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1 Propuesta Borrador Ejes centrales del programa económico de Podemos Manuel Gari Fernando Luengo Introducción Presentación para el debate del documento en el Círculo 3E Las páginas siguientes intentan reflejar el acuerdo al que llegamos en la reunión de la Comisión1 a la que se le encargó la redacción de un documento político marco sobre la propuesta económica de Podemos. En el debate que nos proponemos trasladar al círculo, cada uno de los miembros de la misma hará las apreciaciones personales que considere oportunas2. El primer destinatario del documento es el Círculo de Economía, Ecología y Energía para que debata con la finalidad de ofrecer al Área de Economía del Consejo Ciudadano (y, a través suyo, al propio Consejo) una serie de criterios y herramientas para la elaboración de la propuesta de política económica. Nuestro propósito ha sido elaborar un documento-marco político en materia económica que sirviera de referencia al conjunto del partido con los siguientes objetivos: a) Orientar la propuesta de política económica en los diversos espacios en los que intervenimos (institucional, movimientos sociales y sociedad civil, medios de comunicación, etc.) con el fin de ofrecer un discurso consistente. b) Servir de base para la elaboración de propuestas rigurosas en los diversos ámbitos que tenemos o tendremos responsabilidades institucionales: europarlamento y alianzas internacionales, parlamentos y gobiernos en el Estado español (central, autonómicos, intermedios supra locales, municipales, juntas distrito, etc.…). La comisión encargada de redactar el documento estaba formada por Juan Carlos Barba, Daniel Albarracín, Manolo Gari y Fernando Luengo. Ante la dificultades operativas que han surgido en su elaboración y teniendo en cuenta los plazos estrictos en que nos movíamos y que tan solo se trata de un borrador a discutir en el círculo, llegamos al acuerdo de que fuera redactado por Manolo Gari y Fernando Luengo. 2 Formamos un equipo de redacción “inusual”, pues hemos procedido a redactar un documento político en materia económica sin que hayamos tenido un recorrido previo, un debate entre nosotros suficiente para alumbrar coincidencias profundas y diferencias sustantivas. Dada la importancia de los temas, el desafío es mayúsculo. 1 2 c) Ofrecer una guía de criterios comunes para elaborar de forma inmediata los programas para los diversos comicios del ciclo electoral. Parece lógico que los programas sigan una lógica común y coherente entre sí, aunque existan elementos específicos en cada ámbito territorial que exigirán poner el acento en algunos temas o desarrollar cuestiones ad hoc. d) Plantear un esquema en el que se puedan integrar los desarrollos especializados concretos que desde el Círculo 3E se han venido haciendo (modelo productivo, organización del territorio, gestión de los recursos, energía, fiscalidad, deuda, sistema financiero, desigualdad en sus diversas dimensiones, renta, empleo, euro, comercio exterior, tratados internacionales…) Con ello lograríamos evitar discursos o propuestas incompletas, contradictorias o sin anclaje en una realidad que queremos cambiar desde la acción de los ejecutivos o de las instancias de representación siempre de la mano y al servicio de las organizaciones sociales y el movimiento popular. En este momento importa, antes que nada, argumentar y demostrar que Podemos tiene bagaje y coherencia para articular un programa económico para gobernar y cambiar la situación. Por ello, ofrecemos un guion razonado a partir del cual podamos trabajar colectivamente. Nos ha interesado más la coherencia global de lo que podría constituir una propuesta económica de Podemos que el análisis de cada uno de los aspectos que articulan esa propuesta. No era este el encargo que se nos hizo y tampoco creemos que sea este el objeto del primer texto que inicie el debate pues consideramos que hay que empezar la casa por los cimientos. Entendemos que no es este el texto donde tenemos que desmenuzar el contenido concreto de las medidas de política económica que llevaría a cabo Podemos en caso de alcanzar el poder o parcelas significativas del mismo, ni por supuesto proceder a su cuantificación. En otras palabras, tan sólo hemos pretendido mostrar, de manera ordenada y coherente, los aspectos más relevantes de una argumentación económica que podría estar en la base del programa económico de Podemos3. Metodología de trabajo de los programas colaborativos Tanto el texto de Torres y Navarro4 como el que presentamos, y cualquier otro que pudiera aparecer, deben convertirse en un instrumento de reflexión de los Por ello no le hemos dado la forma y redacción definitivos de un documento propositivo para la ciudadanía, ello será tarea posterior. 3 Debe quedar claro que este papel no pretende ser una réplica al documento elaborado por ellos, ni tampoco sigue la hoja de ruta argumental del mismo. Con 4 3 círculos, deben contribuir a enriquecer su perspectiva y a concretar líneas de trabajo en los diferentes ámbitos en los que Podemos va a desplegar su acción política. Debe servir asimismo para propiciar un diálogo con la ciudadanía, todo ello encaminado al alumbramiento de un programa colaborativo, núcleo de una acción política orientada a cambiar el actual estado de cosas. Desde esta perspectiva, la elaboración del programa, y mucho más la ejecución del mismo, tiene una lectura en clave de movilización y empoderamiento. Un programa para el cambio no se hace a golpe de demoscopia, con lo importante que es la misma en el conocimiento del medio en el que Podemos se mueve. Un programa para el cambio no puede estar condicionado por la presión de los grandes medios de comunicación. Un programa de cambio es un programa de propuesta racional que requiere conocer la dinámica socio-económica, la percepción subjetiva del electorado, la activa participación en su elaboración de quienes se organizan para el cambio (ese es un papel esencial de los círculos), la posibilidad de dar voz a los movimientos sociales y a la propia ciudadanía y, desde luego, a l@s conocedores de los diversos temas. Un programa para el cambio implica disponer de: a) Un proyecto de sociedad –por más que sea embrionario- como horizonte. Quien solo reacciona frente a lo inmediato denunciándolo y no ofrece una meta diferente, difícilmente podrá diseñar de forma coherente el cambio y no será percibido durante mucho más tiempo como alternativa a la casta. b) Una priorización y temporalización de las medidas, teniendo en cuenta los costes tanto de adoptarlas como de no hacerlo; costes no solo económicos, sino políticos y sociales. Y también las consecuencias de las medidas –tanto si se adoptan como si no- en el plano de la correlación de fuerzas resultante, tanto en el plano de las relaciones entre las clases como en el plano político. No es suficiente hacer una enumeración de propuestas más o menos acertadas, es preciso ponerlas en relación. No es suficiente abordar las medidas desde un mero criterio de su “viabilidad” –aceptando el marco de restricciones actual-, es preciso prever que efectos favorables tendrán en caso de adoptarse rompiendo los muros impuestos. c) Una voluntad de implementar las medidas de forma inteligente y arropada por la mayoría social frente a la subordinación que supone el a priori del mantra conservador comunitario “no hay alternativas” que, al todo, el texto que se desarrolla en las páginas siguientes sí recoge y reelabora algunos de los temas centrales planteados en el mismo. 