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CURSO DE NEURODESARROLLO ESCUELA DE POSTGRADO FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA EVALUACIÓN DE LA VI UNIDAD Dra. María Victoria Pimentel Moreno TEMAS Primero: es necesario que explique en un esquema sencillo y práctico la memoria y los distintos tipos de memoria. Segundo: un grupo de estudiantes le cuestionan sobre la “memoria de trabajo”. Explíqueles con palabras sencillas pero concretas la memoria de trabajo y sus distintos componentes. La memoria de trabajo es la capacidad para mantener información en la mente de forma activa, con el objeto de registrarla, almacenarla, o completar una tarea voluntariamente. Gracias a ella podemos realizar actividades múltiples o simultáneas, tales como cálculos matemáticos o seguir instrucciones complejas. La información que proviene de los registros sensoriales, al ser atendida, se transfiere a esta memoria para su procesamiento. La memoria de trabajo permite, además de retener transitoriamente los datos, compararlos y relacionarlos entre sí. Es limitada, pero permite interferencias, lo que le da flexibilidad, haciendo posible que podamos acceder a más información, la cual puede ser manipulada para procesos cognitivos complejos. Además, se encuentra en conexión con la memoria a largo plazo, la cual le aporta información que puede ser utilizada para la resolución de problemas. La información en esta memoria se mantiene activa dependiendo de la atención que estemos prestando a la misma y decae cuando nuestra atención se desvía. Sería el equivalente a la memoria RAM de las computadoras: mantiene información de manera transitoria para que podamos utilizarla en un momento determinado. De una forma más gráfica, imaginemos que estamos construyendo una pared. La memoria de trabajo sería un camión que nos trae ladrillos y cemento que podemos utilizar ahora, pero que sólo está un momento. Sin embargo, al momento siguiente puede traer clavos y tornillos, y luego agua, repello y pintura, de acuerdo a nuestras necesidades, para modificar o mejorar la pared, pero también tendría acceso a los planos para ver qué materiales se necesitan. En cuanto ya no nos interese la pared, podría traernos, por ejemplo, harina y leche para hacer pan. La memoria de trabajo tiene tres componentes básicos: el bucle fonológico, que se encarga de mantener activa la información proveniente del lenguaje, tanto oral como escrito. Permite el almacenamiento transitorio del material verbal a corto plazo gracias a un proceso de repaso subvocal, que posibilita mantener la información en la conciencia durante un determinado período de tiempo. Una agenda visuoespacial, encargada de retener, codificar e integrar imágenes visuales. Y un ejecutivo central, que organiza el flujo de información mediante la atención: distribuye la atención asignada a cada tarea y vigila y ajusta la atención de acuerdo a las demandas. Tercero: ¿en qué se diferencia y en qué se complementan la memoria y el aprendizaje? El aprendizaje se refiere a los procesos por los cuales nuestra conducta varía y se modifica a lo largo del tiempo, adaptándose al entorno. Es la incorporación de nuevos elementos a nuestros esquemas mentales o la adquisición de nuevos conocimientos para generar nuevas conductas, de manera relativamente permanente. Este cambio varía desde lo más elemental a lo extremadamente complejo. La memoria es la capacidad de retener y de evocar datos o eventos, mediante procesos de codificación, almacenamiento y de recuperación de la información. Tanto la memoria como el aprendizaje son dos fenómenos interdependientes, que están íntimamente relacionados e implican la capacidad para adquirir información. El aprendizaje es un proceso de cambio, de adquisición de conocimientos e incorporación de nuevas conductas y formas de reaccionar ante el ambiente. El potencial para aprender involucra la capacidad del cerebro para recordar. Ambos son procesos dinámicos, e implican que la información pueda ser modificada debido a la adquisición de nuevos datos, interpretación diferente, decaimiento de recuerdos, etc. Una vez una conducta ha sido aprendida, se convierte en memoria implícita (aprendemos a leer, montar bicicleta, patinar, escribir a máquina, etc.), mientras que la memoria declarativa se refiere a conocimientos que podemos recordar y expresar verbalmente, aunque no implique cambio de conducta (podemos recordar las capitales de Europa que antes no sabíamos, pero también podemos recordar dónde parqueamos el automóvil o la alegría de una fiesta de cumpleaños). Cuarto: Elabore una definición de “Inteligencia” y elabore un argumento en favor de los test de inteligencia y otro en contra de los test de inteligencia. La dificultad en definir inteligencia radica en que es compleja y multidimensional. El tener una memoria prodigiosa no garantiza que podamos resolver un problema en la vida real. Retirar la mano de una plancha caliente no asegura que seamos inteligentes. Tener muchos amigos tampoco. Por tanto, debemos incluir todos los ámbitos, desde la habilidad para comprender hasta la eficacia en resolver coherentemente los problemas y adaptarse a las nuevas situaciones. Podríamos decir que inteligencia es la capacidad para adquirir conocimientos, resolver problemas, adaptarse e interactuar de manera efectiva con el ambiente. Las pruebas para medir la inteligencia han sido controversiales, primero porque no existe una definición de inteligencia que sea aceptada por todos. Por otro lado, dado que la inteligencia incluye múltiples esferas, los test no reflejan la habilidad de una persona en todas las dimensiones. Muchas de las capacidades que miden los test de inteligencia no evidencian la competencia de un individuo para tomar decisiones, adaptarse a nuevas situaciones, resolver problemas técnicos, relacionarse de manera efectiva en sociedad, o comprender valores éticos. Además, para algunos de las pruebas de inteligencia se requiere educación formal, lo que podría favorecer a determinados grupos sociales o étnicos. A favor de las pruebas debemos decir que aunque no dan un pronóstico definitivo, sí proyectan el potencial de un individuo, sobre todo en lo relacionado con rendimiento académico o éxito escolar. El sujeto con coeficiente intelectual normal o alto tiene un pronóstico más favorable en ese sentido que quien lo tiene por debajo de la media. Pueden economizar tiempo, aumentan la objetividad en algunas decisiones, como por ejemplo para contrataciones de empleos que requieren determinadas habilidades. Además, nos permiten elaborar estrategias de enseñanza o refuerzo y hacer comparaciones antes y después de realizar una intervención.