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Libro: Dinámica y análisis de los aspectos.
Autor: Bil Tierney
Capitulo 3
ASPECTOS DISOCIADOS
La Luna a 1° de Acuario está claramente en aspecto de oposición al Sol a
1° de Leo. Sin embargo, si la misma Luna a 1° de Acuario estuviese
aspectando al Sol a 2° de Cáncer, el aspecto seguiría siendo una oposición
válida, con un orbe casi exacto. Pero, este tipo de oposición es llamada
«fuera de signo» o aspecto disociado. ¿Un aspecto disociado se diferencia
en algo a un aspecto normal? Quizá sí, porque representa una variación
definida de la relación de signo inherente al aspecto normal. Idealmente, la
oposición ocurre cuando dos planetas se hallan exactamente a 180° de
distancia, lo que significa que ocupan signos de la misma cualidad y de
elementos compatibles. Además, ambos signos son polares naturales
opuestos. Sin embargó, en una oposición disociada (como en el ejemplo
anterior), el cambio en la posición del signo del Sol altera la relación
natural entre signos de este aspecto, puesto que Acuario y Cáncer
establecen un patrón de quincucio. Acuario es un signo fijo, mientras que
Cáncer es cardinal. Aquí un signo de aire se opone aun signo de agua, en
vez de aun signo de fuego y obviamente, Acuario y Cáncer no son opuestos
polares. Todas las variaciones que se encuentren en tal aspecto disociado
son así determinadas por las ubicaciones por signo de los planetas
aspectantes.
Los trígonos disociados suceden entre signos que normalmente cuadran o
hacen quincucio entre sí. Las cuadraturas disociadas implican signos que
comúnmente hacen trígono o sextil entre sí. Las oposiciones fuera de signo
relacionan signos que naturalmente están en quincucio entre sí, mientras
que los sextiles fuera de signo pueden ocurrir entre signos que se hacen
cuadratura o semi-sextil. ¿Cómo podríamos interpretar estos aspectos fuera
de signo? En principio, un aspecto disociado se expresará todavía según la
naturaleza del ángulo que se forme entre los planetas. Una cuadratura
disociada atraerá las mismas situaciones desafiantes que una cuadratura
normal. Pero en un nivel psicológico un aspecto disociado reaccionará de
otro modo, ya que la variación relación entre signos modificará la actitud y
la motivación. Así es como los aspectos fuera de signo tendrán un impacto
mayor a nivel de carácter que de circunstancias.
LA CONJUNCION DISOCIADA
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La conjunción fuera de signo implica a signos que naturalmente se hallan
en semi-sextil. Mientras que las conjunciones normales señalan una
concentración y focalización de energías unidireccionales, las conjunciones
disociadas tienen una unidad y dirección única menos marcadas en el piano
psicológico. Dado que ahora hay dos signos diferentes con motivaciones
distintas, los estímulos mostrados por los planetas no se funden o fusionan
con tanta facilidad (especialmente si los planetas poseen temperamentos
contrastantes). Vemos entonces que las conjunciones disociadas se
expresan con menos coordinación o fuerza de propósito. El individuo
podría sentirse menos motivado para afirmarse según los modos directos,
espontáneos, y obstinados de la conjunción normal. La persona se siente
inclinada a actuar con menos intensidad, o puede sentirse torpe e incómoda
cuando debe expresarse en este terreno, aunque siga sintiendo la necesidad
de actuar. Al poseer una determinación menor sobre cómo debe dirigir sus
impulsos (dado que la influencia subyacente del semi-sextillo lleva a
evaluar), el individuo será propenso a dudar antes de lanzarse de lleno a la
actividad. Sin embargo, el matiz del semi-sextil podría sugerir que es capaz
de extraer recursos internos de naturaleza menos aparente: imaginación,
magnetismo físico, instintos de supervivencia fuertes, sensibilidad psíquica,
que podrá utilizar para mejorar su posición cuando inicie una acción
personal. En este aspecto, la conjunción fuera de signo puede aportar más
recursos que la normal, y estar menos limitada en los modos en que se sirve
de los impulsos planetarios en juego. Pero comúnmente, hay una tendencia
a volverse confuso sobre cuál es la mejor manera de sintetizar los diversos
rasgos de comportamiento, resultando de ello una cierta frustración. El
individuo deberá realizar actividades que satisfagan las necesidades de
ambos signos.