4 aceptarlo, ha postergado en la subordinación a muchas de las opciones de izquierda europeas. Existen límites y restricciones en la economía que devienen de la finitud de los recursos naturales, de los bienes existentes y de las disponibilidades financieras, pero no existe –salvo para los fundamentalistas del mercado- unas tablas de la ley que impidan desarrollar otra política y otra economía diferentes al dictado de la Troika. En el contexto de esta dinámica, radicalmente democrática, los expertos, los que forman parte de Podemos y los que están dispuestos a colaborar aun cuando no formen parte de los círculos, deben desempeñar un papel crucial en todo el proceso de elaboración del programa, aportando conocimiento técnico. Sin duda, su colaboración será clave para dotarle de coherencia y consistencia. El guion utilizado para a ordenar y estructurar nuestro razonamiento es el siguiente: Diagnóstico Objetivos Actores Recursos Ámbitos de actuación Plazos Somos plenamente conscientes de que cualquier esquema de trabajo tiene algo de arbitrario y, por lo tanto, de discutible. No obstante, es decisivo razonar con un índice de estas características, pues traslada un mensaje: los objetivos, responden a un diagnóstico, necesitan una modulación en el tiempo, recursos e instrumentos de política económica, y, lo más importante, actores que se comprometan con las medidas aplicadas. El que os proponemos nos parece que guarda una coherencia que no observamos en el texto de Torres y Navarro. Como veréis a continuación, el desarrollo de la argumentación es desigual. En algunos de los puntos nos hemos detenido, mientras que en otros sólo encontraréis un enunciado pendiente su desarrollo. Hay omisiones deliberadas sobre algunas cuestiones que están en debate tanto entre los autores del texto como en el seno del círculo, cuestiones que, claro está, el texto definitivo que redactemos no deberá omitir. Cuando entréis en materia, veréis que cualquiera de las afirmaciones que aparecen son matizables, discutibles y criticables; de eso se trata. Si, a pesar de todo, encontráis un hilo conductor, entonces el objetivo habrá sido cubierto De cualquier modo, hemos preferido no consumir más tiempo y enviaros cuanto antes un borrador. 5 Propuesta de Borrador Ejes centrales del programa económico de Podemos Un posible esquema futuro podría ser: 1. Diagnóstico 2. Objetivos 3. Actores 4. Recursos. 5. Ámbitos de actuación 6. Plazos 1 Diagnóstico Necesitamos un buen diagnóstico, esa es la brújula que nos conducirá en el proceso de elaboración de las propuestas económicas. Este diagnóstico tiene que contestar a la pregunta “¿qué crisis?”, esto es, ofrecer una explicación razonada de la implosión de la economía basada en la deuda. Al mismo tiempo debe dar cuenta de la problemática asociada a la gestión neoliberal de la crisis económica. Combinando ambas aproximaciones tendremos una visión de los desafíos, coyunturales y estructurales, que Podemos tendrá que enfrentar. 1.1 ¿Qué crisis? Conviene que dirijamos nuestro razonamiento a partir de las siguientes consideraciones: a) La crisis financiera –o, para ser más exactos, la crisis que se visibiliza como tal- presenta un componente estructural. Si el detonante de la crisis fue la dinámica de sobreendeudamiento, y la imposibilidad de sostenerlo en el tiempo, la emergencia y consolidación de una 6 economía basada en la deuda se explica por un conjunto de factores -desigualdad, financiarización, creación de la unión monetaria y asimetrías productivas y comerciales- que apuntan a la lógica de acumulación y distribución del capitalismo. b) Una interpretación cabal de la crisis requiere incorporar otros factores, que también forman parte de la configuración sistémica del capitalismo --crisis de los cuidados, crisis de los ecosistemas, oligopolización de la estructura empresarial y captura de los estados por los mercados-- que no siendo el origen inmediato del desorden financiero, se superponen (y refuerzan) los desequilibrios estructurales determinantes del formidable crecimiento de la economía del endeudamiento. c) La gestión realizada por el gobierno y la troika comunitaria deja una pesada herencia. Por un lado, los objetivos que consideraban prioritarios no se han conseguido o incluso se han agravado; y en el mejor de los casos, los avances han sido claramente insuficientes (recuperar el crecimiento, aminorar el desempleo, restablecer los circuitos de crédito, reducir el déficit y la deuda públicos). Se han dilapidado tiempo y recursos, y se ha encerrado a la economía en bucles presupuestario, financiero y el auspiciado por las denominadas políticas de devaluación interna- que se retroalimentan y que prolongan la agonía. Desde esta perspectiva, y por supuesto desde la de la mayoría social, que ha visto cómo empeoraban en estos años sus condiciones de vida, no se ha superado la crisis. d) Tampoco se ha superado la crisis si tenemos en cuenta los problemas de fondo que están en su origen, problemas que, lejos de resolverse, se han agravado. Así, han aumentado hasta niveles inéditos la desigualdad 7 y la fractura social, la desindustrialización de nuestra economía sigue su curso, las diferencias entre las economías del norte y las del sur crecen sin cesar, la industria financiera conserva toda su pujanza, la concentración empresarial es más fuerte si cabe, los problemas medioambientales han desaparecido de la agenda política, los espacios públicos han sido ocupados por las grupos económicos, se recupera el rol de cuidadora de la mujer, y la refundación de la Unión Europea adquiere unas tonalidades intensamente oligárquicas y autoritarias. 1.2 Algunos rasgos del sistema que se han fortalecido En forma de telegrama, podríamos apuntar los siguientes fenómenos a tener en cuenta que han cristalizado desde hace años a causa de las políticas neoliberales y muy particularmente tras las adoptadas ante la crisis: - Las funciones del sector público o se están orientando por las prioridades de las grandes compañías privadas o bien se está privatizando. En términos estructurales el sector público ha crecido, eso sí, para socorrer al capital. Podríamos decir que la orientación neoliberal dominante ha sido: austeridad para las funciones sociales, generosidad para rescatar al capital. - Las políticas de austeridad social y rescate del capital responden a los objetivos de ensanchar los mercados (mediante la apropiación de sectores primarios o la privatización de servicios públicos), blindar a las capas capitalistas oligárquicas, y restaurar la tasa de rentabilidad efectiva. El resultado de aplicar todo eso ha sido recesión y estancamiento, pobreza y precariedad laboral, e insolvencia de fracciones muy amplias del capital. - Los mercados están desvelándose como una entelequia pues están regulados por los oligopolios y el Estado de 8 forma creciente está abandonando cualquier rasgo de benefactor social en sus políticas económicas. - El capital industrial y financiero están íntimamente ligados, se entrecruzan acciones, comparten consejos de administración y tienen un grueso de intereses comunes. Si bien cabe destacar que el comportamiento del capital adquiere de forma creciente prácticas rentistas y adquisitivas que podríamos calificar de una estrategia de desposesión, en la que los sectores financieros son hegemónicos. 