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Unidad V: Conquista y Colonización del Brasil Capítulo 9 de Marchena Las sociedades originarias Es un proceso de colonización que se extiende a lo largo de 5 años, en donde el espacio geográfico brasileño se amplia y se modifica constantemente. Principales familias o troncos lingüísticos fueron los tupí-guaraní, los ge, los arahuacos, los caribes y los de habla pano. Muchos de ellos, a la llegada de los europeos, se retiraron hacia el interior, huyendo de la frontera colonial. Los tupí, fueron los más conocidos por los europeos a partir del 1500, por hallarse asentados en las costas. Los mundos indígenas brasileños no constituyeron en general sociedades pequeñas, asiladas, encerradas o completamente autónomas. Estuvieron ligadas por lazos de parentesco, de intercambio o de guerra; por lo cual entraron en contacto grupos apartados y áreas distantes. Antes de la llegada de los europeos, existían varias cadenas de comunicación y de trueque de personas y bienes. Las orillas amazónicas fueron las más codiciadas y por lo tanto las mas sometidas a conflictos entre las distintas etnias. Algunos grupos desaparecieron por guerras internas; otros fueron exterminados por los blancos; otros hechos esclavos. Las naves portuguesas, francesas, españolas, británicas y holandesas, que llegaron al Brasil, portaban algo más que la civilización. El ciclo de las invasiones europeas La irrupción europea en Brasil, fue una consecuencia del aumento de la presencia portuguesa en el Atlántico africano a finales del s.XVI, tras la apertura de la ruta hacia la 1 India por Buena Esperanza y del éxito del proyecto colombino-castellano en las Antillas en 1492. Manuel I de Portugal encomendó a Pedro Álvares Cabral, que pasara por la ruta del oeste en vez de seguir al sur, e inspeccionara aquellas aguas por si aparecía alguna tierra. En el 1500 los buques se encontraron con las costas de lo que luego se llamaría “Brasil”. Así Brasil quedó durante años fijado en los mapas como una isla en la mitad del océano. Una nueva flota al mando de Gonzalo Coelho (1501) partió de Lisboa hacia las nuevas tierras. La expedición de Coelho se dirigió a la Isla de Santa Cruz de Caminha (lo que sería luego Brasil). En esta expedición viajo Americo Vespucio. Esta primera expedición, anotó la geografía y también los recursos para explotar: por una parte el palo Brasil, y por otra esclavos. La explotación del palo Brasil, fue concedida por la Corona portuguesa, a un grupo de comerciantes lisboetas, al mando de Fernando de Noronha. El contrato le permitía 3 años de extracción de indios y palo Brasil, con obligación de establecer una factoría y retornar con todos los productos a Lisboa. Entre 1506 y 1534 se establecieron factorías costeras en puntos aislados del litoral: Pernambuco, Bahía (Salvador), Cabo Frío, San Vicente. Pronto se dieron cuenta de que no se trataba solamente de una isla, sino de una parte importante del continente americano. La región costera no sólo fue visitada por los portugueses, también llegaron los franceses que llenaban sus barcos de palo Brasil, cada vez que iban. Esto hizo que los comerciantes portugueses, pidieran a su monarca que se terminara el tráfico francés. Desde Lisboa se envió una armada a cargo de Cristóbal Jacques, que persiguió a los navegantes, hundió muchos de sus barcos, ahorco a sus principales patrones e incendio los pobladores costeros donde se habían instalado para comerciar con los indígenas. Los conflictos entre Portugal y Francia, que no reconocía la soberanía portuguesa sobre aquellas tierras, obligo a la Corona a crear la primera colonia estable en Brasil y a ocupar físicamente la mayor parte de las costas. 