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1 HISTORIA DE ESPAÑA: EL ANTIGUO RÉGIMEN: LOS AUSTRIAS (CONCEPTOS) INTRODUCCIÓN Con el nombre de "ANTIGUO RÉGIMEN" conocemos al conjunto de características políticas, económicas, sociales y culturales que definieron al continente europeo, España incluida, desde el final de la Edad Media (aproximadamente finales del siglo XV o principios del siglo XVI) hasta los inicios de la Edad Contemporánea (finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX). Si hablamos de fechas o acontecimientos más o menos concretos estaríamos hablando de un período que acaba a nivel europeo con la Revolución Francesa (1789) y a nivel español con la Guerra de la Independencia (1808-1814). En realidad, este término fue acuñado precisamente por los revolucionarios franceses: estos se veían a sí mismos como protagonistas de una nueva época, radicalmente diferente y opuesta a la anterior, así que llamaron despectivamente a todo lo previo a 1789 como "Antiguo Régimen" Pero como todos los términos históricos, el de "Antiguo Régimen" tiene implicaciones muy diversas: Desde un punto de vista político o institucional estamos hablando del predominio de la MONARQUÍA ABSOLUTA, cuyos inicios al final de la Edad Media ya mencionamos cuando hablamos de los Reyes Católicos. Así pues, continuó y se consolidó la tendencia de los reyes a acaparar poder a costa de, por ejemplo, los principios forales de la Corona de Aragón (como veremos cuando hablemos de los Decretos de Nueva Planta). Esta monarquía absoluta incluirá lo que llamaremos ABSOLUTISMO ILUSTRADO o MONARQUÍA ILUSTRADA, cuyo máximo representante en España será el rey Carlos III (1759-1788) de la dinastía Borbón. Desde un punto de vista económico estamos hablando de sociedades mayoritariamente agrícolas (en torno al 80% de la población europea vive en el campo y del campo), aunque con actividades comerciales o industriales cada vez más importantes. Desde un punto de vista social hablamos de una sociedad estamental, es decir, organizada en estamentos según criterios de nacimiento (aunque esto deberá ser sometido a crítica, como también veremos) y de acuerdo a leyes diferentes. Desde un punto de vista demográfico las sociedades del Antiguo Régimen se definen por vivir en lo que los demógrafos llaman "régimen demográfico antiguo": una alta tasa de natalidad que, sin embargo, se ve compensada por unas tasas igualmente altas de mortalidad, lo cual da como resultado sociedad prácticamente Raúl Mayoral Trigo 2 estancada en su crecimiento demográfico (apenas cambia la población, o lo hace de forma muy lenta y a lo largo de mucho tiempo). Una vez más, esto deberá ser matizado: algunas partes de Europa y España comienzan a lo largo del siglo XVIII a evolucionar hacia el "régimen demográfico de transición" (esto es, aunque las tasas de natalidad siguen siendo altas, la mejora en la calidad de la vida hace que disminuya la tasa de mortalidad y, en consecuencia, aumente la población). Además, esta sociedad vive permanentemente al borde de la subsistencia ya que cualquier alteración, por pequeña que fuera, en los patrones y formas de vida de esta sociedad podía tener enormes repercusiones: una mala cosecha debida a cambios meteorológicos, hambrunas, epidemias, guerras, conflictos sociales o políticos, etc., acarreaban la muerte de miles (o decenas de miles) de personas. Desde un punto de vista cultural, estamos hablando de sociedades confesionales (la identidad más importante viene dada sobre todo por la religión, algo especialmente importante en los territorios de la Península Ibérica, evidentemente católicos). Si unimos esto con la característica previa (la inestabilidad y la situación al borde de la subsistencia), entenderemos por qué el miedo o la violencia eran también parte de esta sociedad. Vamos a analizar de forma