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La física de la inteligencia En este ensayo intentaré responder a una pregunta que mucha gente no piensa cuando medita sobre como ser más inteligentes, ya que la mayoría llevaran esta respuesta al plano psíquico de la inteligencia, al desarrollo de las capacidades, pero… ¿Realmente puede el ser humano ser más inteligente de lo que es? I. Desmontando el mito Para empezar, lo primero sería desmontar una creencia arraigada en la sociedad: los seres humanos solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro. Se dice que fue Einstein el creador del mito lo cual es totalmente falso, y son muchos los argumentos que contrarían esta creencia. El primero y más evidente es que si utilizamos solo el 10% ¿de qué sirve el otro 90%? Teniendo en cuenta de que el cerebro es el órgano que más energía consume, esto es absurdo, además, el daño cerebral en cualquier zona afecta al conjunto en común. También se ha demostrado que ciertas zonas del cerebro están ligadas a acciones, estas son las principales afirmaciones que desmienten el mito. II. Funcionamiento del cerebro y las neuronas El cerebro está formado por miles de millones de células llamadas neuronas encargadas del funcionamiento del mismo. Las neuronas se comunican por dos métodos: la sinapsis y los impulsos eléctricos. El que a nosotros nos interesa es el 2º método, el que recorren las “grandes” distancias. Las neuronas tienen diferentes conexiones: las dendritas y los axones. Las dendritas, más cortas, se encargan de la sinapsis, mientras que los axones se encargan de los impulsos. Los axones contienen canales, en los que se encuentran iones que van pasando de canal en canal generando un voltaje. Este mecanismo resulta poco fiable debido a su aleatoriedad, siendo una de las principales limitaciones al ser más inteligentes, pero ya explicaremos mas a delante el por qué. III. Comparaciones entre cerebros Las comparaciones son odiosas, pero cuando pensamos en este tema casi de forma automática nos viene algo a la cabeza: teniendo un cerebro más grande, seré más inteligente. Por desgracia para las ballenas y elefantes, que serían altamente superdotados si esto se cumpliera, no es así. Una vaca con un cerebro unas 5 millones de veces mayor que una abeja no es más inteligente. ¿Por qué? La clave está en una regla de potencias a 3/4. Un cerebro más grande es necesario para las funciones triviales tales como moverse, manejar cuerpos más grandes o un metabolismo más complicado. Esta regla hace referencia a la cantidad de cerebro mínimo necesario para un peso determinado. Y la inteligencia está en la cantidad de cerebro que queda libre después de satisfacer esas funciones triviales. Generalmente, cuando el cerebro crece lo hacen también sus neuronas, pero esto no ocurre en los primates. IV. La esencia del secreto de nuestra inteligencia En los primates, las neuronas del cortex (zona del cerebro con más actividad) no crecen respecto al aumento del tamaño del cerebro, así, a doble de cerebro, doble de neuronas. Esto es lo que los humanos hemos sabido aprovechar tan bien y nos ha ayudado a conseguir el avance de nuestro sistema nervioso e inteligencia. Una rata, para conseguir nuestras 100 mil millones de neuronas, necesitaría un cerebro de 45 Kg. Lo cual, literalmente, mataría al animal ya que metabólicamente sería imposible de mantener. Nosotros solo necesitamos unos 1’4 Kg de media. V. ¿Cómo ser más inteligente? La mayoría de las maneras de ser más inteligentes son evidentes: tener un cerebro más grande, más neuronas, más conexiones… Otras maneras serian aumentar el tamaño de los axones o hacer más pequeñas las neuronas, o haciendo el cerebro más denso de ellas. Y aunque parezca que no, el saber si ocupa lugar. El espacio físico es un limitante a la hora de aumentar la inteligencia de manera física, porque aunque parezca mentira, todas esas células microscópicas ocupan su lugar y su espacio. Y este es limitado. VI. Cambios que se podrían hacer Un cerebro más grande: esto mejoría todo en general, en principio. Mejoraría el número de neuronas, el número de enlaces, el número de axones… Neuronas más pequeñas: esto produciría que más neuronas podrían “habitar” el cerebro y las conexiones mejorarían ya que estarían más juntas. Aumentar el tamaño de los axones: esto permitiría que viajara más cantidad de información por ellos y que las conexiones fueran más rápidas. Aumentar el cableado: aumentar el número de axones haría que todo fuera a una velocidad mucho más rápida. Aumentar el número de neuronas: producirá mejores conexiones, mejor rendimiento y mejor transmisión. VII. Consecuencia e imposibilidades de estos cambios Un cerebro más grande, lejos de ayudarnos nos limitaría desde el primer momento. La primera limitación, bastante obvia, seria la incapacidad de una vagina para aguantar el diámetro de cabeza. Más allá de esta limitación un cerebro más grande resultaría ineficiente a la hora de dar órdenes que tardarían mas en llegar además el gasto energético aumentaría. Si tuviéramos un cerebro un 50% más grande necesitaríamos comer un 40% más. Neuronas más pequeñas producirían un caos de ruido, para entender esto tendremos que volver al epígrafe 3 en que se explica su funcionamiento. Así las neuronas más pequeñas tendrían axones más pequeños, lo que haría al mecanismo más aleatorio aun. Las neuronas mandarían señales eléctricas que no deberían. Al contrario, el aumentar el tamaño de los axones provocaría que la señal no fuera aleatoria, sino que sería muy difícil hacerla saltar. Los iones no entrarían en los canales y nunca se prolongaría el impulso. Aumentar el número de axones solo haría que la señal fuera a sitios en la que no se la necesita. Así aumentar el número de neuronas provocaría, al igual que el aumento del cerebro un gasto energético increíble. VIII. Solo nos queda el imitar a las abejas Parece después de poner todos los puntos a prueba que la inteligencia humana está siendo limitada por la física y el espacio. Se sugiere que la mejor y casi única manera que tiene el ser humano es, como indica el titulo, imitar a las abejas y otros animales sociales. La inteligencia de cada individuo no vale de mucho sola y es mucho más útil si se pone al servicio de la comunidad. La manera más directa de aumentar tu inteligencia es compartiéndola con los demás. Y así ha sido en muchas ocasiones, los descubrimientos se adjudican a una persona, pero esa persona no es más que la punta de un gran iceberg.