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TuUniversidadVirtual TODO ES CUESTÓN DE MEMORIA Introducción ¿Qué sería de nosotros si algún día despertáramos y recordáramos todo lo que hacemos? ¿Si con tan solo escuchar una conversación entre dos personas pudiéramos relatarla palabra por palabra la semana después sin esfuerzo alguno? ¿Qué pasaría acaso si al leer un diccionario que traduce el latín al español memorizáramos lo que significa cada palabra? ¿Si al escuchar una pieza musical fuéramos capaces de reproducirla en cualquier instrumento y que solo fuera necesario cerrar los ojos y concentrarnos para lograr tal hazaña? El mundo como lo conocemos hoy no sería igual. Nos sucede muchas veces que al levantarnos nos sentimos desorientados, perdidos en un mundo que por un momento es ajeno a nosotros. No sabemos dónde estamos parados. Podemos a veces pensar que nos han robado la billetera, hemos dejado el celular en la finca, que nuestros padres se llevaron el carro para conducir hasta el trabajo y hasta llegamos a pensar que nuestro hermano se metió al armario para sacar nuestros bóxers favoritos y usarlos para ir al colegio. Muchas veces durante el día no sabemos en donde están estos objetos y buscamos posibles excusas para explicar su misteriosa desaparición cuando en verdad fue que sin darnos cuenta, los dejamos tirados en algún lado y nada de lo que pensábamos en verdad había sucedido. Ni siquiera es necesario estar desorientado por haberse recién levantado o trasnochado la noche anterior para que ocurran estos deslices mentales, muchas veces nos encontramos frente al refrigerador preguntándonos porque estamos ahí parados, sin recordar que fuimos por un vaso de leche o por una galleta para matar el hambre. Terminamos cerrando la puerta del refrigerador con nuestras manos vacías. Freud intenta explicar estos pequeños deslices mentales al decir que el motivo por el que estos suceden recae en nuestro subconsciente. Dice que son problemas psicopatológicos que afectan a las personas dependiendo del estado mental de estas. Para nosotros, olvidar donde dejamos las llaves del carro es simple descuido; por lo tanto, para evitar estos deslices mentales, simplemente es necesario poner más atención cuando hacemos algo, y así, muy probablemente recordaremos donde hemos puesto el objeto. No hemos sido diseñados para lo que hacemos hoy en día, el entorno en el que vivíamos cuando el primer homo sapiens hizo parte de este planeta hace 40,000 años, era muy distinto a como es hoy en día. El hombre se adapta y evoluciona según las necesidades ambientales y la selección natural se encarga de que la especie evolucione cada vez hacia el mejor tipo de especie posible. La naturaleza creo a un homo sapiens capaz de caminar en dos patas, mover con alta precisión las manos para manipular objetos con estas, tener una vista de casi 180º para detectar predadores y presas, oír señales de peligro, comunicarse haciendo uso de sonidos diferentes con organismos de su misma especie, memorizar cuales frutos son venenosos y cuales no (haciendo uso de su visión para interpretar colores muy brillantes o opacos para tomar este tipo de decisiones). Hacemos parte de una sociedad en la que el dinero, la tecnología y la ciencia rigen nuestro alrededor. Hoy en día necesitamos memorizar grandes cantidades de números y ecuaciones, vías metabólicas, mecanismos celulares, física cuántica, química avanzada, nombres de muchas personas… en fin, son todas estas, cosas para las que no hemos sido hechos. Si aprendiéramos a utilizar los motivos para los que fue ingeniado nuestro cerebro para realizar actividades cotidianas, en teoría, podríamos llegar a adaptarnos y hacer un mejor uso de nuestra memoria para poder aprender y retener exigencias que se nos presentan diariamente de una manera más sencilla. Aprender dejaría de ser tedioso para volverse algo sencillo y automático, tomaríamos menos apuntes y prestaríamos más atención en clase, estudiar para recordar dejaría de ser necesario, la vida sería más sencilla. Para que lo anterior sea