2 Objetivos 2.1 ¿Nos reconocemos en el modelo socialdemócrata?5 La apelación continua a ese modelo (y a los estándares que ya existen en otros países comunitarios con economías más fuertes en términos absolutos o relativos que el nuestro) pretenden transmitir un mensaje de “normalidad”, alejada de los extremismos, en las pretensiones políticas de Podemos. Es evidente que los países a los que se alude, especialmente los nórdicos, se encuentran en un estadio de desarrollo económico muy superior al de nuestra economía y que la crisis ha impactado en ellos de manera más suave; también lo es que la respuesta a la misma ha sido más compleja y matizada que la implementada por estos lares. Los países nórdicos han aplicado medidas de inspiración neoliberal, pero la gestión de la crisis ha tenido diferencias importantes con la realizada en nuestro país y partían de un grado más elevado de protección social. Han podido sostener ciertas medidas de cohesión social dada su inserción ventajosa en la división internacional del trabajo –ocupan un lugar privilegiado en el concierto internacional-, pero también Modelo al que tantas veces nos remite el documento de Torres y Navarro y que ha jugado un papel importante en el discurso político público mediático de Podemos. 5 9 dependen del desarrollo capitalista internacional. No son países desconectados de la lógica global. También hay que tener en cuenta que el bienestar de estas economías se sustenta en la sobreexplotación de las periferias y que, no lo olvidemos, han salido relativamente indemnes de la crisis porque el ajuste ha descansado, muy especialmente, sobre las economías del sur de Europa. Conviene reparar en fin que el denominado modelo nórdico está experimentando profundas transformaciones en la dirección del debilitamiento de las políticas de bienestar y de creciente presencia de los mercados y las lógicas mercantiles. Si no varía la tendencia mundial, seguirán la estela de otros países, desmantelando derechos y servicios públicos. En otro orden de cosas, la base material y el contexto político que permitió la consolidación y extensión de las políticas de bienestar en los países industrializados, particularmente después de la Segunda Guerra Mundial, ha variado. En aquel escenario, jugaron un importante papel los partidos socialdemócratas. El crecimiento económico continuado, la expansión de la producción sin límites y el fácil acceso a ingentes cantidades de energía fósil, de recursos naturales y tierras han terminado, como también la necesidad del capital de legitimar políticamente su hegemonía mediante un pacto social con los sindicatos ante la amenaza de la inestabilidad política o el peligro de revoluciones. Tras la crisis de mediados y finales de los setenta y el impulso de la “revolución” neoliberal por parte de los conservadores norteamericanos y británicos, no ha vuelto a configurarse un proyecto socialdemócrata a nivel mundial no subsidiario ni subalterno de las políticas económicas hegemónicas en el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o la Comisión Europea. 2.2 Una situación de emergencia, los retos de Podemos 10 La degradación económica y social de los últimos años ha alcanzado tal magnitud que necesitamos presentar un plan de emergencia, una auténtica terapia de choque –ocupacional, social y productiva, sobre todo-. En paralelo, urge enfrentar los problemas de mayor calado de nuestra economía –que han sido apuntados en el diagnóstico- que la crisis y la gestión realizada por el gobierno y desde las instancias comunitarias han agravado, pero que ya tenían un largo recorrido mucho antes de la implosión financiera. Más pronto que tarde un gobierno de Podemos deberá emprender tres políticas para liberar o incrementar recursos: reestructuración/quita de la deuda, reforma fiscal y lucha contra el fraude. Y posiblemente expropiaciones a aquellas compañías –particularmente financieras y energéticas- que no satisfagan una regulación que garantice la función social de la propiedad. Enfrentar esos problemas que podemos considerar de mayor calado significa ofrecer un programa que abra un camino de solución a los mismos, que inevitablemente apunta a los fundamentos mismos del sistema capitalista, a su lógica de acumulación y reparto. Sabemos que un gobierno de Podemos deberá fijar prioridades, pues no pueden alcanzarse todos los objetivos de manera simultánea, entre otras razones porque los recursos son siempre limitados en economía (y mucho más teniendo en cuenta la herencia que dejará el gobierno de Rajoy). Pero estamos asimismo convencidos que uno de los grandes desafíos de Podemos será integrar en un mismo programa lo urgente, el plan de emergencia, y lo necesario, las políticas estructurales. Integración que precisa que las medidas diseñadas sean coherentes entre sí, que se ordenen los recursos disponibles, que se identifiquen los actores comprometidos con las políticas, que se señalen los plazos de ejecución de las mismas y se visibilicen las resistencias que habrá que vencer. 11 2.3 Intervenir desde la demanda y la oferta Hay que reflexionar sobre la virtualidad de las políticas de demanda para superar la crisis, dada la relevancia que tiene en el texto de Torres y Navarro y la centralidad que tiene en la agenda política de todos los partidos, incluidos los que se reclaman de izquierdas. Reconociendo que hay un problema de insuficiencia de demanda (lo que algunos economistas denominan recesión de balances), hemos avanzado en el apartado dedicado al diagnóstico una explicación de la crisis más poliédrica y multidimensional. En línea con esa explicación, apostamos por la necesidad de operar, de manera simultánea en diferentes frentes, integrando las políticas de demanda en una perspectiva más amplia. a) Políticas de demanda Aclarado este extremo, muy importante, creemos que hay que defender una enérgica actuación desde el lado de la demanda. Ello significa detener las denominadas políticas de austeridad, que no lo han sido para la banca y las grandes corporaciones, responsables del agravamiento de la crisis, al acentuar el problema de insuficiencia de demanda. Defendemos la urgente implementación de un plan de estímulo sostenido con fondos públicos, con vocación de movilizar asimismo recursos procedentes del sector privado, que se justificaría sobre todo por los muy altos niveles de desempleo, la amenaza deflacionista