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Transcript
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Propuesta Borrador
Ejes centrales del programa económico de
Podemos
Manuel Gari
Fernando Luengo
Introducción
Presentación para el debate del documento en el Círculo 3E
Las páginas siguientes intentan reflejar el acuerdo al que llegamos en la
reunión de la Comisión1 a la que se le encargó la redacción de un documento
político marco sobre la propuesta económica de Podemos. En el debate que
nos proponemos trasladar al círculo, cada uno de los miembros de la misma
hará las apreciaciones personales que considere oportunas2.
El primer destinatario del documento es el Círculo de Economía, Ecología y
Energía para que debata con la finalidad de ofrecer al Área de Economía del
Consejo Ciudadano (y, a través suyo, al propio Consejo) una serie de criterios y
herramientas para la elaboración de la propuesta de política económica.
Nuestro propósito ha sido elaborar un documento-marco político en materia
económica que sirviera de referencia al conjunto del partido con los siguientes
objetivos:
a) Orientar la propuesta de política económica en los diversos espacios en
los que intervenimos (institucional, movimientos sociales y sociedad civil,
medios de comunicación, etc.) con el fin de ofrecer un discurso
consistente.
b) Servir de base para la elaboración de propuestas rigurosas en los
diversos ámbitos que tenemos o tendremos responsabilidades
institucionales: europarlamento y alianzas internacionales, parlamentos y
gobiernos en el Estado español (central, autonómicos, intermedios supra
locales, municipales, juntas distrito, etc.…).
La comisión encargada de redactar el documento estaba formada por Juan Carlos
Barba, Daniel Albarracín, Manolo Gari y Fernando Luengo. Ante la dificultades
operativas que han surgido en su elaboración y teniendo en cuenta los plazos
estrictos en que nos movíamos y que tan solo se trata de un borrador a discutir en
el círculo, llegamos al acuerdo de que fuera redactado por Manolo Gari y Fernando
Luengo.
2
Formamos un equipo de redacción “inusual”, pues hemos procedido a redactar un
documento político en materia económica sin que hayamos tenido un recorrido
previo, un debate entre nosotros suficiente para alumbrar coincidencias profundas y
diferencias sustantivas. Dada la importancia de los temas, el desafío es mayúsculo.
1
2
c) Ofrecer una guía de criterios comunes para elaborar de forma inmediata
los programas para los diversos comicios del ciclo electoral. Parece
lógico que los programas sigan una lógica común y coherente entre sí,
aunque existan elementos específicos en cada ámbito territorial que
exigirán poner el acento en algunos temas o desarrollar cuestiones ad
hoc.
d) Plantear un esquema en el que se puedan integrar los desarrollos
especializados concretos que desde el Círculo 3E se han venido
haciendo (modelo productivo, organización del territorio, gestión de los
recursos, energía, fiscalidad, deuda, sistema financiero, desigualdad en
sus diversas dimensiones, renta, empleo, euro, comercio exterior,
tratados internacionales…)
Con ello lograríamos evitar discursos o propuestas incompletas, contradictorias
o sin anclaje en una realidad que queremos cambiar desde la acción de los
ejecutivos o de las instancias de representación siempre de la mano y al
servicio de las organizaciones sociales y el movimiento popular.
En este momento importa, antes que nada, argumentar y demostrar que
Podemos tiene bagaje y coherencia para articular un programa económico para
gobernar y cambiar la situación. Por ello, ofrecemos un guion razonado a partir
del cual podamos trabajar colectivamente. Nos ha interesado más la
coherencia global de lo que podría constituir una propuesta económica de
Podemos que el análisis de cada uno de los aspectos que articulan esa
propuesta. No era este el encargo que se nos hizo y tampoco creemos que sea
este el objeto del primer texto que inicie el debate pues consideramos que hay
que empezar la casa por los cimientos.
Entendemos que no es este el texto donde tenemos que desmenuzar el
contenido concreto de las medidas de política económica que llevaría a cabo
Podemos en caso de alcanzar el poder o parcelas significativas del mismo, ni
por supuesto proceder a su cuantificación.
En otras palabras, tan sólo hemos pretendido mostrar, de manera ordenada y
coherente, los aspectos más relevantes de una argumentación económica que
podría estar en la base del programa económico de Podemos3.
Metodología de trabajo de los programas colaborativos
Tanto el texto de Torres y Navarro4 como el que presentamos, y cualquier otro
que pudiera aparecer, deben convertirse en un instrumento de reflexión de los
Por ello no le hemos dado la forma y redacción definitivos de un documento
propositivo para la ciudadanía, ello será tarea posterior.
3
Debe quedar claro que este papel no pretende ser una réplica al documento
elaborado por ellos, ni tampoco sigue la hoja de ruta argumental del mismo. Con
4
3
círculos, deben contribuir a enriquecer su perspectiva y a concretar líneas de
trabajo en los diferentes ámbitos en los que Podemos va a desplegar su acción
política. Debe servir asimismo para propiciar un diálogo con la ciudadanía, todo
ello encaminado al alumbramiento de un programa colaborativo, núcleo de una
acción política orientada a cambiar el actual estado de cosas. Desde esta
perspectiva, la elaboración del programa, y mucho más la ejecución del mismo,
tiene una lectura en clave de movilización y empoderamiento.
Un programa para el cambio no se hace a golpe de demoscopia, con lo
importante que es la misma en el conocimiento del medio en el que Podemos
se mueve. Un programa para el cambio no puede estar condicionado por la
presión de los grandes medios de comunicación.
Un programa de cambio es un programa de propuesta racional que requiere
conocer la dinámica socio-económica, la percepción subjetiva del electorado, la
activa participación en su elaboración de quienes se organizan para el cambio
(ese es un papel esencial de los círculos), la posibilidad de dar voz a los
movimientos sociales y a la propia ciudadanía y, desde luego, a l@s
conocedores de los diversos temas.
Un programa para el cambio implica disponer de:
a) Un proyecto de sociedad –por más que sea embrionario- como
horizonte. Quien solo reacciona frente a lo inmediato denunciándolo y no
ofrece una meta diferente, difícilmente podrá diseñar de forma coherente
el cambio y no será percibido durante mucho más tiempo como
alternativa a la casta.
b) Una priorización y temporalización de las medidas, teniendo en cuenta
los costes tanto de adoptarlas como de no hacerlo; costes no solo
económicos, sino políticos y sociales. Y también las consecuencias de
las medidas –tanto si se adoptan como si no- en el plano de la
correlación de fuerzas resultante, tanto en el plano de las relaciones
entre las clases como en el plano político. No es suficiente hacer una
enumeración de propuestas más o menos acertadas, es preciso
ponerlas en relación. No es suficiente abordar las medidas desde un
mero criterio de su “viabilidad” –aceptando el marco de restricciones
actual-, es preciso prever que efectos favorables tendrán en caso de
adoptarse rompiendo los muros impuestos.
c) Una voluntad de implementar las medidas de forma inteligente y
arropada por la mayoría social frente a la subordinación que supone el a
priori del mantra conservador comunitario “no hay alternativas” que, al
todo, el texto que se desarrolla en las páginas siguientes sí recoge y reelabora
algunos de los temas centrales planteados en el mismo.