más atenta las características del Antiguo Régimen en España. CARACTERÍSTICAS Y EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL ANTIGUO RÉGIMEN ESPAÑOL: LOS REYES CATÓLICOS. DINASTÍAS DE LOS AUSTRIAS Y BORBONES. Comenzaremos por lo tanto hablando de las CARACTERÍSTICAS POLÍTICAS o INSTITUCIONALES de esta sociedad del Antiguo Régimen, sobre todo analizando de forma resumida la evolución de las diferentes dinastías. Los siglos XV y XVI están representados por la figura de los Reyes Católicos y los reinados de Carlos V y Felipe II. Los REYES CATÓLICOS, durante la segunda mitad del siglo XV y los primeros instantes del XVI, fueron los creadores de la Monarquía Hispánica y esenciales en la creación de una monarquía absolutista. A través de los siguientes mecanismos: Unión de los dos grandes reinos peninsulares- el reino de Castilla y la Corona de Aragón, con el matrimonio de Isabel y Fernando, esta unión fue DINÁSTICA, que creó una DIARQUÍA, ya que ambos reinos continuaron siendo Estados independientes (manteniendo, por ejemplo, sus propias instituciones, leyes, moneda, etc). CENTRALIZACIÓN del poder en sus manos, creando cargos e Institucionesdiferentes en cada reino-, corregidores en Castilla y Virreyes en Aragón, eran nombrados por los reyes y representaban a estos en los respectivos territorios. Raúl Mayoral Trigo 3 REORGANIZACIÓN DEL ESTADO, con la creación de las Chancillerías en Castilla, la reforma de la Hacienda, y la tendencia a controlar los órganos representativos de los reinos, las Cortes. La UNIDAD RELIGIOSA en torno al catolicismo, como ya hemos visto con anterioridad, mediante la conversión obligada de los musulmanes (ahora, moriscos) y la expulsión de los judíos, además del trascendental papel de la Inquisición. La AMPLIACIÓN TERRITORIAL con el final de la Reconquista (conquista de Granada en 1492), las Islas Canarias, el reino de Navarra en 1515 y el Descubrimiento de América (1492). Una red de ALIANZAS MATRIMONIALES muy amplia casando a sus hijos e hijas con reyes o príncipes de Portugal, Borgoña, e Inglaterra. Sin embargo, Isabel la Católica moriría en 1504 y Fernando en 1516. Como consecuencia, y estrechamente vinculado a la política de alianzas matrimoniales que acabamos de ver, Carlos I se convirtió en rey de 1516: era hijo de Juana "la loca", hija de los Reyes Católicos, y de Felipe "el Hermoso", hijo del emperador Maximiliano. LOS AUSTRIAS "MAYORES" Incluimos aquí a los dos primeros representantes de la dinastía de los Austrias, Carlos (1516-1556) y su hijo Felipe II (1556-1598). Carlos I aglutino una enorme cantidad de territorios, hasta el punto de hacer de la monarquía hispánica la primera potencia europea. Estos territorios fueron los siguientes: De sus abuelos maternos, los Reyes Católicos, recibió las Coronas de Aragón y Castilla, incluyendo los territorios de la Península Ibérica, el Nuevo Mundo americano, y en Italia el Milanesado, Nápoles, Sicilia y Cerdeña. De su padre, Felipe "el Hermoso", heredó los Países Bajos. De su abuela paterna (María de Borgoña) recibe la Borgoña. De su abuelo paterno Maximiliano recibió, por último, el titulo de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 1520 en oposición al rey de Francia, Francisco I. Por su parte, Felipe II, el segundo de los "Austrias mayores" e hijo de Carlos I, recibe todos los territorios de su padre menos el título de emperador que pasa a la otra rama de los Austrias. Vamos a analizar ambos reinados en función de sus características comunes. 