y la necesidad de dotar de mayor relevancia a la economía interna -y por tanto el mercado autóctono- frente a la proyección económica internacional. Dos de los pilares que a corto plazo podrían sostener una activa política de estímulo de la demanda agregada son a) un ambicioso paquete de estímulo público, que comprometiera tanto al gobierno central a los autonómicos y locales, 12 compatible con unos niveles de déficit público sostenibles, y b) un plan de inversiones ejecutado desde Bruselas destinado de manera preferente a las economías meridionales, las más castigadas por la crisis y las que se encuentran más lejos de la salida de la misma. Ambas estrategias, compatibles entre sí, estarían dirigidas a la creación de empleo y a promover la inversión social y productiva. Formarían asimismo parte ineludible de una estrategia de estímulo de la demanda agregada una política decididamente orientada a la creación de empleo, tanto público como privado, que los salarios, una vez recuperada la capacidad adquisitiva perdida en estos últimos años, progresen en línea con la productividad del trabajo, el incremento del salario mínimo y de la prestación por desempleo, y la implementación de una política de renta básica orientada a garantizar un nivel de vida decente a los grupos vulnerables y a los que han sido expulsados de los circuitos productivos y laborales. Adicionalmente, una política de estímulo debe asegurar que el crédito fluye a familias y empresas en condiciones que faciliten la actividad económica y, de esta manera, un progresivo desendeudamiento. b) Políticas de oferta Las políticas de oferta, absolutamente diferentes a las concebidas desde una óptica neoliberales, deben jugar un papel central en la propuesta económica de Podemos. De hecho, una adecuada conexión entre los ámbitos de la oferta y la demanda es fundamental para la viabilidad y consistencia del mismo, y para dar pasos en la dirección de otra economía. Es cierto que la liturgia neoliberal ha impuesto una determinada visión de este tipo de políticas, centradas en torno a la contención o reducción de los salarios y la recomposición de los márgenes de beneficios. Pero cabe otra perspectiva; de hecho, la necesitamos. 13 Esta mirada alternativa debe ser capaz de entrar en el debate sobre la modernización de las actuales capacidades productivas y la redefinición de las especializaciones en vigor; asunto que entra de lleno en el contenido tecnológico de los procesos productivos y en la variedad y calidad de los bienes y servicios ofertados. Claramente, este debate debe ser abordado, simultáneamente, en clave de reindustrialización / desindustrialización, crecimiento / decrecimiento, introduciendo como palancas fundamentales del mismo las necesidades de la ciudadanía y del aparato productivo, y, por supuesto, la sostenibilidad ambiental de los procesos económicos. La cuestión, por tanto, no es debatir en abstracto sino en concreto: ¿En qué y dónde decrecer? ¿En qué dónde crecer? En este contexto, es esencial actuar en el plano de los servicios. En primer lugar, porque son fundamentales a la hora de añadir valor y diferenciación a la producción manufacturera; en segundo lugar, porque resultan esenciales para las políticas de cohesión social y la mejora en el nivel de vida de la población. Todo ello tiene que ver con la necesidad de fortalecer la industria manufacturera, de la que dependen una parte sustancial de nuestras ventas en Europa y en el mundo. Esta perspectiva nos lleva a la necesidad de modernizar nuestra industria para colocar en el exterior bienes y servicios de mayor calidad. Asunto que representa un importante reto y que exigirá un trabajo de selección de opciones y establecimiento de prioridades muy importante teniendo en cuenta las siguientes consideraciones: a) Los servicios suelen ser ofertados en el territorio, solo algunos se pueden exportar y no todos aportan el mismo valor añadido. En este punto es preciso distinguir entre los distintos tipos de servicios. El perfil de la sociedad de servicios actual está determinado por el marco y el tipo 14 de modelo industrial concreto en el que se desarrolla, y este es dependiente de la inserción internacional en la que se encuadre. b) Si no hay una industria en la que la economía española sea puntera, el país estará condenado a la dependencia que representa seguir ensamblando productos diseñados por terceros. Aun cuando apostemos por la calidad, ésta está determinada por quien gobierna la cadena de valor de cada rama. En la eólica la industria española fue puntera hasta que desde el gobierno a petición del oligopolio eléctrico ha disuelto esta industria, cuyo know-how ha quedado en manos de empresas alemanas. c) Para lograr la modernización industrial y su proyección comercial internacional se deberá poder gobernar tres factores: la disponibilidad de crédito; la secuencia de investigación, diseño e ingeniería industrial; y la distribución final. De no lograrse sólo quedará la opción de competir en precios dados de antemano, lo que significaría continuar con la aceptación de condiciones impuestas y subordinación. En este debate, poliédrico por naturaleza, se encuentran, y se deben encontrar, generando sinergias, la política inversora y de ciencia, tecnología e innovación, la sostenibilidad de los procesos productivos, la regulación de los mercados, la democracia dentro de los centros de trabajo, los productores y los consumidores. Y, por supuesto, en un escenario de renovación productiva como el que sugerimos será clave que exista un entono institucional comprometido con este objetivo. Capítulo aparte merecen, por su trascendencia estratégica, las políticas encaminadas a promover la transición ecoenergética. Esta perspectiva debería ocupar un papel clave a la hora de determinar las actividades que deben ser objeto de las medidas de estímulo (plantear en este punto las 15 líneas fundamentales de ese programa de transición, los nudos de ruptura con el modelo vigente que abriría un escenario que permitiría avanzar hacia un modelo económico, territorial y urbano sostenible). Pero más allá de la demanda, la referida transición ecoenergética tiene entidad propia: los planes de eficiencia energética generan ahorros y hacen posible movilizar recursos hacia otras actividades, existe un potencial muy grande de creación de empleo de cantidad y calidad; favorece el aumento de la productividad global de la economía que, según se haga, no implica un mayor nivel de producción con el consiguiente aumento del consumo de materias primas y energía. El objetivo de vivir mejor con menos, destruyendo menos recursos y bajando drásticamente la generación de residuos y la contaminación, ya no es un mero propósito ético; realmente forma parte del núcleo duro de las soluciones económicas del presente y una exigencia ineludible por razones de salud pública y supervivencia de la especie humana. Ello requiere trazar un plan a 20 años vista para establecer las infraestructuras y cambios en las industrias, ciudades, transportes y modelos agrícolas que se orienten a una economía