4
aceptarlo, ha postergado en la subordinación a muchas de las opciones
de izquierda europeas. Existen límites y restricciones en la economía
que devienen de la finitud de los recursos naturales, de los bienes
existentes y de las disponibilidades financieras, pero no existe –salvo
para los fundamentalistas del mercado- unas tablas de la ley que
impidan desarrollar otra política y otra economía diferentes al dictado de
la Troika.
En el contexto de esta dinámica, radicalmente democrática, los expertos, los
que forman parte de Podemos y los que están dispuestos a colaborar aun
cuando no formen parte de los círculos, deben desempeñar un papel crucial en
todo el proceso de elaboración del programa, aportando conocimiento técnico.
Sin duda, su colaboración será clave para dotarle de coherencia y consistencia.
El guion utilizado para a ordenar y estructurar nuestro razonamiento es el
siguiente:






Diagnóstico
Objetivos
Actores
Recursos
Ámbitos de actuación
Plazos
Somos plenamente conscientes de que cualquier esquema de trabajo tiene
algo de arbitrario y, por lo tanto, de discutible. No obstante, es decisivo razonar
con un índice de estas características, pues traslada un mensaje: los objetivos,
responden a un diagnóstico, necesitan una modulación en el tiempo, recursos e
instrumentos de política económica, y, lo más importante, actores que se
comprometan con las medidas aplicadas. El que os proponemos nos parece
que guarda una coherencia que no observamos en el texto de Torres y
Navarro.
Como veréis a continuación, el desarrollo de la argumentación es desigual. En
algunos de los puntos nos hemos detenido, mientras que en otros sólo
encontraréis un enunciado pendiente su desarrollo. Hay omisiones deliberadas
sobre algunas cuestiones que están en debate tanto entre los autores del texto
como en el seno del círculo, cuestiones que, claro está, el texto definitivo que
redactemos no deberá omitir.
Cuando entréis en materia, veréis que cualquiera de las afirmaciones que
aparecen son matizables, discutibles y criticables; de eso se trata. Si, a pesar
de todo, encontráis un hilo conductor, entonces el objetivo habrá sido cubierto
De cualquier modo, hemos preferido no consumir más tiempo y enviaros
cuanto antes un borrador.
5
Propuesta de Borrador
Ejes centrales del programa
económico de Podemos
Un posible esquema futuro podría ser:
1. Diagnóstico
2. Objetivos
3. Actores
4. Recursos.
5. Ámbitos de actuación
6. Plazos
1 Diagnóstico
Necesitamos un buen diagnóstico, esa es la brújula que nos
conducirá en el proceso de elaboración de las propuestas
económicas. Este diagnóstico tiene que contestar a la
pregunta “¿qué crisis?”, esto es, ofrecer una explicación
razonada de la implosión de la economía basada en la deuda.
Al mismo tiempo debe dar cuenta de la problemática asociada
a la gestión neoliberal de la crisis económica. Combinando
ambas aproximaciones tendremos una visión de los desafíos,
coyunturales y estructurales, que Podemos tendrá que
enfrentar.
1.1 ¿Qué crisis?
Conviene que dirijamos nuestro razonamiento a partir de las
siguientes consideraciones:
a) La crisis financiera –o, para ser más exactos, la crisis
que se visibiliza como tal- presenta un componente
estructural. Si el detonante de la crisis fue la dinámica de
sobreendeudamiento, y la imposibilidad de sostenerlo en
el tiempo, la emergencia y consolidación de una
6
economía basada en la deuda se explica por un conjunto
de factores -desigualdad, financiarización, creación de
la unión monetaria y asimetrías productivas y
comerciales- que apuntan a la lógica de acumulación y
distribución del capitalismo.
b) Una interpretación cabal de la crisis requiere incorporar
otros factores, que también forman parte de la
configuración sistémica del capitalismo --crisis de los
cuidados, crisis de los ecosistemas, oligopolización de la
estructura empresarial y captura de los estados por los
mercados-- que no siendo el origen inmediato del
desorden financiero, se superponen (y refuerzan) los
desequilibrios
estructurales
determinantes
del
formidable
crecimiento
de
la
economía
del
endeudamiento.
c) La gestión realizada por el gobierno y la troika
comunitaria deja una pesada herencia. Por un lado, los
objetivos que consideraban prioritarios no se han
conseguido o incluso se han agravado; y en el mejor de
los casos, los avances han sido claramente insuficientes
(recuperar el crecimiento, aminorar el desempleo,
restablecer los circuitos de crédito, reducir el déficit y la
deuda públicos). Se han dilapidado tiempo y recursos, y
se ha encerrado a la economía en bucles presupuestario, financiero y el auspiciado por las
denominadas políticas de devaluación interna- que se
retroalimentan y que prolongan la agonía. Desde esta
perspectiva, y por supuesto desde la de la mayoría
social, que ha visto cómo empeoraban en estos años sus
condiciones de vida, no se ha superado la crisis.
d) Tampoco se ha superado la crisis si tenemos en cuenta
los problemas de fondo que están en su origen,
problemas que, lejos de resolverse, se han agravado.
Así, han aumentado hasta niveles inéditos la desigualdad
7
y la fractura social, la desindustrialización de nuestra
economía sigue su curso, las diferencias entre las
economías del norte y las del sur crecen sin cesar, la
industria financiera conserva toda su pujanza, la
concentración empresarial es más fuerte si cabe, los
problemas medioambientales han desaparecido de la
agenda política, los espacios públicos han sido
ocupados por las grupos económicos, se recupera el rol
de cuidadora de la mujer, y la refundación de la Unión
Europea adquiere unas tonalidades intensamente
oligárquicas y autoritarias.
1.2 Algunos rasgos del sistema que se han fortalecido
En forma de telegrama, podríamos apuntar los siguientes
fenómenos a tener en cuenta que han cristalizado desde hace
años a causa de las políticas neoliberales y muy
particularmente tras las adoptadas ante la crisis:
- Las funciones del sector público o se están orientando
por las prioridades de las grandes compañías privadas o
bien se está privatizando. En términos estructurales el
sector público ha crecido, eso sí, para socorrer al
capital. Podríamos decir que la orientación neoliberal
dominante ha sido: austeridad para las funciones
sociales, generosidad para rescatar al capital.
