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Julio, 2016
En Impacto este mes, nos estamos enfocando en el corazón. ¿Qué significa tener a Dios en el
centro o corazón de tu vida? Al estar trabajando en este ejemplar, los he tenido a ustedes y a todos en su
comunidad parroquial en mi corazón, especialmente a aquellos que aún no han experimentado, o que durante
algún tiempo no han tenido un encuentro con el amor de Dios que nos conduce a un corazón lleno de amor y fe.
Contáctanos aquí para compartir tus reacciones, ideas y comentarios acerca de Impacto con el equipo de
Catholic Life and Faith o para explorar la posibilidad de tener un taller virtual o en vivo, un día de liderazgo o
retiro en tu parroquia. Estamos muy agradecidos por la oportunidad de poder asociarnos contigo en el
ministerio.
Conexiones Homiléticas
Julio 3: Jesús envía a sus discípulos de dos en dos a compartir la Buena Nueva de paz, perdón y sanación. Sus
corazones están colmados al regresar regocijados, reportando las maravillas que lograron a través del nombre
de Jesús.
Julio 10: En la primera lectura, se les recuerda a los israelitas que la voz de Dios está muy cerca, en nuestras
bocas y corazones. El Evangelio nos relata sobre el sabio que responde correctamente que debemos “amar al
Señor nuestro Dios, con todo nuestro corazón…”. Aprendemos el verdadero mensaje del amor de Dios y del
prójimo, en la parábola del Buen Samaritano.
Julio 17: Martha está llena de ansiedad y preocupación; mientras que el corazón de María se centra en Jesús y
sus enseñanzas. Sin embargo, el testimonio de la narración del Evangelio sugiere que el corazón de Martha
estaba abierto al amor y la salvación ofrecidos por Cristo.
Julio 24: Abraham confía en que Dios responderá a sus plegarias de misericordia para la gente de Sodoma y
Gomorra. Cuando los discípulos piden a Jesús que les enseñe a orar, Él les muestra que la vida de discipulado es
una de confianza, en la que los corazones se abren a la gracia y la misericordia de Dios.
Julio 31: El hombre rico en el Evangelio de hoy ha colocado la riqueza material en el centro de su vida. La
parábola de Jesús nos recuerda que hemos de poner a Dios en el centro, en el medio de nuestra vida.
Oraciones de los Fieles
Julio 3: Por todos los que comparten el amor de Dios mediante su testimonio y servicio, oremos…
Julio 10: Por cada uno de nosotros, para que escuchemos y sigamos la voz de Dios, oremos…
Julio 17: Por aquellos que sufren a causa de la infertilidad y por los que trabajan para asegurar lo sagrado de la
vida en nuestra sociedad, oremos…
Julio 24: Por todos los que confían en la verdad del amor de Dios, aún en momentos de persecución, oremos…
Julio 31: Por la sabiduría de confiar en la providencia de Dios, oremos…
Para usarse en reuniones parroquiales o en la formación en la fe para adultos este mes
Oración inicial
Dios bueno y bondadoso, tu corazón es amor, y nos conduce a ti en amor.
Abre nuestros corazones, para que podamos conocer y compartir tu amor en nuestra vida diaria.
Ayúdanos a confiar en ti; que te tengamos en el centro de nuestras vidas,
para que crezcamos en tu amor y vivamos como personas amorosas en nuestro mundo.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, que es tu palabra amorosa,
mediante la presencia de tu Espíritu Santo,
ahora y siempre. Amén.
Escucha las Sagradas Escrituras: Lucas 10: 25-37 (Evangelio del 10 de julio, 15o domingo del tiempo ordinario)
Lee: “¿Qué hay en tu corazón?”, de la edición de julio de Impacto.
Comparte: tus pensamientos, usando estas preguntas para guiar tu reflexión:
Qué fue lo primero que te vino a la mente cuando leíste la frase, “¿Qué hay en tu corazón?”. ¿Qué dice esto
sobre tu vida y tu fe en este momento?
Si te sientes cómodo, comparte una experiencia donde hayas tenido un encuentro con el amor de Dios.
Compromiso: ¿Cómo abrirás tu corazón al amor de Dios, y cómo vivirás y compartirás este amor durante el
próximo mes?
Ofrezcamos unos a otros el signo de la paz de Cristo.
¿A quién o qué amas con todo tu corazón?
Tu respuesta a esta pregunta lo dice todo.
Alguna vez alguien te ha preguntado, “¿Qué hay en tu corazón?”, o dicho: “¿Este es el centro de nuestra
discusión”? Cuando hablamos del corazón, llegamos a lo que es más importante, el centro, la esencia de la
cuestión. Cuando se le preguntó cómo decidía qué historia elegir para producir, John Lassiter (director creativo
de Pixar y Disney Animation Studios) dijo: “¿De dónde proviene el corazón?”. Es el centro de la historia, el fuerte
vínculo emocional, lo que importa. Lo que está en el centro de nuestras vidas es lo que tiene mayor impacto.
Cuando sabemos dónde está nuestro corazón, damos prioridad y ponemos las cosas en la perspectiva correcta.
Al hacerlo, empezamos a ver cómo los muchos aspectos de nuestra vida encajan entre sí.
¿Está Dios en el centro de tu vida? Algunos podrían decir claramente que sí — y sus decisiones y acciones
reflejan el corazón de Dios. Sin embargo, muchos dirán que su corazón no se encuentra ahí todavía. Al escuchar
las lecturas sobre las historias de los primeros discípulos, es evidente que dieron a Jesús un lugar en sus vidas.
