Download Dimensión cristiana - Vocacional Franciscanos

Document related concepts

Sacramento (catolicismo) wikipedia , lookup

Doxología wikipedia , lookup

Sacramento wikipedia , lookup

Padre nuestro wikipedia , lookup

Eucaristía wikipedia , lookup

Transcript
Dimensión cristiana
Manual del aspirante
Hermano en Cristo:
La profundización en la madurez humana te debe mostrar la importancia de empezar a
moldear tu vida conforme a los designios de Dios…
Tu trabajo de discernimiento en la dimensión cristiana se hace fundamental, pues es la
dimensión en la que podrás profundizar los contenidos de la fe, para adquirir una mayor
madurez en tu vida cristiana.
En esta dimensión conocerás cuál es el fundamento de tu vocación, así como el compromiso de
moldear tu vida conforme a la vida sacramental, vivida y celebrada dentro de la Iglesia
Católica.
Tu compromiso como cristiano consiste en manifestar con tu vida los frutos propios de los
hijos de Dios. Por esta razón el corazón de este camino cristiano estará marcado por las
dimensiones de la fe, la vida sacramental, la doctrina cristiana, la orientación vocación, entre
otros.
¡Que el espíritu del salvador te ayude a crecer en sabiduría y en el conocimiento de
los misterios de Dios Padre!
LA FE EN EL DIOS DE JESUCRISTO:
“FUNDAMENTO DE LA VOCACIÓN CRISTIANA” (1Cor 15,
1-8. 15-17)
Espíritu Santo lléname de ti, lléname de fe, lléname
de luz, lléname de paz. Espíritu Santo lléname de ti,
dame tu salud, dame tu valor, dame tu poder.
Espíritu Santo lléname de ti, dame el fuego de tu
amor, amor del Padre y del Hijo, inspírame siempre lo
que debo pensar, inspírame siempre lo que debo decir,
inspírame siempre lo que debo callar, inspírame
siempre lo que debo obrar, inspírame siempre lo que
debo hacer, para procurar vuestra gloria, el bien de
mis hermanos y mi propia santificación. Envía tu
fuerza y renovarás la tierra.
Amén
LEE ATENTAMENTE Y RECUERDA QUE…
El hombre responde al llamado de Dios, ante todo, por medio de la fe; por tanto, debe
quedarnos claro qué entendemos por fe.
¿Qué es fe?
Fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de nuestra
experiencia con Dios, que guía y acompaña nuestras vidas. Para preservar la fe, debemos
fortalecerla mediante la escucha atenta y el estudio juicioso de la Palabra de Dios, la
práctica de la caridad, la celebración de los sacramentos y la oración permanente.
Hay grandes figuras de la Biblia que nos dan ejemplo de fe, entre ellas se destacan:
Abraham, llamado padre de la fe; María Santísima que escuchó de modo perfecto la Palabra
de Dios, la guardó en su corazón, la puso siempre en práctica y enseñó a los discípulos a
seguir siempre las exigencias de la fe.
La fe es una adhesión personal del hombre a Dios. No hay más que un solo Dios: el Padre
todopoderoso, su Hijo Jesucristo, nuestro Señor y Salvador y el Espíritu Santo que es
nuestra santificación. Los tres son un solo Dios: la Santísima Trinidad.
¿En quién debemos creer?
Debemos creer en el único Dios, en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¿De quién viene la fe?
La fe es un don sobrenatural de Dios. Para creer, el hombre necesita los auxilios interiores
del Espíritu Santo.
¿Es necesaria la fe para salvarse?
La fe es necesaria para la salvación. El Señor mismo afirma: “El que crea y sea bautizado se
salvará; el que no crea se condenará” (Mc 16, 16). Cada persona acepta personalmente la fe,
que le es dada gratuitamente por Dios y que no puede hacerlo sin la ayuda de la Iglesia, pues
de ella recibe la enseñanza; en ella participa de los sacramentos que alimentan la fe. San
Pablo nos habla de “una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre” (Ef 4, 4-6).
REFLEXIONA Y RESPONDE:
-
¿Qué experiencia he tenido de Dios en mi vida?
¿Por qué es importante tener fe?
¿Creo que tengo una fe madura? ¿Qué le hace falta a mi experiencia de fe?
¿Qué significa Jesucristo para mí?
¿De qué forma vivo mi fe?
Antes de realizar tu compromiso personal frente al
tema desarrollado te invitamos a escribir las dudas,
inquietudes o aspectos relevantes que te gustaría
profundizar en el próximo encuentro con tu animador
vocacional:
Mi compromiso personal es:
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
EL CREDO:
“EL SIMBOLO DE NUESTRA FE” (1 Cor 15, 1-8. 15-17)¿?
Espíritu Santo lléname de ti, lléname de fe, lléname
de luz, lléname de paz. Espíritu Santo lléname de ti,
dame tu salud, dame tu valor, dame tu poder.