- Las políticas de austeridad social y rescate del capital
responden a los objetivos de ensanchar los mercados
(mediante la apropiación de sectores primarios o la
privatización de servicios públicos), blindar a las capas
capitalistas oligárquicas, y restaurar la tasa de
rentabilidad efectiva. El resultado de aplicar todo eso ha
sido recesión y estancamiento, pobreza y precariedad
laboral, e insolvencia de fracciones muy amplias del
capital.
- Los mercados están desvelándose como una entelequia
pues están regulados por los oligopolios y el Estado de
8
forma creciente está abandonando cualquier rasgo de
benefactor social en sus políticas económicas.
- El capital industrial y financiero están íntimamente
ligados, se entrecruzan acciones, comparten consejos
de administración y tienen un grueso de intereses
comunes. Si bien cabe destacar que el comportamiento
del capital adquiere de forma creciente prácticas
rentistas y adquisitivas que podríamos calificar de una
estrategia de desposesión, en la que los sectores
financieros son hegemónicos.
2 Objetivos
2.1 ¿Nos reconocemos en el modelo socialdemócrata?5
La apelación continua a ese modelo (y a los estándares que ya
existen en otros países comunitarios con economías más
fuertes en términos absolutos o relativos que el nuestro)
pretenden transmitir un mensaje de “normalidad”, alejada de
los extremismos, en las pretensiones políticas de Podemos.
Es evidente que los países a los que se alude, especialmente
los nórdicos, se encuentran en un estadio de desarrollo
económico muy superior al de nuestra economía y que la
crisis ha impactado en ellos de manera más suave; también lo
es que la respuesta a la misma ha sido más compleja y
matizada que la implementada por estos lares.
Los países nórdicos han aplicado medidas de inspiración
neoliberal, pero la gestión de la crisis ha tenido diferencias
importantes con la realizada en nuestro país y partían de un
grado más elevado de protección social. Han podido sostener
ciertas medidas de cohesión social dada su inserción
ventajosa en la división internacional del trabajo –ocupan un
lugar privilegiado en el concierto internacional-, pero también
Modelo al que tantas veces nos remite el documento de Torres y Navarro y que ha
jugado un papel importante en el discurso político público mediático de Podemos.
5
9
dependen del desarrollo capitalista internacional. No son
países desconectados de la lógica global.
También hay que tener en cuenta que el bienestar de estas
economías se sustenta en la sobreexplotación de las
periferias y que, no lo olvidemos, han salido relativamente
indemnes de la crisis porque el ajuste ha descansado, muy
especialmente, sobre las economías del sur de Europa.
Conviene reparar en fin que el denominado modelo nórdico
está experimentando profundas transformaciones en la
dirección del debilitamiento de las políticas de bienestar y de
creciente presencia de los mercados y las lógicas
mercantiles. Si no varía la tendencia mundial, seguirán la
estela de otros países, desmantelando derechos y servicios
públicos.
En otro orden de cosas, la base material y el contexto político
que permitió la consolidación y extensión de las políticas de
bienestar en los países industrializados, particularmente
después de la Segunda Guerra Mundial, ha variado. En aquel
escenario, jugaron un importante papel los partidos
socialdemócratas. El crecimiento económico continuado, la
expansión de la producción sin límites y el fácil acceso a
ingentes cantidades de energía fósil, de recursos naturales y
tierras han terminado, como también la necesidad del capital
de legitimar políticamente su hegemonía mediante un pacto
social con los sindicatos ante la amenaza de la inestabilidad
política o el peligro de revoluciones. Tras la crisis de
mediados y finales de los setenta y el impulso de la
“revolución” neoliberal por parte de los conservadores
norteamericanos y británicos, no ha vuelto a configurarse un
proyecto socialdemócrata a nivel mundial no subsidiario ni
subalterno de las políticas económicas hegemónicas en el
Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o la
Comisión Europea.
2.2 Una situación de emergencia, los retos de Podemos
10
La degradación económica y social de los últimos años ha
alcanzado tal magnitud que necesitamos presentar un plan de
emergencia, una auténtica terapia de choque –ocupacional,
social y productiva, sobre todo-. En paralelo, urge enfrentar
los problemas de mayor calado de nuestra economía –que han
sido apuntados en el diagnóstico- que la crisis y la gestión
realizada por el gobierno y desde las instancias comunitarias
han agravado, pero que ya tenían un largo recorrido mucho
antes de la implosión financiera.
Más pronto que tarde un gobierno de Podemos deberá
emprender tres políticas para liberar o incrementar recursos:
reestructuración/quita de la deuda, reforma fiscal y lucha
contra el fraude. Y posiblemente expropiaciones a aquellas
compañías –particularmente financieras y energéticas- que no
satisfagan una regulación que garantice la función social de la
propiedad.
Enfrentar esos problemas que podemos considerar de mayor
calado significa ofrecer un programa que abra un camino de
solución a los mismos, que inevitablemente apunta a los
fundamentos mismos del sistema capitalista, a su lógica de
acumulación y reparto.
Sabemos que un gobierno de Podemos deberá fijar
prioridades, pues no pueden alcanzarse todos los objetivos de
manera simultánea, entre otras razones porque los recursos
son siempre limitados en economía (y mucho más teniendo en
cuenta la herencia que dejará el gobierno de Rajoy).
Pero estamos asimismo convencidos que uno de los grandes
desafíos de Podemos será integrar en un mismo programa lo
urgente, el plan de emergencia, y lo necesario, las políticas
estructurales. Integración que precisa que las medidas
diseñadas sean coherentes entre sí, que se ordenen los
recursos disponibles, que se identifiquen los actores
comprometidos con las políticas, que se señalen los plazos de
ejecución de las mismas y se visibilicen las resistencias que
habrá que vencer.
11
2.3 Intervenir desde la demanda y la oferta
Hay que reflexionar sobre la virtualidad de las políticas de
demanda para superar la crisis, dada la relevancia que tiene
en el texto de Torres y Navarro y la centralidad que tiene en la
agenda política de todos los partidos, incluidos los que se
reclaman de izquierdas.
Reconociendo que hay un problema de insuficiencia de
demanda (lo que algunos economistas denominan recesión de
balances), hemos avanzado en el apartado dedicado al
diagnóstico una explicación de la crisis más poliédrica y
multidimensional. En línea con esa explicación, apostamos por
la necesidad de operar, de manera simultánea en diferentes
frentes, integrando las políticas de demanda en una
perspectiva más amplia.
a) Políticas de demanda
Aclarado este extremo, muy importante, creemos que hay que
defender una enérgica actuación desde el lado de la
demanda. Ello significa detener las denominadas políticas de
austeridad, que no lo han sido para la banca y las grandes
corporaciones, responsables del agravamiento de la crisis, al
acentuar el problema de insuficiencia de demanda.
