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LA FILOSOFÍA COMO ACTITUD
I.
Filosofía y actitud filosófica: LA SABIDURÍA
1.
Filosofía y actitud filosófica Un amor a la sabiduría mediante la admiración. El hombre se admira de el ser, se admira de las cosas,
se asombra porque ignora. Filosofía
2.
La filosofía es la sed inacabable que tiene el hombre de una verdad última, de una certeza definitiva, acerca de su propia
existencia. Filosofía Convierte las respuestas en preguntas Se mueve siempre en torno A la existencia humano.
3.
El hombre tiene que hacer filosofía, no solo porque en su vida habrá dificultades, sino, porque su existencia es un problema
4.
Progreso Regreso La filosofía, no sólo inicialmente plantea problemas, si no que es y seguirá siendo un permanente Problema. La
filosofía progresa de modo inverso a como progresan las ciencias: El retroceso de la filosofía contribuye al progreso de la ciencia.
Y el progreso de la ciencia, beneficia la marcha de la filosofía.
5.
Teoría y Práctica La filosofía es una actividad indispensable y necesaria, una tarea vital e improrrogable. El saber filosófico hunde
sus más íntimas raíces en el problema que es la existencia humana. La verdadera naturaleza de la filosofía es más que teórica,
práctica (contemplar para actuar) El filósofo no es el que se desentiende de los problemas prácticos de la vida: Es el único que los
plantea en profundidad; Es el único que pregunta radicalmente qué sentido tienen las cosas y las acciones de hombre. qué sentido
tienen las cosas, las acciones del hombre y todo a su alrededor.
6.
Actitud Filosófica Es la actitud espiritual a la vivencia. El filosofar no es aprender fórmulas hechas, No es tratar con abstracciones;
es comprometerse, decidirse, pensar. Comprometerse en su totalidad. Filosofar es decisión y compromiso, es la búsqueda
amorosa y difícil del fundamento último de los entes.
7.
“Si la sabiduría y la verdad no se aman con todas las fuerzas del alma, de ninguna manera se pueden encontrar. Pero si se
buscan como se merece, no se pueden apartar y esconder a quienes las aman.” -Agustín de Hipona.
8.
Scheler señala tres actos: El amor, la humillación y autodominio, como actos morales básicos que hacen el conocimiento filosófico.
El amor La Humillación El autodominio El amor al valorar y al ser absoluto, rompe la relatividad del ser De todo lo que es mundo
circundante. La humillación, rompe el orgullo natural Y nos dispone al conocimiento filosófico. Inhibe los impulsos instintivos y
destruye la concupiscencia natural y es la Condición moral de una adecuación que va desde cero hasta la perfección.
9.
Puede haber un desorden existencial en lo moral que el filósofo debe corregir mediante una actitud moral. Vivir según el espíritu,
implica lograr la integración de cuerpo y espíritu, la armonía de los diversos estratos que constituyen la persona humana.
10. Filosofar no es la pujanza de l vida, si no poner la vida al servicio del espíritu. Por su parte la profundidad del espíritu sabe valorar
la corriente de la vida.
II. LA ACTITUD FILOSOFICA ¿Qué caracteriza al pensar de manera filosófica? :
1.
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Asombro:
Asombro, origen de la filosofía (Aristóteles)
La única condición para ser buenos filósofos (Gaarder)
Pero, ¿qué es el asombro? El asombro, mirada a la realidad
Menos capacidad de asombro, menos capacidad de filosofar.
2.
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Cuestionamiento :
Cuestionamiento de lo habitual. Es la base del desarrollo de la filosofía, la ciencia y la religión
La duda auténtica y la inauténtica. La duda nos lleva a investigar
3.
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Comunicación:
El pensar filosófico se da en diálogo con otros. Aristóteles: el hombre, un animal que tiene logos.
La verdad es producto del diálogo con otros. Comunicación escrita o dialogada
4.
La filosofía, en resumen como actitud crítica
La filosofía es actitud crítica (Del gr. kritike, análisis, discernimiento), porque analiza, juzga, no acepta sin más lo dado (teorías,
prejuicios). La actitud crítica:
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Surge de la admiración;
Se opone a la actitud natural o espontánea en que esta no se cuestiona la vida y la desarrolla respondiendo tan solo a la
urgencia de supervivencia;
se opone a la actitud dogmática, aquella que admite ciertas verdades como principios inamovibles y no sujetos a
discusión;
Rechaza el sometimiento y el fanatismo;
Invita a utilizar como guía la propia razón, para ser ciudadanos libres y autónomos.
Es “vivir despierto”, “en alerta”, “aguijoneado”, no habituado al mundo, sino en un constante inconformismo.
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Plantea interrogantes radicales y últimos. Radicales, pues están en la raíz de la realidad y de la existencia humana;
últimos, pues más allá no se puede preguntar.
Busca el sentido de la existencia y desborda lo pragmático (es desinteresada).
Es un modo de de “humanizarse”, porque con ella realizamos lo que nos vuelve más radicalmente humanos: pensar,
desvelar* la verdad, descubrirla.
Se expresa adecuadamente en el “aude sapere”, una invitación para utilizar la razón para huir de la
ignorancia (minoría de edad) y tomar como guía el uso de la propia razón, para ser libre y evitar el sometimiento y los
dogmatismos.
Dos tipos de filosofía
a.
b.
c.
d.
“ Todos los hombres y todas las mujeres tienden a ser filósof@s; o, permítasenos decir, si ellos no son conscientes de tener
problemas filosóficos, tienen en cualquier caso, prejuicios filosóficos. La mayor parte de estos prejuicios son teorías que
conscientemente dan por sentadas, o que han absorbido de su ambiente intelectual o de la tradición.”
Puesto que pocas de estas teorías son conscientemente sostenidas, constituyen prejuicios en el sentido de que son
sostenidas sin examen crítico, incluso a pesar de que puedan ser de gran importancia para las acciones prácticas de la
gente y para su vida entera.
Una justificación de la existencia de la filosofía profesional reside en el hecho de que los hombres necesitan que haya quien
examine críticamente estas extendidas e influyentes teorías.
Este es el inseguro punto de partida de toda ciencia y de toda filosofía. Toda filosofía debe partir de las dudosas y a menudo
perniciosas concepciones del sentido común acrítico. Su objetivo es el sentido común crítico e ilustrado: una concepción
más próxima a la verdad, y con una influencia menos perniciosa sobre la vida humana”. (Karl Popper, “Cómo veo la
filosofía”, en La lechuza de Minerva )