EL SEMI-SEXTIL DISOCIADO
El semi-sextil fuera de signo abarca la influencia subyacente de la
conjunción o el sextil. Cuando los dos planetas del semi-sextil disociado se
encuentran en el mismo signo, podría existir una reluctancia psicológica a
aventurarse más allá del propio mundo subjetivo hacia experiencias
enriquecedoras que podrían nutrir el crecimiento de los recursos
personales. La influencia del semi-sextil (en principio un aspecto sutil) es
quizá todavía menos notoria cuando se halla en aspecto disociado. Los
potenciales podrían ser aún más latentes. El matiz de la conjunción
sugeriría que la persona no está todavía madura y preparada para trabajar
con sus recursos internos o externos, debe antes establecer un sentido de la
identidad o de la autoimagen más acabado. Positivamente, este tipo de
semi-sextil disociado podría suministrar más impulso y empuje hacia la
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manifestación de las cualidades potenciales mientras uno aprende a
implicarse más consigo mismo. Cuando el semi-sextil disociado comprende
signos que normalmente hacen sextil, el individuo será psicológicamente
más curioso acerca de cómo aplicar sus recursos potenciales. Tendrá
aspiraciones de futuro, que serán aplicaciones idealistas de beneficios con
qué cuenta en el presente. De alguna forma, encontrará una manera
inteligente y original de atraer tales recursos. La estimulación del sextil
subyacente en el aspecto impide que el semi-sextil disociado caiga en la
inercia, debido a que el individuo es más inquiero psicológicamente y
desea hacer algo con su potencial. Su percepción del valor de sus recursos
está más desarrollada.
EL SEXTIL DISOCIADO
El sextil fuera de signo relaciona signos que se encuentran naturalmente en
semi-sextil o en cuadratura entre sí. En ambos casos, estas influencias
subyacentes sugieren que carecen de la facilidad típica del sextil normal. El
sextil disociado, que relaciona signos habitualmente en aspecto de semisextil, es el menos molesto de los dos. Aunque el individuo no tenga
dificultades en atraer oportunidades constructivas, se sentirá menos
estimulado por ellas y puede no reconocerlas y dejarlas pasar. La pasividad
implícita en el semi-sextil desalienta psicológicamente la expresión abierta.
Existe una cierta resistencia interna a aprender cosas nuevas, y por esa
razón el individuo deberá realizar un esfuerzo consciente para volverse más
flexible en sus actitudes si desea beneficiarse plenamente de las
experiencias que atrae. Sin embargo, las oportunidades personales serán
más fáciles de conseguir ya que este tipo de sextil disociado es menos
propenso a la distracción ya la dispersión de intereses. Es menos inquieto
que el sextil normal. Posee una capacidad de concentración más fuerte,
aunque disminuye la versatilidad (limitando la variedad de nuestra
expresión). Hay un conocimiento más visceral e instintivo en lo que
respecta al uso positivo de los impulsos, además de una capacidad mayor
para nutrirlos.