descarbonizada y desnuclearizada, basada en las renovables y sostenida por un proceso de electrificación general, lo cual no solo significaría –tal como se ha dicho arriba- una fuente de empleo sino que además situaría al país como ejemplo innovador en la escena internacional. Una reflexión final sobre las políticas de oferta, relacionadas con la problemática de la competitividad, que de manera recurrente este gobierno y los anteriores señalan como uno de los objetivos neurálgicos de la política económica. La inserción de la economía española en la división internacional de trabajo (europea y global) debe estar presente, claro está, en la agenda política. A menudo se insiste en que es débil, y es verdad (una prueba de ello es la 16 tendencia crónica a generar déficits en la balanza comercial). De ahí se deriva, y también es verdad, la necesidad de mejorar la posición competitiva, más aun en un contexto donde la deuda externa es muy elevada y se hace necesario obtener recursos a través de las exportaciones, para, de esta manera, no alimentar el bucle del endeudamiento. Las políticas de contención salarial llevadas a cabo en nombre de este objetivo, además de injustas, son ineficientes, pues en realidad alejan la economía española de los mercados más dinámicos, donde se encuentran precisamente los países que pagan salarios más elevados, situándonos en la carrera competitiva de los países de bajos salarios, que también son bajos en derechos sindicales y ciudadanos. Una política verdaderamente comprometida con la modernización de nuestra industria manufacturera -de la que dependen una parte sustancial de las ventas españolas en Europa y en el mundo, y también de los servicios, que añaden valor a la producción manufacturera-, que trasciende con mucho la esfera salarial, es crucial para superar la posición subalterna de la economía española en el mercado europeo y global de la economía española, redefiniendo nuestro estatus externo y también recomponiendo nuestra inserción en las cadenas globales de creación de valor. Pero el tema de la competitividad puede y debe abordarse desde otra perspectiva, también necesaria, que apunta en la dirección de situar nuestra economía fuera de las exigencias de la lógica competitiva: costes asociados al flujo transfronterizo de mercancías, mayor importancia del mercado interno en la ecuación del crecimiento, redesplegar en espacios sostenibles las estructuras de producción y consumo, relevancia de actividades necesarias para la mejora de la productividad, cuyos precios no se forman en el mercado mundial, y reequilibrar las relaciones de poder. 17 2.6 Crear empleo, detener la fractura social Con unas tasas de desempleo en los alrededores del 24%, es claro que un objetivo nuclear del programa económico de Podemos debe ser la creación de empleo de calidad, esto es, decente y sostenible. Una doble actuación, desde la demanda y la oferta, a la que acabamos de referirnos, constituye el núcleo de la política ocupacional de Podemos. Dos factores adicionales sobre los que hay que tomar posición: las reformas laborales y el reparto del empleo A menudo el debate se centra en la necesidad de derogar la reforma laboral, y desde luego es imprescindible hacerlo. Necesitamos, en consecuencia, un nuevo marco de relaciones laborales, en cuya formulación deben intervenir los actores sociales, y sobre el que Podemos debería ser capaz de ofrecer los trazos más importantes. Sin entrar en ese debate, resulta imprescindible cambiar las relaciones de poder dentro de las empresas, claramente favorables a las patronales y el capital. Y es necesario avanzar en esa dirección no sólo apelando a la cohesión social y al ejercicio de los derechos ciudadanos sino reivindicando con fuerza que la democracia dentro de la empresa es clave para el progreso de la productividad de la economía y para encontrar una salida equitativa de la crisis. En paralelo a la implementación de una política orientada a la creación de puestos de trabajo y ante la envergadura del desafío que supone absorber el desempleo y las necesidades de los jóvenes que se incorporan cada año al mercado laboral, es necesario introducir en el programa económico políticas orientadas a repartir el empleo disponible y a liberar horas de trabajo. Es en esta perspectiva donde encajarían medidas destinadas a reducir la jornada laboral y la edad de jubilación, o la conversión en empleos del trabajo reproductivo que ahora es realizado dentro de las familias sobre todo por las mujeres, en el contexto de una división sexual del trabajo. 18 En esta sección dedicada a presentar los grandes objetivos que debería contener el programa económico de Podemos es vital, y tiene que ser una de nuestras señas de identidad, que uno de los objetivos de otra política económica -en realidad de otra economía- es detener la fractura social e implementar políticas destinadas a garantizar derechos y al aumento de la cohesión social. Simplemente, porque no hay salida de la crisis sin avanzar en esa dirección. No debemos apelar sólo a argumentos relacionados con la demanda agregada, a lo injusto que resulta que la crisis descanse en las espaldas de quien no la ha provocado o a la urgencia de preservar los derechos de los más débiles y desfavorecidos. Hay que afirmar también y con contundencia que la equidad y la democracia movilizan recursos y crean riqueza. Tenemos que ser conscientes de que los derechos sociales y ciudadanos articulados en torno a los espacios públicos están siendo objeto de un ataque demoledor, que va mucho más allá de la implementación de las denominadas políticas de austeridad. 2.8 La cuestión de la deuda Una de las cuestiones más controvertidas y aireadas mediáticamente se refiere a la deuda. Sin restar un gramo de relevancia a este asunto, uno de los mensajes que queremos trasladar con este texto es que el debate económico trasciende con mucho el territorio de la deuda. Las críticas y los críticos han encontrado un flanco débil, ante el evidente cambio de posición con respecto al programa presentado en las elecciones al parlamento europeo. Algunos de los asuntos a tratar: a) Los recursos dedicados al pago de los intereses de una deuda que no ha dejado de aumentar absorben un volumen de recursos que imposibilita la realización de otra política económica (a pesar de que la prima de riesgo ha disminuido) 19 b) La exigencia de una auditoría de la deuda, además de ser necesario para conocer el contenido de la misma, forma parte de un proceso de pedagogía necesario para acumular fuerzas y articular políticamente la mayoría social. c) La combinación reestructuración/quita dependerá de lo que desvele ese proceso de auditoría, de la correlación de fuerzas y de la coyuntura económica y política existente en ese momento. 