Espíritu Santo lléname de ti, dame el fuego de tu
amor, amor del Padre y del Hijo, inspírame siempre
lo que debo pensar, inspírame siempre lo que debo
decir, inspírame siempre lo que debo callar,
inspírame siempre lo que debo obrar, inspírame
siempre lo que debo hacer, para procurar vuestra
gloria, el bien de mis hermanos y mi propia
santificación. Envía tu fuerza y renovarás la tierra.
Amén
LEE ATENTAMENTE Y RECUERDA QUE…
El símbolo de nuestra fe es el credo. Una oración en la que se hallan los contenidos
fundamentales de la fe cristiana que profesamos. Nosotros, los cristianos católicos creemos
en un Dios Trino y Uno; Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por tanto, ¿Qué significa esto para ti?
Por Jesucristo hemos conocido la voluntad de Dios Padre, es Jesucristo verdadero Dios y
verdadero Hombre. Es el Dios hecho hombre por amor a la humanidad. ¿Cuál es la imagen
que tienes de Jesús? ¿Es importante para tu vida? ¿Por qué?
Recita el Credo meditando cada una de las frases que pronuncias y responde ¿Para qué te
sirve conocer el fundamento de la fe que profesa la Iglesia Católica?
Antes de realizar tu compromiso personal frente al
tema desarrollado te invitamos a escribir las dudas,
inquietudes o aspectos relevantes que te gustaría
profundizar en el próximo encuentro con tu animador
vocacional:
Mi compromiso personal es:
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
LOS SACRAMENTOS:
“MANIFESTACIÓN DE DIOS EN NUESTRAS VIDAS” (Mt
28, 16-20)
Espíritu Santo lléname de ti, lléname de fe, lléname de
luz, lléname de paz. Espíritu Santo lléname de ti, dame
tu salud, dame tu valor, dame tu poder. Espíritu Santo
lléname de ti, dame el fuego de tu amor, amor del Padre
y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar,
inspírame siempre lo que debo decir, inspírame siempre
lo que debo callar, inspírame siempre lo que debo obrar,
inspírame siempre lo que debo hacer, para procurar
vuestra gloria, el bien de mis hermanos y mi propia
santificación. Envía tu fuerza y renovarás la tierra.
Amén
LEE ATENTAMENTE Y RECUERDA QUE…
Los sacramentos son actos de Cristo glorificado, pues Él está presente con su fuerza en ellos
y mediante la Iglesia los actualiza. Los cristianos, al participar de la celebración, se hacen
participes del hecho redentor de Cristo.
SACRAMENTO DEL BAUTISMO (Jn 3, 5)
Es el sacramento instituido por nuestro Señor Jesucristo que nos hace hijos de Dios, hijos de
la Iglesia y herederos del cielo. Por el bautismo somos insertados en Cristo y nacemos a una
vida nueva. El bautismo es también puerta de los demás sacramentos; no se puede recibir
válidamente ningún otro sacramento si antes no se ha recibido el bautismo. (Rm6, 3-9; 1Cor
12-13). Por el bautismo se nace a la dignidad de hijos de Dios, y con la gracia, se reciben
también las virtudes y los dones del Espíritu Santo (Gal 4, 5-7).
SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN (Hch 1, 8; 2, 1-13; 8, 14-17)
La confirmación es el sacramento que nos hace testigos de Jesucristo y de su Evangelio y
nos enriquece con una fuerza especial del Espíritu Santo. Este sacramento es ministrado por
un Obispo. Fortalece nuestro compromiso con Cristo realizado en el bautismo, de tal
manera que una persona pueda hacer frente a los desafíos y a los problemas de la vida diaria
con madurez cristiana. La confirmación nos otorga el coraje y la fortaleza para ser testigos
de Cristo en el mundo y nos ayuda a servir a nuestros hermanos con dedicación y sin
egoísmo.
SACRAMENTO DE LA COMUNIÓN, EUCARISTÍA (Mc 14, 22-24; Jn 6, 51-59)
El sacramento de la Eucaristía es el mismo sacrificio de Cristo en la cruz, en el cual se recibe
como alimento a Cristo. Comulgar es recibir el cuerpo y sangre de Jesucristo, Dios y hombre
verdadero, bajo las especies de pan y de vino. Es la acción de gracias a dios y el banquete del
Señor, donde se celebra la cena que Él celebró con sus discípulos la víspera de su pasión. Es
llamado también fracción del pan, porque este rito fue empleado por Jesucristo cuando
bendecía y repartía el pan, sobre todo en la última cena (Mt 26, 26). Es asamblea
Eucarística, porque debe ser celebrada en la asamblea de los fieles (1 Cor 11, 17-34) y es el
Santo Sacrificio de la Misa, porque actualiza el único sacrificio de Cristo Salvador (Hb 13, 15).
