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LECTIO DIVINA
COMISIÓN DIOCESANA DE ANIMACIÓN BÍBLICA
IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
29 de enero de 2017
¨En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser
casa y escuela de comunión¨
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Señor, Tú que nos invitas a la bienaventuranza y a la dicha de la felicidad, te pedimos que nos
envíes el don el Espíritu Santo, para que nos ayude e ilumine a través de tu Palabra y nos lleve al
conocimiento de la verdad plena, que eres Tú mismo en nuestra vida, y nos ayude a tener un
corazón misericordioso como el tuyo. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
1. LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO (Mt 5, 1-12)
¿Qué dice el texto?
En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le
acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles y les dijo: “Dichosos los pobres de
espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán
consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y
sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán
misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por
la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes, cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por
causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”. Palabra
del Señor.
Pistas de reflexión
Contexto bíblico
El sermón de la montaña.
El evangelio de san Mateo es de enseñanza. Comienza el ministerio de Jesús con el Sermón en el
Monte (capítulos 5-7), la primera de cinco importantes secciones de enseñanza (las otras son
10:5 – 11:1; 13:1-53; 18:1 – 19:1; 24:3 – 26:1). Concluye el ministerio de Jesús con la Gran
Misión, en la que Jesús les pide a los discípulos que hagan discípulos (Gr.
μαθητεύσατε,matheteusate) de todas las naciones, enseñándoles a obedecer todo lo que él había
mandado (Mt 28:19-20).
Este sermón es el Discurso Inaugural de Jesús en el que describe su visión de la vida en el reino
del cielo. (San Mateo usa “reino de los cielos” en vez de “reino de Dios” en reverencia al nombre
de Dios. Cada bienaventuranza empieza con la palabra griega, Μακάριοι, makarios, que
generalmente se traduce como bendición. La versión de San Lucas de las Bienaventuranzas (Lc 6,
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20-26). En San Lucas, Jesús dice, “Bienaventurados sean ustedes los pobres” comparado con la
versión de San Mateo que dice, “Bienaventurados los pobres de espíritu.” San Lucas también
equilibra las Bienaventuranzas con Lamentaciones. Por ejemplo, la primera bienaventuranza se
equilibra con “¡Ay de ustedes, ricos! porque tendrán su consuelo” (Lc 6, 24).
Texto bíblico
A) Jesús subió al monte.
“Cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus
discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, y les dijo:” (5, 1-2). Las montañas son a menudo
lugares de encuentro con Dios, el más obvio siendo Moisés en Sinaí (Ex, 19-34). San Mateo
incluye mucho de la tipología de Moisés en este Evangelio, aunque considera a Jesús como más
grande que Moisés. Ambos Jesús y Moisés. Suena como si Jesús sube la montaña, en parte, para
escapar de la multitud, y dirige su sermón a sus discípulos. Sin embargo, todos lo escuchan y
“admiraban de su doctrina; Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los
escribas” (7, 28-29). “Subió al monte y se sentó”. La postura tradicional para la enseñanza
rabínica es estar sentado. Al sentarse, Jesús señala que es hora para comenzar la enseñanza. Sus
discípulos vinieron a él, indicando su papel de subordinados. Y comenzó a enseñarles. El propósito
con el que se expresan las palabras de esta introducción señala la importancia del mensaje.
B) Dichosos los pobres de espíritu.
“Dichosos los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos” (5,3). Dios comenzó los
Diez Mandamientos con un aire de gracia, nos recuerda que Dios sacó los israelitas de la
esclavitud. El primer mandamiento, “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Ex 20, 3), es la
fundación en la que se basan todos los otros mandamientos. La persona que es leal al primer
mandamiento tratará de honrar todos. De la misma manera, Jesús empieza las bienaventuranzas
con un aire de gracia, una bendición, y la primera bienaventuranza es tan fundamental como el
primer mandamiento. Los pobres de espíritu, aquéllos que dependen totalmente en Dios, también
están dispuestos a lamentar por un mundo sin Dios, y a acercarse a los demás en un espíritu de
humildad y a experimentar hambre y sed por justicia. (En Gr. πτωχοὶ, Ptochoi significa pobreza
total).
