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MEDICINA,
ENFERMEDAD MENTAL Y
CULTURA
Trabajo de antropología
04 de noviembre de 2014
Lamberto Landete Martín
Alejandra Calatayud Cubes
Javier Lluna Peralta
Reyes Gómez Cerdá
Carla Gimeno Cebrian
Lucía Cerezo Mateu
ÍNDICE
1. DEFINICIÓN CONCEPTOS
a. Medicina
b. Enfermedad mental
c. Cultura
2. FREUD
3. RELACIÓN/COMPARACIÓN: medicina - enfermedad mental - cultura
4. BIBLIOGRAFÍA
1
5.
A. Medicina
La medicina deriva de un término latino (medicina) que significa “curar”/ “medicar”,
originalmente el “ars medicina” que quiere decir el arte de los médicos. La medicina es una
ciencia que se encarga de estudiar todo lo relacionado con la salud, la enfermedad, la muerte, y la
vida humana. Además de encargarse de estos aspectos, también se encarga de llevarlos a cabo
(en cierto modo), es decir, aplicar ese conocimiento técnico.
En segundo lugar, el término medicina, también denominado medicamento, se utiliza
también como el compuesto farmacológico que cura o previene una enfermedad y que también
puede reducir sus efectos o eliminar el dolor.
Historia de la medicina:
La medicina no es algo reciente, se lleva utilizando siglos ya. Comenzó con plantas,
minerales y partes de animales. En su mayoría utilizados en rituales mágicos con druidas,
chamanes, magos, brujos, etc.
Surgieron diferentes tipos de medicina en el mundo como la Ayurveda de la India o en china con
sus métodos.
Al que se le denomina el padre de la medicina fue Hipócrates, un médico de la antigua
Grecia durante el siglo de Pericles.
Con el paso del tiempo surgieron nuevos médicos con gran nombre al igual que imperios muy
avanzados en este arte.
Más tarde, es preciso destacar un avance muy grande en el campo de la anatomía con
Leonardo Da Vinci quien, junto a otra persona, publicó uno de los primeros tratados de
anatomía. Mientras la medicina como ciencia avanzaba, también fue avanzando el mundo de la
farmacología con los medicamentos, en gran parte gracias a la herbología (aspirinas, atropina,
etc). Con todo esto, siguieron apareciendo formas de medicina con drogas sulfas, luego
vacunaciones, etc.
También, como es sabido, el símbolo de la medicina es el Báculo de Asclepio, también
llamado Esculapio. Este personaje fue un practicante de la medicina de la antigua mitología
griega. La vara es el símbolo de la profesión médica, y la serpiente, que muda periódicamente de
piel, simboliza, por tanto, el rejuvenecimiento. El Centauro Quirón fue quien puso este símbolo a
este arte.
2
B. Enfermedad mental
●
Una alteración de tipo emocional, cognitivo y / o del comportamiento, en que quedan
afectados procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la
cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje, el
lenguaje, etc. Los estudios demuestran que las enfermedades mentales se manifiestan en
diferentes grados o niveles.
●
Las
enfermedades
mentales
o
sicológicas
son desórdenes o trastornos del cerebro que alteran la manera de pensar y de
sentir de la persona afectada al igual que su estado de ánimo y su habilidad de
relacionarse (identificarse) con otros. Estas alteraciones se manifiestan en
trastornos del razonamiento, del comportamiento, de la facultad de reconocer la
realidad y de adaptarse a las condiciones de la vida.
A lo largo de la historia las personas con enfermedades mentales graves han sido víctimas
de la marginación y de una incomprensión general que se ha manifestado de diversas formas:
torturas cuando se les consideraba “inhumanos”, el olvido, la reclusión con el objetivo de
mantener el orden social y proteger a la sociedad de estas personas vistas como peligrosas, y el
abandono, quedando la familia como la única ayuda y protección del enfermo.
El internamiento durante largos períodos de tiempo o de por vida de los enfermos en los
manicomios fue hasta hace unas pocas décadas el principal modo de atención de las necesidades
psiquiátricas. Los manicomios se mantuvieron hasta mediados del siglo XX a pesar de que
muchos psiquiatras consideraban que estos centros no llevaban a cabo una actividad terapéutica,
sino una actividad de aislamiento y custodia.
Tras el descubrimiento de los psicofármacos y de los cambios sociales y económicos
acontecidos al acabar la 2ªGuerra Mundial, aparece la psiquiatría comunitaria, un nuevo modo de
atender a las personas que padecen alguna enfermedad mental. Como consecuencia, se llevó a
cabo la transformación y supresión de los hospitales psiquiátricos, y la integración progresiva de
los enfermos en la sociedad. Dicha integración fue posible gracias al tratamiento de forma
ambulatoria en su entorno comunitario.