SACRAMENTO DE LA PENITENCIA O RECONCILIACIÓN (Mt 16, 18-19; St 5, 15-16)
El sacramento de la penitencia o reconciliación es el medio por el cual Cristo nos ofrece y
concede su perdón en la Iglesia, a trave´s de sus ministros. Sólo Dios perdona el pecado.
Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, dice de sí mismo: “El Hijo del hombre tiene
poder para perdonar los pecados en la tierra” (Mc 2, 10). En virtud de su autoridad divina, Él
mismo quiso que sus ministros perdonaran, en nombre suyo, y les dio el poder de hacerlo,
en la tarde de la Pascua (Jn 20, 21-23; 2Cor 5, 18-21). Él confió el poder de la absolución de
los pecados al Ministerio Apostólico (los Obispos y los presbíteros “sacerdotes”).
SACRAMENTO DE LA UNCIÓN (Mc 6, 12-13)
La unción de los enfermos es el sacramento que alivia el alma y el cuerpo del cristiano
gravemente enfermo, se recibe cuando se está en peligro de muerte, por enfermedad,
accidente, vejez, o una cirugía grave. La unción con el aceite consagrado, unido a las
oraciones del sacerdote, traen a los enfermos graves o a los moribundos la gracia de la
consolación junto con la presencia de Cristo. Algunas veces puede ocurrir que se dé la
recuperación física del enfermo. (Mc 16, 17-18).
SACRAMENTO DEL MATRIMONIO (Mt 19, 4-6; Gen 1, 27-28; 2, 1-24)
El sacramento del matrimonio es la entrega mutua e irrevocable que hacen los esposos,
ante Dios y la Iglesia, y por la que forman una íntima comunidad conyugal de vida y amor.
Confiere a los esposos gracias abundantes para que se puedan cumplir las muchas
obligaciones que contraen para con Dios, la Iglesia, la sociedad, sus propios hijos y
mutuamente entre ellos. El matrimonio es uno e indisoluble, una sola carne, un hombre con
una mujer, y para toda la vida (Gen 2, 18-25; Mt 19, 6). En consecuencia, matrimonio no es
un contrato cualquiera, es un pacto de índole sagrado que compromete íntegramente entre
sí a dos personas, hombre y mujer, por eso se llama “alianza”, porque compromete no sólo
el presente, sino el futuro, no en un espacio de tiempo sino en la totalidad, hasta cuando la
muerte los separe (Mt 19, 5-6).
SACRAMENTO DEL ORDEN SAGRADO (Hb 5, 1; Hch 6, 6-7; 14-23)
Es el sacramento con el cual algunos hombres escogidos dentro de la comunidad se
consagran como sacerdotes por medio de la imposición de manos y la oración consagratoria
del Obispo. El Orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus
apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos. Es el sacramento del
ministerio apostólico y comprende tres grados: el Episcopado, Obispos; cuyas funciones son
santificar, enseñar y gobernar al pueblo de Dios; el Presbiterado, sacerdotes; en virtud del
sacramento del Orden quedan consagrados como verdaderos sacerdotes de la Nueva
Alianza, a imagen de Cristo, Sumo y Eterno sacerdote (Hb 5, 1-10) y el diaconado; los
diáconos: son consagrados para realizar un servicios y no para ejercer el sacerdocio, asisten
al Obispo y a los presbíteros en la celebración de los ministerios divinos.
TALLER
A partir de la lectura y el análisis personal del siguiente texto bíblico Hch 8, 26-40, responde
las siguientes preguntas:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
¿Cuál es la actitud de Felipe ante la acción del Espíritu del Señor?
¿Cuál es la actitud de Felipe ante el etíope?
¿Qué pide el etíope a Felipe?
¿Qué explicación le dio Felipe al etíope del texto sagrado? ¿Por qué?
¿Por qué el etíope pide a Felipe que lo bautice?
¿Qué pasó con la vida del etíope después de ser bautizado?
¿Qué implicaciones tiene el bautismo para mi vida como cristiano?
¿Por qué la celebración de los sacramentos debe llevarme a la vivencia y testimonio
de la fe en mi comunidad?
Antes de realizar tu compromiso personal frente al
tema desarrollado te invitamos a escribir las dudas,
inquietudes o aspectos relevantes que te gustaría
profundizar en el próximo encuentro con tu animador
vocacional:
Mi compromiso personal es:
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
LA IGLESIA:
“LA GRAN FAMILIA DE LOS HIJOS DE DIOS” (1 Cor 12, 411)
Espíritu Santo lléname de ti, lléname de fe, lléname
de luz, lléname de paz. Espíritu Santo lléname de ti,
dame tu salud, dame tu valor, dame tu poder.
Espíritu Santo lléname de ti, dame el fuego de tu
amor, amor del Padre y del Hijo, inspírame siempre
lo que debo pensar, inspírame siempre lo que debo
decir, inspírame siempre lo que debo callar,
inspírame siempre lo que debo obrar, inspírame
siempre lo que debo hacer, para procurar vuestra
gloria, el bien de mis hermanos y mi propia
santificación. Envía tu fuerza y renovarás la tierra.
