Download View

Document related concepts

Ecclesia in America wikipedia , lookup

Movimiento de la Palabra de Dios wikipedia , lookup

Evangelii gaudium wikipedia , lookup

Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización wikipedia , lookup

Misiones jesuíticas en América wikipedia , lookup

Transcript
QUINIENTOS AÑOS DE EVANGELIO
En las puertas del año en que se inician las celebraciones de los quinientos
años del comienzo de la evangelización en América, el Episcopado, como
prolongación del mensaje papal lanzado en la XIX Asamblea General del
CELAM en 1983, vuelve a recordar que a los cinco siglos de evangelización, si
bien son un signo providencial y un germen real de esperanza para el futuro, implica
para los cristianos el deber de tomar clara conciencia de las responsabilidades que
esa conmemoración significa. No debe ser sólo un festejo ni un recuerdo agradecido a
tantos evangelizadores. Debe, sobre todo, ser el punto de partida para un
compromiso de renovación evangelizadora y el fervoroso comienzo de una etapa
donde los cristianos sean los verdaderos constructores de una sociedad nueva.
1. El año 1992 tiene para la Iglesia un singular significado ya que se
cumplen 500 años del comienzo de la predicación del evangelio en el nuevo
mundo.
2. Cuando Cristóbal Colón llegó a nuestro continente, hasta entonces
ignorado y aislado, relacionándolo con los paises de Europa y de otras partes,
Jesucristo comenzó a ser conocido en estas tierras. Y la semilla de esa primera
evangelización fue fructificando en sus pueblos e incorporándose a sus culturas
hasta constituirse en la savia vital de su peculiar identidad. De tal modo se
extendió, que para fines del siglo XX, Latinoamérica conformará casi la mitad de
toda la Iglesia (JP II, OR 21/6/91).
3. Aunque sea difícil alcanzar una ponderación ecuánime de aquella
primera siembra, realizada entre las luces y las sombras de la conquista, no
podemos olvidar que la gesta hispana al ofrecer a las diversas etnias una lengua
común; al enriquecerlas con los conocimientos de su civilización multisecular; al
decidir que los colonizadores fueran acompañados de misioneros, hizo posible
que la labor evangelizadora quedara ligada desde el comienzo a la historia cultural
del nuevo mundo.
4. Pero tampoco podemos dejar de lamentar que la conquista significó muchas veces
atropello y avasallamiento a las personas y los pueblos, debido a la avaricia desmedida de
muchos colonizadores y sobre todo a la falta de reconocimiento de los derechos de los
aborígenes, a pesar de las Leyes de Indias y de las claras orientaciones de la Iglesia.
En verdad la colonización debió significar la ofrenda pacífica de
civilización, de intercambio y de convivencia. Así supieron hacerlo muchos
misioneros defensores de la dignidad de los nativos que buscaron prepararlos
para integrarse a una vida de mayor progreso, mediante la educación y la
capacitación para el trabajo y el autogobierno. De ello son testimonio las
Reducciones. En ese empeño algunos murieron mártires, como en nuestras
tierras San Roque González de Santa Cruz y sus compañeros.
5. Al conmemorarse los quinientos años del encuentro de dos mundos,
trascendiendo las celebraciones de carácter cultural y social, en cuyos límites
queda el «enjuiciamiento ecuánime y el balance objetivo de aquella singular
empresa» (JP Il 1.c.), la Iglesia celebra la evangelización. 0 sea, la proclamación de
la fe en Jesucristo que los habitantes de este nuevo mundo supieron, desde el
comienzo, abrazar con pasión e incorporar a sus propias formas culturales. Y
celebra también 500 años de tarea misionera agradeciendo a Dios «la vocación
cristiana y católica de América Latina» (JP II 1.c.) y su profunda y arraigada
devoción mariana que, desde antes de Guadalupe y hasta hoy, se ha visto
enriquecida con la visitación repetida y milagrosa de la Madre de Jesús.
6. Esta celebración se convierte en un reto de renovación y de nuevo
empeño evangelizador que nos exige «recoger del pasado, no tejidos muertos
sino líneas inspiradoras de vida, capaces de alentar e impulsar una vigorosa
evangelización, que responda a las nuevas necesidades y a la índole de los
destinatarios presentes y futuros” (LPNE. 9).
7. Conscientes de «que es una sublime gracia del Señor el que haya llamado a la luz de
la fe a tantos millones de hombres y mujeres» (JPII 1.c.), los católicos de la Argentina debemos
comprometernos a ser auténticos y coherentes con nuestra fe, que nos exige pensar y actuar en
cada circunstancia de la vida según el Evangelio. Esta debe ser la norma moral de toda
conducta y nuestra propuesta respetuosa, pero clara y valiente a todos los sectores de la
sociedad.
8. No estamos «sólo en el atardecer de cinco siglos sino en un tiempo de
vigilia: en la gestación de una nueva aurora» (LPNE, 7).
Es tiempo de esperanza. Preludio, todavía tenue, de la civilización del amor.
Como cristianos debemos encaminarnos a ella. Es tarea de cada uno ser
protagonista de una sociedad nueva, más justa y atenta a los derechos de cada
hombre, ya que la Iglesia somos todos los bautizados.
El testimonio de que la fe en Cristo va unida a la promoción del ser
humano y que no sólo promete un mañana de felicidad, sino también un presente
de justicia, de diálogo y de convivencia, hará más creíble el Evangelio que
proponemos al mundo como el único camino de salvación, de paz y de verdadera
humanidad.
9. Pedimos la mediación de María, estrella de la evangelización, para que
todo cristiano se convierta en protagonista del mundo nuevo que Jesús, Señor de
la Historia, vino a proponernos. El nos convoca a vivir como hijos de Dios y
nos enseña a llamarlo Padre a fin de que sintamos la ternura de su amor
providencial y vivamos entre nosotros como verdaderos hermanos.
San Miguel, 7 de noviembre de 1991.
Memoria de María
Medianera de todas las gracias.