La atención hospitalaria se reserva para las situaciones en que los síntomas del enfermo
se agudizan considerablemente, pudiendo realizar su internamiento involuntario, con previa
autorización judicial. El internamiento será solo durante el tiempo que perdure el "brote
psicótico" y con el único objetivo de poder tratarlo farmacológicamente, teniendo que integrarse
de nuevo en su entorno comunitario tras ser atendido.
TIPOS Y CAUSAS DE ENFERMEDADES MENTALES
Bipolaridad y depresión
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Ya en el antiguo Egipto los sacerdotes asociaron la depresión con la pérdida psicóloga
como se puede ver en el Antiguo Testamento. En la época griega se afirma que aquellos que la
padecían habían sido desamparados por los dioses y tenían que esperar la benevolencia divina
para sanarse. Más adelante se le asignó el nombre de “melancolía” y pasó de ser tratada por los
teólogos a los curanderos. Poco a poco se fue reemplazando la idea de que los enfermos estaban
endemoniados a que el cerebro estaba implicado en la enfermedad y su anormalidad es la causa
principal de esta enfermedad. Posteriormente fue separada la melancolía (depresión) que pasó a
ser un tipo de trastorno afectivo; de los estados maníacos y depresivos que se llamó: locura de
doble forma, conocida actualmente como bipolaridad en la que aparecen periodos de depresión y
manía, euforia. Esta es de tipo de trastorno psicótico.
Síndrome de Cotard: el mal del cadáver ambulante
Los pacientes, depresivos melancólicos, aseguran que les falta los intestinos, el corazón
que no tienen nervios ni sangre ni cerebro y algunos llegan a decir que están muertos. Imaginan a
sus órganos en estado de putrefacción y se huelen como si fuera cierto.
Aunque esta enfermedad estuvo presente en la sociedad años atrás no se le dio la
suficiente importancia hasta que un enfermo mostró una actividad metabólica de la corteza
cerebral más parecida al de una persona en estado vegetativo o anestesiada que al de una persona
"despierta".
Se siguen estudiando las causas aunque se considera que debe ser por el mal
funcionamiento de la amígdala u otras estructuras límbicas del cerebro encargadas de las
respuestas emocionales.
Esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno de personalidad, una distorsión del pensamiento.
Aquellos que la padecen creen estar controlados por fuerzas extrañas, deliran y tienden a aislarse,
niegan la realidad de forma inconsciente ya que no es consciente de su enfermedad. No piensan
ni razonan de forma normal. A partir de la Ilustración se le calificó de enfermedad y se abandonó
la idea de que sucedía debido a posesiones demoníacas. Freud dio un empujón al concepto con la
terapia psicoanalítica.
Puede aparecer como causa de consumo de drogas o alcohol, diferente química y
estructura del cerebro, los genes y el medio ambiente como infecciones virales complicaciones
en el nacimiento y otros factores psicosociales aún no conocidas.
Personalidad múltiple
Se trata de un trastorno infrecuente en el que el afectado tiene aparte de una identidad
primaria, la propia del individuo, otras personalidades de modo que mientras una permanece
inconsciente la otra domina por lo que aparecen periodos de amnesia. En ciertas regiones de
América latina durante el siglo XIX había fuertes creencias espiritistas que llevaban a pensar que
la causa era posesión o la aparición de fragmentos de vida anteriores de la persona.
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Hoy en día se considera que causa principal suele ser una experiencia infantil
extremadamente traumática o a causa de estrés o abuso de sustancias.
C. Cultura
Cabe señalar la gran importancia que la cultura tiene para comprender la salud y la
enfermedad, un problema particularmente apremiante en el actual entorno globalizado de
diversidad y complejidad cultural.
¿Qué es cultura y qué medicina? Se propuso una amplia definición de cultura, que
permite incluir la mayor parte de los diversos sentidos actuales. Decía EB Taylor 1 que la cultura
es “aquel todo complejo que incluye conocimiento, creencias, arte, moral, ley, moda, y
cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una
sociedad.” También cabe señalar la acepción de cultura de Ratzinger en 2005: “La cultura es la
forma de expresión comunitaria, nacida históricamente, de los conocimientos y valores que
marcan su sello sobre la vida de una comunidad”
Los términos “medicina y cultura” están relacionados con la antropología médica o con
las diferencias en la práctica de la medicina entre distintos países.
“Cultura” deriva del latín
colere que quiere decir “cultivar”. En su acepción más primitiva se refería al cultivo de la tierra
(agricultura), pero Cicerón lo aplicó al cultivo del espíritu y así surgió el significado humanista y
clásico. En la segunda mitad del siglo XIX nació la antropología social y la palabra se vinculó
con el modo de vida de los pueblos. La connotación urbana la asocia con las humanidades y las
artes, y al acceso personal de conocimientos. La medicina se podría definir como “Ciencia que
estudia las enfermedades que afectan al ser humano, los modos de prevenirlas y las formas de
tratamiento para curarlas”.