2 Se inicia entonces, el primer ciclo de la colonización portuguesa de Brasil, llamado “período de las capitanías”. La costa, desde la desembocadura del Amazonas hasta la Plata, donde terminaba la línea de Tordesillas, se dividió en 14 fragmentos, comprendiendo sus respectivos interiores. Se entregaron a 12 donatarios para que se responsabilizaran de su gobierno y explotación. Los 12 eran personas conocidas en la corte portuguesa, con experiencia comercial. Por donación real, recibían estas tierras o capitanías bajo el titulo de gobernadores, en una concesión de tipo señorial y hereditaria de la cual el monarca sólo se reservaba algunas cuestiones: el “mayor señorío” y el cobro de determinados impuestos. Cada uno de los donatarios, podía fundar ciudades, nombrar a sus oficiales subalternos, ejercer el gobierno civil y militar, administrar la justicia en nombre del rey, llevar colonos, venderles o asignarles tierras, y cobrar ciertos impuestos, recibiendo un décimo de las rentas reales. El comercio quedaba regulado: los navíos extranjeros debían ser fiscalizados en Lisboa, y sólo el gobernador quedaba autorizado para establecer comercio con los indios. No todas las capitanías lograron establecerse: Pernambuco y San Vicente fueron las más prósperas; Santo Amaro, Río de Janeiro, Espirito Santo, Porto Seguro, Ilhéus, lograron arrancar pero con muchas dificultades; Santo Tome y Bahía duraron muy poco. En el siglo XVI el azúcar desplazó al palo Brasil, como el principal rubro de exportación, pero con dificultades en conseguir mano de obra. La única forma de conseguirla era a la fuerza o esclavizándo. También comenzó la importación de esclavos africanos. Los problemas de los colonos con las sociedades indígenas comenzaron no sólo por la esclavización sino también, por la ocupación de sus tierras, la tala de bosques. Esto desemboco en rebeliones, guerras, matanzas, incendios, etc. En 1549, la Corona tuvo que hacer frente a estos problemas enviando a su primer representante directo: Tomé de Sousa, como gobernador general del Brasil. Su objetivo: recuperar la autoridad del monarca portugués en la mayor parte del territorio, y por lo que quedaban en suspenso la autoridad de los donatarios. La capital se instaló en Bahía (San Salvador). Muchas tierras pasaron a ser controladas directamente por la Corona. 3 Los franceses aprovecharon, estos momentos difíciles de la Corona portuguesa para asentarse en la región. Nicolás Durand, señor de Villegaignon, fundó la colonia de la “France Antarctique” en la bahía de Guanabara. En 1555 llevo a más de 500 colonos que huían de los problemas religiosos. Eran una mezcla de protestantes, católicos y hugonotes; pidieron más colonos a Calvino, quien envió nuevos contingentes desde Suiza entre ellos Jean de Léry. El resultado de esto, fue una guerra entre ellos, todos contra todos. En 1560 el gobernador portugués se aprovecha de esa situación y atacó a los franceses. Para consolidar la posición se creó allí la segunda Capitanía Real en Brasil en 1572. Poco después volvió a unificarse toda la colonia en un solo gobernado en Salvador de Bahía. Este fue también el período en que comenzó la evangelización de Brasil, a cargo de la Compañía de Jesús. A partir de 1550 llegaron varias expediciones jesuitas. El clero secular también hizo su aparición con el envío del obispo, destinado a la primera diócesis creada en Bahía. Los jesuitas, en el sur, entraron en conflicto con colonos locales que vivían de la extracción de esclavos, agrupado en “bandeiras” (grupo de blancos y mestizos armados). La expansión de los cultivos y el crecimiento de los puertos llevó a que en las décadas de 1570 y 1580 ya pudiera considerarse la existencia de un “Brasil portugués”. Las tres capitanías de mayor prosperidad: Pernambuco, Bahía y Río, se habían transformado en núcleos de alta concentración de riquezas, comercio y poder. El período de las dos coronas Entre 1580 y 1640, los territorios portugueses en Brasil formaron parte de la unión de las dos coronas, la española y la portuguesa. Fue en los reinados de Felipe II, Felipe III y Felipe IV de España (I, II y III de Portugal), un periodo que termina cuando el duque de Braganza, Juan IV, logró la restauración de la monarquía portuguesa. Los dos imperios, funcionaron como unidades separadas, debido a los recelos entre ambos. 