1. En política exterior: Durante los dos reinados, la monarquía hispánica se esforzó por mantener se PRIMACÍA EN EUROPA, lo cual les llevó a largas y costosas guerras, sobre todo con Francia (batallas de Pavía en 1525 o San Quintín en 1557 y Gravelinas en 1558) e Inglaterra (desastre de la Armada Invencible, en 1588). Raúl Mayoral Trigo 4 Por otro lado, los dos monarcas se empeñaron en priorizar la DEFENSA DEL CATOLICISMO frente a sus amenazas en Europa, lo cual produjo interminables conflictos religiosos en el continente y tuvo enormes repercusiones para la situación económica de los reinos peninsulares, dando lugar a una monarquía crónicamente endeudada. Carlos I luchó infructuosamente contra el protestantismo (batalla de Mühlberg, en 1547) y su hijo se esforzó por detener el avance de éste en los Países Bajos (guerras de Flandes, 1568-1648). El otro gran pilar de la política exterior de los Austrias "mayores" fue la LUCHA CONTRA EL IMPERIO OTOMANO por la supremacía en el Mediterráneo, que llevó a campañas militares terrestres (toma de Argel por las tropas de Carlos I, en 1541) y batallas navales (como la de Lepanto, en 1571). 2. En política interior: Carlos I y Felipe II hicieron frente a problemas internos derivados de la tendencia (que ya hemos visto) hacia el ABSOLUTISMO DE LA MONARQUÍA. En el caso del primero, las sublevaciones de Comunidades y Germanías (1519-1522). Y, en cuanto al reinado de Felipe II, la rebelión de los moriscos de las Alpujarras (1568-1570) o el caso de Antonio Pérez que se saldó con la muerte del Justicia de Aragón, Juan de Lanuza, en 1591. Por lo tanto, a lo largo de estos dos reinados podemos ver cómo se va desarrollando poco a poco una APARENTE CONTRADICCIÓN: por un lado, la monarquía austracista era la mayor potencia militar del mundo, e incluía territorios en prácticamente todos los continentes (desde Europa hasta Filipinas pasando por el Nuevo Mundo). Esto, en apariencia, le otorgaba también unos gigantescos recursos económicos, humanos o materiales (como vimos al hablar de las minas en América), pero estos recursos se empleaban fundamentalmente en sufragar los GASTOS DE LA PROPIA MONARQUÍA, en concreto sus costosas campañas militares en Europa. Tanto es así, que el tesoro español estaba crónicamente exhausto y produjo varias suspensiones de pagos, por ejemplo en tiempos de Felipe II. Sin embargo, tenemos que hacer dos matices a esto: 1º. Debemos entender esta política en el contexto de una MONARQUÍA ABSOLUTA: sencillamente, los reyes administraban su PATRIMONIO y luchaban por mantener sus DOMINIOS, así que nunca se plantearon algo parecido a invertir en políticas "de desarrollo social". Recordad siempre que estamos hablando de monarcas ABSOLUTOS. 2º. Pero lo anterior sí tuvo consecuencia a medio y largo plazo: al llevar hasta el límite los recursos y empantanarse durante generaciones en guerras interminables, las sociedades peninsulares se empobrecieron cada vez más. Más aún, comenzaron a aparecer PROBLEMAS QUE ESTALLARÍAN EN EL SIGLO XVII, durante el reinado de los conocidos como Austrias "menores", que vamos a ver a continuación. Raúl Mayoral Trigo 5 LOS AUSTRIAS "MENORES" Desde un punto de vista dinástico, esta segunda etapa incluye los reinados de Felipe III (1598 – 1621), el más largo de Felipe IV (1621-1665) y finalmente el de Carlos II (16651700), tras el cual vendrá el cambio de dinastía. Como antes, veamos algunos rasgos generales de esta etapa: En primer lugar, llama la atención que el poder del monarca se "despersonaliza", ya que aparece la figura del llamado VALIDO, característica a partir de entonces de los Austrias "menores". No se trataba de algo exclusivo de la monarquía hispánica, pero sí que rompió con la forma "personalista" de reinar que habían tenido Carlos I o Felipe II. Un valido era una persona de la nobleza en quien el rey delegaba parte del ejercicio del poder, pero que en nuestro acabó por convertirse en el verdadero árbitro de la política y centro de las decisiones (que solían usar de modo particular, y en muchas ocasiones en beneficio propio). Los validos más conocidos fueron el Duque de Lerma, valido de Felipe III, y el Conde-Duque de Olivares, valido