Por tanto, cabe señalar en qué consiste la cultura médica. Ésta se basa en una fusión
diacrónica entre los conocimientos y valores que compartimos entre nosotros (médicos,
estudiantes de medicina...), es decir, aquellos que son vividos por la comunidad médica para una
sociedad.
Durante muchos siglos la medicina occidental estuvo basada en conceptos muy básicos
propuestos por los padres de la medicina (Hipócrates, Galeno y la teoría de los cuatro elementos
–fuego, tierra, agua y aire- y la enfermedad provocada por su desequilibrio) ya que la cultura
greco-romano-cristiana limitaba sus posibilidades de investigación y avance en el conocimiento.
Sin embargo, sus contemporáneos de las culturas árabes, judías e indias, aunque también
limitados, empleaban tratamientos más avanzados debido a su mayor capacidad para la
investigación.
5
Una vez superado el oscurantismo cultural de la Edad Media, los estudios de los primeros
anatomistas permitieron avances hacia conceptos más modernos de la medicina, al igual que el
desarrollo del microscopio permitió un conocimiento más profundo de la fisiopatología humana
(Hooke, Santiago Ramón y Cajal...). Todo ello desemboca en la visión más humanista de
liberales como Gregorio Marañón y, posteriormente, en una visión integradora y cristiana de la
mano de médicos como Ortiz de Landázuri. En contraposición, las culturas árabes, judías e
indias quedaron ancladas en unas posiciones rígidas y fundamentalistas que impidieron avances
en la medicina.
Se desarrolló una especialización en la medicina, lo que permitió mayores conocimientos
en campos concretos. Tanto la cultura médica occidental como la árabe judía e india
experimentaron un amplio crecimiento, ligado al desarrollo de la tecnología. De todas formas, el
crecimiento de estas últimas culturas se realizaba a un ritmo más pausado.
En los últimos años se está tratando de llevar a cabo una medicina basada en la evidencia
(MBE), que según señaló Sackett en el 1996 es el “uso consciente, explícito y sensato de la
mejor evidencia actual para tomar decisiones acerca del cuidado de cada paciente individual” y
en el 2001 puntualizó que “implica la integración de la mejor evidencia procedente de la
investigación con la experiencia clínica y los valores del paciente”. De esta manera, la medicina
trata de potenciar esta evidencia mediante los contenidos. No obstante es esencial no dejar atrás
la experiencia clínica obtenida en la praxis y los valores alcanzados a través de la antropología.
Es necesario resaltar la gran diferencia en cuanto a la aplicación de la medicina entre los
países desarrollados y los tercermundistas, los cuales se encuentran limitados tanto por su
situación económica como, en muchos casos, por sus ideales culturales. A pesar de la facilidad
aportada por la globalización actual en el intercambio de conocimientos, los límites mencionados
anteriormente impiden la aplicación de estos en muchos países.
En el extremo actual con una sociedad empírica, la medicina occidental, en algunos
casos, ha llegado a la creencia de que sólo el conocimiento científico puro provee la curación de
las enfermedades y se trata de llevar a cabo con el menor coste posible. Este hecho ha
desembocado en una actitud cínica y desconsiderada para el ser humano como totalidad, incluso
siendo reflejada en algunas series televisivas de amplia difusión (House, anatomía de Grey...)
Como conclusión, es necesario resaltar el hecho de que el avance médico se encuentra
ligado a la cultura y desarrollo. Además, podemos comprobar que, a pesar del impacto cultural
provocado por algunos profesionales de la medicina o por algunos descubrimientos relevantes,
estos han sido superados a lo largo de los años por la medicina. Por tanto, es necesario reducir la
confianza en los libros tradicionales y acrecentarla en las revistas actuales, que han sido
actualizadas, ya que la medicina es un campo que se encuentra en continuo desarrollo.
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2. SIGMUND FREUD
Sigmund Freud (1856-1939), médico neurólogo austriaco, dominó la psiquiatría durante
la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, en la actualidad, debido al enorme progreso de la
bioquímica cerebral y de la nueva tecnología de exploración cerebral, sus conceptos van
perdiendo validez.
Freud basó su teoría sosteniendo que las motivaciones de nuestras acciones se
encontraban ocultas en un “sub consciente”, retenidas por fuerzas represivas. Esta represión era
necesaria para controlar las pasiones, los instintos, las fantasías inmaduras y las tendencias
sexuales agresivas. De este modo, el aparato ejecutivo de la mente (el ego), rechazaba cualquier
inducción inconsciente (el id) que nos pudiera llevar a un comportamiento que fuese
incompatible con la concepción civilizada de nosotros.