4 Los asuntos brasileños quedaron bajo la jurisdicción del Consejo de Portugal, manteniéndose la Casa de India, la Casa de Guinea, la Casa de Mina; en 1604 se crea el Consejo de India y el Consejo de hacienda. Se trato de fortalecer la autoridad central. Se creó el Tribunal de Apelaciones, una máxima instancia de apelación establecido en Bahía para atender a los colonos, presidido por el gobernador. Los Cabildos, también fueron instaurados, llamados “senado de cámara”. Ejercían el gobierno local y realizaban funciones de presentación ante el monarca, transmitiéndole los problemas que afectaban a los vecinos e intercediendo por ellos. También fue importante la presencia del Tribunal del Santo Oficio, la Inquisición, en 1591. En este periodo se produjo en Brasil una doble expansión. Por una parte hacia el interior y por otra parte la costa del norte. Los franceses fueron expulsados en 1591 por una expedición enviada desde Bahía. Durante 1580 y 1590, conflictos por el aumento de la demanda de azúcar que requirió mas tierras y mas mano de obra. A partir de la creación de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, los holandeses consideraron a Brasil como un objetivo prioritario para su comercio en expansión. Una gran expedición organizada por la Compañía Holandesa, se dirigió contra la capital, Bahía, que no pudo resistir el ataque y fue capturada en 1624. Al año siguiente una armada de españoles y portugueses en conjunto recuperaron la capital. Holanda captura Pernambuco en 1630 y desde allí, controlo durante 25 años todo el nordeste. Los franceses se instalaron en una nueva colonia en el siglo XVII. La restauración y el Brasil portugués: el ciclo del oro En 1640, Juan IV pudo restaurar la monarquía portuguesa separándola de la española. El Brasil portugués retomo de nuevo su posición en el seno del Imperio con mayor presencia. 5 La contribución de Brasil al reino de Portugal fue muy importante, ya que pudo consolidar su posición en Europa mediante los productos coloniales brasileños: primero el azúcar, luego el oro. Tras la Restauración, se crearon un Consejo Ultramarino, la Junta de Comercio y la Junta de hacienda de Brasil. El titulo de “príncipe de Brasil”, se sumaba a los poseídos por el rey de Portugal. Existieron intentos de crear la figura de un virrey en 1640 y en 1663, hasta que finalmente el virreinato se creó en Bahía en 1720. El rey (Juan V), insistió en fortalecer los gobiernos locales, creando nuevos municipios, reagrupando capitanías que habían perdido importancia y estableciendo grandes capitanías generales en las más importantes jurisdicciones para favorecer el gobierno regional. Creo el segundo Tribunal de Apelaciones en Río. Las cuestiones religiosas fueron manejadas desde Lisboa. El poder real se fortaleció mejorando la Armada. Las primeras décadas de este nuevo Brasil portugués, fueron difíciles por la continua guerra con Holanda. Esta guerra duro hasta 1654, ocasiono la ruina económica a buena parte del territorio y Rio de Janeiro sustituyo al nordeste como centro de la producción azucarera por unos años. El conflicto se extendió hasta África, donde los holandeses tomaron Luanda e inmovilizaron el tráfico. Ambos Holanda y Portugal utilizaron para la guerra, las fuerzas indígenas como principal arma de combate. Con la llegada de Mauricio de Nassau como gobernador general del Brasil holandés, les causo a los portugueses muchísimas bajas. Finalmente una armada portuguesa organizada por la Compañía General de Brasil tomo Recife, poniendo fin a 30 años de presencia holandesa en el nordeste brasileño. Desde Rio de Janeiro los portugueses recuperaron las colonias de África. Tras la guerra con Holanda, comienza un periodo de expansión de fronteras, es