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Año de la misericordia
Queridos hermanos y hermanas:
Abenduaren zortzian hasiko da Errukiaren urtea
El ocho de diciembre comenzamos la celebración del año de la
misericordia. De este modo, el Papa Francisco ha querido recordar el
quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II. En la
Bula de convocatoria de este año titulada “Misericordiae vultus”, nos
recordaba las palabras del Papa San Juan XXIII: “En nuestro tiempo, la
Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar
las armas de la severidad… La Iglesia Católica, al elevar por medio de este
Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse
madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de
bondad para con los hijos separados de ella”.
Errukia poztasun, lasaitasun eta bake iturria da
El Papa Francisco, también ha querido pincelar los aspectos que se
encierran en la realidad que llamamos misericordia. Así, afirma que
“siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia.
Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra
salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima
Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a
nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el
corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que
encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el
hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para
siempre no obstante el límite de nuestro pecado” (Misericordiae vultus,
2).
Errukiak oinazean hartzen dau benetako zentzuna
En nuestra última carta conjunta titulada “misericordia entrañable”, los
obispos del País Vasco y Navarra quisimos tratar este tema y lo
proponíamos para su oración, reflexión y compromiso durante este
tiempo. En ella afirmábamos que “La misericordia de Dios se expresa en
una Alianza a la que Él será siempre fiel, a pesar de las infidelidades del
pueblo. Esta Alianza es un don y una gracia, particularmente en los
momentos de desesperanza y muerte. De ahí viene la palabra
misericordia: Un corazón que se vuelve hacia la miseria humana, el
corazón de Dios que abraza y rescata de la fragilidad, de la quiebra interior
y del pecado al ser humano para restablecerlo nuevamente en la Alianza.
El término misericordia adquiere su profundo significado precisamente
ante la infidelidad y el sufrimiento. La fidelidad de Dios sale en rescate de
quien ha sido herido y derribado en su caminar. La misericordia va más
allá de la compasión: es activa, es salida, es búsqueda sin fin para rescatar,
sanar, restablecer, vivificar” (n.5). En este contexto, hablábamos de los
elementos que hacen presente la misericordia en nuestra propia vida
personal y comunitaria: la necesidad de la conversión personal, el
sacramento de la Reconciliación como fuente de misericordia, la
necesidad de una conversión pastoral de nuestras comunidades en clave
de salida y todo ello bajo la guía e inspiración del Espíritu Santo. Así
mismo, proponíamos algunos ámbitos necesitados especialmente de
misericordia: la convivencia social tantos años herida por la violencia y el
terrorismo, la familia, el servicio a los pobres y excluidos, el mundo del
sufrimiento y la enfermedad y la necesaria transformación social en clave
de acogida, encuentro, acompañamiento y esperanza.
Makalenen ondoan egon eta injustiziak salatu behar doguz
También en el discernimiento diocesano que estamos realizando, la
misericordia es uno de los ejes fundamentales de la misión de la Iglesia. En
el texto que están trabajando los diversos consejos se afirma que “la
diócesis en general y cada comunidad en ella están llamadas a detectar y
acompañar las nuevas pobrezas que van apareciendo. Es preciso
complementar su atención con la denuncia de las injusticias que las
provocan y aportar propuestas para su erradicación. Siendo el servicio un
punto fuerte de la acción evangelizadora de la diócesis, es preciso dar a
conocer más eficientemente lo que se realiza”.
Abenduaren 13an Katedraleko Ate Santua zabalduko da
El próximo ocho de diciembre, en la Misa de la Concepción Inmaculada de
María el Papa inaugura este año de la Misericordia. De este modo se
subraya que María es Reina y Madre de misericordia. De Ella hemos
recibido a Jesús que es el rostro encarnado de la misericordia del Padre.
En Ella, en la Encarnación del Hijo de Dios, también nuestra carne es
alcanzada, tocada y restaurada por la misericordia. En nuestra diócesis,
tendré el gozo de abrir la puerta santa de la Misericordia en la catedral el
domingo 13 de diciembre a las 12 del mediodía. Estáis todos invitados a
participar. Que durante este año podamos experimentar en nuestra
propia vida la infinita misericordia de Dios y que con Él podamos ser
testigos y sembradores de su misericordia. Con afecto.
+ Mario Iceta Gabicagogeascoa
Obispo de Bilbao