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Hipótesis interpretativa gobiernos progresistas sobre los (del articulo completo: Genealogía de la forma gobierno) Raúl Prada Alcoreza Dedicado a Alejandra Santillana, ímpetu e intensidad crítica y militante. A los y las jóvenes rebeldes que se ríen de la tesis del fin de la historia, postulado de conservadores, también de caudillos, populistas y socialistas, aunque lo hagan con distintos discursos. Dedicado entonces a quienes saben que la historia no termina mientras haya dominaciones múltiples.Saben que tampoco la lucha termina, la lucha continua. Los gobiernos progresistas o los gobiernos neo-populistas, los cuales se reclaman del socialismo del siglo XXI, también del socialismo comunitario, configuran un perfil de gobierno pragmático, realista político, que apuesta a mejorar los términos de intercambio de una economía extractivista y un Estado rentista. Usan parte de los recursos para plasmar políticas sociales coyunturales, como la de los bonos, que también comparten los gobiernos neoliberales de Sud América, como es el caso de Colombia. No se puede negar que sus políticas sociales, tomando en cuenta las diferencias absolutas y porcentuales en la inversión social, han tenido impacto positivo, mejorando las condiciones de los estratos medios pobres y quizás de ciertos estratos populares vinculados al cooperativismo minero, a la producción de la hoja de coca, a la colonización de tierras bajas, principalmente amazónicas, así como comerciantes, a los que podemos incluir a los conglomerados contrabandistas. Sin embargo, no han cambiado cualitativamente ni la estructura de salud, ni la estructura social, tampoco la estructura educativa; preservándose, en este último caso, la pauperización de la enseñanza, sometida al chantaje de la demagogia. Ciertamente, hay que diferenciar contextos nacionales; en unos caso ha habido mayor atención, sobre todo en lo que respecta a la expansión de la formación popular, como es el caso de Venezuela; sin embargo, en otros casos, como el de Bolivia, ha preponderado la demagogia, el colaje, llevando casi al colapso la calidad educativa. Ciertamente las dimensiones gigantescas de lo que acontece en Brasil le da otros alcances a las políticas sociales, económicas y educativas. En Brasil ha habido una preocupación y un cuidado creciente en la educación desde hace un buen tiempo; sobre todo se ha remarcado el interés en la formación superior y en la formación científica y técnica. Esta iniciativa ha sido retomada por los gobiernos del PT en gran escala apuntando a convertir a Brasil en una potencia. Las políticas económicas han tenido un horizonte desde las transformaciones dadas por Getulio Vargas; este horizonte es el de la industrialización. Se puede decir que Brasil ha experimentado la revolución industrial, la revolución tecnológica-científica y la revolución cibernética; sin embargo, como dice Francisco de Oliveira, esto acontece como en un desarrollo desigual y combinado, dándose en una formación abigarrada, donde persisten no solamente las grandes desigualdades, sino sobre todo el peso de una economía extractivista y de un Estado rentista. Las políticas sociales han transformado la estructura social de Brasil en su conjunto, incorporándose a las clases medias contingentes masivos sociales. Sin embargo, este efecto contrasta con el enriquecimiento abismal de una burguesía sindical, ahora aliada a la tradicional burguesía y oligarquía brasilera. Se puede hablar en Venezuela de una recuperación soberana de los hidrocarburos, por medio de las nacionalizaciones, generando no solamente una mejora importantísima en los términos de intercambio, también logrando mejorar significativamente el precio de los hidrocarburos, al re-integrar y coaligar a la OPEP. A partir de estos excedentes se ha desplegado una cuantiosa inversión social, dado lugar a formaciones, en principio, de carácter autogestionario, como las comunas, y también proyectos estratégicos de alcance como las misiones, además de la expansión de las universidades populares. Sin embargo, esto también contrasta con el enriquecimiento de la burocracia, que se ha convertido en la burguesía funcionaria de la revolución bolivariana. Por otra parte, lejos de abrirse a la iniciativa