Dichosos los pobres. Hoy diríamos: bienaventurados los que no confunden los medios con los
fines, los que no se quedan con los medios y saben llegar al fin. Los que tienen un corazón
suficientemente generoso como para no quedarse en las cosas y llegan a la esencia, a la
sustancia, al fin. Dichoso quien tiene espíritu de generosidad y no espera nada de este mundo,
porque lo único que puede esperar es su propia entrega.
C) Dichosos los que lloran.
“Dichosos los que lloran: porque serán consolados” (5, 4). Esta bienaventuranza encuentra sus
raíces en Isaías 61, 1-4, donde Dios exhorta una persona para recoger a los que tienen el corazón
roto... (y) confortar a todos los que se lamentan. La promesa es que “recibirán consolación.” La
persona de fe lamenta el mundo tal como es ahora pero no por cómo será. La persona de fe vive
bajo la promesa que el reino vendrá y que Dios pondrá las cosas como deben estar. La persona de
fe será confortada en el futuro cuando Dios ponga las cosas bien, pero también es confortada en
el presente por la promesa de ello. Dichosos los que son capaces de llorar, porque sólo los ojos
que han llorado son capaces de ver a Dios. Llorar es una forma de hablar con Dios. Sólo los que
lloran ven con claridad el amor de Dios en su corazón. La persona de fe será confortada en el
futuro cuando Dios ponga las cosas bien, pero también es confortada en el presente por la
promesa de ello.
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D) Dichosos los que sufren.
“Dichosos los que sufren, porque heredaran la tierra” (5, 5). Para comprender esta
bienaventuranza tan poco comprendida, debemos mirar las palabras originales del hebreo y el
griego en su contexto. Jesús cita Salmo 37, 11. En ese Salmo, los leales han perdido su tierra a
los malignos, pero el salmista les asegura que los malignos “como hierba serán cortados” (v. 2).
Él les clama: “Espera en Yahvé, y haz bien; Vivirás en la tierra, y en verdad serás alimentado” (v.
3). Él promete, “Pues de aquí a poco no será el malo: Y contemplarás sobre su lugar, y no
parecerá.
Pero los sufridos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz” (vv. 10-11). Este
Salmo promete vindicación para aquéllos que se mantienen fieles ante la adversidad. Su tierra
será restaurada, no por su propia fuerza, pero como una herencia de Dios.La palabra hebrea
traducida como manso en Salmo 37 es anawin, ‫עֲנִ יִ ים‬. Anawin se usa para describir a Moisés: “Y
aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra” (Num.
12,3).
El griego en las Bienaventuranzas es πραΰς, praus. Jesús se describe a sí mismo como “manso y
humilde de corazón” (11, 29). Jesús modela praus en su juicio, cuando rehúsa defenderse. Es
fuerte y está en control, pero rehúsa hacer declaraciones en su favor o a defenderse. Si Moisés y
Jesús son modelos de anawin y praus, su comportamiento sugiere el verdadero significado de
estas palabras. Ninguno persigue en enriquecimiento personal. Ambos, sin embargo, son forzosos
al sostener un principio o al proteger a los vulnerables. Podríamos concluir, entonces,
que anawin y praus se deben traducir como “sin favorecerse a sí mismo” en vez de “débil.” La
sorpresa está en que Jesús promete que los praus heredarán la tierra. Presumimos que Dios les
dará el cielo, pero Jesús les promete la tierra. La palabra, heredar, es la pista. Dios les da la
herencia que ellos no reclamarían para sí mismos.
E) Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia.
“Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados” (5,6). Las
palabras “hambre y sed” significan menos para nosotros ahora que a la gente del tiempo de
Jesús. Cuando tenemos hambre, comemos. Cuando tenemos sed, bebemos. Era muy diferente en
la época de Jesús. Gente raras veces comía carne y a menudo pasaban hambre, a veces hasta
morirse de hambre. ¡El hambre y la sed son imponentes! ¡Una persona hambrienta no puede
pensar en mucho más que comida! ¡Una persona sedienta no puede pensar en mucho más que
agua! El pasar hambre y sed significa estar totalmente desolado.
“Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia...” ¡Benditos sean aquéllos se están
completamente enfocados en la justicia! ¡Benditos sean los hambrientos y sedientos por la
santidad personal! ¡Benditos sean aquéllos que sufren por vivir en un mundo donde la gente viva
en buenas relaciones! ¡Benditos sean aquéllos que esperan que el reino venga a la tierra como en
el cielo! “Quedarán satisfechos.” ¡Dios les dará lo que ellos añoran! ¡Sus sueños se harán realidad!
