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De pobladores organizados a clientes del Estado: La acción estatal en
la desorganización social de la población Yungay (La Granja)
[Martín Montes Marín].
El concepto de pobreza, tradicionalmente relacionado con necesidades básicas e ingreso
monetario, se ha ampliado. El cambio de enfoque supone pasar de entender la pobreza urbana meramente
como el déficit material vinculado a la vivienda e infraestructura, a fenómenos más complejos tales como
procesos de polarización social y fragmentación comunitaria (Bustos, 2012). De este modo, dado que la
pobreza urbana que se da en la actualidad ya no sólo se concibe por las carencias materiales, sino también
-y principalmente- por procesos de fragmentación y desorganización social, cabe preguntarse ¿cómo es
que surgen éstos procesos de desorganización social? ¿qué instituciones colaboran con dichos procesos?
y ¿qué implicancias tienen?
Bajo la influencia de la Escuela de Chicago, tradicionalmente estos procesos han sido
comprendidos desde la “Teoría de la Desorganización Social”. Esta señala que cuando los propios
habitantes de un barrio son incapaces de crear los mecanismos adecuados para organizarse y mantener el
control social informal de sus comunidades (también conocido como ‘eficacia colectiva’), se
desencadenan procesos de desorganización social que conllevan problemas sociales adicionales
(Sampson, 2012). Sin embargo, a partir de los postulados del paradigma de la Economía Política Urbana
y su perspectiva ‘institucional’, es posible plantear que los procesos de desorganización son impulsados
por instituciones y organizaciones específicas (Logan y Molotch, 1987; Harvey, 1989; Nervarez, 2007).
En esta línea, dado que una de las características de las actuales instituciones es que modifican el
comportamiento de los sujetos a través de sus reglas y lógicas de organización (Powell y DiMaggio, 1991),
siguiendo a Small (2008) se puede señalar que las condiciones de los barrios vulnerables pueden llegar a
ser consecuencias de las acciones e inacciones del Estado, más que responsabilidad de los propios
habitantes. Una de las tantas vías de influencia que tiene el Estado son los procesos de participación y
desarrollo comunitario. Según la literatura, en varias ocasiones éstos han sido utilizados para controlar a
las comunidades en función de intereses particulares (Nelson, 1979; Díaz, 1986; Auyero, 1997; Guerra,
1997; Hataya, 2010). Asumiendo esto, la presente investigación analiza de qué manera las distintas
acciones e inacciones en materia de participación y desarrollo comunitario desarrolladas por el gobierno
local y central en un barrio en particular, han debilitado la ‘eficacia colectiva’ de los pobladores,
modificando así su comportamiento y modos de organización, trayendo consigo diversos problemas
sociales al barrio.
Desde una aproximación cualitativa basada en entrevistas y observaciones de campo, se analiza
el caso de la población Yungay (La Granja). A pesar de que ésta se caracteriza por haber tenido altos
índices de organización social, actualmente su capacidad organizacional de ha visto fuertemente
debilitada, y junto a ello han devenido diversos problemas sociales (Ruiz, 2006).
Entre los hallazgos principales se destacan tres elementos interrelacionados que han colaborado
con los procesos de desorganización del barrio. Un primer elemento se relaciona con la historia de la
población Yungay, en particular con el periodo de dictadura (1973-1990). Dado que las comunidades
organizadas eran una amenaza para el proyecto político que se buscaba instaurar en dicho periodo, se
utilizaron distintas estrategias para dividir a los pobladores del barrio. Entre ellas se destaca la política
habitacional como medida de dispersión y separación de la pobladores organizados, los constantes
rumores de los militares para fomentar las divisiones internas entre los habitantes del mismo barrio y
entre las poblaciones vecinas, la introducción de la droga al barrio para desarticular el movimiento social,
entre otras. En definitiva, la relación que mantuvo el Estado con el barrio durante el periodo de dictadura
fue de constante represión y violencia, lo cual provocó una gran desconfianza hacia la institucionalidad
por parte de los habitantes, lo cual en muchos casos se mantiene hasta el día de hoy. Un segundo elemento
corresponde al sistema institucional instaurado en el periodo de dictadura, la cual se mantiene vigente en
la actualidad. Según la literatura y las entrevistas realizadas se da cuenta que éste no fomenta la
organización de los pobladores, sino más bien posibilita el control de las organizaciones sociales, incentiva
la competencia entre ellas y restringe las formas de organización a estructuras únicas. Por último, se
evidencia que desde el retorno a la democracia, el municipio ha actuado bajo lógicas clientelares en el
barrio. La relación municipio – comunidad está marcada por la cooptación de dirigentes sociales y por la
entrega de proyectos físicos y visibles a los sectores votantes. En ese sentido, la focalización de los
recursos carece de criterios establecidos, sino que más bien se realiza a través de relaciones particularistas
que buscan maximizar los votos para mantenerse en el poder.
Si bien la reacciones de los ciudadanos ante estos procesos son diversas, el síntoma que padece
el barrio es común, y podría resumirse en un sentimiento generalizado de desconfianza. Lo complejo es
que la desconfianza no sólo está presente en la relación que tienen los ciudadanos con el Estado en
cualquiera de sus formas (local, regional, central), lo que ya dificulta cualquier intervención estatal, sino
que también ha afectado la relación que tienen los mismos habitantes del barrio entre sí. Y a su vez, a raíz
de ésta desconfianza, se han gatillado múltiples problemas sociales en el barrio. De esta forma,
actualmente se reconoce que a partir de ciertas acciones e inacciones del Estado, se han modificado las
conductas y formas de organización que tienen los habitantes de la población Yungay, generando sujetos
más apáticos, competitivos y dependientes, lo que explica buena parte de los problemas que hoy se
presentan en el barrio.