Amén
LEE ATENTAMENTE Y RECUERDA QUE…
El misterio salvador de Dios continúa en la iglesia, cuerpo de Cristo; en ella los fieles, unidos
a Cristo cabeza y en común con todos los santos, veneran en primer lugar a María, Madre de
Dios y Madre nuestra (Cf. Misal romano, canon). Ahora bien, la Iglesia, contemplando su
arcana santidad e imitando su caridad, y cumpliendo fielmente la voluntad del Padre,
también ella es hecha Madre, por la Palabra de dios fielmente recibida: en efecto, por la
predicación y el bautismo, en Dios. Y también ella es “virgen que custodia pura e
íntegramente la fe prometida al Esposo, e imitando a la Madre de su Señor, por la virtud del
Espíritu Santo conserva virginalmente la fe íntegra, la sólida esperanza, la sincera caridad”
(LG 64).
La vida moral es un culto espiritual. Ofrecemos nuestros cuerpos “como una hostia viva,
santa, agradable a Dios” (Rm 12, 1) en el seno del cuerpo de Cristo que formamos (la Iglesia)
y en comunión con la ofrenda de su Eucaristía. En la liturgia y en la celebración de los
sacramentos, en la plegaria y en la enseñanza, ayudados con la gracia de Cristo para
iluminar y alimentar el obrar cristiano. La vida moral, como el conjunto de la vida cristiana,
tiene su fuente y su cumbre en el sacrificio eucarístico. (Catecismo de la Iglesia Católica n|
2031).
TALLER
A partir de la lectura y el análisis del texto bíblico de 1 Cor 12, 1-30, respoinde las siguientes
preguntas.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
¿Estás bautizado en la Iglesia Católica?
¿Cuál es tu religión?
¿Qué religión profesan tus padres y tus hermanos?
¿Perteneces a algún grupo religioso o movimiento religioso?
¿Qué idea tienes sobre la Iglesia Católica?
¿Cómo es tu vivencia de Iglesia en la comunidad dónde vives?
¿Consideras que das testimonio de fe en la comunidad cristiana que vives? ¿Cómo?
¿Por qué?
Antes de realizar tu compromiso personal frente al
tema desarrollado te invitamos a escribir las dudas,
inquietudes o aspectos relevantes que te gustaría
profundizar en el próximo encuentro con tu animador
vocacional:
Mi compromiso personal es:
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
ORACIÓN CRISTIANA:
“EXPERIENCIA DE ENCUENTRO PERSONAL CON DIOS”
(LC 11, 1-4)
Espíritu Santo lléname de ti, lléname de fe, lléname de
luz, lléname de paz. Espíritu Santo lléname de ti, dame
tu salud, dame tu valor, dame tu poder. Espíritu Santo
lléname de ti, dame el fuego de tu amor, amor del Padre
y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar,
inspírame siempre lo que debo decir, inspírame siempre
lo que debo callar, inspírame siempre lo que debo obrar,
inspírame siempre lo que debo hacer, para procurar
vuestra gloria, el bien de mis hermanos y mi propia
santificación. Envía tu fuerza y renovarás la tierra.
Amén
Antes de realizar la lectura, y a partir de tu propia experiencia espiritual, responde ¿Qué
significa para ti orar?
LEE ATENTAMENTE Y RECUERDA QUE…
Orar es ponerse bajo el influjo del Espíritu Santo, con calma y recogimiento, para permitir
que brote, se filtre y mane al exterior cuanto de más profundo hay en nosotros, a fin de
hacernos dóciles a Dios que obra en nosotros.
Orar es aceptar algo que es mayor que uno mismo; es dejar que despierte y se desborde en
nosotros la alegría y el amor del hijo a su Padre. no hay más que una oración del agrado del
Padre; no hay más que una oración que el Padre escucha encantado con infinita alegría y
complacencia: el incesante murmullo de amor, de deseo, de reverencia, de admiración, de
respeto y de acción de gracias que brota del corazón del Hijo y salta hacia el Padre. Toda
auténtica oración es unirse a esta oración.
Orar es permitir que de nuestro corazón ascienda a nuestros labios el amor del Hijo a su
Padre. orar es ponerse a disposición de dios de tal modo que le permitamos hacer en
nosotros, por un momento, lo que desea hacer con nuestras vidas.
LAS FUENTES DE LA ORACIÓN
Realiza atentamente la siguiente lectura tomada del catecismo de la Iglesia Católica acerca
de las fuentes de la oración… (Números 2652 - 2660). El Espíritu Santo es el “agua viva” que,
en el corazón orante, “brota para la vida eterna” (Jn 4, 14). Él es quien nos enseña a
recogerla en la misma Fuente: Cristo. Pies bien. En la vida cristiana hay manantiales donde
Cristo nos espera para darnos a beber el Espíritu Santo.