de Felipe IV. Por otro lado, la monarquía continuó con sus tendencias absolutistas, y siguió poniendo en marcha políticas de HOMOGENEIZACIÓN SOCIAL Y CULTURAL: recordad que, como ya sabemos, durante el reinado de Felipe III tendría lugar la expulsión de los moriscos (1609). Y además de todo lo anterior, los Austria "menores" siguieron empeñados en el mantenimiento de su PATRIMONIO territorial en Europa y la defensa del CATOLICISMO: a pesar de una etapa de cierta paz en el reinado de Felipe III, durante los reinados de Felipe IV y Carlos II las guerras en Europa volvieron a recrudecerse, sobre todo en los Países Bajos. En un primer momento, los TERCIOS consiguieron importantes y decisivas victorias, como la famosa rendición de la ciudad de Breda, en 1625, que inspiró el no menos conocido cuadro de Velázquez. Sin embargo, cuando estalló la llamada GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS (1618-1648)1, una de las más largas y mortíferas de la historia, y como primer resultado la guerra en Flandes pasó a ser parte de un conflicto mundial mucho más amplio. En 1635 la entrada de Francia en la guerra desniveló los combates y trajo el declive de la hegemonía española, algo que llegó a su punto álgido con la derrota en la batalla de ROCROI (1643). Estos últimos acontecimientos obligaron a que el valido de Felipe IV, el Conde-Duque de Olivares, planteara la necesidad de una UNIÓN DE ARMAS: cada reino aportaría a la monarquía una determinada cantidad de hombres para formar un ejército de 140.000 (Castilla aportaría 44.000 hombres, Aragón 10.000, Portugal y Cataluña 16.000 cada uno y los demás reinos un número proporcional a su población). Sin embargo, el proyecto fue inviable por varias razones, entre ellas la falta de censos que controlaran a la sociedad y, sobre todo, el rechazo de algunos territorios de la Corona, en espacial Cataluña y Aragón. A lo anterior debemos añadir que siguieron los GRAVES PROBLEMAS ECONÓMICOS: en 1608 Felipe III se vio obligado a declarar la quiebra de la monarquía, lo mismo que hizo años atrás su padre Felipe II, y lo mismo que también haría su hijo, Felipe IV. Ni siquiera la 1 No vamos a explicar los orígenes y evolución de esta guerra. Tan sólo señalar que se trató de un conflicto muy complejo que dividió a los Estados europeos en dos grandes bloques: católicos y protestantes, entre 1618 y 1648, que terminará con el TRATADO DE WESTFALIA (1648). Raúl Mayoral Trigo 6 llegada de plata procedente de América podía satisfacer las necesidades económicas de la monarquía. En fin, el resultado último de todo lo que acabamos de enumerar será la GRAVE CRISIS DE LA MONARQUÍA EN 1640. Por un lado, en diferentes lugares se producen levantamientos en contra de la política del Conde-Duque de Olivares. Así estallan motines en Nápoles, Sicilia, Nápoles, Cataluña, etc. Estos acontecimientos serán especialmente graves en el caso de Portugal (que se independiza de la monarquía hispánica) y Cataluña, donde el rechazo a la Unión de Armas o a los impuestos se mezcla con la cercanía a Francia, por entonces en guerra con España. En cualquier caso, todo lo anterior tiene dos repercusiones a corto plazo: 1ª. La CAÍDA DEL CONDE-DUQUE DE OLIVARES, valido de Felipe IV, en 1643. 2ª La firma del TRATADO O PAZ DE WESTFALIA EN 16482. El origen de este tratado de paz debe situarse en el comienzo de la guerra de los Treinta Años (1618-1648), a la que ya hemos hecho referencia. Los conflictos religiosos que venían sacudiendo a Europa desde mediados del siglo XVI se recrudecieron a principios del siglo XVII, dando lugar a dos bandos claramente enfrentados (Estados católicos contra Estados protestantes). Pero sería un error limitar las causas del conflicto a razones religiosas: al contrario, estaba también en juego el futuro de la hegemonía en Europa, que por entonces se dirimía entre