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Reflexión sobre ética y religión Por Mariana Carasso Bravo La naturaleza tanto como el funcionamiento del universo han conmocionado e inspirado curiosidad en los seres humanos desde el comienzo de la humanidad. “Todos los hombres desean por naturaleza conocer” (CASSIRER: 1968:1), así mismo los hombres siempre desearan descifrar los misterios de la naturaleza. Esta curiosidad natural del ser humano originó el desarrollo de los mitos como fuentes de explicación. Por medio de los mitos, los hombres comenzaron a otorgarle una razón de ser a todo lo que sobrepasaba su control. Los mitos son formas en las que el hombre primitivo logró entender los enigmas de la naturaleza al igual que las “situaciones limite de la existencia” (JASPERS: 1968: 8), siendo las que sobrepasan el poder humano, tales como: la muerte, el dolor, la enfermedad y el nacimiento entre otras. El mito se transformo en distintos tipos de religiones cuando el hombre anheló comprender su finitud. Las religiones han sido esenciales en el desarrollo de las civilizaciones, sin embargo hoy en día se cometen demasiadas atrocidades alrededor del mundo en su nombre. Las religiones han dividido pueblos en lugar de unificarlos. Todas las religiones han sido malinterpretadas en algún punto de la historia por grupos extremistas en poder. Yo no tengo religión. Esto no significa que no respeté a las religiones aunque me cueste trabajo entender su relevancia. Creo que la reflexión introspectiva de una persona sin religión es demandante, relevante e igual de válida que la creencia religiosa. Es importante aclarar que hay dos tipos de religiones, las monoteístas y las místicas. Las principales religiones monoteístas son el cristianismo, judaísmo y el islam. Las religiones místicas son el hinduismo, sintoísmo, taoísmo y el budismo. La diferencia sustancial entre ambos tipos de religiones es que las místicas aceptan el relativismo mientras que las monoteístas se establecen como absolutas. El propósito de las religiones, haciendo referencia al mito como concepto, es la búsqueda de la verdad. Las religiones vienen siendo la manera en la que el hombre aspira comprender su mortalidad. Ninguna religión puede establecerse como la verdad absoluta debido a que “habría que estar al final de la historia para pronunciarse sobre su sentido último” (FRAIJO:1977:169). Consecuentemente, se podría decir que las religiones monoteístas toman el papel de los porteadores en el mito de la caverna de Platón por establecerse como verdades absolutas cuando realmente no lo son. Las religiones monoteístas transmiten mandamientos, historias y valores a sus devotos como si fueran los únicos legítimos en la realidad, al igual que las sombras vistas por los prisioneros dentro de la caverna producidas por los porteadores. Debido a esto, los monoteístas usualmente sólo consideran verídico lo que es reconocido por su religión. El hecho de que las religiones sean absolutistas hace que los devotos no pueda adoptar otras opiniones o valores de distintas fuentes sin ser considerados como infieles, así fomentando el fundamentalismo. Creo que la realidad y la comprensión de la vida es mucho más amplia y complicada que lo que cualquier institución religiosa monoteísta puede llegar a establecer. El problema con las religiones monoteístas es que debido a que se consideran como la verdad absoluta la mayoría de las veces sus devotos suelen entrar en conflicto al interactuar con otras religiones o con gente que piense diferente. Las religiones monoteístas tratan de imponer o establecer sus valores religiosos como absolutos. Por ende, estas religiones son más propensas a ser malinterpretadas por seguidores que tengan el poder de infligir en contra del bienestar de personas que piensen diferente. Actualmente, las mal interpretaciones del Qu’ran por parte de sólo unos cuantos, manifestándose como terrorismo, ha llevado a una de las crisis humanitarias más grandes de nuestro siglo. Los ataques y atentados hacía el bienestar de cientos de personas inocentes, ejemplifican el intento de imponer una verdad absoluta generada por una interpretación errónea del Islam. Se podría decir que las religiones místicas no tienen este tipo de problemas de mal interpretación al ser más abiertas al relativismo y no estableciéndose