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LA DIGITALIZACIÓN DE LOS SERVICIOS A LA
CIUDADANÍA
Autor: J.C Y M.J.
21 de abril de 2016
Somos testigos de una nueva revolución de la economía impulsada por la aplicación
de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en todas los sectores
de la economía mundial, el uso de los datos digitales, la computación y la
automatización, el impacto de las tecnologías digitales -más específicamente de
Internet- y sobre todo el desarrollo de la digitalización y modernización de la
economía.
Ello ha derivado en que el abrumador progreso tecnológico de las últimas décadas
que junto al imparable proceso de globalización económica han transformado por
completo los fundamentos de la economía mundial.
El modelo clásico de fabricación y distribución física de bienes y servicios o la
prestación de los servicios a la ciudadanía han ido abriendo espacio de manera
creciente a un nuevo paradigma económico donde la producción y la prestación de
servicios a la ciudadanía, residen cada vez más en el conocimiento y en la
innovación. Se han roto las barreras físicas entre territorios, por remotos que sean,
permitiendo una descentralización total de la información.
La automatización de las bases de datos, y la posibilidad de convertir cualquier
ordenador en un terminal para acceder a ellas, ha traído como consecuencia la
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digitalización de una multitud de trámites, desde transacciones bancarias o
comerciales hasta consultas y actuaciones de cualquier tipo.
Internet comenzó como una herramienta importante para mejorar la comunicación,
pero se ha convertido en una tecnología ubicua sobre la que apoyar todos los
sectores de la economía. De hecho, Internet está ampliamente considerada como
una infraestructura fundamental en países de la OCDE, de la misma manera que las
redes de electricidad, el agua o el transporte.
Las actividades humanas, los procesos industriales y la investigación conducen a la
recolección y el procesamiento de datos en una escala sin precedentes, impulsando
nuevos productos y servicios, así como nuevos procesos de negocio y metodologías
científicas.
La penetración de las infraestructuras de comunicación no ha resultado ser idéntica
en los distintos territorios del mundo, igual que ocurre en España. Existen países,
regiones o zonas urbanas que mantienen un fuerte liderazgo, frente a otros donde la
expansión es más lenta y en algunos casos casi nula, debido fundamentalmente a
que las condiciones iníciales, económicas o culturales, obstaculizan su desarrollo.
Este hecho ha producido una brecha digital muy importante, que puede generar
enormes retrasos para la población afectada, las empresas y su economía en
general.
La digitalización incorpora la conexión realizada entre cualquier objeto y cualquier
persona,
en cualquier
momento
y en cualquier
lugar. No solo se basa en
tecnologías de hardware (específicamente micro y nanoelectrónica), sino también
en el software y en las instituciones (en concreto: las normas de interoperabilidad
con el que las máquinas puedan entender de forma automática e interactuar unas
con otras).
Lo que parece evidente es que la digitalización es imparable, encontrándonos en la
antesala de una nueva era a nivel global. Se trata
de una nueva fase en la
extensión de las TIC en la que se unen el aumento de la capacidad de computación
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y de la conectividad, que forman parte de las transformaciones
económicas
basadas en ganancias de productividad, competitividad y el fortalecimiento de la
adecuación a la demanda y a las necesidades de la ciudadanía.
Por ello, Europa inició un camino en el uso e implantación de las TIC con la
aprobación de la Comisión Europea, en el año 2010, de una iniciativa emblemática,
la agenda digital, cuyo principal objetivo consiste en desarrollar un mercado único
digital para dirigir a Unión Europea (UE) hacia un crecimiento inteligente, sostenible
e integrador. Las actuaciones que se fijaron por la UE que debían emprenderse
eran:
1.- Implantar el mercado único digital
2.- Abrir el acceso en línea legal a los contenidos simplificando autorización de
derechos de autor, su gestión y la concesión de licencias transfronterizas.
3.- Facilitar los pagos y la facturación por vía electrónica. La Comisión prevé
revisar el marco reglamentario de la UE en materia de protección de datos. Además,
tiene la intención de publicar un código en línea que recopile, de forma clara y
accesible, los derechos de los ciudadanos en el universo digital.
4.- Los servicios de telecomunicaciones deben estar unificados. También
conviene armonizar la numeración de los servicios y las bandas espectrales.
5.- Reforzar la interoperabilidad y las normas: Es necesario que la UE refuerce la
interoperabilidad de los dispositivos, aplicaciones, repositorios de datos,
servicios y redes.
6.- Consolidar la confianza y la seguridad en línea: Europa debe reforzar su
política de lucha contra la ciberdelincuencia , la pornografía infantil en línea y
la falta de respeto de la intimidad y los datos personales.
7.- Promover un acceso a Internet rápido y ultrarrápido para todos: Europa
debe disponer de Internet rápido y ultrarrápido, accesible para todos y a precios
asequibles.
8.- Invertir en investigación e innovación: Subsanado su déficit de inversiones
en investigación y desarrollo en el ámbito de las TIC.
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9.- Fomentar la cultura, las competencias y la integración digital, para favorecer
el empleo en el sector de las TIC, la Comisión propone dar prioridad a las
competencias y a la cultura digital en el marco del Fondo Social Europeo.
10.- Sacar provecho del uso inteligente de la tecnología por parte de la
sociedad
Según la Unión Europea debe explotar el potencial de la utilización de las TIC en los
siguientes ámbitos:

El cambio climático, con ayuda de asociaciones con los sectores
responsables de las emisiones.

la gestión del envejecimiento de la población, con ayuda de la medicina en
línea y los sistemas y servicios de telemedicina.

la digitalización de contenidos, gracias a Europeana.

los sistemas de transporte inteligente, con ayuda de la aplicación de la
Directiva propuesta.
Posteriormente se vio la necesidad de avanzar en la unificación de los avances que
se producían en la UE, Para ello se diseño la Estrategia para el Mercado Único
Digital de Europa, que aprobó la Comisión Europea el 6 de mayo de 2015, a través
de la COM(2015) 192 final.
Como consecuencia, el pasado 21 de diciembre de 2015, las distintas Comisiones
del Parlamento Europeo, y el 19 de enero de 2016, el Parlamento Europeo, instaron
a los países miembros a aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas
tecnologías, como los datos a gran escala, los servicios en la nube, el denominado
Internet de las Cosas y la impresión 3D, y abogan por una política favorable a la
innovación para impulsar las plataformas que ofrecen servicios en línea.
Por su parte, la Cámara insiste en reclamar a la Comisión Europea que presente
rápidamente las 16 iniciativas que anunció en mayo para impulsar el mercado digital
único.
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La estrategia para el mercado único digital establece 16 acciones clave en 3 pilares,
que la Comisión llevará a cabo antes de finales de 2016, estos pilares son:
Pilar I: Mejorar el acceso de los consumidores y las empresas a los bienes y
servicios digitales en toda Europa.
Pilar II: Crear las condiciones adecuadas y garantizar la igualdad de
condiciones para que las redes digitales y los servicios innovadores puedan
prosperar.
Pilar III: Maximizar el potencial de crecimiento de la economía digital.
Las 16 acciones significan una multitud de cambios legislativos y económicos, al
margen de una fuerte inversión económica, estas acciones son:
1.
Normas para facilitar el comercio electrónico transfronterizo.
2.
La aplicación de las normas de protección de los consumidores de forma
más rápida y coherente, mediante la revisión del Reglamento sobre la cooperación
en materia de protección de los consumidores.
3.
Una paquetería más eficiente y asequible.
4.
El fin del bloqueo geográfico injustificado.
5.
La Comisión ha iniciado hoy una investigación de la competencia
antimonopolio en el sector del comercio electrónico de la Unión Europa.
6.
La modernización y europeización de la legislación sobre los derechos
de autor.
7.
La revisión de la Directiva sobre la transmisión por satélite.
8.
La reducción de la carga administrativa a que se enfrentan las empresas
como consecuencia de diferentes regímenes del IVA.
9.
Presentará
una
revisión
ambiciosa
de
la normativa
sobre
telecomunicaciones de la UE.
10.
Revisará el marco de comunicación audiovisual.
11.
Analizará exhaustivamente el papel de las plataformas en línea (motores de
búsqueda, redes sociales, tiendas de aplicaciones, etc.).
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12.
Reforzará la confianza y la seguridad en los servicios digitales, en particular
en relación con el tratamiento de datos personales.
13.
Propondrá una asociación con la industria de ciberseguridad en el área de
las tecnologías y soluciones de seguridad de la red en línea.
14.
Propondrá una «iniciativa europea de libre flujo de datos», a fin de
promover la libre circulación de datos en la Unión Europea
15.
Definirá
prioridades
de normas e
interoperabilidad en
ámbitos
fundamentales para el mercado único digital, como la sanidad en línea, la
planificación del transporte o la energía (contadores inteligentes).
16.
Apoyará una sociedad digital integradora, donde los ciudadanos tengan
las cualificaciones adecuadas para aprovechar las oportunidades ofrecidas por
Internet y acrecentar sus posibilidades de conseguir un empleo. Un nuevo plan de
acción
para
la administración
electrónica conectará
también
los
registros
mercantiles en toda Europa, y garantizará que los diferentes sistemas nacionales
puedan ser compatibles entre sí y que las empresas y los ciudadanos tengan que
comunicar sus datos una sola vez a las administraciones públicas.
Tras estas actuaciones o propuestas, donde la Comisión Europea indica que
generarán una serie de beneficios universales, está claro que la digitalización de la
economía tiene inmensas repercusiones en todas las dimensiones de nuestras
vidas.
Por ello nos vemos en la obligación de realizar un análisis muy serio de las
verdaderas consecuencias, que se pueden generar en función de su aplicación,