La Palabra de Dios
La Iglesia recomienda insistentemente a todos sus fieles… la lectura asidua de la escritura
Santa Escritura debe acompañar la oración para que se realice el diálogo de dios con el
hombre, pues “a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus
palabras” (San Ambrosio).
Los Padres espirituales parafraseando a Mt 7, 7, resumen así las disposiciones del corazón
alimentado por la Palabra de Dios en la oración: “Buscad leyendo, y encontrareis
meditando; llamad orando, y se os abrirá por la contemplación”.
La Liturgia de la Iglesia
La misión de Cristo y del Espíritu Santo que, en la liturgia sacramental de la Iglesia, anuncia,
actualiza y comunica el Misterio de la salvación, se continúa en el corazón que ora. Los
Padres espirituales comparan a veces el corazón con un altar.
La oración interioriza y asimila la Liturgia durante y después de su celebración. Incluso
cuando la oración se vive “ en la secreto” (Mt 6, 6), siempre es oración de la Iglesia,
comunión con la Trinidad Santísima.
Las virtudes teologales
Se entra en oración como se entra en la Liturgia: por la puerta estrecha de la fe. A través de
los signos de su presencia, es el rostro del Señor lo que buscamos y deseamos, es su Palabra
lo que queremos escuchar y guardar.
El Espíritu Santo nos enseña a celebrar la liturgia esperando el retorno de Cristo, nos educa
para orar en la esperanza. Inversamente, la oración de la Iglesia y la oración personal
alimentan en nosotros la esperanza. Los salmos muy particularmente, con su lenguaje
concreto y variado, nos enseñan a fijar nuestra esperanza en Dios: “En el Señor puse toda mi
esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor" (Sal 40, 2). “El Dios de la esperanza os
colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebozar de esperanza por la fuerza del
Espíritu Santo” (Rm 15, 13).
“La esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5, 5). La oración, formada en la vida
litúrgica, saca todo el amor con el que somos amados en Cristo y que nos permite responder
amando como Él nos ha amado. El amor es la fuente de la oración: quien saca el agua de
ella, alcanza la cumbre de la oración:
Te amo Dios mío, y mi único deseo es
amarte hasta el último suspiro de mi vida. Te amo,
Dios mío infinitamente amable, y prefiero morir
amándote a vivir sin amarte. Te amo, Señor, y la
única gracia que te pido es amarte eternamente…
Dios mío, si mi lengua no puede decir en todos los
momentos que te amo, quiero que mi corazón te lo
repita cada vez que respiro (San Juan María
Bautista Vianney, oración).
“Hoy”
Aprendemos a orar en ciertos momentos escuchando la Palabra del Señor y participando en
su Misterio Pascual; pero, en todo tiempo, en los acontecimientos de cada día, su Espíritu se
nos ofrece para que brote la oración. La enseñanza de Jesús sobre la oración a nuestro
Padre está en la misma línea que de la Providencia (cf. Mt 6, 11. 34): el tiempo está en las
manos del Padre; lo encontramos en el presente, ni ayer ni mañana, sino hoy: “¿Ojalá
oyerais hoy su voz!: No endurezcáis vuestro corazón” (Sal 95, 7-8).
Orar en los acontecimientos de cada día y de cada instante es uno de los secretos del Reino
revelados a los “pequeños”, a los servidores de Cristo, a los pobres de las bienaventuranzas.
Es justo y bueno orar para que la venida del Reino de justicia y de paz influya en la marcha
de la historia, pero también es importante amasar con la oración las humildes situaciones
cotidianas. Todas las formas de oración pueden ser esa levadura con la que el Señor
compara el Reino (cf. Lc 13, 20-21).
Escribe con tus propias palabras qué conclusión puedes sacar de la lectura que presenta el
catecismo sobre la oración:
Recita el Padre Nuestro pausadamente y escribe cuántas y cuáles son las peticiones que nos
enseñó Jesús para hacerle al Padre:
Después de haber conocido tantos elementos acerca de la oración cristiana elabora tu propia
oración a Dios:
Antes de realizar tu compromiso personal frente al
tema desarrollado te invitamos a escribir las dudas,
inquietudes o aspectos relevantes que te gustaría
profundizar en el próximo encuentro con tu animador
vocacional:
Mi compromiso personal es:
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
LA VOCACIÓN:
“LLAMADO DE DIOS A LA FELICIDAD DEL HOMBRE” (Mt
7, 21-27)
Espíritu Santo lléname de ti, lléname de fe, lléname
de luz, lléname de paz. Espíritu Santo lléname de ti,
dame tu salud, dame tu valor, dame tu poder.
Espíritu Santo lléname de ti, dame el fuego de tu
amor, amor del Padre y del Hijo, inspírame siempre
lo que debo pensar, inspírame siempre lo que debo
decir, inspírame siempre lo que debo callar,
inspírame siempre lo que debo obrar, inspírame
siempre lo que debo hacer, para procurar vuestra
gloria, el bien de mis hermanos y mi propia
santificación. Envía tu fuerza y renovarás la tierra.