una monarquía hispánica de los Austrias en evidente decadencia (la potencia dominante desde tiempos de Carlos I), y la Francia de los Borbones. Además, en el caso español la guerra tiene también que ver con el conflicto en los Países Bajos, que se habían rebelado intermitentemente contra los Austrias desde 1568. En todo caso, como también hemos visto la guerra no fue inicialmente contraria a los intereses de la monarquía hispánica: los TERCIOS lograron algunas importantes victorias como la toma de la ciudad de Breda (1625), pero la entrada de Francia en el conflicto a partir de 1635 desniveló la situación en contra de España, especialmente con la derrota en la batalla de ROCROI (1643). No olvidemos que todo ello tenía lugar al mismo tiempo que estallaban importantes revueltas en contra de la política de Olivares en 1640 (como la revuelta de los catalanes), que finalmente provocaron su caída en 1643. Y que la situación económica de España era absolutamente crítica, a pesar de las remesas de plata americana. El resultado en última instancia fue la firma de la PAZ O TRATADO DE WESTFALIA en 1648. En realidad este tratado hace alusión a dos paces, la PAZ DE OSNABRÜCK (firmada en mayo de 1648) y la de MÜNSTER (acordada en octubre del mismo año) que supusieron el final de la Guerra de los Treinta Años y la conclusión del conflicto entre España y los Países Bajos. 2 De aquí debéis extraer la respuesta al concepto "EL FIN DE LA HEGEMONÍAHISPÁNICA. LA PAZ DE WESTFALIA". Debéis iniciarlo con el contexto de lo que ocurre en la crisis de 1640. Raúl Mayoral Trigo 7 En cualquier casos sus consecuencias fueron las siguientes: 1º. La monarquía hispánica reconocería la independencia de los Países Bajos del Norte (la actual Holanda) tras aproximadamente ochenta largos años de conflictos. 2º. La hegemonía en Europa pasó de manos hispánicas a la Francia de Luis XIV. Por último, y a pesar de todo, España y Francia continuaron en guerra. En 1658 España volvió a ser derrotada en la BATALLA DE LAS DUNAS por un ejército franco-inglés, lo cual la obligó en 1659 a firmar la PAZ DE LOS PIRINEOS. Por esta España cedía a Francia el Rosellón, la Cerdaña y diferentes plazas fuertes en la frontera de los Países Bajos. La monarquía hispánica había dejado definitivamente de ser la potencia dominante de Europa, algo que quedaría perfectamente claro poco después, con el reinado del último representante de la dinastía austriaca, Carlos II "el hechizado". ARBOL GENEALÓGICO DE LA DINASTÍA DE LOS AUSTRIAS Raúl Mayoral Trigo 8 EL REINADO DE CARLOS II "EL HECHIZADO" Carlos II, llamado también el Hechizado, nació el 6 de noviembre de 1661. Era hijo de Felipe IV y de Mariana de Austria. A la muerte de su padre heredó todas las posesiones de los Austrias españoles, entre ellas Sicilia. Fue rey de España de 1665 a 1700. De constitución enfermiza, débil y de poca capacidad mental, hasta 1675 ejerció la regencia su madre, quien confió el gobierno a validos, al jesuita alemán Nithard hasta 1669 y a Fernando de Valenzuela. De 1677 a 1679 gobernó Juan José de Austria, enemigo de la reina madre, y posteriormente, hasta 1685, el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa. A la edad de 18 años Carlos II se casó en primeras nupcias con María Luisa de Orleans, hija del Duque Felipe de Orleans, hermano de Luis XIV y de Enriqueta Ana de Inglaterra. Diez años más tarde murió la reina y en 1690 tuvo lugar el segundo matrimonio del monarca con Mariana de Neoburgo, hija del elector Felipe Guillermo del Palatinado, Duque de Neoburgo. Carlos II no tuvo descendencia con ninguna de sus dos mujeres, dando lugar al problema sucesorio que trajo como consecuencia el final de la dinastía de los Austrias españoles. Recordemos que estos años finales del siglo XVII coinciden con la larguísima crisis que arrastra la monarquía hispánica desde