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CÓMO IDENTIFICAR LAS DEFICIENCIAS DE LAS PLANTAS Las deficiencias nutritivas se originan porque nos falta añadirle algún abono rico en el mineral concreto y hallar el problema es difícil. Si analizásemos una planta en un laboratorio extraeríamos más de 100 elementos minerales. Satisfacer uno por uno las necesidades de cada uno es imposible por lo que generalmente se dividen en 2 tipos: microelementos y macroelementos. Cuando el suelo no es capaz de satisfacer las necesidades de la planta o el cultivo, aparecen los primeros síntomas visuales de deficiencias o carencias minerales. Identificar la causa del problema es vital para iniciar el tratamiento y en algunos casos resulta bastante complejo saber qué elemento es el que no están en suficiente cantidad en la planta debido a que se puede enmascarar con plagas o enfermedades, falta de riego, insolación etc. El hecho de diferenciar microelementos y macroelementos no se basa en función de que unos minerales sean más importantes que otros, pues todos son igualmente indispensables y son conocidos como elementos esenciales (su ausencia paraliza una función fisiológica e intervenir en una reacción enzimática de la planta, y no puede desarrollarse sin ellos). La diferencia entre micro y macro radica en la cantidad. En el caso de los microelementos, que diremos a continuación cuáles son, necesitan menores aportaciones para el óptimo desarrollo de la planta y todo lo contrario a los macroelementos, que tiene que encontrarse en mayor cantidad en la planta. Macronutrientes o macroelementos: - Macroelementos esenciales Carbono: 40-50 % Oxígeno: 42-44 % Hidrógeno: 6-7 % - Macroelementos primarios Nitrógeno Potasio Fósforo - Macroelementos secundarios Calcio Magnesio Azufre Micronutrientes o microelementos - Microelementos esenciales Hierro Manganeso Boro Zinc Cobre Molibdeno Cloro Puede ser que a pesar de que hayamos añadido nuestra materia orgánica, en suficiente cantidad o no, aparezcan síntomas en la planta, que suelen visualizarse sobre las hojas, flores o frutos, con cambios de color o marchitamiento general. El problema de la deficiencia de los elementos indispensables es que la falta de uno reduce el rendimiento del resto de minerales, debido a la movilidad y presencia de antagonistas entre ellos, por lo que el problema se agrava. Vamos a ver la función de cada elemento y los síntomas que presenta la planta cuando no se encuentran en suficiente cantidad. Los macroelementos esenciales (carbono, oxígeno, nitrógeno) no son mencionados como susceptibles de deficiencias ya que se extraen del aire o del agua de riego y no forman parte, como los que aparecen a continuación, de la extracción de los sólidos del suelo. DEFICIENCIA NITRÓGENO Síntomas en la planta: los primeros síntomas en la planta se observan sobre las hojas más antiguas. Estas hojas pierden su color verde natural y se tornan progresivamente amarillas, incluidas las nerviaciones. Si la deficiencia continúa, las hojas nuevas también se tornarán amarillas. DEFICIENCIA DE POTASIO Síntomas en la planta: al igual que en el caso de la falta de nitrógeno en la planta, esta carencia se presenta en las hojas antiguas, pero su aspecto es totalmente distinto al del anterior caso. Las puntas y los bordes de las hojas se amarillean para, con el tiempo, necrosarse y secarse. En algunos casos (aunque no es lo común) se observan una coloración rojiza sobre las hojas jóvenes. Deficiencia de potasio en Judía DEFICIENCIA DE FÓSFORO Síntomas en la planta: la carencia de fósforo en la planta produce alteraciones en las hojas antiguas. Sobre ellas se aprecia un cambio de color hacia verdes oscuros. Este color, con el avance de los síntomas se vuelve rojizo y se seca. También se puede averiguar el problema debido a una reducción del tamaño de estas, aunque este síntoma aparece cuando la carencia de este elemento es pronunciada. Además, los tallos y brotes se adelgazan y produce un marchitamiento o pérdida de vigor generalizado sobre la planta, en estados avanzados del problema. Deficiencia de fósforo en E. globulus DEFICIENCIA DE CALCIO El calcio es un elemento que garantiza el vigor de la planta y otorga rigidez a los tallos que sostienen las hojas y las flores. Presenta el problema de que es un elemento poco móvil en la planta y a las raíces les cuesta absorberlo con facilidad. Es un gran compañero del Boro, y se ha demostrado que sin la presencia de este elemento, el calcio no se fija muy bien sobre el cultivo. Síntomas en la planta: la carencia de calcio suele ocurrir en suelos ácidos (por debajo de pH 5) o en suelos muy básicos (pH >9) y los primeros síntomas aparecen en las hojas jóvenes, donde se forman unas manchas circulares que se vuelven marrones con el tiempo y necrosan. En los tallos también se observan un debilitamiento (como en el fósforo) y un amarilleamiento sobre los brotes jóvenes. Deficiencia de calcio en alubia DEFICIENCIA DE MAGNESIO Síntomas en la planta: los primeros síntomas de las