Los beneficios se manifestarán con más lentitud en la vida, pero tienden a
ser más valorados y apreciados. Cuando el sextil disociado relaciona signos
que hacen cuadratura entre sí, la tensión psicológica es mayor. Las
experiencias que el individuo atrae no suelen satisfacer su necesidad
interior de confrontación, y son menos estimulantes y atrayentes de lo
esperado. O actuará con más impulso y energía de la requerida por la
situación. El individuo podría crear obstáculos innecesarios e inadecuados
para la clase de situaciones que atrae. En pocas palabras, intenta con
demasiado celo lograr cosas que normalmente se obtienen sin tanto
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esfuerzo, o quizás se retraiga a nuevas experiencias beneficiosas debido a
un sentido interno de inseguridad o inadecuación (inhibición). Necesitará
desarrollar una mayor objetividad. Sin embargo, la influencia subyacente
de la cuadratura puede presionar al individuo a controlarse mejor ya
disciplinar las energías inquietas de este aspecto (ya que todos los sextiles
requieren un cierto esfuerzo para volverse productivos). La clave consiste
en saber cuánto esfuerzo se necesita para lograr los mejores resultados.
LA CUADRATURA DISOCIADA
La cuadratura fuera de signo relaciona signos que están en trígono o sextil
mutuo. Aunque la persona atrae situaciones desafiantes que lo obligan a
confrontar los problemas de manera directa, carece, sin embargo, de la
determinación interna para hacer frente a circunstancias tan exigentes (ya
que tanto los trígonos como los sextiles buscan las soluciones más fáciles y
fluidas y no soportan el esfuerzo continuado demasiado bien). El impulso
interno para resolver estos problemáticos obstáculos externos es
generalmente insuficiente. Por lo tanto, ambos tipos de cuadraturas
disociadas están menos inclinadas a la realización a través de la lucha y del
esfuerzo. Las cuadraturas normales son mucho más poderosas debido a que
los signos implicados se desafían mutuamente, la marcada fricción
resultante ayuda a que se desarrolle un sentido vital de energías
encontradas y de fuerza. En las cuadraturas disociadas, los signos
implicados no crean la suficiente tensión, y como resultado poseen menos
ímpetu para llevar a cabo acciones decisivas que resuelvan las dificultades
que el aspecto atrae. Cuando funcionan bien, las cuadraturas disociadas,
implicando a signos que normalmente hacen sextil, muestran una tensión
muy estimulante, ya que la influencia del sextil capacitará al individuo para
reconocer objetivamente el motivo de sus conflictos internos, en vez de
continuar actuándolos de manera inconsciente. Quizás indiquen que
necesita aprender por qué sus impulsos luchan entre sí. Estará más abierto a
las ideas que le enseñen a manejar mejor sus energías en este punto (a
diferencia de la cuadratura normal que es más vindicativa). Desde mi punto
de vista, cualquier aspecto de sextil o sub-influencia de ese tenor puede
actuar como antídoto ideal para cualquier aspecto de cuadratura. Estimula
la disolución de los esquemas rígidos de una manera atrayente y poco
amenazadora. Por la tanto, en vez de contar con la que a menudo se ha
llamado una cuadratura «más débil», nos enfrentamos a un aspecto que
posee el potencial de iluminar el camino una vez que el individuo
comprende que usando su inteligencia podrá abordar los problemas. La
influencia añadida del sextil dará también estímulo y optimismo.
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Las cuadraturas disociadas que relacionan signos normalmente en trígono,
si funcionan bien, sugerirán que el sentido personal de la armonía y del
bienestar permitirá al individuo aceptar los desafíos con una fe y una
confianza mayores. Sin importar lo difícil que sea una situación, la persona
pensará interiormente que las cosas mejorarán gracias a sus esfuerzos
persistentes. Negativamente, el individuo intentará evitar las
responsabilidades y obligaciones que le presenta la cuadratura, las que en
esencia no se pueden ignorar. Los problemas no mejorarán o desaparecerán
a menos que se relacionen con la cuadratura de manera realista. En vez de
esperar interiormente tropezar con una solución instantánea y mágica,
debería dejar que la influencia del trígono le proveyese de las percepciones
creativas y de la visión necesaria para resolver sus conflictos. Debería
cultivar la autodisciplina y el control y resistir la tentación de caer en la
dilación.