decir, contra los grupos indígenas del interior. En 1618 los portugueses establecieron la Colonia del Sacramento en el interior del Rio de la Plata. Era un enclave estratégico para controlar la entrada del Plata y sobre todo 6 las salidas ilegales de metal. Los españoles estaban en contra de esta posesión de los portugueses. Sin embargo en 1750, con el Tratado de Madrid, se fijaban las fronteras entre las colonias portuguesas y españolas. Terminada la guerra con Holanda, el azúcar siguió representando la mayor riqueza de la colonia. Se reconstruyeron y se explotaron nuevas zonas, y se importaron esclavos africanos. El tabaco también fue importante para esta época. En las décadas de 1730 y 1740 la fiebre del oro llegó a su cenit, el numero de esclavos creció aun más. El oro se concentraba en Bahía, en la región de Minas Gerais, en el centro de Mato Grosso, en Goiás y en el Sertao bahiano. La Corona frente a la fiebre del oro, estableció controles en los puertos portugueses, pero no fue útil. Buena parte del oro se extrajo, circuló y salió de la colonia de contrabando. Existían casas de fundición donde se acuñaron monedas, muchas salieron para Portugal y para el resto de Europa. En 1760 disminuye la producción de oro, lo cual aumenta el temor de una crisis general. Para ello el monarca portugués, de la mano del marqués de Pombal, llevaron a cabo un serie de reformas para que toda la riqueza de Brasil este al servicio de la Corona portuguesa. 7 Las reformas y el período Pombalino (NO ENTRA PARA EL PARCIAL, SI PARA EL FINAL) El ciclo del oro origino profundos cambios en la economía brasileña: crecimiento del mercado interno, y se trastocó la geografía económica de la costa. El sur y Rio de Janeiro se convirtieron en el centro económico de la colonia. El marqués de Pombal fue el principal motor de las reformas entre 1750 y 1777. Su principal objetivo fue reparar la economía portuguesa, no solo por la crisis, sino también por el terremoto ocurrido en Lisboa en 1755. Emprendió una viva batalla para contrarrestar el peso de la nobleza más tradicional que impedía las reformas fundamentales: hacienda, guerra, y comercio; y contra los jesuitas. Las reformas pombalinas eran para fortalecer el papel y el control de la monarquía: Brasil debía de ser una colonia al servicio de su metrópoli, por lo que había que mejorar su gobierno y fiscalidad, fortaleciendo los aparatos administrativo, judicial y militar. Todas las capitanías pasarían al Estado de Brasil, único y centralizado en Rio de Janeiro (fue hecha capital en 1763). Los nuevos funcionarios seria una elite formada en universidades, y parte de la oficialidad del ejercito gozarían de un salario fijo. En cada capitanía existiría una Junta de Hacienda, el ejército seria profesional. Se fomentaría la colonización, mestizando a la población. Se transformarían los indígenas en vasallos, poniendo fin a la esclavización. Las aldeas bajo el control de las órdenes religiosas se transformarían en parroquias. Se fomenta la alfabetización y el aprendizaje del portugués como lengua oficial. En cuanto al comercio se crearían nuevas compañías comerciales, que debían articular el tráfico con Lisboa y asegurar los intercambios de productos entre ambas orillas del Atlántico. Con estas reformas Pombal se gano varios enemigos. En Portugal la nobleza no tolero su destierro político y de la vida pública; la Iglesia vio en Pombal un anticlerical peligroso, expulsando a los jesuitas y por la intervención sobre el clero secular, queriendo transformar a todos los eclesiásticos en agentes nuevos del Estado portugués que quería crear. En Brasil muchas de las medidas fueron consideradas como una ofensa a 8 sus costumbres y usos tradicionales de hacer negocios, y en la vida económica, política y social. Cuando el rey José murió en 1776, Pombal renuncio a su cargo de ministro general. La reina María I de Portugal, siguió con las medidas impuestas por Pombal. 9