Defendemos la urgente implementación de un plan de
estímulo sostenido con fondos públicos, con vocación de
movilizar asimismo recursos procedentes del sector privado,
que se justificaría sobre todo por los muy altos niveles de
desempleo, la amenaza deflacionista y la necesidad de dotar
de mayor relevancia a la economía interna -y por tanto el
mercado autóctono- frente a la proyección económica
internacional.
Dos de los pilares que a corto plazo podrían sostener una
activa política de estímulo de la demanda agregada son a) un
ambicioso paquete de estímulo público, que comprometiera
tanto al gobierno central a los autonómicos y locales,
12
compatible con unos niveles de déficit público sostenibles, y
b) un plan de inversiones ejecutado desde Bruselas destinado
de manera preferente a las economías meridionales, las más
castigadas por la crisis y las que se encuentran más lejos de
la salida de la misma. Ambas estrategias, compatibles entre
sí, estarían dirigidas a la creación de empleo y a promover la
inversión social y productiva.
Formarían asimismo parte ineludible de una estrategia de
estímulo de la demanda agregada una política decididamente
orientada a la creación de empleo, tanto público como
privado, que los salarios, una vez recuperada la capacidad
adquisitiva perdida en estos últimos años, progresen en línea
con la productividad del trabajo, el incremento del salario
mínimo y de la prestación por desempleo, y la implementación
de una política de renta básica orientada a garantizar un nivel
de vida decente a los grupos vulnerables y a los que han sido
expulsados de los circuitos productivos y laborales.
Adicionalmente, una política de estímulo debe asegurar que el
crédito fluye a familias y empresas en condiciones que
faciliten la actividad económica y, de esta manera, un
progresivo desendeudamiento.
b) Políticas de oferta
Las políticas de oferta, absolutamente diferentes a las
concebidas desde una óptica neoliberales, deben jugar un
papel central en la propuesta económica de Podemos. De
hecho, una adecuada conexión entre los ámbitos de la oferta y
la demanda es fundamental para la viabilidad y consistencia
del mismo, y para dar pasos en la dirección de otra economía.
Es cierto que la liturgia neoliberal ha impuesto una
determinada visión de este tipo de políticas, centradas en
torno a la contención o reducción de los salarios y la
recomposición de los márgenes de beneficios. Pero cabe otra
perspectiva; de hecho, la necesitamos.
13
Esta mirada alternativa debe ser capaz de entrar en el debate
sobre la modernización de las actuales capacidades
productivas y la redefinición de las especializaciones en vigor;
asunto que entra de lleno en el contenido tecnológico de los
procesos productivos y en la variedad y calidad de los bienes
y servicios ofertados.
Claramente,
este
debate
debe
ser
abordado,
simultáneamente, en clave de reindustrialización /
desindustrialización,
crecimiento
/
decrecimiento,
introduciendo como palancas fundamentales del mismo las
necesidades de la ciudadanía y del aparato productivo, y, por
supuesto, la sostenibilidad ambiental de los procesos
económicos. La cuestión, por tanto, no es debatir en
abstracto sino en concreto: ¿En qué y dónde decrecer? ¿En
qué dónde crecer?
En este contexto, es esencial actuar en el plano de los
servicios. En primer lugar, porque son fundamentales a la
hora de añadir valor y diferenciación a la producción
manufacturera; en segundo lugar, porque resultan esenciales
para las políticas de cohesión social y la mejora en el nivel de
vida de la población.
Todo ello tiene que ver con la necesidad de fortalecer la
industria manufacturera, de la que dependen una parte
sustancial de nuestras ventas en Europa y en el mundo. Esta
perspectiva nos lleva a la necesidad de modernizar nuestra
industria para colocar en el exterior bienes y servicios de
mayor calidad. Asunto que representa un importante reto y
que exigirá un trabajo de selección de opciones y
establecimiento de prioridades muy importante teniendo en
cuenta las siguientes consideraciones:
a) Los servicios suelen ser ofertados en el territorio, solo
algunos se pueden exportar y no todos aportan el mismo
valor añadido. En este punto es preciso distinguir entre
los distintos tipos de servicios. El perfil de la sociedad de
servicios actual está determinado por el marco y el tipo
14
de modelo industrial concreto en el que se desarrolla, y
este es dependiente de la inserción internacional en la
que se encuadre.
b) Si no hay una industria en la que la economía española
sea puntera, el país estará condenado a la dependencia
que
representa seguir ensamblando
productos
diseñados por terceros. Aun cuando apostemos por la
calidad, ésta está determinada por quien gobierna la
cadena de valor de cada rama. En la eólica la industria
española fue puntera hasta que desde el gobierno a
petición del oligopolio eléctrico ha disuelto esta
industria, cuyo know-how ha quedado en manos de
empresas alemanas.
c) Para lograr la modernización industrial y su proyección
comercial internacional se deberá poder gobernar tres
factores: la disponibilidad de crédito; la secuencia de
investigación, diseño
e ingeniería industrial; y la
distribución final. De no lograrse sólo quedará la opción
de competir en precios dados de antemano, lo que
significaría continuar con la aceptación de condiciones
impuestas y subordinación.
En este debate, poliédrico por naturaleza, se encuentran, y se
deben encontrar, generando sinergias, la política inversora y
de ciencia, tecnología e innovación, la sostenibilidad de los
procesos productivos, la regulación de los mercados, la
democracia dentro de los centros de trabajo, los productores
y los consumidores. Y, por supuesto, en un escenario de
renovación productiva como el que sugerimos será clave que
exista un entono institucional comprometido con este objetivo.
Capítulo aparte merecen, por su trascendencia estratégica,
las políticas encaminadas a promover la transición
ecoenergética. Esta perspectiva debería ocupar un papel
clave a la hora de determinar las actividades que deben ser
objeto de las medidas de estímulo (plantear en este punto las
15
líneas fundamentales de ese programa de transición, los
nudos de ruptura con el modelo vigente que abriría un
escenario que permitiría avanzar hacia un modelo económico,
territorial y urbano sostenible).
Pero más allá de la demanda, la referida transición
ecoenergética tiene entidad propia: los planes de eficiencia
energética generan ahorros y hacen posible movilizar
recursos hacia otras actividades, existe un potencial muy
grande de creación de empleo de cantidad y calidad; favorece
el aumento de la productividad global de la economía que,
según se haga, no implica un mayor nivel de producción con el
consiguiente aumento del consumo de materias primas y
energía. El objetivo de vivir mejor con menos, destruyendo
menos recursos y bajando drásticamente la generación de
residuos y la contaminación, ya no es un mero propósito ético;
realmente forma parte del núcleo duro de las soluciones
económicas del presente y una exigencia ineludible por
razones de salud pública y supervivencia de la especie
humana.
Ello requiere trazar un plan a 20 años vista para establecer las
infraestructuras y cambios en las industrias, ciudades,
transportes y modelos agrícolas que se orienten a una
economía descarbonizada y desnuclearizada, basada en las
renovables y sostenida por un proceso de electrificación
general, lo cual no solo significaría –tal como se ha dicho
arriba- una fuente de empleo sino que además situaría al país
como ejemplo innovador en la escena internacional.
