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VICARIA ZONA SUR Pastoral de Espiritualidad LECTURA ORANTE DE LA PALABRA EVANGELIO DE MATEO 4,25-5,12 Domingo 29 de enero de 2017 ORACIÓN.- Antes de comenzar nuestro encuentro con la Palabra, dispongamos el corazón y el espíritu para que todo lo que hay revuelto, con ruido en nuestro interior, se calme, se disponga… “Ven Espíritu Santo, abre mi mente y mi corazón, llena mi vida de tu amor, hazme dócil a tu Palabra, a lo que hoy quieres decirme, que no me cierre a tus insinuaciones, sino que con un corazón abierto te escuche y ponga por obra tu querer sobre mí. Amén”. LECTURA.- ¿Qué dice el texto de Mateo 4, 25--5,12? Leo en forma pausada el texto e imagino la escena, me pongo en ella…soy uno de los discípulos que ha escuchado hablar de Jesús, de su fama.. y que ahora se dispone para escuchar al Maestro que se ha sentado para hablar. a. Introducción: En el Evangelio de Mateo, escrito para las comunidades de judíos convertidos de Galilea y Siria, Jesús es presentado como el nuevo Moisés, el nuevo legislador. En el AT la Ley de Moisés fue codificada en cinco libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Imitando el modelo antiguo, Mateo presenta la Nueva Ley en cinco grandes Sermones dispersos en el evangelio: a) el Sermón del Monte (Mt 5,1 a 7,29); b) el Sermón de la Misión (Mt 10,1-42); c) El Sermón de las Parábolas (Mt 13,1-52); d) el Sermón de la Comunidad (Mt 18,1-35); e) El Sermón del Futuro del Reino (Mt 24,1 a 25,46). Las partes narrativas, intercaladas entre los cinco Sermones, describen la práctica de Jesús y muestran como él observaba la nueva Ley y la encarnaba en su vida. b. Contexto: El texto de hoy se enmarca en los primeros capítulos del evangelio, Jesús está iniciando su ministerio público y en el v.24 se nos hace un pequeño recuento de la actividad de Jesús, a continuación el sermón de la montaña o las bienaventuranzas, que permiten iniciar una serie de enseñanzas de Jesús a la comunidad de los discípulos. c. Texto: Luego de leer el evangelio, hago un silencio orante… procurando que lo leído se anide en mi interior para entender el mensaje que hoy me quiere regalar el Señor. Después de leer el texto, ¿Qué versículos me llamaron la atención? ¿Qué hacen los discípulos? ¿Qué hace Jesús? ¿Qué son las bienaventuranzas? ¿Qué invitación hacen? MEDITACION: ¿Qué me dice o nos dice el texto para nuestra vida? Miro mi vida y medito lo que Dios me quiere dar a conocer por medio de esta Palabra. Como discípulo (a) hoy, ¿cómo resuenan en mi vida las Bienaventuranzas y el modelo de felicidad propuesto por Jesús? ¿Me considero una persona “feliz”? ¿De dónde proviene esta felicidad? ¿Qué caminos me propone Jesús? ¿Cuáles son los momentos en tu vida en que te has sentido realmente feliz? ¿Era una felicidad como la que fue proclamada por Jesús en las bienaventuranzas, o era de otro tipo? ORACIÓN.- ¿Qué le respondo al Señor luego del regalo de su Palabra? Es importante que notemos que la felicidad en el discurso de las Bienaventuranzas proviene, no del punto de partida (la pobreza, las lágrimas, la mansedumbre, etc.) sino del punto de llegada, es decir, de la obra de Dios Padre (“de ellos es el Reino”, “poseerán la tierra”, “serán consolados”, etc.). Dios es la causa de la alegría. En otras palabras: sé es feliz porque Dios está obrando en uno, gracias a la Buena Nueva proclamada y realizada por Jesús. Señor Jesús, que aprenda a ser agradecida/o de tu presencia en mi vida… Que mi alegría tenga siempre su fuente en tu acción Misericordiosa en mí, en mi familia, en los que amo… Que no me olvide que la fuente de todo está en el Padre, en sus manos mi vida… CONTEMPLACION.- Dejo que el Señor me hable y me ame En silencio y en calma me quedo, sintiendo el fuego de su Palabra. Contemplo a Jesús sentado que me habla, que me invita a ser feliz, según su proyecto. Contemplo a Jesús… Me quedo por unos instantes en Su presencia amorosa. ORACIÓN FINAL.Bienaventurados… si logramos acoger en nuestra vida el Mensaje de liberación que nos ofrece Jesús, nuestro Maestro. Bienaventurados… si abrimos el corazón para acoger al hermano que sufre, que llora, que necesita consuelo. Bienaventurados… si sabemos leer la Palabra con los ojos nuevos que nos permitan descubrir la fuente y culmen de la felicidad cristiana en el proyecto salvador de Jesús. Bienvaventurados… porque hemos escogido la mejor parte, hemos escogido el camino del discipulado, a la escucha del Maestro Jesús. Amén.