Amén
RECUERDA QUE…
-
-
Vivir la vida como vocación es entrar en el juego de la llamada, respuesta y
encuentro de dios con los hombres.
Vivir la vida como vocación es dejar actuar a Dios. Dios toma la iniciativa de llamar a
todos los hombres y en todas las épocas.
Vivir la vida como vocación es mantenerse en un camino de conversión como
dinamismo de renuncia a los antivalores que están en alza en el mundo, para
adherirme a los valores del Reino.
Vivir la vida como vocación es dejarse interpelar por los problemas humanos, por las
situaciones de marginación, por la falta de valores, por el hambre de Dios, por la
-
pobreza, por la injusticia y, ¡cómo no!, los acontecimientos de mi propia vida como
signos de la acción de Dios.
Vocación se identifica con la llamada, pero habría que decir que la vocación es el
resultado de una llamada y una respuesta.
TALLER:
¿A qué edad comenzaste a tener la idea de vocación?
¿Por qué te nació la idea de tener vocación?
¿Qué personas, circunstancias o acontecimientos te dicen que tienes vocación? ¿Por qué?
Antes de realizar tu compromiso personal frente al
tema desarrollado te invitamos a escribir las dudas,
inquietudes o aspectos relevantes que te gustaría
profundizar en el próximo encuentro con tu animador
vocacional:
Mi compromiso personal es:
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
LA VOCACIÓN A LA VIDA:
“EL REGALO DE EXISTIR” (Gen 1. 26SS)
Espíritu Santo lléname de ti, lléname de fe, lléname de
luz, lléname de paz. Espíritu Santo lléname de ti, dame
tu salud, dame tu valor, dame tu poder. Espíritu Santo
lléname de ti, dame el fuego de tu amor, amor del Padre
y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar,
inspírame siempre lo que debo decir, inspírame siempre
lo que debo callar, inspírame siempre lo que debo obrar,
inspírame siempre lo que debo hacer, para procurar
vuestra gloria, el bien de mis hermanos y mi propia
santificación. Envía tu fuerza y renovarás la tierra.
Amén
RECUERDA QUE…
Dios llama a la vida. En el momento en que Dios me llama por mi nombre comienza, en el
seno de mi madre, mi vida, la existencia de este ser único, irrepetible, e irremplazable que
soy yo.
Con amor dios me abre la puerta de la felicidad, me envía a la tierra un tiempo y, anhela,
que al superar los límites del tiempo y del espacio, alcance la plenitud de la felicidad.
La tierra, el aire, el agua… me llaman a la vida, me invitan a vivir. El cuerpo, la sangre, el
espíritu, el corazón, la inteligencia, mi ser entero me llama a la vida.
“La vida se puede vivir en la riqueza de la entrega y la generosidad, o se la puede
desperdiciar en la pobreza del egoísmo y de la comodidad. Dios ha puesto en tus manos,
además del don de la vida, la capacidad de elección y de decisión. Las posibilidades y los
modelos son múltiples y diversos” (Juan Ciravegna).
TALLER
Para mí, ¿Qué es la vida?
¿Valoro la vida como un regalo de Dios? ¿Por qué?
¿Alguna vez he intentado quitarme la vida? ¿Por qué?
¿Qué es lo que más me gusta de la vida? ¿Por qué?
¿Qué es lo que menos me gusta de la vida? ¿Por qué?
¿En qué es lo que más he gastado mi vida?
Antes de realizar tu compromiso personal frente al
tema desarrollado te invitamos a escribir las dudas,
inquietudes o aspectos relevantes que te gustaría
profundizar en el próximo encuentro con tu animador
vocacional:
Mi compromiso personal es:
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
LA VOCACIÓN CRISTIANA:
“EL SEGUIMIENTO DE JESÚS” (Mc 8, 34-38; Mt 16, 24-29)
Espíritu Santo lléname de ti, lléname de fe, lléname
de luz, lléname de paz. Espíritu Santo lléname de ti,
dame tu salud, dame tu valor, dame tu poder.
Espíritu Santo lléname de ti, dame el fuego de tu
amor, amor del Padre y del Hijo, inspírame siempre
lo que debo pensar, inspírame siempre lo que debo
decir, inspírame siempre lo que debo callar,
inspírame siempre lo que debo obrar, inspírame
siempre lo que debo hacer, para procurar vuestra
gloria, el bien de mis hermanos y mi propia
santificación. Envía tu fuerza y renovarás la tierra.
Amén
LEE ATENTAMENTE Y RECUERDA QUE…
“Dios llama a todos los hombres y a cada hombre a la fe y, por la fe, a ingresar en el pueblo
de Dios mediante el Bautismo” (puebla 852). Dios ha hecho y sigue haciendo en la Iglesia el
llamado a la salvación para todos los hombres mediante el Bautismo: “en verdad, en verdad
te digo: el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios” (Jn 3, 5).