Y cuando los sueños se hacen realidad, los sueños no estarán huecos, como a menudo resulta
pasar con los sueños realizados. ¡No estarán perdidos!“¡Quedarán satisfechos!” ¡Qué promesa!
Los que quieren ser justos, los que quieren dar al hombre lo que es del hombre y a Dios lo que es
de Dios.
F) Dichosos los misericordiosos.
“Dichosos los misericordiosos: porque obtendrán misericordia” (5, 7). La palabra traducida
“misericordia” ἐλεήμων es eleemon, que se refiere a actos concretos de misericordia en vez de
simplemente una actitud misericordiosa. El antecedente hebreo es ‫ ֶ֫ ֶחסֶ ד‬jésed, que significa la
capacidad de entrar en la piel de otra persona hasta que podamos ver cosas por sus ojos, pensar
con su mente, y sentir con sus sentimientos. Jesús pronuncia una bendición sobre la persona que
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siente el dolor de otra persona y actúa para aliviarla. Jesús promete, “...ellos alcanzarán
misericordia.” Por lo tanto solo los misericordiosos recibirán misericordia.
Si es verdad que los misericordiosos recibirán misericordia, también es verdad que aquéllos que
han recibido misericordia estarán más dispuestos a dar misericordia. Habiendo necesitado
misericordia, ellos pueden simpatizar con aquéllos que la necesitan. Aquellos que ante las miserias
de este mundo no viven apáticamente, sino misericordiosamente y con pasión, apasionadamente.
Tan sólo se puede vivir con plenitud si uno es capaz de unir su suerte a la de los demás,
especialmente a la de los más desgraciados.Podemos pasar de los medios, o de las cosas, pero
jamás de las personas.
G) Dichosos los limpios de corazón.
“Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (5,8). Jesús adapta Salmo 24, 3-4:
“¿Quién subirá al monte del Señor? ¿Y quién estará en el lugar de su santidad? El limpio de
manos, y puro de corazón.” Katharos (καθαρός), la palabra griega para pureza, significa limpio,
no sucio. Jesús avisa limpios del corazón, porque de ello (Gr. καρδίᾳ,‫ לֵ֣ב‬leb, el corazón hebreo que
abarca a toda la persona), salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones,
hurtos, falsos testimonios, blasfemias” (15, 19), y bendice a los que tienen un corazón puro que
no ha sido ensuciado por estas maldades.Καθαροὶ, también significa que no ha sido modificado,
no ha sido mezclado. Éste puede ser el significado más importante de esta bienaventuranza. El
corazón puro se entrega completamente a Dios. La persona con un corazón puro tiene integridad.
Éstos sí que tienen poco éxito en esta sociedad, en este mundo. Los veraces, los sinceros, los que
van con el corazón en la mano, a pecho descubierto, con la cara alta en un mundo de apariencias
y conveniencias. En este tiempo no es fácil ser limpio, nos dejamos contaminar por los medios y
la tecnología, y esto nos hace olvidar inclusive a nuestras familias.
H) Dichosos los que trabajan por la paz.
“Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (5, 9).
(Gr. Εἰρηνοποιοί, eirenopoioi, una palabra derivada de la palabra Εἰρήνη, eirene). Eirene es la
palabra griega para paz, y San Mateo escribió las bienaventuranzas en griego. Jesús, sin
embargo, hablaba arameo. La palabra hebrea es ‫ שָׁ לֹום‬Shalom, y es a esa palabra a la que vamos
para comprender esta bienaventuranza. Shalom es más que la ausencia de conflicto; es la
presencia de armonía y hermandad. Jesús pronuncia bendiciones, no para ellos que evitan
conflicto, sino para ellos que hacen la paz. El hacer la paz, paradójicamente, puede incluir la
fuerza. Dos ejemplos: “Porque serán llamados hijos de Dios.” La promesa es que los que hacen la
paz serán llamados hijos de Dios. La frase, “hijos de Dios,” es otra manera de decir una persona
que sirve a Dios. Una persona que ama a Dios y a sus mandamientos.
I) Dichosos los que padecen persecución.
“Dichosos los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los
cielos” (5, 10). Los primeros cristianos fueron perseguidos por una variedad de razones. Los
judíos los perseguían, considerándolos heréticos. Pablo persiguió a los cristianos por esa razón.
