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ETICA DE KANT MUY RESUMIDA Kant pretende fundamentar una ética universal, válida para todo ser racional. Critica las éticas anteriores a la suya por ser éticas materiales. Una ética material es la que se basa en su contenido: propone a la voluntad algo como bueno, que ha de perseguirse y para alcanzarlo establece unas normas concretas. La mayoría consideran la felicidad o el placer como lo que es bueno, lo mejor, y la voluntad ha de dirigirse hacia ese fin; para lograrlo se han de cumplir una serie de normas, por ejemplo actuar en el término medio, o renunciar a los placeres cambiantes y excesivos. Pero Kant entiende que la búsqueda de la felicidad y la vida ética son dos caminos independientes. La felicidad, dice Kant, está relacionada con nuestros deseos e inclinaciones, mientras que la ética tiene que ver con hacer lo correcto, y se basa en la razón, y sólo basándose en la razón puede fundarse una ética universal. Por eso, frente a las éticas materiales o de contenido, la ética kantiana es una ética formal, no establece qué acciones concretas hemos de realizar, sino cómo debemos obrar siempre, y debemos obrar por deber. Existen tres tipos de acciones en relación al deber, es decir, se puede obrar: En contra del deber Acciones contrarias al deber Moralmente malas Son las que infringen una norma, como aquel que roba, miente o mata Conforme al deber pero NO por deber Acciones conformes al deber Legales. Son aquellas que se ajustan a la norma (por ejemplo, no robar), pero lo hacen por razones que no tienen nada que ver con la moral, sino con las consecuencias, son acciones que se realizan interesadamente para conseguir un fin o evitar un mal, como aquel que cumple las normas por temor al castigo o porque la autoridad lo ordena. Por deber Acciones hechas POR DEBER Moralmente buenas Aquellas en las cuales se cumple la norma por el deber de cumplirla, por puro respeto al deber, desinteresadamente, como el caso del alumno que pudiendo copiar en un examen, no copia, porque su deber le indica que no debe copiar. Solamente estas últimas tienen valor moral. Kant distingue así entre obrar "por deber" y obrar "conforme al deber": puede ocurrir que el sujeto actúe por algún interés, o buscando unas consecuencias y esa actuación coincida con la ley moral, en tal caso está actuando "conforme al deber", pero no por deber. El ámbito de las acciones realizadas por respeto al deber pertenece al ámbito de la moralidad y el conjunto de acciones que se realizan conforme al deber pertenecen al ámbito de la legalidad Si una persona realiza una acción de acuerdo con el deber y tiene, en cambio, como móvil de su acción o como fundamento que determina su voluntad, algún interés o inclinación, aunque actúe legalmente y conforme al deber, no lo hace por deber y su acción no es moral. La acción buena consiste en hacer lo que se debe, porque se debe: hacer lo correcto, por el motivo correcto. Y el motivo correcto es el deber. En definitiva, ¿Qué es obrar por deber? Obrar por deber es obrar cumpliendo la ley, por respeto a la ley. Es decir, es cumplir la ley moral por respeto a la misma. Hay que someterse a la ley no por la utilidad o satisfacción que su cumplimiento pueda proporcionar, sino porque tal ley existe y ha de ser respetada. El valor moral de una acción realizada por deber reside, no en los fines que nos proponemos con ella, ni en los efectos o consecuencias que de ella se derivan, sino en la intención de la voluntad. La intención NO ha de estar basada en inclinaciones, intereses, temor, deseos, etc. sino «en la máxima por la cual ha sido resuelta» Se llama máxima a la norma concreta según la cual se ha comportado un sujeto en una situación dada. Mientras que se denominan leyes, aquéllas que son válidas para todo ser racional. Obrar por deber es obrar según máximas que respeten las leyes morales y el fundamento de nuestra acción ha de ser el respeto a la ley y no las consecuencias que dicha acción puede tener. LA LEY MORAL La ley práctica, el principio que debe servir de fundamento a la voluntad, propone que yo debo obrar siempre de tal manera, que pueda querer que mi máxima se convierta en ley universal. Es un principio formal, pues no dice qué máximas o normas concretas hay que cumplir, sino la forma que éstas han de tener: tienen que poder ser universales, valer para todos ser racional Y este principio general se formula como un mandato o imperativo, pues la voluntad humana está afectada por inclinaciones (patológicamente afectada) y, por tanto, aunque es objetivamente necesariamente, el individuo no se comporta según ella de forma determinista, sino que puede hacerlo también por sus intereses, apetitos etc, es decir, es subjetivamente contingente, y se relaciona con la voluntad humana presionándola, como una constricción, toma la forma de imperativo. Y de imperativo categórico y no hipotético. Los imperativos hipotéticos mandan de manera condicionada. Pero esta ley manda de manera absoluta y para todo ser racional, por eso es un imperativo categórico. FORMULACIONES DEL IMPERATIVO CATEGÓRICO Kant ha ofrecido diversas formulaciones del imperativo categórico. la primera es la siguiente: "obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal". Cuando elegimos una máxima o norma concreta para regir nuestra acción, sólo será buena si podemos aceptarla como ley universal, es decir, lo que vale para mí ha de valer universalmente, de otro modo, no es válido para nadie, tampoco para mí. Es buena nuestra acción si la norma que vale para nosotros, podemos querer que sea la norma válida para todo ser racional. Por tanto, cuando asumo una máxima para guiar mi conducta, he de querer a la vez dos cosas: o Que sea la norma que rija mi acción o Que sea la norma que rija la acción de cualquier ser racional Otra formulación del imperativo categórico es la siguiente: "Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona, como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca sólo como un medio". Lo único que es fin en sí mismo es el hombre, en tanto que ser racional. Su valor es la dignidad y pertenece al reino de los seres racionales y no sólo al de la Naturaleza. No ha de ser utilizado nunca, por tanto, meramente como un medio, sino que se ha de respetar en él su racionalidad y libertad, que lo hacen un ser moral. Puesto que la razón se da a sí misma la ley por la cual se rige la voluntad, actuar respetando esta ley es AUTONOMÍA. Si actuamos por cualquier otro motivo: deseo, inclinación, buscando cualquier fin o consecuencia, nuestro móvil es externo a la razón, y por tanto actuamos heterónomamente (HETERONOMÍA) LOS POSTULADOS DE LA RAZÓN PRÁCTICA: LIBERTAD: que hace posible la ley moral. Al sentir en nosotros el deber, que es la representación en nosotros de la ley moral, nos damos cuenta que somos seres racionales, no sólo seres naturales, pertenecientes a la realidad natural de los fenómenos, que siguen las leyes físicas, sino también seres nouménicos, racionales, que se dan a sí mismos sus propias leyes, las leyes que nacen de la razón práctica. INMORTALIDAD DEL ALMA La ley moral nos orienta a la virtud, a adecuar por completo nuestra voluntad con la ley moral. Pero esto es imposible en esta vida fenoménica. Por tanto ha de suponerse la inmortalidad del alma. DIOS: Quien cumple la ley moral y se hace virtuoso, merece ser feliz. El bien supremo es la unión de virtud y felicidad. Pero en la realidad natural esta unión no se da necesariamente. Dios garantiza la felicidad a quien se hace merecedor de ella.