posible, hay que entender primero como funciona la memoria. Recordarlo Todo En “los desafíos de la memoria”, Joshua Foer habla sobre un individuo que es capaz de recordarlo todo; se refiere a este individuo con la inicial “S”. S es un periodista. En el periódico donde trabaja, todas las mañanas el jefe de “S” reúne a los periodistas para narrarles los eventos más importantes que habían sucedido el día anterior o más temprano en la mañana. Los compañeros de S tomaban notas apresuradamente de lo que el jefe decía y luchaban por escribir todo mientras este hablaba. S se quedaba parado mirando firmemente al jefe y no tomaba nota alguna. Pasó una semana y S nunca tomaba nota de nada, su jefe pensó que S estaba desinteresado en su trabajo y no presentaba una actitud apta para este tipo de oficio; por lo tanto, su jefe citó a S para reunirse con él en su oficina. El jefe le dijo a S que no entendía por qué no tomaba notas nunca, le dijo que pensaba que S no se esforzaba y se cuestionaba si el periodismo si era el trabajo para S. Sorprendido, S le preguntó a su superior que tenía de malo no tomar apuntes. S le dijo casi palabra por palabra a su jefe, todo lo que este le había dicho a los empleados la mañana anterior. Su jefe quedó sorprendido. Sucede que S tiene una característica mental poco común llamada sinestesia. La sinestesia permite a los individuos afectados por esta a asociar palabras con sabores, sonidos o colores. La sinestesia mezcla nuestros sentidos. En el caso de S, la sinestesia hacia que al escuchar una palabra, una imagen se viniera a su cabeza. Es como si nos dijeran “hola” y esta palabra se pintara dentro de nuestra cabeza de un color específico y de algún modo pudiéramos verla. Es así como S lo recordaba todo. Como estamos diseñados para ser más visuales que textuales (por lo mencionado anteriormente en la introducción), S lograba usar su parte más desarrollada del cerebro para memorizar palabras. Era una tarea muy sencilla para él. No es necesario tener Sinestesia para poder desarrollar habilidades similares a las que tiene S. Por ejemplo, los campeones mundiales de memoria (la mayoría con un coeficiente intelectual normal), usan estrategias para entrenar su memoria, “convocan” de cierta manera la sinestesia. En los campeonatos mundiales de memoria, los concursantes son exigidos a recordar alrededor de 1000 números aleatorios y 2 barajas de cartas desordenadas en tan solo una hora. ¿Cómo logran estos individuos con capacidades mentales normales recordar todo esto en tan poco tiempo? Usan las partes del cerebro que la evolución ha favorecido para permitirnos hacer este tipo de hazañas y que muy rara vez usamos. Cuando los campeones son entregados una gran cifra de números, estos primero los memorizan usando una técnica llamada “chunking”; se trata de memorizar números en trozos grandes para facilitar la tarea. Por ejemplo: en vez de memorizar 1,5,6,7,8,3,5,2,35,34,12… estas personas memorizarían los números 1567, 8352,3534 y 12 respectivamente. El siguiente paso es usar un tipo de “sinestesia adquirida” para memorizarlos más fácilmente. Como nuestro cerebro fue diseñado para recordar caminos y vías para poder huir más fácil de predadores entre otras cosas, ellos se imaginan un camino y van poniendo los números en lugares específicos del camino. Un ejemplo seria imaginarse un camino desde la casa hasta la universidad y poner el 1567 en un poste de luz, el 8352 en un árbol, el 3534 y el 12 en la puerta de la universidad. Así el cerebro al recordar la ruta, recordará también los números. Si todos nosotros hiciéramos uso de estas técnicas, seguramente tendríamos mentes más desarrolladas y las tareas diarias se nos harían más fáciles de realizar. Estaríamos usando nuestro cerebro de la manera en la que fue diseñado para funcionar. Viviendo en el pasado Le debemos nuestra memoria a conexiones inter-neuronales que se forman en el hipocampo cuando realizamos cualquier tipo de acción. El hipocampo hace parte de la corteza cerebral y es responsable de guardar nuestra memoria de corto y largo