Según Freud, las enfermedades mentales se producían con el fallo de estas represiones.
Fobias, ataques de pánico y obsesiones eran causadas por desviaciones del comportamiento
voluntario, en consecuencia de la imposición de instrucciones ocultas en el subconsciente.
Su tratamiento, denominado psicoanálisis, consistía en hurgar en lo más hondo del
subconsciente, para que al exponerlas a juicio racional, pudiera anular su comportamiento
compulsivo
Podemos considerar a Freud como un ejemplo de trato a las enfermedades mentales
desde una perspectiva anclada en el pasado. Sus ideas basadas en hechos no científicos y exactos
se dejaron de utilizar con el desarrollo de las ciencias bioquímicas y médicas al demostrar su
débil sustentación científica hasta considerarse obsoletas. Cabe decir que desde el punto de vista
práctico, pareciera que paulatinamente se han ido mezclando en la terapia, algo de lo antiguo con
lo nuevo, el psicoanálisis con los psicofármacos.
3. REDACCIÓN
MEDICINA, ENFERMEDAD MENTAL Y CULTURA
Existe una estrecha relación entre estos tres términos: Medicina; enfermedad mental y
cultura. Definiremos la medicina como una ciencia que se encarga de estudiar todo lo
relacionado con la salud, la enfermedad, la muerte, y la vida humana. La enfermedad mental
como una alteración de tipo emocional, cognitivo y / o del comportamiento, en que quedan
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afectados procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, etc. Y por último
término, el de cultura, refiriéndonos a la forma de expresión comunitaria, nacida históricamente
de los conocimientos y valores que marcan un sello sobre la vida de una comunidad.
La valoración del desequilibrio psíquico ha ido cambiando a través del tiempo, en
concordancia a la evolución del pensamiento social y las diferentes culturas; aunque siempre
manifestando unas características comunes: la reclusión en instituciones, el desplazamiento a
lugares controlados y lejos de los medios sociales, incluso el aniquilamiento de los enfermos.
En los inicios de la historia, los enfermos mentales eran marginados, aislados, en muchas
ocasiones agredidos y vinculados con los enfermos de otras patologías de carácter infeccioso,
cuyo tratamiento pasaba por la reclusión como medida de prevención lejos de los centros
urbanos, siendo objeto de rechazo social. La sociedad no consideraba la posible curación de los
afectados, justificando el hecho como castigo divino.
Posteriormente el pensamiento humanista del siglo XVI coloca al ser humano en el
centro del universo, surge así un nuevo concepto de persona, unidad íntegra de lo somático, lo
psicológico y lo social. Así, la enfermedad mental comienza a dejar de percibirse como algo
mágico, demoníaco, inhumano, sino como un problema estudiado desde diversas ciencias
(psicología, psiquiatría, antropología o sociología). Los enfermos son ingresados en diversos
asilos para cubrir sus necesidades básicas, ocultarlos y aislarlos, ya que son considerados un
peligro social.
Poco a poco los trastornos mentales son considerados una enfermedad; tras el
descubrimiento de los psicofármacos y de los cambios sociales y económicos acontecidos al
acabar la 2ªGuerra Mundial, aparece la psiquiatría comunitaria como nuevo modo de atender a
las personas que padecen alguna enfermedad mental. Como consecuencia, se llevó a cabo la
transformación y supresión de los hospitales psiquiátricos, y la integración progresiva de los
enfermos en la sociedad, gracias a su tratamiento de forma ambulatoria.
Con la Ley General Sanidad, del 25 de Abril de 1986, la asistencia psiquiátrica se integra
en el Sistema Nacional de Salud y se inicia la asistencia de los enfermos mentales en hospitales
generales, en centros de salud mental ubicados en la comunidad, hospitales de día, unidades de
rehabilitación, etc.
Este cambio es debido a la importancia que se le da a la familia como responsable de
cuidados, la rehabilitación y reinserción del enfermo mental en su entorno habitual y la no
marginalidad.
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La sociedad ha demostrado a lo largo de la historia que está incapacitada para acoger a
los considerados miembros no productivos. Aún en la actualidad, el mundo de las enfermedades
mentales parece seguir anclado en una especie de vergonzoso hermetismo.
Debemos superar los prejuicios, eliminar la marginación y exclusión que se practica con
estos enfermos y dejar a un lado las etiquetas de "enfermo mental", "loco" o "ex-paciente
mental" y otras similares, las cuales evocan una imagen de una persona violenta. Lo cierto es que
se trata de personas, seres humanos tan dignos como otro cualquiera, que no carecen de esta
cualidad cognitiva de la persona.
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