Sin embargo, podemos olvidar, que antes de que los discípulos fueran enviados de dos en dos, antes de que
pidieran a Jesús que les enseñara a orar, antes de que caminaran de ciudad en ciudad con Él, hubo un
encuentro. Conforme fueron conociendo a Jesús, éste tocó los corazones; entonces experimentaron paz,
sanación, misericordia y amor de una manera que nunca habían conocido antes. Para nosotros también, este
encuentro es el punto de partida. Así debe ser.
¿Cómo llegamos a conocer a Jesús? La respuesta puede ser un poco diferente para cada uno de nosotros. No
importan las circunstancias, sin embargo, el punto de partida es un corazón abierto. Cuando abrimos nuestros
corazones al encuentro con Cristo, podemos estar seguros de que Dios está ahí, a la espera, listo para tocar
nuestros corazones con un amor más allá de nuestra imaginación o comprensión. Un corazón abierto conduce a
un corazón lleno de amor. ¡Y esto hace toda la diferencia!
©Catholic Life and Faith, 2016
Martha, Martha
María escogió la mejor parte. ¿Dónde coloca esto a Martha?
María y Martha son figuras familiares para muchos de nosotros. Su historia, en la que Martha está ocupada
sirviendo y preocupada por las tareas pendientes, irrita la sensibilidad de muchos que se cuestionan sobre la
respuesta de Jesús. María, al parecer, ignora el ajetreo de Martha, centrándose en cambio en Jesús y sus
enseñanzas. Las reflexiones de estudiosos de las Escrituras, en ocasiones se han centrado en las dos
características de la vida cristiana, el aspecto contemplativo y la dimensión activa. Es posible que nos perdamos
de algo si nuestra reflexión se queda sólo ahí, sin embargo. Martha se destaca en otra narración clave del
Evangelio, aquella en la que su hermano, Lázaro, ha muerto. Jesús espera para ir a ver a la familia doliente.
Martha es la primera en cuestionar su ausencia, y declarar su creencia de que él es el Mesías. Al parecer
mientras ha estado sirviendo, Martha ha estado escuchando todo el tiempo. Ella tiene una relación de confianza
y fe en Jesús. Quizá, al igual que María, la madre de Jesús, ha estado guardando y reflexionando sobre muchas
cosas en su corazón. Tal vez reaccionamos a las palabras de Jesús a Martha, y por eso quizá también nos
perdamos de algo importante para nosotros.
A medida que avanzamos en nuestra vida diaria, sería bueno que recordemos a Martha y María. Pensemos en
nuestra relación con el Señor en el medio de nuestra vida diaria, y dejemos que el amor, el perdón y la
misericordia de Cristo impregnen nuestros corazones, y brillen a través nuestro. A veces, debemos ser como
María y “elegir la mejor parte”, y, en otras ocasiones, seremos Martha, ocupados con muchas cosas. ¡Podemos
dejar de lado la preocupación y ansiedad que agobiaba a Martha, y que a veces nos agobia a nosotros, y
aprender a reconocer la presencia de Dios en nosotros, inclusive en nuestras ocupadas y bulliciosas vidas!
©Catholic Life and Faith, 2016
¿Quién es tu prójimo?
Podríamos decir que con la parábola del buen samaritano, Jesús eleva el estándar de lo que significa mostrar el
amor al prójimo. Él eleva el estándar, y algo más: Se expone a la hipocresía de los líderes religiosos cuya
preocupación por el seguimiento de la ley pasa por encima de su preocupación por el hombre herido, y la
compasión prevista en el espíritu de la ley. Al poner al samaritano como el prójimo de la víctima, Jesús desafía
los prejuicios sociales de la época. Los samaritanos y los judíos se despreciaban mutuamente, sin embargo, este
samaritano no sólo cuida de la víctima, él reflejó el amor de Dios a través de su espléndida expresión de
compasión y misericordia. El que era odiado se convirtió en alguien admirado y respetado.
¿Quién es tu prójimo? ¿Hay individuos o personas de un determinado grupo étnico o social que evites o
desprecies? ¿Cómo eres llamado a cumplir con el espíritu de los preceptos de Cristo de amar y servir? ¿Quién
espera tu compasión, aceptación, compartimiento desinteresado, o atención?
©Catholic Life and Faith, 2016
Impacta este mes:
ABRE TU CORAZÓN
Toma unos momentos cada día, o un poco más si te es posible, para abrir tu corazón al amor de Dios. Piensa en
los momentos en los que has sentido la presencia de Dios, ¡o recuerda que Dios siempre espera por ti!
PIENSA EN TU VIDA
¿Qué es lo más importante? ¿Cómo tus actividades diarias y decisiones muestran tu amor por Dios? ¿De qué
formas tu fe dirige e influencia en tu vida?
CRECE EN FE Y CONFIANZA
Si tu estándar diario de vida no va de acuerdo con la vida de discipulado, no hay mejor momento que el ahora
para hacer ajustes en cómo pasas tu tiempo, la atención que das, o los recursos que compartes. Recuerda, Dios
espera por ti, y también otros. Tú presencia y servicio pueden ser el único signo del amor de Dios hacia aquella
persona en necesidad, aún la familia, amigos y compañeros de la iglesia.