3 Actores 3.1 Papel del Estado, el gobierno y el pueblo El Estado debe desempeñar un decisivo papel en la superación de la crisis y, más en general, en el proceso de transformación y renovación de la economía española, una intervención que contiene y al mismo tiempo desborda los tradicionales enfoques de demanda keynesianos, basados en el componente contracíclico del gasto público. A pesar de la retórica de la austeridad y pese a los recortes introducidos sobre los capítulos social y productivo, en los años de crisis, el gasto de las administraciones públicas ha seguido una marcada tendencia alcista. Además del impacto presupuestario del desempleo, hay que destacar –sobre todo porque el discurso del poder lo oculta o lo ignora-, el crecimiento del gasto debido a la captura del Estado, un asalto en toda regla, por los grupos económicos, que se ha materializado, sobre todo, en los rescates con fondos públicos a los bancos y a los grandes deudores y acreedores. Podemos se propone revertir esta dinámica, con una propuesta de radical reorientación del gasto público, que deberá ponerse al servicio de la reactivación de la demanda, 20 de la transformación del aparato productivo, de la equidad social y de la transición ecoenergética. En un escenario todavía dominado por los altos niveles de deuda tanto en familias como empresas, el Estado debe convertirse en el principal impulsor de la demanda agregada, en la doble vertiente del consumo y la inversión. Especial énfasis tendrán las políticas de inversión pública, por varias razones. Porque desde lo público, más allá de la lógica coste-beneficio que gobierna al sector privado, es posible visibilizar externalidades estratégicas imprescindibles para que funcione una economía y para que mejore el nivel de vida de la ciudadanía; segundo, por los efectos multiplicadores de la inversión pública, tanto en el ámbito de la oferta como de la demanda. Las políticas de inversión pública se centrarán en actividades social y ecológicamente sostenibles: en infraestructuras para un cambio industrial basado en renovables, en revertir la tendencia al desmantelamiento de los servicios y derechos sociales en materia de servicios públicos –sanidad y educación; y en ampliar a los cuidados en materia de escuelas infantiles y atención a la dependencia. La intervención del estado es central para invertir la lógica del “todo privado”, bajo el pretexto de que, por definición la asignación de recursos desde lo público es, por definición, más ineficiente. Reivindicamos la legitimidad de lo colectivo y lo social, y de la necesidad de la intervención del Estado para que funcione bien una economía. Por ello deberemos tratar de inmediato la cuestión de las nacionalizaciones y de la banca pública e iniciar la reflexión sobre las exigencias de eficiencia y transparencia en la gestión de los fondos públicos. En contextos tan dinámicos y cambiantes, es imposible fijar las coordenadas en las que tendría que desenvolverse un eventual gobierno Podemos. Hay factores de índole política y económica que por su propia naturaleza son imprevisibles y, 21 por lo tanto, impredecibles. El documento de Torres y Navarro advierte con insistencia en que, dada la gravedad de los problemas a resolver (la herencia), habrá que actuar con pragmatismo y prudencia. Necesitaremos mucho de esas cualidades, sin duda, pero creemos necesario un discurso de mayor calado, más rotundo. En el escenario de ruptura y transición bajo un gobierno de Podemos (o en un gobierno de izquierdas en el que pudiera participar Podemos) la iniciativa privada, donde se encuentra instalada una parte de la mayoría social que debe protagonizar el cambio, debe desempeñar un activo papel. Ello comporta diseñar un marco regulador basado en el criterio de la función social de la propiedad bajo una posible planificación indicativa con estímulos a aquellos que la cumplen, con mecanismos de transferencia de los excedentes de sectores menos necesarios a otros que sí lo sean, y bajo una posible expropiación para aquellos que incumplen una función social. En paralelo a que, como hemos señalado antes, será necesaria una decisiva y estratégica intervención del sector público, particularmente del sector público con la economía autogestionaria y de los comunes. Una cierta sinergia públicoprivada, en definitiva. Avanzar en esta dirección exige, por supuesto, debilitar los privilegios y reducir los espacios de las grandes empresas y la oligarquía. Dicho de otra manera, un gobierno que gobierne para la mayoría social, debe estar en condiciones y dispuesto no solo a dar mayor peso a la intervención económica de los poderes públicos, sino a hacer las incursiones necesarias en la propiedad privada, mediante regulaciones o nacionalizaciones, que le permitan llevar adelante su programa, cuando entre en colisión el interés de la minoría con el de la mayoría. Es evidente que la herencia contará (como ha contado siempre) y que la dejada por este gobierno del PP y por la 22 Troika será un pesado lastre; por no mencionar la hostilidad con la que, con toda seguridad, sería recibida la entrada de Podemos en las instituciones. Porque esto es, sin duda, cierto hay que poner énfasis en la necesidad de consolidar y fortalecer una mayoría social. Entendemos que esta consolidación es un proceso que trasciende con mucho apelar al voto. Hay que preparar a la ciudadanía para llevar a cabo un programa económico, que deberá articularse alrededor de un plan de emergencia y un programa de transformaciones estructurales, que contará con la resistencia de las elites económicas y politicas, resistencia que habrá que vencer, con inteligencia, por supuesto, pero también y esto no hay que olvidarlo, con movilización ciudadana. Por tanto, es necesario que el pueblo esté vivo y activo, empoderado y organizado, tenga voz propia y vele directamente por sus intereses, en definitiva ejerza la soberanía y la democracia de forma participativa y cotidiana, no sólo confiando su opción electoral periódicamente en unos comicios. Eso es construir Pueblo en términos de proyecto político. 3.2 Pacto ¿Qué pacto? Los procesos constituyentes Una cuestión polémica se refiere al tema de los pactos, asunto al que el documento de Torres y Navarro concede bastante importancia, y que siempre está presente, implícita o explícitamente, en el mensaje mediático de los dirigentes de Podemos. ¿El Pacto / Acuerdo Nacional hace referencia a un pacto implícito con la oligarquía al mencionar la participación y concurso de todos los actores? ¿Acaso se refiere a un nuevo pacto de la sociedad, a un “volver a empezar”, o sea a un pacto del Pueblo mediante un proceso constituyente? ¿Qué similitudes o diferencias existen entre la propuesta de Torres y Navarro y Pactos como el de la Moncloa o las políticas sistemáticas de Concertación social que han presidido las 23 relaciones entre los sindicatos, las organizaciones patronales y los gobiernos? Conviene introducir varias consideraciones en este asunto: La crisis económica y política, y las propias transformaciones, fracturas y límites del capitalismo, hacen que emerja un amplio grupo de “damnificados” cuyos intereses coinciden hasta cierto punto y que, en determinadas condiciones, podrían confluir en la misma agenda política. La problemática compartida tiene que ver sobre todo con la corrupción, el engaño y la estafa de una clase política profundamente endogámica y