plazo para ser utilizada en cualquier momento por nosotros. Hay diferentes patologías que afectan esta área del cerebro y por lo tanto afectan de alguna manera nuestra memoria. Una de las patologías más comunes y conocidas que se presenta en su mayoría en personas de una edad mayor a los 65 años, es el mal de Alzheimer (puede ser heredada o adquirida, en donde es heredado tan solo en el 1% al 5% de los casos. El mal de Alzheimer es una enfermedad que degenera nuestro cerebro y por lo tanto afecta nuestra forma de pensar, nuestras habilidades cognitivas y puede causar trastornos conductuales. Esta patología deteriora nuestras neuronas y afecta directamente nuestra memoria. Las personas que sufren de Alzheimer recuerdan muy poco. Las personas con Amnesia retrógrada (una característica común de los pacientes con Alzheimer) son capaces de recordar eventos del pasado pero no son capaces de crear memorias nuevas. Hay pacientes con grados tan avanzados de amnesia que no crean memorias nuevas por más de un minuto, cada vez que se intenta mantener una conversación con una persona que padece de este grado de Alzheimer, hay que volver a presentarse cada vez que el paciente se desconcentra. Literalmente no es capaz de recordar la conversación que estaban teniendo ni quien es la persona que está en frente de el. Estas personas no son capaces de vivir en sociedad correctamente. Son pacientes normalmente de más de 70 años que cada vez que hablan con alguien de la actualidad es como si hubieran viajado en el tiempo. Sus mentes viajan en el tiempo cada minuto del día. Se sorprenden al ver un iphone o un modelo de automóvil moderno. Aunque la memoria de estas personas se vea afectada, su cerebro de alguna manera adquiere habilidades y “las recuerda”. Si a un paciente diestro se le pide que dibuje en un papel una serie de rallas y círculos en orden determinado con su mano izquierda, el paciente cada vez que dibuje dirá que es la primera vez que intenta esta hazaña, pero al repetirlo varias veces, aunque el crea que lo hace por primera vez cada vez, el paciente dibuja esta imagen con mayor precisión y agilidad que la vez anterior. El cerebro adquiere afinidad y por algún motivo sabe dibujar mejor esta imagen que ya ha dibujado varias veces. Al igual que este paciente, los humanos sufrimos amnesia en un breve período de la vida. Desde que nacemos hasta aproximadamente los 3 años de edad, no recordamos casi nada. Sin embargo las cosas que aprendemos en esta época no se nos olvidan, aunque no recordemos la primera vez que caminamos, somos capaces de caminar; aunque no recordemos la primera vez que dijimos papá o mamá, las decimos todavía; aunque no recordemos la primera vez que nos quemamos, ya no metemos la mano al fuego, etc. El cerebro aprende aunque no lo recordemos. Conclusión La memoria del hombre es muy compleja y han transcurrido muchos años de evolución para poder llegar a pensar como lo hacemos hoy en día. Deberíamos mejorar la forma en que memorizamos las cosas y hacerlo de la manera para la que en realidad fuimos diseñados a hacerlo. En vez de repetir una serie de palabras mil veces para memorizarlas, deberíamos buscar alternativas que nos ayuden a relacionar colores con ellas. Es mejor usar colores que olores y sonidos ya que uno más fácilmente recuerda un color a un sabor, olor o sonido. La forma en la que usamos la memoria ha cambiado, ya no transmitimos nuestra cultura a partir de historias que son contadas de generación a generación por vía oral, sino que las escribimos; deja de ser necesario recordar y por eso hemos olvidado a hacerlo. Si recordáramos y memorizáramos de la forma correcta, nuestra vida sería mucho más sencilla y las tareas que hoy en día nos parecen difíciles, las podríamos llevar acabo casi automáticamente y sin esfuerzos. BIBLIOGRAFIA UTILIZADA Los Desafíos de la Memoria – Joshua Foer http://www.hipocampo.org/alzheimer.asp http://html.rincondelvago.com/patologia-de-la-memoria.html http://www.hipocampo.org/memoria.asp http://literatura.about.com/od/terminosliterarios/g/Sinestesia.htm