Por el Bautismo dios nos hace creación nueva, es decir, hombres nuevos en Cristo y de
Cristo, al igual que hijos adoptivos de Dios, por Jesucristo. Por el Bautismo nos hacemos
hijos de Dios y miembros de la Iglesia.
Este llamado a ser cristianos, nos compromete a todos los bautizados al llamado a la
santidad de vida. El llamado a ser santos no excluye a ninguno de los bautizados del pueblo
de Dios. Por tanto la vocación cristiana a la santidad, se realiza mediante la vivencia de los
valores evangélicos y la fe cristiana, dando testimonio del amor del Padre Dios desbordado
en su Hijo Jesucristo.
Dios nos llama. El hombre responde. Ésta es la estructura de la fe según la Biblia: un
diálogo, Dios nos habla y nos invita. El hombre es llamado en su libertad responsable.
La misma fe es una vocación: llamada y respuesta. Revelación de Dios, obediencia del
hombre.
“Al Dios que se revela hay que presentarle la obediencia de la fe. Por la fe el hombre se
entrega y libremente a Dios, le ofrece el homenaje total de su entendimiento y voluntad,
asintiendo libremente a lo que Dios revela” (Vaticano II: DV 5).
Hagamos algunas observaciones:
a. La llamada de Dios es gratuita. Lo mismo que su amor: Él nos ha llamado primero sin
esperar que nosotros lo conociéramos y lo amáramos. En esa llamada gratuita de
Dios a que lo aceptemos por la fe, está la raíz de toda vocación.
b. La llamada de Dios no es sensible ni evidente (no nos habla directamente).
Normalmente Dios nos llama a través de diversas mediaciones lo podemos
descubrir, “verlo” o “escucharlo”, por ejemplo, en la bondad de las personas, en la
belleza de la naturaleza, ante los interrogantes permanentes de la humanidad, en los
acontecimientos leídos en clave de fe; también las cosas negativas – las desgracias,
las injusticias, el dolor del inocente-, por contraste nos hablan de Dios.
c. La llamada siempre consiste en salir de uno mismo. En cualquier vocación cristiana,
Dios nos invita a abrirnos, a “ponernos en camino” a “no vivir para nosotros mismos”
sino para Él y para los hermanos que más nos necesitan.
d. Dios espera una respuesta decidida a la invitación que nos dirige. Respuesta que
tiene que ser generosa, por un lado, y libre por el otro. La respuesta a la vocación ha
de ser fruto de una decisión personal. Dios solo quiere voluntarios. (La palabra
francesa volontier es muy adecuad, pues indica que uno responde voluntariamente
y, al mismo tiempo, muy alegre).
TALLER
¿Por qué quiero seguir a Jesús?
¿Creo que puedo seguirlo? ¿Por qué?
El sentirme llamado por Jesús me produce los siguientes sentimientos:
Tengo los siguientes temores al querer seguir a Jesús:
En este momento mi mayor dificultad para seguir a Jesús es:
¿Por qué?
Al querer seguir a Jesús estoy dispuesto a:
Antes de realizar tu compromiso personal frente al
tema desarrollado te invitamos a escribir las dudas,
inquietudes o aspectos relevantes que te gustaría
profundizar en el próximo encuentro con tu animador
vocacional:
Mi compromiso personal es:
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
LA VOCACIÓN ESPECÍFICA:
“UN MODO DE ENCONTRAR MI FELICIDAD” (Lc 18, 1830)
Espíritu Santo lléname de ti, lléname de fe, lléname de
luz, lléname de paz. Espíritu Santo lléname de ti, dame
tu salud, dame tu valor, dame tu poder. Espíritu Santo
lléname de ti, dame el fuego de tu amor, amor del Padre
y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar,
inspírame siempre lo que debo decir, inspírame siempre
lo que debo callar, inspírame siempre lo que debo obrar,
inspírame siempre lo que debo hacer, para procurar
vuestra gloria, el bien de mis hermanos y mi propia
santificación. Envía tu fuerza y renovarás la tierra.
Amén
LEE ATENTAMENTE Y RECUERDA QUE…
Hay momentos en la vida en los que uno se topa con propuestas interesantes. La vocación a
la vida religiosa es una propuesta que Dios (Jesús) hace a una persona creyente, a vivir una
historia de amor. No se trata de una llamada para renunciar al amor, sino de una propuesta
para creer en el amor, crecer en amor y vivir una historia de amor. Esta historia de amor es
para siempre. Sólo el amor que promete y garantiza el “para siempre” es verdadero amor.
Esta fidelidad no es presunción; se basa y fundamenta en la fidelidad de Dios que nos ha
amado primero y que es siempre fiel.
La vocación religiosa es una “pasión de amor”. El religioso hace del amor a Cristo su
profesión y su centro vital. Su carisma eclesial es simbolizar la fuerza del amor del Señor…
La vocación religiosa lleva en su misma entraña el dinamismo de la fe-amor a Jesucristo.
(Bonifacio Fernández).