como absolutas. Yo creo en la búsqueda del saber. No tengo ninguna autoridad como para descartar la posibilidad o tratar de establecer como absoluto la inexistencia de Dios. Creo en la filosofía. Creo que “no hay unanimidad alguna acerca de lo conocido definitivamente” (JASPERS:1968:7), por lo tanto no creo en la verdad absoluta de las religiones. Sostengo que la búsqueda de la verdad debe de estar ligada a la filosofía, esta siendo completamente original en todo momento. Creo que la filosofía debe de ser un cuestionamiento constante y una “actividad viva del pensamiento y la reflexión sobre este pensamiento, o bien el hacer y hablar de el” (JASPERS: 1968: 12). Pienso que la búsqueda del saber genera dudas y preguntas que pueden ser resueltas como el individuo lo considere óptimo, a través de la religión o no. La capacidad del hombre de seguir viviendo sin importar saber que su vida eventualmente acabará predispone a que se trate de determinar y entender la muerte como fenómeno natural. En lo personal yo trato de entender la muerte y la vida humana por medio de la filosofía, usando mis acciones como manera de “justificar [mi] elección de vida y desarrollar todas sus implicaciones” así adoptando una “práctica del modo de vida filosófico en forma del diálogo con el otro y con[migo misma]” (JASPERS:1968:15). Trato que mi elección de vida fomente la mejora de mi persona por medio de mis acciones día a día, entendiendo esto como el fin de mi vida. Así mismo no es necesario ser una persona religiosa para poder ser una persona espiritual. Según Pierre Hadot, una persona puede llegar a la espiritualidad formando un diálogo constante consigo mismo como reflexión de sus propias condiciones, al igual que las del individuo en relación a su entorno, siempre y cuando se generen acciones congruentes con lo establecido mediante el proceso de reflexión (HADOT: 1998). El mismo resultado se puede obtener con la religión, logrando ser una persona espiritual al realmente ligar las acciones propias con las reflexiones generadas por medio de las practicas religiosas. Sin embargo, este es uno de los principales problemas de las religiones monoteístas como creencias, ya que muchos devotos erróneamente consideran el ser una buena persona como medio para encontrar la salvación después de la muerte. Sin ser una persona religiosa, pero reconociendo la posibilidad de que Dios podría llegar a existir, creo que el ir al cielo o ir al inferno no debería de incentivar a la gente para vivir una buena vida. Creo que el mejorar como persona diariamente, es el fin de la existencia humana, siendo un fin que se agota en si mismo. Por lo tanto, me declaro agnóstica porque yo no soy nadie para establecer si Dios existe o no. Si es que Dios existe imagino que nos ha de valorar a todos los seres humanos por igual, sin importar la religión, con tal de que vivamos una vida reflexionada. Creo firmemente en la ciencia aunque de igual forma creo en un poder divino estrechamente relacionado con la naturaleza. Esta divinidad abstracta, la cual no puedo definir, es a la que atribuyo responsable de los misterios de la vida humana tanto como los del universo que la ciencia no puede lograr resolver. Por medio de este trabajo pude llegar a establecer y fundamentar mis creencias, ahora entiendo que el no creer en las religiones no se trata de establecer un dogma en contra de ellas. Si no, de comprender que la opción de ser religioso es estrictamente personal e igual de valida que optar por el agnosticismo o el ateísmo. La religión no determina la bondad ni la espiritualidad de una persona, sus valores y la congruencia de sus acciones con sus reflexiones sí. BIBLIOGRAFÍA: CASSIRER ERNS, “Mito y Religión” en Antropología Filosófica, Fondo de Cultura Económica, México, 1968. Castelló, Meliá, Juan Carlos, “Metáfora primera: el prisionero liberado”, en Ocho metáforas sobre la condición humana, Editorial Diálogo, Valencia, 2001. FRAIJÓ,MANUEL , Relativismo y Religión, España, 1977. GARCIA G, DORA ELVIRA, “Dimensión ética de la vida humana” en Ética, Persona y sociedad, una ética para la vida, Porrua SA de CV, México, 2008. HADOT PIERRE, “Filosofía y discurso filosófico” en ¿Qué es la filosofía antigua?, Fondo de Cultura Económica, México, 1998. JASPERS KARL, La filosofía, Fondo de Cultura Económica, México, 1968.