conservadora; también concita cierto consenso el rechazo ante el enriquecimiento desmedido e injustificado de una minoría que no se lo merece, pues siendo los principales causantes de la crisis se han aprovechado de la misma para reforzar posiciones y privilegios, y la percepción de una persistente degradación de las condiciones de vida de una parte de las clases medias, en las que un amplio sector de la población se reconoce o al que quisiera acceder. Y, desde luego, en el proceso de pérdida de rentas y derechos de las clases trabajadoras, que ven como sectores enteros de las mismas se ven abocadas a un drástico empobrecimiento pese a tener empleo, a la precarización o a la pura marginación por no acceder a puesto de trabajo alguno. Asimismo, este amplio grupo social podría tener intereses comunes, aunque no sean conscientes de los mismos, derivados del agravamiento de la problemática medioambiental. Tan sólo se trata de algunos ejemplos, a los que se podrían añadir otros significativos, que apuntan en la dirección de una amplia transversalidad, sin que por ello debamos caer en el simplista lema de “somos el 99%”, que ni se corresponde con la realidad de la estructuración social, ni con las vivencias de los diferentes sectores sociales, ni con los diversos intereses de clase coexistentes. Este planteamiento omite o al menos infravalora la pluralidad de intereses existentes en esta mayoría social, vinculados a la 24 posición de los diferentes grupos en el engranaje económico, que lógicamente se expresará a la hora de aplicar un programa de transformación profunda de la economía y la sociedad. Aunque tenemos reservas ante la utilización de los términos gente/casta o arriba/abajo, reconocemos que visibilizan de manera contundente, y muy mediática, una nueva fractura que perjudica a la mayoría social, y que, en caso de articularse políticamente, contiene un enorme potencial transformador. Cada vez es más evidente que la casta política y la oligarquía a la que sirve, forman parte del mismo “arriba” al que combatir desde los intereses de la mayoría social que configura el “abajo”. Desde esa perspectiva, el mensaje de un gran pacto –o de varios pactos, en torno a un pack de objetivos centrales- que permita la convergencia de la pluralidad de intereses existente dentro de este amplio magma social podría tener una expresión favorable para la mayoría social si tomara cuerpo en los Procesos Constituyentes a nivel estatal, en las nacionalidades y sobre las diversas cuestiones que intervienen en la alternativa y sustitución del régimen del 78. 4 Recursos Una de las críticas más insistentes al programa económico de Podemos es que, de aplicarse, llevaría a niveles astronómicos e insoportables los niveles de deuda y de déficit públicos, provocaría una salida masiva de capitales y cerraría los circuitos de financiación internacional. Algunas ideas en torno a las que construir la argumentación: Podemos, en la medida en que plantea cambiar las reglas del juego y hacer política para la mayoría social, se encontrará con resistencias de diverso tipo. Asistiremos a múltiples intentos de estrangular financieramente este proyecto político, y de este modo 25 poder lanzar a los cuatro vientos el mensaje de su inviabilidad. Quienes sostienen que no hay recursos para atender los objetivos de nuestro programa son los mismos que los han dilapidado a manos llenas. Tenemos que defender con fuerza que nuestro programa es viable, tanto técnica como financieramente, lo cual es perfectamente compatible con mantener que, dado que los recursos son limitados, habrá que priorizar los objetivos, de ahí la importancia de establecer con claridad cuáles serán éstos. Es importante aclarar que las transformaciones que defiende Podemos no recaerán de manera exclusiva sobre las arcas públicas, pues aspiramos a involucrar a una parte de los capitales privados (sistemas de estímulos que favorezcan la orientación de los recursos hacia la inversión productiva, el empleo, la eficiencia y el ahorro energético). Asimismo, la reactivación de la economía al tiempo que reduce gastos, como los del desempleo, aminora la deuda pública y privada y aumenta la riqueza, lo cual abre nuevas posibilidades de financiación que ahora están cerradas, abriendo un círculo virtuoso. Finalmente, hay actividades que, en gran medida, se autofinancian a partir de los ahorros que genera su puesta en marcha. La reestructuración/quita de la deuda permitiría movilizar recursos ahora dedicados a satisfacer los intereses de la deuda acumulada. En la esfera presupuestaria existe un amplio margen para la movilización de recursos, si se elevara la presión fiscal a la media europea y aún más si se creara empleo 26 decente y de calidad. Por tanto hay un amplio abanico de posibles actuaciones encaminadas a incrementar los recursos: aumentar la progresividad del sistema impositivo y mejorar la eficiencia con que se gestionan los tributos, eliminar las numerosas exenciones y deducciones que reducen la carga fiscal soportada por los beneficios de las empresas, introducir nuevos tributos, gravar las grandes fortunas y patrimonios y combatir las bolsas de fraude. Plan orientado a la utilización eficiente de los recursos en la administración pública. Asunción de unos niveles de déficit y deuda razonables. Limitación a los ingresos salariales más elevados. Creación de una potente banca pública que, operando con criterios de eficiencia y profesionalidad, estará al servicio de una estrategia de renovación productiva y de aumento del empleo. Su creación deberá partir de las entidades rescatadas y en concreto de las viejas cajas de ahorros y de la transformación del ICO, pero también a partir de toda la banca privada que no cumpla una regulación que garantice la función social del crédito, una regulación de tipos preferenciales, la protección del depositante, etc… ¿Qué papel desempeñaría la Unión Europea en la provisión de fondos? Proponemos un Plan de actuación comunitario dirigido a las economías meridionales y la prohibición de los paraísos fiscales. Ahora bien las instituciones comunitarias pueden oponerse desde una concepción neoliberal a tal propuesta. ¿Qué hacer? Habría que experimentar de forma decidida una alianza cooperativa de los países del Sur de Europa y quizás encontráramos también eco en otros; desde luego habría 27 que buscar la complicidad y colaboración con los sectores desfavorecidos (también víctimas de las políticas de austeridad) de los países del norte. ¿Qué formas podrían adoptarse? Desde la cooperación reforzada prevista por la legalidad comunitaria hasta la desobediencia concertada de los Tratados, pasando por la cooperación y coordinación en una renegociación conjunta de la deuda o la creación e impulso de mecanismos de integración de la inversión, el comercio y la financiación mutua, hasta incluso plantearse la creación de un Banco Central de los Países del Sur. 5 Ámbitos de actuación. 