“La aportación específica que los consagrados ofrecen a la evangelización está en el
testimonio de una vida totalmente entregada a Dios y a los hermanos… hacen visible, en su
consagración y total entrega, la presencia amorosa y salvadora e Cristo… Cuanto más se
vive en Cristo, tanto mejor se le puede servir a los demás, llegando hasta las avanzadillas de
la misión y aceptando los mayores riesgos” (Vida consagrada, # 76).
TALLER
¿Qué es lo que más te motiva para la vida religiosa?
¿Crees que vale la pena dar la vida hoy por el seguimiento de Cristo en total disponibilidad?
¿Por qué?
Haz un relato de la historia de tu vocación a la vida religiosa.
Marca con una x el estado actual de tu vocación a la vida religiosa.
Estoy decidido absolutamente a ser franciscano __
Estoy casi decidido, pero quiero realizar más discernimiento__
Estoy indeciso__ ¿por qué?________________________________
¿Qué haces para ver si tienes o no vocación?________________
Antes de realizar tu compromiso personal frente al
tema desarrollado te invitamos a escribir las dudas,
inquietudes o aspectos relevantes que te gustaría
profundizar en el próximo encuentro con tu animador
vocacional:
Mi compromiso personal es:
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
ANEXO
ORACIONES DEL CRISTIANO
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén
Ave María
Dios te salve María llena eres de gracia
el Señor es contigo; bendita tú eres
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora de nuestra muerte.
Amén
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno del Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor:
por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey Celestial,
Dios Padre todopoderoso. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;
Porque sólo Tú eres santo, sólo Tú Señor, sólo tu altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
La salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Acto de Contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta
hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia, me has
de conceder el perdón de mis culpas, y me has de llevar a la vida eterna. Amen.
Yo pecador
Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso
ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos que
intercedan por mi ante Dios, Nuestro Señor.
El Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracias del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos,
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
Las obras de misericordia
Obras de Misericordia Espirituales:
1. Enseñar al que no sabe
2. Dar buen consejo al que lo necesita
3. Corregir al que está en error
4. Perdonar las ofensas
5. Consolar al triste
6. Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas de nuestro prójimo
7. Rogar a Dios por vivos y difuntos
Obras de Misericordia Corporales:
1. Visitar a los enfermos
2. Dar de comer al hambriento
3. Dar de beber al sediento
4. Socorrer a los presos
5. Vestir al desnudo
6. Dar posada al necesitado
7. Enterrar a los muertos
Los mandamientos de la ley de Dios
1- Amarás a Dios sobre todas las cosas
2- No tomarás el nombre de Dios en vano
3- Santificarás el día del Señor
4- Honrarás a tu padre y a tu madre
5- No matarás
6- No cometerás actos impuros
7- No robarás
8- No levantarás falsos testimonios ni mentirás
9- No consentirás pensamientos ni deseos impuros
10-No codiciarás los bienes ajenos
Los mandamientos de la Iglesia
1. Participar de la Santa Misa entera los domingos y fiestas de precepto.
2. Confesarse al menos una vez al año, o cuando se está en peligro de muerte.
3. Comulgar al menos una vez al año, en Tiempo de Pascua.
4. Ayunar los días establecidos por la iglesia
5. Ayudar al sostenimiento del culto y sus ministros.
Los dones del Espíritu Santo
1. Sabiduría
2. Entendimiento
3. Ciencia
4. Consejo
5. Piedad
6. Fortaleza
7. Temor de Dios
Los frutos del Espíritu Santo
1. Caridad.
2. Gozo.
3. Paz.
4. Paciencia.
5. Longanimidad.
6. Bondad.
7. Benignidad.
8. Mansedumbre.
9. Fe.
10. Modestia.
11. Continencia.
12. Castidad.
Misterios del Santo Rosario
Misterios Gozosos (lunes y sábado)
1. La encarnación del Hijo de Dios.
2. La visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.
3. El nacimiento del Hijo de Dios.
4. La Presentación del Señor Jesús en el templo.
5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo.
Misterios Dolorosos (martes y viernes)
1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto de Getsemaní.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. El Camino del Monte Calvario cargando la Cruz.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
Misterios Gloriosos (miércoles y domingo)
1. La Resurrección del Señor.
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.
Misterios Luminosos (jueves)
1. El Bautismo en el Jordán.
2. La autorrevelación en las bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
4. La Transfiguración.
5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual.
Cómo se reza el Rosario
En el nombre del Padre…
Acto de contrición.
Dios te salve Reina y Madre…
El primer misterio es…
Un Padre Nuestro.
Diez Ave María…
Gloria al Padre…
El segundo misterio es…
Un Padre Nuestro.
Diez Ave María…
Gloria…
Y así el 3°, 4° y 5° Misterio.
Al final se reza por las intenciones del papa y por la Santa Madre Iglesia,
Un Padre Nuestro…
Tres Ave María…
Gloria…
En el nombre del Padre…