Una reflexión final sobre las políticas de oferta, relacionadas
con la problemática de la competitividad, que de manera
recurrente este gobierno y los anteriores señalan como uno
de los objetivos neurálgicos de la política económica.
La inserción de la economía española en la división
internacional de trabajo (europea y global) debe estar
presente, claro está, en la agenda política. A menudo se
insiste en que es débil, y es verdad (una prueba de ello es la
16
tendencia crónica a generar déficits en la balanza comercial).
De ahí se deriva, y también es verdad, la necesidad de mejorar
la posición competitiva, más aun en un contexto donde la
deuda externa es muy elevada y se hace necesario obtener
recursos a través de las exportaciones, para, de esta manera,
no alimentar el bucle del endeudamiento.
Las políticas de contención salarial llevadas a cabo en nombre
de este objetivo, además de injustas, son ineficientes, pues en
realidad alejan la economía española de los mercados más
dinámicos, donde se encuentran precisamente los países que
pagan salarios más elevados, situándonos en la carrera
competitiva de los países de bajos salarios, que también son
bajos en derechos sindicales y ciudadanos.
Una política verdaderamente comprometida con la
modernización de nuestra industria manufacturera -de la que
dependen una parte sustancial de las ventas españolas en
Europa y en el mundo, y también de los servicios, que añaden
valor a la producción manufacturera-, que trasciende con
mucho la esfera salarial, es crucial para superar la posición
subalterna de la economía española en el mercado europeo y
global de la economía española, redefiniendo nuestro estatus
externo y también recomponiendo nuestra inserción en las
cadenas globales de creación de valor.
Pero el tema de la competitividad puede y debe abordarse
desde otra perspectiva, también necesaria, que apunta en la
dirección de situar nuestra economía fuera de las exigencias
de la lógica competitiva: costes asociados al flujo
transfronterizo de mercancías, mayor importancia del
mercado interno en la ecuación del crecimiento, redesplegar
en espacios sostenibles las estructuras de producción y
consumo, relevancia de actividades necesarias para la mejora
de la productividad, cuyos precios no se forman en el
mercado mundial, y reequilibrar las relaciones de poder.
17
2.6 Crear empleo, detener la fractura social
Con unas tasas de desempleo en los alrededores del 24%, es
claro que un objetivo nuclear del programa económico de
Podemos debe ser la creación de empleo de calidad, esto es,
decente y sostenible. Una doble actuación, desde la demanda
y la oferta, a la que acabamos de referirnos, constituye el
núcleo de la política ocupacional de Podemos. Dos factores
adicionales sobre los que hay que tomar posición: las
reformas laborales y el reparto del empleo
A menudo el debate se centra en la necesidad de derogar la
reforma laboral, y desde luego es imprescindible hacerlo.
Necesitamos, en consecuencia, un nuevo marco de relaciones
laborales, en cuya formulación deben intervenir los actores
sociales, y sobre el que Podemos debería ser capaz de
ofrecer los trazos más importantes.
Sin entrar en ese debate, resulta imprescindible cambiar las
relaciones de poder dentro de las empresas, claramente
favorables a las patronales y el capital. Y es necesario avanzar
en esa dirección no sólo apelando a la cohesión social y al
ejercicio de los derechos ciudadanos sino reivindicando con
fuerza que la democracia dentro de la empresa es clave para
el progreso de la productividad de la economía y para
encontrar una salida equitativa de la crisis.
En paralelo a la implementación de una política orientada a la
creación de puestos de trabajo y ante la envergadura del
desafío que supone absorber el desempleo y las necesidades
de los jóvenes que se incorporan cada año al mercado laboral,
es necesario introducir en el programa económico políticas
orientadas a repartir el empleo disponible y a liberar horas de
trabajo. Es en esta perspectiva donde encajarían medidas
destinadas a reducir la jornada laboral y la edad de jubilación,
o la conversión en empleos del trabajo reproductivo que ahora
es realizado dentro de las familias sobre todo por las mujeres,
en el contexto de una división sexual del trabajo.
18
En esta sección dedicada a presentar los grandes objetivos
que debería contener el programa económico de Podemos es
vital, y tiene que ser una de nuestras señas de identidad, que
uno de los objetivos de otra política económica -en realidad de
otra economía- es detener la fractura social e implementar
políticas destinadas a garantizar derechos y al aumento de la
cohesión social. Simplemente, porque no hay salida de la
crisis sin avanzar en esa dirección.
No debemos apelar sólo a argumentos relacionados con la
demanda agregada, a lo injusto que resulta que la crisis
descanse en las espaldas de quien no la ha provocado o a la
urgencia de preservar los derechos de los más débiles y
desfavorecidos. Hay que afirmar también y con contundencia
que la equidad y la democracia movilizan recursos y crean
riqueza. Tenemos que ser conscientes de que los derechos
sociales y ciudadanos articulados en torno a los espacios
públicos están siendo objeto de un ataque demoledor, que va
mucho más allá de la implementación de las denominadas
políticas de austeridad.
2.8 La cuestión de la deuda
Una de las cuestiones más controvertidas y aireadas
mediáticamente se refiere a la deuda. Sin restar un gramo de
relevancia a este asunto, uno de los mensajes que queremos
trasladar con este texto es que el debate económico
trasciende con mucho el territorio de la deuda. Las críticas y
los críticos han encontrado un flanco débil, ante el evidente
cambio de posición con respecto al programa presentado en
las elecciones al parlamento europeo. Algunos de los asuntos
a tratar:
a) Los recursos dedicados al pago de los intereses de una
deuda que no ha dejado de aumentar absorben un
volumen de recursos que imposibilita la realización de
otra política económica (a pesar de que la prima de
riesgo ha disminuido)
19
b) La exigencia de una auditoría de la deuda, además de
ser necesario para conocer el contenido de la misma,
forma parte de un proceso de pedagogía necesario para
acumular fuerzas y articular políticamente la mayoría
social.
c) La combinación reestructuración/quita dependerá de lo
que desvele ese proceso de auditoría, de la correlación
de fuerzas y de la coyuntura económica y política
existente en ese momento.
3 Actores
3.1 Papel del Estado, el gobierno y el pueblo
El Estado debe desempeñar un decisivo papel en la
superación de la crisis y, más en general, en el proceso de
transformación y renovación de la economía española, una
intervención que contiene y al mismo tiempo desborda los
tradicionales enfoques de demanda keynesianos, basados en
el componente contracíclico del gasto público.