5.1 El Estado español, el marco europeo El centro de la intervención política de Podemos será la economía española (también, aunque en menor medida, la comunitaria, merced a la representación obtenida en las últimas elecciones al parlamento europeo). No hay que pasar por alto, sin embargo, que algunos de los problemas que habrá que enfrentar (dos ejemplos paradigmáticos, que no exclusivos, son la reforma de los mercados financieros y la deuda externa) presentan una dimensión comunitaria e incluso global. Una restricción muy a tener en cuenta, pues, además de añadir complejidad y matices al diagnóstico, tiene una lectura política en clave de acumulación de fuerzas necesaria para avanzar en esa dirección. De la crisis económica emerge una Europa más fracturada e insolidaria, una Europa que renuncia a la aplicación de políticas comunes de signo redistributivo, una Europa crecientemente atrapada en la lógica de los mercados financieros y las transnacionales, una Europa más sometida a los intereses de las economías con mayor potencial competitivo, una Europa más oligárquica y antidemocrática. 28 Al servicio de esta Europa, y de la preservación de la moneda única, se ha acometido un importante rediseño institucional de la unión monetaria y se han llevado a cabo las políticas económicas impulsadas desde la Troika. Se trata en suma de una Europa que representa una camisa de fuerza para intentar imprimir otro rumbo a su economía. La salida a esta situación no es abandonar el euro, pero esta posibilidad –ni tampoco la disolución de la UEM- puede ser descartada en un contexto dominado por la incertidumbre y la irrupción de fuerzas centrífugas de distinto perfil político. 5.2 Otra Europa Esta Europa precisa de una verdadera refundación democrática y de un proceso constituyente que alumbren políticas sustentadas en la cooperación, la equidad, la solidaridad y la sostenibilidad. No se trata, pues, de recuperar las esencias del proyecto comunitario –cuya deriva es una de las causas precisamente de la crisis actual- ni tampoco de introducir más gobernanza en las estructuras actuales, funcionales a los intereses de las elites políticas y económicas, por lo que deben ser modificadas en aspectos sustantivos. Teniendo en cuenta estas restricciones, Podemos trasladará un conjunto de iniciativas que, inevitablemente, rompen con las líneas rojas no superadas por las reformas aplicadas durante estos años desde Bruselas. En este giro hacia otra Europa serán claves una sustancial ampliación del presupuesto comunitario, la creación de una hacienda fiscal, la prohibición de los paraísos fiscales, dotar al Banco Central europeo de las competencias que le permitan actuar como un verdadero banco central, proceder a una reforma en profundidad de los mercados financieros , acordar mecanismos de ajustes de las economías estructuralmente superavitarias, suprimir el dumping social y fiscal, reorientar las políticas comunitarias de acuerdo a los principios de equidad, solidaridad y sostenibilidad, crear instrumentos de deuda mancomunada y, finalmente y con carácter de 29 urgencia, acordar un plan de reestructuración de la deuda y de inversiones dirigido a las economías meridionales. Pero en caso de que este cuadro no se cumpla, desde Podemos y desde el resto de fuerzas de izquierda –como es el caso de Syriza- de los países afectados deberán tener previstas soluciones alternativas. Dado que la probabilidad de tener que enfrentar esa situación es muy elevada, una de las tareas de Podemos será comenzar a diseñar los caminos a emprender. 6. Plazos. Es clave programar los tiempos El calendario es un asunto central en política. Para graduar los tiempos, elemento básico en la implementación de un programa económico conviene diferenciar tres “momentos” de un gobierno de izquierdas: las medidas urgentes tras la victoria electoral, la legislatura y el decenio que tenemos por delante. I Programa de Urgencia El día después del triunfo electoral y constitución del gobierno, en el que deberá aplicar desde el minuto 1 y en los primeros 100 días un Programa de Urgencia cuya finalidad es triple: a) solventar las cuestiones sociales más acuciantes o al menos poner las bases de la solución; b) mantener, ganar y ampliar la legitimidad social que comenzó a manifestarse en el triunfo electoral; c) adoptar medidas preventivas frente a las maniobras y ataques desestabilizadoras de la oligarquía autóctona, los mercados financieros y las transnacionales que contarán con firmes aliados en las instituciones comunitarias –si no logramos desalojar de las mismas -o al menos frenar- al neoliberalismo- y desde luego en las instituciones globales del capital como el FMI. Posibles elementos de un Programa de urgencia: 30 - Ley de Primera Vivienda. Dación en pago y garantía derecho a usufructo con alquiler social (30% máximo de ingresos) - Reestructuración de las hipotecas en un porcentaje equivalente a la caída del valor de tasación. - Regulación del sistema bancario: garantía función social del crédito, protección a depositantes, conversión ayudas en acciones de oro públicas, coeficiente de reserva mínimo, regulación tipos preferenciales sobre bienes y actividades prioritarias. - Moratoria y auditoria hacia la reestructuración de la deuda. II Programa para la legislatura Sustancia el compromiso de Podemos con el electorado, revierte las tendencias antisociales y pone las bases para un cambio en la orientación en los siguientes años procurando blindar las conquistas (aprendamos de las lecciones de los gobiernos de Aznar y Rajoy). - Reforma fiscal progresiva. Impuesto de sociedades (tipo efectivo hacia el 30%, eliminando algunas desgravaciones), IRPF (aumento de tramos y tipos, eliminación desgravación por vivienda y planes de pensiones), Conversión IVA en ecotasa sobre consumos poco ecoeficientes o insostenibles, Reinstauración y conversión Impuesto Patrimonio en impuesto de grandes fortunas, etc… - Medidas favorables al pleno empleo: Servicio Público de Empleo con competencias en preselección de personal. Trabajo Garantizado. Renta Ciudadana Garantizada - Reversión de los recortes en servicios públicos. 31 III Programa para un Decenio: Configuran los planes a medio plazo de transformación estructural de la economía y la sociedad. - Grandes inversiones en infraestructuras para Transición Energética - Reconfiguración de las relaciones con otros países, para una globalización solidaria. - RBU 7 ¿Y si no hay victoria electoral? Los ejes de programa deben ser los mismos en el gobierno que en la oposición y deben inspirar en todo momento las propuestas. Hay que acabar con la vieja práctica de la casta que en la oposición denunciaba y prometía y en el gobierno olvidaba y traicionaba. Lo que es necesario es necesario y no se puede tener un abanico “utópico y reivindicativo” cuando no se espera gobernar y otro “realista y de responsabilidad de estado” cuando se está cerca de gobernar o gobernando. Otra cosa es que táctica llevar dada una correlación de fuerzas o como comunicar, pero ello no afecta al contenido de la propuesta, sino a los medios para llevarla a cabo. Acabar con el doble lenguaje es avanzar en la ruptura democrática y ayuda a poner fin a la pervivencia de la casta política y económica.