tanto en la ciudadanía, como en el mundo laboral, en la gobernanza de la economía,
la industria y los servicios, en la igualdad de oportunidades y de genero para todos
los ciudadanos, o en el plano medioambiental.
Por ello, desde la FSC entendemos que para logar un desarrollo y crecimiento
sostenible que nos permita dar un salto cualitativo, es necesario avanzar en la
Transformación Digital, realizando un cambio estructural que requiere coordinar e
integrar muchas políticas en diversos ámbitos, de forma que la digitalización sea un
medio eficaz para reducir las desigualdades; para abrir más y mejores oportunidades
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de desarrollo; y para garantizar el respeto de los derechos de toda la ciudadanía y
no sólo para incrementar los beneficios de unos pocos, a costa de las condiciones
laborales de millones de trabajadores y trabajadoras, de la pérdida de puestos de
trabajo y del menoscabo de derechos y servicios de la ciudadanía.
La última reunión anual del Foro Económico Mundial celebrada en Davos alertó de la
posible pérdida de siete millones de empleos en los próximos cinco años por las
transformaciones – cuarta revolución industrial – que la economía mundial va a sufrir
en un futuro inmediato.
El informe forma parte de un extendido debate sobre el impacto de estas
transformaciones. En él, algunos autores prevén que esta revolución industrial traerá
nuevas oportunidades de negocio y propiciará el surgimiento de nuevas ocupaciones
lo que, consecuentemente, significará la creación de empleos; mientras que otros
prevén la destrucción masiva de puestos de trabajo.
Este estudio señala que, aunque esta nueva revolución industrial propiciará la
creación de 2 millones de trabajos hasta 2020, la destrucción empleos será mayor y
alcanzará a 7,1 millones de trabajadores este mismo período. Señala también que
determinadas
ocupaciones
se
verán
especialmente
amenazadas:
trabajos
administrativos, producción y manufactura, construcción, entre otros. De manera
general, el informe constata que el empleo existente sufrirá un cambio en las
destrezas y habilidades necesarias para desempeñarlo.
Cuando hablamos de digitalización o la aplicación de las ciencias de la computación,
nos vienen a la cabeza los avances industriales, los coches o trenes que circulan sin
conductor y otros ejemplos similares, pero la digitalización afecta ya a todos y cada
uno de los sectores de la economía.
No podemos hablar sólo de la industria 4.0 o el transporte inteligente, también
hablamos de la cultura 4.0 y de la digitalización de los servicios, no sólo de la
administración electrónica en las administraciones, sino también de la sanidad 4.0, la
teleeducación, la digitalización de la movilidad de los ciudadanos, las smart cities, el
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tratamiento y recogida de residuos sólidos, el suministro y depuración del agua, el
eléctrico, la construcción, los servicios bancarios, la ganadería, y así un largo
etcétera.
Los Servicios a la Ciudadanía estarán, si cabe, más afectados aún por la
transformación digital, comenzando por los derechos y condiciones
de los
trabajadores y trabajadoras que proporcionan estos servicios, la calidad del trabajo,
los empleos en sí mismos y la prestación de los servicios públicos para el conjunto
de la ciudadanía, que deben garantizarse desde las administraciones públicas,
desde los principios del acceso universal, la calidad, la accesibilidad, la
transparencia en la prestación, que atiendan con eficacia las necesidades de la
ciudadanía, y que se asienten sobre la base del principio de igualdad con la mayor
eficiencia económica posible.
Siguiendo en esta perspectiva, y con el objetivo de prestar unos servicios públicos
de calidad, se debe apoyar la integración de los servicios digitales y la adaptación
inherente a la organización del trabajo y las condiciones laborales. Mejorar la calidad
y sostenibilidad del empleo en las Administraciones, Organismos y Empresas que
prestan estos servicios públicos constituye un reto que requiere de un dialogo social
comprensivo, que debe ser constante e integral a todos los niveles.
El dialogo social constituye la influencia más apropiada para abordar los aspectos
cualitativos y cuantitativos de la digitalización. Además, hay que apoyar prácticas de
formación adecuada, el aprendizaje permanente, los programas de recapacitación y
ajuste en beneficio mutuo de los empleadores y empleados que proporcionan los
servicios a la ciudadanía.
Por ello, desde la FSC de CCOO entendemos que se deben analizar varios
apartados:

Explorar
los
cambios
en
el
proceso
laboral
ocasionados
por
la
digitalización analizando el impacto sobre la fuerza laboral: gestionar el cambio en la
organización del trabajo, la evaluación, y la seguridad y salud ocupacionales.
Abordando aspectos fundamentales como el tiempo de trabajo, la función del dialogo
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social, el teletrabajo y el derecho a estar desconectados.

Evaluar
los
beneficios
reales
que genera
la
digitalización
para los
trabajadores y la prestación de los servicios a la ciudadanía.

Considerar las necesidades de información y formación en las diferentes
fases del proceso de implementación y para los diferentes grupos de la población
activa.

Gestionar las oportunidades y retos en torno a la inversión, personal, defensa
de los servicios públicos y la igualdad de género.

Participación, consulta y formación: se centra aquí en la función que la
población activa debería desempeñar en el diseño e implementación de los nuevos
sistemas digitales y la necesidad de formación integral, continua y de alta calidad.

Infraestructuras abiertas y servicios accesibles para que la digitalización, bien
hecha, pueda defender y mejorar nuestros servicios públicos. La división digital debe
ser abordada a través de servicios públicos accesibles, incluyendo el acceso a
internet, y mediante la mejora de las competencias de los ciudadanos.

Identificar a través del diagnóstico prospectivo de los diferentes escenarios
que el progreso tecnológico va a provocar en la economía, el mercado de trabajo y
en la sociedad en general, claves de intervención que permitan responder con
estrategias y medidas concretas a los retos que esta nueva realidad va a plantear en
los próximos años.

Analizar el papel que el sindicalismo y en concreto nuestra organización
deberá jugar ante el nuevo paradigma tecnológico simbolizado por las Tecnologías
de la Información y Comunicación y la ‘Inteligencia 4.0’.

Protección de datos: los retos que supone la digitalización para los derechos
de protección de datos de los trabajadores y ciudadanos. Se deben fortalecer los
derechos y la forma en que se utilizan los datos debe ser transparente para los
trabajadores.

Reducir la brecha digital y disponer de redes de muy alta velocidad de alta
calidad son prioridades para la Transformación Digital, ya que en aquellas zonas
geográficas donde no lleguen las infraestructuras de alta velocidad de datos,
quedarán excluidas de los avances de la digitalización en todos los ámbitos tanto
económicos como sociales, quedando excluida de servicios como la telemedicina, la
administración electrónica, entre otros servicios públicos esenciales.
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
Garantizar el acceso universal a la banda ancha de alta velocidad a precios
asequibles en todo el territorio nacional, con especial atención a las zonas rurales.

Asegurar la capacitación digital de los ciudadanos y las empresas, adaptar la
educación a las necesidades de la actividad económica, generar mecanismos de
transferencia del conocimiento ‘más ágiles’ entre el sector educativo y el productivo y
fomentar la creatividad y la formación permanente mediante políticas activas de
empleo.
Todo ello trae consigo una ardua labor de información, concienciación y de lucha
que debe realizar CCOO para conseguir que la digitalización de la industria y los
servicios, reporten beneficios en el empleo y sus condiciones, en la ciudadanía en
general y los servicios que recibimos, mejore la competitividad y la productividad y
avancemos en el estado del bienestar y de equidad social.
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