A pesar de la retórica de la austeridad y pese a los recortes
introducidos sobre los capítulos social y productivo, en los
años de crisis, el gasto de las administraciones públicas ha
seguido una marcada tendencia alcista. Además del impacto
presupuestario del desempleo, hay que destacar –sobre todo
porque el discurso del poder lo oculta o lo ignora-, el
crecimiento del gasto debido a la captura del Estado, un
asalto en toda regla, por los grupos económicos, que se ha
materializado, sobre todo, en los rescates con fondos públicos
a los bancos y a los grandes deudores y acreedores.
Podemos se propone revertir esta dinámica, con una
propuesta de radical reorientación del gasto público, que
deberá ponerse al servicio de la reactivación de la demanda,
20
de la transformación del aparato productivo, de la equidad
social y de la transición ecoenergética. En un escenario
todavía dominado por los altos niveles de deuda tanto en
familias como empresas, el Estado debe convertirse en el
principal impulsor de la demanda agregada, en la doble
vertiente del consumo y la inversión.
Especial énfasis tendrán las políticas de inversión pública, por
varias razones. Porque desde lo público, más allá de la lógica
coste-beneficio que gobierna al sector privado, es posible
visibilizar externalidades estratégicas imprescindibles para
que funcione una economía y para que mejore el nivel de vida
de la ciudadanía; segundo, por los efectos multiplicadores de
la inversión pública, tanto en el ámbito de la oferta como de la
demanda.
Las políticas de inversión pública se centrarán en actividades
social y ecológicamente sostenibles: en infraestructuras para
un cambio industrial basado en renovables, en revertir la
tendencia al desmantelamiento de los servicios y derechos
sociales en materia de servicios públicos –sanidad y
educación; y en ampliar a los cuidados en materia de escuelas
infantiles y atención a la dependencia.
La intervención del estado es central para invertir la lógica del
“todo privado”, bajo el pretexto de que, por definición la
asignación de recursos desde lo público es, por definición,
más ineficiente. Reivindicamos la legitimidad de lo colectivo y
lo social, y de la necesidad de la intervención del Estado para
que funcione bien una economía.
Por ello deberemos tratar de inmediato la cuestión de las
nacionalizaciones y de la banca pública e iniciar la reflexión
sobre las exigencias de eficiencia y transparencia en la
gestión de los fondos públicos.
En contextos tan dinámicos y cambiantes, es imposible fijar
las coordenadas en las que tendría que desenvolverse un
eventual gobierno Podemos. Hay factores de índole política y
económica que por su propia naturaleza son imprevisibles y,
21
por lo tanto, impredecibles. El documento de Torres y Navarro
advierte con insistencia en que, dada la gravedad de los
problemas a resolver (la herencia), habrá que actuar con
pragmatismo y prudencia. Necesitaremos mucho de esas
cualidades, sin duda, pero creemos necesario un discurso de
mayor calado, más rotundo.
En el escenario de ruptura y transición bajo un gobierno de
Podemos (o en un gobierno de izquierdas en el que pudiera
participar Podemos) la iniciativa privada, donde se encuentra
instalada una parte de la mayoría social que debe
protagonizar el cambio, debe desempeñar un activo papel.
Ello comporta diseñar un marco regulador basado en el
criterio de la función social de la propiedad bajo una posible
planificación indicativa con estímulos a aquellos que la
cumplen, con mecanismos de transferencia de los excedentes
de sectores menos necesarios a otros que sí lo sean, y bajo
una posible expropiación para aquellos que incumplen una
función social.
En paralelo a que, como hemos señalado antes, será
necesaria una decisiva y estratégica intervención del sector
público, particularmente del sector público con la economía
autogestionaria y de los comunes. Una cierta sinergia públicoprivada, en definitiva. Avanzar en esta dirección exige, por
supuesto, debilitar los privilegios y reducir los espacios de las
grandes empresas y la oligarquía.
Dicho de otra manera, un gobierno que gobierne para la
mayoría social, debe estar en condiciones y dispuesto no solo
a dar mayor peso a la intervención económica de los poderes
públicos, sino a hacer las incursiones necesarias en la
propiedad
privada,
mediante
regulaciones
o
nacionalizaciones, que le permitan llevar adelante su
programa, cuando entre en colisión el interés de la minoría
con el de la mayoría.
Es evidente que la herencia contará (como ha contado
siempre) y que la dejada por este gobierno del PP y por la
22
Troika será un pesado lastre; por no mencionar la hostilidad
con la que, con toda seguridad, sería recibida la entrada de
Podemos en las instituciones. Porque esto es, sin duda, cierto
hay que poner énfasis en la necesidad de consolidar y
fortalecer una mayoría social.
Entendemos que esta consolidación es un proceso que
trasciende con mucho apelar al voto. Hay que preparar a la
ciudadanía para llevar a cabo un programa económico, que
deberá articularse alrededor de un plan de emergencia y un
programa de transformaciones estructurales, que contará con
la resistencia de las elites económicas y politicas, resistencia
que habrá que vencer, con inteligencia, por supuesto, pero
también y esto no hay que olvidarlo, con movilización
ciudadana. Por tanto, es necesario que el pueblo esté vivo y
activo, empoderado y organizado, tenga voz propia y vele
directamente por sus intereses, en definitiva ejerza la
soberanía y la democracia de forma participativa y cotidiana,
no sólo confiando su opción electoral periódicamente en unos
comicios. Eso es construir Pueblo en términos de proyecto
político.
3.2 Pacto ¿Qué pacto? Los procesos constituyentes
Una cuestión polémica se refiere al tema de los pactos, asunto
al que el documento de Torres y Navarro concede bastante
importancia, y que siempre está presente, implícita o
explícitamente, en el mensaje mediático de los dirigentes de
Podemos. ¿El Pacto / Acuerdo Nacional hace referencia a un
pacto implícito con la oligarquía al mencionar la participación
y concurso de todos los actores? ¿Acaso se refiere a un nuevo
pacto de la sociedad, a un “volver a empezar”, o sea a un
pacto del Pueblo mediante un proceso constituyente? ¿Qué
similitudes o diferencias existen entre la propuesta de Torres
y Navarro y Pactos como el de la Moncloa o las políticas
sistemáticas de Concertación social que han presidido las
23
relaciones entre los sindicatos, las organizaciones patronales
y los gobiernos?
Conviene introducir varias consideraciones en este asunto:
La crisis económica y política, y las propias transformaciones,
fracturas y límites del capitalismo, hacen que emerja un
amplio grupo de “damnificados” cuyos intereses coinciden
hasta cierto punto y que, en determinadas condiciones,
podrían confluir en la misma agenda política. La problemática
compartida tiene que ver sobre todo con la corrupción, el
engaño y la estafa de una clase política profundamente
endogámica y conservadora; también concita cierto consenso
el rechazo ante el enriquecimiento desmedido e injustificado
de una minoría que no se lo merece, pues siendo los
principales causantes de la crisis se han aprovechado de la
misma para reforzar posiciones y privilegios, y la percepción
de una persistente degradación de las condiciones de vida de
una parte de las clases medias, en las que un amplio sector de
la población se reconoce o al que quisiera acceder. Y, desde
luego, en el proceso de pérdida de rentas y derechos de las
clases trabajadoras, que ven como sectores enteros de las
mismas se ven abocadas a un drástico empobrecimiento pese
a tener empleo, a la precarización o a la pura marginación por
no acceder a puesto de trabajo alguno. Asimismo, este amplio
grupo social podría tener intereses comunes, aunque no sean
conscientes de los mismos, derivados del agravamiento de la
problemática medioambiental.
