Download "A un monte alto" Enamorada de Dios (Filotea), sigue al maestro
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Enamorada de Dios (Filotea), sigue al maestro que te hará llegar a aquel monte, que la debilidad humana ni siquiera puede aspirar sin este Maestro Divino E528. AMBIENTACIÓN: EVIDENCIANDO UN LUGAR ELEVADO EXPONEMOS AL SANTÍSIMO ESCRIBIENDO LA FRASE: TOMÓ CONSIGO(SE PUEDEN PONER LOS NOMBRES DE LAS HERMANAS DE LA COMUNIDAD… Y LAS LLEVÓ A UN MONTE ALTO. INTRODUCCIÓN G: Leemos Mt 17,1-3 Los acontecimientos situados sobre un monte son los eventos más importantes para la vida de Jesús, e un lugar simbólico más que geográfico. En el monte es el lugar en el cual tenemos que subir para encontrarnos con el Señor, es el lugar de la revelación y de oración, lugar de la escucha de la Palabra, lugar personal pero también fraterno, lugar para detenerse y contemplar, lugar decisivo para la elección pero también para el discernimiento. G: PREPAREMOS NUESTRO CORAZÓN PARA ACOGER LO QUE EL SEÑOR NOS QUIERE DONAR Y DEJEMONOS LLEVAR AL MONTE ALTO. S: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. T. Amén. Invocamos al Espíritu Santo Canto. SALMO 24 (23) Quién puede subir al monte del Señor? Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe, y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes, y puro corazón, que no confía en los ídolos ni jura contra el prójimo en falso. Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. Lectura del libro del Éxodo 19, 3-6 Moisés subió al monte de Dios y Yahvé lo llamó desde el monte, y le dijo: Habla así a la casa de Jacob y anuncia esto a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto lo que he hecho con lo egipcios y cómo os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mí. Ahora pues si de veras me obedecen y aguardan mi alianza, serán mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra, serán para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que has de decir a los israelitas. DE LOS ESCRITOS DE SAN FRANCISCO DE ASIS (L.M. 13,1) Era costumbre en el angélico varón Francisco no cesar nunca en la práctica del bien, antes, por el contrario, a semejanza de los espíritus celestiales en la escala de Jacob, o subía hacia Dios o descendía hasta el prójimo (Gen 28, 12). En efecto, había aprendido a distribuir tan prudentemente el tiempo puesto a su disposición para merecer, que parte de él lo empleaba en trabajosas ganancias en favor del prójimo y la otra parte la dedicaba a las tranquilas elevaciones de la contemplación. Por eso, después de haberse empeñado en procurar la salvación de los demás según lo exigían las circunstancias de lugares y tiempos, abandonando el bullicio de las turbas, se dirigía a lo más recóndito de la soledad, a un sitio apacible, donde, entregado más libremente al Señor, pudiera sacudir el polvo que tal vez se le hubiere pegado en el trato con los hombres. Así, dos años antes de entregar su espíritu a Dios y tras haber sobrellevado tantos trabajos y fatigas, fue conducido, bajo la guía de la divina Providencia, a un monte elevado y solitario llamado Alverna. Allí dio comienzo a la cuaresma de ayuno que solía practicar en honor del arcángel San Miguel, y de pronto se sintió recreado más abundantemente que de ordinario con la dulzura de la divina contemplación, e inflamado en deseos más ardientes del cielo, comenzó a experimentar en sí un mayor cúmulo de dones y gracia di vinas. Se elevaba a lo alto no como curioso escudriñador de la majestad divina para ser oprimido por su gloria sino como siervo fiel y prudente (Mt 24, 25)que investiga el beneplácito divino, al que deseaba vivamente conformarse en todo. Silencio prolongado NUESTRA EXPERIENCIA G: Aquel día, sobre el monte, los tres apostoles oyeron la voz del Padre que los invitaba a escuchar a su Hijo, y hoy tu palabra es la que continua acompañandonos en cada momento, en la historia. En qué momento espcifico de nuestras vidas, hemos escuchado la voz del Padre a traves del Hijo y nos hemos sentido acompañadas: personalmente, como misión, como familia. (compartir en voz alta brevemente un hecho concreto) DE LOS ESCRITOS DE ISABEL VENDRAMINI E28: Recibe lo que Dios te vrinda sin investigar el por qué te da improvisa dulzura o te permita las tempestades de aridez, tedios, cansancio y tentaciones. Hija mía, todo sale de aquel Corazón paterno para nuestro bien: eso es suficiente para fortalcernos en el camino hacia el santo monte, o purificarnos de lo qu enos quita el vigor para emprender este viaje. E51: Ánimo, juntas volemos al monte y para hacer esto, de semana en semana con tus dos compañeras daremos a nuestro espíritu la forma que Dios quiere. Quiero que lo convirtamos en un bello jardín donde el Esposo pueda deleitarse a su gusto. Seamos huerto cerrado y en esto lo encontraremos siempre como la esposa de los sagrados cantares, pero recuerda que es celoso aquel que te hizo bello el corazón porque Él solo quiere poseerlo. Desde este punto seguiremos hablando mañana, cuando irás a trabajar conmigo. E147: Mi querida hija, has iniciado a subir el primer monte, cuidado con treparte para no caer, cuando te empujarán algunas pasiones violentas o algunas tentaciones. Cuando se terminarán estas batallas y superada la cuesta de tal primer monte, tendrás otras que te llevarán a otra cima. Toda la vida, hija es una continua batalla, no te engañe la larga quietud que a veces hace incurrir en sequías sin poder llevar el barco al puerto. Oración y mortificación sean tus bienes y riquezas en este mundo. Silencio breve G: Conscientes de que el Señor nos escucha y sabe lo que necesitamos acudamos a él pidiéndole que fortalezca nuestra vocación que sepamos “habitar en lo alto en la cavidad de su corazón…” y poder descender al valle a compartir la fatiga de nuestros hermanos.. Digámosle: Manda Señor operarios a tu mies. Preces espontaneas Padre nuestro Oracion final. G: Con el corazón materno les imploro, mis queridas hijas, una distianta bendiciión de la Trinidad Augusta. Esta las haga hijas de paz, obedientes, pacientes y mortificadas, mansas, victoriosas de la naturaleza rebelde y de toda tenetación del enemigo (E234) Las pongo bajo las alas del Santo Espiritu para que descansen seguras. Las bendiga el buen Jesús autor de todo bien (E245) T: Amen Canto final.