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VICARÍA ZONA SUR Pastoral de Espiritualidad LECTURA ORANTE DE LA PALABRA EVANGELIO DE MATEO 1, 18-24 Domingo 18 de Diciembre de 2016, 4° de Adviento PREPARACIÓN. Buscamos un lugar tranquilo, nos relajamos y ponemos en las manos del Señor las preocupaciones que nos habitan en este momento. Ya nos acercamos a la Navidad. Este 4º Domingo de Adviento nos invita a recordar el verdadero origen de Jesús, mostrándonos la riqueza de las personalidades de José y María, que acogen el Don de Dios no sólo para sus vidas sino para toda la humanidad. INVOCACIÓN. ¡Ven, Espíritu Santo! Abre nuestros oídos para escuchar Tus llamadas, las que nos llegan hoy desde los sufrimientos, conflictos y contradicciones de los hombres y mujeres de nuestros días. Haznos vivir abiertos a Tu acción en la comunidad para engendrar la fe nueva que necesita esta sociedad nueva. Que en Tu Iglesia vivamos más atentos a lo que nace que a lo que muere, con el corazón sostenido por la esperanza y no minado por la nostalgia. ¡Ven, Espíritu Santo! Enséñanos a vivir con alegría este tiempo de Adviento y danos la gracia de acoger en nuestros corazones al Mesías esperado. Amén. LECTURA. ¿Qué dice el texto de Mateo 1, 18-24? Leemos el texto en voz alta con mucha atención. Podemos ayudarnos con estas preguntas: ¿De qué quiere hablar el evangelista en este texto? ¿Qué relación había entre María y José? ¿Cómo fue concebido el hijo de María? ¿Cómo reaccionó José ante la noticia del embarazo de María? ¿Qué le hizo cambiar de parecer? ¿Qué antepasado de José menciona el Ángel del Señor? (Mt 1, 6. 16) ¿Qué información le da el ángel del Señor a José? ¿Qué nombre le deberá poner José al niño? ¿Qué significa ese nombre? ¿Qué nombre llevaría el niño anunciado por el profeta? ¿Qué significa? (Is 7, 14) ¿Qué hizo José al despertar del sueño? Algunas pistas para comprender mejor el texto: El evangelista quiere dejar completamente claro el origen de Jesús : Su naturaleza humana –hijo de María, la esposa virgen de José– y Su naturaleza divina – concebido por obra del Espíritu Santo–. El embarazo de María ocurre «por obra del Espíritu Santo»; es claro que José no toma parte. Pero queda por explicar aún el papel de José en los orígenes de Jesús. José enfrenta un conflicto y debe tomar una decisión. Como es un hombre justo, se deja guiar por la Palabra de Dios, que le llega en el sueño a través de un Ángel. El mensaje del Señor para José, descendiente del rey David, es un llamado a que ejerza su responsabilidad como miembro del Pueblo elegido que aguarda al Mesías. El Ángel del Señor lo invita a confiar –«No temas recibir a María, tu esposa»– y le confirma su autoridad paterna al señalarle que él debe ponerle el nombre al niño. Jesús = «Dios salva», Emmanuel = «Dios-con-nosotros». No hay gesto de misericordia más grande que ponerse en el lugar del otro; Dios nos trata con misericordia, encarnándose en la humanidad para salvarnos y quedarse con nosotros para siempre. MEDITACIÓN. ¿Qué me o nos dice el texto de Mateo 1,18-24? El texto que hemos leído, lo aplicamos a nuestra propia vida con éstas u otras preguntas. ¿Qué decisiones importantes he debido tomar en mi vida? ¿Quiénes me han ayudado a discernir? ¿He vivido alguna situación en que Dios cambió mis planes? ¿Cómo sucedió? ¿Qué hago para descubrir la Voluntad de Dios para mí? ¿Puedo aceptarla con humildad y sencillez? Jesús = «Dios salva», Emanuel = «Dios-con-nosotros». ¿Qué Dones de Dios significan estos nombres para mí y para toda la humanidad? ¿Qué voy a hacer para que Jesús, María y José sean los protagonistas de mi Navidad? ORACIÓN. ¿Qué le respondo al Señor luego del regalo de Su Palabra? Es momento de responder al Señor, orando con tus propias palabras lo que el texto ha provocado en tu interior. ¿Quieres darle gracias al Señor? … ¿Necesitas pedirle perdón por algo? … ¿Quieres pedirle Su ayuda y protección para alguien? … ¿Qué le pides para ti, tu familia y tu comunidad en esta Navidad? … Conversa con el Señor, Él te escucha ... CONTEMPLACIÓN. Dejo que el Señor me ame y me transforme. Permanece con los ojos cerrados y en silencio apacible, acogiendo con un corazón sencillo la Presencia del Señor que te alienta y te sostiene. No necesitas pensar en algo en particular; sólo permanece en el Señor, acogiendo la paz, la vida, el amor, el perdón, que te llegan de Jesús el Salvador, el «Dios-con-nosotros». Al despertar del sueño, José seguramente se ha quedado meditando en silencio el anuncio recibido, y su corazón se habrá vuelto completamente hacia Dios. Haz tú lo mismo: Escucha a Dios en tu interior, déjate amar y conducir por Él. Déjale que transforme tus pensamientos, deseos y palabras, que convierta tu corazón hacia Él para que puedas actuar según Su Voluntad. ACCIÓN. Y ahora, ¿cómo hago vida esta Palabra? ¿Qué personas concretas –de mi entorno familiar, social, comunitario– necesitan discernir y tomar alguna decisión? ¿Qué me comprometo a hacer por ellos? Para esta Navidad, ¿cómo recibiré al Señor en mi casa, familia, comunidad, y en mi corazón? ORACIÓN FINAL. Toda nuestra vida es Adviento, ¡Dios está viniendo! Él viene en Su Palabra, en Su Espíritu que nos da la fe, en los sacramentos de la Iglesia, en las luchas y alegrías de la vida, en cada uno de nuestros hermanos, sobre todo en los más pobres y sufridos. Hay que saber esperar a Dios. Hay que saber buscar a Dios. Hay que saber descubrir a Dios. El maíz y el arroz están naciendo hermosos. Ha llegado Adviento. Luego llegará la Navidad. Dios está llegando siempre. Abramos los ojos de la fe, abramos los brazos de la esperanza, abramos el corazón del amor. Amén. (P. Pedro Casaldáliga) VERBUM CARO HIC FACTUM EST «El Verbo de Dios AQUÍ se hizo carne» Nazaret, Basílica de la Anunciación, casa de los padres de María.