Tan sólo se trata de algunos ejemplos, a los que se podrían
añadir otros significativos, que apuntan en la dirección de una
amplia transversalidad, sin que por ello debamos caer en el
simplista lema de “somos el 99%”, que ni se corresponde con
la realidad de la estructuración social, ni con las vivencias de
los diferentes sectores sociales, ni con los diversos intereses
de clase coexistentes.
Este planteamiento omite o al menos infravalora la pluralidad
de intereses existentes en esta mayoría social, vinculados a la
24
posición de los diferentes grupos en el engranaje económico,
que lógicamente se expresará a la hora de aplicar un
programa de transformación profunda de la economía y la
sociedad.
Aunque tenemos reservas ante la utilización de los términos
gente/casta o arriba/abajo, reconocemos que visibilizan de
manera contundente, y muy mediática, una nueva fractura que
perjudica a la mayoría social, y que, en caso de articularse
políticamente, contiene un enorme potencial transformador.
Cada vez es más evidente que la casta política y la oligarquía
a la que sirve, forman parte del mismo “arriba” al que
combatir desde los intereses de la mayoría social que
configura el “abajo”. Desde esa perspectiva, el mensaje de un
gran pacto –o de varios pactos, en torno a un pack de
objetivos centrales- que permita la convergencia de la
pluralidad de intereses existente dentro de este amplio
magma social podría tener una expresión favorable para la
mayoría social si tomara cuerpo en los Procesos
Constituyentes a nivel estatal, en las nacionalidades y sobre
las diversas cuestiones que intervienen en la alternativa y
sustitución del régimen del 78.
4 Recursos
Una de las críticas más insistentes al programa económico de
Podemos es que, de aplicarse, llevaría a niveles astronómicos
e insoportables los niveles de deuda y de déficit públicos,
provocaría una salida masiva de capitales y cerraría los
circuitos de financiación internacional.
Algunas ideas en torno a las que construir la argumentación:
 Podemos, en la medida en que plantea cambiar las
reglas del juego y hacer política para la mayoría social,
se encontrará con resistencias de diverso tipo.
Asistiremos a múltiples intentos de estrangular
financieramente este proyecto político, y de este modo
25
poder lanzar a los cuatro vientos el mensaje de su
inviabilidad.
 Quienes sostienen que no hay recursos para atender los
objetivos de nuestro programa son los mismos que los
han dilapidado a manos llenas.
 Tenemos que defender con fuerza que nuestro programa
es viable, tanto técnica como financieramente, lo cual es
perfectamente compatible con mantener que, dado que
los recursos son limitados, habrá que priorizar los
objetivos, de ahí la importancia de establecer con
claridad cuáles serán éstos.
 Es importante aclarar que las transformaciones que
defiende Podemos no recaerán de manera exclusiva
sobre las arcas públicas, pues aspiramos a involucrar a
una parte de los capitales privados (sistemas de
estímulos que favorezcan la orientación de los recursos
hacia la inversión productiva, el empleo, la eficiencia y el
ahorro energético). Asimismo, la reactivación de la
economía al tiempo que reduce gastos, como los del
desempleo, aminora la deuda pública y privada y
aumenta la riqueza, lo cual abre nuevas posibilidades de
financiación que ahora están cerradas, abriendo un
círculo virtuoso. Finalmente, hay actividades que, en
gran medida, se autofinancian a partir de los ahorros que
genera su puesta en marcha.
 La reestructuración/quita de la deuda permitiría
movilizar recursos ahora dedicados a satisfacer los
intereses de la deuda acumulada.
 En la esfera presupuestaria existe un amplio margen
para la movilización de recursos, si se elevara la presión
fiscal a la media europea y aún más si se creara empleo
26
decente y de calidad. Por tanto hay un amplio abanico de
posibles actuaciones encaminadas a incrementar los
recursos: aumentar la progresividad del sistema
impositivo y mejorar la eficiencia con que se gestionan
los tributos, eliminar las numerosas exenciones y
deducciones que reducen la carga fiscal soportada por
los beneficios de las empresas, introducir nuevos
tributos, gravar las grandes fortunas y patrimonios y
combatir las bolsas de fraude.
 Plan orientado a la utilización eficiente de los recursos
en la administración pública.
 Asunción de unos niveles de déficit y deuda razonables.
 Limitación a los ingresos salariales más elevados.
 Creación de una potente banca pública que, operando
con criterios de eficiencia y profesionalidad, estará al
servicio de una estrategia de renovación productiva y de
aumento del empleo. Su creación deberá partir de las
entidades rescatadas y en concreto de las viejas cajas
de ahorros y de la transformación del ICO, pero también
a partir de toda la banca privada que no cumpla una
regulación que garantice la función social del crédito,
una regulación de tipos preferenciales, la protección del
depositante, etc…
 ¿Qué papel desempeñaría la Unión Europea en la
provisión de fondos? Proponemos un Plan de actuación
comunitario dirigido a las economías meridionales y la
prohibición de los paraísos fiscales. Ahora bien las
instituciones comunitarias pueden oponerse desde una
concepción neoliberal a tal propuesta. ¿Qué hacer?
Habría que experimentar de forma decidida una alianza
cooperativa de los países del Sur de Europa y quizás
encontráramos también eco en otros; desde luego habría
27
que buscar la complicidad y colaboración con los
sectores desfavorecidos (también víctimas de las
políticas de austeridad) de los países del norte. ¿Qué
formas podrían adoptarse? Desde la cooperación
reforzada prevista por la legalidad comunitaria hasta la
desobediencia concertada de los Tratados, pasando por
la cooperación y coordinación en una renegociación
conjunta de la deuda o la creación e impulso de
mecanismos de integración de la inversión, el comercio y
la financiación mutua, hasta incluso plantearse la
creación de un Banco Central de los Países del Sur.
5 Ámbitos de actuación.
5.1 El Estado español, el marco europeo
El centro de la intervención política de Podemos será la
economía española (también, aunque en menor medida, la
comunitaria, merced a la representación obtenida en las
últimas elecciones al parlamento europeo). No hay que pasar
por alto, sin embargo, que algunos de los problemas que
habrá que enfrentar (dos ejemplos paradigmáticos, que no
exclusivos, son la reforma de los mercados financieros y la
deuda externa) presentan una dimensión comunitaria e
incluso global. Una restricción muy a tener en cuenta, pues,
además de añadir complejidad y matices al diagnóstico, tiene
una lectura política en clave de acumulación de fuerzas
necesaria para avanzar en esa dirección.