Judíos y romanos acusaban a cristianos de actuar de una manera inmoral. La bendición es
ofrecida, no por todos los que son perseguidos, sino por los que padecen persecución por causa
de la justicia. Si experimentamos persecución, debemos preguntarnos si es porque hemos
actuado justamente o si simplemente hemos sido ofensivos.
Los perseguidos por la justicia son los que apostaron por la vida del hombre y que están
dispuestos a dar la suya porque tienen una causa para darla, tienen un ideal por el cual vivir y
morir, sin ese ideal no valdría la pena la vida, sería una mera existencia.
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J) Dichosos serán ustedes.
“Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por
causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”. (5, 1112). Jesús cambia la forma de la bienaventuranza para dirigirse a sus oyentes directamente.
“Dichosos serán...” El “serán ustedes” es plural, sugestionando una bendición sobre la comunidad
en vez de individuos. Como se menciona arriba, la persecución no era una actividad de enseñanza
para la Iglesia de la época de San Mateo. Aquí, Jesús le da contexto a su sufrimiento conectándolo
al sufrimiento de los grandes profetas. La fiel proclamación de los profetas les trajo persecución.
Las Bienaventuranzas son un don de Dios, un anuncio de Evangelio, una Buena Noticia. Las
Bienaventuranzas no son ley, son estilo de vida; ante ellas hay que optar: O de cara a ellas o
derechos a candidatos a la depresión. Porque si vivimos de acuerdo con las Bienaventuranzas
estaremos en armonía con nuestra fe y si vivimos de espaldas a ellas seremos pura contradicción.
Preguntas para la lectura:
¿Qué
¿Qué
¿Qué
¿Qué
¿Qué
¿Qué
hizo Jesús cuando vio a la muchedumbre?
comenzó a enseñarles?
les dijo de los misericordiosos?
les dijo de los pobres?
les dijo de los limpios de corazón?
les dijo a sus discípulos?
2. MEDITACIÓN (Qué me dice la Palabra de Dios)
¿Pienso que puedo ser feliz siendo pobre? ¿Por qué sí o porque no?
¿Por qué dice Jesús que los pobres son felices? ¿A qué clase de pobres se refiere? ¿Y a qué clase
de felicidad?
¿Qué significa, según Jesús, tener hambre y sed de justicia?
¿Por qué sin esta hambre y sed de justicia pierden sentido las otras bienaventuranzas?
¿Por qué dice Jesús que son felices, los que sufren persecución por causa de la justicia?
3. ORACIÓN: ¿Qué le respondo al Señor?¿Qué le decimos?
Gracias Jesús porque desde el bautismo nos has llamado a continuar tu misión en la Iglesia, por
querernos compartir tu misión a todos nuestros hermanos y por el regalo tan grande que nos das
de ser tus discípulos y misioneros. Por eso te damos gracias. Gracias Señor, gracias Señor.
Perdónanos por las ocasiones que no hemos sido fieles al llamado que nos has hecho y por no dar
testimonio de nuestro bautismo, por las veces que hemos descuidado nuestra encomienda de ser
verdaderos discípulos y por las ocasiones que no hemos dado la mano a nuestros hermanos
necesitados. Por eso te pedimos perdón. Perdón Señor, perdón Señor.
4. CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?
 A Jesús subiendo al monte.
 A Jesús sentado enseñando a sus discípulos.
 A los discípulos escuchando las reglas para la felicidad.
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 A los que estaban separados de la comunidad, pero Jesús les ha dado la oportunidad de
integrarse y ser felices para el Reino de Dios.
5. ACCIÓN: ¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?
La intención general del apostolado de la oración del Papa para el mes enero es:
Por la evangelización:
“Por todos los cristianos, para que, fieles a las enseñanzas del Señor, contribuyan con la oración y
la caridad fraterna a restablecer la plena comunión eclesial, colaborando para responder a los
desafíos actuales de la humanidad”.
Compromiso personal:
Tener las bienaventuranzas como un catálogo de vida espiritual a seguir, y esto me haga más
sensible a las realidades que me rodean, con mis seres queridos y amigos más cercanos.
Compromiso comunitario:
Con los grupos de mis pequeñas comunidades enseñarles y ayudarles a ser bienaventuranza de
Dios en sus grupos y los haga capaces de llevar la sonrisa de Dios en sus comunidades.
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