deficiencias de magnesio aparecen en las hojas antiguas. La hoja se torna de color amarillo que torna con el tiempo a rojizo o bronceado. En el caso del limón, por ejemplo, aparece una V invertida en la base de la hoja. Deficiencia de magnesio en geranio DEFICIENCIA DE HIERRO La falta de hierro en las plantas provoca la conocida clorosis férrica. La clorosis férrica es una de las principales carencias en los cultivos, si no, al menos, la más conocida. En general, se caracteriza por una alteración del color en las hojas. Pero existen muchas carencias que muestran cambios muy parecidos. Por eso es necesario profundizar más en el tema. La clorosis férrica se trata, en la mayoría de las ocasiones en carencias secundarias o inducidas, conocido como “clorosis”, al tratarse de un déficit de clorofila. Clorosis férrica en membrillero Los síntomas se inician en las hojas jóvenes, debido a que la movilidad del hierro es pequeña. Causas: Suelos ricos en caliza: el ca2+ es antagonista del Fe. La clorosis férrica suele aparecer a partir de contenidos entre el 7-8 % Ca2+. Suelos básicos Al contrario de lo que se puede pensar también pueden aparecer deficiencias en hierro en suelos ácidos, ricos en fosfatos solubles. (Origen de clorosis férrica por precipitación de Fe3+ en forma de ácido fosfórico). Acción de elementos metálicos: Aplicaciones para tratamientos de hongos (fungicidas) a base de Cinc o Cobre puede originar una carencia de hierro en el cultivo. En el caso del cinc, los cationes de este elemento interfieren en el transporte de Fe de raíces a las partes aéreas. Clorosis férrica en olivo Presencia de antagonistas: manganeso El Manganeso en estado soluble origina carencias de hierro. Estando el Mn oxidado, el Fe reducido se oxida, pasando de Fe2+ a Fe3+ La relación en un cultivo Fe/Mn se sitúa entre 1,5 y 2,6. Por debajo de 1,5 aparecen síntomas de deficiencia de Fe (exceso de Mn). clorosis férrica en cítrico Factores climáticos de la clorosis férrica: Frío: las bajas temperaturas inciden en el desarrollo de la clorofila, tanto en la formación (se reduce) como en la destrucción. Encharcamiento: produce una deficiencia de O2 y un exceso CO2 que con el agua del suelo origina HCO3– en suelos con contenido en caliza. Afrontar el problema Añadir hierro al suelo o a la planta: actualmente la solución más eficaz para remedir la clorosis férrica es la utilización de quelatos. Los quelatos de hierro son fotosensibles, por lo que la aplicación en suelo es más efectiva. La aplicación de quelatos de Fe se puede efectuar mediante aplicaciones al suelo o pulverizaciones para su absorción foliar. La mejor época de aplicación de los quelatos de hierro es preferentemente al final de invierno o principios de primavera. La inyección a presión de sulfato de hierro en árboles también es una posible solución. Aplicaciones foliares no se obtiene mucho éxito. Si el problema persiste o se repite en ocasiones el problema se debe afrontar orientado a hacer más asimilable el Fe en el suelo. Regulación de la humedad en el suelo o acidificándolo (poco efectivo en la práctica) Clorosis férrica en peral Para acidificar el suelo se tienen varias soluciones: se puede aplicar turba con pH bajo, que a largo plazo y en sustratos de mezcla 50 % turba 50 % tierra o 1-2 kg por metro cuadrado se consigue reducir la basicidad del terreno. Se puede optar por aplicaciones al suelo de azufre (suele ser barato) a razón de 100 gr/ metro cuadrado y con un plazo de actuación de varios meses. Estas aplicaciones se realizan para cultivos que exigen suelos ácidos, y se suele preparar el terreno antes de la plantación. Realizar esta práctica cuando se ha presentado el problema de clorosis no solucionará a corto plazo el problema. Aplicaciones al suelo de sulfato de hierro tienen la función de reducir el pH del suelo (3-5 gr/L agua), al igual que el azufre o la turba y también resulta rentable. Estas aplicaciones se deben reponer en el momento en el que el suelo recupera la basicidad. Generalmente, el suelo tiene una gran capacidad tampón para regular el pH del suelo, y puede llegar a resultar un proceso muy largo y costoso conseguir el pH requerido. Los quelatos ofrecen la solución más exitosa y a corto plazo. Se pueden aplicar tanto al suelo como en aplicación foliar (en cuestión de días la planta puede recuperar su deficiencia de hierro). El inconveniente resulta del precio por la obtención de estos productos. EN RESUMEN Las hojas afectadas dan a primera vista indicios valiosos. Algunos nutrientes, como potasio o magnesio, son muy movibles dentro de la planta. Estos son transportados por el floema hacia las partes más jóvenes de la planta, de tal forma que la carencia puede ser notada sobre todo en las hojas más viejas. Por el contrario, el abastecimiento insuficiente de azufre, manganeso o boro se nota primero en las hojas jóvenes. Estos nutrientes permanecen prácticamente inamovibles dentro de la planta. Las nuevas partes de la planta se forman sin contar con ellos, produciéndose necrosis o clorosis.