popular, a la participación popular, a la democracia participativa, a la economía comunitaria, como establece la Constitución, el partido de gobierno ha empujada cada vez más a formas de conducción autoritarias, jerárquicas y prebéndales, formando clientelas. La revolución bolivariana se ha estancado en sus contradicciones profundas; la burocracia evita encontrar soluciones emancipadoras, prefiere el discurso de la propaganda, el discurso “ideológico” de confrontación. Se obstaculiza entonces las salidas a la crisis política, se impide que estas salidas se gesten social y colectivamente, aprovechando los contingentes populares formados por el proceso de cambio. Venezuela en vez de salir del modelo extractivista lo ha ahondado, envés de salir del Estado rentista, lo ha profundizado, en vez de avanzar con la movilización popular, la usa para contra marchas, disminuyendo sus capacidades emancipadoras al rol triste de apoyo a la represión. La revolución industrial está lejos, quedó en proyectos no iniciados, en el mejor caso, inconclusos. La desidia de una burocracia prepotente ha terminado desordenando los circuitos de abastecimiento de bienes, generando escasez inconcebibles. En Ecuador la revolución ciudadana ha derivado en la contradicción manifiesta entre un gobierno pragmático - que prefiere extender intensamente el extractivismo, concediendo a empresas trasnacionales mineras y petroleras territorios que no podría comprometer desde la perspectiva de la Constitución – en contraposición de la Constitución del Estado plurinacional, entre un gobierno del Estado rentista en antagonismo con las naciones y pueblos indígenas; entre un gobierno de caudillo en confrontación con activistas sociales, ecologistas, descolonizadores, que son como la reserva ética de un proceso político constituyente. En Bolivia un gobierno que dice ser el gobierno de los movimientos sociales, que decreta que ya estamos en el Estado plurinacional, ha terminado aprobando una Ley minera que no solamente atenta contra la Constitución, sino que es el paraíso fiscal para el extractivismo destructivo y para las empresas trasnacionales mineras. Con eso efectúa un paso peligroso, catalogado por la Constitución como traición a la patria, que ni los neoliberales se habían atrevido. También en este caso se repiten características descritas de los gobiernos progresistas de Sud América, sólo que se dan de una manera más dramática y grotesca como cuando se aprueba una Ley de la Madre Tierra y Desarrollo Integral que convierte a la Madre Tierra en Cenicienta del desarrollo, sobre todo, de manera velada, cenicienta del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente. No vamos a ser ahora exhaustivos en la descripción de estas características de los gobiernos neo-populistas, nos remitimos a otros ensayos1. Lo que importa es interpretar la forma de gobierno neopopulista. La forma de gobierno neo-populista, si bien no logra conformar e instituir una gubernamentalidad propia, conforma un perfil de gobierno que se caracteriza primordialmente por las relaciones de dominación afectivas, que son las relaciones clientelares, entre el caudillo y las clientelas, entre la burocracia y las clientelas, entre los dirigentes y las clientelas. En lo que respecta a las políticas, la composición es la de un colaje abigarrado, donde se combinan políticas monetaristas heredadas, cada vez más preponderantes, con inversiones sociales que tienden a ser más bien de impacto coyuntural. Salvo Brasil, las políticas económicas no se ocupan efectivamente de crear, consolidar, ampliar, transformar las estructuras productivas; no hay pues políticas de industrialización. En este caso, no es posible hablar de una autolimitación del Estado por el derecho, que aquí quiere decir la Constitución, tampoco de una limitación interna de la economía política, sino, mas bien, asistimos a la emergencia de formas desmesuradas de despotismo y de manejo arbitrario de las clientelas. 1 Ver de Raúl Prada AlcorezaDescolonización y transición. Ob. Cit. También Cartografías históricopolíticas, así como también Acontecimiento político; Ob. Cit. Se puede sugerir también la lectura de Gramatología del acontecimiento y Crítica a la economía política generalizada. Dinámicas moleculares; La paz 2014.