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Intervención del Ecuador en la II Asamblea de las
Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente
26 Mayo 2016
Saludos fraternos señora facilitadora, colegas Ministros, jefes
de delegaciones. Gratitud al pueblo y gobierno de Kenia.
Primero, debo agradecer la generosa solidaridad demostrada
al pueblo ecuatoriano posterior al devastador terremoto
enfrentado hace un mes. Hemos perdido 633 vidas humanas,
miles de viviendas y planes de vida han sido destruidos con un
impacto económico de varios miles de millones de dólares.
La transición global
Se requiere de un nuevo pacto social a nivel global para
asegurar resultados para el 2030. Cambiar profundamente las
reglas del juego si hemos de alcanzar resultados socialmente
beneficiosos: verdadera justicia ambiental y social.
Con esa visión, nuestros esfuerzos a nivel nacional han
permitido 1) iniciar la transición del sistema económico, social
y ambiental para lograr una verdadera transformación
estructural y 2) derivar beneficios materiales para la población
durante la transición para garantizar su viabilidad política.
La transición de Ecuador
Estimados delegados mi gobierno heredó un país hace 9 años,
de los más biodiversos del mundo. Pero también heredamos un
enorme desafío para el desarrollo sustentable: teníamos el
segundo nivel de deforestación en la región; contaminación de
la gigante petrolera Chevron cubriendo cientos de kilómetros
de la Amazonía varias veces mayor que el de BP y Exxon1
Valdez; un contaminante sistema energético; y una economía
basada en petróleo y la explotación de materia prima.
Heredamos un país hipotecado a intereses internacionales
como consecuencia de décadas de una brutal política neoliberal.
Fuimos enfrentados con la urgente tarea de construir un nuevo
Ecuador. Para lograrlo cambiamos las reglas del juego
reflejadas en nuestra constitución. Somos el primer país del
mundo en reconocer los derechos de la naturaleza y la
biodiversidad se convirtió en un recurso estratégico. En
Ecuador hemos desarrollado una alternativa al tradicional
concepto de desarrollo, el del Buen Vivir – la búsqueda de un
nuevo balance entre el ser humano, la sociedad y la naturaleza.
Un modelo donde la mejor estrategia para erradicar la pobreza
pasa por la eliminación de las asimetrías sociales, económicas,
ambientales y culturales. Objetivos reflejados claramente en
un plan de desarrollo que superó en ambición los ODM y
observa los ODS como un conjunto de mínimos que debe
ordenar nuestra acción colectiva global.
Ese marco institucional permitió introducir la transición a nueva
industria basada en bio-conocimiento, descifrando los secretos
de la naturaleza a nuestro alrededor para beneficio de la
ciencia, medicina, y la sociedad en formas inimaginables. Una
verdadera bioeconomía.
Nuestra economía creció de 40 mil millones a 100 mil millones
de dólares en menos de una década. Por primera vez la
población cuenta con salud y educación universal sin costo,
hasta la universidad. Nuestro sistema eléctrico alcanzará este
año más de 90 por ciento libre de combustibles fósiles y está
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entre los 5 más seguros del mundo. Se ha duplicado las áreas
marinas y terrestres protegidas – alcanzando 33% de nuestro
territorio nacional bajo conservación o manejo sostenible,
incluyendo 1,5 millones de hectáreas bajo un esquema de pago
por conservación para vencer la pobreza. Estas acciones nos
dan la confianza de que alcanzaremos la meta de la
Deforestación Neta Zero hasta el 2020.
Además nos hemos convertido en pioneros en la agenda de la
conservación de los océanos con la declaración de un nuevo
Santuario Marino alrededor de Galápagos, hogar de la más alta
concentración de tiburones martillo del mundo.
Claves para la transformación global
En nuestra experiencia hay dos piezas clave que faltan en el
marco internacional sobre el medio ambiente, que frenan la
transición del sistema global y una verdadera ambición en el
logro beneficios materiales como parte de ese proceso.
- Un Sistema Internacional de Justicia Ambiental
La principal área donde somos perjudicados es en la falta
instituciones globales que definan las reglas de la transición.
Cómo puede existir aceptación de que existan tribunales que
lleven a países como Ecuador a las cortes para proteger
inversiones destructivas de gigantes corporativos, esto
mientras no existe un Sistema judicial para proteger los
derechos de la naturaleza?
El tiempo ha llegado para una verdadera justicia ambiental.
Necesitamos instrumentos vinculantes para enforzarla e
incentivarla. La Declaración y las cortes sobre Derechos
Humanos proveen un muy buen modelo de pacto social global
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que se requiere. Esto no es una quimera. En el contexto de
crímenes ambientales como la contaminación que Chevron
dejó en Ecuador, el tiempo ha llegado para la Declaración
Universal de los Derechos de la Naturaleza y la Corte de
Internacional de Justicia Ambiental. Instrumentos que
permitirán ordenar nuestra interacción como sociedad en
armonía con la naturaleza.
- Cambiar la división del trabajo
Segundo, debemos alterar la actual división del trabajo. Esas
reglas que permiten lucrar en exceso del conocimiento
mientras se disfruta de forma gratuita de los beneficios de los
servicios ambientales generados en países en desarrollo.
Necesitamos acceso al conocimiento más avanzado y la
tecnología para impulsar la innovación. 90% del total de
patentes globales están en posesión de tres países. Convertir
en acceso público la tecnología de energías renovables,
avances en medicina, pueden redundar en oportunidades para
un ambiente sano y lucha contra el cambio climático. Se debe
premiar con un pago justo a quien ayudó a desarrollar
tecnología en primer lugar. Sin embargo, si proveen un
beneficio social y no existe rivalidad en su consumo, no hay
forma de justificar el limitar su acceso.
La transición de Ecuador confirma que el desarrollo sustentable
es una opción política y no es inevitable. Hemos reconstruido
el país después del colapso neoliberal, y lo volveremos a hacer
frente al terremoto. Sin embargo, sin estas piezas de la
arquitectura ambiental internacional, el rápido cambio
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estructural necesario de la economía para confrontar la crisis
global y lograr los Objetivos al 2030 permanecerá fuera del
alcance. Es un tema de compensación para justicia ambiental
y social, no de dádivas.
Finalmente, seremos anfitriones de Habitat III, abriendo el
camino hacia la construcción de entornos urbanos sustentables
y resilientes basados en el derecho a la ciudad. Damos una
calurosa bienvenida a todos a visitar Ecuador, y asegurar que
el desarrollo sustentable se encuentre justo en el corazón de la
nueva agenda Urbana.
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