aprovechando lo que el otro país les ofrecía y es grato que en la actualidad no falten personalidades que continúen esa tradición. Villar Mir es uno de los directivos más destacados de nuestro país y el artífice de ese gran grupo dedicado a obras públicas e ingeniería que es OHL, y que ha hecho de Madrid una plataforma para llegar a 27 países de los cinco continentes. Además, OHL es una de las empresas que más ha contribuido a la extraordinaria transformación que ha vivido Madrid en los últimos años con obras tan emblemáticas e importantes como la construcción de la terminal satélite de la T4, el soterramiento de la M-30 o la revitalización de la Plaza de Canalejas. Que la sede de una empresa tan destacada esté en nuestra ciudad es un gran activo para la capital pues contribuye a conectar a Madrid con el resto del mundo, incluida Italia, mercado en el que su destacada actividad le ha hecho merecedor de este premio. De Pietro Salini, además de ser, como Juan Miguel Villar Mir, un hábil ejecutivo y un excelente embajador de Italia en todo el mundo, quisiera destacar su visión empresarial al elegir como socios a empresas españolas líderes para acometer grandes proyectos al otro lado del atlántico. Felicito a los dos galardonados quienes, en un momento en que tanto se habla de las economías emergentes, han demostrado que siguen existiendo importantes oportunidades entre socios comerciales y económicos tradicionales como son Italia y España, y que, de hecho, las estrechas relaciones que unen a ambos mercados pueden ser un gran activo para nuestras empresas de cara a abrirse camino en otras latitudes más lejanas y desconocidas. Señoras y señores, España e Italia son, junto a Francia, el poder latino de esta Unión Europea que ya es, no sin dificultades, patrimonio de todos. Una realidad en la que los países mediterráneos deben unir sus esfuerzos para impulsar conjuntamente el paso hacia delante en una integración total que sea solución eficaz a los 2 desafíos de la crisis en un escenario global. Los gobiernos de Roma y Madrid son socios en este proyecto que debe unirnos aún más de la misma manera que nos aproxima nuestro carácter mediterráneo y nuestra cultura compartida. Deseo que el lazo que estrechamos cada año con los Premios Tiepolo simbolice la historia por siglos de la relación cultural y económica entre España e Italia. Y que la voluntad aquí expresada y el tiempo logren hacerla eterna. Muchas gracias a todos 3