décadas atrás: La situación económica del reino era absolutamente caótica y dio lugar a diversas bancarrotas a lo largo del siglo (a pesar, como hemos ido viendo, de los enormes recursos que tenía a su disposición la monarquía, incluyendo los procedentes de América). Sencillamente, no había ingresos suficientes para cubrirlos tremendos gastos, sobro todo los derivados de la política exterior de los Austrias, en concreto las continuadas guerras en el continente. Desde un punto de vista interno, parte de los territorios se había sublevado en contra de las políticas monárquicas, que a su vez insistían sobre todo en aumentar los impuestos sobre las clases campesinas (y que, recordemos también, eran la mayoría de la población: pero vivían al borde de la subsistencia, así que más impuestos implicaban hambre y enfermedades). Ya hemos visto ejemplos de estas sublevaciones, como la que tiene lugar en 1640 en Cataluña. Además, a nivel de la política exterior, la monarquía hispánica ya no era la HEGEMÓNICA en Europa: tras las derrotas militares y las Paces de Westfalia (1648) y los Pirineos (1659) había perdido sus antiguas posesiones en el continente, y ahora luchaba por evitar la fragmentación de sus propios territorios. Este es pues el contexto en el que tiene lugar el fin definitivo de la DINASTíA DE LOS AUSTRIAS en el año 1700. Tras dos matrimonios sin conseguir descendencia, aquejado de varias enfermedades (hay historiadores que sostienen que padecía el SÍNDROME DE KLINEFELTER, una alteración genética probablemente ocasionada por la ENDOGAMIA MATRIMONIAL de su dinastía, y que convierte a quien la padece en alguien especialmente propenso al retraso o algunas malformaciones físicas). De cualquier modo, los problemas físicos y mentales del rey avivaron: Raúl Mayoral Trigo 9 Conspiraciones y movimientos internos entre diversos sectores de la Corte. Los movimientos de las potencias europeas con vista a conseguir situarse mejor en la línea de partida para la sucesión, una vez que el rey muriera. Estas polémicas, internas y externas, se avivaron cuando falleció Carlos II el 1 de noviembre de 1700. Según las memorias del médico que realizó la autopsia del cadáver no tenía "ni una sola gota de sangre, el corazón apareció del tamaño de un grano de pimienta, los pulmones corroídos, los intestinos putrefactos y gangrenados, tenía un solo testículo negro como el carbón y la cabeza llena de agua". El problema sucesorio giró a partir de entonces en torno a dos bandos con sus respectivos candidatos: Los AUSTRACISTAS, así llamados por favorecer al archiduque Carlos, candidato de la dinastía de los Austrias. Los pro-BORBÓNICOS, que apoyaban al candidato de la casa Borbón, Felipe de Anjou. Además, Felipe había sido elegido por el mismo Carlos II en su testamento como sucesor. Como consecuencia de esta división estalló la que conocemos como GUERRA DE SUCESIÓN, un conflicto que fue a la vez civil e internacional: CIVIL, porque dividió a los territorios peninsulares de la monarquía entre partidarios de un bando u otro: muchos territorios de la Corona de Castilla apoyaron al candidato borbónico, mientras buena parte de los territorios de la Corona de Aragón se aproximaban al candidato de la dinastía austriaca. INTERNACIONAL, porque las potencias europeas apoyaron asimismo a uno u otro contendiente: Francia lógicamente lo hizo a favor de Felipe (que era nieto de Luis XIV "el rey Sol"), mientras el Sacro Imperio Romano apoyaba al candidato austriaco. En definitiva, la guerra entre unos y otros durará hasta 1713, cuando se alcance la PAZ o TRATADO DE UTRECHT, en realidad un conjunto de tratado por el cual la monarquía española pasó finalmente a las manos de una nueva dinastía, la de los BORBONES, cuyo primer representante será Felipe de Anjou, o según su numeral Felipe V. Raúl Mayoral Trigo 10 Raúl Mayoral Trigo