EL TRIGONO DISOCIADO
El trígono fuera de signo relaciona signos que se hallan en quincucio o
cuadratura entre sí. Al igual que los sextiles disociados, los trígonos
disociados comprenden influencias que tienden a disparar la disonancia
psicológica y la ansiedad, aunque los asuntos externos que atrae el trígono
son por naturaleza carentes de conflicto e inquietud. El individuo
generalmente se siente peor de lo que sería de esperar, dado que 1las
condiciones externas asociadas con el trígono son fluidas y agradables.
Cuando el trígono disociado ocurre entre signos que hacen quincucio entre
sí, el individuo no se acomoda psicológicamente con facilidad a los
beneficios que atrae a pesar de todo. No sintoniza bien con alguno de sus
niveles internos, por ello, siente una sutil insatisfacción que interfiere con
su capacidad para relajarse y para disfrutar de lo que le ofrece el trígono.
Los quincucios nos obligan a analizar con cuidado las energías ya realizar
las correcciones necesarias a través de una reorganización de dichas
fuerzas, por lo que el individuo hará una serie de ajustes menores
innecesarios en áreas que no los necesitan, y que el trígono nos indica que
las energías fluyen armoniosamente. La persona con este aspecto no
interpreta las cosas de esta manera, aun cuando parezcan muy obvias para
los demás. Aunque los trígonos estimulan la expresión generosa y creativa,
esta clase de trígono disociado señala una carencia de aufoconfianza y de
serenidad interior. El individuo no está seguro de los talentos que señala el
trígono, e incluso se siente levemente irritado acerca de la forma en que
expresa sus habilidades, buscará la perfección absoluta. Tal vez sea
demasiado desorganizado interiormente e incapaz de utilizar de manera
eficaz sus cualidades, buena fortuna, o tiempo libre (los quincucios
estimulan la pasividad cuando no se manejan bien). Por otra parte, un
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trígono disociado que funciona bien incita a la persona a mejorar sus
habilidades. Rara vez las da por seguras, tiende a buscar conscientemente
su desarrollo (a diferencia del trígono normal). Cuando el trígono disociado
ocurre en signos que cuadran entre sí, las situaciones externas marchan
demasiado suavemente como para satisfacer los impulsos internos del
individuo. Psicológicamente esperará algún elemento de lucha o desafío, en
vez de ello experimentará un conflicto interno cuando vea que las
condiciones oque atrae no se acomodan a su necesidad de intensidad. Esto
lo llevará a sentirse insatisfecho, al punto de crear obstáculos sólo para
generar el nivel de tensión que le gusta sentir, es decir, introduce factores
inarmónicos en situaciones naturalmente pacíficas. Debido a la naturaleza
vindicativa de la cuadratura, este aspecto disociado puede señalar talentos y
habilidades que pueden ser objeto de abuso o utilización agresiva. Todas
estas manifestaciones representan el lado impulsivo de la cuadratura. Pero
dado que las cuadraturas pueden bloquearnos, el individuo puede también
abrigar actitudes represivas que dificultan su habilidad para sentirse
autosatisfecho por las actividades indicadas. Aunque superficialmente
parecerá que se expresa con fluidez, interiormente sentirá tensión y un
sentimiento de ansiedad. Inhibiciones y falta de seguridad en sí mismo le
impedirán desplegar sus talentos creativos de manera confiada.
Positivamente, el matiz de la cuadratura brindará al trígono, normalmente
indulgente y pacífico, un impulso y un ímpetu añadidos que le ayudarán a
centrarse dinámicamente en la actividad creativa.
EL QUINCUCIO DISOCIADO
El quincucio fuera de signo puede ocurrir en signos que hacen trígono o
bien se oponen entre sí. El orbe debe ser de pocos grados (3° o menos).