De la crisis económica emerge una Europa más fracturada e
insolidaria, una Europa que renuncia a la aplicación de
políticas comunes de signo redistributivo, una Europa
crecientemente atrapada en la lógica de los mercados
financieros y las transnacionales, una Europa más sometida a
los intereses de las economías con mayor potencial
competitivo, una Europa más oligárquica y antidemocrática.
28
Al servicio de esta Europa, y de la preservación de la moneda
única, se ha acometido un importante rediseño institucional
de la unión monetaria y se han llevado a cabo las políticas
económicas impulsadas desde la Troika. Se trata en suma de
una Europa que representa una camisa de fuerza para
intentar imprimir otro rumbo a su economía. La salida a esta
situación no es abandonar el euro, pero esta posibilidad –ni
tampoco la disolución de la UEM- puede ser descartada en un
contexto dominado por la incertidumbre y la irrupción de
fuerzas centrífugas de distinto perfil político.
5.2 Otra Europa
Esta Europa precisa de una verdadera refundación
democrática y de un proceso constituyente que alumbren
políticas sustentadas en la cooperación, la equidad, la
solidaridad y la sostenibilidad. No se trata, pues, de recuperar
las esencias del proyecto comunitario –cuya deriva es una de
las causas precisamente de la crisis actual- ni tampoco de
introducir más gobernanza en las estructuras actuales,
funcionales a los intereses de las elites políticas y
económicas, por lo que deben ser modificadas en aspectos
sustantivos. Teniendo en cuenta estas restricciones, Podemos
trasladará un conjunto de iniciativas que, inevitablemente,
rompen con las líneas rojas no superadas por las reformas
aplicadas durante estos años desde Bruselas. En este giro
hacia otra Europa serán claves una sustancial ampliación del
presupuesto comunitario, la creación de una hacienda fiscal,
la prohibición de los paraísos fiscales, dotar al Banco Central
europeo de las competencias que le permitan actuar como un
verdadero banco central, proceder a una reforma en
profundidad de los mercados financieros , acordar
mecanismos de ajustes de las economías estructuralmente
superavitarias, suprimir el dumping social y fiscal, reorientar
las políticas comunitarias de acuerdo a los principios de
equidad, solidaridad y sostenibilidad, crear instrumentos de
deuda mancomunada y, finalmente y con carácter de
29
urgencia, acordar un plan de reestructuración de la deuda y
de inversiones dirigido a las economías meridionales.
Pero en caso de que este cuadro no se cumpla, desde
Podemos y desde el resto de fuerzas de izquierda –como es el
caso de Syriza- de los países afectados deberán tener
previstas soluciones alternativas. Dado que la probabilidad de
tener que enfrentar esa situación es muy elevada, una de las
tareas de Podemos será comenzar a diseñar los caminos a
emprender.
6. Plazos. Es clave programar los tiempos
El calendario es un asunto central en política. Para graduar
los tiempos, elemento básico en la implementación de un
programa económico conviene diferenciar tres “momentos”
de un gobierno de izquierdas: las medidas urgentes tras la
victoria electoral, la legislatura y el decenio que tenemos por
delante.
I Programa de Urgencia
El día después del triunfo electoral y constitución del
gobierno, en el que deberá aplicar desde el minuto 1 y en los
primeros 100 días un Programa de Urgencia cuya finalidad es
triple: a) solventar las cuestiones sociales más acuciantes o al
menos poner las bases de la solución; b) mantener, ganar y
ampliar la legitimidad social que comenzó a manifestarse en el
triunfo electoral; c) adoptar medidas preventivas frente a las
maniobras y ataques desestabilizadoras de la oligarquía
autóctona, los mercados financieros y las transnacionales que
contarán con firmes aliados en las instituciones comunitarias
–si no logramos desalojar de las mismas -o al menos frenar- al
neoliberalismo- y desde luego en las instituciones globales del
capital como el FMI.
Posibles elementos de un Programa de urgencia:
30
- Ley de Primera Vivienda. Dación en pago y garantía
derecho a usufructo con alquiler social (30% máximo de
ingresos)
- Reestructuración de las hipotecas en un porcentaje
equivalente a la caída del valor de tasación.
- Regulación del sistema bancario: garantía función social
del crédito, protección a depositantes, conversión
ayudas en acciones de oro públicas, coeficiente de
reserva mínimo, regulación tipos preferenciales sobre
bienes y actividades prioritarias.
- Moratoria y auditoria hacia la reestructuración de la
deuda.
II Programa para la legislatura
Sustancia el compromiso de Podemos con el electorado,
revierte las tendencias antisociales y pone las bases para un
cambio en la orientación en los siguientes años procurando
blindar las conquistas (aprendamos de las lecciones de los
gobiernos de Aznar y Rajoy).
- Reforma fiscal progresiva. Impuesto de sociedades (tipo
efectivo
hacia
el
30%,
eliminando
algunas
desgravaciones), IRPF (aumento de tramos y tipos,
eliminación desgravación por vivienda y planes de
pensiones), Conversión IVA en ecotasa sobre consumos
poco ecoeficientes o insostenibles, Reinstauración y
conversión Impuesto Patrimonio en impuesto de grandes
fortunas, etc…
- Medidas favorables al pleno empleo: Servicio Público de
Empleo con competencias en preselección de personal.
Trabajo Garantizado. Renta Ciudadana Garantizada
- Reversión de los recortes en servicios públicos.
31
III Programa para un Decenio:
Configuran los planes a medio plazo de transformación
estructural de la economía y la sociedad.
- Grandes inversiones en infraestructuras para Transición
Energética
- Reconfiguración de las relaciones con otros países, para
una globalización solidaria.
- RBU
7 ¿Y si no hay victoria electoral?
Los ejes de programa deben ser los mismos en el gobierno
que en la oposición y deben inspirar en todo momento las
propuestas. Hay que acabar con la vieja práctica de la casta
que en la oposición denunciaba y prometía y en el gobierno
olvidaba y traicionaba. Lo que es necesario es necesario y no
se puede tener un abanico “utópico y reivindicativo” cuando
no se espera gobernar y otro “realista y de responsabilidad de
estado” cuando se está cerca de gobernar o gobernando.
Otra cosa es que táctica llevar dada una correlación de
fuerzas o como comunicar, pero ello no afecta al contenido de
la propuesta, sino a los medios para llevarla a cabo. Acabar
con el doble lenguaje es avanzar en la ruptura democrática y
ayuda a poner fin a la pervivencia de la casta política y
económica.