Cuando el quincucio disociado opera a través de signos que hacen trígono,
el individuo tendrá una actitud optimista o positiva en su acercamiento a
los ajustes requeridos. Mostrará un interés vital en reorganizar esas partes
de sí mismo que le impiden funcionar al, máximo de su potencial (puede
sentir o visualizar el ideal al desarrollar, y esa visión lo inspira). Estará
psicológicamente dispuesto a mejorar de manera significativa, a veces, los
ajustes serán incluso placenteros. Quizás buscará canales creativos para sus
necesidades de autocorrección. La quejosa irritabilidad de este aspecto se
sentirá menos debido a la naturaleza fluida y libre de tensiones del trígono,
y sin embargo, esta cualidad puede ser negativa en cierta forma ya que
puede estimular el ajuste al problema en sí (los trígonos promueven la
pereza y la dilación) en vez de realizar un ajuste trabajando diligentemente
para hallar una solución adecuada (el trígono espera confiadamente que
todo saldrá bien sin tener que esforzarse). Este aspecto indica una
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confianza mayor para hacer frente a los sutiles desafíos del quincucio,
además del idealismo necesario como para desear mejorar las condiciones.
Cuando el quincucio disociado opera a través de los signos que hacen
oposición entre sí, brindará una perspectiva mayor y potencialmente más
clara que los quincucios normales. El individuo siente de manera innata
que necesita establecer un equilibrio interno a través de los ajustes
exteriores que realiza. Sin embargo, estará menos motivado para llevar a
cabo esos ajustes sin el apoyo psicológico y el estímulo de los demás.
Quizás uno de los más importantes es aprender a ser menos dependiente ya
estar más dispuesto a poner a prueba su confianza en sí mismo. Necesita
reafirmarse en sus relaciones. El matiz que brinda la oposición refuerza la
tendencia del quincucio a separar ya sacar del medio lo que obstaculiza al
crecimiento (las oposiciones sugieren impulsos separativos). El equilibrio
psicológico será de primerísima importancia si el individuo desea trabajar
de manera constructiva en su mejoramiento sin perder de vista cuál es el
propósito de tales esfuerzos. Los ajustes serán más fáciles una vez que el
individuo esté dispuesto a cooperar con otros y a mostrar más
consideración por las necesidades ajenas. Negativamente, puede perder el
sentido del equilibrio, mientras dos fuerzas opuestas luchan en su interior,
las que a su vez lo fragmentan psicológicamente, este proceso puede
manifestarse externamente a través de serios disturbios mentales o físicos.
Deberá confrontar objetivamente esas actitudes internas que tienden a
sofocar su capacidad dé desarrollo, y le impiden vivir ordenada y
productivamente.
LA OPOSICION DISOCIADA
La oposición fuera de signo relaciona signos que hacen quincucio entre sí.
Indica la necesidad de hacer importantes correcciones o ajustes en las
relaciones. Usualmente una oposición nos brinda una perspectiva más
amplia de ambos lados de la situación, o bien aprendemos a reconciliar las
diferencias o nos enredamos en constantes conflictos y antagonismos. Una
persona con una oposición disociada no percibirá las situaciones tan clara o
ajustadamente (los quincucios producen una visión alterada, que puede
crear muchas distorsiones menores o la incapacidad para captar los detalles
más sutiles). Así, los factores contrastantes que operan en las relaciones no
son fácilmente percibidos por el individuo.
Cuando descubre su ceguera psicológica se irrita. Este aspecto tiende a
generar incertidumbre y ansiedad en el manejo de las relaciones dado que
los signos implicados carecen del poder de coordinación típico de la
polaridad opuesta. Debido a ello, el aspecto disociado atrae pero no puede
sostener el magnetismo a la manera de la oposición normal, y produce
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inquietud psicológica en el individuo. Los conflictos externos serán menos
aparentes, pero los internos serán más agudos.
Necesitará una reorganización mental o emocional de los propios procesos
de percepción del otro. El individuo deberá trabajar más duramente para
recibir correctamente los mensajes que la gente le da, si desea resolver su
desasosiego interior.
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